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Siempre a tu lado por Ck1426

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, son de su respectivo mangaka. 

El ambiente que rodeaba a la luz y sombra de Seirin se sentía pesado y bastante triste, el que Kagami hubiera llamado con ese tono de voz para hacer la cita, también llegó tempranos y le había pedido el batido de vainilla extra grande, solo confirmaba que aquello estaba más que planeado e iba a doler.

—Tetsu... Digo Kuroko— Kagami agitó su cabeza negativamente, en cualquier otra ocasión a Kuroko le hubiera parecido adorable pues era la típica expresión que hacía cuando algo que había memorizado no lo lograba recordar y eso hacia que el pecho de la sombra se le oprimiera aún más .

—Tienes toda mi atención Taiga— jamás creyó poder mantener su aparecía calmada en momentos como ese, porque no solo le dolía el pecho, por dentro estaba llorando y temblando.

—Yo...— tomó aire nuevamente —me he enamorado de otra persona.

Kuroko ya sabía eso, lo presiento desde antes que incluso el mismo Taiga lo supiera, sabía que después de aquél partido en la Winter cup no solo vería a Aomine cómo rival, amigo o compañero de básquet callejero de fines de semana. Lo sabía pero aún así escucharlo de la voz de Kagami le partía el corazón, por dentro tenía la ligera esperanza que aquella sensación fuera solo celos que él moreno pudiera sacar esas sonrisas divertidas de su luz, celos de poder jugar uno a uno con el o bien, tenía la esperanza que su novio nunca se diera cuenta de los sentimientos que crecían cada vez más por el exnovio de Kuroko.

—¿Vamos a terminar?

Vaya pregunta más estúpida la que salió de la boca de Tetsuya, la cuál desubicó a Kagami de inmediato, pues este pensó que diciendo sus sentimientos por otra persona el rompimiento era lo más lógico. El as de Seirin desvío la mirada y después de un suspiro vio a Kuroko a los ojos.

—Si... Mira Tetsu.... Digo Kuroko, no quiero jugar contigo, tampoco quisiera que pienses que mis sentimientos por Aomi... Digo por la otra persona van a cambiar.

Claro que no iban a cambiar, Kuroko ya había hecho de todo para atraer a Kagami nuevamente a él, hasta había invitado a Taiga una noche a su casa con el fin de perder su virginidad con él, pues por su cabeza pasó que tal vez a su relación le hacía falta contacto más íntimo, pasar al siguiente nivel ¿Cuál fue el resultado? Kagami se la pasó hablando del partido callejero que tuvo con Aomine esa mañana, incluso cuando comenzó la sesión de besos y Tetsuya buscaba excitar a su novio con caricias, este alejaba sus manos. Y lo que en ese momento le molestó fue que le detuviera para responder una llamada del As de Touou.

—Comprendo.

Para ese momento Taiga ya se sentía incómodo, pero no quería verse patán dejando a un Kuroko triste en la mesa de un restaurante de comida rápida, pero ya no soportaba estar ahí

—Espera Tetsuya, iré al sanitario.

Para Kuroko el ambiente y las ganas de permanecer ahí eran las mismas que las de Taiga pero sus piernas no le respondían, lo que lo sacó de sus pensamientos fue el celular de Kagami sonaba, si no hubiera sido porque su curiosidad le ganó hubiera dejado el celular ahí, pero como si estuviera hipnotizado lo tomó y gracias a la confianza que tenía con su ahora exnovio ingresó la contraseña para leer el mensaje que le había llegado.

[Ahomine:
Bakagami ¿Ya hablaste con Tetsu? ¿Cómo te sientes? Vamos a vernos.]

Esas últimas palabras le hicieron dejar el móvil en la mesa, ¿Kagami le había estado engañando? ¿Desde cuándo? Miles de preguntas se le formularon en su cabeza en tan poco tiempo, así que decidió ya no esperar a que Kagami regresará, salió del restaurante y tomó el metro a su casa.

<<¿Cuántas veces más tendría que llorar por lo mismo?>> Pensaba el pelicelete aferrándose a su almohada la cual ya se encontraba húmeda de la esquina más cercana a su rostro. Contenía la respiración para evitar que los sollozos se escucharán y preocupara a su familia, aun que sabía que le dolería su cabeza al día siguiente, poco a poco se fue quedando dormido aún abrazando su almohada.

Esa noche soñó con lo imposible, un día normal tranquilo, como los días pasados, en el que estaba, con su ahora exnovio, en un arduo entrenamiento típico de Riko en vacaciones y después salían por una montaña de hamburguesas para Taiga y una malteada para Kuroko, la paz que sintió en ese momento era indescriptible, se sentía feliz y tranquilo de ver las expresiones de su luz al momento de entrenar y comer, que le era imposible que una sonrisa ligera se mantuviera en su rostro mientras estaba con el.

Todo parecía perfecto, pero, el despertador lo trajo de regreso a la realidad, le tomó unos segundos recordar que ya no había un "Kagami y Kuroko" ahora solo había un hueco en el pecho de Tetsuya.

Las lágrimas se volvieron a acumular en sus ojos, los cuales sentía hinchados por llorar la noche anterior, hubiera seguido llorando, de nos ser porque el celular sonó nuevamente con un mensaje de Izuki diciendo avisará a los demás que llegaría tarde el entrenamiento. Con las pocas ganas que tenía se levantó y caminó al cuarto de baño donde se lavó la cara, los ojos hinchados disminuyeron un poco, por lo que suspiró y continúo con su rutina matutina en modo automático y cuando menos se dio cuenta ya estaba en el metro para llegar al gimnasio.

Un hueco se le hizo en el pecho al ver a Kagami comenzando a estirar para el calentamiento, pero, pese a todo el dolor de su corazón hizo como si nada hubiese ocurrido, "Oi, Kuroko, promete que no cambiará nuestra relación en el equipo si algún día terminamos" esas palabras que Kagami mencionó en el momento que comenzaron a salir resonaban en su cabeza una y otra vez desde que percibió que su luz ya no estaba en cuerpo y mente con él, cuándo supo que pronto todo iba a acabar.

—Buenos días Kagami-kun— saludo con la voz más neutra que pudo.

—Buenos días Tet...— no permitió que Kagami terminará su saludo.

El entrenamiento de ese día al igual que lo que continúo del mes fue de lo más normal, como habían prometido nada había cambiado entre Kagami y Kuroko en la cancha. Eso solo en apariencia y profesionalismo, pues en cuanto acababa el entrenamiento Tetsuya era el primero en irse, caminaba a solas hasta su casa y en un par de ocasiones lloró un poco al pasar por aquel restaurante que había visto el principio y fin de todo. A pesar de todo, Kuroko era una persona fuerte mentalmente, su madurez era increíble para su edad, le había dolido que su luz se enamora de otra persona, pero sabía que sobrevivirá a eso.

Había ya pasado poco más de un mes que habían roto y aquello era un infierno, la incomodidad que había en ambiente cuando estaban a solas Kuroko y Kagami era percibida a metros de distancia, Kuroko tenía pesadillas constantemente y por más que intentara no podía despertar o de plano tenía insomnio. Se encontraba exhausto, tanto física como emocionalmente.

Un día mientras caminaba al gimnasio de Seirin iba pensando que está vez se había recuperado más rápido de su ruptura que la vez anterior, ya que por una semana su vida había sido relativamente tranquila, y justo ese pensamiento lo llevo a otro mientras reía de la ironía de la vida, los dos sujetos que le habían roto el corazón ahora se habían enamorado. Su risa interior paro y nuevamente se sintió tan triste cómo el primer día, al parecer ese no iba a ser un buen día.

Llegó justo cuando Taiga se cambiaba y después de un saludo simple Tetsuya comenzó a cambiarse igual, su habilidad de observación le hizo percatarse de algo, un pequeño chupetón en un hombro de Kagami justo dónde la playera de juego podía cubrir y de repente todos los recuerdos de aquel vergonzoso intento de llevar su relación a otro nivel se hicieron presentes y está vez dolió mucho más que sus acciones de aquel día, se sintió como un puñalada en el pecho recordar el mensaje de "vamos a vernos" que leyó el día de su ruptura. Sintió que su respiración se hacía más agitada y pesada, nuevamente las lágrimas se le acumulaban en sus ojos y cuando iban a salir la voz de sus senpais apurándolos para empezar a entrenar le sacaron del trance. Se secó las pestañas húmedas y con toda la fuerza de voluntad que tenía salió a entrenar.

La fuerza de voluntad no fue suficiente, la cabeza le dolía, después del calentamiento tuvo náuseas, sus pases eran horribles pues las manos no le dejaban de temblar, hasta que su cuerpo flaqueó por completo, de un momento a otro, no vio el balón y este golpeó justo en la boca de su estómago, por la fuerza que llevaba le saco el aire y aunado a todos los malestares que tuvo por el ataque de ansiedad, cayó desmayado en medio de la cancha.

El entrenamiento se detuvo al ver que ya habían pasado unos segundos y no se levantaba, mandaron llamar al servicio médico de la escuela quienes llegaron para llevarlo a la enfermería. El entrenamiento terminó y tanto el capitán como la entrenadora fueron a ver cómo seguía Kuroko, el enfermero dijo que ahora se encontraba dormido pero sugirió que tuviera a menos un par de días de reposo pues por la debilidad innata de su cuerpo tal vez estaba fatigado y por ello había ocurrido el incidente.

Después de la pequeña reunión con el médico, los dos intentaron contactar a la casa de Kuroko para avisar, pero tanto los intentos del enfermero como el de Riko y Hyuga fueron en vano pues parecía que no había nadie.

—Alguien tiene que llevarlo a su casa— comentó la entrenadora a Hyuga.

—Desconozco dónde vive, podríamos decirle a Kagami que lo lleve.

—Imposible, se fue apenas terminó el entrenamiento, al parecer está haciendo algo por las noches.

—Podemos... No sé... si sea mala idea...

—Vamos Hyuga, cualquier idea es mejor que dejar que Kuroko pase la noche aquí.

—Podemos llamar a la generación de los milagros, alguien debe de saber en dónde vive.

—No es mala idea, hazlo, cuando sepas quién vendrá me avisas iré a verlo para decirle que vendrán por él y de sus dos días de reposo.

Tal como lo pidió la entrenadora, Junpei marcó a las únicas personas que sabía podían tener noción de la vivienda de Tetsuya y que no estuvieran lejos. Dos de sus tres opciones no respondieron la llamada, al tercero no quería llamar pues se imaginabas el escándalo que armaría al enterarse que Kuroko había sido lastimado, pero al final necesitaban que alguien fuera por él.

—Hola Hyuga— se escuchó del otro lado del teléfono.

—Hola, oye, Kuroko tuvo un acciden...

—¡¿QUÉ?! ¿QUÉ LE PASÓ? ¿CÓMO ESTÁ? ¿EN DÓNDE ESTÁ?— Hyuga para ese momento ya había despegado su oído del teléfono, sabía que se pondría así, por lo que dejó que gritara por un momento más, hasta que dejó de escuchar lo chillidos.

—Él está bien, está descansando en la enfermería, pero necesitamos que lo lleven a su casa...

—Voy en seguida.

Fue la última frase que escuchó el capitán antes del sonido típico sonido de una llamada terminada. Con la cara de "qué acaba de pasar aquí" guardo su celular y fue con Riko.

—¿Cómo sigue?

—Tiene el sueño pesado, no ha despertado por más que lo he llamado ¿Conseguiste quien lo lleve?

—Si, no ha de tardar.

—Esperemos fuera de aquí.

Ambos salieron del consultorio y esperaron unos minutos hablando de los que sentían que le faltaba al equipo en cuanto entrenamiento, hasta que escucharon unos pasos de alguien corriendo en su dirección.

—Bueno, él es mejor que Kuroko se quede aquí.

Dijo con un poco de fastidio la entrenadora al deducir quien venía por el sonido de la forma de correr.

—¿En dónde está Kurokocchi? ¿Cómo está?

Preguntó Kise con una voz que mostraba mucha preocupación aún corriendo por el pasillo.


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