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Un nuevo compañero por Kirah69

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Despertó pronto por la mañana y decidió comenzar con algo de entrenamiento. En esta ocasión consistió en comprobar si había algún límite para la distancia que podían estar separados. Dejó a Reese en la habitación, ni siquiera tuvo que ordenárselo para que supiera lo que quería, y bajó a la cocina. Ya sentía algo incómodo y desagradable en su pecho y no podía dejar de mirar hacia las escaleras. Encendió la cafetera para intentar distraerse, pero apenas pulsó el botón de encendido tuvo que regresar a la habitación. Iba a tener que trabajar en eso.

Apenas la cafetera terminó, llamaron a la puerta. Stiles frunció el ceño, los hombres lobo no sabían lo que era una puerta. Al parecer, Peter Hale sí.

—Pareces sorprendido—comentó, pasando junto a él.

—No esperaba que llamases a la puerta.

Peter le miró como si hubiera dicho una tontería (y no lo era, en el último año habían entrado más personas por la ventana que por la puerta). Antes de que pudiera responder, su padre bajó las escaleras ya vestido de uniforme.

—Hale—le saludó.

—Sheriff.

Se dieron la mano y allí había más testosterona de la recomendada, especialmente a primera hora de la mañana, pero fueron educados y soltaron el fuerte agarre solo unos segundos después de lo considerado normal. Parecía que nadie le había roto un hueso a nadie así que lo aceptó como una victoria. No hubo amenazas ni ningún otro intercambio de ideas, supuso que se lo habían dicho todo con ese apretón. Noah entró a por un café y Peter y Stiles se instalaron en la mesa de la cocina.

El sheriff se marchó a trabajar y ellos comenzaron con la investigación. Al principio, tan solo tenían sus respectivos portátiles y los libros de Peter en una pila a un lado, pero con el paso de las horas los libros comenzaron a esparcirse por el resto de superficies cubiertos con notas adhesivas de diferentes colores, algunos abiertos y otros cerrados. Stiles apenas prestó atención cuando Peter le habló de pedir comida, demasiado centrado en lo que estaba leyendo. Unos minutos después llamaron a la puerta y Peter colocó la comida en la mesa del salón. Tuvo que agarrar su hombro para llamar su atención porque el olor a comida no era suficiente.

—Vamos, déjalo un momento.

—Hay tantas posibilidades...

—Lo sé, pero seguirán ahí cuando termines de comer—se preguntó por un momento si tendría que apartarlo físicamente de los libros, pero Stiles marcó la página que estaba leyendo y se levantó.

Se sentaron a comer con Reese enroscado a sus pies, la cabeza sobre las zapatillas de Stiles y la cola alrededor de los tobillos de Peter.

—No tengo ni idea de cómo vamos a descartar posibilidades. Ahora sé que puedo manipular la magia de algún modo y no soy una criatura que se transforme, pero aun así hay demasiados... seres mágicos capaces de hacer eso.

—Lo único que podemos hacer ahora es recopilar una lista. En los próximos días o semanas estoy seguro de que comenzarás a mostrar algún signo que nos permita ir reduciendo la lista de sospechosos. Respecto a Reese...—él se había centrado en esa parte de la investigación y, para ser sinceros, había sido algo frustrante—. Empiezo a pensar que es una anomalía.

Reese levantó la cabeza para mirarle y Stiles también le miró con las cejas arqueadas.

—¿Una anomalía?

—Solo encuentro información sobre familiares u otro tipo de criaturas similares, pero todas ellas son animales de carne y hueso, incluso si los han creado con magia. No son magia pura como Reese. Si esto ha sucedido antes, tengo la sensación de que se encontrará oculto en algún diario personal, desde luego no es algo habitual que esté documentado.

—Así que vamos a ciegas. Fantástico—suspiró sarcástico.

—Tenemos tiempo para averiguarlo, no te desesperes tan rápido.

—En algún momento tendré que regresar al instituto- Oh, sí, ¿podemos practicar eso? Ahora, antes de seguir con la investigación—dejó el recipiente de cartón en la mesa, ya casi se lo había terminado de todos modos.

—¿Practicar el qué?

—No puedo separarme mucho de Reese, de la habitación a la cocina ya es doloroso. Es como si nos uniera una cuerda elástica y cuanto más se tensa más doloroso es.

—Un vínculo, como los de una manada, pero mucho más estrecho.

—Supongo, pero así no puedo ir a clase y eso es un problema. Solo espero que con algo de entrenamiento consiga extender esa distancia.

—De acuerdo, ¿qué quieres hacer?—dejó el tenedor y el envase y escuchó.

—Quédate aquí con Reese, yo saldré y me alejaré, extendiendo el vínculo cuanto sea posible.

—Muy bien. Escucha, va a ser difícil al principio, pero quiero que no te centres en el vínculo en sí sino en el otro extremo. Céntrate en Reese, en que está seguro y sano. Si percibes a través de sus emociones que está bien, entonces será más fácil estar separados.

Stiles lo escuchó porque Peter sabía sobre vínculos. Había estado unido a toda una manada y por su trabajo para ellos seguramente sabía percibir los vínculos mejor que nadie. Asintió con la cabeza y salió por la puerta. Se metió las manos en los bolsillos para parecer despreocupado y caminó despacio, contando cada paso que daba. El vínculo comenzó a hacerse notar apenas dejó la propiedad. Hizo como Peter le había dicho y siguió mentalmente el vínculo, imaginándolo como una cuerda dorada (tan fuerte como la de un puente colgante porque así es como se sentía), hasta que llegó al otro extremo. Era casi como mirarse en un espejo, más brillante y menos complejo, pero él mismo al fin y al cabo. Y más allá de lo que era, se sentía seguro y cómodo, y mucho además. Si fuera un gato seguro que estaría ronroneando.

Sintiendo eso era más fácil permanecer alejado; incluso si no podía ir más lejos que la puerta del vecino, podía permanecer allí más tiempo sin sentir la necesidad de regresar corriendo. Esperó diez minutos antes de volver, tampoco quería que los vecinos sospecharan al verlo ganduleando allí. Cuando entró al salón se quedó con la boca abierta. Reese estaba tumbado en el regazo de Peter hecho una bola, dejando que lo acariciara, disfrutándolo y ronroneando como un gato.

—Los lobos no pueden hacer eso.

Peter le miró y sonrió sin dejar de acariciar a Reese.

—No es un lobo.

Stiles resopló y puso los ojos en blanco, pero aquella sensación que percibía de Reese era tan agradable que no podía evitar sonreír.

—Cuando te apetezca, puedes volver a la investigación—le dijo sin malicia y regresó a la cocina.

Se preguntó por un momento cómo era posible que Reese se encontrara tan cómodo con Peter, pero no podía pensar en eso ahora, tenía trabajo que hacer. No resurgió de los libros hasta que ya era de noche. Ni siquiera se había percatado de que su padre ya había regresado a casa hasta que puso una mano en su cuello para llamar su atención.

—Oh, hey—ya se había cambiado incluso de ropa así que debía de llevar un rato en casa.

—¿Cómo va?

—Demasiados sospechosos, pero estamos en ello—respondió, regresando su atención al libro.

—Descansa un rato, vamos a cenar.

—Ah, sí, tengo que preparar algo.

Noah rio y apartó la silla de la mesa para que se levantara.

—La cena ya está lista, Peter la ha preparado.

—¿En serio?—estaba sorprendido, no precisamente porque Peter cocinara sino porque pudiera hacerlo con los pocos ingredientes que tenían en casa.

Se dio cuenta de que algunos de los libros que había dejado por la encimera estaban recolocados uno encima de otro para dejar espacio para cocinar. La cena ya estaba en la mesita del salón y ocupaba toda la superficie, que no era mucha. Había un plato con carne, pero lo demás eran verduras y Stiles asintió con aprobación. Se sentaron alrededor de la mesa, sirviéndose la comida cada uno en un plato. Reese estaba tumbado debajo de la mesa.

—¿Crees que podrías volver mañana a clase?—le preguntó Noah.

Stiles frunció el ceño y picoteó la comida en su plato con el tenedor.

—Apenas puedo separarme de Reese de aquí a la puerta del vecino y ni siquiera sé por cuánto tiempo. No sé cuando estaré listo para ir.

—¿Y has pensado en realizar clases online?

—¿No te importaría?—preguntó sorprendido.

—Es tu último año y no creo que tengas dificultades para superarlo desde casa. Además, esa escuela parece un imán para los monstruos, me quedaría más tranquilo si no tuvieras que volver allí.

—Veré qué papeles tengo que rellenar y lo pediré cuanto antes—no podía negar que también era un alivio para él. Si seguía a este ritmo tendría que repetir el curso y, aunque no fuera lo peor que le podía pasar, no sería nada agradable.

Cenaron en silencio y no era algo incómodo como habría esperado de una cena con su padre y Peter. Mientras Stiles llevaba algunos platos a la cocina, pudo escuchar a Noah hablar con el lobo.

—Asegúrate de que se va a dormir. Si fuera por él se pasaría toda la noche despierto.

No pudo escuchar la respuesta, pero su padre parecía satisfecho. Se sentó a la mesa y abrió una nueva pestaña para buscar información sobre clases online. Cuanto antes terminara con eso, antes podría concentrarse en lo demás sin preocuparse por perder más y más días de clase.

—Vamos, hora de ir a la cama—le dijo Peter con una mano en su hombro.

—Aún es pronto—estaba cansado, pero tenía que replicar por principio.

—Son más de las doce. Tu padre se molestará conmigo si te dejo trabajando toda la noche y no quiero que el sheriff se enfade desde el primer día.

Stiles suspiró y cerró el ordenador. De todos modos ya había terminado de rellenar y enviar por e-mail todos los documentos. Peter lo acompañó hasta la escalera, pero entonces dio un paso atrás. Stiles lo miró confuso, estaba preparado para marcharse.

—Oh, am... Puedes quedarte a dormir si quieres. En la habitación de invitados—le ofreció, señalando con el pulgar hacia las escaleras agitando los brazos más de lo necesario.

Peter inclinó la cabeza levemente a un lado y le miró por un momento en silencio. Stiles se mordió el labio, seguro de que sus mejillas se estaban poniendo algo rojas y no entendía por qué. No es que le estuviera ofreciendo dormir en su cama.

—De acuerdo, vamos.

Colocó una mano en su espalda y subieron las escaleras, Reese adelantándose a ellos. La habitación de invitados era pequeña; la cama, no más grande que la de Stiles y había algunos trastos en la esquina, pero estaba lista para dormir y a Peter no pareció importarle. Stiles se echó en su cama con Reese y se quedó dormido casi al momento, pero despertó apenas una hora después solo en la cama, una sensación incómoda en su pecho. Cogió su móvil para usarlo de linterna y siguió el vínculo hasta la habitación de invitados. La puerta estaba abierta y cuando iluminó el interior con el móvil vio a Reese enroscado alrededor de Peter. Su enorme cuerpo cubría su torso y sus muslos casi por completo. Stiles podía jurar que Reese era capaz de cambiar su tamaño a conveniencia porque esa tarde no había parecido tan grande.

—¿Vas a dejarme dormir o piensas seguir observándome como un acosador?

Stiles balbuceó, manipulando torpemente el móvil hasta que consiguió apagar la luz. Las cortinas estaban abiertas así que la habitación quedó iluminada por algo de luz de la calle.

—Pff, creo que me confundes con Derek. No deberías dejarle ver Crepúsculo, por cierto. Adquiere sus malos hábitos.

Peter rio en la cama sin tan siquiera moverse para no molestar a Reese.

—¿Por qué sigues ahí?

—Um... Es que no puedo dormir sin...

Peter murmuró y le dio unos golpecitos a Reese con el dedo, pero este ni se inmutó.

—Creo que tendrás que dormir aquí si quieres estar con él—se movió un poco más a un lado de la cama y Reese se movió con él.

Stiles resopló. No podía creer que tuviera que compartir cama (y una tan pequeña además) por el capricho de su magia, pero estaba demasiado cansado como para pelearlo. Trepó por los pies de la cama hasta tumbarse al otro lado, que estaba pegado a la pared. Reese se movió en su sueño y apoyó medio cuerpo sobre él. Probablemente estaba fingiendo porque dudaba que necesitara dormir.

—No entiendo por qué le gustas más que yo—susurró mientras intentaba acomodarse, su espalda contra la pared y la cara casi pegada al hombro de Peter.

—Tengo mi encanto—la sonrisa era evidente en su voz.

Stiles le dio un manotazo sin apenas energía por el pésimo juego de palabras e intentó quedarse dormido junto al hombre al que había considerado su enemigo número uno hasta hacía no mucho (justo hasta que apareció Gerard). Fue más fácil de lo que imaginaba.





Fue el último en despertar al día siguiente. Reese aún estaba junto a él en la cama, pero en cuanto abrió los ojos saltó y salió de la habitación. Se preguntaba si su padre le había visto dormir con Peter. No había escuchado ningún disparo así que supuso que no. Cuando bajó a la cocina, Peter y Noah estaban desayunando apoyados en la encimera, en el espacio libre que habían dejado la noche anterior. Peter le entregó un café y Stiles se tomó casi la mitad de un trago. Había dormido bien (mejor que en mucho tiempo), pero iba a necesitar la energía.

Le explicó a su padre lo que había hecho sobre sus clases y le dijo que tal vez recibiera una llamada del instituto (también le advirtió que había firmado en su nombre. A Noah no le hizo mucha gracia, pero ya tenía su aprobación). Tan pronto como terminó el desayuno, siguió con la investigación como lo había hecho el día anterior, realizando algunos descansos para entrenar. Peter salió un momento por la mañana, aunque Stiles apenas se percató, y volvió con ropa limpia y bolsas de la compra. Cocinó la comida mientras Stiles seguía inmerso en los libros, pero esta vez fue más fácil distraerse con el delicioso olor.

—¿Desde cuándo tengo tantas especias?—preguntó mientras intentaba identificar los diferentes sabores que complementaban la carne.

—He salido a comprar.

—Ah, sí, pero no era necesario que compraras todo esto, yo no sabré utilizarlo.

—Yo te enseñaré. Con las especias adecuadas conseguirás que tu padre coma las verduras con más ganas y no tire la ensalada para comerse una hamburguesa a escondidas.

Stiles bajó el tenedor y le miró alarmado.

—¿Le has visto hacer eso?

Peter puso los ojos en blanco.

—Te he oído quejarte de ello.

Stiles resopló y pinchó la comida con algo más de energía.

—Vale, puedes enseñarme una receta o dos—ni siquiera sabía por qué era reticente, aquello estaba delicioso.





Era temprano por la tarde cuando recibió una llamada. Frunció le ceño cuando vio el nombre de Scott en la pantalla. Quizá al fin se había dado cuenta de que llevaba días sin ir a clase.

—Allison ha desaparecido.

O quizá no. Stiles inspiró hondo y rogó por energía.

—¿Por qué piensas que ha desaparecido?—le preguntó.

—Habíamos quedado, pero no ha aparecido y tampoco responde a mis llamadas ni a los mensajes—y Stiles estaba seguro de que habían sido un montón—. Tiene que haberle pasado algo.

—Vale, Scotty. Dame unos minutos y vuelvo a llamarte, ¿vale? Voy a comprobar unas cosas.

Colgó el teléfono antes de que Scott replicara. Miró a Peter al otro lado de la mesa y este levantó una ceja con expresión aburrida.

—¿Realmente crees lo que te dice el bueno de Scotty?

Stiles soltó una risa sin humor y sacudió la cabeza.

—Por supuesto que lo creo, creo que Allison no ha acudido a una cita que él creía tener con ella y creo que no le responde a las llamadas ni a los mensajes. Lo de que está desaparecida... ahora lo veremos.

Movió el dedo sobre el teléfono y se lo llevó a la oreja.

—Quién es—demandó en tono seco sin que tan siquiera sonara como una pregunta.

—Hey, Chris, ¿va todo bien?—preguntó con tono despreocupado.

—¿Stiles? ¿Cómo tienes-? Da igual. ¿Por qué llamas?

—Solo quería asegurarme de que todo está bien.

Hubo silencio por un momento y después un suspiro contenido.

—¿Por qué parece que siempre estás al tanto de todo lo que pasa?

—Ugh, realmente esperaba que solo fueran paranoias de Scott—gruñó, echando la cabeza hacia atrás, el borde del respaldo de la silla presionando incómodamente contra su cuello—. ¿Entonces, Allison está desaparecida?

—No estoy seguro—respondió con algo de reticencia.

—Por el amor de- ¿Sabes? Prefiero el alarmismo de Scott antes que tu actitud porque así puedo intervenir antes y evitar que alguien más acabe muerto.

Podía imaginarse el gesto culpable de Chris en ese momento incluso si este no decía nada.

—Debería haber estado en casa hace una hora. Desde la darach ambos estamos al tanto del horario del otro y no cambiaría de planes sin avisar y mucho menos dejaría de responder a su móvil—le informó al fin, gracias.

—Muy bien, voy a preparar la batida con la manada, sigue intentando contactar con ella y avísame con cualquier novedad.

Escuchó a Chris decir «tú también» justo antes de que colgara la llamada. Escribió de inmediato un mensaje a toda la manada. «Reunión @ Derek. MIA». Todos acudirían ante ese mensaje, especialmente tras las desapariciones que habían experimentado recientemente. Se levantó y cogió sus llaves antes de dirigirse a la puerta con Reese en sus talones. Se dio cuenta de que Peter ni siquiera se había levantado de la mesa. Suspiró y apoyó la cabeza contra la puerta con un suave golpe.

—¿Realmente no quieres ver cómo toda la manada se desespera por encontrar a la pobre Allison para después darse cuenta de que todo ese tiempo estaba follando con Isaac detrás de las gradas?—no era un escenario tan imposible, de hecho estaba en el top cinco.

Peter se levantó y le siguió fuera de la casa hasta el jeep.

Cuando llegaron al loft, Isaac, Scott y Derek ya estaban allí y Lydia llegó justo detrás de ellos. Ella miró alrededor y frunció el ceño.

—¿Allison ha desaparecido?—preguntó, justo al mismo tiempo en que Isaac preguntaba:

—¿Tienes un perro?

Escogió ignorar al lobo.

—No ha venido a una cita y tampoco responde a mis llamadas—explicó Scott con expresión desesperada.

Lydia puso los ojos en blanco y parecía a punto de darse la vuelta para marcharse.

—Chris también cree que ha desaparecido, desde hace una hora por lo menos—intervino Stiles y eso pareció convencerla.

—¿Qué hacemos, entonces?—preguntó Isaac.

—Tenemos que salir a buscarla, podemos dividir la ciudad y separarnos para cubrirlo todo—se apresuró en ordenar Scott.

—¿Entre seis personas? Dos de las cuales sin supersentidos siquiera—comentó Isaac casi gritando. Estaba empezando a estar tan agitado como Scott.

—Tres—murmuró Peter mirando incrédulo al nuevo alfa.

Stiles le dio un manotazo con el dorso de la mano. Sabía que a Peter le gustaba jugar con los cachorros, provocarlos, pero no necesitaba que se alteraran más en ese momento o no le escucharían. Estaba a punto de explicarles cuál era su plan cuando la atención de los dos Hale se dirigió a la puerta. Un minuto después la puerta del loft se abrió y Allison entró.

—¿Qué pasa? ¿Quién ha desaparecido?—preguntó, indicando el móvil en su mano.

Hubo una mezcla de alivio y molestia en el loft (esta última sobre todo por parte de Peter). Scott se acercó a ella corriendo como un perrito y Lydia y Isaac se unieron enseguida.

—Esto ha sido una pérdida de tiempo—murmuró Peter y se dio la vuelta.

—Mejor prevenir que curar—lo siguió fuera del loft, pero se detuvo frente al ascensor cuando su teléfono vibró, no quería perder la cobertura. Al ver que era su padre supuso que preguntaría si pasaba algo, tan solo le había enviado un mensaje de camino allí diciéndole dónde iba a estar—. Hey, papá.

—Tengo un caso—le dijo a modo de saludo—. Dos hombres muertos en un edificio casi abandonado. Una cámara en el exterior muestra a-

—Espera—le interrumpió rápidamente. Tenía un mal presentimiento—. Todos los lobos del loft, no reaccionéis en absoluto—les pidió, sabiendo que si lo intentaban podían escuchar incluso lo que su padre decía—. Sigue.

—Allison aparece en el vídeo saliendo del edificio justo antes de que encontraran los cuerpos. También la muestra entrando poco después de que lo hicieran las dos víctimas.

Antes incluso de que Noah terminara, pudo escuchar a Scott exclamando y comenzando a alborotar alrededor de Allison, preocupado por si estaba herida o si le habían hecho algo. Stiles intercambió una mirada con Peter, ambos serios.

—Ahora te llamo—colgó el móvil y volvió a entrar al loft.

Allison estaba casi llorando, dejando que Isaac rodeara sus hombros con un brazo y que Scott le cogiera de la mano. Parecía muy afectada, a punto de derrumbarse, sus ojos brillando con lágrimas sin derramar.

—Dice que la atacaron, que se defendió porque temía por su vida—le susurró Peter, que había oído lo que les había explicado mientras estaban fuera.

—Mhm—asintió, intentando permanecer neutral—. ¿Qué sucedió exactamente? Mi padre tendrá que tomarte declaración. Si hay cámaras y otros agentes lo han visto, no podrá ocultarlo sin más—comentó como si eso fuera lo que le preocupara.

Reese estaba pegado a él, no había dejado de tocarle desde que Allison había llegado y podía percibir su intranquilidad, su aversión hacia ella.

—Escuché ruidos, gritos, y me preocupé. Fui a ver qué pasaba y había dos hombres discutiendo, pero cuando me vieron...—sollozó y agachó la cabeza—. Se centraron en mí y- y hablaban de...—más sollozos y estaba temblando, cada vez más hundida entre Isaac y Scott—. Y tuve que defenderme, no pude...

—Tranquila, tranquila, no tienes que hablar de ello, no pasa nada. Ahora estás bien, no pueden hacerte daño—le aseguró Scott mientras le frotaba ambos brazos en un gesto que intentaba ser tranquilizador.

Stiles distinguió una arruga en el ceño de Isaac, un pequeño atisbo de duda.

—Isaac, ¿puedes venir un momento?—le pidió Stiles con tono tranquilo.

Dudó unos segundos, mirando entre Allison, Scott y Stiles, pero al final se apartó de ella y caminó hacia Stiles. Le hizo un gesto con la cabeza a Lydia, que también estaba cerca de ellos aunque no tan encima de Allison, para que se apartara y ella lo hizo manteniendo un gesto neutro. No se molestó en llamar disimuladamente a Scott porque sabía que este no le haría caso, estaba demasiado absorto en Allison.

—Scott, apártate de ella.

—¿Qué?—preguntó sin apenas hacerle caso.

—¡Scott! Esa no es Allison.


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