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Doce Perdidos (MiloXCamus Yaoi Lemon) CaMilo por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del fanfic:

Hola mis terrones ¿Como están? Aquí mamá terrón de azúcar reportándose, este es un regalo de cumpleaños para un terrón de azúcar pao_195, espero que lo disfrutes mucho.

Y lamento tardar, pero tuve algunos problemillas, pero aquí esta sin falta. 

Notas del capitulo:

Hola mis terrones ¿Como están? Aquí mamá terrón de azúcar reportándose, este es un regalo de cumpleaños para un terrón de azúcar pao_195, espero que lo disfrutes mucho.

Y lamento tardar, pero tuve algunos problemillas, pero aquí esta sin falta. 

-Aaaah… Estoy cansado…- Una voz masculina expresa su sentir, algo agotado, y con los ojos aun cerrados.

Ring… Ring…

-Mmhh… ¿Qué es eso?- Cubre su rostro con las sabanas, acurrucándose en su cama –No me quiero levantar…-

Ring… Ring… Ring…

El sonido solo se intensifica más, volviéndose bastante fastidioso.

-¿Qué es ese ruido?- Abrió uno de sus ojos azul verdoso, para divisar que lo está molestando.

Pero su adormilamiento fue apenas duradero por unos segundos, pues su sorpresa fue demasiado para contenerla.

-¡¡¡¿PERO QUÉ DEMONIO?!!! ¡¡¡¿DÓNDE ESTOY?!!!- grito a todo pulmón, cayendo de la cama, encontrándose de frente en el suelo, y la sabana sobre él.

Unos pasos acelerados se escuchan de afuera de la habitación y rápidamente la perta se abre de golpe, dejando ver a un hombre, de cabellos azul oscuro, delgado pero con una buena musculatura, el ceño fruncido una combinación de enojo y preocupación, sus ojos similares a las de chico en el suelo.

-¡¡¡¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ?!!!- Miro por todos lados, buscando al que había gritado -¡¡¡¿POR QUÉ GRITAS ASÍ MOCOSO?!!!- Giro su vista a donde está el caído, aun envuelto en la sabana.

-¿Quién es?- Preguntó, intentando salir de esa trampa de tela.

Frunció el ceño, mirando al joven moviéndose en el suelo, sin verlo a la cara.

Le quita la sabana con bastante brusquedad y algo enojado -¡¡¡¿CÓMO QUE QUIEN SOY?!!!- Y le dio un leve golpe en la cabeza.

-Auch- Sintió aquello, cerro sus ojos, llevando sus manos a la cabeza –Pero... ¿Por qué me pegas…Te?- Se quedó tan consternado al ver la apariencia del hombre delante -¡¡¡¿POR QUÉ TE PARECES A MÍ?!!!- Lo señalo asustado, y recargando su espalda en la base de la cama.

-¿Qué?- El mayor se quedó confundido, no comprende lo que a ese muchacho le pasa, pero no está de humor y más con el tiempo medido -¡¡¡¿QUÉ DEMONIOS TE ESTÁ PASANDO MILO?!!! ¡¡¡SOY TU PADRE!!! ¡¡¡YA VETE A LAVAR, LLEGARAS TARDE A LA ESCUELA!!!- Le reprendió bastante fuerte.

-¿Mi padre?- Sus ojos se abrieron de par en par, mas confundido que antes, volvió a mirar al hombre -¿Desde cuándo?- No sabía que decir, solo dejo escapar lo primero que se le vino.

-¡¡¡PUES DESDE QUE NACISTE!!!- Levanto sus manos, enfatizando el punto –Obviamente desde que tu madre estaba embarazada- Trato de calmarse, mirando el rostro confundido de su hijo.

-Pero… Pero… ¿Madre?- Volvió a hablar confundido, toda la situación le parece tan surreal.

-Mocoso… Creo que te golpeaste fuerte la cabeza ayer- Suspiró negando con su cabeza. Por eso te digo que uses casco cada que sales a patinar con Aioria- Miro su reloj de pulsera –Ya es tarde, vístete y sal para la escuela que yo debo irme a trabajar-

-¿Escuela?- Volvió a preguntar.

-¡¡¡¿QUÉ TODO LO VAS A REPETIR?!!!- Miro molesto al joven –Ya rápido, que llegaras tarde-

-Yo… No tengo que ir… Tengo veinte años- Se levanta para demostrar su altura.

-¿Veinte?- Rio bastante divertido el adulto –Tienes quince años, y los acabas de cumplir hace un mes, así que deja de decir tonterías-

Salió cerrando la puerta a su espalda.

-¿Quince años? ¿Dijo que tengo quince años?- Toco su cara con preocupación y miro su propio cuerpo, siente que no tiene la misma altura que antes.

Miro por todos lados, esa habitación no luce como la de su templo, si estaba igual de desordenada, pero… Una cama con sabanas decoradas de pequeños escorpiones, un escritorio con un computador portátil, una televisión, guitarra eléctrica y ropa esparcida por todos lados, incluso unos patines y algunos trofeos… No entiende nada.

Pero lo que quería era verse.

Encontró un espejo pequeño, y lo sostiene delante de su cara, mirando que en efecto su rostro… Luce más juvenil de lo que era antes.

No sabía que más hacer… Entro en pánico y luego miro hacia una puerta dentro de su habitación, fue directamente a ella entendiendo eso puede ser el baño.

Fue directo allí, bastante asustado, miro de nuevo su cuerpo aun con la pijama que consta de un short corto y una playera azul de tirantes.

Prosiguió y quitarse su ropa, quedando solo con la interior, suspiro… Mirando que su cuerpo si bien es delgado, la musculatura esta acorde a su edad, pero no la que recordaba.

Y de paso prosiguió a mirar una parte de su ser, que le tiene bastante angustiado.

-No puede ser…- Temblaron sus manos, bajo su ropa interior y por primer vez suspiro aliviado –Ay… Pensaba que sería pequeño, pero sigo teniéndolo grande-

Puede que esta observación de parte del peli cerúleo este de más, pero es algo que logro reconfortarlo.

-Sin embargo… ¿Por qué estoy aquí?- Miro de nuevo para todos lados, subiendo su ropa interior y mirando colgado un uniforme de camisa blanca, encima un pantalón negro y un saco igual -¿Y que es aquí?-

Tomo aquellas prendas, entendiendo que debe usarlas, como el uniforme de la escuela que va.

Se quedaría pensando todo más atentamente, pero unos gritos de su “Padre”, lo volvieron a llamar, apurándolo.

Se vistió lo más rápido que pudo, y se siente tan torpe por que no sabe que más usar, así que decidió ponerse un par de tenis en vez de zapatos y su mochila casi vacía, por que no comprende que debe llevar.

Bajo rápidamente las escaleras, chocando con todo lo que hay en su camino pues no conoce la casa, en lo más mínimo o no la recuerda en sí.

El hombre tan similar a él, solo lo miro preocupado, arqueando una ceja por como su hijo se comporta esta mañana.

Pero antes de salir por aquella puerta de caoba, le llamo la atención.

-¡¡¡OYE!!!- Casi como un grito.

El peli cerúleo se detuvo de golpe, hasta nervioso por el tono de voz. -¿Si?-

-¿Qué no piensas despedirte de tu madre?- Se cruzó de brazos, mirándolo bastante fastidiado.

-¿Eh? Si…- Miro para todos lados intentando encontrar a esa persona, pero no tuvo suerte, temiendo decir algo, solo bajo la mirada nervioso.

Suspiro –Sé que es difícil, pero deseo mantener su recuerdo con nosotros- Señalo con la mano la foto de una hermosa mujer de cabellos negros, alborotados y una hermosa sonrisa.

-Oh…- Asintió, admirando a la mujer que supuestamente es quien le doy la vida –Adiós- Dijo abriendo sus ojos… Sin saber que está haciendo lo correcto.

Negó con su cabeza, bastante molestó, pero queriendo comprender la situación –Bien, ya vete a la escuela Milo-

-¡¡¡SI!!!- Grito, y salió corriendo directo hacia la puerta, para toparse con el jardín que es de su propiedad.

-En verdad… No sé cómo termine aquí- Respiro bastante agitado, sus piernas tiemblan, y se cae al suelo por el miedo que comienza a sentir.

-Muy bien… Estoy en un lugar que no conozco, con una persona que tampoco conozco… Dice que es mi padre- Se toca la cabeza, como si le comenzara a dolor –Por Atena yo no tengo padre… El patriarca… El… Me crio… Y ahora… Tengo una madre…- Sus ojos se abrieron de golpe, sin saber que está pasando –Esto tiene que ser… Una trampa por alguno de esos espectros… O ¿el Dios Hades?- Negó con su cabeza.

Levantándose del suelo –Pero… Yo morí… Con el resto de los dorados, y si revivimos en Asgard y…- Reacciono de golpe, sonriendo algo satisfecho –Ese hombre dijo que ayer estuve jugando con Aioria- Se sintió más tranquilo -¡¡¡TENGO QUE ENCONTRAR A AIORIA!!!- El grito fue tan grande que se escuchó por todo el vecindario y por los oídos de su padre.

Obviamente la puerta se abrió detrás de su espalda, dejando ver a alguien bastante enojado.

-¡¡¡QUE TE VALLAS DE UNA VEZ A LA ESCUELA!!!- Ese grito sin duda logro superar al suyo en decibeles.

-¡¡¡SI SEÑOR!!!- Dijo esto, corriendo para salir de su jardín, y golpeándose de frente contra el portón de la entrada.

El suspiro del otro no se pudo negar, al ver que tan torpe amaneció su primogénito.

Después de ese incidente, y que corrió por todos lados para buscar lo que es su escuela, sin muchos éxitos al principio, pero siguió a un grupo de jóvenes con su mismo uniforme, intuyendo que es por ese camino.

Aun así iba hablando solo, sin duda todos lo miran como si estuviera loco  y ya lo está pensando.

-Estaba con los demás, en Asgard… Morimos todos… Y luego estoy aquí... En un… Mundo… ¿Paralelo?- Negó con su cabeza –No esto no puede ser-

Siguió el camino, mas sumido en sus pensamientos que de costumbre.

-Además… Tengo quince años… ¿Cómo es esto posible?- Miro su uniforme –¿Por qué no recuerdo nada de esta vida también?- Se agarró la cabeza, con toda la angustia posible.

Miro hacia adelante, encontrándose con un enorme edificio, sin duda la famosa escuela a la que asiste.

No veía ningún rostro familiar, todos se notaban tan normales o por lo menos no los recuerda.

-¿Qué pasa?- Suspiro, bastante angustiado.

Dudo en entrar al edificio, estando en el jardín de este, pero lo hizo, como sea no sabía ni siquiera a donde, su salón o materias.

Pero debía seguir el juego, si es que es una trampa, volvió su forma de ser como caballero, se intuía que algo malo pasa.

Sin embargo algo llamo su atención, una cabellera aguamarina, haciendo que sus ojos se abrieron y dirían un gran brillo, encontrando a alguien que reconocía a legua de distancia.

Corrió directo hacia esa persona, sintiendo el mayor alivio de su vida.

-¡¡¡CAMUS!!!- Grito el nombre del mencionado, y dándole un fuerte abrazo -¡¡¡ME ALEGRA TANTO VERTE!!!- Rompió el abrazo para sostenerlo por los hombros -¡¡¡¿SABES QUE ESTA PASANDO?!!! ¡¡¡¿DÓNDE ESTAMOS?!!!- Suplicando, pero sonriendo y sus mejillas sonrojadas.

El otro como si no comprendiera de que está hablando, pero el corazón de este joven late a todo lo que da, sin embargo en vez de estar feliz o algo, reaccionó bastante mal.

Frunció el ceño, y de buenas a primeras le dio una fuerte bofetada al peli cerúleo, y con la misma lo empujo, obligándolo a soltarlo y cayendo al suelo.

Todos los demás alumnos miraron el espectáculo, algunos sorprendidos, pues el peli aguamarinó es bastante tranquilo, pero otros… Negando con la cabeza, hasta molestos con Milo por haber hecho eso.

-¿Pero qué?- Ahora si más confundido y ahora dolido.

-Milo, ¿Por qué hiciste eso?- Una voz familia lo llamo –No deberías hacerle tener ilusiones al pobre de Camus, cuando ya lo has rechazado antes-

-¡¡¡¿QUÉ YO HICE QUE?!!!- Sus ojos azul verdosos se abrieron, igual su boca, la sorpresa siendo tan grande e increíble.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Quien hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Aquí el regalo para mi terrón de azúcar, es un CaMilo, pero obvio siempre tendrán toques de otras parejas y el ShaMu es mis fanfic's nunca podrán faltar. 

pao_195 espero que te guste y disfrutes tu regalo. 

Te vamos a cantar la canción oficial de la familia terrón de azúcar, así que disfrútalo.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades pao_195, tu cumpleaños si que si

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades pao_195, tu cumpleaños si que si

Espero que te guste, lo leas mucho y te encante, ya sabes que lo actualizare cada que pueda. En fin, hoy eres la matriarca así que ordena lo que gustes. 

Me despido por hoy, cuídense mucho, hagan caso de las medidas de higiene y no se expongan.

Los mega quiero.

Ammu se va.


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