No lo entiendo –
Kurenai soltó un suspiro – Naruto, la mafia funciona a base de honor. Uno no puede desobedecer al mayor y asesinar a un buen amigo solo por defender a...-
-A alguien como yo – la interrumpí. Yo ya sabia desde un principio que no era bienvenido, los trabajadores de Sasuke me lo recuerdan día a día.
-Mira, no sé qué le ha dado a Sasuke contigo, pero no le ha gustado mucha gente. Tiene veinte años y... debería de estar con cinco omegas aleatorias alrededor, no obsesionado con un beta – Kurenai hablaba con amabilidad y sus ojos eran tristes, pero aún así no pudo evitar que consiguiera un pinchazo en mi pecho al oír sus palabras – Es inusual. Es raro. Es...-
-Ya entendí – miré por la ventanilla, pero no reconocí nada. La cabeza me iba a estallar de un momento a otro; cerré los ojos y solté un quejido.
-No volveré a beber –
-Una gran decisión – Kurenai respondió con una pequeña sonrisa.
-¿A dónde dijeron que vamos? –
-A tu departamento. Nadie sabe donde es, sólo Sasuke –
-¿Y por qué me llevas tú? ¿No es peligroso si te descubren? –
Ella negó con la cabeza.
-Sasuke... confía en mí – dijo en voz baja, pero eso no era todo. Alcé una ceja y espere a que continuará, pero de sus labios no volvió a salir palabra alguna.
-¿Y qué más? – dije con desconfianza. Kurenai frunció los labios, con los ojos fijos en la carretera.
-Naruto, verás no me quitaron mis ovarios por ti. Yo... me metí con la persona equivocada –
-¿Quién? –
Ella trago saliva.
-Era un omega, un omega hombre y al parecer a mi padre no le agrado. Él quería casarme con un alfa y tener los genes más fuertes, pero antes de que sucediera hubo un accidente –
Kurenai tomo el aire necesario -Entre en celo y viole al omega. Lo peor de todo, es que ese omega era hijo de uno de los socios más importante de mi padre. Ese hombre pidió que me quitaran lo único que me hacia un alfa y mi padre por no perder sus contratos, lo hizo sin dudar –
-¿Y cómo llegaste aquí? –
-Sasuke me compro antes de que mi padre me vendiera a un pub nocturno. Al parecer le servía para cuidarte –
-¿Marcaste al omega? –
-No lo sé, no me dejaron verlo –
-Pero ¿Lo querías? –
-Si lo quería o no, no tiene importancia ahora –
Me deje caer con un crujido sobre el asiento de cuero, pero la expresión atormentada del alfa no me había enternecido. Todos los alfas eran iguales, solo se dejaban llevar por sus instintos.
Al cabo de una hora de viaje, Kurenai detuvo el vehículo y me ofreció agua con expresión cansada. Lo bebí sin decir nada; mi humor empeoraba cada segundo que pasaba y sentía unas ligeras náuseas cada vez que tomábamos una curva.
-Quiero hablar con Sasuke – dije después de beber y Kurenai negó con la cabeza.
-No creo que pueda hablar ahora. Pero tiene el número de tu teléfono, te llamara –
Fruncí el ceño.
-Entiendo – dije, no muy convencido. Kurenai me miro con expresión confusa.
-¿Te gusta Sasuke? –
Parpadee.
-Yo... ¿Cómo que si me gusta? –
-No estás aquí por gusto, eso está claro –
Trague saliva.
-No, no me gusta. Es solo que se ha comportado amable conmigo y me ha defendido – dije al final.
Ella suspiro.
-Naruto ¿Entiendes... entiendes realmente lo importante que es esto? –
Me mordí el labio inferior y me crucé de brazos.
-No se que tiene tu jefe – me defendí – El... dice que no quiere que nadie me toque ¿Qué hay de malo en eso? El me trata bien –
Kurenai se echo a reír.
-Eres el beta más raro que yo haya conocido – dijo al final, con una sonrisa casi de disculpa.
-¿Por qué? –
-Está hablando del alfa que te compro de una manera ilegal. Has venido a una reunión social de la mafia japonesa por decisión propia y has hecho que Sasuke le dispare a un hombre importante de su hermano. Y llevas solo una semana aquí ¿Qué harás cuando lleves un mes? –
Torcí el gesto, disgustado.
-Seguramente no cumpla un mes aquí –
-¿Estás de broma? Sasuke te adora. ¿No te llega con la cantidad de tonterías que ha hecho? Eres el primer beta y único que muestra algo de interés, algo que no se veía con su antigua omega – Kurenai se calló abruptamente al decir esas palabras.
-¿Su antigua omega? –
-Mierda –
-Ya me había comentado sobre ella, pero fue por que su padre lo obligo –
Kurenai suspiro.
-Si, su padre lo obligo casarse con ella y tener un heredero, pero las cosas no salieron bien que digamos –
Asentí, pero todavía estaba demasiado aturdido como para asimilar todo lo que oía. Sentía una extraña incomodidad en mi pecho y todavía tenia náuseas; definitivamente era la última vez que bebía.
-No me encuentro muy bien – dije en voz baja -¿Podemos esperar un rato antes de seguir? –
-Si, claro. Voy a hacer una llamada. Si quieres, puedes salir a tomar el aire –
Volví a asentir, pero me quedé acurrucado en el asiento de atrás mientras ella llamaba. Trague saliva, con los ojos cerrados.
"¿Cómo es que acabe aquí? Si no hubiera ido a ese estúpido bar..."
Pero antes de que pudiera caer en la desesperación, el teléfono que Karin me había dado empezó a sonar. Metí una mano en el bolsillo, lo tome con cuidado y acepte la llamada sin ver quien era.
-¿Sí? –
-Naruto –
-Sasuke – susurre. Un extraño hormigueo invadió mi pecho haciendo que me asustara yo mismo.
-¿Estás bien? ¿Con Kurenai? –
-Si, todo está bien –
-Eso es bueno, ella es la única en la que confió –
-¿Por no tener ovarios? –
-Hasta en los peores momentos no se te quita lo sarcástico - Hizo una pausa - ¿Tienes lo que necesitas? Si hay algo, pídeselo a ella –
-No, estoy bien, tengo mi maleta ¿Tu estás bien? –
Lo oí suspirar.
-Mi hermano es muy difícil de tratar, pero yo soy más difícil que él –
-Te creo –
- Naruto, yo... no quería que vieras la escena de ayer, pero solo al imaginar lo que ese bastardo iba a hacer contigo, me hirvió la sangre –
-Lo sé, no te preocupes, eso no me molesto para nada –
La vibración de su risa me trajo sensaciones desconocidas.
-Esto se va a arreglar. Pronto estarás de nuevo en mi mansión y en mi cama –
-Bastardo, calenturiento –
- No lo niego, deseo tenerte debajo de mi y que gimas mi nombre cada vez que...-
Sentí un vapor caliente en mi cara y lo interrumpí antes de que terminara la frase.
-Detente –
El alfa volvió a reír.
-Cariño, arreglare esto lo más rápido posible. No pienso dejarte ir –
Me horrorice por lo posesivo que sonaba, pero una parte de mi se sintió tan contento.
-Entiendo, tomate tu tiempo y cuida a mi madre –
-Tu madre estará bien, te lo prometo –
-Gracias, Sasuke – sonreí, pero esta vez fue de alivio.
-No hay de que, ten mucho cuidado ¿De acuerdo? –
-Si –
-Sayonara –
-adiós – tome aire al oír el suave sonido que corto la comunicación y al levantar la vista, me tope con la mirada burlona de Kurenai desde el asiento del piloto.
-¿Qué? – pregunte malhumorado. Kurenai se encogió de hombros.
-Ya veo, tienes síntomas del síndrome de Estocolmo –
Fruncí el ceño.
-¿Qué quieres decir con eso? –
-Que te estas enamorando de la persona que te secuestro, lo digo porque pusiste una cara de omega de quince años con su primer amor –
Me sentí enrojecer. Por si las dudas, mire hacia mi hombro donde fue la última vez que Sasuke me mordió y al no ver ninguna cicatriz, suspire de alivio.
-Ya cállate y conduce - ordene.