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Bad Death por MorganaDark

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Después de unos minutos, llegamos a un departamento de lujo. En el interior, estaba muy hermoso, los pisos eran de madera fina, las paredes de color naranja y los muebles de la cocina de mármol.

-¿Tienes hambre? – me pregunto Kurenai.

Negué con la cabeza.

-Necesito descansar –

Kurenai asintió, pero abrió el refrigerador y saco varios ingredientes para hacer un sándwich. No le dije nada y caminé hacia mi habitación.

Cuando vi la cama, me tiré sobre ella y cerré los ojos para descansar.

No dormí casi nada.

La cama era cómoda, la habitación era bonita, el departamento era acogedora, Kurenai dormía a una puerta de distancia, pero la discusión interna en mi cabeza no me dejaba dormir.

No confiaba en Sasuke; por supuesto que no. Habría que ser muy estúpido para confiar en él; es el líder de la mafia, un criminal despiadado y frio que había asesinado a uno de los socios de su hermano porque había tocado lo que era suyo, que soy yo. Me trataba como el anillo de la película que vi una vez con los traidores, cuando ese extraño personaje mataba a los que tocaban a su precioso objeto, pero se que yo soy diferente, porque cuando no funcione su despiadado experimento, me tirara a un lado.

Se que volveré a mi antigua casa de cal húmeda y fría, de que mi madre regresara a su antigua enfermedad y volveré a trabajar para pagar los gastos. Nunca en mi vida, había imaginado que iba a vivir en una bonita mansión, dormir en una cama enorme y suave con el alfa más pervertido del mundo. Ya estaba decidido dejar de ser un beta y convertirme en omega por el bien de mi madre.

Tan descabellado que suene, una parte de mi extraña al alfa. Aunque fuese su conejillo de indias, me habría quedado con el sin dudarlo. Solo por la calidez en su mirada cuando me sonreía por mi sarcasmo, por el extraño cosquilleo de su mano contra mi espalda cuando me había guiado por los pasillos del prostíbulo.

Me di cuenta de que estaba actuando como un idiota y las palabras de Kurenai invadieron mi mente, una y otra vez, pero estaba seguro de que todavía era un beta.

Con tantos pensamientos girando en mi mente, pude conciliar el sueño a las cuatro de la mañana.

Así que estaba agotado y somnoliento cuando a la mañana siguiente una ojerosa Kurenai y bien vestida, abrió la puerta de golpe.

-Tengo una noticia buena y una mala –

Trague saliva; mire el teléfono que Kurenai apretaba entre sus dedos.

-Dime lo que sea –

El alfa bajo la mirada.

-La buena es que podremos volver en un par de días. Puedes irte con Sasuke, de momento – su voz no sonaba tan alegre, sonaba cansada y preocupada.

-¿Y la mala? –

Kurenai respiro hondo.

-Itachi está enfadado – dijo al final – e... Itachi no es una persona fácil en estado normal, imagínate enfadado –

Sentí un balde de agua fría sobre mi rostro.

-¿Qué quiere? –

Ella meneo la cabeza, poniendo los ojos en blanco.

-No lo sé, supongo que hará una lista. Siempre hace una lista cuando las cosas no salen bien –

-¿Y qué vamos hacer en estos días? –

-No tengo la menor idea. No localizo a Sasuke para que me dé órdenes. Voy a llamar a Karin para que se quede tranquila y luego seguiré intentándolo ¿de acuerdo? –

-De acuerdo –

-Tratare hacer algo de comer, cuando termine esta llamada –

-No te preocupes, puedo hacerlo yo –

Después de todo, yo era el que hacia mi comida ya que mi madre no estaba en sus sentidos.

Termine preparando para el desayuno, un té fuerte y unas galletas integrales. Comimos al calor de la gran estufa de hierro que había en la cocina; no tenia idea de la distribución del departamento; estaba demasiado cansado cuando había llegado y ahora ni siquiera me interesaba, pero seguro que era enorme.

No me moví de la cocina en toda la mañana, todavía estaba agotado y mis músculos no respondían del todo por el cansancio. Kurenai entro y salió varias veces, pero no le prestaba atención a menos que estuviese hablando por teléfono; de todas formas, siempre era en italiano y nunca me hacia caso de mis miradas interrogantes.

Cuando ya se estaba haciendo de noche, consideraba seriamente la capacidad de morir de aburrimiento, Kurenai apareció en el marco de la puerta con el teléfono en la mano.

-Es Sasuke –

Kurenai me paso el teléfono con una expresión confusa.

-Hola – susurre, apretando el aparato contra el oído.

-Hola, mi hermoso kitsune –

-Sasuke – sentí una sonrisa extenderse por mi rostro; aprete los labios, dándole la espalda a Kurenai con resolución - ¿Estás bien? –

-Estoy bien –

Trague saliva.

-¿Has pedido disculpas? –

Lo oí bufar.

-No me conoces lo suficiente, cariño. Yo nunca pido perdón –

Sentí un cosquilleo en las puntas de mis dedos.

-Me lo imaginaba, pero no me dejaran volver ¿Verdad? –

-Vas a volver mañana ¿Sí? Estarás conmigo en la noche –

-¿Estás seguro? –

-Si –

-¿Tu hermano esta muy enfadado? –

-Eso me da igual. Cuando llegues hablamos. No podemos comunicarnos más por aquí ¿Sí? Necesitamos tener cuidado –

-¿Tengo que esconderme o algo así? –

-No, luego te lo explicare –

-De acuerdo – miré a Kurenai; salí de la habitación justo a tiempo de verle poner los ojos en blanco – Sasuke, no quiero regresar junto con mi madre a esa vieja casa, ya no quiero estar en ese lugar –

-No – casi lo oigo gruñir – No, te vas a quedar conmigo, te lo juro, Naruto estarás conmigo para...- oí un estrepito al otro lado de la línea -Mierda, tengo que irme –

-¿Qué esta pasando? ¿Estás bien? –

-Si, todo esta bien. Mañana nos vemos –

-Si...- respondí no tan seguro.

-Todo esta bien, Naruto, no tengas miedo –

-Si, tendré cuidado –

-Nos vemos, adiós –

-Hasta mañana –

Colgué, preguntándome como había podido ser tan corta una conversación de teléfono normal.

Kurenai tenía razón, parecía una omega de quince con su primer amor.

-Kurenai –

Kurenai apareció de la nada -¿Si? –

-Necesito hacerme una prueba –

Tengo miedo de volverme un omega así de la nada, se que es lo que esperaba Sasuke y esto ayudara a mi madre, pero quería estar seguro y estar preparado por los cambios. 

 


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