-Es el discípulo de mi abuelo Dohko- Responde tranquila, aunque nota el cosmos del pequeño gemelo bastante alterado, aunque sea aún un niño.
-¿Qué no se supone que el tío Shiryu es su discípulo y sucesor?- Pregunta Sander, algo confundido por esta revelación.
-Ambos lo son, pero como el tío Shiryu será padre pronto, tal vez llegue a desistir del título a dorado-
-Ya veo, entrena a otro por cualquier cosa que pase- Asiente con los ojos acerrados, entendiendo el dilema del actual Libra.
-Sí, mis abuelos fueron a comer, celebrando que mi hermano es el nuevo Aries y Genbu llego con ellos, ambos se están llevando bastante bien- No parece darle preocupación alguna hablar abiertamente de una situación obvia de la familia.
El castaño mayor, abre sus ojos, admirando la dulce belleza de la niña, pero mirando al frente para ver al joven Aries con el recién llegado, llamándole la atención un hecho bastante obvio.
-Parece raro que se lleven tan bien, si apenas se han conocido, además parecen acoplarse muy bien… Bueno Kiki es así y…-
No siguió sus palabras, pues de la nada el cosmos alborotado de su gemelo se hace presente, demostrando bastante furia, por las palabras de los otros niños que sin duda no han sido con intención de ofender a nadie.
Tanto Sander como Anshin se dan cuenta de este hecho, pero antes de poder decir algo.
El menor de los gemelos, se ha ido de lado de los dos, para correr directo a donde combaten el Lemuriano peli naranja con el recién llegado de China.
-¿Qué está haciendo?- La pequeña sin comprender este hecho, le toma de raro la actitud de su contemporáneo.
Claro, ella no sabía para nada lo que Argus siente por su hermano mayor, pero sin duda alguien si lo entiende perfectamente este hecho.
Después de todo está interesado desde esta corta edad en un integrante de la familia Aries-Virgo, y esta a su lado.
Sin duda, claro ejemplo que los Lemurianos son seres que demuestran tener un gran atractivo y llamar la atención de muchos, pero son pocos los afortunados de tener una oportunidad con ellos.
Mientras los dos pequeños se quedan en las gradas.
Los dos adolescentes combatiendo de forma amistosa, siguen su “Entrenamiento” entre risas y algunos cumplidos lanzados de manera coqueta, mas por parte del Libra y Aries actual sonriendo de lado y un leve sonrojo en sus mejillas.
-Veo que no por nada eres un digno caballero dorado- Un golpe lanzado, que no conecta hacia el cuerpo del Lemuriano.
-Tu tampoco estas mal- Esquiva aquel golpe, poniendo sus manos al frente, listas para un ataque en una magnitud más ligera –Creo que estas a un buen nivel de llegar a suceder Libra-
-¿Lo crees?- Las palabras dedicadas por parte de Kiki son música para sus oídos, provocando que sonría de inmediato, mira los ojos lilas del contrario y suspira.
-Estoy seguro Genbu, tú cosmos es fuerte, tu combate cuerpo a cuerpo también, no me dejas bajar la guardia ni un segundo- Habla por la honestidad del momento, la vergüenza de esa cercanía, pero la idea de que algún día sean compañeros de armas al mismo nivel, no le parece para nada mal.
Pero por ahora es él quién da cumplidos, lo ha hecho bajar la guardia, lo cual aprovecha el de Libra para en un movimiento rápido acercarse, para sujetar una de sus manos y rodearlo por la cintura, como una forma extraña de bloqueo, para que no pudiera completar su ataque.
Aunque más parece una excusa de estar de esa manera con el ariano, cerca, algo atrevido a su ver, y ante los ojos de los demás.
Pero es que no puede resistir a la distancia prudente, mas no intentará hacer más, solo es el bloqueo que creyó prudente, ocultando sus deseos.
Un instante donde sus ojos chocan, contemplándose mutuamente, sonriendo tímidamente, con las mejillas sonrojadas a más no poder.
No sabiendo que decir o hacer, solo disfrutando del momento.
Si alguien de la familia de Kiki lo viera… Posiblemente dependería mucho de quien fuera, pero… Lo más seguro es que si era Virgo o el patriarca, el discípulo de Dohko ya hubiera pasado a mejor vida.
Lo bueno que Anshin siendo la única allí, no le parece en lo más mínimo malo.
Pero alguien allí presenté si, y está a punto de hacerse notar.
Argus ha estado entrenando con su mamá, y al ser sobrino de Kanon igual con este último, pues al parecer el gemelo menor ha decidido que su sobrino más joven será su sucesor en algún futuro, pero no lo ha dicho, es mejor para él entrenarlo a escondidas para que Saga no lo detenga, y así el pequeño decida que quiere hacer a futuro.
Esta ventaja por su entrenamiento, puede no ser mayor a los dos adolescentes, pero suficiente para que su cosmos lo presida y su fuerza igual.
Sin más se para en medio de los dos, empujando con sus manitas al disculpó de Libra, mostrando su furia.
-¡¡¡ALÉJATE DE KIKI!!!- Frunce el ceño, delante del peli naranja, dispuesto a defenderlo si hace falta.
Desde luego este pequeño niño llama la atención de Genbu y Kiki, este último dándole cierta gracia esta pequeña reacción.
Suelta al Lemuriano, curioso por el recién llegado y sintiéndose mal por alejarse del peli naranja que ha robado su corazón a primera vista.
-Argus, tranquilo… No pasa nada- Le intenta explicar, poniendo sus manos en los diminutos hombros del niño.
-¡¡¡TE ESTABA ATACANDO!!!- Se gira a ver al Lemuriano, con los ojos Viridian bien abiertos de preocupación, apretando sus puñitos, en una denotada furia.
-Solo estábamos entrenado pequeño- Genbu le menciona al niño, dedicándole una gentil sonrisa, poniendo sus manso delante, como muestra de rendición.
Sin pensarlo, se gira de nueva cuenta contra el de piel más morena-¡¡¡¿TU QUIÉN ERES?!!! ¡¡¡¿Y CÓMO TE ATREVES A ENFRENTARTE A UN CABALLERO DORADO, SI NI SIQUIERA TIENES ARMADURA?!!!- Habla desde su enojo e inocencia infantil, pues nadie debe lastimar a Kiki, su más grande admiración y en donde ha depositado un enorme cariño.
Esto impresiona a ambos adolescentes, un niño gritándole al recién llegado, no lo concia, así que no sabía si ese era su comportamiento habitual, pero si podía ver que no le agrado para nada que este cerca del Lemuriano.
-Argus- Llama la atención del menor, bajando hasta su nivel, acomodando sus ropas típicas de Jamir –Tu mamá y papá te han enseñado que no debes gritarles de esa forma a tus mayores, si no hay motivos- La voz dulce de Kiki, demuestra que tiene mucho tacto para con los niños, sumando esos gentiles ojos que proyectan cariño.
-Pero… ¿Por qué te atacaba?- Quiere una explicación, acercándose más al Lemuriano –Además, te estaba bloqueando, y muy cerca de ti, no está bien- Sus mejillas rojizas, y los pucheros hacen ver al niño mucho más adorable de lo que ya es.
-Solo entrenábamos pequeños- Le sonríe de manera gentil, acariciándole los cabellos castaños oscuros –No me estaba haciendo nada malo, solo era un entrenamiento amistoso-
-Y… ¿Para eso te tenía que sujetar de la cintura?- Señala al Lemuriano justo en esa zona, enfatizando su punto.
-He… Bueno…- Los nervios se apoderan del nuevo Aries, desviando su mirada apenado sin más, pues de hecho no debería haber sucedido eso, más se dio.
-Solo fue un pequeño combate- Genbu se acerca a los dos, también bajando su cuerpo para quedar a la misma altura –No le haría nada malo a Kiki y fue un bloqueo bastante bueno- Le sonríe al menor, que se nota que no le cae nada bien, pero al ser alguien cercano a quién le interesa va a intentar también ganárselo –Si quieres ¿Te puedo enseñar?-
-No- Responde de inmediato, girando su cabeza, frunciendo el ceño y cerrando sus ojos, clara señal de desagrado para un niño –Mi mamá el caballero de Géminis y mi papá el caballero de Sagitario me entrenan y mi tío el dragón marino un pilar del ejercito del Dios Poseidón- En esos momentos solo quería dar a entender a su conciencia, que sin importar quien sea ese sujeto, no era para nada digno de estar con Kiki, en cambio él si podía.
Ahora sí, Kiki lo mira bastante extrañado, pues nunca se comportaba de esta manera, sabe que es travieso, pero jamás ha sido has de contestón, y lo sabe ya que lo conoce desde que nació literalmente.
Pero esto no duro mucho cuando, un joven de diecinueve años hace uso de presencia también.
Con el cabello todo alborotado, la ropa sucia, sudando por haber estado corriendo por todos lados, y angustiado a más no poder.
Sin embargo al fin podía notar un halo de tranquilidad en su vida, sabiendo que no moriría sin haber heredado la armadura de su maestro, algo que no muy lejos se encuentra este hecho.
-¡¡¡SANDER!!! ¡¡¡ARGUS!!!- Pobre Pegaso siendo niñeros de dos pequeños torbellinos, que lo hacen correr varias veces, algo que usualmente hace el menor, pero en esta ocasión el mayor también quiso, solo al sentir el cosmos de la niño cerca y ya quería verla.
En las gradas, el mayor nota esta presencia, que sin duda le costara un castigo.
-El tío Seiya te está buscando- La rubia le remarca este hecho.
-Creo que me van a castigar- Responde bajando la mirada algo decaído.
-No debiste escaparte de él, sabes que ellos nos cuidan- Es una pequeña muy sensata y calmada, por eso no existe problema cuando es cuidada por otro bronce que es discípulo de su padre.
Un suspiro triste, pues los castigos consisten en no salir a veces de géminis o sagitario, allí entrenar y no tener dulces, de un día a una semana, dependiendo lo que hicieran.
Mientras los que están en el coliseo, se giran al ver a este castaño recuperando el aliento, y mirando directamente hacia el menor que se encuentra en medio de los adolescentes.
Captando de inmediato lo que está ocurriendo –Argus, ¿Volviste a escapar de Seiya?- La pregunta que ya conoce la verdad.
Cierra sus ojos, apenado pues sabe lo que ha hecho y Kiki no es partidario de que los pequeños hagan esto.
-Solo un poco…- Se encoje de hombros, pues también sabe las consecuencias.
Sin más, Pegaso se acerca al Lemuriano que conoce, para acto seguido poner sus manos sobre las caderas y mirar al pequeño.
-Argus, ¿Por qué siempre se escapan?- Sus ojos marrones, no demuestran estar nada feliz con este hecho.
-Es que… Yo…- Intenta buscar una buena excusa que dar, hasta que una se viene a la mente –Tío Seiya, debía venir a felicitar a Kiki, es ahora el nuevo caballero de Aries y…- Recuerda de inmediato la presencia del otro sujeto y se enfurece -¡¡¡ADEMÁS, ESTÉ ESTABA MOLESTÁNDOLO Y NO LO VOY A PERMITIR!!!- Señala con su dedo índice al otro adolecente, que solo se queda sin saber que decir o hacer.
Una por que el niño lo sigue acusando de algo que no ha hecho con esa intención y por qué reconoce a Seiya como un caballero legendario, sobre todo lo que ha hecho por defender a Atena, hacer grandes cosas, junto con los demás caballeros de bronce desde luego.
Al fin lo conoce y lo que ve, es que Pegaso es un niñero de dos pequeños que parecen ser más difíciles de controlar, que al mismo Hades.
-No interesan las escusas- responde algo irritado, pero sobre todo preocupado –Saben que a Aioros y Saga no les gusta que hagan esto- Al parecer el crecer lo ha hecho madurar y ser más responsable.
-¿Nos vas a acusar?- Pregunta con cierto miedo el niño.
-¿Tu qué crees?- Lo mira con el ceño fruncido, pero sintiendo que el corazón se le ablanda por la carita que Argus hace, más será firme, no puede dejar que le ganen un par de ojos de niño.
Sin más el menor solo atina a abarcarse del Lemuriano, como si fuera su última defensa, pero sabe que el peli naranja no tiene ninguna voz, ni voto en el asunto, pues esto que ha hecho no será consentido por él.
Aun así, con este inconveniente provocado por el gemelo menor, no hará desistir de sus intentos por seguir acercándose al Lemuriano que ha robado su corazón.
Pero debe saber y tener en claro, que no solo el hecho de tener el obstáculo del padre de Kiki y el abuelo de este, si no que presenta a un pequeño rival, que llega a obtener abrazos y cuidadosas más fáciles del nuevo Aries.
Una competencia difícil en cierto modo.
---En la noche (Templo de Libra)---
Por el tiempo que Genbu deba ir a entrenar al santuario se quedara en libra.
Y está bien por el joven de piel morena, además que al pensarlo existirá alguien cuidando dicho lugar, ya que el verdadero caballero de Libra, usualmente por la noche no se la pasa allí.
Más antes de irse a la sala patriarca, a “Descansar” a lado del peliverde, debe darle más instrucciones al recién llegado, por si cualquier cosa llega a pasar, aunque es solo por petición del adolescente, ya que al momento de que volvió de haber salido con Kiki, Dohko ya se quiere ir con su borreguito.
-¿Alguna otra duda?- Bastante apresurado, mirando solo el camino que el conducirá hacia el amor de su vida.
-Si…- Asiente algo nervioso y apenado, algo rojo de las mejillas.
-Ay niño, dime rápido que yo ya no aguantó más tiempo sin mi borreguito- Desesperado, frunciendo el ceño, con los brazos cruzados.
-Bueno… Por lo que puedo ver, usted maestro tiene mucha experiencia en conquistar…- Habla con ciertos nervios, pero tratando de lucir tranquilo sin muchos logros.
-Tengo más de doscientos cuarenta y tres años amando a mi borreguito y conquistándolo día con día, así que, si estoy muy calificado- Sonríe orgulloso, mirando con cierta picardía al de cabellos naranjas -¿Necesitas concejos para enamorar a mi joven nieto?- Su tono de burla, demuestra curiosidad, pero un toque de cierta molestia se deja ver.
Algo que podemos ver claramente como una señal que estará al alba en proteger a su familia, pero no se va a poner a negarles esa posibilidad de enamorarse.
Sin embargo, es el momento de tener una conversación con este discípulo y las advertencias que deberá seguir Genbu, si desea conquistar el preciado corazón de Kiki que se pude ver es sumamente codiciado.