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El bucle del desprecio por ami4alice

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Notas del capitulo:

¡Bueno, bueno! Ha sido un tiempo desde que escribi un Yuuram...

Como siempre: KKM no me pertenece, yo solo disfruto de hacer sufrir a los personajes que más adoro <3

Espero disfruten de este One shot.

En esa tarde soleada, donde un gran festival se estaba llevando a cabo en conmemoración de la paz que se había logrado, solo había una cosa que cruzaba la mente de Wolfram von Bielefeld, una corta y sencilla frase mientras veía aquel escenario frente a él.

“Estoy cansado”

Fue lo único que pensaba mientras veía como ese escenario se repetía por quinta vez.

Una linda joven con su cabello dorado y ondulado, con ojos color verdes como gemas, vestida con una prenda sencilla, notándose sus orígenes humildes, por eso no fue extraña su agradable personalidad. Esa ternura y sentimiento de querer protegerla que la acompañaba hacia que cualquiera a su alrededor deseara ayudarla. Por eso mismo es que a Wolfram no se le hizo nada raro ver a su prometido ofreciéndole su mano para que lograra levantarse luego de haber tropezado tontamente.

Sus ojos se encontraban y Yuuri se sonrojaba bajo la mirada tímida de la joven. De nuevo, por quinta vez estaba observando como el corazón de su prometido era robado lejos de él y sin importar lo que sucediera, él ya no podía hacer nada para cambiarlo. Lo intento, cuatro veces anteriores intento de todas las formas evitar ese suceso. Primero actuó como siempre, con unos celos desmedidos, llamándole traidor, pero Yuuri solo lo ignoraba como acostumbraba, no le importó, ya que no se trataba de la primera vez que el otro joven mostraba su amabilidad, aunque al final se arrepintió de su negligencia y falsa confianza.

En esa primera vida sus celos desmedidos provocaran que cometiera el mayor pecado de todos, incurrir al asesinato. Fue condenado luego de que toda la verdad saliera a la luz, nadie lo defendió. En la segunda ocasión, trató de evitar ese encuentro, si Yuuri no se encontraba con esa chica, entonces no sucedería nada malo… Se equivocó enormemente, sin importar cuánto lo intento, sus encuentros se dieron con más frecuencia, antes de darse cuenta, ya lo habían robado por segunda vez.

Así paso una tercera y cuarta vez, aunque en esas dos ocasiones, Wolfram no hizo nada y aun así, fue castigado con la muerte. Alguien había envenenado a la dulce joven amada por todos y muchos conocían el carácter de Wolfram, así que lo señalaron sin siquiera darle oportunidad a una explicación, por segunda vez se dio cuenta que nadie se puso de su lado. A la cuarta vez, su límite estaba realmente al máximo… ¿Qué clase de pecado cometió para tener que repetir una y otra vez ese mismo escenario? ¿Tenía tan siquiera la oportunidad de cambiar la historia?

Sin importar lo que hiciera o dijera, nadie iba a estar de su lado, claro que sería así, si en el fondo todos lo despreciaban, Wolfram era consciente de ello, pero por voluntad propia decidió ignorarlo, no, tomó esa decisión porque no deseaba ser consciente de ese hecho. Allí, por quinta vez, veía a la hermosa joven que seguramente se convertiría en la esposa de Yuuri, una linda mujer como siempre soñó, muy diferente a él, un hombre.

-Muchas gracias majestad.

Agradeció la joven con una sonrisa tan cálida como el sol.

-No tienes por qué agradecerme, ha sido un honor.

Yuuri rascaba su nuca con una boba sonrisa, siempre hacia ese gesto cada vez que estaba nervioso. La joven rió, atrapando aún más el corazón del joven delante de ella.

-Tengo que hacerlo majestad, ya que el honor es mío.

Hubo un silencio, pero a nadie le molesto para nada, ni siquiera cuando gracias a eso el desfile que se estaba dando se encontraba detenido. Wolfram sintió como Gwendal se colocó a un lado.

-Wolfram…

-Está bien… -dijo interrumpiendo a su hermano, sabía lo que iba a decirle -. No haré ningún escándalo.

Wolfram caminó hacia donde se encontraba su prometido y cuando lo vieron hacerlo, todos se esperaban un posible escándalo, hasta el mismo Yuuri lo hizo cuando se percató de que el otro se acercaba, aunque Wolfram se detuvo a unos pasos de la pareja, como si estuviera poniendo una línea entre los otros dos y él.

-Wolfram….

Yuuri solo decía su nombre en ese tono cuando le convenía, aunque en ninguno de sus intentos pasados le llamó de manera cruel, lo agradecía y a la vez lo entristecía, ni siquiera tenía el derecho para tener el odio de la persona que amaba. Wolfram llevo una mano a su pecho y sonrió.

-Yuuri, ¿por qué no escoltas a la joven a su hogar?

Obviamente aquello tomaría por sorpresa a todos, incluyendo a sus propios hermanos.

-¿Qué?

Yuuri parecía inseguro, pero Wolfram no cambió de expresión.

-Seguramente se ha lastimado por la caída, sería problemático que una dama ande sola con una herida –comento -. Así que ve y acompáñala, me encargaré de lo demás aquí.

El Maou tenía que terminar el recorrido, pero aun así, Wolfram le estaba diciendo que se fuera con esa mujer, algo que jamás había pasado antes. Si igual no iba a poder evitar que se encontraran, entonces dejaría de ir contra el destino, Wolfram tomó esa decisión la última vez que vio la muerte. Yuuri parecía dudar y dirigió su mirada a su padrino como buscando una respuesta, este parecía igual de confundido.

Gwendal rompió con el silencio cuando se aclaró la garganta.

-Majestad, no podemos seguir haciendo esperar a la caravana.

Allí Yuuri cayó en cuenta sobre lo que estaba provocando, luego de una tímida expresión, asintió con la cabeza y se giró a la chica.

-Te acompañaré.

-No… ¡No es necesario! –dijo ella avergonzada -. No podría pedirle a su majestad que me acompañe… Además, mi casa queda bastante cerca…

Una situación incómoda se presentó y Wolfram decidió actuar de nuevo.

-Por favor permítale a… -Wolfram hizo una pausa dudando sobre lo que iba a decir -. Permítale a su majestad terminar el trabajo escoltándola hasta su hogar. No sería correcto dejarla sola.

No le importó la forma en que los demás tomaron el hecho de que lo llamara así, tampoco le intereso la reacción de Yuuri, solo espero allí a que su argumento convenciera a la chica. Lo logro.

-Entiendo, entonces… Si no es mucha molestia, gracias por acompañarme.

-Ah… sí.

Yuuri se marchó con la dulce joven de cabello dorado. Cuando dejó de verlo, Wolfram se giró para volver a su caballo, subirse y tomar la correa del caballo de Yuuri, para sin más indicar que el desfile continuara.

Hicieron todo el recorrido que tenían previsto y al llegar al final, todo en el festival dio inicio, comenzando a oírse los fuegos artificiales y demás cosas. Seguramente un lugar animado donde una pareja podría disfrutar a gusto, Wolfram esperaba que Yuuri estuviera disfrutando del festival junto a la dulce joven que conoció en la tarde, porque por su parte, él decidió volver al castillo. No tenía motivos para celebrar y no quería tampoco hacerlo, aunque le dolió un poco el corazón por Greta.

A la única que podía considerar era verdaderamente su aliada se trataba de esa pequeña joven quien tenía orígenes humanos. Él despreció por tanto tiempo a los humanos y uno de ellos fue el único apoyó que tuvo. Greta lo defendió, hasta que él mismo le pidió que no lo hiciera, no deseaba causarle infelicidad a su adorada hija, porque las veces anteriores, ella lo defendió y gracias a eso anduvo en boca de los demás, no siendo precisamente buenos rumores. Al darse cuenta de ello, Wolfram tomó la decisión de que no permitiría que su hija lo defendiera, le bastaba con saber que ella creía en él.

Se miró un momento al espejo de la peinadora, la habitación estaba completamente oscura, solo la luz de la luna y pronto la de los fuegos artificiales alumbraron el cuarto por escasos minutos. Allí estaba por quinta vez, pensando en lo que tenía que hacer para poder liberarse de ese horrible bucle al que parecía no podía escapar. ¿Cómo moriría esta vez? ¿Tendría que ver otra vez a la persona que amaba casarse con alguien más? Realmente no sabía si iba a lograr aguantar tanto.

Lo triste de todo es que él aún seguía amando a Yuuri. ¿Cómo no hacerlo? Yuuri era el sol en su mundo, algo que parecía innecesario pero que a vez se trataba de lo más importante y valioso. Él logro que cambiara, que dejara de pensar como un príncipe egoísta, por mucho que nadie creyera que había logrado cambiar. Quería ser una mejor persona para poder adaptarse a la bondad del pelinegro, pero parecía que sin importar lo que hiciera, nada parecía ser suficiente.

Si continuaba pensando, iba a recurrir a su anterior intento, donde le gano la depresión y desesperación, incurriendo a lo que más detestaba Yuuri… La guerra. Si Yuuri no lo amaba, entonces solo tenía que destruir todo lo que Yuuri amaba, pero ni siquiera así, logro obtener algo de parte del moreno. Que ni siquiera lo odiara, sino que antes de que lo declararan culpable, sentenciándolo a la pena de muerte, le dijera que lo perdonaba, fue lo peor que pudo oír en los últimos minutos de su cuarta vida. Suspiro, levantándose de la peinadora y yendo a la cama, lo mejor sería dormir y simplemente dejar de pensar demasiado.

Tal vez porque se encontraba relajado porque se resignó, logro conciliar el sueño más fácil que otras veces, por eso mismo no llegó a darse cuenta el momento en que el moreno volvió a la habitación. Yuuri había regresado del festival, quizás mucho más temprano de lo que se esperaría, desde que Wolfram no tuvo una escena de celos en la tarde, Yuuri había estado preocupado por el rubio, quizás se encontraba enfermo y por eso actuaba extraño, por lo menos eso es lo que pensaba el moreno.

Creyó que al entrar a la habitación, sería recibido finalmente por el carácter salvaje de Wolfram, había una posibilidad de que el rubio hubiese aprendido a discutir esos asuntos en privado y no en público, pero no, la habitación se encontraba horriblemente silenciosa, tanto que Yuuri por un momento dudo si allí se encontraba Wolfram. Se sintió aliviado de que estuviera durmiendo, aunque a la vez estuvo molesto.

-¿Qué es lo que pasa? –soltó con un suspiro -. Y yo aquí preocupado…

Normalmente Wolfram era de mal dormir, Yuuri estaba consciente de eso, pero pudo notar algo extraño en la expresión de su compañero de cuarto, parecía tener una pesadilla, ya que tenía el ceño fruncido y jadeaba un poco incómodo. Ese no era para nada el típico mal dormir del rubio. Se acercó preocupado, llevando una mano para poder tocar la frente del otro chico, tal vez tenía fiebre después de todo. Su sorpresa fue inmensa cuando su mano fue apartada con brusquedad… Wolfram había despertado y lo miraba asustado.

-Ah… -dejó escapar aliviando un poco su expresión aterrada -. Yuu…ri…

Por muy extraño que fuese, Wolfram alargo el nombre del moreno, como si dudara la forma en que tenía que dirigirse a él. No fue lo único que notó, Wolfram tenía sus brazos juntos, como si con eso buscara evitar que se le acercara, además, estaba el manotazo anterior.

-¿Wolfram? ¿Te encuentras bien?

Wolfram hizo algo que nunca antes había llegado a hacer, desvió su mirada sin contestarle.

El silencio reino en la habitación, por lo menos hasta que el rubio se movió finalmente, levantándose de la cama y yendo por una bata la cual se colocó encima mientras tomaba camino hacia la puerta principal de la habitación. Yuuri lo siguió con la mirada, viendo el momento en que se detuvo en la puerta un segundo, de nuevo lo estaba viendo dudar sobre algo.

-Yo… Iré por un vaso de agua.

-Está bien.

Yuuri no pregunto nada, pensaba que así le estaba dando su espacio.

Wolfram salió de la habitación sin decir más nada o mirarle de nuevo, más que sentirse mal, Yuuri sentía que estaba evitando su mirada. Se quedó completamente solo y fue allí donde dejó escapar un suspiro mientras se tiraba en la cama de espaldas, mirando un instante al techo, por lo menos hasta que levanto la mano que Wolfram antes había golpeado.  Esa sería la primera vez que el rubio lo golpeaba de esa forma, no es como que antes no lo hizo, pero no de aquella forma, con aquella expresión que nadie más había visto jamás. Yuuri decidió que le preguntaría a Wolfram cuando volviera de beber agua.

Tristemente… Wolfram no volvió a la habitación esa noche.

.

.

.

Estaba completamente desconcertado.

Yuuri Shibuya siempre quiso que Wolfram lo dejara de celar como un loco, porque algunas veces le molestaba que actuara de esa forma insegura, aun cuando gran parte de ello se trataba de su culpa, pero estaba desconcertado de que cuando obtuvo lo que quería, no se sentía conforme. Delante de los demás, Wolfram actuaba con normalidad, pero cuando estaban a solas, mantenía su distancia de él, no le miraba y siempre se apartaba cuando lo iba a tocar. Agregado a todo eso, aunque se acostaban juntos, cuando Yuuri despertaba en mitad de la noche, el rubio ya no se encontraba en la cama.

Finalmente había obtenido lo que quería, Wolfram no lo celaba por cada pequeña cosa que hacia junto a una chica y eso es lo que le tenía desconcertado, jamás se imaginó que aquello realmente iba a pasar, siempre creyó que tendría al rubio detrás de él celándole. En un punto, hasta le gustaban sus celos, pero ese hecho no lo aceptaría en voz alta. Ahora que se encontraba en su oficina firmando documentos, dejaba escapar un suspiro algo largo y pesado. ¿Cuándo fue la última vez que tuvo una conversación adecuada con Wolfram?

-¿Qué sucede majestad?

La voz de Gunter se hizo presente.

-Uhm… ¿Sabes dónde está Wolfram?

Ante aquella pregunta reino el silencio, tanto Gunter como Gwendal se quedaron sin palabras, normalmente el moreno no hacia esa clase de preguntas, siempre evitaba hablar sobre Wolfram.

-Él… Está entrenando con su escuadra como siempre.

-Uhm…

Yuuri no pregunto más nada y siguió firmando papeles.

Al poco tiempo le dieron oportunidad de descansar y tomó la decisión de que tomaría el almuerzo con su adorable hija. Tanto trabajo que tuvo debido al festival le hicieron estar ocupado al punto que no podía disfrutar de sus ratos libres con Greta, así que tomaría ese momento para hacerlo. Iba caminando por los pasillos, aunque se detuvo de golpe cuando una persona familiar estuvo delante de él. La amable chica de cabello rubio se encontraba allí en el palacio.

-Majestad.

La chica hizo una reverencia y se percató con ello que tenía ropa de sirvienta.

-Es bueno que se encuentra bien, señorita Crwos.

-Sí, gracias por ayudarme en esa ocasión –dijo ella con una sonrisa -. Y por favor, puede llamarme solo Mai.

Yuuri dejó escapar una risa nerviosa, se sentía extraño llamar a una joven tan hermosa por su nombre. Decidió cambiar de tema para evitar la vergüenza extrema.

-Por cierto… Veo que tiene el uniforme de las sirvientes… ¿Trabajaras aquí?

La chica asintió con la cabeza.

-Si majestad. Luego de tanto, finalmente he sido aceptada.

Mai estaba orgullosa de encontrarse ahí, desde hace un tiempo atrás había metido papeles para poder trabajar en el castillo pacto de sangre, pero hasta ese momento no obtuvo una respuesta. Se encontraba agradecida de que finalmente pudiera cumplir su sueño de servir al rey de Shin Makoku.

-¿Luego de tanto? ¿Es tan difícil entrar?

Obtuvo como respuesta una asentida de cabeza.

-Debido que este es su hogar, no cualquiera puede trabajar aquí.

Yuuri se quedó pensativo, eso explicaba el motivo de que siempre viera las mismas caras todo el tiempo. Suspiro un poco, entendía que lo quisieran proteger, pero sentía que estaban siendo injustos para las personas que necesitaban un trabajo.

-Me alegro de que pudieras trabajar aquí.

-¡Sí! Yo también estoy contenta –comento con una alegre sonrisa -. Aunque… Quisiera preguntarle algo.

-¿Qué sucede?

-He escuchado que lograr entrar a trabajar en el castillo fue gracias a su excelencia… -dijo ella sorprendiendo al moreno -. Yo… Si es así, quisiera agradecerle correctamente.

-¿Lograste entrar con ayuda de Wolfram?

Mai asintió con la cabeza.

-Según escuche, él dio un visto bueno para que pudiera trabajar…

Ni siquiera terminó de escuchar lo que estaba diciendo Mai cuando se giró en sus talones y comenzó a caminar en una cierta dirección. No podía creer lo que acababa de escuchar, con ese hecho, definitivamente podía creer que Wolfram estaba actuando extraño. Primero no teniendo sus arranques de celos y ahora ayudando a la joven con la cual tuvo un encuentro a entrar al castillo. ¿Qué es lo que quería Wolfram?

Luego de un rato caminando, finalmente dio con el rubio.

-¡Wolfram!

Aunque quiso pasarlo por alto, no pudo evitar notar como el otro hombre tensaba sus hombros. Se giró a mirarlo y en vez de su típica sonrisa o cara enojada, simplemente se veía desolado, tampoco lo estaba mirando directamente.

-¿Qué sucede?

-Escuché que has ayudado para que la joven del festival entrara a trabajar.

-Ah… sí.

Wolfram sabía que aunque no la ayudara, iba a lograr entrar tarde o temprano, así fue como lo hizo las otras veces. Entro a trabajar, comenzó a relacionarse más con los demás al punto en que se ganó el corazón de todos, hasta el de Yuuri. Por eso mismo, si de todas formas iba a pasar, Wolfram solo decidió adelantar las cosas, así podría liberarse de ese martirio lo más rápido posible.

-¿Por qué lo hiciste?

-Bueno… -de nuevo, miraba a cualquier parte menos a él -. Ya que parece que te agrado la otra vez, decidí que sería bueno tener trabajando aquí a gente que te agrada.

-¿Hablas en serio?

No obtuvo una respuesta de parte de Wolfram, lo cual le hizo enojar.

Antes de darse cuenta, por la forma en que reaccionaba el rubio, Yuuri simplemente expulso su enojo golpeando la pared que se encontraba cerca de ellos, normalmente Yuuri era amable y considerado, así que ese gesto sobresalto y sorprendió a Wolfram. Nunca había visto a Yuuri enojado, en ninguna de las otras cuatro veces.

De verdad que no estaba entendiendo a Yuuri, le estaba dando lo que tanto deseaba, lo que siempre le recriminó durante tantos años, entonces… ¿Por qué Yuuri no parecía feliz? No lo entendía, para nada, no llegaba a terminar de comprender el enojo de su compañero. Solo había adelantado las cosas que seguramente iban a suceder, pero Yuuri mostró su enojo, más que eso, Wolfram sentía que estaba herido, aunque no alcanzó a comprobar eso último, Yuuri se giró y marchó de allí.

Con su corazón confundido y dolido se quedó allí viendo la espalda ajena alejarse. No podía arrepentirse de la decisión que tomó, él decidió que dejaría de luchar y solo dejaría que se llevaran a cabo los deseos del destino, porque al parecer, su destino no era estar con el moreno, ya tenía suficientes pruebas para creer en eso rotundamente. Él no tenía un espacio en el corazón del rey, aunque sabía eso, no lo quiso aceptar durante mucho tiempo.

Tristemente… Wolfram se equivocaba con ese pensamiento.

Él si tenía un espacio en ese corazón, en realidad, era el único que se encontraba allí desde hace un buen tiempo.

.

.

.

El rumor sobre que la pareja real dormía en habitaciones separadas estuvo en boca de todos bastante rápido.

Aunque Yuuri no deseaba algo como eso, no se negó, debido a que el otro parecía incómodo con el hecho de dormir juntos. A pesar de que fuese extraño, el moreno deseaba complacer a Wolfram en eso, por mucho que no le gustara esa situación. Siempre evadió todo, no lo negaría porque es consciente de lo horrible persona que fue por actuar así, sabe que lastimó a Wolfram, por eso mismo es que no se negó a esa petición silenciosa. Nadie indago sobre el asunto.

Le estaba dando su espacio, por lo menos de eso se quiso convencer Yuuri en cada ocasión que podía, pero Wolfram ya no lo miraba, lo trataba con cierta distancia y se daba cuenta que estaba poniendo un límite entre ambos. No deseaba pensar, porque si lo hacía, sería consciente de que Wolfram se estaba escapando de sus manos, aunque… ¿Aun tenía derecho a pensar que Wolfram fue suyo en algún momento?

No pudo más y llevó sus manos a su rostro para cubrirlo, mientras estaba completamente recostado en una banca del jardín. La verdad es que no tenía ni idea de qué podía hacer y discutir el asunto con otros… no se sentía preparado para semejante cosa, principalmente porque Yuuri era consciente que no le darían las respuestas que quería oír. Conocía lo suficiente a su gente para tener presente que sin importar lo que dijera, se pondrían de su lado. Ahora se daba cuenta de la injusticia en esa balanza.

-¿Majestad?

La voz de Mai hizo que se sobresaltara.

Además de lo sucedido con Wolfram, se percató de otra cosa, sus encuentros con esa hermosa chica de cabello dorado eran demasiado frecuentes, agregado a que Yuuri sentía que Wolfram lo estaba lanzando a los brazos de esa mujer. Cuando trató de que comieran juntos o hablar sobre ese asunto, Wolfram terminaba soltando la misma frase.

“Es mejor que le digas eso a cierta persona, alguien con el que si quieras pasar tiempo.”

¿Qué significaba eso?

Aun a esas alturas buscaba una respuesta, si se lo estaba diciendo a él es por algo, pero parecía que sus sentimientos no le estaban llegando. ¿Así se sentía Wolfram todo el tiempo? Se sentía horrible y deseaba golpearse a sí mismo, darse un buen golpe en la cara, no, golpearse hasta que fuese consciente de lo que estaba haciendo. Yuuri se dio cuenta que él era un hombre peor que un enclenque, ni la basura tenía tan horrible lugar como él.

» ¿Majestad? ¿Se encuentra bien?

Yuuri miró a su lado, observando que antes de darse cuenta, Mai se sentó a su lado en la banca, bastante cerca si lo pensaba un poco.

Desde que ayudo a esa chica en el festival, esta se había tomado cierta confianza, algo que le molestaba a Yuuri. No se había dado cuenta que le desagradaba que otros se tomaran las confianzas de ese tipo, aun cuando él era ese tipo de persona confianzuda que no duda en acercarse a otros. Si lo pensaba un poco, solo escasas persona le agradaba su cercanía, su padrino porque lo veía como su familia al igual que Greta, estando en ese grupo Wolfram. Solo con esos tres fuera de su familia de sangre, le agradaba su cercanía.

-Uhm… Bueno…

Yuuri se movió para aumentar su distancia. No negaría que la chica era linda, pero le parecía molesta, igual, él seguía con su pensamiento inicial de que nadie le ganaba en belleza a Wolfram.

-Si no se encuentra bien… Yo puedo ayudarle.

-No… Estoy bien.

Realmente que Yuuri estaba condenado por culpa de su amabilidad. No sabía cómo rechazar a la chica, más aun cuando sabía que sus intenciones no venían con mala intención, él siempre fue bueno, su madre le enseño buenas costumbres, así que actuar de esa forma con una señorita se le hacía difícil. Buscaba una forma de liberarse, en realidad, en esos momento deseaba tener los ataques de celos de Wolfram, lo cual siempre le dio una buena excusa para apartarse sin contrariar sus ideales.

-No se ve bien… Déjeme ayudarle… ¡Yo soy buena cuidando personas! Se lo aseguro… ¡Será un servicio 100% garantizado!

Si la chica seguía insistiendo, simplemente no iba a poder más y sus ideales terminarían ganando esa batalla, necesitaba urgentemente una puerta de escape.

-¡Yuuri!

La voz de Greta pareció la voz de Shinou en ese instante, salvándolo de lo que se pudo haber dado allí. Se levantó de su asiento, apartándose de Mai.

-¡Greta! Me alegra verte.

Sin siquiera dudarlo fue donde su hija para tomarla en brazos, si la cargaba de esa forma, podía crear una barrera imaginaria para que otros no se acercaran a él.

-Majestad…

Ni siquiera había notado que Greta se encontraba con Conrad.

-Hola Conrad… Y ya te he dicho que uses mi nombre.

Se sentía aliviado de encontrarse de nuevo en el ambiente que conocía y en el cual se sentía cómodo. Siguió la mirada de Conrad, quien miraba a la chica que les observaba.

»Ah… -dijo -. Lo siento Mai, iré por ahora con mi hija.

Mai sonrió de manera tierna.

-Está bien, por favor disfrute de su tiempo con la princesa –indicó ella con un gesto tierno -. Aunque por favor cuídese, recuerde que es el rey.

La chica hizo una reverencia y se retiró, por su parte, ellos regresaron por el camino que antes llegaron el castaño y la niña. Luego de haber caminado un poco, Yuuri había bajado a Greta a petición de la chica, al parecer logro ver algo que le llamó la atención, así es como solo terminó con Conrad. Yuuri aún tenía muchas cosas en su cabeza, las cuales tenía que buscar una manera de drenar o entender, porque si no, entonces definitivamente iba a explotar todo. Por lo menos el ver a su hija jugar le traía un cierto alivio.

-Majestad.

Yuuri frunció el ceño haciendo un puchero y no dándole una respuesta, Conrad suspiro en respuesta.

» Yuuri –el nombrado le miró -. Parece que se lleva bien con la nueva chica que trabaja como sirvienta.

-Bueno… Supongo.

No dio una respuesta clara, porque él no consideraba las cosas así. Solo era una conocida, pero por culpa de sus ideales no podía decir algo tan grosero.

-Últimamente todos hablan de eso…. –comento Conrad con su típica sonrisa mirándolo -. Sobre la buen pareja que hacen.

A pesar de que Conrad soltó una corta risa en señal de que toda la situación le causaba gracia y ternura a la vez, para el principal involucrado se sintió como un horrible puñal. ¿Cómo las demás personas llegaban a esa conclusión? No, lo que verdaderamente le preocupo fue un solo hecho… ¿Wolfram también creía eso?

Eso le daba mucho sentido a todo, el hecho de que el otro lo apartara, de que siempre le dijera ese tipo de comentario insinuador. Wolfram creía que a él le atraía Mai y lo peor de todo es que estaba rotundamente equivocado. Se sintió un poco herido de que ese tipo de cosas se diera, pero no podía culpar a Wolfram, jamás podría hacerlo porque sabía que el hecho de que el rubio pensara así se debía principalmente a su culpa. Lo hizo dudar durante tanto tiempo que no tendría por qué sorprenderle su reacción.

-Eso es…

-¿Majestad?

No le dio una respuesta, para cuando se vino a dar cuenta, Yuuri se giró y comenzó a caminar sin siquiera mirar atrás.

Se sentía un poco dolido por la situación, aunque lo peor de todo no se trataba de eso, sino de que todos estaban reaccionando tal cual suponía. ¿Qué hacían buena pareja? ¿Hablaban en serio? Se supone que él estaba comprometido con Wolfram, ¿Por qué no tomaban en cuenta sus sentimientos? Bueno, nunca lo habían hecho y él tampoco colaboró para que lo hicieran. Decir que solo estaban comprometidos por una diferencia de culturas… Solo empeoró la situación de Wolfram.

En un punto había dejado de caminar y agachado mientras tenía sus manos en su rostro. Realmente se sentía patético, algo poco común para un supuesto rey. Nunca tomó en cuenta los sentimientos de Wolfram y ahora se sentía horrible debido a que lo estaba apartando, lo peor de todo no se trataba de eso, sino que él no tenía el valor de cambiar las cosas. Lo criaron como un japonés promedio, el cual espera conocer a una dulce esposa y casarse, luego tener hijos y verlos crecer, nada más, nada menos.

Sus ideales eran mucho más fuertes que sus propios sentimientos.

Porque él sabía desde hace mucho tiempo sobre sus propios sentimientos, claro que lo sabía, porque nadie quien solo siente amistad por otro hombre tiene deseos de besarle, no, Yuuri ya lo había besado sin que se diera cuenta, en más de una ocasión, pero todas ellas solo fueron cuando el rubio estuvo inconsciente. Su propia cobardía había causado aquella situación, él mismo se había estado empujando a ese tipo de final, donde cumplir con las expectativas estaba por encima de lo que sentía muy dentro de su corazón.

Al igual que Wolfram… Yuuri estaba muriendo lentamente por dentro.

.

.

.

Pronto llego el cumpleaños de Greta y se realizó una fiesta donde la mayoría de personas dentro de pacto de Sangre pudieron participar.

Yuuri estaba feliz porque pudiera pasar otro año junto a su amada hija, aunque en el fondo una gran infelicidad estaba tomando control de su mente. Ya no comían juntos, ya no pasaban su tiempo en conjuntos, solo se veían en el trabajo cada tanto, pocas eran las palabras que intercambiaban. La relación de la pareja real comenzó a conocerse como una fría y sin futuro, pronto el rumor de un rompimiento comenzó a correr por los pasillos.

Cada vez que Yuuri se acercaba a Wolfram para tratar de hablar, este lo esquivaba y cuando no podía escapar, casualmente aparecía Mai y Wolfram lo lanzaba con un comentario hacia la chica. Aunque Yuuri quería seguir a Wolfram, los ojos de los demás hacían que no lo hiciera, oírlos murmurar sobre su romántica historia, hacía que sus ideales lo ataran a cumplir el papel que se le había dado. Por eso mismo es que no podía disfrutar a plenitud de la fiesta de su hija, aunque disimulaba muy bien la horrible forma en la que se sentía.

Lo peor de todo no estaba siendo el cómo se sentía, sino que debido a que como Greta los consideraba a los dos como sus padres, se encontraban sentados cerca. Tan cerca y a la vez tan lejano, Yuuri sentía que a pesar de que Wolfram se encontraba a unos pasos de él, la distancia la veía como si estuviera a kilómetros de su lado. El moreno deseaba con todas sus fuerzas que la fiesta finalizara rápido, sentía que ya no podía respirar en aquella habitación, pero su castigo aún no estaba por terminar.

Mai se acercó al lugar donde se encontraban, junto a una sonrisa estiro su mano en su dirección. Yuuri se congelo, porque con ese gesto supuso lo que vendría, con tantas personas mirando, simplemente no iba a poder negarse, aunque lo que menos deseaba es pasar tiempo con la chica, más aun delante de Wolfram. Solo le iba a dar pie a que siguiera creyendo que aquello estaba siendo la mejor decisión.

-Majestad… ¿Le importaría bailar esta pieza conmigo?

Pronto llegó la invitación.

Yuuri quería escapar, pero pronto comenzó a escuchar de nuevo, la forma en que todos murmuraban sobre lo valiente que era Mai y lo muy enamorado que seguro se encontraban. Sobre el hecho de que él no se iba a negar a la invitación de una chica que fue valiente en invitar al rey a bailar. Todo parecían contentos y Yuuri solo se preguntaba una cosa… ¿Por qué todos estaban felices?

Abrió la boca, sin saber lo que iba a decir, pero en eso, algo peor sucedió.

-Deberías aceptar.

Wolfram al fin le miraba y solo le decía aquello.

Dos corazones fueron rotos con unas simples palabras. Wolfram se sintió horrible por entregar en bandeja de oro a la persona que amaba y Yuuri se sintió de la misma forma porque Wolfram le dijera algo como aquello. En ese momento Yuuri se preguntaba sobre si aquello es lo que verdaderamente quería Wolfram, pero no podía leer sus expresiones impenetrables.

» Ella ha sido valiente, no la hagas esperar.

Con esas palabras, Yuuri fue acorralado. Si su propio prometido le decía ese tipo de cosas, ¿qué opción tenía? Una única y desagradable opción.

Yuuri sonrió de manera torpe rascándose la nuca, disimulando muy bien lo que verdaderamente sentía. A veces actuar como un enclenque lo ayudaba a ocultar lo que se encontraba muy dentro de su corazón.

-Tienes razón, no podemos ser grosero con ella.

Se levantó de su asiento y tomó la mano de la chica para caminar hacia la pista de baile.

Todos parecieron festejar el baile que tuvo con una mujer con la que no se encontraba comprometido y él solo se fijó en una persona en la sala, la cual no paso mucho tiempo cuando se marchó del salón, aunque antes de que lo hiciera Yuuri pudo observar la expresión que tuvo por unos segundos mientras él bailaba con Mai.

¿Por qué le dijo que aceptara si iba a hacer esa clase de expresión?

Él estaba cumpliendo con lo que le dijo que hiciera, entonces… ¿Por qué Wolfram se veía tan herido? Quería seguirlo al momento en que lo vio levantarse de su asiento, pero no lo hizo. Todos los ojos estaban puesto sobre él y esa historia de fantasía que sacaron de su imaginación, muy alejada de la realidad. La presión que estaba teniendo la gente sobre él estaba causando que lentamente se fuese rompiendo, pronto no iba a quedar nada de él y quizás de Wolfram.

Cuando el baile terminó, antes de darse cuenta, se marchó de aquel lugar. Escuchó en la distancia las voces de los demás, pero honestamente no le prestó atención a lo que dijeron, solo siguió caminando sin rumbo fijo. Caminó y caminó, solo quería estar a solas, sin nadie más a su alrededor, sin esas expectativas que lo estaban matando. En su momento llegó a los establos y tomó a su caballo, cabalgando fuera del castillo sin rumbo fijo. Todo le estaba quemando, le dolía como si algo fuese a salir de su pecho y quizás lo iba a hacer.

En un punto se detuvo cuando el caballo no pudo más, ni siquiera se encargó de amarrarlo, si regresaba sin él le pareció lo mejor. No deseaba volver y continuar con esa falsa historia que les gustaba a todos, caminó un poco y se percató de que había un lago. Yuuri no lo pensó demasiado cuando se lanzó dentro del agua. Solo habría un lugar donde nadie de Shin Makoku podría encontrarlo, apareció en la bañera de su casa y sin siquiera preocuparse si alguien lo escuchaba, se fue a su habitación.

Antes de darse cuenta, se encontró tirando la mayoría de cosas, para acabar en el piso junto a las almohadas y sabanas, las cuales tomó y uso para cubrir su rostro al momento en que no pudo aguantar más, dejando escapar a través de sus gritos ahogados la frustración que llevaba días tomando control de su cuerpo.

Las cosas se estaban yendo a la mierda y lo peor es que él no hacía nada para cambiarlo.

Ahogo un grito tras otros mientras seguía estando allí tirado en el piso, odiaba su cobardía, odiaba sus ideales, odiaba a los demás (sacando a Greta), odiaba el hecho de que no podía ir en contra de sus ideales. Y a la única persona que no podía llegar a odiar era Wolfram, sin importar lo que sucediera no podía llegar a odiarlo, porque lo amaba, lo amaba desde el fondo de su corazón. Lo amaba lo suficiente para notar cada pequeña cosa de él, hasta la más tonta.

Que le gustaba revolver su cabello antes de irse a dormir, que tenía la costumbre que al despertar se quedaba dormido al llegar al baño,          que no le gustaba cuando las personas no tenían modales, que siempre fingía en el hecho de que no consentía a Greta en exceso, que a pesar de que se mostraba seguro y pretencioso le importaba la opinión de sus hermanos y madre. Todo eso y más, cada pequeña cosa, cada grande cosa, Yuuri había llegado a gustarle, hasta sus celos desmedidos, su cara enojada, sus exigencias. No hubo nada que odio de Wolfram o le disgusto, todo parecía perfecto a sus ojos.

¿Tenía que dejar ir ese amor que sentía?

Todo parecía señalar que sí.

En un punto, entre sus gritos silenciosos se quedó completamente dormido. Estaba agotado mentalmente así que no fue extraño cuando eso sucedió. Yuuri solo deseaba dormir y que toda esa mala pesadilla terminara, que todo volviera a como fue en un principio.

Quería volver con Wolfram. Aunque ya parecía ser demasiado tarde para tener tan egoísta deseo.

.

.

.

 ¿Por qué?

Aquella simple pregunta es lo que en ese momento se hacía Wolfram.

Cuando la noticia sobre que el Maou se había ido a su mundo llegó a sus oídos, simplemente se preguntó aquello. En las anteriores vidas que tuvo sobre esa misma situación eso jamás llego a pasar, Yuuri no volvía a su mundo en ningún momento, entonces… ¿Por qué las cosas estaban siendo diferentes?

No lo terminaba de entender, él había tomado una decisión luego de su cuarta muerte, que no se interpondría en ese amor que se estaba dando entre Yuuri y la chica de cabello rubio. Le daría el pase libre además de su bendición, porque él ya no tenía nada que hacer allí, es más, se había comunicado con su tío para terminar con todo eso. Si de todas formas iba a morir, entonces por lo menos iba a escoger el momento para hacerlo, por eso mismo llamó a su tío, antes de que se diera su muerte, quería pasar un tiempo con su tío.

Por eso mismo es que no entendía el comportamiento de Yuuri, desde hace tiempo que no llegaba a comprenderlo, ¿por qué estaba detrás de él? Debería estar detrás de Mai, así fue en las anteriores veces. ¿Qué había cambiado en esta ocasión? Él pensaba que todo se estaba dando tal cual como recordaba, por lo menos hasta que el moreno desapareció, porque les llevó un par de días descubrir que se fue a su mundo. Wolfram tenía muchas cosas en su cabeza.

-¿Wolfram?

Tenía que averiguar lo que estaba pasando, tal vez los planes sobre matar a la chica se estaba llevando a cabo antes de tiempo y por eso el moreno se fue, buscando alguna clase de cura o quizás solo se fue para darle un presente cuando se le propusiera

» Wolfram.

Debía de ser eso, el moreno solo fue por un presente, según recordaba, eso parecía ser una costumbre de su mundo. Un anillo, lo más seguro es que estuviera buscando un anillo para comprometerse, algo que no se daba allí en Shin Makoku.

» ¡WOLFRAM!

El nombrado se sobresaltó al oír su nombre, mirando a su tío.

» No me mires así, tengo rato llamándote.

Waltorana suspiro al momento de ver la expresión de su sobrino.

-Ah… lo siento.

-En serio Wolfram… ¿Qué sucede?

Wolfram no contesto, solo desvió la mirada.

» Wolfram, contéstame.

Waltorana no había querido tocar el tema por decencia hacia su sobrino, pero desde hace rato que quería saber la verdad. Primero estaban los rumores del Maou cortejando a una chica que trabajaba como sirvienta, luego la desaparición del moreno y finalmente la carta que recibió de su sobrino hace un par de días atrás. Wolfram no era el tipo que pedía atención de esa forma, siempre se mantuvo al marguen, aun así le envió una carta a él pidiéndole visitarle para pasar tiempo juntos y crear buenos recuerdos. Cualquier se preocuparía si leyera semejante cosa.

El menor dudo un poco, antes de suspirar y dignarse a contestar.

-Creo que… Mi compromiso con Yuuri pronto llegara a su final.

Obviamente eso impactaría a Waltorana.

-Eso no puede ser así… El Maou…

-El Maou se ha enamorado de alguien, no se puede evitar.

No podía creer lo que estaba oyendo de su sobrino, sobretodo la forma tan tranquila en que lo estaba diciendo, normalmente armaría un escándalo, lo cual solo aumento su preocupación.

-Wolfram.

-Esto iba a pasar tarde o temprano –dijo con una pausa -. Es lo que tanto quería Yuuri, casarse con una linda mujer que se volviera su esposa.

Fue triste que necesitara de cuatro vidas para poder darse cuenta de ese hecho. Wolfram sonrió de forma amarga, no podía evitar sentir pena por su yo pasado quien creía que en algún momento el moreno se iba a enamorar de él. Nunca le dio alguna señal de ello, solo en sus sueños se le cumplía su más anhelado deseo. Por lo menos allí podía disfrutar de un Yuuri que lo amaba, que lo besaba y acariciaba con dulzura, donde le mostraba esa expresión de amor solo para él y nadie más.

Recordar sobre esos sueños le hicieron darse cuenta de algo, últimamente no tenía esos hermosos sueños, tal vez porque se encontraba cerca del final de su amor. Wolfram llevó un momento su mano a sus labios, tocando estos un poco con sus dedos, realmente que esos sueños siempre los sintió tan reales que fueron la causa de que sus esperanzas subieran, pero la realidad es cruel y cuando despertaba, todo seguía igual.

-Wolfram… ¿Estás de acuerdo con ello?

Wolfram solo suspiro.

-Mi opinión nunca ha sido tomada en cuenta. Así que no importa lo que yo piense.

Lo peor de todo es que Waltorana no tenía con qué contradecir ese tipo de pensamiento y le hacía sentir triste ese hecho. Deseaba hacer algo por su sobrino, su tan amado sobrino.

-Wolfram… ¿Qué te parece volver a las tierras Bielefeld? Yo puedo recibirte con todo gusto, estoy seguro que lograras encontrar la felicidad allí.

Su tío, la segunda persona que sabía lo amaba de todo corazón. En una de esas vidas su tío murió antes que él debido a que lo inculparon de cómplice, así como con Greta, Wolfram había tomado la decisión de no involucrarlos en su destino. Tal parecía que su final sería acabar completamente solo, quizás en otra vida fue una mala persona y por eso estaba siendo castigado.

-Lo pensaré…

No le dio una respuesta, porque Wolfram sabía que no le quedaba mucho tiempo.

Su tío tampoco indago demasiado y se conformó con esa respuesta. Para Wolfram no tenía sentido prometer volver a las tierras Bielefeld, porque pronto su vida terminaría, así que prefirió no darle una respuesta clara, pero tampoco deseaba negarse, porque si lo hacía, sabía muy bien que su tío comenzaría a sospechar sobre lo que iba a suceder, no quería que se enterara de su triste final.

» Por ahora –dijo levantándose de la mesa -. ¿Qué tal si damos un paseo a caballo?

Waltorana asintió con la cabeza levantándose también.

-Vamos entonces.

Ambos hombres se pusieron en marcha hacia los establos, hablando sobre cosas banales. Wolfram quería disfrutar de lo que le quedaba de vida acompañado de las personas que le importaban.

.

.

.

Un mes después, Yuuri volvió de su mundo.

El rumor de que terminó yendo a su mundo por error y que se quedó durante unos días debido a la insistencia de su madre llego a sus oídos. Le aliviaba saber que se encontraba bien, aunque no fue a verlo al momento en que regreso, a sus ojos, aquello ya no se trataba de su responsabilidad, aunque una parte de verdad deseaba verlo. Wolfram agitó su cabeza, tenía que dejar de pensar en esas cosas, sus sentimientos tendrían que desaparecer pronto, pero a pesar de saber eso, una parte de él deseaba aferrarse un poco a ese amor que tenía por el moreno. Tal vez podía seguir teniéndolos, igual iba a morir pronto.

Aunque pensara de esa forma, sobre no querer ver a Yuuri, terminó de alguna forma en una banca del jardín, tal vez porque encontrarse allí le recordaba al moreno. No podía evitarlo, toda su mente estaba llena de Yuuri, a pesar de que la mente del otro no estuviera llena de él. Suspiro un poco, no debía de arrepentirse de las decisiones que tomaba, de todas formas todo terminaría de la misma forma en esa oportunidad, al fin y al cabo, comenzó tal cual como lo recordaba, con la chica rubia robando el corazón de Yuuri.

-Ha sido un tiempo.

Wolfram abrió de golpe los ojos al momento en que reconoció la voz. Yuuri estaba allí a unos pasos de él.

Se seguía viendo tan enclenque como lo recordaba, Wolfram tuvo que poner todo de él para no sobre reaccionar a la presencia del otro. No debía mostrar que aún seguía teniendo debilidad por esa mirada torpe, por esa risa nerviosa, por esos ojos tan negros como la misma noche llenos de tanta amabilidad. De nuevo su rostro se endureció, mostrando esa expresión impenetrable.

-Ciertamente –contesto -. Es bueno ver que estas de vuelta.

-Sí, sabes como es mi madre… -soltó con una risa -. Cuando tiene la oportunidad, no duda en atarme o pedirme traerla, es bastante insistente.

Wolfram lo recordaba muy bien, Yuuri había sacado esa tenacidad y calidez de esa hermosa mujer. La verdad es que él respetaba mucho a Miko.

-Eso solo hace ver lo saludable que aún se encuentra.

-En eso tienes razón –comento -. No sería ella misma si no estuviera animada hasta por los codos.

Ambos se imaginario la misma cosa sobre Miko lo cual provoco que comenzaran a reír un poco. Había pasado un tiempo desde que tuvieron una conversación decente, los dos realmente habían extraño esas conversaciones tan tranquilas y cómodas donde los dos podían ser lo que realmente eran sin aparentar nada. Honestamente, tanto Yuuri como Wolfram siempre se sintieron cómodos al lado del otro.

Aun después de que tuvieron un largo silencio, ninguno de los dos estuvo incómodo. Hasta sus silencios les traía cierta paz que no sentían con otras personas, ambos seguramente extrañarían esos momento de tranquilidad donde parecía que el mundo dejaba de tener significado. Aquel seguramente sería su último momento de paz, por lo menos así pensaban los dos.

»Wolfram…

Fue Yuuri quien rompió con el silencio.

-¿Qué sucede?

Wolfram uso el tono de siempre por costumbre, sobre todo porque Yuuri uso ese tono dulce que siempre parecía usar cuando estaban a solas.

-A ti… -Yuuri pareció dudar, pero decidió continuar -. ¿A ti te haría feliz que me case con Mai?

-Sí, lo haría.

Ni siquiera se planteó el procesar la pregunta que le hizo Yuuri, él ya tenía impuesto la respuesta que le daría si este le preguntaba sobre casarse con Mai. Aunque lo destrozara, esa fue su última decisión, si la felicidad del moreno no se encontraba con él, tampoco iba a ser tan cruel para arruinársela, por eso mismo dijo aquello sin duda en su voz. Lo que no se espero fue que no pudo mirar directamente a Yuuri al soltar aquellas palabras y sintió que Yuuri se encontraba en la misma situación.

Ambos estaban mirando al vacío.

-Comprendo.

Fue lo único que escuchó de parte de Yuuri, antes de sentir que se levantaba de la banca. El moreno no volvió a mirar atrás en su partida y Wolfram solo miró como se iba.

Él tomó una decisión, por mucho que le doliera no podía arrepentirse a esas alturas, no cuando él colaboro para que Yuuri y esa mujer estuvieran juntos. Solo quería hacer las cosas bien, que Yuuri lograra encontrar su propia felicidad, aun si significaba sacrificar la suya. Un fuerte golpe lo saco de sus pensamientos, viendo a su hija quien golpeo la banca teniendo una expresión molesta.

-¡Wolfram! ¿¡Por qué le contestaste que sí!?

-¿Qué?

-¿¡Acaso te hace feliz que Yuuri se case con alguien más!?

Wolfram tensó sus hombros ante aquella pregunta, fue allí donde se puso a analizar las palabras que dijo Yuuri, dándose cuenta de lo que Greta quería que notara.

¿Por qué?

De nuevo se preguntaba eso mismo, Yuuri de nuevo estaba actuando diferente a las otras veces. Wolfram se esperaba solo una pregunta sobre casarse, no que estuviera relacionada a su felicidad… ¡Por supuesto que no estaría feliz de que Yuuri se casara con alguien más!

Antes de darse cuenta y sin decir algo a su hija, se levantó de la banca, corriendo en dirección del moreno. Si su hija tenía razón en lo que dijo y si entendía las palabras ajenas como creía, entonces eso significaba que aún había esperanza, quería creer en ello. Deseaba desesperadamente que su mente no le estuviera engañando y que verdaderamente Yuuri sintiera algo por él, si existía la posibilidad… Quería aferrarse a ella. Pero la realidad es cruel y despiadada.

Wolfram recibió un golpe de realidad.

Al momento en que estuvo cerca de donde se encontraba el moreno, se detuvo de golpe, porque este se encontraba con Mai o más bien la chica se encontraba abrazada a él, tal vez ya le había dado la buena noticia sobre su compromiso. Allí simplemente tiró toda esperanza que le quedaba, con eso se daba cuenta que simplemente había sido una ilusión suya, nada iba a suceder, tenía que aceptarlo.

Sin siquiera intentarlo, Wolfram se giró y se marchó de aquel lugar.

Lo que el rubio no se dio cuenta, es que minutos antes de que él apareciera, Yuuri se había detenido ahí un instante, aunque lo hizo fue porque sintió que no podía contenerse más. Las lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas, algo dentro de él se había quebrado por completo al oír las palabras de Wolfram. Así que la felicidad del otro significaba eso… ¿Al final Wolfram jamás se imaginó una vida con él?

No lo podía culparía de que no tuviera ese deseo, él se encargó de destruirlo por su cobardía. Yuuri había tomado una decisión, si a Wolfram le hacía feliz y eso es lo que quería, entonces cumpliría con su petición silenciosa. Así como deseaba la persona que amaba, se casaría con la persona que le dijo, sin siquiera pensar más allá… Por lo menos quería cumplir con uno de los deseos de Wolfram, aunque fuese el que menos le gustara.

Como siempre, apareció Mai en el momento justo, Yuuri no pudo verla a la cara debido que al verla solo sintió dolor en su pecho. Se agacho y oculto su rostro, realmente no deseaba que nadie lo viera de esa forma, pero al parecer la chica no entendió su indirecta. En vez de irse se acercó a él a consolarlo, jamás entendería a esa chica… ¿Qué es lo que había hecho para enamorarla? Él en realidad no hizo nada.

-Todo estará bien, Yuuri.

No es a ella quien quería que lo estuviera consolando, pero no podía retroceder en la decisión que tomó.

Si Wolfram le decía que aceptara el compromiso, entonces eso haría, cumpliría las expectativas del que una vez fue su prometido como último regalo. Esperaba que eso ayudara a Wolfram a ser feliz, de verdad lo deseaba, porque aun al final… Su mente seguía llena de su prometido.

Amaba a Wolfram y porque lo hacía, cumpliría con su capricho.

.

.

.

Pronto el rompimiento del viejo compromiso y el nuevo compromiso salió a la luz, ya se encontraba en boca de todos.

Ya era una noticia candente el hecho de que la pareja real se había terminado y ahora Yuuri estaba comprometido con una hermosa joven. El sueño de toda señorita estaba volviéndose realidad, muchas mujeres envidiaron a Mai, quien fue capaz de robar el corazón del Maou. Pronto ella se convertiría en la mujer más poderosa de todas gracias a que había logrado su objetivo de tener el corazón del rey, su sueño desde que era pequeña, desde aquella vez que en una de las disputas entre Mazokus y humanos el Maou la salvo.

Mai se mostraba orgullosa de lograr sus sueños desde joven, más aún porque recibía la aprobación de todos. No hubo nadie quien rechazo aquella historia de cuentos de hadas, todos se mostraron satisfechos, aun cuando el actor principal se encontraba destrozado por dentro. Yuuri a pesar de encontrarse en agonía, fingía muy su papel de novio enamorado y torpe, por lo menos hasta el final actuaría correctamente, ya que eso es lo que deseaba Wolfram.

La ceremonia de compromiso se dio en la tarde en Pacto de Sangre, todos estaban reunidos para celebrar la unión del Maou una hermosa e inocente joven. Wolfram sabía que finalmente la hora había llegado, él recordaba esa reunión de compromiso, el primer momento donde hubo un intento de asesinato, mismo que se le atribuyó a él en más de una ocasión en sus otras vidas. No se molestó en buscar al verdadero villano detrás de ese suceso, porque aunque lo hiciera, nadie le creería. Así que hace mucho tiempo que tomó una decisión, él tomaría de aquella copa, la que estaba envenenada.

Decidió que eso sería lo último que haría, se podría decir que fue su manera de darle sus felicitaciones. Si él tomaba de la copa envenenada, entonces no iba a haber ningún problema después. El “villano” de esa historia desaparecería dentro de poco y el feliz para siempre aparecería en lo alto.  Wolfram tomó una decisión y no se arrepentiría de ello, si igual iba a morir, entonces sería él quien escogería la clase de final que tendría.

Pronto las copas para dar el brindes fueron repartidas y Wolfram no dudo en buscar la que seguramente se le daría a la futura novia. La tomó antes de que se la pudieran dar a la futura esposa de Yuuri, viendo como todos tenían sus copas solo le quedo esperar a que terminara el brindis. Algunos dieron un par de palabras de felicitación, ese brindes se alargó un poco más y aunque le pidieron que dijera unas palabras, Yuuri se escapó de decirlas, la que lo hizo fue la chica.

-Yo quiero agradecer a todos… Han sido tan amables. Yo me convertiré en una increíble reina por ustedes, para que así más personas puedan disfrutar del amor.

-¡Que vivan los novios!

Todos elevaron sus copas para felicitar a la pareja y luego pasaron a beberla.

Wolfram miró un momento la copa, luego pasó a ver a la chica beber de su copa y nada pasó, seguramente sorprendería a los que querían eliminarla. Miraba con tanto amor a la persona que hasta hace poco fue su prometido, Wolfram suspiro, aun a esas alturas seguía pensando en Yuuri como algo que fue suyo, cuando nunca lo fue. Sin arrepentimiento, decidió beber todo el licor de la copa, ya su hora había llegado y no podía seguir extendiendo su estadía.

-Wolfram.

El nombrado se giró para ver a su hija, por lo menos agradecía que lo último que viera fuera a esa encantadora señorita.

» ¡Wolfram!

Greta gritó horrorizada cuando luego de que Wolfram tosiera un poco, pronto el color carmesí ensuciara su ropa. Lo peor de todo es que en vez de verse asustado o preocupado, Wolfram solo le sonrió antes de simplemente caer al suelo.

Pronto todos se movieron para ver lo que estaba pasando, principalmente Waltorana quien se encontraba allí, había decidido quedarse en espera de una respuesta de su sobrino. Al oír el nombre de Wolfram, Yuuri de inmediato se movió, ignorando por completo el hecho de que Mai intento detenerlo, simplemente siguió su instinto, su deseo más profundo, más aun cuando escuchó los sollozos de su pequeña hija, ella solo lloraba así cuando algo le pasaba a uno de sus padres.

Al estar cerca pudo observar una de sus peores pesadillas.

No le importaba volverse un sacrificio o ser odiado, mientras Wolfram pudiera vivir, eso fue lo que decidió cuando le hizo la pregunta al rubio, pero ahora, viendo cómo se encontraba inconsciente al borde de la muerte… Simplemente todo lo que llevaba guardado comenzaba a reventarse.

-¿Qué fue lo que paso?

Preguntó luego de un largo silencio al ver que estaba siendo atendido por Gisela.

-Majestad, parece veneno… Hay que conseguir el antídoto pronto o él…

Gisela no terminó su oración cuando las copas en las manos de los invitados que se encontraban cerca fueron completamente rotas. Si solo se hubiese trataba de una porción pequeña no habría tenido efecto, por eso Mai se salvó en las otras vidas, pero Wolfram había tomado la decisión de beberse toda la copa, para cuando consiguieran el antídoto se quedarían sin tiempo. Yuuri no quería oír esas dos palabras juntas, definitivamente la muerte y Wolfram no iban de la mano, no combinaban para nada.

-¡Yuuri! –Mai hacia acto de presencia -. Es mejor apartarnos, no podremos hacer na…

-¡Cállate!

Todos los presentes se congelaron ante el grito del Maou.

» ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! ¡¡Cállese todo el mundo!!

Para cuando Conrad, Gunter o  Gwendal llegaron a reaccionar fue demasiado tarde, Yuuri había liberado su poder de Maou sin dudarlo, provocando temblores y que todo se rompiera o quebrara a su alrededor, cada cosa material en pacto de sangre comenzaba a destruirse. Además, cualquier persona que buscara acercarse, era atacada por los dragones de agua, no estaba teniendo ni una gota de piedad.

Tener el poder de salvar al mundo, también significa tener el poder para destruirlo.

Yuuri llegó completamente a su límite y todos sus sentimientos salieron en forma de desastre. El punto de quiebre definitivamente fue la muerte de Wolfram, allí llegó a su límite de golpe, liberando todo sin siquiera importarle. Yuuri estaba tirando a la basura el reino que tanto le costó llevar a la paz. Si las cosas seguían así no quedaría reino donde vivir, Conrad, Gwendal y Gunter tenían que tomar una rápida decisión o todo sería reducido a cenizas.

Justo cuando estaban decidiendo eliminar al actual Maoi, fueron salvados.

Murata, el gran sabio, hacia acto de presencia y le daba su merecido golpe a Shibuya, suficientemente fuerte para mandar a su querido amigo al mundo de la inconsciencia. El moreno se veía agitado, como si hubiese corrido, con un Yuuri inconsciente, los terremotos y destrozos se detuvieron.

-Realmente… Me alegra llegar a tiempo –soltó Murata llevando su mirada a Gisela -. Dale esto a Lord Bielefeld.

A Gisela le llevo unos minutos reaccionar por lo que hace poco estaba sucediendo, aun así asintió con la cabeza para recibir el frasco que se le entrego y suministrarlo tal cual se le ordeno.

-Gran sabio…

Fue Gunter quien dejó escapar aquello en un hilo de voz.

-Realmente que todos ustedes son unos idiotas… -comentó llevando una mano a su rostro para acomodar sus anteojos -. ¿Decir que Yuuri está enamorado de esta hermosa joven? ¡Hay que ser idiota para no notar quién verdadera ama Shibuya!

Regañar a todos le hacía recordar esa época donde hacía lo mismo a Shinou. Realmente que le costó encontrar una solución para todo ese desastre, porque el que hizo regresar a Wolfram todas esas veces fue Shinou y no lo hizo debido a alguna clase de castigo o rencor.

Eso mismo que estaba a punto de pasar hace un par de minutos, fue lo mismo que paso en la primera vida. Para cuando Yuuri se vino a dar cuenta de la muerte de Wolfram, simplemente explotaba como una bomba de tiempo acabando con todo a su alrededor. Yuuri llevaba a la ruina su propio país cuando todas sus emociones salían a la luz, nada tenía sentido para él si Wolfram no estaba. Al suceder aquello, Shinou retrocedió el tiempo tratando de cambiar aquel horrible suceso, tristemente por ser su descendiente, Wolfram podía recordar las otras vidas.

Murata y Shinou se esforzaron durante esos cuatro intentos de cambiar la historia, de evitar el desastre, pero en cada uno de ellos fallaron, ya que no lograron salvar a Wolfram, el detonante de Yuuri. Pero en esta ocasión no permitirían que la tragedia se volviera a repetir, por eso mismo se esforzaron para que todo fuese diferente, claro está, a excepción de los sentimientos de los principales involucrados.

Todos estaban impactados con los sucesos, quedándose completamente sin palabras. Fue la pequeña princesa la que interrumpió el silencio sepulcral.

-Entonces, Entonces… Así como Wolfram ama a Yuuri… Yuuri también ama a Wolfram.

Palabras que nadie más se atrevió a decir, solo la pequeña niña.

Murata suspiro un poco, viendo como todos miraban como si trataran de evitar la culpa. Realmente que esas personas eran mucho más tercas que Shibuya, siendo los causantes de llevar al límite a alguien como el otro chico. Agitó su mano un poco antes de llevar su mirada al castaño.

-Por ahora… Hay que moverlo a ambos.

-Sí…

Conrad dudo un poco, aun así se movió para poder tomar a Yuuri y llevarlo a la habitación. Waltorana hizo lo mismo.

-Alto –dijo al momento en que notó que iban por caminos diferentes -. Ambos serán llevados a la misma habitación.

-¡Pero…!

Fue Waltonara quien se iba a quejar, pero Murata rechazo la queja.

-¿Acaso desean que todo Shin Makoku sea destruido?

La pregunta sin respuesta fue suficiente para que hicieran lo que él había ordenado. Ahora, lo que quedaba era esperar a que los actores principales arreglaran sus malentendidos, que fuesen honestos en cuanto a sus sentimientos.

Esperaba no equivocarse al tomar la decisión de dejarlos a solas.

.

.

.

Wolfram abrió sus ojos, viendo el techo de la habitación que compartió con Yuuri durante tanto tiempo.

Se sintió horrible, ya que concluyó que de nuevo iba a tener que pasar por lo mismo, el mismo infierno se repetiría sin fin. Él no era de los débiles, pero simplemente no pudo evitar que un par de lágrimas se le escaparan, había tenido que soportar demasiado, estaba en su límite. Se incorporó para buscar tranquilizarse un poco, encontrándose con algo que no esperaba. Yuuri estaba sentado al borde de la cama, dándole la espalda.

Trató de no moverse demasiado, ya que no deseaba que se diera cuenta de que se encontraba despierto, pero su esfuerzo fue inútil cuando Yuuri se giró a verlo. Su expresión se veía dolida y él no entendía por qué, se supone que había vuelto al comienzo, así que deberían encontrarse en buenos términos. A Wolfram le llevó un par de minutos darse cuenta de la clase de ropa que llevaba Yuuri y que él mismo cargaba.

-¿Tanto así…?

-¿Qué?

Yuuri murmuro algo que no entendió.

-¡¿Tanto así me odias para beber veneno por decisión propia?!

Finalmente dijo en un tono bastante alto.

Con eso finalmente cayó en cuenta, no había regresado, seguía estando en su quinta vida. Eso solo significaba que no logro su objetivo de morir. Se sintió contrariado y no le tenía una respuesta a ello, era cierto que tomó veneno por su propia voluntad.

-Yo… no…

-Wolfram.

El nombrado no deseaba mirarlo, porque sabía que no iba a poder resistirse a esa mirada. El ver que no le dirigía la mirada hizo que soltara un suspiro.

» Entiendo.

Wolfram pudo escuchar como el otro se movía, levantando su mirada cuando escuchó el sonido de la puerta hacia al balcón. Algo dentro de él se agitó y para cuando se vino a dar cuenta se levantó de la cama y se dirigió al balcón, no se equivocó con su mal presentimiento, Yuuri se había subido al barandal de este.

-¡Yuuri!

Por supuesto que tendría una expresión afligida. Podía soportar verlo casarse con alguien más, pero que muriera… Eso era una clase aparte.

-¿Por qué me miras así? –dijo Yuuri con tranquilidad -. Estoy haciendo lo mismo que hiciste tu temprano.

Hasta el momento le había parecido una buena idea, pero desde esa perspectiva, le parecía una horrible idea. No quería que Yuuri muriera, aunque le rompiera el corazón una y otra vez, no podía simplemente querer que muriera o desapareciera. Antes de darse cuenta, las lágrimas habían comenzado a caer por sus mejillas y sus piernas no dieron más cayendo arrodillado en el suelo. Yuuri se bajó del barandal y fue a donde estaba Wolfram, rodeándole con sus brazos en un abrazo, oír llorar a Wolfram le destrozaba completamente.

» Puedo hacer lo que tú quieras… Puedo casarme con quien tu desees… Puedo vivir en completa soledad si con eso estas feliz… ¡Pero! Jamás vuelvas a intentar algo como eso… Wolfram, no sé qué haría si tú mueres…

Wolfram tampoco sabría lo que haría si Yuuri moría.

» Haré lo que sea que me pidas, pero por favor vive… Vive hasta que seas un anciano todo arrugado… Por favor…

Esa estaba siendo una de las pocas veces en que Yuuri lo abrazaba de tal forma... ¿Por qué se sentía tan diferente? ¿Tan cálido y reconfortante?

-¡Sí!

Fue lo único que logro contestar antes de corresponder al abrazo que inicio el moreno.

Nada más fue dicho y se quedaron allí por un largo rato, solo estando entre los brazos de la persona que más amaban en el mundo. No necesitaban decir nada más, no querían nada más, solo quedarse un poco más en ese preciso momento, donde solo estaban ellos dos, donde nada más importaba que ellos. Disfrutarían de ese encuentro como si jamás lo pudieran volver a disfrutar.

Al final, luego de un largo rato, lo suficiente para que ahora el cielo estrellado estuviera sobre ellos, regresaron a la habitación, sentándose en el borde de la cama uno a lado del otro. Tal cual como cuando estuvieron sentados en aquella banca. Había tantas cosas para decir y ninguno de los dos parecía querer comenzar a decirlas, ese era el momento de la verdad, no iban a tener otra oportunidad. Las dudas rondaban la habitación, después de tantos años, no sería extraño que dudaran sobre lo que iban a hacer, eso cambiaría por completo el curso de la historia, de su relación.

-Yuuri, yo…

-No me casare con Mai.

Aquello lo tomó desprevenido. ¿Hablaba en serio?

-Eso…

-No me casaré con ella porque no la amo, nunca la ame –dijo sin mirar a Wolfram -. Al único que he amado, has sido tu Wolfram.

Normalmente ambos miraban al vacío debido a la vergüenza que sentían en esos momentos en que se encontraban a solas, con cierta intimidad que no tenían con nadie más. En realidad nunca se dirigían la mirada por su propia timidez, pero en ese momento en que Yuuri soltó eso, Wolfram lo miró y se encontró con la mirada del otro. El moreno se encontraba avergonzado al punto en que contagió a Wolfram.

» Yo…

-¡Ahg!

Antes de que Yuuri siguiera, el reflejo de Wolfram fue darle un puñetazo.

Simplemente no se lo creía, sentía que su mente le estaba jugando una mala pasada, pero al momento en que escuchó como Yuuri caía al suelo luego de golpearlo, se percató que aquello estaba siendo su realidad. Yuuri le estaba diciendo… Yuuri le dijo que lo amaba.

» Eso no puede ser… Tu… Tu…

Tantos años esperando por eso lo llevaron a rechazar el momento cuando finalmente llego. Wolfram llevo sus manos a sus orejas, usándolas para cubrirlas, no quería seguir escuchando de esa hermosa fantasía, aun cuando estaba consciente de que se trataba de su realidad.

-Wolfram…

-¡No! Esto no es real… No lo es… ¡No puede serlo! ¡Tu…!

No terminó con su oración cuando sus negativas fueron silenciadas con un beso. Yuuri le había besado y él cayó por completo, correspondiendo a ese beso. Allí se dio cuenta que los labios de Yuuri se asemejaban bastante a los de sus sueños, una casualidad bastante sorprendente.

-¡Esto es real Wolfram! ¡Yo te amo a ti! Solo a ti…

-N-no… Esto es… Tú tienes…

-¿Qué casarme con alguien más? ¿Eso realmente es lo que quieres?

Wolfram no le dio una respuesta a Yuuri. El moreno suspiro para dejar ir las muñecas ajenas y levantarse, se había agachado en el suelo para poder besar a Wolfram. Al estar de pie comenzó a caminar a la puerta bajo la mirada del otro, en el momento en que llego a la puerta, Wolfram se levantó de golpe.

-¿Qué vas a hacer?

-Ya que parece que no me crees, entonces iré a continuar con mi nuevo compromiso.

-¿Qué? –dijo en su sorpresa -. ¿¡Qué demonios estas diciendo!? ¡¿Acaso todo ha sido una broma?!

-¿¡Entonces que es lo que quieres que haga para que me creas!? –grito Yuuri también enojado -. ¡¡No sabré tus sentimientos a menos que me lo digas!! ¡Soy un enclenque, un idiota! ¡No entenderé nada a menos que me lo grites en la cara!

Wolfram se encogió de hombros. ¿En qué punto dejó de mostrarle a Yuuri lo que verdaderamente sentía?

Al ver que Wolfram no le daba una respuesta, Yuuri continuó hablando.

» ¡Yo te amo! ¡Te amo demasiado! ¡Desde hace un tiempo que te amo! ¡Me traes completamente loco! ¡No puedo dejar de pensar en ti! ¡Quiero verte cada día! ¡Ver tu cara enojada, tu cara feliz! ¡Todo! ¡Quiero todo de ti! ¡Con la única persona que me quiero casar eres tu Wolfram von Bielefeld!

Esa sería la primera vez que Wolfram recibía una confesión tan pasional.

La vergüenza le hizo actuar como otro idiota más.

-¡Cállate! ¿Acaso crees que me amas más de lo que yo te amo? ¡No! –soltó en la misma intensidad con la que el otro soltó su confesión -. ¡Yo te amo! ¡Siempre te he amado! ¡Quiero todo de ti! ¡Todo de ti me gusta!

-¡Claro que no! ¡Yo te amo mucho más! ¡Amo como te molestas por todo y siempre tratas de ser el centro de atención en mi vida!

-¡Yo amo hasta lo cobarde que siempre eres!

-¡Pues yo…! ¡Pues yo…! ¡Pues a mí me gusto todas las veces que te bese en secreto!

-¿Qué?

-¿Qué?

Yuuri desvió la mirada al momento en que se percató de lo que acababa de confesar. Wolfram no se esperaba nada de eso, pero luego de que analizo un poco el asunto, se avergonzó mucho más, porque todo el tiempo él creyó que fue un sueño, pero la verdad se trataba de su realidad, Yuuri si le besaba y miraba con amor. El moreno estaba en extremo avergonzado, pero el silencio de Wolfram solo causo que sus nervios aumentaran mucho más.

» ¡Sí! –dijo luego del silencio que tuvieron -. ¡Yo te besaba cada vez que te quedabas dormido! ¡Y cada uno de los besos me los disfrute!

El rojo realmente resaltaba demasiado en aquella piel porcelana.

Wolfram jamás se esperó escuchar una confesión como esa de parte de Yuuri, eso quizás lo sorprendió un poco más de lo que lo hizo la confesión principal. De nuevo se silenció, dudando un poco sobre lo que iba a decir.

-Entonces… ¿A Yuuri le gusta besarme?

No es que Yuuri no se esperara esa pregunta, pero no significaba que no le tomó por sorpresa. Le avergonzaría cualquier cosa relacionada a sus sentimientos por Wolfram. Agitó su cabeza en afirmación.

-Sí… -inició con algo de timidez -. ¡Sí! ¡Me gusta besarte! Tanto, tanto… ¡Pero no es lo único que quiero hacer! ¡Yo quiero tocarte! ¡Quiero hacer todo un desastre de ti! ¡Quiero quitarte la ropa y…!

-¡Suficiente confesión por hoy! Aún estamos en horario supervisado Shibuya.

Murata interrumpió la oración de Yuuri.

Yuuri Shibuya sintió la máxima vergüenza cuando luego de la aparición de Murata, se asomaran todos los demás. ¿Acaso ellos…?

-¡Majestad! –chillo Gunter.

-Majestad que atrevido.

Cherry le guiñaba el ojo mientras que Gwendal era detenido por Conrad de sacar su espada en ese preciso instante. Greta solo miraba sonrojada todo, se imaginaba que sus padres se gustaban, pero no a semejante extremo. Saber que todo el mundo los escuchó, simplemente aumento el tono rojizo en sus caras.

-¡Ustedes…!

Wolfram se había contenido, pero aquello fue suficiente para que las llamas comenzaran a hacer acto de presencia, corriendo a todos de la habitación. Podía soportar ciertas cosas, pero aquello había sido demasiado, suficiente tuvo con la confesión de Yuuri.

Los días tranquilos en Shin Makoku parecían haber vuelto.

.

.

.

Después de tantos problemas, todo se solucionaba finalmente.

Mai al final termino yéndose de Pacto de Sangre, luego de mucho tiempo mando una carta señalando que había encontrado el hombre para ella, ahora vivía feliz a las afueras de Shin Makoku. Tanto Yuuri como Wolfram agradecían que la chica no les guardara rencor y que fuese lo suficiente madura para darse cuenta que lo que estaba haciendo fue forzar su sueño en Yuuri, allí nunca hubo amor, solo una rara obsesión. Cuando se sentaron a discutirlo, todo fue resuelto sin problema alguno, el bucle en el que tuvo que vivir Wolfram llego también a su fin.

Según explicación de Murata, el cual le dijo a ambos sobre los sucesos de los cinco intentos, aquello al parecer había sido una especie de provocación, una manera de usurpar el poder que tenía Yuuri, terminando por causar la destrucción del reino que quería tomar control. Wolfram se sorprendió que en cada una de esas vidas, en realidad Yuuri también le quería, por eso se volvía loco cuando él era asesinado o culpado, por eso mismo es que Yuuri nunca lo odio, porque en realidad lo amaba.

En Pacto de Sangre, no hubo ni un alma que no se enterara de que Yuuri estaba enamorado y es que Yuuri dejó de contenerse, trayendo consigo a un hombre que no dudaba en demostrar con cada uno de sus gestos lo mucho que lo amaba. Más aun fue certificado sobre sus sentimientos cuando el moreno simplemente lo beso en público, delante de todo el mundo. Nadie jamás pensaría que el Maou sería capaz de semejante cosa.

Por su parte, Wolfram también había dejado sus celos intensos, en realidad, el que terminó celando fue Yuuri, pero a diferencia del rubio, Yuuri lo expresaba de una forma diferente. Oírlo gruñir, fruncir el ceño y chaquear fue la manera en que Yuuri demostró sus celos. Toda esa furia se calmaba cuando Wolfram lo besaba y es que Yuuri no podía resistirse a esos labios, nunca lo hizo y jamás quería hacerlo.

Es más, por eso mismo es que en ese instante que se encontraban a solas se estaban besando. Sus besos habían ido subiendo de nivel, dejando la inocencia bastante atrás. En realidad, en cada oportunidad que tenían, los dos simplemente buscaban besarse, más de una ocasión fueron casi pillados por otras personas. En público se mostraban decentemente, pero en privado… ¿Quién diría que la pasión acumulada terminaría volviéndolos de esa forma?

Yuuri deseaba tocar a Wolfram y este le permitía que lo tocara abiertamente. Sus encuentros con pasión desmedida se hicieron más frecuentes, como si se tratara del mismo oxígeno, no podían simplemente pasar de ello, la necesidad fue mayor, como si buscaran cubrir el tiempo perdido de hace años atrás. Tantos años desperdiciado en donde se perdían la oportunidad de disfrutar de aquel increíble placer que los hacía sentirse completos.

Mientras se besaban sin pausa, sus manos se dedicaban a la tarea de quitar los trapos innecesarios, para cuando se separan por falta de oxígeno, gran parte de su ropa había desaparecido. Así como su ropa tirada en el suelo, su cama terminaba hecha un completo lio, porque ninguno de los dos se contenía en cuanto a sus deseos más profundos. Cuando llegaron a la habitación, entre besos lograron llegar a la cama, donde el que cayó primero fue Wolfram, así que Yuuri se encontraba encima.

Al separarse luego de tantos besos, el cual Wolfram al último mordió los labios de su compañero, este no dudo en entrar en acción, empujando a Yuuri para que ahora fuese el que estuviera abajo. No le molestaba esa posición, porque podía apreciar todo el cuerpo de Wolfram, el cual recorrió con sus manos, disfrutándose de cada rincón del torso ajeno, el otro tenía los músculos bastante definidos.

Wolfram batallaba entre quitarse las botas y el pantalón mientras su cuerpo se estremecía por el toque de Yuuri. Cuando Yuuri se daba cuenta de lo que buscaba hacer, se separaba de la cama para ayudarlo. Al poco tiempo, la ropa quedó completamente de lado, siendo completamente innecesaria, ambos se encontraban tal cual como vinieron a ese mundo. Los dos se miraban por un corto momento, como apreciando el cuerpo de su compañero, antes de continuar.

-Realmente te amo demasiado.

-Yo también lo amo demasiado Majestad.

Yuuri gruñía por lo bajo al momento en que Wolfram lo llamaba de esa forma con aquel tono que le encantaba.

-Su excelencia es una persona grosera… Tendrá que ser castigado.

-¿De verdad cree que podrá lograrlo?

-Bueno… Soy tu rey, excelencia.

Aquel juego terminaba cuando el que gruñía al final era Wolfram.

Ese simple gesto era el inicio de todo lo demás que venía, toques llenos de placer y deseo, pero sobretodo amor, besos llenos de lujuria cargados también del mismo sentimiento que se profanaban. Nada, absolutamente nada de lo que hacían en la intimidad venía cargado con un sentimiento vacío o vago, ambos a esas alturas estaban completamente seguros de lo que estaban haciendo y con quién lo estaban haciendo. Al final, solo eran dos personas entregando todo de sí mismo a la persona que más amaban en el mundo.

Yuuri y Wolfram continuaron con su amor, no dudando en demostrarlo…Por lo menos hasta que llego el día en que tuvieron que hacerlo delante de un altar, jurándose el amor eterno que ya sentían.

Aunque eso es una historia para otro momento.

Notas finales:

¡Eso ha sido todo! Espero les haya gustado... 

Si lo desean, por favor pasen a leer mis historias originales <3

Nos vemos en otra oportunidad *muack* 


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