El viento resoplaba con fuerza, meciendo las copas de los arboles. Hojas secas caían con lentitud sobre el verde prado que se extendía debajo de la arboleda.
La mirada retadora de Naruto denotaba determinación, estaba dispuesto a vencerlo, sin importar cuantas veces tuviera que enfrentarlo, después de todo, la práctica hace al maestro, o al menos eso le había dicho el viejo Hiruzen un par de años atras. Y Naruto había tenido su consejo muy presente en los últimos meses. Especialmente momentos antes de abandonar su apartamento para acudir al entrenamiento intensivo matutino que el actual “líder” del equipo siete se dignó a imponer para mejorar la calidad de las futuras misiones.
-No otra vez- exclamó con molestia, frunciendo el entrecejo, Irritado y a la vez frustrado al ver su preciado objeto impactar contra el ajeno. Un ligero tintineo se produjo en el aire, segundos antes de que ambos kunais se hincaran en la tierra. Las dos armas de metal se habían repelido mutuamente, de tal manera que, la fuerza aplicada de parte de los dos usuarios, había sido la misma.
Naruto masculló una obcenidad en voz baja mientras que Sasuke se limitaba a tomar de nueva cuenta su kunai. Aquel entrenamiento matutino pretendía afinar los reflejos de ambos, mejorar las tácticas de ataque, e incrementar la velocidad aplicada a la trayectoria de cada arma usada en combate. Lo peor de todo era, que Sasuke lo había hecho morder el polvo en cuatro de las cinco prácticas actualmente llevadas a cabo.
"Maldito pretencioso"
Se mordió el labio inferior con fuerza y luego exhaló profundamente en un intento fallido de conservar la calma. Una de las tantas enseñanzas de Kakashi que pronto quedaría en el olvido.
Naruto se mesó el cabello con desespero. No había entrenado arduamente los últimos meses para nada. Un empate siempre equivalía a una derrota cuando se trataba de rivalizar contra el Shinobi "prodigio" del equipo. Apenas habían transcurrido quince segundos desde que iniciaran el último combate y, Sasuke volvía a humillarlo, esta vez de manera definitiva.
El Uchiha le dirigió una mirada de desaprobación antes de aproximarse a recoger el resto de sus armas. Sabía que era una completa pérdida de tiempo, siempre era lo mismo, igual de aburrido, igual de fácil. El problema de Naruto radicaba en su impulsividad, el Taijutsu era otro de sus puntos débiles que debía mejorar en pos de realizar enfrentamientos a corta distancia. Sasuke lo había dado por sentado desde hacía tiempo.
Tras evaluar la pelea, Lee decidió acercarse. Había acudido por petición de Kakashi luego de que este se viera forzado a abandonar la aldea para completar una misión rango A encomendada por Tsunade.
-No te desanimes Naruto kun, lo hiciste bien- lo animó con una de sus radiantes sonrisas, alzando el dedo pulgar en actitud de aliento.
-Gracias, cejotas- Naruto suavizó la mirada al tiempo que recogía sus propias armas rezagadas en la hierba. Generalmente el campo de entrenamiento acababa hecho un asco cuando ellos se presentaban. A saber por qué rayos...
-Jamás se debe felicitar una derrota- dijo Sasuke con frialdad, cruzándose de brazos. Sus ojos sombríos refulgieron en una mezcla de autocomplacencia y competitividad cuando Naruto le sostuvo duramente el contacto visual.
Lee rió con nerviosismo al hallarse en medio de aquella faena. Verlos competir avivava enormemente sus deseos de enfrentarse a ellos, sin embargo, la disputa era personal. Y Lee dudaba que su chispa de infinita juventud tuviera cabida entre el torbellino de viento y fuego que esos dos levantaban en sus combates.
-Creo que será mejor...- recién iba a excusarse cuando Naruto dio un paso al frente.
-No te creas tanto, Teme.
Sasuke hizo una mueca de superioridad al notar el repentino cambio de actitud en el Uzumaki. Siempre era igual de voluble cuando perdía.
-Si no consigues ganar, solo eres un simple perdedor- profirió con seriedad para después emprender la caminata. –Aunque pensándolo mejor- se abstuvo de seguir caminando y colocó su dedo pulgar sobre su mentón. -Ya lo eres.
Naruto bufó al escuchar lo ultimo…oh no, eso si no se lo perdonaría.
-¡¿Qué dijiste cerebro de congelador?!- lo retó, dispuesto a una nueva pelea, sin importar que esta vez fuera cuerpo a cuerpo. Ya estaba harto de las indirectas negativas de ese pretencioso.
Sasuke se detuvo en seco al escucharlo, él no era ningún vago para rebajarse a los golpes por algo tan absurdo, pero tampoco dejaría que le hablara de ese modo.
-Buscaré a Gai Sensei- susurró Lee en tanto se alejaba prontamente del sitio.
La tensión en el ambiente ascendió cual espuma en cuestión de segundos. Ninguno estaba dispuesto a apartar la mirada del contrario, mucho menos a retroceder, ello reflejaría inseguridad, inferioridad.
-Repite eso, Naruto.
El interpelado lo miró con sorna al tiempo que inhalaba hondo.
-Bien. - sonrió burlesco. -Si eso quieres…
-¡Naruto!- el grito agudo se repitió de nueva cuenta en el denso follaje poco antes de que la kunoichi se abriera paso hasta el campo de entrenamiento. -No estaran discutiendo otra vez ¿verdad?- Sakura los observó afligida, centrando toda su atención en Naruto al ver al Uchiha desviando el rostro hacia el lado contrario. -¿Verdad?
-Es culpa de ese bastardo, dattebayo.
-Insultarme no hará que mejores tus habilidades en Taijutsu- objetó Sasuke, mostrando una vez más su gélida faceta. Jamás admitiría que su enfado actual se remontaba a la última misión de rastreo que habían tenido a cargo y, en la cuál, Naruto había quedado inconsciente luego de recibir una lluvia de golpes en medio de una emboscada previamente ideada por el enemigo.
Tenía que mejorar, tan simple como eso.
-¿Dónde está Kakashi Sensei cuando lo necesito?- inquirió Sakura en tanto sujetaba a Naruto con su brazo derecho, mientras con el izquierdo le cubría la boca para evitar que cualquier ofensa saliera de la misma.
Cada vez más ansioso, Naruto frunció los labios con enfado, ¿Quién había elegido al señor superioridad como el líder temporal del equipo siete? ¿Qué acaso Kakashi no sabía que a Sasuke se le subía muy rápido el ego a la cabeza?
-La Hokage quiere verlos en su despacho- Sakura retiró lentamente su mano de la boca de Naruto. -Ahora- dijo contundente al reparar en las intenciones del Uchiha por marcharse.
¿Hasta cuando iban a madurar esos dos?
***
Ya tenían varios minutos esperando junto a la puerta. Sasuke se había aislado en el extremo opuesto de la infraestructura mientras que Naruto decidió entablar conversación con el único Shinobi que se encontraba ahí con ellos.
-No sé, Shikamaru, pero cada vez que lo veo, siento un horrible dolor en el estomago- se acomodó su protector y procedió a guardar su kunai en el estuche. –Es lo contrario a la sensación que me recorría la última vez que nos be…- se cubrió la boca con ambas manos cuando se dio cuenta de sus palabras. El tópico de la conversación había sido Sasuke, como cabría esperarse. No obstante, Naruto se sorprendió -y a la vez maldijo- a sí mismo, por haber hablado de más. Ya era tarde para remediar su tropiezo, lo constató al ver a Shikamaru escudriñandolo con aplomo y cierto dejo de extrañeza en su mirada.
¿Es que no podía ser más idiota?
-¿La última vez que hicieron qué, Naruto?- lo instó el Nara, mirando de soslayo al imperterrito Uchiha que, de vez en cuando, le dirigía miradas fulminantes, cargadas de desprecio, hastio y odio, como si quisiera amenazarle sin necedidad de expresarlo verbalmente: "apartate de Naruto".
Que ironica era la vida en ocasiones...
A pesar de que Naruto trató de mostrarse neutral ante su propio fallo, un tenue rubor se apropió momentaneamente de sus mejillas. Sasuke iba a matarlo si se enteraba de que había hablado más de la cuenta sobre aquel incidente entre ellos que se repitió...unas diez veces más, para ser exactos.
-No te lo diré- alegó cruzándose de brazos.
-Sabes, Naruto- articuló el castaño, observando en la dirección por la que se había ido Shizune hace poco. Le incomodaba en demasía la mirada desdeñosa del Uchiha –Sasuke no es un mal líder. De hecho no me agrada...
"En lo absoluto" se abstuvo de decir.
-Pero tiene seguridad en sí mismo, y es fuerte.
Mordiendose los labios, Naruto le devolvió una mirada de incertidumbre a su amigo. O Shikamaru estaba intentando ponerlo de mal humor halagando a ese patán o… su amigo estaba…
-Te gusta.
- Tsk- Shikamaru chasqueó la lengua. -Que tontería.
Naruto sonrió ampliamente al ver logrado su cometido de desviar el tema central de la charla que él mismo había propiciado.
-Te gusta Sasuke- dijo en son de burla. Aunque en el fondo sintió que se burlaba de sí.
-¿Me lo dices a mi?- sonrió a medias Shikamaru. Se hizo a un lado para que la mirada de Sasuke se encontrara directamente con la del rubio. -¿O te lo dices a ti mismo?
***
El suave repiqueteo de las uñas sobre el escritorio, era el unico sonido perceptible dentro de la oficina. Tsunade estaba revisando algunos papeles -y bebiendo sake- cuando el par de Shinobis entró a su despacho. Sin anunciarse, como era de esperarse en ellos.
-¿Nos llamó, abuela?- Naruto fue el primer en hablar, tenía los brazos cruzados detras de la cabeza y su gesto zorruno se acentúo cuando la rubia esbozó una sonrisa ambiciosa. Era el mismo gesto que Tsunade empleaba cuando sus preciadas papeletas de la loteria inundaban la mesa de su escritorio, una mueca contradictoria que denotaba satisfacción y un leve atisbo de confianza.
-Son los últimos en la lista- recitó ella, alargando su mano hacia el único papel que no presentaba sello alguno. -Uchiha y Uzumaki- releyó momentos antes de extenderlo con la intención de que lo tomaran.
Naruto y Sasuke se habían quedado mirando por breves segundos, como si trataran de discernir el motivo de la misiva con un simple intercambio de miradas.
Fue Sasuke quien se decidió a leer lo que allí había escrito, y al hacerlo, sus cejas se contrajeron en un inconfundible rictus de enojo.
-¿Qué es?- se desesperó Naruto, sus ojos azules se encontraron con los ambar de Tsunade.
-Organizaremos un festival en la aldea- respondió Tsunade. Se terminó el vaso de sake y los escudriñó a ambos, reflexiva. -Necesitamos cubrir el presupuesto para la remodelación de varios sectores de la villa. La academia es uno de ellos- entrelazó las manos bajo si barbilla, en espera del primer cuestionamiento que, ciertamente, no tardó en llegar.
-¿Derribarán el distrito?- Sasuke permaneció expectante, con aquella papeleta entre las manos. Naruto pestañeó intrigado.
-No- tajó Tsunade. -Es posible que se construya una nueva área de entrenamiento para los Shinobis más capacitados. Los monumentos a los Kages estan algo deteriorados y, varios aldeanos se han quejado de la baja de ventas en los dos últimos meses.
Naruto se rascó la mejilla con inquietud, no entendía de qué iba todo el rollo pero ,por la expresión de Sasuke, podía deducir que no era nada bueno.
-Se determinó armar binas para asignarles un puesto ambulante- Tsunade señaló la hoja que había tomado Sasuke, instandolo a leer toda la informacion escrita. -Cada equipo tendrá la oportunidad de ofrecer algún producto o servicio, lo administraran de forma prudente y responsable- miró fijamente a Naruto, el cual se limitó a sonreír y encogerse de hombros. -Ustedes decidiran en conjunto el bien que pretenden ofrecer, yo en cambio, me encargaré de proveer el efectivo y supervisaré las ventas de cada uno de los equipos.
-Ramen- Tsunade todavía no terminaba de explicar cuando Naruto irrumpió su perorata. -Venderemos ramen de carne de cerdo.
-¿Qué dices, Usuratonkachi?- Sasuke dejo la hoja sobre el escritorio y se viró en dirección del rubio atolondrado. -¿Tienes idea del esfuerzo que conlleva preparar comida?- no lo dejó responder para agregar. -Además ya hay suficiente ramen en Konoha en Ichiraku's.
Sin decir una sola palabra, Tsunade asintió a lo dicho.
-Pero podríamos introducir una receta nueva- alegó Naruto, inflando los mofletes con fastidio. Dos contra uno no era nada justo. -Todos aman el ramen, dattebayo.
-Tomates- replicó el Uchiha, se llevo las manos a los bolsillos y confrontó seriamente la mirada de Naruto.
-Ramen- entrecerró los ojos y colocó ambas manos sobre el escritorio, pese a que sus ojos seguían fijos en las abisales pupilas.
Una diminuta vena palpitó en la frente de la Senju en tanto se desarrollaba aquel burdo debate.
-No seas imbecil, Naruto- Sasuke frunció mas el entrecejo y dio otro paso hacia el Uzumaki. -Los tomates son un alimento básico. Poseen un alto valor de vitaminas y minerales, son economicos y no necesitamos procesarlos de ningún modo.
-El ramen es más saludable, dattebayo- repuso Naruto con los labios fruncidos. -Es rico y todos los que lo prueban, vuelven a comerlo. Los tomates son aburridos y tú, Teme, tienes miedo de cocinar.
Sasuke entornó la mirada con indignación cuando Naruto empezó a hacer el baile de "la gallina ponedora"
-¿Ya terminaron?- la suave voz femenina provino detras del escritorio. Naruto parpadeó confundido al volverse hacia un lado. Varias pilas de papeles habían colapsado por su culpa, sin embargo Tsunade tenía una sonrisa en los labios, una claramente forzada.
-Amm...si- contestó Naruto, retrocediendo varios pasos, escudandose con el cuerpo de Sasuke. Este se sobresaltó ante el potente ruido producido por el puñetazo devastador de Tsunade que terminó por agrietar la sólida base de caoba sobre el escritorio.
-¡Entonces fuera de aqui!- fue la atronadora amenaza la que los hizo salir prontamente del despacho.
***
Para cuando Naruto volvió a su solitario departamento, ya había anochecido. Había sido un día largo y agotador, entre discusiones banales, y alegatos injustificados, las horas habían transcurrido rápidamente.
En cuanto cayerá el amanecer, todos los equipos deberían organizar su respectivo puesto. Desafortunadamente Sasuke y él no habían llegado a ningún acuerdo todavía.
-Estúpido, Teme- maldijo en voz baja, arrastrando los pies hacia la cama. Tendría que descansar mucho si pretendía hacerlo tragarse sus palabras al día siguiente, le demostraría a ese bastardo arrogante que el ramen si que era una buena idea para ofrecer en el festival. Incluso el viejo Teuchi había estado de acuerdo en ayudarles a conseguir algunos ingredientes de su cocina a un precio asequible.
"Y entonces podré comer gratis todo el ramen que quiera"
Se dejó caer de bruces en el colchón, junto a aquel muñeco de trapo que solía colocar en el techo mediante una cuerda para golpearlo bien fuerte. No era una buena copia de Sasuke, dificilmente había podido armarlo, empleando algunas prendas viejas que simulaban ser su cabello y el resto de su "ridiculo" vestuario.
-Debes creerte muy guay, ¿verdad, Teme?- se incorporó sobre los codos y tomó el muñeco para verlo de cerca. No era un buen saco de boxeo, pero le ayudaba a descargar su furia en ocasiones.
Empuñando su mano derecha, Naruto se preparó para golpear el muñeco, lo sostuvo con su otra mano frente a él y su agarre se redujo gradualmente a la vez que su entrecejo dejaba de fruncirse.
"¿Me lo dices a mi, o te lo dices a ti mismo?"
-¡Ah! Tonto Shikamaru- Naruto sacudió la cabeza para apartar cualquier pensamiento que involucrara al Uchiha, se giró hacia la ventana entreabierta y, pudo contemplar, le hermosa luna de plata que se izaba en el firmamento.
De forma inconsciente, atrajo al muñeco hacia su pecho y lo mantuvo ahí, cerca de su corazón.
"Por alguna razon, Sasuke me recuerda a la luna"
Y entonces se quedo profundamente dormido.
***
Sasuke miró atentamente el reloj sobre la cómoda, ya pasaban de las nueve de la mañana pero no se sentía para nada inquieto o frustrado. Había enviado el informe previamente a la Hokage donde anunciaba la desición definitiva y, la respuesta, había sido inmediata.
Naruto y él jamás llegarían a un acuerdo si continuaban exponiendose mutuamente los pros y contras de vender tal o cual cosa. El hecho era que el trabajo en equipo no se les daba muy bien. Realmente eran un desastre para ese tipo de situaciones.
Pero Sasuke había elegido la mejor alternativa. Harían ambas cosas y asi no tendrían mayores problemas.
De todas maneras, era una tontería esa clase de eventos y todo lo relacionado con ellos.
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