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Phenomenon por RLangdon

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Disclaimer: Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto pero la historia es de mi autoría, absténganse del plagio, gracias

 

Advertencias: Lenguaje vulgar, lemon, Mpreg, posible muerte de un personaje, universo alterno y...creo que es todo

 

*

 

 

 

La línea intermitente del cursor parpadeaba una y otra vez frente a él. La luz de la pantalla se reflejaba en sus oscuras pupilas

 

Repasó lo escrito tantas veces que las palabras se habían quedado grabadas en su memoria, tan nítidas como el bullicio exterior que de vez en cuando captaba su atención

 

-Maldita sea- se levantó más que fastidiado por la irrupción del exterior. El ventanal junto a su escritorio no cumplía otra función que no fuera la de distraerlo en momentos sustanciales. Los niños reían, el sol iluminaba en todo su esplendor el parque, actualmente atestado de turistas

 

Con un bufido, corrió las cortinas, aun a sabiendas de que el ruido no cesaría. Llevaba más de dos horas frente al ordenador, ideas inconexas en su cabeza que debía redactar a tiempo para la imprenta. Ningún contratiempo debía surgir y sin embargo allí estaba, desde el ruido del exterior, la escandalosa voz de Karin del otro lado de la puerta, y ahora le sumaba su propio alboroto mental que lo llevo a tamborilear los dedos sobre la superficie de la mesa de caoba

 

Sasuke resopló al darse cuenta de las escasas ciento diez palabras tecleadas. No tenia inspiración, no tenía motivación, y mucho menos ganas de perder su tiempo…porque eso hacía, y estaba convencido de que le sería imposible entregar la siguiente novela a tiempo

 

Dos semanas era el plazo máximo de entrega y su frustración no ayudaba en nada

 

Cualquiera diría que solo era un quejumbroso y apático muchacho con complejo de escritor y no estarían muy lejos de la verdad

 

Sin embargo le gustaba, su empleo era mucho mejor que varios, mejor pagado y la exigencia física era casi nula…casi, ignorando el desesperante dolor de cuello y espalda acaecido por el estrés de no saber qué carajo escribir después de una puñetera pagina sin editar

 

Pero no todo estaba perdido, podía conseguir una semana más si se lo proponía…

 

Y de nuevo el "pero" de la situación se lo impedía. Sasuke Uchiha no era ningún mojigato lame botas. Primero muerto que doblegarse ante alguien, aun si ese alguien era su jefe…hasta el término en si lo asqueaba

 

Aun así, de cualquier modo, no iría a solicitar una semana más a su dirigente. Prefería perder el empleo

 

Suspiró abatido, revolviéndose el cabello con ambas manos. ¿Para qué romperse la cabeza?

 

A la mierda, a la mierda todo

 

-Sasuke-kun

 

El tono meloso secundó al rechinido de la puerta al abrirse

 

-Mal momento- Karin cerró la puerta con la misma rapidez en la que la había abierto. Y no era para menos. El semblante de entero fastidio de Sasuke hubiera atemorizado a cualquiera en ese momento, a cualquiera menos a…

 

-¿Ya terminaste?- fue el turno de Suigetsu por ingresar a la oficina. Sasuke murmuró uno de sus gastados monosílabos, apenas un quedo gruñido de negación. –Veamos cuanto llevas escrito- su curiosidad lo condujo al extremo opuesto del escritorio, la laptop aun estaba abierta pero lo que vio escrito lo decepcionó en demasía. –Bien- leyó la breve descripción del Uchiha, impecable como era de esperarse, el único detalle era la cantidad de palabras y el lapso de tiempo empleado

 

-No puedo escribir- admitió Sasuke en un suave murmullo, se aproximó a la ventana para descorrer las cortinas, perdiéndose enseguida en el barullo exterior protagonizado por niños en su mayoría. ¿A quién demonios se le ocurría situarlo en una oficina así?

 

El condenado ruido solo conseguía elevar sus niveles de estrés que, a esas alturas, era excesivo

 

-Varias chiquillas están en espera de tu trabajo- masculló Suigetsu, dejándose caer sobre la silla de su "jefe"

 

-No me importa…

 

-Las traes mas locas que a Karin, y me atrevo a decir que no es precisamente por tu trabajo

 

Suigetsu se arrepintió de haber mencionado lo último cuando Sasuke se volvió en su dirección para observarlo con aquella mirada llena de desprecio que tan bien conocía

 

-Bueno- balbuceó. –A lo que me refiero es a que…

 

-Cierra la puta boca y lárgate

 

Chasqueando la lengua, Suigetsu se puso de pie. Conocía a la perfección el carácter de su superior pero a pesar de ello tendía a olvidar lo mucho que cabreaba a Sasuke el hecho de que los ingresos por sus obras se debieran más a su atractivo físico y "encanto" para con las féminas, que a su trabajo en sí. Los escritos de su jefe distaban mucho de ser mediocres pero no eran muy tomados en cuenta últimamente

 

-Lo que necesitas son vacaciones. Te aseguro que la inspiración volverá si descansas un tiempo

 

Y como si hubiera dicho alguna clase de conjuro, las duras facciones de Sasuke Uchiha se suavizaron, reemplazando el hastío por un gesto dubitativo que Suigetsu logró apreciar unos instantes

 

-Ve a la playa, a un bosque, auséntate unas semanas y cuando regreses retoma el escrito

 

Sasuke aspiró resignado, llevaba meses atrapado en la misma monótona rutina que él mismo había creado. Y aunque odiara admitirlo, Suigetsu tenía razón, le hacía falta descansar, dejar el trabajo un tiempo y retomarlo después. Solo así lograría entregar a tiempo el escrito

 

-Consígueme dos semanas mas- no era una sugerencia, se trataba de una orden, clara y concisa. Suigetsu tragó pesado, negando después con la cabeza

 

-¿Qué? No Sasuke, tú conoces mejor que nadie el temperamento del Raikage, a ti te estima un poco y además…

 

-Entonces no iré a ninguna parte-pese a la afirmación, su semblante no se inmutó. Suigetsu miró indeciso la laptop. Odiaba dar la cara por Sasuke pero sabía que no había alternativa. Lo hacía o ambos perderían el empleo, y a Sasuke no parecía afectarle mucho ese hecho

 

-Bien. Dos semanas y…

 

Pasó por alto la segunda molestia de Sasuke, reparando en ello al ser sujetado del cuello de la camisa con una fuerza descomunal

 

-No me digas que hacer- le advirtió Sasuke, cediendo poco a poco con el agarre. Suigetsu tosió un par de veces, se limitó a asentir con la única finalidad de no molestar más a su jefe…como lo odiaba

 

Despreocupadamente, salió del edificio, avanzando a paso seguro. Ahora la única preocupación en mente giraba en torno al lugar en cuestión. Lógicamente debía ser fuera de la ciudad, necesitaba un poco de aire puro antes de poder sumirse de nuevo en el caos generado en su propia oficina

 

Tenía un lugar en mente. La antigua cabaña de su abuelo, situada frente a un lago, lejos del ruido y el alboroto urbano, bello y armonioso paisaje frontal. Vagos recuerdos alteraron su estado de ánimo pero no se permitió divagar demasiado

 

-¡Sasuke…!- hasta que la odiosa voz de Karin hizo eco en sus tímpanos. Su remilgada y promiscua secretaria de tiempo completo. Posiblemente la única mujer capaz de soportar sus arranques de ira en el trabajo, ya tenía casi dos meses laborando para él, y una decena de veces más follando con él

 

Karin era la más puta que había conocido hasta el momento pero sus defectos saltaban a la vista. Hablaba demasiado y lo acosaba aun más. Era la típica mujer rogona que tanto detestaba, y sin embargo seguía tirándosela cada tanto tiempo

 

Quizás por falta de estima propia, si lo deseara podría seducir a cualquiera que se le plantara en frente. Mas no era su caso, odiaba las citas, el romanticismo, lo único que él buscaba en una mujer era sexo ocasional, sin compromisos ni ataduras

 

Actualmente el lugar que poseía Karin dentro de sus estimaciones era de una simple mujerzuela. Trabajaba sin parar para él, se desvivía por él, y ni con ello lograba despertar su interés

 

-Llevo prisa, te veré después

 

Karin se frenó en seco, conocía a Sasuke mejor que nadie y sabia que aquel efímero "después" significaba "cuando quiera follar". Ni siquiera eso logró afligirla, por el contrario, aumentó su deseo por seducirlo

 

Coqueta, se ajustó las gafas, viendo partir al hombre de sus sueños

 

Faltaba un cuarto para las diez de la noche. Sasuke había acomodado en tres valijas lo necesario para su estadía temporal en las cercanías del bosque

 

El entusiasmo por descansar había desaparecido casi de manera inmediata. Él era un completo adicto al trabajo, podía desperdiciar horas antes de ponerse al tanto con sus deberes laborales, más no semanas…

 

¿Qué haría en tantos días varado a la merced del bosque?

 

Recorridos por los verdes prados, siestas vespertinas, esporádicas caminatas ¿y después?...

 

Frustrado, se volvió por la laptop que reposaba en el mullido sofá. Un posible incentivo lograría que su musa regresara, era una completa estupidez ausentarse del trabajo para alejarse de la ciudad con el mismo objetivo

 

No importaba. Eran al menos ochenta paginas las que debía redactar, sería conveniente adelantar una parte en caso de que su ánimo por escribir decidiera volver

 

"Solo a un loco se le ocurre adentrarse en un bosque de noche"- habían sido las sabias palabras de su chofer, un comentario banal proferido mas al viento que a sí mismo. Sasuke quiso objetar pero decidió prudente no hacerlo esta vez

 

Conocía el recorrido de la zona lateral de la arboleda. Escasos metros lo distanciaban de la carretera. Era cuestión de seguir los señalamientos, no le tomaría mas de veinte minutos llegar. Quizá sus recuerdos eran exiguos pero había memorizado a detalle el camino hacia la desolada cabaña

 

Dieciocho años de edad y la última vez que había pisado esa residencia distaba de los tres años

 

Tres años de tropiezos e incertidumbre, situaciones y decisiones que lo habían llevado al punto justo en el que estaba parado en la actualidad. Con un empleo mediocre, subordinados incompetentes y una rutina que lentamente comenzaba a fastidiarlo

 

El aire puro del bosque, el aroma a pino y el alboroto de los animales lo acompañaron en cada paso. Desde grillos hasta el graznido de las aves. Sasuke se replanteó si no había sido una pésima idea acudir a ese lugar para descansar, la distancia entre la cabaña y el bosque oscilaba entre los quince y veinte minutos de diferencia

 

El alivio embargó su cuerpo al divisar el puente que separaba la intersección entre ambos puntos. Cruzándolo y a escasos metros de distancia estaba su residencia

 

El sonido de una respiración entrecortada llamó su atención. Su cuerpo pareció paralizarse ante el ruido pero recobró la compostura para volverse y encarar a lo que fuera que lo estuviera siguiendo

 

Pronto, el temor fue sustituido por la sorpresa. Sasuke observó con aires de indiferencia a la distancia, ahí, justo en medio de la carretera, un pequeño zorro rojo se hallaba tendido

 

Se dio la vuelta, odiaba a los animales, seres sucios y repugnantes, con un valor insignificante y otro de relevancia dentro de la cadena alimenticia. Los animales no eran de su agrado pero al retomar la caminata se percató para su infortunio del ridículo malestar de su consciencia

 

Apretó los puños antes de devolverse sobre sus pasos. Detestaba no poder oponerse a ese sentimiento tan ambiguo que aún conservaba

 

Lentamente, se acuclilló para apreciar al herido animal que respiraba agitado. Examinó a detalle el cuerpo, mirando entre el pelaje del zorro. Solo hasta que un gruñido de dolor escapó de los labios del animal, Sasuke supo de donde provenía la herida

 

Su suposición fue acertada, lo habían atropellado, pero no era nada de qué alarmarse, quizá le habían roto una extremidad

 

Indeciso, chasqueó la boca, pasando a tomar en brazos al pequeño zorro. No había nada mas por hacer, solo lo llevaría a la cabaña, si se recuperaba o no le daba completamente igual, por nada del mundo regresaría a su casa para que lo atendieran en una veterinaria. Dar aviso a un guardabosque también era un fastidio

 

El animal se removía de vez en vez entre sus brazos, ya fuera por el dolor en su pata derecha delantera, por el movimiento brusco efectuado mediante la caminata, o quizás solamente se trataba de alguna pesadilla

 

Fuera lo que fuera, solo había un detalle irrelevante que mantuvo al Uchiha inmóvil una vez que estuvo a medio camino del puente

 

La luz de la luna, tan hermosa y resplandeciente como pocas veces al año podía apreciarse en la ciudad

 

Apático, continuó su camino, deteniéndose solamente cuando los gruñidos del animal le resultaban insoportables, incrementando así sus ganas de dejarlo tirado cerca de algún arbusto. Pero nuevamente la estúpida consciencia hacia acto de presencia, espetándole que alguna bestia se lo tragaría en cuanto él se alejara

 

En esta ocasión, el chofer tenía la razón. Pudo haber continuado el trayecto dentro del vehículo, deshacerse de aquellas ideas triviales y demás nimiedades que lo habían orillado a querer caminar el diminuto tramo hacia la estancia

 

Quería inspirarse, relajar sus articulaciones mediante una corta caminata nocturna. Pues bien, lo había conseguido, a costa de ese saco de pulgas que actualmente cargaba

 

Ni bien entró a la cabaña, Sasuke se apresuró a encender todas las luces. Las valijas yacían cerca de la puerta, tal como se lo había pedido al hombre robusto que se encargaba de transportar sus pertenencias cuando tenía la necesidad de salir de su oficina. Aunque esta vez el recorrido había sido mucho más lejano, y exhausto además

 

Con su mano libre, hurgó en una de las maletas, pasando a sacar uno de los tantos periódicos que se había tomado la molestia de empacar horas antes, su medio de distracción para los días siguientes

 

El periódico cayó al suelo, junto a la puerta entreabierta. Una sutil indirecta en caso de que el animal se sintiera mejor durante la noche

 

No le molestaría en absoluto si se largaba cojeando, al contrario, así lo quería él. No más interrupciones ni estupideces sin sentido

 

El zorro se quejó al ser soltado sobre el frio papel

 

Ni siquiera eso le importó. Ya era tarde, estaba cansado y no tenía necesidad de preocuparse por ridiculeces

 

Sin demora, se adentró en la estancia para dirigirse hacia la que sería su recamara en las siguientes semanas, imitando el procedimiento anterior, se encerró en la alcoba

 

La humedad del lugar era más que perceptible, aunado a las capas de polvo y telarañas que se encargaban de "adornar" el lugar. Ya se encargaría de eso después, afortunadamente había una televisión, ya se las ingeniaría para cambiarla a la entrada, esa pequeña sección la asignaría a sus escritos. Nada mejor que perderse en el paisaje a través de una de las ventanas, adelantaría bastante y una vez que entregara el escrito, se daría el lujo de vacacionar en alguna playa cercana

 

Cansado, se recostó en la cama, sus parpados le pesaban y Sasuke no tardó en sumirse en un profundo sueño que se encargó de reducir sus preocupaciones y planes futuros a pensamientos banales…

 

El sonido hueco producido por objetos al caer lo sacó de su ensoñación. Sasuke bostezó antes de levantarse de la cama, hasta que el ruido se hizo más evidente

 

Un escalofrío lo recorrió entero al reparar en su estúpido error de la noche anterior. Había dejado la puerta abierta

 

"Algún ladrón" pensó abrumado

 

Avanzó sigiloso hasta la puerta, dispuesto a atrapar al delincuente con las manos puestas en sus pertenencias, era una pena para el criminal que él no llevara consigo objetos de valor más allá de su computadora portátil y fácilmente reemplazable

 

El pasillo le pareció interminable, estaba nervioso, no sabía si el intruso estaba armado y en dado caso de que así fuera, él no tenía nada al alcance para defenderse

 

-¿Qué demonios?- parpadeó confundido, la figura de un adolecente desnudo se hallaba de pie junto a la puerta, con una de sus valijas en la mano

 

Los objetos caían al suelo, produciendo un ruido estrepitoso cada vez que el chico sacaba algo de la maleta, lo observaba desinteresadamente y lo arrojaba lejos de él

 

Bien, su predicción no había errado del todo. Frente a sus ojos había un criminal, menor de edad, exhibicionista y algo desaliñado que descaradamente osaba tocar sus pertenencias

 

-Te sugiero que dejes mis cosas en su lugar antes de que agotes mi paciencia- su voz salió apática, indiferente

 

El chiquillo se volvió en su dirección con una expresión de temor. Sasuke sonrió ante ello, su advertencia había dado resultado…o eso pensó

 

-Deja eso- Sasuke frunció el entrecejo al ver como el muchacho rodeaba la mesa del comedor con uno de los panecillos que previamente había empacado. –No estoy jugando- se exasperó cuando el menor abrió la envoltura para saborear el que sería "su" postre del día

 

Solo hasta que lo tuvo de frente, Sasuke reparó detalladamente en las felinas facciones del muchacho. Ojos grandes, expresivos y azules enmarcaban el bello rostro del menor. Su cabello rubio y enmarañado contrastaba con la piel canela

 

Se perdió unos segundos en el físico del chico, calculándole a lo sumo quince años. Tres menor que él. Delgado y de mediana estatura

 

-Basta de estupideces- pero no podía darse el lujo de mantener su estupor inicial. El chico era lindo, no tenía importancia, su belleza física estaba siendo opacada por su falta de modales y pésimo criterio

 

Fastidiado, lo tomó con firmeza del brazo. Un agudo gemido lo obligó a soltarlo al instante

 

El rubio retrocedió con un gesto de dolor en el rostro. Sasuke chasqueó la lengua ante la "sensibilidad" corporal del muchacho, ni siquiera había usado tanta fuerza

 

Mas sus dudas se disiparon al detenerse a observar las acciones del menor, el cual, acariciaba despacio su muñeca derecha, visiblemente lastimada

 

Un pensamiento efímero lo forzó a devolver la mirada hacia el periódico de la entrada

 

No, era imposible, empíricamente improbable, estúpido, radicaba en la ridiculez

 

El zorro se había escapado por la noche, y en su lugar había entrado ese chico rubio, o tal vez aun estaba dormido, soñando

 

¡Eso es!, tantas idioteces y la carga excesiva de trabajo estaban nublando su buen juicio

 

-Duele- salió de sus cavilaciones cuando el muchacho se dignó a hablar mientras se dedicaba a lamer el dorso de su mano


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