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Lovers. por RLangdon

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La caida del alba llego con calidez al bosque mediante los finos rayos matinales que se colaban entre las copas de los árboles
 
El travieso cachorro asomó lentamente la cabeza en medio de los esponjosos pelajes que se sumaban al suyo. Se estiró suavemente sobre sus patas delanteras, extendiendo la columna hasta que el dolor de sus articulaciones cesó. Entonces el pequeño zorro dio un salto fuera de la sobreprotectora camada constituida por sus hermanos
 
"Será mejor que me de prisa. No tardan en despertar, ttebayo" sus nueve colas se agitaron de un lado al otro con brío, después se precipitó colina abajo, traspasando musgos, matorrales y helechos. Hojas secas se adhirieron a su pelaje pero, a Naruto no le importó en lo más minimo. Tenía que aprovechar todo el tiempo posible para divertirse y explorar por su cuenta antes de que el resto de Omegas se percataran de su ausencia. Menma y Naruko siempre eran los traidores que lo delataban, puesto que, su reloj cronologico estaba casi sincronizado con el suyo, propiciando que despertaran mucho mas temprano que el resto. Entonces Minato y Kushina movilizaban a todos para que fueran en su busqueda. Si el encuentro era rápido, Naruto solo se veía expuesto a un firme regaño y la advertencia de no escapar nuevamente. Sin embargo, una vez habían demorado en encontrarlo, y esa vez si que lo habían castigado, dejandolo a merced de los suyos dia y noche y sin posibilidad de explorar territorios o cazar por su cuenta
 
Esa vez Naruto prometió no volver a separarse de la camada. No habían pasado mas de diez dias desde aquella promesa, ahora sus impulsos zorrunos salían a relucir y lo instaban a aislarse un rato de sus compañeros y familia. Kushina había dicho que las hormonas no tardarían en hacer acto de presencia. Naruto aun no lo entendía del todo, prefería correr el riesgo antes que prestar atencion y ser cauteloso. Además, le agobiaba ser el menor de la camada, pues todo el tiempo se sentía sometido, vigilado, presionado
 
El solo quería ser libre, pasear entre las flores, cazar conejos y roer bayas
 
En su fuero interno, Naruto rió. Lo hizo por el cosquilleo en su vientre al deslizarse por la pendiente que lo llevaba a su escondite secreto que había descubierto algunas lunas atras
 
Rodó una y otra vez sobre la hierba, restregandose y ensuciandose su pelaje cobrizo. Empezaba a sufrir cambios y no los comprendía del todo
 
Cuando terminó la hora del juego, Naruto se disponía a marcharse. No obstante advirtió un ruido seco, imperceptible a oídos humanos, mas no al suyo. Se viró agilmente y sus rasgados ojos indigo se situaron en el brillante plumaje de un cuervo que, recien aterrizaba para beber agua del lago
 
A Naruto le pareció una buena presa y sin pensarselo, se abalanzó sobre él, derrapando a pocos metros antes de poder alcanzarlo. El hábil cuervo extendió prontamente sus alas y emprendió vuelo, sin embargo no pudo elevarse mucho, apenas unos metros antes de posarse en la rama más cercana de un grueso ciprés
 
-Eres muy rápido- Naruto no pensó obtener respuesta a cambio. Había aprendido que las especies de Alfas y Omegas se estaban extinguiendo cada día más. Pocas razas permanecían con vida, y resultaba imposible catalogar qué tipo de animales figuraban en esa categoria, ya que, la mayoría eran cautelosos y se aislaban del resto
 
-No es que sea rápido- lo oyó decir Naruto. -Ocurre que eres algo torpe
 
-¡Oye!- gruñó a la defensiva, inclinandose hacia el frente y mostrando sus afilados colmillos
 
¿Como se atrevía?
 
Naruto iba a replicar cuando obvió el importante detalle
 
-Me entendiste- ladeó la cabeza pero le fue imposible ver la faz del cuervo, este se hallaba de espaldas a él, con la mirada perdida en el horizonte. Vagamente Naruto recordó la advertencia de alejarse si presentía peligro. En esos momentos solo podía sentir la presencia solitaria y enigmatica del cuervo. Una posible amistad, a su parecer. -¿Eres un Alfa?- quiso saber, recuperando su posición inicial
 
-Puede ser- el cuervo, sin embargo, dio una respuesta demasiado esquiva
 
-Tienes que serlo- concordó el cachorro, rodeando lentamente el árbol. -Los de mi especie son amigables- remató, posando sus patas delanteras en la corteza. -Lamento haberte acechado. No voy a comerte si bajas, ttebayo
 
-¿Qué te hace pensar que lo haré?
 
Naruto entrecerró los ojos
 
Por lo visto ese cuervo era un engreído
 
-Porque no hay nadie más por aqui y quiero jugar
 
El cuervo rió ante semejante dejo de ingenuidad
 
-Vine aqui para estar solo- explicó con calma. -Lo último que quiero es compañia
 
-¿Ah si? ¿Y por qué no te has marchado?- Naruto indagó al tiempo que palpaba con sus patas la corteza, impulsandose un poco para ver que tan alto llegaba
 
El silencio se instaló tras la pregunta. Naruto supo que debía desistir, pero no le agradaba la idea de perder una posible amistad
 
-¿Cómo te llamas?
 
Un suspiro atravesó el aire
 
-Itachi
 
-Yo me llamo Naruto, ttebayo- respondió haciendo énfasis a su nombre, satisfecho de haber conseguido que el Alfa hablará de nuevo. Naruto entendía que solo los adultos conseguían llevar a cabo transformaciones. Había oido historias asombrosas al respecto de un oso que se convirtió en lechuza, luego en ardilla y finalmente en humano. Sus padres y una minoría, ya concretaban la forma humana, pero rara vez la utilizaban porque decían que era peligroso exponerse a ser vistos en medio de su transformación
 
-Preguntaste por qué no me he marchado- repuso el cuervo al cabo de unos minutos. Naruto lo observó atentamente. -Este es el motivo- en picada, Itachi aterrizó, lo hizo a varios metros de distancia del árbol. Naruto lo siguió de cerca, seguro de que el cuervo se había convencido de que él no era una amenaza
 
Y dio un respingo al notar el liquido que manaba del ala derecha de Itachi. Estaba herido, por eso no podía emprender el vuelo
 
-Yo te curo- se ofreció prontamente Naruto. Una de las pocas leyendas veridicas que circulaban en el bosque era la de las propiedades de la saliva de los Kitsunes de nueve colas
 
Aunque el sabor era pastoso y agrio, Naruto se dio a la tarea de lamer bien la herida. Humedeció casi toda el ala y despues, se fue a beber agua para quitarse el mal sabor de la sangre contaminada. Cuando un animal estaba herido, tenían prohibido cazarlo, si el especimen era un camarada, les era imposible digerirlo. No pocos habían muerto años atras por esta causa
 
Al poco rato Itachi corroboró la movilidad de su ala. Escudriñó al cachorro de cerca y se lamentó de su anterior conducta hostil. A lo que Naruto respondió con una sonrisa burlesca
 
-¿Siempre vienes aquí?
 
El cuervo se mostró confundido
 
-Solo al mediodia, aunque hoy hice una excepción
 
-Ven mañana a la misma hora- Naruto corrió en circulos hasta marearse y caer de espaldas. -Tu ala sanará antes del amanecer y entonces podremos jugar
 
¿Jugar? Para Itachi aquello sonaba tan ambiguo, tan infantil y surrealista
 
Se miró el ala de soslayo y ni siquiera fue consciente de lo que dijo hasta que Naruto sonrió con renovado entusiasmo
 
-De acuerdo...
 

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