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Troublemaker. por RLangdon

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Frustrado, rodeó una vez más la entrada. Kabuto no mentía, días atrás lo había comprobado para su desdicha. Varios Shinobis custodiaban la aldea y él no tenía ningun recurso para entrar por su cuenta. Era imposible aun para él, enfrentarse a más de cuatro cazadores de elite. Necesitaba la ayuda de alguien y sabía exactamente a quien recurrir, el problema era como acercarse


Y es que Sasuke la había visto dos noches atrás. En una de las tantas rondas nocturnas cuya finalidad era encontrar la hora más vulnerable para poder penetrar en la aldea. Resultaba hilarante que los guardias no descansaran pero lo que le sorprendió aun mas fue pillar a cierta pelirosa sentada en la misma banca de meses atrás


Llorando desconsolada bajo la luz de la luna. Nombrándolo una y otra vez. Se veía tan…patética


No obstante, la necesitaba y no podía darse el lujo de ignorarla ahora. Una oportunidad, solo un descuido…


El Anbu que custodiaba la entrada cabeceó y una sonrisa porfiada se delineó en los labios del Uchiha


Se enfocó en Sakura durante largo rato y cuando por fin la chica pretendía marcharse, intentó llamarla


Apenas un quedo murmullo que el viento pareció camuflar con su silbido. Sakura se acomodó un mechón de cabello tras de su oído, las lagrimas humedecían su rostro pero ella podría jurar que lo escuchó


Caminó unos pasos, las sombras de los arboles le parecían más lúgubres que de costumbre y ella creyó estar soñando cuando vio la varonil figura que tanto amaba


-Sasuke-kun…


La alarma aun no sonaba cuando Naruto despertó. Una suave contracción había interrumpido su profundo y cómodo sueño


Lentamente se frotó los parpados, deseando poder descansar más tiempo. Su brazo fue a dar al extremo opuesto de la cama pero la confusión se hizo presente al no sentir ningun cuerpo


-¿Shikamaru?- lo llamó soñoliento. Tenía que admitir que esa cama era cómoda, mucho más que el viejo colchón que le había obsequiado el tercer Hokage junto al modesto espacio de su apartamento. De vez en cuando Naruto extrañaba estar en su hogar, tenía muy buenos recuerdos de sus amigos, quizá los únicos que conservaba ya


El silencio se prolongó hasta que el rubio se giró con cierta dificultad sobre su cuerpo para encontrarse con el lugar vacío, las mantas revueltas y una pequeña hendidura donde había estado el cuerpo de Shikamaru


A Naruto le extrañó percatarse de la ausencia de su pareja. Shikamaru era muy perezoso cuando dormía y siempre era él quien lo despertaba por las mañanas. Casi sintió deseos de buscarlo bajo la cama, era más probable que Shikamaru se hubiera caído de la cama a que se despertara más temprano que él


Y demasiado temprano… Naruto lo corroboró al mirar el pequeño despertador junto a la cómoda. Aun no eran las siete


Una contracción más y las manos del rubio se deslizaron suavemente por el camisón holgado. En ocasiones sentía un leve cosquilleo pero la mayor parte del tiempo dolía


-¿Tienes hambre?- preguntó, acariciándose el estomago. Sus ojos se entrecerraron ligeramente, aun no sabía cómo llamar a su bebé. Si supiera el sexo ya podría utilizar alguno de los nombres que Shikamaru y él habían escogido. –Solo un poco más- dijo, y se abrazó a sí mismo al sentir un estremecimiento en la columna


Fue hasta al baño y se enjuagó el rostro para terminar de espabilarse. Era complicado hacer varias cosas con el bulto de su estomago pero la abuela Tsunade decía que era normal, que se acostumbraría. Naruto hizo un mohín en el espejo al darse cuenta de la mentira. Faltaba poco más de un mes y ya habían programado todo el parto. Shizune se encargaría de casi todo y Tsunade la apoyaría debido a su hemofobia


Salió de la habitación después de secarse el rostro con una toalla. El silencio acompañó sus pasos hasta la cocina. Naruto sonrió ampliamente al reparar en que estaba solo. Podría asaltar la nevera y después culpar a Shikaku por ello


Sacó uno de los cartones de leche, un recipiente con fruta fresca y un frasco de vidrio que agitó en su mano al no saber lo que era. Los ojos azules analizaron el contenido pero el frasco no tenia etiqueta, en cambio, un líquido carmesí se mecía con algunas esferas de similar color


-¿Qué será esto?- se dirigió al comedor y casi soltó su desayuno cuando se encontró con el estratega en la mesa


Shikamaru cabeceaba de vez en cuando mientras revolvía con su muñeca la cuchara dentro del tazón con cereal. Naruto dejó la comida sobre la mesa para inspeccionar de cerca al Chunnin


-Shikamaru- lo sacudió un poco de los hombros para llamar su atención


-¿Qué sucede?- un prolongado bostezo secundó a la pregunta. Naruto le pinchó las mejillas para ver si despertaba pero solo consiguió un respingo de disgusto como respuesta. Chasqueó la boca y esta vez decidió jugar con los pendientes de Shikamaru. Ese día era importante, había estado esperando ansioso toda la semana para ver a todos sus amigos. Por esa razón, Shikamaru debía estar más despierto que nunca


-Vamos Shikamaru- se desesperó el rubio al cabo de unos minutos. El aludido apoyó su rostro sobre sus brazos previamente cruzados junto al cereal. Naruto rió cuando el estratega sumergió inconscientemente su mejilla en la leche. Pero la sonrisa zorruna desapareció al reparar en que, ni siquiera con eso, Shikamaru se despertaba. –Quiero ir al bosque…


-Lo sé…- murmuró Shikamaru, aun con los ojos cerrados. Estaba tan cansado que le era imposible mantenerse erguido sobre la silla. El entrenamiento con Lee era exhaustivo y ese día tendría que verse con su equipo para otra misión. Todo era tan problemático y fastidioso


-Creo que ya viene- susurró Naruto en el oído del adormilado castaño, quien, confundido, movió sus labios para emitir la pregunta. –El bebé


No pasaron más de cinco segundos para que Shikamaru abandonara su perezosa postura. Su expresión de absoluta indiferencia se alteró visiblemente ante semejante afirmación. Y es que aun no espabilaba por completo y fue lo suficientemente ingenuo para creerse la mentira


-Te engañé- Naruto sonrió satisfecho al tener toda la atención de Shikamaru, el cual, ya había alertado en voz alta a sus padres y corría hacia la puerta


-¿Qué pasa?- Yoshino no tardó en aparecer en el comedor usando solamente un vestido de encaje. Shikaku derrapó cerca de la mesa y Naruto dejó de reír cuando las miradas se centraron en el


-¿Falsa alarma?- el rubio miró alternadamente los rostros de los presentes, principalmente el de Shikamaru, este se dio un manotazo en el rostro, sumamente fastidiado y con su pulso a toda marcha


Pese a todo, el día pintaba para ser uno bueno. Varias nubes surcaban el cielo y avanzaban lentamente por la inmensa extensión azulada. La suave brisa mecía las copas de los árboles y el rocío matutino aun se percibía en el césped


-¿Qué hacemos aquí?- preguntó Naruto, mirando la arboleda a su alrededor. Tenía muchas ganas de salir con Shikamaru, sobre todo al bosque pero no entendía el motivo para que el estratega decidiera llevarlo después de lo acontecido esa mañana. -¿Es un castigo por lo de antes?- movió su pie en círculos sobre la tierra, trazando garabatos en ella. No se arrepentía de la broma y si ese era un castigo, le gustaba


Shikamaru miró fugazmente uno de los frondosos troncos. Las marcas de crecimiento aun estaban ahí. Se volvió entonces hacia Naruto para tomarlo de la mano. A sus progenitores no les había hecho ni un ápice de gracia la broma de Naruto y en realidad lo habían culpado a él por no estar al pendiente del rubio. Shikamaru tenía que darles la razón esta vez pero igualmente estaba entrenando en demasía para proteger a Naruto. No quería pasar por una situación similar y seguir teniendo un método de ataque mediocre


-Un venado- sonrió Naruto, apuntando con el índice junto a uno de los arboles aledaños. Shikamaru no se inmutó al reconocer al recién llegado, de hecho, lo esperaba


El animal avanzó lentamente hacia ellos, con el pecho erguido y una intimidante mirada


Inconscientemente, Naruto apretó más fuerte la mano de Shikamaru. Los ojos oscuros del animal se clavaron únicamente en él


- Shikamaru…- murmuró estático. Creía que si se movía más de la cuenta, el venado los atacaría


Shikamaru en cambio esbozó media sonrisa. Confiado, se inclinó un poco para llamar al animal


-Rikomaru


Naruto se aguantó la risa al escuchar la similitud del nombre. Tuvo que darse la vuelta y cubrirse los labios para no reír. Ya había hecho enojar mucho a Shikamaru por ese día, o mañana…


-Aunque rías, ese es su nombre- explicó el Nara. –Te diría que es mi mascota pero lo considero un compañero- se dio la vuelta para ver a Naruto pero este seguía de espaldas


A pesar de todo, los hombros de Naruto se sacudían ligeramente, producto de la risa. Shikamaru suspiró cansinamente, no pudo evitar sonreír al ver a Naruto en ese estado. Le fascinaba contemplar a Naruto risueño y no melancólico como se le veía meses atrás


-Perdón, Shikamaru- se disculpó el rubio, tratando de recobrar la compostura. –No pude evitarlo


-No me sorprende…


Naruto dejó de prestarle atención a su novio para ver más de cerca al venado. Sentía unas enormes ansias de acariciarlo pero temía que fuera a morderlo. Shikamaru tomó el dorso de su mano, como si hubiera adivinado lo que pretendía hacer


Lentamente, acercó la mano al lomo del animal. Naruto miró a Shikamaru, esperando su aprobación para poder empezar a mover la mano


El Nara asintió y observó complacido la interacción entre Naruto y su mascota


-Solo se muestra dócil con nuestro clan- admitió, provocando que Naruto lo mirara con escepticismo


-¿Y por qué a mi…?- no alcanzó a terminar la pregunta cuando Shikamaru se aproximó hacia él para palpar con suavidad su vientre


El resto de la mañana trascurrió sin ninguna novedad de por medio. Naruto miraba ansioso por la ventana en espera de Shikamaru. Después de la visita al bosque, el estratega se había marchado con su equipo para llevar a cabo una misión de rango C


Probablemente tardaría y no le había dicho nada sobre el convivio porque creyó que Shikamaru lo recordaría pero ahora se daba cuenta de que no era así. Shikamaru se había olvidado por completo de su festejo y Naruto aun conservaba la esperanza de que regresara pronto


De repente, sintió la mirada de los padres de Shikamaru sobre él. Naruto sonrió nervioso y desvió la mirada de la ventana. Quizás aun seguían molestos por el incidente así que prefirió no tentar su suerte


-¿Quieres cerezas, Naruto?- Shikaku le extendió el frasco de cristal que el rubio había sacado de la nevera. Ahora sabía que eran cerezas en conserva y se sintió torpe por no darse cuenta antes


-Sí, gracias- se apresuró a tomarlo pero el ambiente se tornó incomodo cuando la señora Nara le quitó el frasco para entregarle una ración de vegetales. Naruto arrugó la nariz, odiaba las verduras y tenía que comerlas varias veces por semana


-Esto es más saludable- sonrió Yoshino, deslizando un tenedor sobre el mantel. Naruto lo tomó desganado, él quería las cerezas pero por alguna extraña razón, le daba miedo contradecir a la mamá de Shikamaru. Tanto él como Kiba solían asustarlo con historias referentes a sus madres. Temperamentales, bipolares, manipuladoras…


-Tienes razón


Naruto frunció los labios al notar la actitud que acababa de tomar Shikaku. Tal vez sus amigos no mentían…


-Adelante, Naruto- lo animó la fémina, sin quitarle la mirada de encima. Naruto tragó pesado, sentía que si comía los vegetales, le darían nauseas de nuevo pero otro lado, no quería contradecirla


-¡Naruto, Shikamaru!- los fuertes golpes a la puerta llamaron su atención. Naruto suspiró aliviado al reconocer la voz de Tenten, lo había salvado de algún modo


Fue Yoshino quien abrió la puerta. Naruto se levantó de la silla pero antes de que diera un paso, Shikaku lo detuvo, tirando con firmeza de la maga de su camisón


-Guárdalo y ve con cuidado- le aconsejó, entregándole el frasco de cerezas envuelto en un trozo de tela. Naruto sonrió radiante y asintió a lo dicho. Cada vez se sentía mas parte de la familia Nara


-Ya es tarde, Naruto- reprochó Tenten, con ambas manos a los costados de su cintura. Naruto se alegró de ver también a Neji y a Lee. Sería un día muy agradable pero sería perfecto si Shikamaru estuviera con él


-Yo…- Lee se arrodilló frente al rubio, uniendo sus dos manos vendadas en señal de respeto. –Lo siento mucho Naruto, lo de antes fue mi culpa y…


-Ya cejotas- Naruto le palmeó los hombros, instándolo a levantarse. –No fue tu culpa y además no ocurrió nada grave- quiso sonreír pero le costó hacerlo al recordar lo acontecido una semana antes. De veras que se había asustado cuando vio venir la patada y no supo como esquivarla, le costaba realizar muchos movimientos estando así pero Gai Sensei lo había ayudado


-Será mejor que nos demos prisa- argumentó Neji, apoyando la espalda en la puerta. Cerró los ojos unos instantes y acto seguido, cruzó los brazos sobre su pecho


-Deberías dejar de ser tan orgulloso- dijo Lee, incorporándose con rapidez. Naruto los miró confundido pero no tuvo tiempo de preguntar cuando la kunoichi lo tomó confianzudamente del brazo para sacarlo de la casa


-Hablaremos después del enamoramiento de Neji. Ahora vámonos


El Hyuga abrió los ojos de golpe al escuchar a la bocazas de su compañera. Días antes no era tan predecible como ahora


-¿Eh, Neji está enamorado?- inquirió Naruto en medio de la caminata. Tenten lo llevaba prácticamente a la fuerza y Lee ya les llevaba mucha ventaja, contrario a Neji, que se había quedado muy atrás. Sin duda eran un equipo muy raro, aunque no más que el de Shino


-Eso pienso y lo acabo de confirmar- respondió Tenten en voz baja, mirando de vez en cuando hacia atrás. Algo le decía que Neji la mataría luego pero hasta entonces se mantendría alejada de él


Naruto aspiró hondo una vez que se detuvieron


-¿De quién…?


-Espero que Shikamaru no se retrase- lo interrumpió ella, mirando nuevamente a la lejanía. Naruto se frotó las manos, incomodo


-Creo que no va a venir- confesó, tratando de ocultar su tristeza con una sonrisa. El festejo no sería lo mismo sin Shikamaru cerca pero no podía hacer nada al respecto


-¡¿A qué te refieres con eso?!- Tenten se exaltó, sin embargo, mantuvo la calma al reparar en el semblante de Naruto. El convivio era para que Naruto pasara un buen momento. –Olvídalo


-¿Sakura-chan vendrá?- el rostro de Naruto se iluminó tras pasar algunos departamentos. Ahí, bajo la sombra de un gran roble, se hallaban sus amigos. Una gran mesa llena de regalos esperaba por él y la nostalgia se esfumó al ver que, tanto Iruka como Kakashi Sensei también estaban presentes


Quiso correr pero se reprimió de inmediato y continuó caminando un poco más aprisa


-Shikamaru no perdió el tiempo- masculló Kiba, limpiándose con un mondadientes mientras su mirada repasaba el contorno del abultado vientre del rubio. Naruto siguió de largo y se situó junto a sus dos senseis. Sabía acerca del peligro que corría en su estado, así que no le sorprendió encontrarse con ellos, seguramente acudían para protegerlo


-¿Cómo te sientes?- el primero en romper el hielo fue Iruka. Naruto dudó en responder pero la mirada inquisidora de Kakashi lo forzó a dar una respuesta positiva


-Con hambre- se lamentaba de haber tenido que dejar las cerezas ocultas tras las cortinas de la entrada


-Nunca cambias- exhaló Kakashi, alborotándole el cabello. Naruto se encogió de hombros y una sonrisa adornó sus labios cuando la kunoichi se posó frente a el


-Qué extraño- Tenten miró a ambos lados en reiteradas ocasiones. Ya era tarde. –Sakura tampoco ha venido. Y Hinata se desmayó cuando la invité. Bien, no importa, comenzaremos sin ellas


-.-.-.-.-.-


Debía admitirlo, estaba monumentalmente aburrido. La luna recién iluminaba cada recoveco de la aldea con su majestuosa y platinada luz. La brisa nocturna amenizaba la intemperie, meciendo con suavidad las copas de los arboles aledaños


Un par de Shinobis se divisaron a la distancia. Shikamaru detuvo su resuelto andar frente al restaurante. Barba q, menuda novedad, otra cena infructuosa preparada por su Sensei para abordar temas de poco y nulo interés para él. Siempre era lo mismo, después de las misiones venia una comida en equipo. No que a Shikamaru le molestara, por el contrario, admitía que resultaba agradable pasar tiempo con sus compañeros. Últimamente quien se mostraba más renuente a las salidas e inclusive ausente en las conversaciones era él


Los primeros treinta minutos de dialogo no dudaba en participar en la conversación por mas nimia y trivial que pudiera resultar. Asuma había dejado de insistir con el tema de Naruto desde hacía meses, con Ino sucedía lo mismo, se mantenía neutral ante su relación, tras lo acontecido meses antes. Chouji era el único que parecía interesado en su relación con el rubio, el único que no lo juzgaba y en quien, sabía de antemano, podía confiar a ciegas. Su mejor amigo y el más transparente del equipo 10


-Has mejorado bastante, Ino- comentó Asuma, tomando asiento en una de las bancas del establecimiento. Shikamaru lo imitó una vez que la rubia se hubo sentado. Generalmente no le gustaba participar en el monologo hasta que no hicieran mención de su nombre, le parecía impropio, aunado al hecho de que no sentía muchos deseos de conversar. La misión no había sido extenuante en sí, simplemente le agobiaban las mismas preocupaciones de siempre y el no poder superarse a sí mismo. Ya era Chunnin pero el resto de sus compañeros no tardarían en ocupar el mismo rango que él, entonces debería esforzarse más, más trabajo, más entrenamiento, más cansancio, más fastidio…


-Ha sido gracias a usted, Asuma Sensei- la rubia agradeció el halago y acto seguido se volvió en dirección de Shikamaru, el cual miraba impasible hacia el exterior, con sus brazos cruzados sobre la mesa y una expresión de completo hastío, como si le frustrara estar ahí


-Y dime Shikamaru…- Chouji le dio un codazo al castaño para llamar su atención. Shikamaru había estado algo ausente desde que habían salido de la aldea y no quería que su amistad se deteriorara. El equipo Ino-Shika-Cho debía estar unido tanto en las buenas como en las malas. -¿Aun no saben qué será?


Shikamaru suspiró ansioso, cada vez que le mencionaban a Naruto, sentía el desasosiego acumularse en su sistema. Sabía que se estaba comportando muy reticente con sus compañeros pero le costaba interactuar con ellos cuando Naruto debía estarlo esperando. Y ya no solo era el hiperactivo rubio, en poco más de un mes podría irse considerando padre


-No- se encogió de hombros, aunque él más que nadie deseaba saberlo. Y sobretodo tenerlo en sus brazos. Tendría que ser un ejemplo a seguir y eso lo mortificaba más de lo que le gustaría reconocer. –Naruto y yo no tenemos problemas con ello- agregó, llamando la atención del resto de los presentes. Sabía lo alterados que se ponían cuando nombraba a Naruto, como si se tratara de un tema tabú


-Shikamaru también se ha vuelto más fuerte- profirió el adulto con seriedad. El interpelado quiso protestar ante el evidente sarcasmo. Porque él no lo veía de ese modo, claro que no, le faltaba aprender tanto y mejorar sus habilidades. Aunque últimamente perdía mas su tiempo en la biblioteca que en otro sitio, necesitaba informarse sobre su futuro rol de paternidad. Con Naruto, sería como cuidar a dos niños en lugar de uno


-Y más rápido- secundó Chouji, ampliando la sonrisa cuando uno de los meseros se aproximó hacia ellos para depositar la carne sobre la parrilla, uno a uno y lentamente, siempre sosteniéndolo con las pinzas


-En realidad, yo no creo…


-Indudablemente, Shikamaru es el mejor de los tres- lo interrumpió Ino, acomodándose mejor en su lugar. Trató de sostenerle la mirada al castaño pero este apenas si se fijaba en ella


-Ya vuelvo- ante la insistencia de su equipo, Shikamaru se puso de pie. Salió del restaurante con los nervios cosquilleándole la piel. A esas alturas no sabía si se trataba del embarazo de Naruto, su mediocridad para entablar una conversación medianamente normal con su equipo, o simplemente el cansancio que venía presentando noches atrás, desde que había comenzado su entrenamiento con Lee, su rendimiento se había ido a pique. Nadie, a excepción de Naruto, sabía sobre su nuevo entrenamiento, si es que podía llamarle como tal


Miró a sus espaldas, sus amigos se habían enfrascado en una nueva conversación pero seguían devolviéndole la mirada de vez en cuando, especialmente Ino. Shikamaru entornó la mirada y decidió hurgar en los bolsillos de su pantalón


Una vez que la cajetilla estuvo en sus manos, retiró uno de los cilindros y lo encendió rápidamente. Dejó que el humo se filtrara por su garganta una vez que se lo llevo a los labios, produciéndole un efecto calmante. No volvería a hacerlo, de eso estaba seguro. Solamente por esa noche se daría el lujo de retar la autoridad que infringía sobre sí mismo, imitando uno de los tantos procederes de Asuma. Solo por esta ocasión se dejaría llevar


-¡Shika!- lo llamó Ino en voz alta. El aludido dio la última calada al cigarrillo antes de tirarlo al suelo para extinguirlo con el pie. Se estaba haciendo tarde. Se volvió hacia su compañera que, ya salía del restaurante. -¿Podemos hablar?


Evadió la mirada azulada para ver a Chouji a sus espaldas. Exagerados e incomprensibles ademanes, fue todo lo que observó de su regordete camarada. Negó con suavidad y se encaminó hacia la mesa para dejar su parte, aun si no consumió nada, lo único que Shikamaru quería era irse a su casa. Le gustaba estar presente cuando Naruto se ponía a hablar con su bebé, usualmente lo hacía por las noches, y él prefería contemplarlo en silencio, aunque el rubio protestaba a veces por su inminente calma en la habitación


-Shika…- nuevamente el diminutivo lo fastidio. El límite de su paciencia fue rebasado con creces cuando Ino lo sujetó del brazo para impedir que se marchara. No importaba cuantas veces llegaran a la misma resolución, ella insistía


-Tengo que irme- trató una vez más, forzándose a no alzar la voz. Estaba demasiado cansado para lidiar con el drama de su compañera


-Por favor…


No había manera. Shikamaru exhaló y se sujetó el puente de la nariz con sus dedos índice y pulgar al percatarse de las miradas que les dirigían los demás Shinobis


-Será en otra ocasión- se despidió con un gesto de mano, generalizando la despedida para su mejor amigo y su mentor


Naruto se dispuso a abrir el último presente. Los invitados al convivio lo miraban expectantes, era la última actividad para dar por finalizada la reunión y Shikamaru no se había presentado. Aunque no lo culpaba, el estratega tenía una misión ese día y bastante tiempo le había quitado ya


Sonrió sumamente agradecido y se llevó la diminuta muda al rostro para sentir la suavidad proveniente de la tela. Todo era tan suavecito y olía tan bien que no podía reprimirse y repetía lo mismo con cada prenda


-Ese es de Kakashi- lo delató Iruka, cruzándose de brazos ante la mirada asesina del susodicho


-Gracias- los ojos azules recorrieron por última vez la multitud a su alrededor. Se había divertido mucho charlando con sus compañeros, todos le preguntaban por el bebé, el posible nombre y la actitud de Shikamaru. Ante lo último no sabía que responder. Shikamaru era muy atento con él cuando estaba en casa y le prohibía hacer un montón de cosas


Movió con insistencia los pies bajo la mesa al corroborar que Shikamaru no había llegado. Poco después, escuchó a Tenten agradecer a todos los presentes y posteriormente el lugar fue vaciándose


Solo permaneció el equipo de Gai. Ni siquiera Sakura había ido al convivio. Naruto extrañaba mucho a sus compañeros pero en el fondo sabía que el equipo siete no volvería a ser el mismo


-¿Ya te vas?


Naruto dejo de guardar los obsequios cuando escuchó la voz de Lee a sus espaldas. Detuvo su actividad y asintió a lo obvio, no pensaba quedarse más tiempo ahí, Shikamaru no se presentó y él solo deseaba tomar un baño y disfrutar de las cerezas que escondió tras las cortinas


-Tengo sueño- confesó, frotándose los parpados


-Está demasiado oscuro- Lee alzó la mirada al cielo. Naruto sabía que estaba en lo cierto pero no tenía miedo, por el contrario, tenía prisa por regresar


-La casa de Shikamaru no está muy lejos- respondió optimista. Sus labios se curvearon en una mueca de incertidumbre al mirar a su alrededor


-Te acompaño- ambos se giraron hacia el Hyuga que permanecía a escasos dos metros de distancia, ajeno a la conversación pero atento en la misma


-No es necesario- Naruto se rascó la nuca, incomodo por el exceso de atención. –De veras- afirmó con más seriedad, dejando que su perpetua sonrisa se desvaneciera al cabo de unos segundos


-No tienes elección- tajó Neji, acercándose más hacia ellos. –Fueron órdenes de la Hokage


-¡¿Qué?!- tanto Naruto como Lee se sorprendieron ante lo dicho. Uno más que el otro


-Shikamaru está en una misión, ¿me equivoco?


Naruto asintió con suavidad. Tenía lógica que la abuela Tsunade escogiera a Neji como su escolta, después de Shikamaru, él había sido el mejor en los exámenes Chunnin


Rió por lo bajo al rememorar lo sucedido, él le había ganado a Neji, por lo tanto era el segundo mejor en esa categoría, pero era imposible cuidarse a sí mismo


-¿Te sientes bien?- la mano de Lee se posó en la frente del rubio y este la apartó de un manotazo


-No juegues, cejotas- lo retó, endureciendo la mirada


-Vámonos- masculló secamente Neji. Naruto asintió una vez más y se dispuso a tomar sus cosas de la mesa. –Yo las llevo- se ofreció el ojigris, quitándole los artículos de las manos


Naruto se quejó por lo bajo, no sabía si le gustaba que fueran tan sobre protectores con él o simplemente lo detestaba, se sentía como un enfermo al que todos debían cuidar, un estorbo


Observó a Neji caminar despacio y se enojó aun más. Sin embargo, sabía que no debía caminar muy rápido


-Lo haces a propósito- murmuró, entrecerrando los ojos. El Hyuga se detuvo ante tales palabras y Naruto retrocedió un paso, Neji era tan extraño y enigmático que le resultaba imposible saber lo que pensaba. Quizás lo había hecho enojar…


-¿El que…?- inquirió escueto y los ojos grises se cruzaron con los azules


-Caminar… así- el rubio musitó lo último, indeciso


-¿Muy rápido?


Naruto negó a la pregunta. Ya ni sabia porque se molestaba si minutos atrás estaba de buen humor. Al menos esta vez no había nauseas


-Muy…


-Lee, toma las bolsas- y tras decir lo último, Neji soltó los obsequios del rubio, este lo maldijo por su descuido pero no tuvo tiempo de reaccionar cuando el Hyuga se aproximó velozmente hacia él para tomarlo en brazos


-¿Q-Que haces, idiota?- preguntó cuando hubo reaccionado, sus pies estaban a varios centímetros del suelo y su rostro ardía de vergüenza, aun mas cuando Lee empezó a reír por la osadía de su compañero


-Has dicho que voy muy rápido- se excusó Neji, emprendiendo la caminata. Naruto pataleó un par de veces, entre molesto y confundido por la actitud del Hyuga


-Yo no dije eso- finalmente logró liberarse del agarre. Se sacudió las ropas y le arrebató las bolsas a Lee. No le gustaba que lo trataran como a un niño pequeño


Los miró acusadoramente a ambos. Tampoco quería que lo siguieran


-Gracias pero puedo irme solo


Naruto sabía que no se libraría tan fácilmente de sus escoltas y lo comprobó con fastidio al mirar a sus espaldas


-No seas tan infantil- de nueva cuenta las bolsas le fueron quitadas. Naruto miró fijamente al Hyuga. Por alguna extraña razón, Neji evitaba el contacto visual


-Resolveremos esto de una forma madura- propuso Lee, interponiéndose entre ambos. –Un piedra, papel o tijera…


-Lee- Neji frunció el ceño por la interferencia de su compañero. –Son órdenes de la Hokage, no hay posibilidad alguna de desobedecer


Una sonrisa radiante adornó los labios de Naruto al reconocer la silueta que se acercaba a paso lento. Apenas alumbrado por la luz de la luna. Su semblante cansino y los cabellos castaños que se sacudían de vez en vez con el soplido del viento


-¡Shikamaru!- agitó los brazos en el aire para apresurarlo. El estratega aceleró el paso al escuchar la voz de Naruto. En cuanto supo que el rubio no estaba en su casa, no dudó en ir a buscarlo. Temía que algo malo le pasara


-¿Qué ocurre?


El ambiente prontamente se tensó con su llegada, Shikamaru lo supo cuando Neji se cruzó en su campo de visión. Creía que el poseedor del Byakugan ya había aceptado la derrota pero tal vez se equivocaba, y era un trago amargo para él verlo tan cerca de Naruto. Simplemente no lo soportaba


-No puedo ir a ningun lado sin escoltas- aclaró Naruto, cruzándose de brazos


-Son ordenes de la Hokage- informó Lee, sonriendo nervioso ante el intercambio de miradas que se estaba suscitando entre Neji y Shikamaru. Era sumamente incomodo estar en ese tipo de situaciones


-Ni siquiera puedo caminar por mi cuenta- volvió a quejarse Naruto, propiciando de manera inconsciente que las miradas de odio se intensificaran


-¿Por qué no puedes…?- quiso indagar Shikamaru pero al volver la mirada hacia Naruto, supo que algo andaba mal


-Naruto


El aludido se sujetaba el estomago, permanecía con los ojos cerrados mientras se inclinaba un poco hacia adelante


-Duele…


-Heh- Shikamaru ironizó la jugarreta. –No volveré a caer


-Es verdad…- la voz se tensó y Shikamaru sintió su cuerpo paralizarse


-¡Lee, busca a la Hokage!- exigió Neji. Se acercó a Naruto con la intención de cargarlo pero el castaño reaccionó a tiempo para hacerlo en su lugar


Los cabellos rosas se mecían con la suave brisa nocturna. Sakura miró una vez más el sobre plástico. Sasuke había sido muy claro pero ella aun no tomaba una decisión. No estaba segura de poder hacerlo pero deseaba con todas sus fuerzas volver con él…


-Sasuke-kun yo…- Sakura balbuceó al tenerlo frente a ella, no era un sueño ni mucho menos. Sasuke volvía y no sabía cómo actuar


Asintió cuando el Uchiha se llevó el dedo índice a los labios en señal de absoluto silencio. Estaba consciente de que Sasuke era un desertor ahora pero aun así, le emocionaba su regreso. Porque confiaba en él y sabia que Sasuke había actuado de manera impulsiva antes. En realidad él no quería lastimar a Naruto y si lo hizo fue para saldar deudas pasadas. No era de su incumbencia las cuestiones de rivalidad entre ellos, solo quería estar junto a Sasuke


Su expresión de alegría cambió cuando el Uchiha tomó su mano para depositar un pequeño sobre plástico, su contenido no le pasó desprevenido a la kunoichi puesto que Tsunade la había instruido en el reconocimiento de varias hierbas, tanto venenosas como curativas


Lo vio, una y otra vez sin saber que decir. Fue Sasuke quien tomó la palabra


-Necesito que lo hagas por mí, Sakura- pero ella ya no iba a caer ante sus encantos, ni su penetrante mirada oscura podrían convencerla de hacer algo así. Las propiedades abortivas de la sabina no le eran desconocidas. Puede que Naruto no le agradara del todo pero tampoco podía llegar a esos extremos, además, ella corría riesgo también si la atrapaban


-N-No puedo… Sasuke- balbuceó, insegura de sí misma. La inseguridad amenazó con disiparse cuando el moreno la tomó de la mano pero esta vez para entrelazar sus dedos con los de él


-Prueba que me eres fiel. Hazlo y dejaré que vengas conmigo


Las lágrimas se escaparon una por una de sus ojos jade. Aun recordaba aquella fallida suplica que le había hecho a Sasuke la noche que él se marcho. Le había pedido que la dejara ir con él pero Sasuke se negó rotundamente y ahora, sin más, aceptaba


-Iré contigo- tiró el sobre al suelo y el agarre en su mano disminuyó. Sasuke negó en completa desaprobación y Sakura supo que no tendría alternativa


-Es su castigo, Sakura


-¿Qué castigo?, ¿Qué te hizo Naruto para que lo odiaras?- le sostuvo la mirada, apenas unos segundos. La expresión de Sasuke evidenció el desespero interno del que era preso


-¿Lo harás?- evadió la pregunta


Los ojos jades lo miraron indeciso


-Yo…


Apretó el sobre contra su pecho, incapaz de levantarse de la banca. Ya había pasado un día entero, el tiempo límite de su respuesta llegaba a su fin. Esa noche tenía que hacerlo o Sasuke también la odiaría


Se secó las lágrimas y abandonó su lugar para encaminarse a una casa en específico


Sus pasos fueron lentos y torpes. Tenía muchísimo miedo pero Sasuke le había asegurado que todo estaría bien. No había forma de que detectaran la hierba en ningun alimento y ella se ofrecería a cocinarle cualquier cosa a Naruto


Tocó la puerta con suavidad después de ocultar el sobre entre los pliegues de la falda. Se acicaló el cabello y esbozó la sonrisa más tranquila que pudo


Yoshino no tardó en acudir al llamado. Más que segura de que se trataba de algún conocido de Naruto


-Buenas noches- saludó en cuanto la puerta fue abierta


Yoshino le devolvió el gesto a la pelirosa y la invitó a pasar con un movimiento de mano. Ella accedió y se encaminó hacia el comedor


-Naruto no está- aclaró Yoshino, tras cerrar la puerta. -No debe tardar


Sakura sonrió a medias, sentía los nervios consumirla entera. Se restregó las manos bajo la mesa y pensó en alguna forma para poder intervenir en la cocina


-¿Podría…?- su voz tembló un poco pero se forzó a continuar


Por él, por Sasuke


-¿Podría cocinarle algo a Naruto? No lo he visto en un tiempo


Yoshino sonrió, complacida del ofrecimiento de la chica


-.-.-.-.-.-


Shikamaru exhaló aliviado al recibir la papeleta directamente de Shizune. Aparentemente todo estaba en orden pero eso no evitó que el Nara le diera una hojeada más a la información. Leyó a detalle el registro en el aumento de peso, presión arterial, pulso. Todos los índices se encontraban dentro de lo establecido, lo comparó con la columna adjunta a los datos de Naruto


-Es normal que las contracciones se tornen más constantes- habló Shizune a su lado, señalando con el índice el anverso de la hoja. -Siempre y cuando este dentro de lo establecido- Shikamaru asintió a lo dicho pero su expresión dubitativa no reflejó mayor cambio. Se mordió el pulgar, más preocupado que nunca al darse cuenta de los hechos. Pronto sería padre y los últimos meses no había estado tan apegado a Naruto como hubiese querido. Las misiones y el entrenamiento lo mantenían constantemente fuera de su casa y el que Naruto tuviera que salir a buscarlo a él, representaba la repleción máxima


-¿Puedo verlo?


Shizune le devolvió una sonrisa a modo de respuesta, y Shikamaru no tardó en dirigirse a la pieza donde yacía Naruto


-Su ropa esta en el escritorio- dijo la castaña una vez que Shikamaru se adentró en la habitación. –En una hora será dado de alta…


Y así fue. Tras ayudar al rubio a vestirse nuevamente, con mucho cuidado y una paciencia que rayaba en lo ridículo, ambos abandonaron el hospital. Naruto no había replicado como de costumbre porque lo mantuvieran retenido en una recamara y ese hecho en particular, desconcertó a Shikamaru, quien, abrumado, lo había tomado de la mano para moderar y sincronizar el ritmo de los pasos de ambos


-Puedo cargarte- no era una pregunta, ahora que estaba al tanto de lo acontecido con Neji, no podía darse el lujo de las contemplaciones. El Hyuga se había marchado de la sala de espera en cuanto supo que Naruto se encontraba fuera de peligro. El en cambio reconsideraba volver al hospital, no era experto en ninguna índole de cuidado medico pero tampoco podía quejarse. Sakura no estaba presente, no se había topado con ella y mucho menos quiso preguntar a Shizune por la ausencia de la aprendiz de Tsunade. Una parte de él quería vigilar cualquier movimiento sospechoso de la chica de cabello rosa, por más nimio que pudiera resultar el asunto


Sin embargo, Sasuke no daba muestra alguna de aparecer


Shikamaru frunció el entrecejo mientras se disponía a llevar en brazos al rubio. Por su bien que Sasuke no pusiera un pie dentro de la villa. Quizá seguía siendo el cobarde número uno, puede que su resistencia física no fuera de las mejores, e incluso aceptaba que no estaba a la altura del sharingan, no obstante, contaba con la ayuda de sus amigos, los de él y los de Naruto, profesores, cazadores especializados Anbu y la misma Hokage que, pese a estar ocupada, no había denegado el refuerzo de la seguridad. Todos velaban por el bienestar de Naruto ahora, cada quien a su manera pero lo hacían


Casi todos…


Shikamaru contradijo su pensamiento al recordar a Sakura Haruno. Miembro del equipo siete y completa devota hacia el Uchiha. Sintió asco de solo pensar en la clase de compañera que tenía Naruto consigo. Una compañera que permitió que lo hirieran, contribuyó al escape del Uchiha y no conforme con ello, había agredido a Naruto en su estado


-¿A dónde vamos, Shikamaru?- preguntó el rubio, completamente confundido al divisar el monumento del rostro de los Hokage. Conocía perfectamente el lugar, iba en todo momento durante su infancia, solo para jugarle una que otra treta al tercero


Shikamaru afianzó el agarre y de un salto se posicionó en el costado de la enorme roca. Naruto parpadeó pero no hizo nada por bajarse de los brazos del estratega, en cierto modo le gustaba estar así con él. Hacía tiempo que extrañaba sus apasionadas muestras de afecto


Shikamaru esbozó una sonrisa casi imperceptible al tiempo que bajaba con cuidado a Naruto


-El escondite del vago numero uno- se vio tentado a decir. Sin embargo se abstuvo de hacerlo, sorprendiéndose a sí mismo al ver que el sitio se mantenía en tan buen estado. Tenía al menos dos años sin acudir allí. Después de la academia, Shikamaru gustaba de pasar las tardes en algún prado junto a Chouji, conversaban trivialidades sin sentido y planes a futuro cuando el Akimichi insistía en ello


Naruto miró detenidamente la rocosa saliente y no encontró nada de especial en ella. Había algo de polvo y trozos que se habían desprendido de las esculturas pero nada más. Entonces decidió echar un vistazo hacia abajo. La brisa nocturna le alborotó el cabello cuando se sostuvo de la saliente para poder mirar. Un vértigo lo asaltó y retrocedió enseguida


-Hace algunos años solía venir aquí- admitió Shikamaru, entrelazando su mano con la de Naruto, este lo miró intrigado, tratando de encontrar algún truco en los ojos chocolate de su pareja pero no encontró más que un deje de melancolía que le transmitió un suave escalofrío. –Ni siquiera Chouji sabe sobre la existencia de este lugar


Los ojos de Naruto brillaron bajo la luz de la luna. Comenzaba a entender que era lo que hacía especial ese lugar. El también tenía algunos escondites en la aldea pero ya no los frecuentaba, eran sus sitios secretos, aquellos en donde nadie podría juzgarlo ni señalarlo, donde nadie podía agredirlo y donde se permitía pensar con más claridad las cosas. Le dolía no tener a nadie en ese momento, le dolía no tener padres y lo que más le dolía era ser diferente al resto aunque no entendiera la razón de ello


-Por las tardes venía solo a descansar- siguió diciendo Shikamaru, manteniendo la vista al frente en todo momento. Naruto tembló suavemente. Ya era bastante tarde pero no tenia sueño. Prefería mil veces seguir junto a Shikamaru en ese lugar, aunque no supiera bien el significado que tenía para el estratega un terroso espacio situado a la altura de la roca tallada con los rostros de los Hokage. –Había alguien que venía a perturbar mi sueño


Naruto prestó mas atención al semblante de Shikamaru. Le pareció vislumbrar una sonrisa divertida bajo el manto oscuro que les ofrecía la noche


-Alguien molesto, ruidoso y que no debería estar haciendo lo que hacia


-¿Yo?- a pesar de que sabía de quien se trataba, Naruto preguntó. Bastó un firme asentimiento de parte del Chunnin para confirmar la respuesta


-Lo peor de todo el bullicio que se generaba- suspiró Shikamaru. -Eran los gritos de los aldeanos que maldecían y trataban de manera infructuosa atrapar al rebelde causante del alboroto- Naruto rió por lo bajo al recordarlo. Era su forma de vengarse por lo que le hacían. Primero hablaban a sus espaldas y después lo ignoraban. Tenía que desquitarse de algún modo y la única medida a su alcance eran los botes de pintura rezagados entre los recovecos del monumento


Le gustaba pintar los rostros de una manera poco artística pero bastante original. Lo mejor de todo era ver la expresión furibunda de los aldeanos al percatarse de los hechos y de cómo el chiquillo que tanto repelían había denigrado el significado de las estatuas


-Un momento, Shikamaru- el aludido tuvo que cerrar los labios cuando el rubio decidió hablar. -¿Me espiabas?- Naruto entrecerró los ojos a la espera de una respuesta


-Solo me limité a observarte un tiempo


-¿Y?- Naruto pestañeó, sintió mayor presión en su mano


-Llegué a una conclusión- la expresión de Shikamaru se suavizó y Naruto temió lo peor. –Me gustabas…


-¿Te…gustaba?- a Naruto se le dificultó pronunciar la pregunta. Le costaba creer que alguien se hubiera fijado en él en su etapa de mayor rebeldía. Años atrás ni siquiera sabía lo que quería. Creía que se trataba de atención pero entre mas conseguía, el vacio interior seguía abriéndose, empezando como una grieta y volviéndose un enorme foso que amenazaba con devorarlo. Era la soledad, el temor a quedarse solo. Porque definitivamente no era la clase de atención que necesitaba. Quería afecto, no regaños. Abrazos, no golpes. Halagos, no insultos. Amor, no indiferencia


-Si- respondió Shikamaru tras meditarlo un poco. –De hecho no me gustaba ninguna niña. Algunas eran lindas pero todas problemáticas. Creo que nunca logré entenderlas- recordó a sus padres. Aun no entendía como su papá consiguió caer en las redes manipuladoras y mandonas de su madre pero lo agradecía de igual forma


-Pero yo era más problemático- Naruto frunció los labios, indignado. No tenia ningun recuerdo de que alguien le hubiera dicho que le gustaba. -¿Por qué no me lo dijiste?


-Bueno…- Shikamaru tomó aire, buscó una posición cómoda entre la tierra y la piedra caliza. Una vez que se recostó, le indicó a Naruto que se posicionara junto a él


No muy convencido, Naruto decidió imitarlo. Necesitaba escuchar el motivo que llevó a Shikamaru a ocultar sus sentimientos por tanto tiempo o no podría conciliar el sueño


-En primer lugar no estaba seguro de mis emociones…


-Pero dijiste que te gustaba- lo interrumpió Naruto, algo molesto por la contradicción


-No me malentiendas- se apresuró a agregar el Nara. –Más adelante lo supe. Sin embargo, con las insistencias de mis padres en su afán por conseguirme novia. Los comentarios prejuiciosos de mis compañeros, y tu falta de atención en mi persona, me hicieron considerar la idea


-Falta de atención- repitió Naruto en un murmullo. Esa palabra no le pasaba desapercibida. Quería que lo aceptaran en la academia pero nunca se esforzó por encontrar a quien simpatizaba pues estaba seguro de que todos lo odiaban


-Me ignorabas todo el tiempo pero yo siempre te estuve observando- admitió Shikamaru. La nostalgia lo embargaba al sumirse en los recuerdos pasados. Donde le encantaba presenciar los constantes fracasos de Naruto, aunque, a diferencia de Kiba, a él no le divertía en lo absoluto. Incluso llegó a identificarse con Naruto y a sopesar el hecho de que el rubio fallara a propósito cada desafío que le infringían


En la mente de Naruto se formó la misma escena de siempre, cuando rivalizaba con Sasuke. Nada más le importaba que superar al engreído que tenía toda la atención de sus compañeros. Quería sobresalir superándolo. Su corazón se encogió ante su insistente idea inmadura. Por culpa de Sasuke había perdido muchas oportunidades…


-Te quedabas dormido a mitad de la clase e Iruka se molestaba- finalmente los recuerdos de la imagen de Shikamaru aparecieron. El niño vago y perezoso que dormía en casi todas las clases para en el examen parcial recuperarse con una calificación tan perfecta como la de Sasuke. Fue entonces cuando Naruto le prestó un poco de atención. -¿Cuál es la segunda razón?


Shikamaru dejó de observar el cielo para dedicarse a mirar un paisaje mucho más bello. El que le ofrecía la faz de Naruto iluminada bajo la luz de la luna. Se dispuso a trazar figuras imaginarias en el cuello del rubio, no eran formas metódicas, solo simples caricias. Quería compensar un poco su ausencia


-La segunda razón para no decírtelo fue la cobardía. Temía que me rechazaras- Naruto arrugó la nariz. ¿Cómo podría rechazarlo si ni siquiera sabía? -En realidad me costó mucho decírtelo meses antes


-¿Y la tercera?- preguntó más inquieto que antes


-Sasuke Uchiha- los ojos de Naruto se opacaron ante la mención. Quien más daño le había hecho era Sasuke pero no tenia resentimiento contra él. Incluso deseaba que encontrara a su hermano y fuera capaz de salir de la oscuridad por su cuenta. Que se diera cuenta de sus errores y no siguiera cometiéndolos en el futuro. Sin embargo, esta vez no sería él quien se los señalara en caso de que se volvieran a cruzar en el camino


-Shikamaru, voy a ser Hokage- sonrió enérgico, desviando la mirada hacia las titilantes estrellas. El susodicho se desconcertó un poco por el cambio brusco de tema. Era usual en Naruto así que le restó importancia y apoyó la idea con una sutil sonrisa. –Cuando lo sea, tú serás mi mano derecha. Quiero que estés conmigo cuando lo haya logrado


-¿Y el bebé?


La euforia de Naruto no desapareció ante la mención. Lo esperaba con ansias. Era una de sus motivaciones para continuar con su sueño


-Será un ninja de elite. Así sea hombre o mujer


-Nunca dejas de soñar- Shikamaru se incorporó sobre sus codos para depositar un fugaz beso en los labios de Naruto, este lo correspondió al instante y desde ese momento no pararon


Un beso tras otro. Apenas si se separaban para tomar aire y volver a unir sus bocas en un desenfrenado y húmedo vaivén interno. Naruto pasó sus brazos sobre los hombros de Shikamaru y este lo atrajo aun más al sujetarlo de la nuca para intensificar el contacto. Los labios de Naruto eran dulces y lo hacían experimentar decenas de descargas eléctricas ascendiendo por su sistema


Su corazón se aceleraba, su respiración se agitaba y sus ansias no menguaban ante los múltiples choques labiales


Cuando se separaron, las mejillas de Naruto estaban teñidas de un tono carmín que a Shikamaru se le antojó hermoso en todo su esplendor


-Pero nunca me dijiste porque estamos aquí- recordó Naruto, tratando de controlar su acelerada respiración. Shikamaru calló unos cuantos minutos, centrándose en el conteo mental, dejando a Naruto con aquella duda existencial tan grande. –Shikamaru…


No lo tuvo que repetir. El Nara apuntó hacia el horizonte y el oscuro color del cielo se tiñó de naranja. Los rayos solares aparecieron lentamente para cubrir todo a su paso. Naruto se incorporó enseguida para presenciar la salida del sol y se maravilló con el paisaje


-Es hermoso…- apenas logró articular palabra. Se cubrió el rostro con el antebrazo y le dirigió una mirada de reproche al estratega


-Si vas a sermonearme porque no te lo dije antes…- Naruto asintió con firmeza y Shikamaru hizo amago de volver a sonreír. –Era parte de tu regalo. Quería que vieras el amanecer conmigo- los ojos azules tintinearon por la confesión


-Esto supera mi regalo- musitó, recargando la cabeza en el hombro de Shikamaru


-No es así- negó el Nara. - Además este regalo tenía que ser doble- añadió, situando su mano bajo el camisón de Naruto para acariciarlo


-Kiba dijo que tengo la barriga bien grande- Shikamaru cesó con las caricias para pasar a mirar a Naruto con aires inquisidores


-Kiba está loco…


-Pero tiene razón- se exaltó Naruto, separándose un poco para mirarse su propio vientre. –Shizune dice que mi peso es correcto pero yo no le creo nada


-Estas bien así


-Pero me cuesta moverme y no me puedo agachar…


Shikamaru aspiró profundo por la boca y dejó salir lentamente el resoplido


-Falta poco- lo animó. –Te amo- acercó a Naruto hacia su cuerpo una vez más, necesitaba sentirlo cerca, tocarlo, besarlo, abrazarlo, y sobre todas las cosas, demostrarle que no estaba solo. Nunca más lo dejaría solo. No quería volver a verlo sufrir como en el pasado, estaba convencido de que juntos superarían cualquier adversidad futura


Naruto cerró los ojos pero eso no evitó que el par de lágrimas escaparan de ellos. No recordaba haberse sentido tan feliz nunca antes, en realidad ni siquiera podía asegurar que conocía la sensación. Pero ahora todo era diferente. Con Shikamaru y su bebé formarían una familia. Le daría todo su amor a su pequeño, todo el afecto que no le fue entregado a él en su niñez. Jamás le dejaría solo


La sonrisa se amplió rápidamente en sus labios. Por primera vez lloraba de felicidad. Naruto estaba segurísimo de que en ese momento y a partir de ese instante era el Shinobi más feliz de toda la aldea


"Gracias Shikamaru, por ser parte de mi felicidad"


-Lo siento mucho, Sakura- se disculpó Yoshino, cruzando con renuencia los brazos mientras un gesto de decepción e irritación a partes iguales surcaba su rostro. –Shikamaru siempre me pide permiso para dormir fuera- estaba sumamente molesta por el agravio pero no pensaba reprender esta vez a su hijo. Sabía que estaba con Naruto, la única ofensa sobresaliente era la falta de apego a las normas de la casa. Ya hablaría con él sobre ello


-No importa- Sakura forzó una sonrisa al tiempo que se ponía de pie. Había esperado despierta toda la noche en espera de Naruto y en cierta parte le alegraba no haber tenido que verlo directamente porque estaba segura que rompería en llanto si se quedaba más tiempo en esa casa. Naruto iba a perder a su bebé y los únicos responsables serían ella y Sasuke. Pero no podía arrepentirse, no ahora que le había prometido a Sasuke serle fiel para poder acompañarlo


-Me hubiese gustado que te lo agradeciera Naruto- Yoshino se acercó a la tarta de frambuesa que reposaba junto a la estufa. Sakura se había empeñado casi dos horas enteras en cocinar aquella delicia para su compañero


-No hay problema- alegó Sakura, sacudiendo las manos en señal de desinterés. –De hecho me gustaría que fuera sorpresa. No quiero que se entere que fui yo quien cocinó


Ante tales palabras, Yoshino meneó la cabeza reprobatoriamente


-No puedo tener el crédito de algo que no cocine yo


-Solo no se lo diga- Sakura cerró fuertemente los ojos. Tenía la esperanza de que su amistad con Naruto perdurara, aun después de todo. Además, corría el riesgo de ser descubierta, a pesar de que no hubiera pruebas factibles que la señalaran a ella


Yoshino se preocupó al ver el semblante de tristeza que tenía la pelirosa


-De acuerdo. No se lo diré- accedió no muy convencida de sus propias palabras


-Muchas gracias- Sakura se inclinó un poco para hacer una reverencia


-Pero debes prometerlo que se lo dirás después


-Lo prometo- ni siquiera lo pensó


Shikamaru estiró sus brazos y dejó escapar un prolongado bostezo. Esta vez sí se merecía una larga siesta, no había conseguido dormir nada y estaba agotado. Pero la alegría era inminente, tanto para él como para el rubio que caminaba a su lado con una radiante sonrisa que dejaba la belleza del sol en segundo termino


Habían reforzado su relación y la confianza mutua. Nada más se interpondría entre ellos. Y Shikamaru estaba más que listo para solicitar una baja temporal para cuidar de su chico una vez que naciera el bebe. Tenían lo indispensable, el apoyo de sus padres, varios artículos y mudas de ropa, sin olvidar lo más importante…se tenían ellos mismos


Shikamaru no supo en qué momento Naruto se adelantó. No fue sino hasta que reparó a su lado que se percató de la ausencia del rubio


Su casa se divisó a la distancia y él cruzó los brazos detrás de su cabeza mientras intentaba fallidamente espabilarse


La luminosidad era perfecta ese día. El clima idóneo para entrenar, sin embargo no lo haría. En esta ocasión cuidaría de Naruto. Ambos se habían sincerado demasiado como para volver a distanciarse por nimiedades tales como el entrenamiento


Shikamaru detuvo su andar cuando la conocida silueta le pasó por un lado. Se quedo estático y la primera sensación que tuvo fue un odio inmenso. No concebía mirarla siquiera. Sin embargo estaba ahí, a escasos metros de distancia


La sorpresa se hizo presente cuando los pasos a sus espaldas cesaron también. Como si ambos se hubieran sincronizado, previendo los pensamientos del contrario


Se giró lentamente para verla y cuando lo hizo, Sakura siguió caminando, más rápido esta vez. Shikamaru chasqueó la lengua y retomó su camino. Era extraño ver a Sakura en las cercanías de su casa


Entonces se espabiló totalmente


Sakura iba demasiado lejos para alcanzarla y aun si lo hacía, Shikamaru dudaba que le respondiera


Retrocedió los pasos dados y un objeto crujió bajo sus pies


Shikamaru se puso en cuclillas para examinar el diminuto sobre que Sakura había dejado caer en su prisa por alejarse. Lo vio detenidamente. Había unos cuantos residuos de hierbas en su interior. El Nara se enfocó en las partículas. Sabía muy poco en lo que respecta a las plantas y sus propiedades pero lo suficiente para darse cuenta con horror de que se trataba


Se levantó enseguida y comenzó a correr lo mas rápido que sus piernas se lo permitieron


Su corazón parecía querer salirse de su pecho a medida que se acercaba. Solo unos metros y se encontró de pie frente a la puerta


Su madre estaba ahí, esperándole con los brazos cruzados y una expresión que Shikamaru conocía a la perfección pero que en esta ocasión no tuvo el efecto deseado. El pánico lo embargó por completo. La desesperación de no llegar a tiempo


Naruto estaba sentado frente a la mesa y cuando vio a Shikamaru simplemente esbozó una sonrisa tranquila


El gesto de alegría se distorsionó cuando el cuerpo de Shikamaru derrapó sobre la mesa, llevándose todo a su paso. Los vasos cayeron, haciéndose mil añicos. El mantel se vino abajo junto a varios recipientes con desconocido contenido. Naruto se exaltó al ver a Shikamaru frente a él, con su rostro salpicado de leche y unas cascaras sobresaliendo en el cabello castaño


Se aguantó la risa que le provocaba ver a Shikamaru en ese estado. El Nara le arrebató sin contemplación alguna la cuchara que sostenía a escasos centímetros de su boca para tirarla al suelo junto al desorden que él mismo había propiciado


-¡Shikamaru!- gritó su madre desde el alfeizar de la puerta. No obstante, el aludido volvió a ignorarla. Naruto dejó de reír ante la muestra de agresividad de su novio. Miró con cierto temor los ojos de Shikamaru, solo había desesperación y terror en ellos


-Shikamaru…


-¡Dime que no comiste nada!- lo interrumpió el estratega, tomándolo del cuello de la camisa, suplicando una respuesta inmediata. Naruto se encogió de hombros, creyendo exagerada la reacción de Shikamaru. Sabía que estaba un poco subido de peso pero unas cuantas calorías no iban a hacer gran diferencia


-Solo fue un plato


-¿De qué?- las manos de Shikamaru temblaron ante la respuesta. Naruto dio un respingo, Shikamaru comenzaba a asustarlo


-De tarta


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