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Troublemaker. por RLangdon

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Shikamaru suspiró al ver como su progenitor bebía velozmente del vaso con leche frente a él. Naruto hacía sonar sus dedos bajo la mesa, nervioso, asustado y al mismo tiempo expectante por lo que el señor Nara diría después
 
-Papá, ¿estás seguro de que no tienes sueño aun?- inquirió Shikamaru con un deje de aburrimiento en el tono, cuya finalidad era la de evitar evidenciar sus terribles ansias por quedarse a solas con el "asustadizo" ninja de ojos azules
 
Shikaku en cambió movió su mano de arriba hacia abajo en señal de desaprobación
 
-Deja hijo, ya casi termino- y con un nuevo sorbo a la bebida, volvió a situar la mirada en Naruto. –Los súcubos existen y créeme que más te valdría saltar por la ventana antes de cruzarte con uno
 
Naruto se mordió las uñas pero siguió atento. Solo la luz del comedor estaba encendida y el tenso ambiente entre padre e hijo no ayudaba mucho a disipar los nervios del rubio, quien, felizmente había aceptado escuchar un relato del padre de Shikamaru…claro, si tan solo hubiera sabido que se trataba de uno de terror, entonces seguramente el hiperactivo ninja no habría accedido tan fácil
 
-P-Pero usted dijo que solo aparecen en sueños- trató de calmar su temor al recordar ese punto. Una sonrisa inquieta se formó en los labios de Shikamaru al tiempo que apoyaba su cabeza sobre su brazo. ¿Cómo era que Naruto no se daba cuenta de la falacia que le estaba diciendo su padre?
 
A pesar de que el adulto se empeñara en afirmar que aquella historia era verídica y que le había sucedido a él en su juventud. Shikamaru había encontrado cuando menos cinco desperfectos en aquel raro relato, desde el tono dispar de voz del interlocutor al termino de cada frase, hasta el intervalo de tiempo que le llevaba a su padre proferir una y otra palabra
 
Porque Shikaku se trababa al hablar cuando llegaba al supuesto "clímax" del relato. Eran tantas discordancias que Shikamaru había desistido incluso de objetar contra ello. Demasiado aburrido, además su padre emplearía diversas hipótesis para reforzar su historia, conjeturas que no podrían demostrarse o refutarse en ningún caso puesto que aquella historia había ocurrido "hace más de quince años"
 
-Eso no quiere decir que la posibilidad de que te encuentres cara a cara con uno sea nula- insistió Shikaku, sacando a relucir su brillante dentadura al percibir el claro nerviosismo en Naruto. Shikamaru alzó la mano lentamente desde su lugar
 
-¿Podemos irnos?- fue lo único prudente que se le ocurrió decir en ese momento. Basta de intentos por convencer a su padre de hacer lo mismo. Afortunadamente su madre había salido horas antes, y aunque Shikamaru estaba consciente de que su progenitora volvería pronto. No quería lidiar con más conversaciones monótonas y superfluas, al menos no por ese día. Seguramente Naruto estaría igual de aburrido que él al escuchar semejante retahíla de mentiras
 
Shikaku exhaló cansinamente, aunque lo negara, también tenía sueño. De no ser tan divertido asustar a los amigos de su hijo ya estaría durmiendo en su recamara o en última instancia tomando una ducha
 
-Vámonos Naruto- y sin decir más, Shikamaru emprendió la caminata hacia su habitación, siendo seguido de cerca por el susodicho, el cual miró por última vez a Shikaku antes de doblar en el pasillo
 
-Y no lo olvides Naruto, nunca despiertes después de esa hora- advirtió el adulto con voz seca, autoritaria y un semblante de absoluta seriedad que logró intimidar aun mas a Naruto
 
Luego de que ambos entraran a la habitación del Chunnin. Naruto se precipitó enseguida para encender la luz, Shikamaru arqueó una ceja ante la repentina acción del rubio. No que le molestara la iluminación, (aunque ciertamente prefería la oscuridad), no obstante, sería más ameno estar con Naruto a solas, en un espacio reducido como lo era su recamara y además la oscuridad era propicia para…
 
Moviendo su cabeza de un lado al otro, Shikamaru optó por disipar aquellos pensamientos "indebidos", lo último que necesitaba era ahuyentar a Naruto con su concepto inapropiado de pasar un buen y "cálido" momento
 
Shikamaru avanzó sin ninguna prisa hacia el armario para sacar una bolsa de dormir. Naruto lo observó desde la puerta, debatiéndose entre preguntar o quedarse con la duda.
 
-Shikamaru- nombró, acercándose en su dirección. El aludido extendió la bolsa de dormir en el suelo antes de reparar en la expresión zorruna e inquieta de Naruto. -¿Vas a dormir ahí?- preguntó incrédulo al ver como Shikamaru se removía incomodo, buscando una buena postura para intentar conciliar el sueño
 
-Es más cómodo de lo que parece- mintió Shikamaru, reprimiéndose por haberlo dicho. Dormir en el frio y duro suelo era un verdadero fastidio pero no había alternativa, no iba a dejar que Naruto, siendo su invitado, durmiera ahí
 
Naruto miró en derredor, por un momento se había olvidado del espeluznante relato del padre de Shikamaru, aquel que incluía demonios nocturnos que te podían robar el alma mientras dormías si llegabas a molestarlos o en su defecto, invocarlos por error
 
Y el miedo regresó con más fuerza cuando el suave silbido del viento se hizo presente
 
Temeroso y con sus ojos azules fijos en la cama, Naruto dio un salto sobre el colchón. Shikamaru abrió un ojo al escuchar el fuerte ruido proveniente a sus espaldas, lo siguiente que escuchó fue a Naruto quejándose por haberse golpeado la cabeza contra la cabecera de la cama. No había duda de que la "historia" de su padre había surtido efecto en el rubio
 
-Naruto, esas cosas no existen- murmuró al ponerse de pie. Naruto se mordió el labio inferior cuando el dedo índice de Shikamaru se posó sobre el apagador
 
-No está demás ser precavidos- se cubrió la mitad del rostro con la sabana. Shikamaru dejo escapar un suspiro, y cediendo con el intento de apagar la luz, se devolvió al suelo
 
-Que lata- se quejó, moviéndose un poco. Si algún Shinobi de la aldea le ofreciera una enorme suma de dinero por dormir en el suelo en una noche tan fría como esa, Shikamaru se habría negado sin chistar, sin embargo, al tratarse de Naruto bien podía dormir afuera con tal de tener al travieso y solitario chico consigo
 
-¿Cómo hará Kakashi sensei para estar todo el tiempo con esa máscara?- nuevamente la voz de Naruto irrumpió en su "fallido" intento por recobrar el sueño
 
Shikamaru se incorporó para ver como el rubio seguía cubriéndose el rostro con la sabana. Aunque parecía que el miedo había menguado
 
-No me voy a dormir, no me voy a dormir, no me voy a dormir- canturreaba Naruto, meciéndose ligeramente sobre el colchón. Shikamaru cerró fuertemente los ojos mientras trataba de cubrirse los oídos con la almohada. Por lo visto ninguno de los dos dormiría esa noche, y todo por culpa de su padre
 
-Naruto- empezó con suavidad, retirando de nueva cuenta su espalda del suelo. El susodicho gateó hasta la orilla de la cama para escucharlo. –Eres un ninja, no tienes porque tenerle miedo a los fantasmas- argumentó seriamente
 
Naruto frunció los labios al reparar en lo dicho
 
-¡Pero los fantasmas son inmunes contra cualquier ataque!- se escandalizó, bajando de la cama. Shikamaru lo siguió con la mirada. -Son inmortales- caminó de un lado al otro, intentando mantenerse despierto hasta que un desconcertante y perturbador sonido agudo surgió desde la ventana
 
Naruto se lanzó a toda prisa hacia la cama, Shikamaru movió la cabeza en desaprobación al escuchar otra queja de parte del rubio, esta vez por haberse golpeado un codo
 
-Debió ser una rama- bostezó Shikamaru, cada vez se sentía más cansado y sin embargo Naruto no lo dejaba dormir. Ahora que lo analizaba mejor, hubiera sido preferible escuchar los sermones de su madre en torno a las citas y no tener que lidiar con un Naruto asustado, consecuencia de las falacias de su padre
 
-¿Y si no?- el cuerpo de Naruto tiritó bajo las sabanas, aquello definitivamente no había sido una rama. -¿Y si es un súcubo?- se aventuró a preguntar en un tono más bajo. Shikamaru volvió a abandonar el suelo para ir a la cama
 
-Averigüémoslo- propuso, levantando un poco la sabana que cubría el tembloroso cuerpo del chico que "extrañamente" le gustaba
 
Naruto dudó en levantarse cuando Shikamaru le tendió la mano, pero finalmente lo hizo cuando el sonido traspaso por segunda ocasión sus oídos, esta vez con menos intensidad. Quizá si era una rama después de todo
 
-Tu adelante- pidió Naruto, refugiándose detrás del Chunnin
 
-Como sea- replicó Shikamaru, avanzando sigilosamente hacia la ventana. Naruto se cubrió los ojos con su antebrazo al escuchar como Shikamaru abría lentamente la ventana, apenas un quedo chirrido se produjo como resultado de ello. –Aquí no hay nada, ni nadie- expuso, señalando la ventana. Naruto fue retirando su antebrazo, despacio, para corroborar lo dicho por el Chunnin
 
Sus pasos fueron aun más cautelosos que los de Shikamaru cuando se dispuso a acercarse a la ventana para ver afuera. Tenía que cerciorarse de que no hubiera nada por ahí, vigilándolos, esperando a que cerraran los ojos y bajaran la guardia para entrar y…devorar su alma
 
-Es verdad- sonrió al asomarse afuera
 
Shikamaru asintió tras de él, cruzando los brazos con renuencia, satisfecho por haber convencido a Naruto de…
 
-¡Aahh!- gritó Naruto de repente, dejándose caer al suelo. Shikamaru se sobresaltó. – ¡Quítate, déjame en paz, todavía no quiero morirme!- lloriqueaba el rubio, golpeándose constantemente el rostro. La calma volvió al semblante de Shikamaru al ponerse de cuclillas para retirar el felino que yacía aferrado al rostro de Naruto
 
-Listo- anunció inexpresivo, sujetando al animal de las patas delanteras. Naruto seguía quejándose en el suelo, restregándose ambas manos en el rostro por el dolor que propició aquellos infernales rasguños…ardía
 
Shikamaru soltó lentamente al felino, y al verlo salir por la ventana, se volvió hacia Naruto
 
-Te dije que no…- pero no pudo completar la frase al ver los rasguños en las mejillas del rubio, tres arañazos, justo debajo de las marcas simétricas que el rubio portaba desde su nacimiento, finos hilos de sangre descendían de ellas. –Aguarda- le instó, dirigiéndose al baño. Naruto continuó frotándose la mejilla con su antebrazo, al menos ahora ya se sentía seguro, pero solo un poco
 
-Shika…maru- enunció entrecortado cuando el húmedo algodón le fue puesto en la mejilla. Ahora ardía más
 
-Que eso te sirva de lección para no creer lo que mi padre te dice- masculló el Chunnin, dejando de hacer presión en el algodón en tanto Naruto lo tomó por su cuenta
 
-¿Dormirías conmigo?- inquirió Naruto, mostrándose más tranquilo. Shikamaru lo miró de soslayo, y pese al doble significado de aquella inocente petición, accedería sin siquiera meditarlo
 
-¿A qué te refieres?- sin embargo, era más idóneo hacerse el desentendido, las explicaciones nunca estaban de más. Los ojos azules tintinearon bajo la tenue luz del foco
 
-Me gustaría saber que se siente dormir con alguien- prosiguió Naruto, mostrándose más sumiso que antes. Por una fracción de segundo, Shikamaru tuvo el impertinente deseo de tomarlo allí mismo, fue entonces que se dio cuenta que sus emociones estaban fuera de control, debía hacer algo y pronto. –Siempre duermo solo- el desenfrenado ritmo cardiaco de Shikamaru volvió a la normalidad al escuchar lo último. Naruto no quería dormir solo, tan simple como eso…ridículos delirios nocturnos
 
-Dormiré contigo- profirió con cierto cansancio. Naruto sonrió ampliamente cuando el Chunnin se dispuso a recostarse en la cama, siempre que Shikamaru estaba cerca, se sentía tan bien, como si no tuviera que preocuparse por nada más
 
Sin miramientos, Naruto se acomodó a su lado, juntando su cuerpo lo más que le era posible con el de Shikamaru, este carraspeó incomodo. Le encantaba la cercanía de Naruto pero tampoco quería que su cuerpo reaccionara por sí solo, exigiéndole tocar más de la cuenta
 
-Naruto, invades mi espacio personal- externó con voz ronca. Naruto retrocedió apenas un poco
 
-Lo siento- se disculpó, dándose la vuelta para dormir. Shikamaru se reprendió mentalmente por haber sido tan frio, Naruto no tenía la culpa de que sus hormonas quisieran imponerse a las neuronas. Y de pronto repasó un detalle efímero, esa era su oportunidad, el lugar era idóneo, la soledad propicia, todo apuntaba a su favor, solamente restaba esperar la respuesta de Naruto y eso indudablemente era lo que más lo frustraba. No quería que el rubio se alejara y dejara de brindarle su amistad en caso de no ser correspondido, lo cual era muy probable, tanto que ni siquiera lograba calibrar los porcentajes sin sentirse derrotado
 
-Naruto- se aclaró la garganta al tiempo que se volvía hacia el aludido
 
-¿Sí?- Naruto lo encaró al escuchar el quedo murmullo. La expresión dubitativa de Shikamaru lo inquietó de sobremanera, tal vez ya estaba harto de escucharlo quejarse toda la noche y ahora quería pedirle que se fuera a su casa, a Naruto no le sorprendería que fuera eso
 
-Si hipotéticamente hablando. –Shikamaru tomó aire para proseguir. - Alguien se te declarara…
 
Naruto separó ligeramente los labios para responder pero nuevamente fue interrumpido por el Nara
 
–Y ese alguien fuera un amigo cercano…
 
-Es imposible- tajó Naruto, girándose para mirar el techo. Shikamaru se extrañó de la respuesta. –Ninguno de mis amigos…
 
-¿Estás seguro?- indagó de nuevo el Nara, haciendo que Naruto se sentara para mirarlo fijamente, los ojos azules se movían de un lado al otro, como si tratara de adivinar sus pensamientos
 
-Estoy seguro- afirmó con una sonrisa, aquel gesto le pareció extraño a Shikamaru en varios aspectos, casi podría jurar que había un deje de melancolía, quizás cierta nostalgia, producto de los recuerdos tal vez
 
-¿Y si te lo dijera yo?- lentamente la expresión de Naruto cambió a una de total desconcierto. No sabía si era una broma o se trataba de alguna idea extraña de Shikamaru sobre calcular posibilidades y esas cosas que tanto decía
 
-Te diría que no juegues- y dicho lo último, se dejo caer de espaldas. Las facciones de Shikamaru se tensaron un poco, tenía que dejar de ser tan indirecto si deseaba conseguir una respuesta concreta
 
-Me gustas- musitó, situando su mirada en la espalda de Naruto, sopesando la posibilidad de que el rubio no lo escuchara al estar sumido en un estado de ensoñación, sin embargo no fue así
 
Naruto abrió bien grandes los ojos pero no se atrevía a pronunciar palabra alguna
 
-¿Qué dijiste?- preguntó en un torpe balbuceo. Shikamaru sonrió a medias, al menos había captado su atención
 
-Me gustas, Naruto- confesó abrumado
 

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