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HIJOS DE LA NOCHE por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el capítulo nuevo, ayer tuve problemas técnicos, pero aquí llego hoy con el capítulo nuevo, espero que les guste, uyyyyyyyyyyy

Capítulo 20.- Pasado… presente… futuro…

 

Saga volvió a la casa con Tenma y Alone, los tres lucían normales, los chicos se empujaban el uno al otro, pero se quedaron quietos a una mirada de Shion, volvieron a sus lugares en el salón y se acomodaron para escuchar el resto de las historias, por lo que casi a las dos de la mañana, las luces del salón se apagaron cuando todos los cazadores fueron a dormir

 

Ikky y Seiya estaban apoyados en la pared lateral de la casa cuando la puerta se abrió, era Saga el que les hizo una seña y los dos vampiros entraron a la casa, Seiya ladeó la cabeza y caminó lentamente mirándolo todo curioso

- ¿Cuántos cazadores están aquí?, ¿estás seguro que todos duermen? – preguntó Ikky con voz baja, Saga asintió y contestó:

- Éramos 12, Shura murió hace unos días, somos once cazadores, tenemos 6 aprendices, además de la señorita Saori que es la nieta de uno de los cazadores de la generación anterior y principal benefactora, y Pandora que está de visita, pero si… todos duermen a excepción mía

- Muy bien, cuéntanos Saga… ustedes se dedican principalmente a cazar y matar vampiros, ¿verdad? – el peliazul de cortos cabello preguntó como quien no quiere la cosa, ellos estaban siguiendo a Seiya que se quedó en el salón principal mirando una pintura, las luces estaban apagadas, pero eso no impedía que Seiya pudiera verlo todo

- Si… nuestra sagrada labor es proteger a los inocentes, hemos cazado vampiros por años, hemos sufrido muchas bajas también, es una lucha que no vamos a terminar nunca, pero no es por eso que peleamos

- Ya veo… ¿estudian ustedes a los vampiros?

- Estudiamos su comportamiento, llevamos registros de clanes conocidos, tratamos de aprender todo lo que podemos de ellos

- Cadenas… rayos… monstruos… - susurró Seiya caminando por la estancia mirando ahora un mueble esquinero que tenía varias chucherías

- Ohhhh si, en Suiza encontramos un grupo de humanos que hacía experimentos en vampiros, los diseccionaban, les inyectaba diversas sustancias, extraían sus partes antes de destruirlos, al parecer su gobierno quería buscar la manera de utilizar los dones de vampiros y demás criaturas como aplicaciones militares, hubieran tenido éxito eventualmente pero… una vez destruida su base, quemados todos sus registros y asesinados sus científicos, complejo que vuelvan a instalarse, supimos que los sobrevivientes se mudaron a América, no los hemos buscado aún, pero ya los encontraremos, tenemos tiempo – dijo Ikky encogiéndose de hombros

- ¿Experimentos en vampiros? – preguntó Saga extrañado, él había escuchado algo de eso, pero le habían parecido patrañas, al parecer no era ese el caso

- Hay ciertas cosas que no se deben tocar, una de esa es nuestra naturaleza, somos celosos con nuestros secretos, así como ustedes lo son con los suyos

- Secretos… cámaras ocultas… tesoros… tesoros bajo nuestros pies – dijo Seiya mirando el piso

- Arriba están las habitaciones en donde todos duermen, ¿verdad? – preguntó Ikky, Saga asintió simplemente, así que Ikky preguntó: - ¿Qué hay abajo?

- Abajo tenemos diferentes salas, una bóveda, celdas de contención, la armería – señaló Saga el pasillo de vuelta a la cocina, Seiya caminó y al llegar a la amplia cocina, Saga caminó al otro lado de la habitación y abrió una puerta por la que se podía ver escaleras que bajaban, Ikky le señaló la escalera a Saga que guió el camino, el primer piso bajo tenía la armería, Seiya miró curioso las ballestas que estaban colgadas en la pared, habían espadas, hachas, mazos, varas, y todo tipo de arma medieval, Ikky encontró explosivos y demás artilugios, esta armería estaba mucho mejor surtida que la que encontraron en la base de la Orden de Aurelius en Roma

 

En el segundo piso bajo, habían varias habitaciones que Ikky supuso fueron acondicionadas para su entrenamiento, habían monigotes de pelea, varias colchonetas y demás prendas de protección, nada que llamara su atención, pero al llegar al tercer piso bajo, Seiya sonrió al ver una puerta metálica que lucía en extremo pesada, Saga tecleó el código y abrió la puerta, encendió las luces de la amplia estancia y al entrar los tres, cerró la puerta, Seiya caminó por los estantes, los acariciaba suavemente mientras miraba los objetos que allí se encontraban

 

Mientras el castaño exploraba, los tres hombres estuvieron en silencio, hasta que Seiya llegó al final del salón y exclamó emocionado:

- Ven mi Ikky… mira… - Seiya sostenía un lienzo en un marco de madera, era una pintura hermosa de un paisaje paradisíaco, el detalle de la pintura era impresionante, Ikky la miró y sonrió al decir:

- Es bonita, ¿te gusta?

- Es mía… - Seiya dejó la pintura y miró los demás lienzos, había al menos veinte lienzos en marcos sencillos de madera, Saga se acercó y dijo:

- Esas pinturas fueron traídas de Europa, un vampiro llamado Marius las hizo

- Marius era entonces… Myles por un tiempo… Seiya es ahora… - aclaró el castaño tomando una en específico, esta era un lienzo blanco y solamente estaba pintado unos ojos, muy expresivos y hermosos, pero la pintura no estaba terminada, o por lo menos es lo que el curador de un museo les había dicho, porque no tenía color, eran los trazos iniciales, todo en negro

- ¿Tú eres Marius? – preguntó Saga sin poder creerlo

- Ha tenido muchos nombres a través de los años, en algún punto se llamó Marius, o por lo menos firmó las pinturas con ese nombre, nosotros usualmente cambiamos de nombre cada cierto tiempo, los humanos tienden a catalogarnos, nombres, fechas, descripciones, no nos agrada la verdad, no tienes una idea de a cuántos vampiros que dicen llamarse Lestat he conocido, odio a Ann Rice – Ikky meneó la cabeza al decir esto, Saga no lo podía creer

- Eilan… - dijo Seiya acariciando suavemente los trazos de esos hermosos ojos negros, por un segundo Seiya pareció triste

- ¿Eilan? – preguntó Saga, la pintura que el castaño sostenía, era su favorita, los ojos plasmados eran sumamente expresivos, se podía notar tristeza y anhelo en ellos, Saga había pasado horas mirando todas esas pinturas, había una que tenía una noche estrellada y una luna llena hermosa, había pinturas de ríos, lagunas, una era de un dragón, tenían diferentes temas, diferentes escuelas de arte, eran invaluables

- Ese es su creador, también llamado anciano maestro, asumo que han oído de él – dijo Ikky como quien no quiere la cosa

- Claro que hemos oído de él, ¿no es un mito? – preguntó Saga apoyándose en la pared y cruzándose de brazos

- No… no lo es, él existe, es el vampiro más antiguo que camina sobre la tierra, de él provenimos nosotros, yo no lo he visto nunca, no lo conozco, pero mi Seiya si que lo conoce, pasó muchos años en su compañía y lo conoce muy bien, o por lo menos lo conocía en esa época, a la final la eternidad nos hace cambiantes – dijo Ikky tomando una pequeña daga que estaba en uno de los estantes, era muy hermosa, tenía incrustaciones de piedras preciosas y una inscripción en un idioma antiguo en su mango

- Cambiantes como la luna… - dijo Seiya dejando de lado la pintura de su maestro y tomando otra que tenía una luna pintada, el castaño acarició los trazos y sonrió

- ¿Podrían hablarme de él?, del anciano maestro me refiero – puntualizó Saga mirando a Ikky que dijo:

- Pensaría que estarías interesado en saber la historia y la vida de Seiya, no del anciano maestro

- No quise ofenderlos, es solo que Pandora nos contó las leyendas de su pueblo, y entre esas leyendas nos contó la historia de un niño que emergió de una isla de Grecia, tenía poderes mentales y psíquicos, su propia familia lo desterró, y asumimos que esa es la historia de… Seiya… ¿verdad?

- Si… en un resumen muy muy corto, si… esa es la historia, Seiya fue enviado por su propia familia a esa isla a morir, pero allí Eilan lo esperó y lo transformó, Seiya ya lo había visto en sus sueños, él se vio a sí mismo volviendo a su villa y destruyéndola, por eso se asustó tanto y se lo dijo a su madre, él quería evitarlo, él no quería dañar a nadie pero… si algo debería aprender la humanidad es que no se puede impedir las profecías, el momento que intentamos impedirlas, pavimentamos el camino para que se cumplan

- ¿Es Seiya un profeta? – preguntó Saga

- La luna… la luna me susurra cosas al oído, psst psst psst… - dijo el castaño sin regresarlos a ver

- Si, lo es de cierta forma, las visiones se manifiestan de maneras distintas, con el tiempo he aprendido a seguir su instinto, nunca nos ha defraudado, yo quería matarte esta noche, pero Seiya me lo impidió, y ahora míralo, contento al encontrar sus pinturas – Ikky sonrió con ternura al ver a Seiya acariciar un lienzo de un árbol monstruoso que tenía calaveras en su interior

- ¿Lo amas verdad?, ¿los vampiros pueden amar? – preguntó Saga intrigado

- Claro que podemos amar, tengo la impresión de que has matado vampiros toda tu vida, pero nunca has hablado con uno – dijo Ikky con una leve sonrisa en sus labios

- No, usualmente nos defendemos, matamos o somos asesinados, no hay tiempo para nada más

- En eso si tienes un punto, bueno… respondiendo tu pregunta, si amamos, los sentimientos son mucho más profundos y duraderos que cuando somos humanos, cuando amamos lo hacemos hasta con la última fibra de nuestro ser, cuando odiamos también, somos propensos a ir a los extremos, la ira, el dolor, todo se magnifica, nada es a medias tintas, Seiya es mi creador y ese es un lazo irrompible, pero no es por eso que lo amo, le debo mi fidelidad por ello, pero no mi amor, yo lo amo y él me ama – Ikky sonrió de nuevo al ver a Seiya acunclillarse y mirar detenidamente su pintura del dragón, era extremadamente realista

- Eso no lo sabía, lo del lazo irrompible entre un vampiro y su creador

- Es algo que es intrínseco en todos nosotros, cuando despiertas a la vida como vampiro, es tu creador el que te recibe, el que te enseña, el que te cuida, eso genera un lazo irrompible entre ambos de confianza implícita y lealtad, dependiendo el caso amor

- Confianza implícita, eso me gustaría encontrar a mi la verdad – Saga suspiró y meneó la cabeza

- Traición… sangre… - dijo Seiya que estaba mirando una pintura de una silueta en un paraje aterrador de un bosque en llamas

- Bueno si, el asesinar al creador es uno de los tres crímenes penados entre vampiros, el otro es crear vampiros muy jóvenes, vaya… ahora que lo pienso, todo eso tiene raíz en Eilan – Ikky bufó y sonrió de lado

- ¿Por qué?

- Bueno, el anciano maestro es el que ha dictado las leyes que todos nosotros debemos cumplir, pero nadie sabe los motivos detrás de esas leyes – explicó Ikky con naturalidad

- ¿Tienen leyes?, ¿cuáles leyes? – preguntó Saga con ansia, esto era algo nunca antes escuchado

- Tenemos tres básicamente, la primera es que no podemos asesinar a nuestro creador, eso es penado con la muerte, la segunda es que no se pueden crear vampiros muy jóvenes, por ejemplo, Seiya es demasiado joven como para haber sido convertido, y la tercera es que debemos ser hermosos y poderosos, para ello debemos ser cuidadosos con la persona elegida a la que vamos a pasar nuestro don oscuro, no podemos convertir a cualquiera por decirlo de alguna manera

- Tras centenares de años y solo tienen tres leyes, no lo puedo creer

- Y son más que suficientes – dijo Ikky con un leve suspiro

- Pero explícame por favor, ¿en qué se basan esas leyes?

- Bueno… Eilan fue creado por un vampiro llamado Drystan, él a su vez fue creado por Lilith, que fue la primera humana que fue transformada en vampiro por Mefisto, el demonio, al juzgar por tu expresión, esto no lo sabías, ¿verdad? – Ikky miraba a Saga con expresión divertida, Saga lucía al borde de un infarto, era mucha información para él

- Lo del demonio si, el demonio la mordió, ella murió y despertó siendo vampira, aunque la verdad siempre pensamos que fue un hombre

- No no no, Mefisto no la mordió, ella era una hechicera que hizo un pacto con Mefisto por juventud y vida eterna, le fue concedido pero no le dijeron de las consecuencias de ello, para poder conservar los dones que Mefisto le dio, ella tendría que vagar por el mundo alimentándose de los que hasta ese momento eran de su misma raza, sus hermanos por decirlo de alguna manera, y sería esclava de la luna sin poder exponerse al sol, y demás cosas que nos debilitan o nos matan, en teoría somos inmortales pero si tenemos puntos débiles que pueden acabar con nuestra vida, eso no tengo que explicártelo, ¿o si?

- No no, eso no

- Muy bien, Drystan creó a Eilan, y juntos vagaron por muchos años en la región que hoy se conoce como Egipto, y allí encontraron a un muchachito de la edad de Seiya más o menos, Drystan se enamoró de él y lo transformó, Inarius era su nombre y su creación cambió la dinámica de ese clan en particular, Inarius se adaptó al don oscuro mejor de lo que nadie podía haber imaginado, sus dones eran fuertes en él, más que en Eilan, y como podrás suponer, Drystan estaba muy orgulloso de su progenie, pero con el pasar de los años, una inconformidad fue naciendo en Inarius, Drystan al ser su creador, tenía cierto grado de control sobre su progenie, Inarius quería explorar el mundo, quería acabar con la raza humana y dominar el mundo, los clanes de vampiros iban en lento aumento en el mundo, o por lo menos en la tierra conocida, la sed de sangre de Inarius se volvió legendaria, y cuando Drystan trató de controlarlo de mejor manera, Inarius lo mató

- Dolor… venganza… - Seiya señaló la pintura que había sostenido antes en sus manos, la de los ojos de su maestro, al verla ahora, Saga la apreció bajo una nueva luz

- Eilan, no sintió nunca un dolor tan profundo como lo sintió ese día, se llenó de ira y buscó hasta que encontró a su hermano, y lo asesinó, luego buscó a su progenie y también los asesinó, acabó con toda la línea sanguínea de Inarius, en venganza a la muerte de su maestro, dijo que ninguno de ellos era digno de llevar la sangre de Drystan, y los mató a todos, cientos y cientos de vampiros murieron a sus manos, y ahí fue que su nombre fue conocido hasta el último rincón de la tierra, y lo comenzaron a llamar anciano maestro

- Ley… horca… ceniza, solo ceniza – Seiya se puso de pie y ahora caminó hasta otro de los estantes donde se encontraban varios artefactos de apariencia muy antigua

- Ahí fue que se dictaron las normas, Eilan se dio cuenta que el don oscuro en Inarius era más fuerte en él debido a su edad, Inarius era más joven que Eilan cuando fue transformado, así que se prohibió que se creen vampiros muy jóvenes, porque el don oscuro en ellos se desarrolla de mejor manera y son sumamente fuertes, a tal nivel de que pueden matar a sus creadores, y esa fue el nacimiento de la otra ley, la muerte del creador a manos de su progenie, sería castigado con la muerte, y finalmente la última ley, el don oscuro no puede ser entregado a cualquiera, y esa es la razón por la que el anciano maestro ha cazado a nidos clandestinos que no tienen un creador, sagrada tarea en la que ustedes ayudan, porque rara vez atrapan a un vampiro como nosotros, ustedes matan huérfanos, y eso está bastante bien

- En estas últimas semanas, de acuerdo a los informes de la policía local y de lo que hemos investigado nosotros, varios nidos de vampiros han sido destruidos

- Si no lo han hecho ustedes, es hechura del anciano maestro, él está aquí en la ciudad – aseguró Ikky sin inmutarse

- ¿Está aquí?, ¿en la ciudad? – el corazón de Saga latió con violencia, de todo lo que le habían contado, la presencia del vampiro más viejo que camina por la tierra, en su ciudad, no podían ser buenas noticias

- Viejo mundo, nuevo mundo, siento su mirada… - Seiya señaló la pintura de los ojos de su maestro y sonrió

- Oh por dios

- Según Seiya, dios no existe, no sabría si eso es cierto o no, yo le creo a él, ¿viste suficiente ya? – Ikky le preguntó al castaño que asintió y dijo:

- No es real… mis ojos no lo pueden ver… ¿dónde está la bruja? – Seiya se llevó una mano a la cabeza, Ikky frunció el ceño, su castaño se había sentido bien estos días, ahora su cabeza le dolía, así que tomó su mano y le preguntó a Saga:

- Pandora, tu visita, ¿en dónde está?

- Arriba… en las habitaciones

- Ok., llévanos hasta ella, ya hemos perdido suficiente tiempo en recuerdos

- Yo pintaba Ikky… y volaba… la luna me indicaba… - Seiya caminó mansamente junto a su peliazul, pero se volteó y señaló sus pinturas que quedaron atrás, Ikky lo abrazó de mejor manera, besó su cabeza y le dijo:

- Cuando tengamos una dirección estable, le pediremos a Saga que nos envíe tus pinturas para colgarlas en casa, ¿te complacería eso?

- Si… quiero pintar Ikky… como antes… quiero pintar, pero las voces no me dejan… no puedo ver… no puedo pintar… - Seiya se mostró muy triste al decir esto

- No te preocupes amor, pronto podrás hacer todo lo que tu corazón desee, vamos por Pandora, estamos un paso más cerca… ven… - Ikky cargó a Seiya que lo abrazó y cerró los ojos, Saga abrió la puerta de la bóveda y guió el camino hasta el tercer piso alto, en una habitación de la derecha una joven dormía en su cama, se despertó abruptamente cuando sintió una helada mano sobre su boca, unos ojos cafés con destellos dorados la miraban curiosos, ella sabía quién era él, ella sabía lo que él quería así que relajó el cuerpo y cerró los ojos, Seiya retiró su mano y permitió que la muchacha se sentara en la cama, ella estaba muy asustada pero trataba de mostrarse fuerte, sabía que no era prudente gritar, la casa entera despertaría y estos dos seres los matarían a todos, además… ya tenían bajo su control a uno de ellos, el castaño le acarició la mejilla y le dijo:

- Sangre de mi sangre… tú me salvarás…

- Sé quién eres, sé lo que quieres, pero esos hechizos se perdieron hace mucho tiempo, inclusive para mi pueblo

- Tesoros encontrados en la oscuridad… luz… calor… - dijo Seiya y sacó de entre sus ropas una fina cadena con un colgante muy antiguo, la muchacha lo tomó y lo miró, luego dijo:

- No es suficiente… el hechizo en sí, no lo tengo, se los juro

- Nosotros lo tenemos, tenemos todo lo que necesitas, lo único que nos falta eres tú para descifrarlo todo, o unirlo todo, no estoy muy claro en esa parte – dijo Ikky con tono sereno

- Magia… magia en el aire… se necesita tu mano… - Seiya tomó la mano de la muchacha y la apretó suavemente, ella cerró los ojos y se vio a sí misma en un campo de flores a lo alto de una colina, ella estaba sentada en el verde césped mirando a dos niños jugar cerca, ellos perseguían un conejo, Pandora sintió paz y felicidad al acariciar su vientre y sentir las suaves pataditas, un tercero venía en camino, al abrir los ojos una lágrima resbaló por su mejilla

- ¿Cómo?

- Vida engendra vida, vida que yo protegeré – Seiya puso una mano sobre su plano vientre y lo tocó suavemente, Pandora puso su mano sobre la mano de Seiya y lloró

- Tú has matado a toda mi familia

- Matar… proteger… tú eliges…

- Restaura su mente, rompe el hechizo y todo lo que desees será tuyo, dinero, joyas, tú nómbralo, lo procuraremos para ti – dijo Ikky y lo dijo muy serio

- Yo… yo estoy embarazada, los niños que vi… ¿son reales? - la muchacha volvió a llorar, Seiya la abrazó con delicadeza y le dijo:

- De sueños se compone tu futuro, cumplirlos puedes, yo cubriré tu vida si liberas la mía

- No tenemos mucho tiempo niña, ven con nosotros y vivirás, créeme… lo mejor que puedes hacer es tenernos de tu lado, cuidaremos muy bien de ti, no te arrepentirás – Ikky tendió su mano, la que la muchacha tímidamente tomó, Seiya dijo:

- El tiempo de la profecía llegó, pronto callará… pronto despertará…

Notas finales:

Chan chan chan... hay profecías en el aire, o por lo menos es lo que la luna le dijo a Seiya, no se pueden perder los capítulos que vienen, ya nos acercamos al final

Muchas gracias por leer y cuéntenme que les ha parecido, saludos, bye


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