No fue tu culpa
Kakashi muchas veces se había sentido como un hombre maldito. Sabía que todo era su culpa, que su vida estaba marcada por la muerte.
Su equipo, los niños que se metieron en su corazón cuando él mismo no se había dado cuenta, estaban desconsolados. Un miembro de su equipo, su hermana de armas había muerto en el deber.
La bella Sakura ni siquiera se había dado cuenta de ese kunai clavándose en su garganta. Su rostro joven todavía mostraba la leve sorpresa que tuvi antes de su apresurada muerte.
Con un peso en sus hombros, fue recibido en la entrada de Konoha por su novio, Iruka, y un abrazo de oso consolando a los tres ninjas sobrevivientes del equipo 7.
Todos dirigiéndose al hogar que compartían como hijos, hermanos y padres.
Naruto e Iruka, sin querer hablar con nadie, fueron a su correspondiente habitación en silencio y con lágrimas rodando por sus mejillas.
Kakashi, sintiendo un peso gigante en sus hombros de pena, tristeza culpa y resignación solo logró llegar a la habitación que compartía con Iruka solo para desmoronarse y derrumbarse en los brazos de su novio.
-Kakashi, cariño. No fue culpa tuya, fue un accidente. Ni siquiera tú sentiste el chacra de ese ninja renegado.-
Con la voz temblorosa, el ninja que copia solo abrazó con más fuerza al sensei y aspiró su aroma reconfortante.
-Iruka, yo era su jōnin-sensei. Mi deber era protegerlos y enseñarles y les fallé de la peor manera.-
-Amor, no fue tu culpa, entiende eso. En la academia le enseño a los estudiantes que los accidentes ocurren y que las muertes en el campo ocurren todos los días.-
-Ellos sabían y conocían los riesgos y estoy seguro que los chicos no te están culpando.-
Sintiendo unos golpes en la puerta de la habitación, Iruka decidió levantarse de la cama y abrir él mismo la puerta. Sus niños (hijos en su corazón) necesitaban llorar la pena y sentir compañía y comprensión en estos momentos.
Ambos genin tenían los ojos hinchados y rojos, abrazaron a su Iruka-nii y entraron al cuarto. No querían estar solos.
Dirigiéndose a la cama, en donde estaba Kakashi evadiendo la imagen delante suyo, sintió como los brazos más pequeños de su adorado equipo, de su familia, lo abrazaban y necesitaban.
-Papi.-
Ambos escucharon una voz pequeña y dudosa proveniente de los niños de 12 años y sintieron una gran alegría en sus corazones.
Abrazando más fuerte a ambos niños y mostrando la mayor cantidad de calor y amor posible, se consolidaron mutuamente por la compañera perdida injustamente en una profesión de la cual, sin saberlo, se vieron obligados a tomar.
Al día siguiente, Kakashi fue a hablar con los padres de Sakura. Civiles que no tenían idea de la vida ninja y que perdieron a su hija por la crueldad de un mundo injusto y despiadado.
Su funeral fue en un día hermoso y enérgico. Una tarde soleada y con el aroma de las flores en primavera. Sakura fue despedida con amor y compañerismo. Su memoria siempre sería recordada con cariño hacia quienes la conocieron, solo lamentando lo injusto de una muerte que no debió haber ocurrido.
Fin.