El circo
Kakashi estaba emocionado ¡Vino un circo! ¡a su pueblo! La carpa, sin embargo, no le dio mucha confianza a sus amigos, según ellos se veía "tétrico" y no iban a ir.
-Kakashi.- dijo Rin. -No me da mucha confianza el circo, lo mejor sería no acercarse al lugar.-
-Rin, ¿no me digas que crees esos rumores? ¡Es solo un circo! Y yo voy a ir, solo o no.-
-Por favor, cuídate, ¿sí? Y nos cuentas que tal, a lo mejor vaya contigo otro día.-
Y, armado de valor y yendo con Pakkun, fue a comprar su boleto. Sin embargo, el lugar estaba casi vacío ¿estaría yendo muy temprano? ¿Estaban a punto de irse? Pero decidido, decidió seguir adelante, pues no perdía nada preguntando.
El anciano que atendía la cabina tenía una mirada inexpresiva, le hizo acordar a un robot.
-Buenas tardes, joven ¿desea comprar una entrada?-
-Hola, sí. ¿A qué hora es la función? Y mi perro viene conmigo, ¿no hay problemas con eso?-
-¡Estás de suerte, muchacho! Nadie quiso venir a comprar boletos y estábamos viendo si quedarnos o no, ¡así que disfrutarás del show tu solo! Y no te preocupes, ni tu ni tu perro causarán algún problema. ¿Cómo te llamas, a todo esto? Yo me llamo Hiruzen, un gusto conocerte muchacho.-
-Un gusto, señor. Soy Kakashi y mi perro se llama Pakun. ¿Debo esperar o qué?-
-Solo entra y no te preocupes, ¿si? Podrás conocer la carpa por dentro y no te aburrirás.-
Tomando el boleto y mirando un poco extrañado a Pakkun mientras el perro gemía un poco, decidió entrar a la carpa.
Sintió, extrañamente, otra energía. El lugar estaba oscuro pero no en la oscuridad absoluta. Podía ver diferentes rincones de la carpa y unas especies de puertas.
Kakashi siguió caminando con el boleto en mano y con la correa de su perro apretada en su puño.
-¿Hola?-
-Hola, extraño.-
Asustado, miró a su izquierda y vio a un joven de su edad. Tenía una cicatriz que le cruzaba el puente de su nariz y su cabello estaba atado en una coleta alta.
-¿Qué haces aquí? Pensé que nadie estaba viniendo.-
Con el corazón acelerado y un poco asustado, decidió mostrar el boleto comprado.
-Un viejo me dijo que entrara, que iban a montar el show de igual manera.-
-Muy bien, entonces. ¿Tu nombre?, soy Iruka por cierto y soy trapecista.-
-Bueno, me llamo Kakashi y estoy en la secundaria. Vine con mi perro, Pakkun.-
-¡Bienvenido! La verdad es que me alegro de verte aquí. Pensábamos que no vendría nadie.-
La sonrisa de Iruka era cada vez más brillante y hermosa, Kakashi estaba cada vez más cautivado que no se dio cuenta del cambio a su alrededor ni lo que ocurría afuera de la carpa.
-Kakashi, ven conmigo. Toma mi mano y se mi compañero. El circo te llamó, Kakashi, por eso nadie vino ni venía aquí. Por favor, toma mi mano y ayúdame a ayudarte para que no te pierdas en las puertas infinitas de nuestra carpa.-
Y el adolescente de cabello plateado, sin sentir mayor emoción que una ligera tristeza por dejar a su padre atrás, tomó la mano del adolescente de cabello castaño y caminó junto a él sin haber sentido nunca remordimiento ni extrañar a su antiguo hogar.
Ahora, cada vez que un circo aparecía entre ls niebla, dos eternos adolescentes enamorado, acompañados por un perro, eran vistos tomados de la mano esperando algún alma que el circo lo llamara para ser su guía en esta eternidad.
Fin.