Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dulce niña por mfernandasadiklover

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este es otro de mis intentos de porno con casi nada de trama. Hay contenido fuerte así que quedan advertidos.

Notas del capitulo:

Cómo mencione, este one shot, es oscuro y bien peligroso de leer.

Si aun así desean leerlo, sean bienvenidos.

¡Espero les guste!

Naruto estudió su colección, observando como un niño mira un dulce. Se detuvo en el clásico vibrador con forma de pene, era un poco más pequeño que el suyo, pero para el culito goloso de su mujer era perfecto.

Ella era tan perfecta, una pequeña tan linda cuando iba caminando por la calle con esas falditas y tacones que usaba, nadie paraba de mirarla con esos ojos depredadores. Sin embargo, no era culpa de ellos, no, la culpa era de su mujer, por ser tan zorra.

Por haber nacido para calentar pollas.

Escuchó con un profundo desagrado a su mujer moverse en la cocina sin saber sobre sus pensamientos. Ella era demasiado hermosa como para ser vista por el mundo, siempre querrán arrebatarle de su lado.

Asomó la cabeza en la cocina viendo cómo su mujer tarareaba feliz sin saber sobre sus pensamientos.

La chica movía sus bonitas caderas al ritmo de la música que sonaba. Era realmente sensual, su niña no lo sabía, pero a Naruto le encantaba verla bailar, ella pensaba que no la veía, de saberlo jamás bailaría. Era tan tierna cuando se sonrojaba y se sentía humillada. El hombre rubio regresó al cuarto.

Sacó debajo de la cama una caja que había traído del sótano, la abrió mostrando levemente su contenido y Naruto rápidamente las escondió. La sorpresa casi era revelada.

       —¿Papá? La comida está lista, busca las llaves para que podamos irnos. —Al escuchar su nombre se sobresaltó. Su mujercita lo miraba con ceja alzada al encontrarlo con la caja secreta—. ¿Qué tienes ahí? —preguntó curiosa, Naruto se levantó y la tomó de los hombros, acercó su boca a la pequeña oreja y le dio un beso en el lóbulo.

       —Una recompensa para mi muñeca. —La chica se sonrojó furiosamente y se apartó con brusquedad.

       —Odio que me digas así, vamos, quiero ir al lago y pasear por los alrededores antes que se haga de noche. —Le dio la espalda a Naruto y no noto como este frunció el entrecejo.

¿Ir al lago? ¿Recorrer los alrededores? ¡Eran sus vacaciones de pareja! ¡Obviamente, tenían que estar solos! Lejos del mundo que Naruto tanto odiaba. 

Pero a su princesa le encantaba el aire libre, le gustaba que la miraran, que otros la desearan, siempre le gusto sentir que los ojos de los hombres vagaban sobre su piel. Naruto no había sido la excepción.

El viaje al lago fue largo y cansador, Naruto cada vez que se detenía, miraba de reojo a su princesa, llevaba unos diminutos shorts que apenas cubría algo, sus piernas que eran completamente largas y blancas cremosas.

Tragó saliva al observar.

Naruto puso sus manos sobre ellas y su bebé se las apartó con rapidez, nervioso de su toque. No obstante, él lo sabía, algo ardía en ella cuando la tocaba, podía ver su carita contraerse de deseo.

Y no era algo que la mente creará para sentirse menos mal. Su sonrojo, su timidez y como nunca cambió su manera de vestir frente a él.

Miró la hora, pronto serían las diez de la noche y habían salido muy temprano, el tráfico había retrasado todo y por eso su niña estaba de tan mal humor.

Su celular vibró en el asiento trasero y él vio cómo su pequeña se levantaba a buscarlo, Naruto aprecio sus muslos y su culo gordo.

       —¿Quién es? —preguntó curioso.

       —Un amigo. —Naruto sacó la lengua y lamió sus labios resecos, apretó con fuerza el volante y controlando su voz lo más posible.

       —¿Qué amigo? —su niña hermosa resoplo.

       —Un amigo de la universidad, no hagas tantas preguntas. —Naruto miró la carretera y vio con alivio que se acercaban al camino que los llevaría a su paraíso personal.

Cuando bajaron del auto el frío hizo que su bebé temblará, el hombre rubio le prestó su chaqueta y ella lo miró un poco más relajada, casi seductoramente. Sus ojos negros brillaron y cuando él se acercó, ella no lo rechazó.

       —Daremos un paseo y luego haremos una fogata dónde podrás comer lo que desees. —La sonrisa ladeada que la dulce niña le regaló le dejó un leve cosquilleo en el pene. Era tan hermosa.

       —No soy un bebé, no tienes que tratarme como uno. —Naruto sonrió, sabía que no lo era, pero no había nada de malo en consentirla.

El hombre rubio le dio la llave de la cabaña y cargo las cosas para poder pasar la corta semana de vacaciones. Su bebé se iría a vivir a un dormitorio en la universidad y era la última oportunidad para que Naruto pasará tiempo junto a ella. 

       —Sigo diciendo que es innecesario que vayas a la universidad, sabes que siempre te daré todo. —Naruto dejó en la habitación la caja de regalo y la escondió bajo la cama nuevamente.

       —No tendremos esta conversación nuevamente, no quiero pelear contigo. —escuchando su voz la siguió hasta el auto.

       —Cariño, sé buena, piensa en mí, en cómo no vamos a vernos tan seguido...— Se detuvo cuando el celular sonó fuertemente, otra vez ese estúpido llamando a su mujer.

       —Debo contestar y dejemos ese tema, para que podamos disfrutar el paseo. —pasando por su lado, Naruto pudo oler el perfume que la niña usaba. Su boca se derritió al sentir lo dulce que era.

Después de cenar, el Uzumaki le tomó de la mano y la guío hasta el bosque cerca del lago.

Por estas fechas seguramente estaba lleno de campistas, pero este lado era propiedad de su familia así que lo tenía todo para él y su princesa, la cual sacándose la playera que traía puesta corrió rápidamente hasta el agua.

Naruto recogió la ropa para que no se llenará de tierra y observó con placer la alegría de su niña. Ella parecía una sirena, su piel hermosa brillaba bajo la luna, y sus pequeños pechos se movían con cada movimiento que hacía.

Naruto sintió su erección crecer. Sacándose su propia ropa y quedando solo en bóxer entró en el agua. Estaba deliciosa, más cuando su bebé se acercó y comenzó a jugar con él.

Como en los viejos tiempos cuando la idea de irse de su lado no había aparecido, antes de que las llamadas y mensajes de ese supuesto amigo, no lo hayan despertado en medio de la noche para escucharla hablar con él.

Su bebé era tan linda, jamás, jamás, jamás la dejaría ir.

Naruto la abrazo por la espalda y ella chilló avergonzada. Sus manos grandes y morenas se apretaron contra sus pechos pequeños, sensibles y bonitos.

La escucho dar un gemido bajo, luego su cuerpo se tensó, rechazándolo de nuevo.

       —¿¡Qué haces!? —gritó y Sasuke trató de alejarse, ahora tampoco le gustaba que la tocara. Naruto estaba en su límite, no podía soportarlo más. Se acercó lo máximo que pudo y frotó su erección en los pegados shorts que no dejaban nada a la imaginación.

       —¡Suéltame! ¡Basta! —Naruto fingió no escuchar, su boca busco desesperado los labios contrarios, su bebé lo rasguñaba y sus manos se movían sobre su pecho para tratar de soltarse.

Sin embargo, Naruto a pesar de su edad tenía un excelente físico y mucha fuerza. La beso con brusquedad, y fue el mejor contacto de la vida, su boca húmeda y caliente se restregó contra ella para tratar de que la abriera. Recibió un mordisco y enfadado le soltó, la sangre se deslizó hasta llegar a la oscura agua del lago.

       —¿¡Qué diablos!? ¿¡Por qué haces esto!? —Reclamó exaltada. Naruto dio un paso más cerca y ella retrocedió.

       —¡No te alejes de mí! Solo quiero estar contigo, ¡quiero estar contigo para siempre! ¡Eres mi mujer! ¡Aun si quieres irte de mi lado! ¡Jamás lo permitiré! ¡Ven aquí! —ella lo mira asustada y luego horrorizada.

       —¡Papá estás enfermo! Debes aceptarlo no soy una mujer ¡Y no soy tuya! ¡Me iré a la universidad con mi novio! ¡Está decidido! —Naruto escuchó algo resonar en sus oídos, un grito espantoso, tardó unos segundos en darse cuenta de que era él quien gritaba mientras perseguía a la traidora.

Le dolió en el alma darle un golpe que la tiró al suelo.

Cuando Sasuke abrió los ojos miró sin reconocer el techo, no estaba en la cabaña ni en casa, trató de levantarse y vio con espanto que sus manos estaban encadenadas a cada lado de la pequeña cama que había en la angosta habitación.

Trató de calmarse y sintió sus ojos arder al saber que al fin su padre se había vuelto loco, lloró silenciosamente porque no podía retener las lágrimas.

Al escuchar un ruido levantó la cabeza con rapidez. Su padre venía con los ojos perdidos y con una caja grande en las manos.

       —¿¡Dónde estamos!? Papá por favor... ¡Me estás asustando! —Naruto lo miró con algo que le retorció las entrañas, las lágrimas comenzaron a caer de los ojos azules.

       —Creí que eras mi niña, mi princesita, cuando tu madre me dejó tú eras todo lo que me quedaba, no sabes lo mucho que me dolió cuando decidiste irte, pero lo soporté por qué pensé que era lo mejor para ti. Sin embargo, tú, tu maldita serpiente, me traicionaste ¡Me ibas a dejar por otro! ¡Por otro! ¡Cuándo yo siempre te he dado todo el amor que he podido! 

Sasuke sintió su sangre helarse cuando vio lo que había en la caja. Juguetes y lubricantes de todo tamaño y color.

       —¡No, por favor! ¡Papá sigo siendo tu princesa! ¡Papá! Naruto, por favor, tengo miedo —movió sus piernas y sus brazos frenéticamente tenía que liberarse—. ¡Jamás me dejé tocar!

Naruto crujió los dientes de ira.

       —¡Cállate! Seré yo quien decida eso, voy a examinar cada parte de tu cuerpo y pobre de ti que me mientas. —Sasuke cerró los ojos cuando sintió las manos de ese hombre sobre su piel, gritó con horror, su ropa fue retirada dejándolo expuesto.

Se negó a rogarle, su padre ya perdió la cabeza, el día que su esposa había muerto, Sasuke no la conoció, Naruto lo adoptó para tratar de salir de la depresión que estaba sufriendo. 

Lo había llenado de amor, lo trataba como si fuera el mayor tesoro de la vida, con su mirada, con sus palabras, siempre lo hizo sentir que nadie en el mundo lo amaría como él lo hacía.

Había aceptado a Sasuke como un ser perfecto, a pesar de que era una aberración de la naturaleza. Aun así, ¿Por qué le hacía daño ahora? Apretando los labios sollozo al sentir unos dedos tocar su pequeña vagina, era una deformidad, tal vez la razón por la cual lo habían abandonado.

A pesar de eso jamás sintió que fuera raro. No lo hacía por qué Naruto se había encargado de ello, lo trataba igual que una hermosa mujer y aunque no se sentía del todo como una chica, le gustaba y le avergonzaba recibir infinidad de elogios de su padre.

Por otro lado, parecía ligeramente hostil cuando Sasuke se refería a sí mismo como hombre, su padre decía que su miembro era demasiado pequeño para ser considerado un pene.

Y sabe que debió poner distancia y poner límites a la relación al crecer, pero... cuando su padre dormía abrazado a su espalda y murmuraba que Sasuke era una divinidad en la tierra, olvidaba todo.

Naruto le había enseñado tanto, a amarse, a respetarse, a vivir en un mundo que lo rechazó, y ahora su cuerpo temblaba bajo las suaves caricias de su padre adoptivo. 

Era un hombre muy cruel, pero Sasuke era aún peor, porque de cierta manera sabía que esto sucedería y, aun así, se quedó.

El pelinegro gimió cuando los dedos separaron su piel y Naruto acercó su cara a su entrepierna para mirar de cerca.

La hermosa vista era algo que jamás otro ser humano tendría la oportunidad de observar, la zona estaba roja y Naruto tuvo que separar con más fuerza los pliegues para poder ver el agujerito.

Era tan pequeño, tan, tan lindo, soltó los labios vaginales y les dio una última mirada antes de acariciar las piernas con suavidad dándose cuenta de que eran perfectas. El pene que no alcanzaba a medir los cinco centímetros se encontraba completamente flácido.

El hombre rubio lo miró con cierta repulsión, Sasuke había nacido con una vagina, era evidente que era una niña, pero ese pene feo siempre le recordaba que no era del todo cierto, de que nunca podría pertenecer a Naruto por completo.

Porque siempre sería un chico que rechazaba a Naruto.

Con cuidado lo toco con la yema del dedo, el pene se agitó en respuesta. Naruto se sintió más aliviado y menos enojado con lo del novio cuando vio que el cuerpo de su hija seguía siendo inexperto. Sin embargo, para estar seguro, tendrá que meter su gran polla dentro.

Aplicando un lubricante que olía a vainilla sobre los genitales de Sasuke, Naruto se maravilló con la vista de la piel brillante.

El lubricante era comestible, estudió el rostro de Sasuke, estaba contraído por la vergüenza y tal vez el miedo. Sin embargo, a Naruto no le importa, su princesa aprendería a amarlo como él la amaba.

No lo había criado para ser su esposa por tanto tiempo solo para que esté decidiera que no lo amaba como hombre, le mostrará que lo puede satisfacer más que cualquier otro.

Naruto camino a la caja que había dejado en la pequeña mesa. Sacó un anillo plateado y lo puso en la base de su pene para prevenir que el placer lo consumiera antes de tiempo.

Tomó un pequeño juguete y lo miró con ternura, lo había comprado muchos años, Sasuke tendría catorce cuando llegó su menstruación y Naruto supo que era el momento.

Su mujer estaba lista, cada año después de eso compraba un juguete a la espera de que sus deseos se hicieran realidad. Jamás esperó que tuvieran que ser consumados con su esposa encadenada a la cama, pero no importaba, así su niña tendría tiempo para aprender a respetar sus decisiones.

Salir de casa la había vuelto una niña rebelde. No era la bebé que se aferra a su pierna y le pedía que no fuera a trabajar.

Sasuke gritó cuando el primer dedo entró en su ano, el lubricante se había esparcido hasta allí mojando todo. Volvió a rogarle que se detuviera, que pensara bien las cosas, no obstante, su padre solo se retiró con suavidad. El pelinegro agitó la cabeza negando, Naruto quería ponerle algo en la boca, era una bola que estaba unida a unas correas.

Llorando en silencio sintió su trasero ser invadido.

—comenzaré con esto, y probaré todos los juguetes que te compre, tendremos una semana muy agitada. Mi pequeño bebé. —Sasuke lo miró y estiró el cuello cuando algo del grosor de un dedo entró en él, era frío y se quedó alojado en su interior, Naruto tarareo feliz mirando como el pene comenzó a reaccionar, al igual que su propio cuerpo empezaba a subir de temperatura.

El pequeño miembro se había levantado de forma curvada y Naruto se molestó por encontrarlo tierno. De todas maneras, al ser parte de su adorado bebé tenía algo para él. Saco un lazo de color rojo que contrastaba mucho con el pene pálido.

El lazo lo envolvió alrededor y le hizo un pequeño moño. Mirando su obra de arte. Se dispuso a comerla. Hundió su boca golosamente y chupo el lubricante de toda la piel.

Del pene solo chupo la punta colorada que era una frutilla madura. Levantó la vista para observar que los pequeños pechos estaban hinchados, eran diminutos cerros con pezones endurecidos en el centro.

Casi los olvidaba. Sacando dos pequeños huevos de color negro, coloco los vibradores en los pezones uno para cada uno, los pego a los pechos con una cinta y disfruto del coro de gemidos ahogados que dio su mujer.

El control lo dejó al mínimo para poder ir aumentando la sensación cuando estuvieran más sensibles. Sasuke al inicio parecía reacio a expresar lo mucho que le gustaba, pero los ruidos que comenzaba hacer lo delataban.

Naruto nuevamente hundió su boca sobre la caliente piel que parecía ponerse cada vez más roja e hinchada. Chupeteo y lo soltó dejando un sonoro ruido. Había que admitirlo, su pene también era algo delicioso.

Su lengua recorrió cada centímetro hasta llegar a la grieta de su coño, hundiéndose profundamente, penetrando con fuerza o con suavidad. Moviéndola de izquierda a derecha para acariciar las paredes que ardían, eran suaves, estrechas y mojadas.

Vírgenes.

Las piernas de Sasuke se apoyaron en sus hombros para poder tener mejor acceso y cuando vio que la lengua salía de su vagina y un fino hilo de lubricante la seguía supo que el niño estaba listo.

Con cuidado sacó un pequeño objeto, era un pene en miniatura no más grande que un dedo, casi muy parecido al que estaba en el ano, solo que este tenía la punta gruesa.

Su padre lo rozó contra los labios para que se humedeciera. Sasuke se movió con fuerza negándose a lo que Naruto planeaba hacerle.

       —Mi bebé tu entrada tiene que dilatarse, si no, no podré meter mi pene. —Naruto le habló con tanta ternura que un escalofrío le recorrió la espalda ¿Cómo podía decirle eso y mirarlo como si fuera un tesoro al que no le haría daño?

Naruto miró el juguete y luego su propia mano. Sacando un nuevo tubo de lubricante esta vez sabor cereza, dejó caer el contenido sobre toda el área de los labios mayores hasta que se derramó empapando el ano goloso que aún tenía el pene de plástico en su interior.

Sasuke abrió los ojos al sentir la presión, negando apartó la mirada y tensó el cuerpo, su ano se contrajo contra el juguete que ya tenía en su interior sin dejar entrar al otro.

Naruto lo miró enojado y con el rostro contraído, sacó otra herramienta de su caja del tesoro. Era una pequeña y alargada varilla de acero.

       —Este pequeño va a ir dentro de su pene, y es mejor que te relajes o será muy doloroso para ti. —Naruto le enseñó el fino tubo hueco en el centro, era más largo que el miembro de Sasuke.

Tembló al observar. ¿Dentro de su pene?

Tenía un pequeño aro en la cabeza y luego lo seguían pequeñas bolitas intercaladas con un leve espacio.

Sentándose sobre la cadera de Sasuke, Naruto tomó con una mano la adorable polla. Su niña hermosa estaba tan asustada que no se movía, afirmando el tubo en el agujerito del glande comenzó a introducirlo.

El llanto no se hizo esperar, pero su chica valiente no se movió y cuando Naruto aplicó un poco más de fuerza e introdujo la primera bola Sasuke supo que ese era el castigo por no haberle dejado meter el segundo juguete.

Aun llorando comenzó a sentir mucho calor salir de su pene, un chorro de orina salió del aparato y mojó el rostro concentrado de Naruto que para entonces tenía la mandíbula tensa de deseo.

Sasuke quiso morir de vergüenza.

Naruto se lamió los labios, justo cuando había puesto la última bola este le recompensaba con un gran premio. Tomando el anillo sacó la bolita y la volvió a meter.

Sasuke estiró el cuello hacia atrás con fuerza y la saliva empapo todo lo que tenía cerca, sus piernas se agitaron. El hombre rubio observó otro chorro de orina salir del cuerpo.

El líquido le empapó el pecho y cuello. El Uzumaki sintió su pene saltar excitado por ser orinado por su mujer.

Siguió estimulando la uretra hasta que exprimió toda la orina que Sasuke tenía. Naruto chupo sus dedos empapados con ello. Se bajó del cuerpo de su niño caminando hacia su caja, miró el embudo que había y luego tomó una botella de agua.

Sacando la bola de la boca de Sasuke este comenzó a maldecirlo, se quedó en silencio de inmediato al ver lo que planeaba.

       —Abre o meteré a la fuerza todo esto. —Sasuke asustado con la amenaza obedeció sollozando.

Su boca fue violada por un embudo pequeño de punta larga que se movía violentamente contra su garganta causándole serias náuseas. ¿Por qué su padre no le tenía piedad?

¿Ya no lo amaba?

Cuando Naruto apoyó la botella de agua abierta contra el embudo supo que debía obedecer si quería salir vivo de ese lugar.

Con la tercera botella de agua comenzó a sentir como su vientre se tensaba. Naruto también pareció notarlo, por qué se alejó y colocó un pequeño tapón en el juguete que aún seguía enterrado en su pene. Sasuke no entendió que iba a pasar. Lo que sí, es que iba a ser algo muy malo.

Tres litros de agua bebidos en un corto periodo de tiempo hicieron que el vientre se hinchará y Sasuke sollozo por qué gracias a la presión ahora podía sentir al consolador en su culo moverse contra algo, causándole leves espasmos de placer.

Naruto tomó el segundo juguete y está vez pudo introducirlo correctamente, luego los movió a ambos, dio un leve silbido y cuando vio lo relajado que estaba toda la zona, metió un tercero.

Entonces sacó un pene más grande de su caja Naruto lo cubrió de lubricante y miró los diferentes colores que sobresalen del ano. Verde, azul, rosa y su favorito el naranja que esperaba su turno, observó ahora sus respectivos comandos y los alineó en la mesa, comenzó con el orden que había usado para introducirlos.

Todos vibrando en su interior. Sasuke que ahora no tenía nada en la boca gritó y gimió con fuerza. Su propia cadera se alza en busca de más, separó las piernas y contrajo sus carnes cuando sintió el temblor inevitable del clímax.

Naruto lo miraba fascinado y mientras Sasuke gritaba pidiendo ayuda metió rápidamente el consolar mayor que se incrustó con sus hermanos pequeños, ahora tenía cuatro y cada uno vibraba a una velocidad diferente.

Sasuke dejó caer sus piernas sin fuerza, al ver que no podía eyacular su pene se había hinchado con gordas venas moradas recorriéndolo. Su vientre se tensaba sin encontrar liberación y no hacía más que empeorar.

Sus pezones hinchados le dolían tanto que Sasuke juraría que estaban sangrando.

       —Por favor, te lo suplico alivia mi dolor. —Naruto lo miró con una sonrisa. Al fin Sasuke comenzaba a cooperar. Sacando con violencia la cinta, el consolador redondo salió disparado, la piel se enrojeció furiosamente y su niña gritó debido al placer que sintió.

Su piel sensible ahora era masajeada con un frío lubricante, sus dedos lo rodeaban, apretando, jugando con el endurecido pezón. Naruto dejó el otro consolador para quitarlo después.

Al inicio Sasuke no noto la presión en su vagina, estaba más concentrado en su ano que golosamente se había acostumbrado y ahora se frotaba gustosamente con los juguetes, movía la cadera en círculos porque así el placer se esparcía por todo su cuerpo.

Luego lo noto, un enorme glande se frotaba contra sus pliegues, causándole un fuerte cosquilleo y cuando Naruto con sus manos los tomó y los separó supo que su padre no iba a dejarlo ir.

Jalándolos con fuerza expuso su entrada. Escupió sobre ella una y otra vez hasta que la boca no tuvo más saliva para escupir. Naruto miró a los ojos a Sasuke cuando acomodó su polla. 

Naruto no lo había preparado.

El dolor que lo recorrió fue tan intenso que anuló cualquier otra sensación. Su padre destapó el tapón que tenía en el tubo de la uretra y con su mano presionó con brusquedad su vientre, aplastándolo, obligando a su cuerpo a reaccionar.

Chorros de orina volaron fuertemente contra el cuerpo de Naruto que abrió su boca para recibirlo. Sasuke alzó su cadera persiguiendo el orgasmo que antes le habían negado, no se había dado cuenta de que el glande seguía en su interior, su himen fue destrozado por el mismo.

El golpe de los testículos contra la carne de su niña había resonado en la habitación y de no ser por el anillo que apretaba su pene Naruto se habría corrido.

Sasuke sollozo cuando el orgasmo se fue, tenía el cuerpo destrozado y todo le temblaba, ahora la estimulación anal le parecía dolorosa y nada placentera, además su piel estaba cubierta de su propia orina.

Aun con temblores por el orgasmo devastador, dejó escapar un suspiró, cerró los ojos y se durmió.

Cuando los abrió noto un fuerte dolor en su pezón izquierdo esté se encontraba más hinchado que el otro.

Su padre lo había despertado sacando la cinta de su piel, Sasuke sintió el vaivén después de eso. Fue ahí cuando se dio cuenta de que Naruto lo estado follando, su cuerpo aun dormido no noto las sensaciones hasta que fue demasiado tarde.

Bajo la vista y vio como ese grueso miembro se retiraba para volver a entrar. Su pene ahora estaba libre del juguete y apretando sus músculos anales se dio cuenta de que tampoco los tenía. Se relajó y de inmediato notó que fue una mala idea, Naruto entró profundamente en él.

Su vagina se agranda para tomarlo y se apretaba para no dejarlo salir. Naruto salió con un fuerte chapoteo de su interior y desató el anillo de su base para volver a meterse. Sasuke cerró los ojos al fin iba a terminar.

El placer lo hizo sentir enfermo, aun así, apretaba levemente su coño para que la hinchazón de su padre se quedara dentro frotando cada parte sensible de sus paredes vaginales.

Naruto respiró pesadamente y dando un fuerte gruñido, dio unas estocadas profundas antes de derramar su semen que salió a borbotones de la entrada. Sasuke se mordió los labios cuando vio al otro empapar su mano y se la ofreció, el niño resignado abrió la boca y comió. Notó horrorizado que el sabor le parecía familiar.

Miró los ojos de Naruto que lo observaba sonriendo.

Su padre lo había estado alimentando durante años con su semen. 

Cada día por veinte años había comido un frasco de vitaminas, jamás logró entender por qué era líquido y no en cápsulas y ahora sabía la razón.

Su cuerpo acostumbrado al sabor reaccionó con hambre, con su lengua limpia cada rastro que encontró y aun de este modo no quedó satisfecho, era demasiado poco.

Naruto volvió a hundir su mano en su vagina la cual dejaba salir del líquido blanco cada vez que se estremecía y se lo dio de comer hasta devorarlo todo. Sasuke suspiro cuando vio que la pesadilla había terminado.

La culpa comenzó a devorarlo, el placer había nublado su lógica, se entregó a él y tiene miedo de no lograr pensar correctamente.

Está asustado de pedirle que lo toque una vez más.

       —Me desatas ahora, por favor. —Pidió lastimosamente. Naruto dio una risa y sus manos recorrieron la cadera antes de apretarla y alejarse del cuerpo tendido en la cama.

       —Oh mi bebé, eso lo haré cuando termine contigo. —Entonces tomó la caja y dejó caer su contenido a los pies de la cama—. Estaré dándote todo el amor que mereces, hasta que aceptes que soy el dueño de tu vida.

Sasuke dejó la esperanza a un lado cuando Naruto volvió a meterse dentro de él, sus entrañas relajadas se abrieron para recibirlo.

       —Pero yo quiero ser libre, aún te amo, puedo perdonarte, volver a casa y ser felices ¿papá? Sácame de aquí —rogó en un susurro. ¿Cuánto más tendría que soportar? ¿Su padre lo dejaría irse? ¿Volvería a ver el sol? ¿A sus amigos? 

       —¿De qué hablas? —dio un suspiro cansado—. Al parecer aun no te das cuenta que humillarte y jugar con tu cuerpo era solo para que entendieras que no te veo como mi hija.

       —Pero… tú me criaste —reclamó juntando las cejas que temblaban por el llanto.

       —Lo hice para que fuéramos una familia, te eduque para que fueras mía, te amo tanto que seré paciente y volveré a enseñarte. Tal vez cuando me des un hijo, volvamos juntos al mundo de afuera.

Sasuke lo observó pasmado, con la boca temblando aceptó el beso. El calor del cuerpo contrario lo tranquilizo, porque no importaba que lo haya lastimado, sigue siendo la persona que calmó sus llantos, la que con abrazos amorosos le dijo que todo estaría bien.

Un bebé. ¿Acaso eso no significa que jamás me dejará salir? Soy un hombre pensó derrotado.

Le besan mucho tiempo y le hacen el amor tan lento que siente que todo lo anterior fue una pesadilla. Le acarician el cuerpo con suavidad y le hacen sentir que es más amado que nunca.

Entonces un día comprende que todo hasta el momento fue porque no fue una dulce niña, Naruto lo crio, le dio amor y ahora es su turno de devolverlo. 

Solo acepta que ya no puede vivir una vida normal porque jamás la tuvo.

Un bebé, no sonaba tan mal.

Notas finales:

Me siento ligeramente culpable por haber transformado a mis amados personajes en esto que es tan oscuro, pero ¿para eso son los fanfics no? Así que me siento menos culpable al pensar en eso.

Si lo disfrutaron no duden en dejarme un comentario como recompensa xD 

¡gracias por leer hasta aquí!

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).