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Lo que no puede ser profanado por ti (ItaDei) por MekhmenehBahnu

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Deidara había adivinado correctamente, Sasuke ya se encontraba discutiendo con Karin.

- Necesito respuestas Karin, ¿eso que dice Deidara es verdad? ¿Ha perdido la memoria? -Exigió saber a gritos.

- Es difícil decirlo a primera vista - por supuesto esa no era la respuesta que el guerrero quería escuchar -pero dejando de lado que sea o no sea cierto está mintiendo y ocultando hechos.

- ¿A qué te refieres?

- Es él definitivamente, no hay duda. Aunque alguien bastante ciego dudara por la apariencia todo su examen físico coincidió, todo. -recalcó la última palabra pero solo recibió una ceja levantada como respuesta -Me refiero a que incluso su cicatriz del nacimiento de Boruto está ahí.

- Imposible.

- Lo cual significa que fingió tener un hijo y algo sí puedo asegurarte, no está solo. -Sabía que Sasuke era poco educado en medicina y si en este momento le confesaba que aunque intentó dejar estéril a Deidara en el pasado en realidad seguía existiendo una pequeña posibilidad seguramente se volvería loco y tan alterado como estaba le acusaría de traición.

- ¿Cómo lo sabes?

- Su cicatriz es vieja, difícil decir qué tanto pero ya bastantes años tantos como para coincidir con el registro, es decir que lleva años planeando esto. Además, él no pudo hacerlo solo, alguien versado en curaciones lo ayudó. -Por eso Sasuke mantenía a Karin a su lado, era observadora y con los mínimos detalles podía deducir bastantes cosas -Por si todo eso no fuera suficiente para sospechar de él, dudo que se enfrentara a ti y al ejercito si no tuviera una seguridad respaldándolo, nunca fue así de inconsciente, y en el peor de los casos sabemos de quién se trata.

- Itachi.

- No sabemos realmente lo qué pasó con tu hermano. Si murió o no solo cambia las razones por las que Deidara está buscando vengarse.

- Así que indudablemente es un mentiroso y uno que al parecer a conseguido agallas.

- Solo debemos preguntarnos a cuál es su plan y por qué ahora.

- No será necesario averiguarlo, no le daremos ni el tiempo necesario para darse cuenta de lo que ha provocado. -Sasuke lo entendía, los motivos que tuviera el doncel eran irrelevantes y por muy inteligente que se creyera seguía sin verlo como una amenaza.

 

Ya cambiado en un kimono mucho más sencillo Deidara se dirigía con Boruto al comedor para la cena.

- ¿Seguro que quieres entrar? Puedo insistir en que te sientes indispuesto y que tomarás los alimentos en tu habitación.

- Estoy bien, en serio. -No sabía quién rehuía más a Sasuke, si él en el pasado siendo un doncel débil o Boruto que parecía no soportar la presencia de su padre.

El pelinegro ya los esperaba dentro, sentado a la cabeza de la mesa; eso ofendió a Deidara pero estaba bien, ese lugar era ocupado por la persona con mayor rango que estuviera presente así que el mensaje era muy claro aunque no le daría una real importancia. Sasuke se levantó a abrirle la silla derecha y el más joven se sentó a la izquierda, solo estarían ellos tres por esta ocasión. La mesa lucía esplendida aunque el ambiente era por demás extraño.

Boruto miró a sus padres y se sorprendió de verlos tan relajados. El doncel miraba al varón fijamente como si estudiara a un animal exótico y fascinante y en cuanto sus miradas se encontraban ninguna se echaba a un lado, era extraño, el único que hacía eso con tal confianza era Naruto; ni siquiera él que era su hijo podía mirar así de fijo los legendarios ojos del heredero del Clan Uchiha, ya ni hablar de los guerreros comunes que no pasaban de la mitad del rostro, quizá más por miedo que por respeto.

- Todo es delicioso, extraordinariamente delicioso -comentó el doncel a media cena.

- Supongo que cualquier cosa te lo parecerá después de vivir tan limitado.

- Así es, incluso lo más insignificante resulta importante.

- ¿Debe ser horrible vivir preocupándote por todo, no?

- Más de lo que cualquiera podría imaginar, como un infierno.

- Suerte la tuya que no tendrás que regresar a esa posición, aunque supongo que debes estar preguntándote todo el tiempo por tu familia.

- Estarán bien.

El hijo los seguía mirando en silencio, respondían tranquilos y la conversación no parecía contener ningún subtexto agresivo sin embargo así se sentía, como si se ofendieran y amenazara a cada sonido. Tal vez lo imaginaba porque ellos ni se inmutaban. Incluso el inseguro doncel se notaba mucho más cómodo hablando. Su padre varón siguió haciendo preguntas sobre el pasado, todas ellas ya más o menos las sabía así que no intervino para nada.

- Nos veremos mañana Deidara -se despidió secamente su padre y le besó la mano a su esposo legítimo.

- ¿Qué pasa? -Le preguntó a Boruto después de que Sasuke salió del comedor.

- Nada en realidad. -Observó cuidadosamente a Deidara en su intento por ser discreto pero no pasó por alto el sutil movimiento que hizo debajo de la mesa para limpiarse el lugar que fue besado. -Es solo que mirabas mucho a padre, fue algo intenso.

- No sé por qué siento ese impulso... es como si al mirarlo estuviera a punto de descubrir algo importante. -Esa fue la pobre excusa que dio el doncel pero en realidad solo se trataba de un mero acto de provocación entre los adultos.

 

Después de esa triste reunión cada quien se fue a su habitación, por suerte para Deidara ya habían dejado de lado la vigilancia frente a su puerta pues con las rondas comunes bastaba para tenerlo seguro y ya nadie creía que fuese a escapar en medio de la noche.

Al rubio no le gustó en absoluto estar en medio de ese ambiente, hace tantos años que fue su ultima cena con Sasuke que en realidad era difícil recordar si siempre había existido esa vibra. Tal vez, de ninguna forma se sintió como una cena familiar al menos no de la forma que eran sus cenas familiares con Itachi e Ino. Esto cada vez se convertía más en una pesadilla y por su propio bien debía mantenerse con la suficiente fuerza mental. Ya bien Pain se lo había dicho mil veces, si se distraía estaba muerto. Lo que se destruyó en el pasado él no había regresado para arreglarlo, no a un nivel personal; él solo estaba ahí para rescatar a su aldea de las garras de los Uchiha.

 

 

Al otro día apenas amaneció las doncellas se encargaron de bañarlo y vestirlo por órdenes de Sasuke o como ellas lo llamaban 'el Tsuchikage', se controló para no gritarles y hacerles ver el sinsentido de referirse así a ese hombre cuando tenían frente a ellas al verdadero dueño de ese cargo.

Deidara se miró al espejo. Sí, cada vez se veía más hermoso. Había comenzado a comer mejor y a recuperar su musculatura en medida de lo posible dentro de la habitación aunque debía darse prisa en llegar a su mejor estado si quería enfrentarse al pelinegro. Abrió grande sus ojos, ese pensamiento vino demasiado rápido ¿quería enfrentarse físicamente a Sasuke?, no era parte de lo planeado porque implicaba demasiado peligro para su bienestar.

 

- ¿Qué te parece si me acompañas el día de hoy Deidara? -le propuso Sasuke.

- ¿A dónde iremos?

- A ningún lugar realmente, solo de aquí para allá dentro de la torre. Podría ser un poco aburrido pero me gustaría hablar de un par de cosas contigo.

- Claro ¿por qué no? -Le sonrió un poco tierno o al menos eso le pareció a Boruto que de nuevo solo se dedicaba a observarlos.

- No necesitamos chaperón Boruto -le dijo casi burlón el varón a su hijo cuando quiso seguirlos. El chico miró a los ojos azules como pidiendo su apoyo para que estuvieran juntos pero el doncel no dijo absolutamente nada, lo que él quería era ver qué tramaba Sasuke.

Pasaron la mañana y una parte de la tarde discutiendo con los consejeros algunos temas, bastante superfluos a decir verdad; Sasuke se escudó diciendo que no quería atosigarlo con dificultades de la aldea por ahora ya que los ánimos solían calentarse y tampoco quería que su primera imagen fuera negativa.

Eso le dio tiempo de analizar los cambios, el más notorio de ellos era la ausencia de Kurotsuchi. Antes de desaparecer le había dado un cargo bastante alto y no debía ser un genio para intuir que se le degradó en sus labores, no debió ser solo por su poca afinidad con Sasuke, la mujer era lista y si se le permitía conservar su influencia resultaría en un gran obstáculo. Además existía el hecho natural de que varios miembros del consejo se habrían retirado o fallecido y nuevos rostros de rangos más bajos estaban presentes, eventualmente ellos ascenderían con lealtad a Sasuke. Torció la boca pensando si estas personas le serían más leales al clan Uchiha o a la aldea a la que se suponía estaban sirviendo. Tal vez a ninguno, si se habían educado viciosos solo buscarían su propio beneficio y buscarían simpatía en aquel que fuera su mejor opción.

 

Después de la comida lo llevó a pasear por los jardines aunque lucían bien Deidara recordaba perfectamente su esplendor en aquellos días cuando su abuelo y él se hacían cargo de su cuidado y lo que veían sus ojos en comparación resultaba un poco triste.

El pelinegro le invitó a sentarse en la mesa del jardín donde solían tomar el té. Miró a Sasuke, ¿qué planeaba? Se hincó en una rodilla y con delicadeza le tomó la mano izquierda para colocarle su antiguo anillo de bodas, justo en el mismo lugar donde había firmado su sentencia de muerte cuando aceptó casarse después de creerle esa larga fila de mentiras.

Levantó la mano para ver el anillo brillar a la luz del sol y después se la llevó al corazón mostrando estar conmovido por esa acción.

- ¿Qué es esto?

- Es nuestro antiguo lazo -levantó su propia mano para mostrar el par. -¿Sabes qué es lo que te pasó?

- No -negó lento con la cabeza.

- Hace muchos años tú, mi querido esposo, tuviste un trágico accidente en uno de los viajes y por todo este tiempo creímos que de verdad te habíamos perdido. No sabes lo duro que fue ese momento para todos.

- ¿Entonces es cierto que soy el padre de Boruto?

- Así es, es nuestro hijo. No creas que se comportaría así con cualquiera.

- Ha sido bastante amable desde que llegué, todos lo han sido. Eso solo lo hace más difícil.

- ¿Qué cosa?

- Pensar que todos ustedes con toda esa buena intención estuvieron sufriendo mi ausencia y yo totalmente exhorto en otro mundo ignoraba eso. Sin querer los hice pasar unos años terribles y eso me duele. No sé si exista el tiempo suficiente para disculparme y ser perdonado pero lo intentaré si me lo permiten. Los dioses saben que soy ignorante en la práctica de cómo se comporta un doncel con dueño pero en vista de que de verdad nos hemos unido en matrimonio daré mi mejor esfuerzo por adaptarme y cumplir tus deseos y los de nuestro hijo e intentaré por cualquier medio recuperar mis memorias intentado cerrar esa brecha que he creado. Es imposible recuperar todos esos años pero la calidad de los siguientes tal vez terminen por equilibrar la balanza. -El rubio habló con calma pero con un tono teatral como si exclamara un texto de memoria, decía solo palabras precisas que diría cualquier sometido, como esos chicos sumisos que parecían agradar a Sasuke, y al final lo miró sonriendo entre la dulzura y el sarcasmo.

- Deidara eres un enigma. -lo miró entretenido, aparentaba demasiado bien y aunque quería exponerlo lo más pronto posible al parecer no se lo pondría fácil. El pelinegro estaba muy seguro de que todo era falso, y si bien podría darle el beneficio de la duda eso era demasiado arriesgado y un acto de buen samaritano que no le concedería. Este doncel ya había desaparecido una vez y todo resultó como lo quería, había obtenido todo lo que este matrimonio podía ofrecerle así que no había razón alguna para conservar a Deidara ahora. Le creería si admitía que regresó porque la vida allá afuera era muy difícil y extrañaba las comodidades de su posición noble, sí, le creería de buena fe si ese era el caso pero no lo aceptaría por mucho tiempo en la aldea. Había decidido aceptar este escenario ficticio que Deidara se esforzaba por construir y usarlo en su contra. Al menos le dejaría disfrutar de los lujos estos últimos días si se comportaba como ese doncel sumiso que decía ser.

 

Pronto llegaría Naruto, los había dejado atrás para volver prontamente desde la Hoja pero con indicaciones de que descansaran unos días antes de emprender el viaje de regreso. Su deber era no causarle disgustos al doncel que amaba y para esto debía quitar a Deidara una vez más del mapa.

No podía ser tan complicado y en esta ocasión se encargaría de sostener su mano bien fría y pálida antes de confiarse de su muerte. Sería suficiente con hacer notar su falta de salud, solo bastaba ver el estado deplorable en el que llegó, y sí, tal vez ya no estaba en los huesos pero eso no quitaba el hecho de que su delgadez era extrema y la piel que recién comenzaba a pelarse después de tanto tiempo bajo el sol no le daba un mejor aspecto.

Si ya había enfermado gravemente al doncel cuando tenía un cuerpo joven y sano en el pasado Sasuke tendría la ventaja para acabar con este ser mayor, destartalado y vulnerable.

 

 

Juugo había regresado con buenas noticias dentro de lo que cabía. Todo lo dicho por Deidara fue comprobado por su supuesto hermano en la Niebla. Le dio a Sasuke el reporte de su investigación; al parecer varios años atrás el rubio había aparecido mal herido, deprimido y agresivo tirado en el campo sin recordar apenas nada. Nadie le acompañaba y nadie fue a buscarle nunca. Esa información solo era relevante para el Uchiha por el hecho de que cuando matara al doncel nadie intentaría tomar venganza en su nombre.

 

 

- Deidara, buenas noticias. Karin ha investigado bastante y encontró una forma que muy probablemente te ayude a recordar. -Incluso Boruto levantó la vista ilusionado.

- ¿Es en serio Sasuke? -Le sonrío.

- Muy en serio y también cuidaremos más tu alimentación, me preocupa que no te ves saludable aunque llevas una mejor vida que cuando eras campesino.

- Te lo agradezco. -Al hijo le sabía mal que se dirigiera así a su padre varón, con un tono dulce de sometimiento que no era exactamente miedo sino resignación a su situación. Y esos gestos de Sasuke donde miraba como si el doncel fuera inferior resultaban más humillante para Boruto que para el mismo Deidara. Frunció el ceño molesto con ambos.

El doncel rubio no le prestaba atención a nada que no fueran sus pensamientos, Sasuke ya se estaba moviendo. Al doncel nadie le tenía que recordar cómo eran las supuestas ayudas de Karin.

 

Ese día, previo anuncio de que en la noche la pelirroja lo visitaría, se pegó como sanguijuela a Boruto. A ese niño era fácil engañarlo y seguramente a su lado encontraría la forma de zafarse de esto.

Ingenuamente y soñando con tener una pizca de suerte Deidara creyó que se había salido con la suya sin embargo el pelinegro anticipando cualquier truco se encargó de darle unas tareas idiotas con el escuadrón a su hijo, él también notaba como Boruto cada vez se volvía más apegado a su supuesto padre. Le había faltado mano dura para que entendiera que su primera responsabilidad siempre sería con el clan Uchiha.

Boruto prometió a su padre doncel apurarse para regresar a tiempo para la cena, no fue así.

Deidara caminaba tras Sasuke y frente a Karin, lo tenían con una mano en el cuello. Sin embargo, no se desesperaba. Debía confiar en sus habilidades, desde el principio esta era su misión, solo de él.

Siempre habría una forma de darle la vuelta a la situación y mejor se empezaba a concentrar en cómo librarse del embrollo.

- ¡Ah Boruto! -Aunque le costará admitirlo sí fue un alivió ver al chiquillo cruzar el pasillo, tal vez no los habría visto de no haberle gritado. Los alcanzó y Deidara se agarró de su brazo para alejarse de los otros dos y empezó a hablar de trivialidades mientras caminaban a su habitación. Al llegar lo invitó a pasar pero Sasuke se interpuso.

- Boruto será mejor que te retires. Este es un asunto delicado.

- ¡No! Está bien, sería mejor para mí si se queda. -Dijo el rubio mayor.

- Deidara guarda silencio. -Lo calló -Solo tú y Karin, obedece. -El doncel se mordió la lengua para no gritarle.

- Pero si padre quiere yo...

- Está bien Boruto, haz caso a tu padre. -se resignó, igualmente con Boruto presente ¿qué podría cambiar? Ni siquiera tenía poder real dentro de la aldea y siempre era más efectivo improvisar por su cuenta que intentar que otro le siguiera la corriente.-Nos veremos mañana temprano. -Le sonrío.

- De acuerdo. -Aceptó derrotado y Sasuke cerró la puerta para dejar a Karin hacer su trabajo y asegurarse de que Boruto no estuviera de fisgón.

 

Una doncella trajo al poco rato una tetera con agua hirviente. Mientras tanto él veía de reojo a la médico seleccionar algunas hierbas, ya no era un chico tonto y junto a Konan había aprendido a reconocer un veneno de un medicamento lo suficiente como para cuidarse él solo.

En cuanto Karin le acercó la preparación y la olió supo que algo para beneficiarle no era. Apenas lo tocó con los labios para evitar ingerirlo.

- Está caliente y amargo.

- Le hará bien.

- ¿Pero qué hará exactamente? -Preguntó ingenuo.

- Le ayudará a recuperar sus recuerdos poco a poco.

- Eso sería magnifico -comenzó a dar piquitos para beber esperando que la mujer se distrajera en un momento y tirarlo.

- Será mejor que lo tomé de un trago antes de que amargue más -Le sugirió al haber pasado un buen rato.

- Claro -Bueno, lo tenían atorado. Tomó un gran sorbo y casi devuelve el estómago de lo mal que sabía -Puedes llamar a la doncella, de repente no me siento muy bien y quisiera descansar.

- Por supuesto. -La mujer ya estaba satisfecha, lo había bebido. Apenas se giró Deidara tiró lo que restaba silenciosamente en la tierra de las plantas que adornaban la habitación aunque había consumido la mayoría del líquido.

Le urgía quedarse solo así que apuró a la chica a ayudarle a quitarse el kimono y adornos del pelo. Karin se excusó y se retiró pronto. Seguramente iría a informar a Sasuke sobre lo que deberían esperar al día siguiente, esos monstruos no se anduvieron con medios tonos y le habían dado algo fuerte.

Al minuto en que quedó solo vomitó todo lo que tenía en el estómago hasta que no pudo más, se sentía terrible y débil pero de verdad esperaba que no hubiese dado tiempo a que ese líquido tuviera consecuencias reales en su sistema.

Al llegar la mañana las manos le temblaban y en general el cuerpo estaba extenuado después de pasar algunos escalofríos durante la noche pero saldría de esta, solo tomaba cortos tragos de agua sin forzarse demasiado, no quería devolver el estómago una vez más.

Respiró profundo y estiró el cuerpo, eso pareció relajar sus nervios. Dio algunas vueltas alrededor de la habitación y la verdad es que ya se sentía mejor; hubiese querido estar en la guarida de Akatsuki para tener un sueño reparador y tal vez un día de estos terminaría por pedirle a Kurotsuchi que le cuidaran aunque fuera una tarde si en serio estaba a punto de desfallecer de cansancio. Por el momento lo soportaría.

 

Sasuke se encontró desayunando solo en el comedor y al preguntar le hicieron saber que su esposo y su hijo pidieron tomar los alimentos en el cuarto del doncel. Se imaginó que este debía estar mortecino en cama sin fuerza para levantarse y seguramente su hijito lo intentaba animar con su presencia.

Llamó a Karin para hacerle una visita a Deidara y corroboraran el mal estado de salud del doncel frente a Boruto y la servidumbre.

Abrió la puerta sin anunciarse y vio a su hijo efectivamente haciéndole compañía a su supuesto padre doncel pero no de la manera que él quería, esa reunión era más que alegre entre risitas y charlas.

- ¡Oh Sasuke querido! Acércate y también tú Karin. No tengo palabras para agradecerte, lo que sea que hayas preparado funcionó. Lo juro, toda la noche los recuerdos estuvieron apareciendo y entre tanta emoción apenas si pude pegar los ojos. Aún tengo algunas lagunas por llenar pero no sabes lo feliz que me hace poder recordar a mi hijo-Le tomó la mano suavemente a este- y estoy muy seguro que con un poco más de ese té me repondré por completo.

- Deidara es una noticia más que maravillosa. -Respondió Sasuke tragándose todos los insultos que quería decirle. Era un total farsante que incluso le retaba a intentar seguir con su plan después de ver que no funcionó. -Los dejaré para que sigan conversando, ya tendremos nuestro tiempo a solas en otra ocasión. Por ahora disfruten de su plática. -Antes de mostrarle cualquier expresión de enojo se dio media vuelta y salió junto a su aliada.

El ojiazul sabía que ese movimiento había sido atrevido casi rozando la insensatez. Ciertamente con esta acción había admitido que llegó diciendo una mentira pero eso era algo de lo que solo los tres adultos eran conscientes, otro secreto más que compartirían. Ahora se encontraban en igualdad de condiciones, le dejó saber a Sasuke que estaba al tanto de sus sucios juegos y que si intentaba matarlo debía ser más astuto o más visceral pero no seguir con la misma táctica de años antes. Esperaba que con esta acción el pelinegro buscara atacarlo menos, era una idea contradictoria pero él no llegó haciendo un escándalo sobre el pasado ¿no le podría dar esto una pista a Sasuke de que si quisiera hacerle daño pudo haber sido más directo en su actuar?

 

- ¿Qué sucedió ahí Karin? -Le gritó muy molesto en cuanto estuvieron solos.

- No sé qué planea pero hay que irnos con cuidado, definitivamente es mucho más cuidadoso y no creerá en nada de lo que digamos o hagamos por él, se nota que ha aprendido un par de cosas en todos estos años porque puedo jurarte que de tomar pasivamente esas hierbas estaría en cama tumbado.

- ¡Mierda! -golpeó la mesa, si era cierto lo que decía Karin esta vez ninguno de ellos se podría acercar lo suficiente como para ganarse su confianza. Él único con quien bajaba la guardia era Boruto y ese idiota nunca haría nada en contra de su supuesto padre, era un débil.

- Será mejor averiguar primero a qué regresó. -La pelirroja lo había entendido cuando escuchó como le hablaba Deidara a Sasuke, estaba haciendo que el hombre se enfocara solo en su ira contra él, quizá con el fin de distraerlo de algo mucho más importante.

Para sumar un problema más a la lista del líder Uchiha esa tarde debían llegar Naruto y Menma; planeaba tener a ambos rubios alejados aunque ahora lo veía poco probable. Lo mejor era hablar pronto con su querido ojiazul y hacerle saber la situación para que no se sintiera inseguro sobre su posición, esto era un contratiempo pasajero porque de ningún modo dejaría a Deidara establecerse después de tantos años.

 

Pasado el mediodía ya se podía ver al antiguo Tsuchikage caminando por la torre y los jardines en compañía de su hijo. Aún no usaba la túnica con la que se distinguía al gobernante de la aldea pero los consejeros confiaban en que quizá en unos meses podría hacerlo, cierto era que todos le tenían un gran aprecio a pesar de los años y no debían dejar que eso les cegara ante el hecho de que muy probablemente el doncel no estaba listo para asumir las grandes responsabilidades que apenas sí podía manejar antes del atentado.

Los sirvientes, los maestros, los soldados, todo aquel con el que se encontraba le saludaba amablemente y Deidara no desaprovechaba la oportunidad de hacerles saber que su bienestar era gracias a Karin que encargaba de su salud así mataba dos pájaros de un tiro, todos se enteraban de que comenzaba a recuperar la memoria y que esa mujer era la responsable si mejoraba o si empeoraba. Ya vería si la pelirroja se atrevía a seguir envenenándolo cuando todos estuvieran enterados de que su salud dependía de ella y si lo mataba también terminaría ejecutada.

Boruto que no lo dejaba ni a sol ni a sombra se alegraba de ver lo mucho que el pueblo seguía queriendo a su padre, tanto como él mismo lo hacía. Ese sentimiento se diluyó en cuanto escuchó las trompetas ser tocadas anunciado la llegada de ciertas personas que le eran poco gratas.

- ¿Qué es eso? – Preguntó sincero Deidara.

- Es el anuncio de que ha llegado... alguien. -No sabía como decirle de quién se trataba.

- ¿Quién es? ¿No es bueno, cierto? Si pudieras mirar lo pálido y serio que te pusiste de repente.

- ¿Recuerdas a Naruto? -Tragó saliva con dificultad. -Cabello corto rubio, ojos azules...

- Vagamente creo hacerlo. ¿No cuidaba de ti? -Asintió -¿Es él quién llega?

- Sí. Pero... -hizo una pausa demasiado dramática para el gusto de Deidara -él se ha casado con padre. -El doncel abrió los ojos pretendiendo estar impactado.

- ¿Quieres decir que es el segundo esposo de Sasuke?

- No solo eso también llega con su hijo Menma -Eso sí sorprendió genuinamente al mayor, así que esos idiotas habían tenido otro bastardo en su aldea. Se molestó, quería hacerlos pagar a todos -Lo siento padre, no pretendía que te enteraras así. -Apretó los puños al ver lo afectado que estaba el doncel por la noticia.

- Me enteraría tarde o temprano, ¿no? -Le tocó el rostro a Boruto paternalmente -Estaré bien. Vayamos a recibirlo. Se sonrió travieso, siempre le había gustado incomodar a ese campesino.

Caminaron hasta la entrada de la torre donde Sasuke ya se les había adelantado y hablaba con Naruto aunque no vio al pequeño bastardo por ningún lado. Se aceró con Boruto cuidándole la espalda.

- ¿Tú debes ser Naruto verdad? -Le saludó poniéndose frente a frente ignorando por completo a Sasuke. Deidara estaba muy relajado, se notaba en sus gestos que se había acercado pacíficamente ,nadie podía decir que no fuese así excepto Sasuke que no perdía el detalle de que más allá de la diferencia de alturas Deidara miraba con superioridad a Naruto.

- Así es Tsuchikage -Naruto levantó los ojos brevemente, la persona que tenía enfrente era tan hermoso como lo recordaba aunque más maduro y simplemente por todo su pasado no podía sostenerle la mirada. Sasuke rodó los ojos, Naruto no debió llamar así al doncel.

- Entonces a ti debo reconocer el cuidado de mi hijo. -Le agradeció bajando un poco la cabeza.

- Fue un honor -debía mostrarse respetuoso e hizo una reverencia profunda como dictaba el protocolo, a Naruto no le costaba nada esa acción pero sumó un punto más a la humillación del Uchiha.

- Por favor Naruto acompáñanos esta noche a cenar, pediré que preparen un lugar extra. -Deidara no esperó respuesta solo le regaló una sonrisa a Sasuke y se retiró de ahí con Boruto.

Como escolta el chico siguió al que consideraba su padre, tal vez afectaba que solo lo miraba de espaldas pero no diría que se veía afligido por ese encuentro. Caminaba recto y a pasos seguros sin correr, era hipnótico seguir sus huellas mientras veía el pelo agitarse grácilmente de un lado a otro. Lo quería demasiado a pesar de que apenas lo conocía, verlo así solo le traía los buenos recuerdos del pasado; recordaba como todos le reverenciaban con una sonrisa y de buena gana porque era una gran persona, integro, digno y sobre todo un hombre de buen corazón.

Fueron directamente a la cocina y lo vio hablar tranquilo y diligente con la encargada sobre la cena de esa noche. Quería que fuera algo especial para Naruto. Le escucharon todos con respeto sin embargo Boruto veía algo de condescendencia en la mirada de los sirvientes, como si obedecieran a un niño solo por no hacerlo sentir mal y pensó que existía la posibilidad de que sus instrucciones no fueron desacreditadas por su presencia.

 

La noche llegó y Deidara se mordió las mejillas para no mostrar ninguna mueca de desagrado. Sabía a qué venía esta situación, Sasuke intentaba hacerlo quedar en mal e insultarlo al dejarlos solos en el comedor con el festín preparado. Sería ridículo para él caer ante esta provocación, solo pidió a todos los sirvientes que se retirarán con el tono más amable que le salió de las cuerdas. Él más molesto en esta situación resultaba ser Boruto.

- ¡Padre! -le llamó sin ser consciente de cómo se había referido al doncel.

- ¿Cómo? -se giró a mirarlo con dolor.

- Lo siento Deidara-san -rectificó.

- No, está bien me gusta que me llames así, tanto como me duele saber que es verdad. -esas palabras tenían dos significados, uno para Boruto que venía de la culpa y otro para el mismo Deidara que venía del dolor por haber sido convencido en el pasado.

- No te entiendo, por qué has invitado a Naruto y aún peor, ¿por qué no estás molesto al ver esta falta de respeto?

- Él no te agrada mucho por lo que he notado.

- Francamente no me agrada ni un poco

- Y aun así le estoy muy agradecido por haberte criado en mi ausencia. Sé que Sasuke no es exactamente una persona cariñosa y no imagino lo difícil que debe haber sido estar bajo su cuidado, estoy seguro de que al menos Naruto ha equilibrado la situación y te dio todo el amor que se le puede dar a un hijo que no es propio.

- Pero...

- Por favor no lo hagas más complicado para mí, esta culpa no debiera ser experimentada por ningún padre que se jacte de serlo. Alguien te amó y te cuidó en mi lugar, fue Naruto. Punto. Sea como fuese ahora eres un hombre de bien y no gracias a mí, al menos permíteme ser agradecido con ese doncel y si no lo ves como tu padre me alegra porque eso significa que no me olvidaste como yo lo hice contigo. Boruto solo te pido que me dejes manejar esto, ¿de acuerdo?

- Padre ¿está bien entonces si te llamo así?

- Me encanta que me llames de esa forma.

Le dolía la cabeza con estas situaciones, deseaba tener una máquina que hiciera ir el tiempo más rápido y avanzar de una vez hasta la culminación. Lo que más temía era que confundiera esta ventaja de tener a Boruto de su lado con su simpatía, porque sí, debía admitir que ese rechazo hacia Sasuke, Naruto y Juugo hacían que le agradara más de lo esperado.

 

 

 

 

 

 

Jajaja, me da mucha risa toda la situación.

No sé porque escribí a Boruto como un personaje que solo escucha lo que quiere escuchar, luego Deidara le dice cosas bien feas :(

 

 


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