Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lo que no puede ser profanado por ti (ItaDei) por MekhmenehBahnu

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Final!

Re largo el cap, preparen los ojos.

Deidara se apartó de todos por varios días, apenas sí salía de la habitación pues no veía caso en seguir con sus actividades cuando estaba tan enojado con todos, incluyéndose a él mismo. En este momento se sentía un poco a la deriva, conocía sus objetivos pero ya no podía esperar mucho más de manera tranquila. Solo contaba cada hora lenta y desesperante anticipando el final.

Solo debía aguantar ese último tramo, salir y ser el primero en enterarse de la noticia que esperaba. Eso para su mala suerte sería también una oportunidad para que los indeseables se le acercaran y más tardó en juntar la paciencia para no mostrarse odioso que ellos tocándole las narices.

- Su majestad por favor permítame disculparme -le rogó Juugo al encontrarlo solo paseando por los alrededores de la torre y solo recibió una mirada cruel en respuesta. -Deidara por favor -por primera vez escuchaba hablar al guerrero en tono que trataba de ser dulce, le daría el chance de explicar con tal de ganarse su confianza ciega y absoluta lealtad -perdí el control pero solo hay una razón para ello. Me enloqueces desde hace mucho y es irreal que tenga esta oportunidad de nuevo, créeme que solo fue un momento en el que perdí la razón, de verdad. -El rubio lo miró mostrándose aún molesto -Por ninguna otra persona me habría atrevido a traicionar las órdenes de Sasuke, sin embargo hace años cuanto me pidió deshacerme de ti ¿cómo habría podido? Esos bandidos no te han asesinado al primer instante porque les pedí que dejaran a la persona más hermosa con vida, no sé qué habrá pasado después pero juro que te busqué por todo el territorio que me fue posible con tal de recuperarte.

El rubio ablandó la mirada y se tapó la boca fingiendo impresión aunque en realidad se mordía la lengua para ocultar las maldiciones que le lanzaba. Este hombre era estúpido hasta la médula, era extraño y por alguna razón se había obsesionado con su persona cuando él no podía sentir más que asco en su presencia. ¿Su sobrevivencia era gracias a él? ¡Quién sabe! Pero si fingiendo que lo perdonaba se quitaba un obstáculo de encima qué mejor.

- Juugo sigo decepcionado por cómo has actuado. Esa noche me asustaste cuando creo que nunca te di una razón para que creyeras que me eras indiferente.

- Lo siento mucho Deidara.

- ¿Entonces Sasuke intentó matarme? -desvió el tema a lo que de verdad le era importante -¿Lo volverá a intentar no es así?

- ¡No lo permitiré!

- ¿Me lo puedes jurar con tu vida?

- ¡Puedo! Te lo juro Deidara, si somos nosotros iré contra todo el mundo. -Así que ahora tenía confirmada la fidelidad del supuesto hombre más leal al Uchiha. Veía cómo esta relación funcionaba perfectamente también para Juugo, no solo tendría el amor -o lo que fuese que buscaba- sino que jugando bien sus movimientos tendría el lugar que ahora ocupaba Sasuke.

- De acuerdo pero por ahora no finjas cambiar tu actitud ante Sasuke -le tomó ambas manos -pronto veremos qué podemos hacer respecto a... esto.

Con este gesto esperaba mantener callado a Juugo y hacerlo su cómplice por un corto tiempo si es que decía la verdad. Y es que siendo sinceros nunca podría creerle ¿tantos años le trató terrible y ahora resultaba que lo amaba? podía ser otra jugarreta del Uchiha.

Tampoco quería desgastarse innecesariamente en este asunto. Seguía contando los días restantes mientras mantenía cualquier otro asunto a raya.

Se mantuvo paciente y taciturno sin llamar la atención. Quería alejarse de todos pero eso sería incluso más sospechoso así que el único camino a seguir era aparentar y no molestar por unos días a Sasuke de ninguna manera. Debía dejarlo hacer lo que quisiera y estar de acuerdo en lo que exigiera, claro, no de manera pasiva pero haciendo ver frente a todos que estaban en el mismo bando.

Solo podía hacer eso, dejar el día pasar una y otra vez ignorando el dolor en su corazón causado por la incertidumbre. En momentos así de tanto silencio no podía evitar que se le viniera a la cabeza la idea de que era mejor creer que Itachi ya no estaba en este mundo así podía tranquilamente luchar incluso en el peor escenario sin miedo alguno y con Ino segura ya no había nada que temer. Apretó los puños una vez más enojándose y se vio al espejo, su inseguridad le frustraba porque él ya no era así. Su familia estaba bien y él estaría bien.

Respiró profundo, necesitaba un alivio momentáneo que le reviviera.

Pensó que incluso si sus cuentas no cuadraban, si se adelantaba uno o dos días a este pequeño ataque, tampoco sería tan malo. Sonrío con la seguridad de que nada le detendría de vengarse y que todo le saldría a la perfección.

Escaparse de su habitación fue fácil, alejar a Boruto lo fue aún más porque ese niño no se atrevía a cuestionarlo. Salió tranquilo en plena madrugada, el viento tan frío le emocionó. No tuvo que esperar mucho y Juugo se le acercó, sabía que ese hombre le vigilaba todo el tiempo.

- Sígueme -Antes de que el pelinaranja pudiera preguntar cualquier cosa Deidara ya había empezado a correr fuera de la torre con una agilidad que el varón pudo haber cuestionado pero estaba más enfocado en no perderle el paso.

Cuando estuvieron unos kilómetros alejados reconoció el camino que seguían. Miró al doncel preguntándose si este era un acto de celos e iría a hablar seriamente con Naruto. Se quedaron a unos metros de la casa.

- Ninguno de los dos debe estar ahí. No es el lugar donde se encuentran. -Le confesó Juugo.

- Espera aquí, si ves algo extraño debes evitar que me encuentren ¿de acuerdo?

Se acercó con cuidado a esa casa. Tal vez Sasuke tenía mucha confianza en que este lugar era difícil de encontrar, quizá solo confiaba demasiado en que al temerle nadie se metería con Naruto o simplemente no quería llamar la atención con guardias por todas partes. El hecho es que fue demasiado fácil colocar los pocos explosivos que pudo crear con los materiales que le entregó Konan en su visita. Juugo le miró de lejos sin entender qué hacía tan concentrado.

- ¿A qué hora regresa Sasuke a la torre? -preguntó escondiéndose con el varón.

- Antes de que amanezca. -Deidara miró el cielo, no podía faltar tanto tiempo.

- Regresa antes y si Sasuke pregunta algo dile que estuve contigo toda la noche. -Con esta petición se jugaba su seguridad.

- ¿Qué vas a hacer Deidara? -Juugo sospechaba que enfrentaría a Naruto a solas.

- ¿Puedes hacer solo eso por mí Juugo? -Le dio su mejor mirada de petición con un tonito insinuante de un prometedor futuro juntos.

Ya fuera porque no quería alejar a Deidara una vez más con su insistencia o porque creía que después de esto el doncel no tendría otra opción más que acostarse con él, aceptó irse.

El rubio soltó un suspiro y sonrió. Las cosas le estaban saliendo muy bien. Esperó un rato más hasta que Juugo estuviera más lejos y no pudiera regresar de inmediato. Llamaría un poco la atención, estaba bien con eso. Esta era justo la chispa que necesitaba para sentirse vivo de nuevo.

¡Ah! ya había descansado un rato, se estiró y caminó despacio hasta alejarse a una zona segura. ¿Por qué la diversión debía ser tan corta? Se rio solo.

- Katsu -dijo satisfecho antes de lanzar la llama que detonaría el resto de explosivos. Esa imagen era hermosa, lástima no poder quedarse hasta el final, debía regresar a la torre.

 

 

Regresó a la torre, nadie le atrapó. No le esperaban guardias para interrogarlo, por ahora podía estar seguro de que Juugo no le delató.  Quiso dormir pero no le fue posible, su espíritu estaba tan animado que solo pudo descansar un poco lo que quedaba de la mañana. No debían tardar demasiado en avisarle a Sasuke lo que había pasado en su nido de amor.

Se alertó al escuchar el llamado que anunció al mensajero, pensó que primero llegaría la noticia de su propia aldea, sin embargo este hombre venía de la Hoja. El pulso se aceleraba a cada paso que se acercaba, debía ser el primero en recibir la noticia. Parecía que ese día la suerte estaría de su lado.

- ¿Qué es lo que pasa? -preguntó consternado Deidara.

- Tsuchikage-san es un mensaje urgente del Hokage -le entregó el papel y lo leyó apresurado fingiendo sorpresa estupendamente aunque por dentro solo celebraba el hecho de que Akatsuki hubiese triunfado.

- ¿Pero dime, es así de grave lo que cuenta el Hokage?

- ¿Qué pasa Deidara? -llegó Sasuke seguido de Juugo. Con una mirada le indicó al mensajero que hablara.

- El barrio del Clan Uchiha sufrió un atentado nunca antes visto -solo eso bastó para descontrolar a Sasuke. -Intentamos hacer todo lo posible por ayudarlos pero no hubo forma alguna, el Hokage envía sus más sinceras condolencias y ha declarado luto en toda la aldea.

- Juugo -Le quitó el mensaje con violencia de las manos al doncel y se dio la vuelta -alista los caballos y a nuestro ejercito. Saldremos con destino a la Hoja.

- ¡Espera Sasuke! ¿A nuestros hombres? ¿Para que los llevarás contigo? -Empezó a hablar Deidara, no le respondió y se alejó pero el rubio no lo dejaría esta vez -No le declararás la guerra a esa aldea de esta forma -le habló entre dientes para que nadie más lo escuchara.

- ¡Este no es tu asunto!

- ¡Lo es, claro que lo es! Aunque es cierto que el Hokage puede tener algo que ver en esto, no te dejaré empezar un conflicto y menos sabiendo que esta aldea también podría sufrir un ataque por parte de la Hoja. No dejaré desprotegido a mi pueblo. -Sasuke no escucharía ninguna razón, le cerró la puerta en la cara al rubio.

Iba a tocar de nuevo y seguir gritando, fue interrumpido por un mensajero de la Roca.

- ¿Qué quieres?

- Es un mensaje urgente para el señor Uchiha -se veía inseguro de hablar con el doncel que lucía tan intimidante.

- ¿Qué puede ser tan... -Ah, se emocionó el rubio. Aguantó la sonrisa ¿Sasuke soportaría dos golpes así al mismo tiempo? -Solo da el mensaje y retirate.

 

Deidara ahora debía ser más rápido y hablar con las personas indicadas, no podía detenerse a sentir satisfacción con las reacciones del Uchiha. Le pidió a una doncella que llevara su uniforme de batalla a los establos mientras tanto le ordenaría a Juugo que también preparara su caballo. Después de eso buscó a los comandantes para darles indicaciones claras de que en este momento solo partirían con pocos hombres pero debían estar preparados porque todo era incierto. Y lo mas importante, ¡debía encontrar con urgencia a Kurotsuchi!

Deidara respiró lo más profundo que pudo mientras se alistaba para salir. Al mostrarse todos notaron el cambio en su rostro, tal solemnidad jamás se había conjugado en sus finas facciones. En definitiva este no era el Tsuchikage accesible y benévolo del día a día y lo mejor sería no hacerle ningún comentario ni darle alguna sugerencia sobre lo que debía hacer.

Sasuke se abstuvo de hacer cualquier comentario burlón lo que le dio más autoridad al doncel, aunque en realidad el pelinegro estaba más concentrado en descifrar lo qué había ocurrido en esas horas. No podía dividirse en dos partes y con todo el dolor de su corazón tuvo que elegir irse a la Hoja mientras dejaba a Karin encargada de descubrir lo que había pasado en el hogar de Naruto.

- Boruto en este momento quedas a cargo de la Roca. -fueron las escuetas palabras del doncel y el chico sin habla solo vio partir a sus padres liderando un escuadrón considerable de unos 100 hombres.

Por primera vez el joven entendía lo que significaba su posición como heredero de la aldea y todo lo que le había enseñado su padre en estos meses. Sentía una responsabilidad aplastante por proteger a sus aldeanos a como diera lugar. Maldita incertidumbre que también lo ponía inseguro sobre lo que podría pasar.

Por suerte no estaba solo, tenía a los consejeros y comandantes a su lado para guiarlo y sobre todo también tenía a su confiable Kurotsuchi aunque en esta ocasión se miraba muy preocupada y desesperada.

- ¿Qué pasa? ¡Me pones aún más intranquilo!

- Lo siento Boruto sabes que nunca sería mi intención, pero... -se detuvo, no sabía que tan abiertamente podía hablar del tema con el chico.

- ¡No te calles así de repente! -la miró a los ojos sabiendo que algo importante le rondaba la cabeza.

- No puedo evitar pensar en el pasado.

- ¿A qué te refieres?

- Mucho tiempo fue un secreto a voces que el ataque al Tsuchikage había sido orquestado por alguien cercano y sé que es una blasfemia en contra de los Uchiha pero varias personas sospecharon de tu padre y lo hubieran dicho abiertamente de no ser porque todos los que lo insinuaron terminaron por desaparecer.

- ¿Me estás diciendo que mi padre varón intentó asesinar a mi padre doncel? -Apenada asintió.

- Esa es una versión de lo que pasó y es que en esta situación donde ambos se encontrarán en el campo de batalla no puedo dejar de imaginar que es el escenario perfecto para que logre su cometido. Lo siento mucho Boruto, no me gusta que tengas esa imagen de tu padre pero es que estoy tan preocupada por Deidara que no puedo evitar tener ese pensamiento.

El rubio se tomó el pelo desesperado. Sabía que el sentimiento de rabia que le invadió era porque él también creía que esa era una posibilidad más que factible. ¿Debía ir a buscar a su padre doncel u obedecer las instrucciones que le dio como Tsuchikage?

Estaba en una encrucijada y sus pensamientos iban de un lado a otro buscando pros y contras de ir o quedarse.

¡Era una tontería! Claro que debía ir, obedecer su instinto. ¿Qué acaso Sasuke no había golpeado a Deidara además de tratarlo de mala manera? Ni hablar de esas miradas de disgusto que ponía en su presencia y no solo eso, también estaba con Juugo, ese maleante que se había atrevido a maltratar al doncel. No podía ni imaginar el peligro en el que ingenuamente se había puesto Deidara con tal de ayudar a un clan que ni siquiera lo respetaba.

- Kurotsuchi vayamos con los del consejo, te dejaré con privilegios a cargo de esta aldea en mi ausencia. -ella aceptó con tal de que el único que se podía enfrentar a Sasuke fuera en búsqueda de su querido amigo Deidara, en esta ocasión no podía obedecer sus órdenes pidiendo que evitara que cualquiera los siguiera.

 

Ya había pasado un buen rato, tal vez un poco más de una hora y seguramente en su apuro cabalgaron a todo galope por lo que debían encontrarse ya bastante lejos y Boruto temía con toda el alma llegar tarde.

Recorrió un buen tramo hasta que se alertó al ver dos de los caballos de la Roca vagando sin rumbo fuera del camino entre los árboles. Se acercó y lo reconoció, ese era el equino de Juugo. Fue cauteloso en su búsqueda y aunque parecía que el animal estaba perdido en realidad a penas si se había alejado de su dueño.

No le entristeció pero sí le sorprendió ver el cuerpo ya sin vida del pelinaranja atravesado por un par de flechas en la cabeza y en el pecho. Ahora debía descubrir qué había pasado, todo esto le daba mala espina, si esto le ocurrió a un guerrero con años de entrenamiento ¿qué podía esperar en relación a alguien como el doncel ?

Bajó la velocidad y se concentró en guiarse por la lógica. ¿Por qué el guerrero estaría ahí solo, más cerca de la Roca que el resto del escuadrón, acaso se habría atrasado? Poco probable. ¿Se habría separado deliberadamente del resto? Tal vez, ¿pero por qué razón? Acaso serían ciertas las sospechas de Kurotsuchi y se alejó para después atacar a Deidara. ¿Pero de ser así dónde estaría el doncel y por qué Juugo terminó muerto? ¿Habría sido para callarlo?

Negó con la cabeza, pensar en un acto cruel dirigido a una persona de tan buen corazón como era su concepción del doncel rubio le parecía imposible. Debía creer que otra era la historia para no dejar que la preocupación le enloqueciera.

Siguió cabalgando, conocía bien esas tierras y esta parte de bosque en realidad resultaba un buen lugar para cometer fechorías si te adentrabas entre los árboles y las rocas. De repente el ruido de las aves y el viento soplando le parecían demasiado altos como para escuchar cualquier otro sonido, algo que le diera alguna pista si es que alguien estaba cerca.

 

 

En cuanto Deidara vio la formación de los hombres de Akatsuki al frente en la planicie supo que para bien o para mal todo estaba terminado. Se permitió sonreír aliviado con discreción a la espalda de Sasuke.

Antes de que se le adelantara él dio el grito de guerra y aunque en apariencia era una cantidad similar de guerreros a la de su escuadrón, Deidara sabía de antemano que no era así y que los de la Roca no tenían ni una mínima oportunidad de ganar ese enfrentamiento.

Solo bastaron unos minutos para que fuera bastante evidente que aquí podría comenzar una guerra.

- ¡Sasuke! -lo llamó con urgencia -regresaré a la Roca para dar aviso y que los hombres se preparen -propuso el rubio y giró su caballo para volver.

- Juugo acompáñalo -el pelinaranja asintió y de cualquier forma estaba a punto de ofrecerse porque parecía que todo se trataba de una trampa bien planeada de los enemigos. Era muy probable que en el camino ya estuvieran esperando al Tsuchikage y juraba por su vida que no permitiría que nada le pasara.

Deidara no discutiría las palabras del Uchiha, una vez más se recordaba que ya daba igual todo. Estaba seguro de que Sasuke no confiaba en él y tampoco lo hacía en Juugo pero era imposible que hubiese descifrado su plan. Esa acción de no permitirle ir solo no fue dicha por casualidad, quién sabe cuál sería su próximo movimiento; por su parte, simplemente haría lo que ya tenía planeado.

Juugo le abría paso al frente con cautela, no cabalgaban tan rápido como en su primer recorrido lo que le daba la oportunidad perfecta de prepararse. Nunca había sido muy hábil con el arco pero a su favor estaba que tendría el blanco a corta distancia y que no evitaría el ataque.

En la inhalación que dio antes de soltar la flecha no hubo ni un titubeo de su objetivo, todo fue satisfacción al llevar a cabo una de las partes más fáciles de su venganza. Odiaba tanto a este hombre que hubiese querido no ser tan certero y tener el tiempo suficiente para lastimarlo una y otra vez hasta disipar el rencor, sin embargo no olvidaba que todas sus energías debían enfocarse en el siguiente paso.

Juugo cayó del caballo al recibir el primer impacto directo en la columna y la última imagen que tuvo fue al más bello hombre del mundo apuntándole directo a la cabeza. La lógica siempre le había dicho que no confiara en la basura que Sasuke había desechado pero su maldito instinto lo deseaba tanto que ignoró todo lo demás. Se había ganado esta muerte vergonzosa a pulso y era mejor así que vivir con el estigma de haber sido engañado por un doncel.

El Tsuchikage no esperó ni un segundo para disparar la segunda flecha, no tuvo ni un pensamiento para el cadáver. Se dio la vuelta y prefirió regresar a pie, con suerte podría aplicar la misma estrategia con el Uchiha. Caminó entre los árboles con cautela pero tal vez con una urgencia que ni él era capaz de notar.

- Ah Deidara -escuchó una voz molesta demasiado cerca como para intentar siquiera disimular su sigilo -no eres tan buen actor como te haces creer. -El nombrado se irguió y con valor se giró en dirección al hombre que le llamaba. -Es una lástima por Juugo -lo dijo con sarcasmo y una sonrisa burlona. -Por suerte para él pronto podrá verte en el infierno.

- Ja -reprimió su risa y lo miró retador -¿de qué estás hablando Sasuke? Nunca pensé que serías de esas personas que creen en la vida después de la muerte ¿pero sabes qué? eso es perfecto porque así podrás saludar a todo el Clan Uchiha mientras se pudren en el mismo lugar. -Eso hizo fruncir el ceño al pelinegro y empuñó su espada seguido del rubio.

- Así que fuiste tan atrevido como para unirte a otros e intentar eliminar a mi clan.

- ¡No Sasuke! No te equivoques, no lo intenté, lo hice.

Estaba consciente de que provocar a Sasuke no era una decisión sabia ya que su enojo y escepticismo no se traducirían en una falta de concentración, sin embargo tenía unas ganas tremendas de hacerlo enojar por todas esas veces en el pasado que lo humilló.

- Y no solo a ellos. -Puso una cara de aparente remordimiento -Pobrecito Menma sus grititos pidiendo ayuda mientras Naruto intentaba salvarlo del fuego.

- ¿Qué estás diciendo? -Era imposible, ¡Deidara no podía saber eso si a él apenas le habían dado ese mensaje poco claro de lo que había pasado en la madrugada!

- Le pedí que se fuera -seguía fingiendo una mueca de tristeza -¿y qué hicieron? Se encontraban cada noche para revolcarse a las afueras de la ciudad.

Sasuke lo atacó sin reservarse, no comenzó de a poco para medir sus capacidades y de no tener esos años de entrenamiento bajo la guía de Pain e Itachi seguramente le hubiera cortado la cabeza al primer movimiento. Sí le costó bloquear el ataque y concentrar la fuerza suficiente para dar un empujón con la espada y lograr acomodarse mejor para comenzar el enfrentamiento.

El sonido de los metales chocando era constante, el varón con muchos más años de experiencia ni siquiera necesitaba pensar sus movimientos, todo lo hacía en automático y no le daba al doncel ni un chance de respirar. El Uchiha lo esperaba con su siguiente táctica sin vacilar, Deidara sabía que no podía dilatarse en empezar a atacar más certero porque su fuerza y condición no era la misma que la de su oponente y objetivamente el rubio aceptaba que no tenía la balanza inclinada a su favor.

Juntó toda su ira, todo el dolor de las heridas que nunca habían sanado por completo y con el orgullo de su linaje lo atacó logrando hacer una cortada en la pierna derecha de Sasuke aunque eso no lo sacaría de batalla y en cambio a él le había logrado hacer una herida considerable en el brazo.

Dolió como pocas cosas le habían dolido en la vida y de inmediato se llevó la mano al lugar lastimado para descubrir que aunque apenas habían pasado unos segundos su ropa ya estaba empapada de sangre, y no solo eso sino que había terminado con una rodilla en el suelo y con Sasuke amenazándolo con la espada.

Pero no, esta vez Deidara no tenía miedo. Le sonrío fanfarrón.

- Si me ruegas por tu vida podría perdonarte. -En realidad Sasuke no quería matar tan rápido a Deidara si es que de verdad se había atrevido a lastimar a Naruto.

- Vete a la mierda Uchiha, me da igual que me mates aquí y ahora porque no tengo nada que perder. Me muero sabiendo que todo tu clan de ratas está pudriéndose en las cenizas porque ni los gusanos quieren comerse esa basura. -La patada que le dio en el pecho se la había ganado y fue tan satisfactorio ver al pelinegro con las venas de la frente marcadas por la furia, que mas que castigo le sabía a recompensa -¿Crees que vas a salir vivo de esta? No importa si no soy yo quien te corta la cabeza, no volverás a la Roca ni a pie ni en un ataúd porque ya te esperan listos para asesinarte.

- ¿Piensas que te creí en algún momento? Eres una escoria y claro que buscarías estar detrás de un ataq-

- ¡Sí y qué! No hiciste nada, nadie te cubre la espalda, estás solo idiota. -Deidara no sabía de dónde sacaba ese valor o locura, pero en serio, por primera vez en la vida no se cuestionaba el futuro ni le importaba. Todo el discurso le salía visceral.

Sasuke ya no soportaba ver a este doncel tan seguro de que ahora era mejor que él y su sonrisa burlona. No aguantaba ver que había perdido la cordura al punto de que ya no le temía. Agarró la espada y por fin tendría este momento tan satisfactorio de verlo muerto y qué mejor que haber sido él quien le quitó su último aliento.

- ¿Qué carajos estás haciendo? -Boruto llegó apresurado para taclear a Sasuke y lanzarlo lejos de Deidara. Gracias a dios los había encontrado justo a tiempo.

- ¡De verdad que naciste estúpido! -le gritó el pelinegro mientras se levantaba -hazte a un lado o te juro que no tendré consideración contigo y también te mataré.

- Aléjate de mi padre -desenvainó su espada para proteger al doncel.

- ¿Boruto de verdad sigues creyendo que Deidara es tu padre? No es más que un doncel inútil que no pudo ni cumplir con su única labor -como pudo el rubio herido se levantó lleno de enojo con una rabia descomunal en su mirada -¿No me crees? Pregúntale a tu querido papito qué relación tiene contigo.

- ¡Cállate! -le gritó Boruto. ¿Qué estaba pasando aquí?

- Es cierto Boruto, nosotros nunca tuvimos un hijo. Tus padres son esa rata frente a ti y su queridito Naruto -esas palabras le revolvieron el estómago al más joven. -Ahora quítate de en medio. -Deidara lo intentó empujar pero recién notaba la debilidad en su cuerpo y el chico tampoco cooperó para moverse.

- Siempre supe que serías una decepción para el clan Uchiha -Sasuke no lo pensó dos veces y se dirigió a atacar a su hijo pero este le bloqueó bastante bien. Para el líder de los Uchiha era una gran traición lo que hacía su hijo al no apoyar a su verdadera sangre.

Boruto no podía creer lo que estaba pasando, sus dientes se romperían de tanto apretar la mandíbula intentando controlar la pesadumbre y decepción. ¿Cómo superaría el hecho de que su vida estaba cimentada en una mentira de tamaño colosal? ¿Qué debía hacer ahora?

Todo comenzaba a tener sentido, ese repudio que parecía ilógico entre ambos se explicaba casi por completo aunque seguramente había mucha historia detrás que desconocía. Era demasiado qué procesar en ese momento pero algo estaba claro en su mente, no dejaría que dañaran al doncel bajo ninguna circunstancia. No importaba el hecho de que Sasuke lo mirara así de descontento, podía lidiar con ello; tampoco importaba que el rubio se esforzara por luchar su batalla a pesar de la evidente desventaja y altas probabilidades de perder. No obedecería a ninguno de los dos.

Deidara tenía que apurarse a acabar con esto porque comenzaba a perder la adrenalina del combate, el dolor se hacía más presente y no solo eso, ahora le pasaba por la mente el porqué Itachi no aparecía para ayudarle. Estaba angustiado y pensando de más. Solo veía la espalda de Boruto y escuchaba los insultos del que sí era su padre biológico combinados con los golpes de las espadas.

Juntó todas sus fuerzas, toda la voluntad, todo el amor. Vio ese momento como el final de la travesía que habían significado esos años lejos de la Roca. Su sacrificio era lo único que podía retribuir a la aldea a modo de protección, quisiera haberle ganado a Sasuke frente a frente pero era imposible pues realmente no estaba a su nivel en un enfrentamiento como este; aunque no fuera lo más honroso le clavó la espada por un costado usando a Boruto como distracción y como escudo, por mucho que el pelinegro quiso reaccionar a tiempo y casi lograrlo lo cierto era que estaba en desventaja por enfrentarse a dos personas, uno de ellos su propia creación.

Miró su rostro compungido y humillado, esos ojos furiosos que le asustaron por años se apagaban a cada centímetro que continuaba hundiendo la espada. La sangre le brotaba de la boca y aun así su orgullo no le permitió emitir ni un sonido que demostrara dolor.

Sasuke odiaba tanto a ese rubio, se odiaba a sí mismo por no darse cuenta y ser distraído en un suceso tan crucial. Deidara había llegado deslizándose suavemente como un soplido de viento entre los árboles, meció las hojas y ramas con tranquilidad, acostumbró a tal agitación a los árboles que no fue posible ver cuando se sumó una ráfaga tras otra hasta convertirse en un huracán imposible de parar que arrancó hasta los troncos más fuertes desde la raíz, e irónicamente sin lastimar a las pequeñas flores y las hierbas más débiles que solo se mecieron a su ritmo sin temor de lo que les sucediera.

El Uchiha había esperado demasiado. Creyó que la inteligencia de Deidara siempre se vería opacada por su urgencia de actuar y desestimó la improbabilidad de que hubiese escondido ese rasgo tan arraigado en su ser. En realidad, Sasuke no conocía la verdadera naturaleza del que alguna vez fue su esposo, el doncel suprimió a su lado la intensidad de su fuerza de voluntad que ahora mostraba tan descarado, tanto que le permitió ser arriesgado hasta el punto que pareciera que nada de lo que hacía era un peligro para su propia vida.

Deidara odiaba admitirlo pero su vida siempre estaría ligada a Sasuke, nunca lo superaría porque le había dañado en lo más profundo de su alma y quién sabe, tal vez esta última imagen de sus ojos mirándole mientras lo maldecía le perseguiría por el resto de su existencia.

Sacó la espada cuando notó que ya no había vida en el cuerpo del Uchiha y no, no fue satisfactorio verlo ahí tirado porque en realidad se había ido sin pagar ninguno de sus pecados. Aventó el arma a un lado, estaba tan fatigado y se sentía tan frío por la pérdida de sangre que se tiró en el pasto; ya le daba igual si Boruto quería matarlo como venganza. En este momento le parecía un alivio que eso pudiera suceder porque tantas emociones solo le abrumaban y el futuro del que ahora era consciente no le parecía tan atractivo.

Boruto le puso una mano en el hombro a modo de consolación pero de al instante Deidara le hizo saber que despreciaba su gesto y lo alejó con amargura. Al joven le caló esa acción, sin embargo intentaba entender todo el sufrimiento que le provocó el Clan Uchiha en el pasado y al ser presuntamente el último integrante a él le tocaría soportar este desdén.

Se puso en guardia al escuchar ruidos entre los árboles y de inmediato reconoció a los líderes de Akatsuki vestidos con sus capas negras. Protegió a Deidara poniendo su espada frente a ambos y adoptando una pose de combate.

- No son enemigos -le dijo el rubio y le obligó a poner el arma abajo.

Boruto miró sus gestos tranquilos, no parecían tener la intención de atacarlos pero aun así no se confiaría.

- Deidara permite que Konan te revise esa herida. -habló Pain.

- De acuerdo.

En realidad al rubio no le urgía ser curado, solo necesitaba hablar con su amiga. Los dos varones les dieron privacidad a pesar de la primera negativa de Boruto.

- Konan por favor necesito que me digas qué ha pasado. ¿Por qué Itachi no está aquí? -su cuerpo exhausto no le permitía mantener el semblante serio por más que quisiera, estaba preocupado.

- Tranquilo -comenzó a quitarle el uniforme para revisar. -Ya habrá tiempo después para hablar -descubrió la herida y era de verdad grave, tendría que coser capas de músculo y piel así que lo mejor sería sedarlo ahora y hacer pronto la curación. Buscó entre sus pertenencias la medicina indicada -Toma esto Deidara.

- ¡No! -estaba muy débil y Konan no le ayudaba a aligerar sus pensamientos.

- No seas irracional Deidara, solo toma la maldita medicina -el rubio se rindió ante ese regaño. Konan no le diría nada porque salvarle la vida era mucho más urgente. El doncel sabía que su amiga era una mujer de palabra, si estaba esforzándose por curarlo entonces Itachi debía estar, al menos, con vida.

- Dejaré que hagas lo necesario pero primero debo ver a Boruto.

- De acuerdo, toma el medicamento y mientras hace efecto puedes hablar con él.

El pequeño rubio estaba dudoso de confiar en estas personas sin embargo el que su, ¿padre? o lo que fuese pareciera tan cercano a ellos le hacía darles el beneficio de demostrar que eran aliados. Se acercó a Deidara que yacía sentado contra uno de los árboles.

- ¡Papá!

- Boruto no es necesario que me sigas llamando así

- Pero...

- No importa, quiero decirte algo y necesito que creas en mí ¿sí? -Asintió -Deja que Pain te guie, permíteles la entrada a la Roca. Ellos no quieren la ciudad solo nos ayudan a llevar a los hombres lastimados para que se recuperen, en esta ocasión solo hubo dos bajas y sabes muy bien quiénes fueron. Cuando estés en la torre solo deja que Kurotsuchi se haga cargo de todo -cerró los ojos.

- ¿Estás loco?

- Boruto por favor, es lo único que te pediré. Ahora Konan se ocupará de mí.

 

 

La siguiente vez que Deidara abrió los ojos estaba en cama y pese al breve momento de confusión solo bastó con parpadear un par de veces para darse cuenta de que estaba de regreso en la Roca. Francamente se sentía demolido, el cuerpo le dolía horrores y ni hablar de su herida en el brazo.

Volteo a la derecha y ahí estaba Boruto custodiándolo junto a la cama aunque parecía dormir en ese momento. Comenzó a pensar en sus decisiones, la incertidumbre le quitaba las pocas energías que conservaba y realmente no tenía ni idea si lo que haría sería lo correcto.

- ¿Papá? -Boruto se espabiló al escuchar movimiento, quiso acercarse para ayudar a Deidara a incorporarse pero lo detuvo con el brazo sano.

- Ya te lo dije, no hace falta que me sigas llamando así. Solo Deidara.

- No podría. -Se atrevió a ver directo a los ojos del doncel, ya no le veía como antes. Le dolió en el alma pero aguantó la tristeza. -Ahora que todo está relativamente calmado podrías contarme la verdad -el cansancio hacía ver mayor y más duro a Deidara.

No tuvo que pensar en si lo haría o no, Boruto lo ayudó con su objetivo sin dudarlo así que esta sería una buena forma de devolverle el favor. Le contó la historia brevemente, solo lo que lo involucraba. No diría nada sobre todo lo que hizo en Akatsuki ni sobre su familia. Pobre chico, parecía que recibir esa información lo estaba afectando demasiado, no era su culpa pero en este momento tampoco le salían las palabras para consolarlo. Sasuke nunca se pudo deshacer de ese sentimiento de inferioridad y ya que no tenía a nadie más ¿por qué no se desquitaría con Boruto? Su hijo sin ningún esfuerzo ya había nacido con más privilegios que el Uchiha.

Se quedaron en silencio un buen rato.

- ¿Has seguido las instrucciones de Kurotsuchi?

- Sí, Karin ha sido capturada y aislada. Naruto no ha aparecido por ahora.

- Perfecto, cuando venga quiero ser yo quien le dé la noticia. ¿Y el cadáver?

- En la fosa común.

- Bien -se recostó de nuevo satisfecho.

Mejor no seguir con esa platica, debía descansar un par de días bajo las órdenes de la médico al menos para viajar sin ninguna recaída.

- Ahora llama a Konan, necesito verla un momento. -Todavía estaba débil, todavía podía morir con facilidad. En cuanto Boruto salió se rio por pensar tan catastrófico, claro que no moriría, aún quedaban muchas cosas por las cuales vivir.

La vio entrar con algo en las manos, una caja de madera.

- Toma, es para ti. -Era un objeto pesado.

- ¿Qué es?

- Un regalo.

No estaba en condición de esperar y abrió la caja. ¡Qué asco! Tomó el frasco y lo miró con desagrado.

- ¿De quién es? -preguntó demasiado rápido. Konan no contestó pero le indicó con la mano que leyera la nota.

No la pude traer viva, ¿me perdonas?

Deidara empezó a reírse con singular diversión. ¿Esta era la lengua venenosa de Mikoto? La observó complacido, esa vieja serpiente tanto le había ofendido con esta cosa asquerosa.

- ¿Y él?

- No te preocupes, Sakura lo tiene bajo control.

Fue un gran alivio saber que su esposo estaba siendo cuidado por la peli rosa. Pronto lo vería.

 

 

Las predicciones fueron acertadas y la tarde siguiente llegó Naruto llorando y exclamando su dolor sin tapujos. A Deidara todavía le dolía la herida en el brazo, pero a este doncel doble cara debía verlo y darle la carga más pesada. Sasuke murió rápido y con poco dolor, insuficiente para lo mucho que lo odiaba. Fue lo mejor, no por ser bondadoso sino porque incluso torturándolo por años no sería suficiente, ese Uchiha debía morir mil veces y de la peor forma en cada ocasión para pensar que había pagado todo el daño que le hizo.

Vio al doncel sucio de cenizas, tan miserable era su apariencia que por fin le pareció adecuada a lo sucio de sus crímenes en el pasado.

- Tsuchikage por favor le ruego que me diga qué ha pasado con Sasuke -a él no le conmovían las lagrimas ni lo infantil de su suplica, tampoco su reverencia le provocaba ser magnánimo. -Nuestro hijo fue asesinado y es lo único que me queda.

- Levanta el rostro -lo miró desde lo alto y aguantó la sonrisa pero no pasó desapercibida para Naruto la satisfacción en esos ojos azules -Sasuke está muerto -el de la Hoja ya lo intuía pero aun así debía rogar por sus restos y así poder ofrecerle un descanso eterno porque después de un día de búsqueda no pudo rescatar ni un hueso de Menma.

- ¿Y su cuerpo? ¿Dónde ha sido enterrado?

- Escúchame bien Naruto -se puso en cuclillas y le levantó el rostro por la barbilla -una existencia como la de él se merece el peor de los infiernos aquí y en el más allá. No merece ni recibir la más paupérrima de las ofrendas -hablaba entre dientes para mostrar su enojo. -Por lástima te concedo la oportunidad de irte ahora y reflexionar por lo que te queda de vida sobre el mal que ambos causaron. -Se levantó harto de dar explicaciones.

- Deidara por favor no me hagas esto -Naruto se apresuró a tomarlo por la manga sin esperar que el Tsuchikage se girara violento a golpearlo por no soportar el escuchar su nombre dicho por esa voz.

- Quédate un segundo más y te haré sufrir de una manera que apenas te mantendrá humano. -Naruto recordaba a esa persona compasiva que había conocido hace años, ya no quedaba nada de ella; y sí, era cierto que él había contribuido a que así fuera.

Miró a Boruto por un instante rogando que intercediera en su ayuda pero su hijo solo le daba un gesto de reproche. Los dos rubios le dieron la espalda y no le quedó mas que agachar la mirada aguantando el llanto e irse de ahí.

 

- ¿Dónde está Kurotsuchi? La necesito. -Boruto miró a Deidara un poco pálido y se alarmó.

- Deidara ve a descansar, yo la buscaré.

- Bien. -Solo aceptó porque necesitaba juntar un poco de fuerzas.

Habló con la pelinegra a solas. No sabía si sus acciones lastimarían a su amiga, no quería que lo odiara. Le habló de forma casual y solo a ella le dejó saber sobre su familia. Le contó sobre Ino y lo mucho que significaba en su vida, por eso no la expondría a esto.

Antes tenía grandes ambiciones y no tenía el poder para obtenerlas, quería tener a Itachi, quería tener a su hijo, a su aldea. Ahora tenía la fuerza para lograr eso y más, pero en realidad ya no lo quería, no así. Ese tipo de ambición dejó de atraerle hace años, en este momento solo quería seguir siendo libre, irse y hacer lo que le diera la gana. Ya no se veía atado al puesto de Tsuchikage, sonaba a que le daba la espalda a su gente, pero en su corazón podía dividir a la perfección esas dos acciones. Si Kurotsuchi se lo pedía y lo necesitaba regresaría y defendería a la Roca de cualquiera. Por lo demás no pensaba ofrecer ni un poco de su felicidad que estaba lejos de esta aldea.

Con su poder ahora sería muy fácil imponerse, traer a Itachi y a Ino a la Roca y hacer como si nada hubiera pasado. No lo quería ni imaginar, solo deseaba que Ino fuera feliz alejada de toda esta maldad. Tal vez un día su hija le reclamaría por no dejarla decidir, pero cuando ese momento llegara, si de verdad quería ser Tsuchikage le daría todo el apoyo para lograrlo. Ino por su cuenta tendría que buscar el modo y luchar, mientras ella no se esforzara Deidara tampoco lo haría.

Tampoco confiaba plenamente en Boruto, podía tener buenas intenciones pero eso no bastaría, su juventud y positividad eran un defecto que a Deidara mismo le habían llevado por un camino atropellado. Por eso le pidió a Kurotsuchi que bajo el agua manejara todos los asuntos importantes, ella era la persona más confiable en la aldea. El joven varón solo sería la fachada hasta que demostrara que podía hacerse cargo por sí mismo.

Por supuesto que Kurotsuchi le insistió en quedarse, ya lo anticipaba Deidara así que le pidió que lo siguiera a la cárcel hasta la celda de Karin y que le dejara tratar este asunto.

Se encontró con la mirada oscurecida de furia al verlo, Deidara no se jactó con palabras ni con gestos de que ahora tenía ventaja. Solo se acercó hasta el límite de la reja. Esta era la última cosa que quería hacer para desprenderse de los que le hicieron daño en el pasado.

- Karin tienes dos opciones. -Empezó a hablar sin rodeos -Puedes elegir ser golpeada hasta la muerte en público o puedes tomar esto y acabar rápido. -Le ofreció una botella de veneno.

Karin siempre actuó pensando que si obedecía a Sasuke pero al mismo tiempo tenía pequeñas acciones amables con Deidara eventualmente tendría el favor de ambos y sin importar sus peleas ella podría salir librada. No es el gesto de bondad que esperaba del doncel y aunque le hería el orgullo eso no le quitaba la claridad de que no debía ser estúpida. Se levantó temblando y agarró la botella. Cerró los ojos, odiaba saber que iba a morir. Tragó todo sin pensarlo más.

- Karin... me has decepcionado. -Ella abrió los ojos y se asustó.

- ¿Qué es? -Cayó al piso pero no estaba muerta.

- No podía dejarte morir tan fácil, ese no sería un buen castigo para ti. Tantos años jugando con la vida de otros, por supuesto que elegirías morir rápido para salirte con la tuya. -Le había dado un veneno pero no para provocar la muerte, solo le dejaría paralizada de los hombros hacia abajo por unas horas. Entró a la celda y se sentó en el triste banco de madera.

- ¿Qué quieres? -a pesar de que los ojos se le llenaron con lágrimas de rabia por haber caído en el engaño no dejaría que este hombre la viera llorar. Mierda, ya sabía qué era esto. Le dijo mil veces a Sasuke que Konan no era de confiar, que no dejara que Deidara se acercara tanto a ella porque tenía fama de ser engañosa ¡¿y qué hizo ese imbécil?! Subestimó a Konan, a Deidara e incluso a ella que siempre estuvo a su lado para ayudarlo mientras solo se enfocaba en Pain y en el estúpido de Naruto. Al principio pensó que la peliazul se acercó al doncel por su madre, pero al parecer estos dos ya se conocían de antes, este era un veneno que pocas personas podrían crear, tan valioso que no creía que la líder de Akatsuki le soltara fácil a un recién conocido. Se rio con amargura. -¿Por qué a mí?

- Sasuke debió sufrir un poco más pero eso hubiera sido arriesgado. Juugo no se merecía más de 5 minutos de atención. Y Naruto, bueno, él es un gusano sin cerebro, solo basta con crearle un círculo de sal para que muera por su cuenta. Pero tú, Karin, eres inteligente. Antes pensaba que tu talento debía protegerlo y era incapaz de ver que siempre fuiste un peligro. Estoy seguro de que sin ti Sasuke no habría podido lograr ni la mitad de sus planes. -Karin se enojó, siempre estuvo orgullosa de su conocimiento, cuando pudo haber sido como Naruto y sobrevivir. Ese doncel manipulador obtenía beneficios rebajando su dignidad y ella ofreciendo su sabiduría, se enojaba pero ella nunca podría ser igual a él. Vio a Deidara llamar a los guardias y uno de los médicos. -Córtenle las manos y quémenle la garganta pero no la dejen morir.

Escuchó los últimos gritos, las suplicas y maldiciones de Karin. Estaba desquitando todo lo que no pudo con los otros sobre esta mujer, no se arrepentía, solo pensaba que un espíritu como el de ella no se rendiría tan fácil y encontraría la manera de ser malvada en el futuro, le admiraba en ese aspecto.

- Kurotsuchi, en unas semanas déjala morir si está derrotada. Si se llega a recuperar, entonces tienes que ordenar matarla. ¿De acuerdo?

La pelinegra asintió a la orden. Realmente no le sorprendía del todo esta actitud de Deidara, lo que la dejaba helada era la calma con la que actuaba. ¿Pero no acaso así eran todos los Tsuchikage?

Los detalles eran secretos familia aunque igual existían algunos rumores. La abuela de Deidara no hablaría de lo que hizo su antecesor, la Tsuchikage Ino tampoco lo haría de su propia madre y si Deidara se hubiera enterado de todo, él tampoco hablaría de las acciones de Ino. Los que vieron toda esa maldad de los gobernantes quedarían callados por lealtad después de doblegarlos.

El hecho es que Ino fue incluso más terrible que su hijo, a ella debía agradecerle en parte que no se hubiera encontrado a ningún exiliado de la Roca. La antigua Tsuchikage hizo tantas cosas cuestionables con los traidores y con los prisioneros de otras aldeas, ¿de qué otra forma hubiera realizado avances médicos tan interesantes? Si Deidara se enterara de esa realidad ¿cómo reaccionaría? Kurotsuchi no podía hablar por el abuelo fallecido, sin embargo, pensaba que ocultó y prohibió que se hablara de esto con el doncel para evitar que se convirtiera en lo mismo.

- Me tengo que ir ahora que los aprecio a todos porque me conozco. El día que me decepcionen, que no me sigan aunque esté equivocado van a perder la simpatía ante mis ojos. Como a los Uchiha, ya no los miraré como personas y me dará lo mismo matar a dos, tres o a miles. -El doncel la miró con sinceridad, había visto que esta gente le quería; sin embargo, era un hecho que el cariño se olvidaba más rápido que el resentimiento. -Salvar a la Roca también significa protegerlos de mis acciones.

Kurotsuchi asintió ¿Esto era el destino o era su sangre? No lo sabría con certeza nunca. Desconocía a este Deidara y hasta le temía un poco. Por un instante también temió por la aldea y pensó que tal vez sí era la mejor opción dejar el cargo en otra persona.

 

 

Por fin Deidara podía respirar más tranquilo. Ya todos los que habían desviado su vida y que tanto le hirieron en la juventud habían recibido su merecido. Claro que eso no le daba una felicidad, no le alegraba que tantos hubiesen muerto, tampoco haberle mentido a su aldea y ensuciar su buen nombre fraguando conspiraciones; aunque, todo era mejor que haberse quedado de brazos cruzados viendo como los Uchihas cumplían su cometido.

No tenía derecho ni voluntad de quedarse ahí en su aldea. Si lo veía por el lado positivo muchas cosas seguirían igual, solo regresaría a Akatsuki a seguir su vida y la Roca se sobrepondría a este golpe que en realidad era una cura.

Odiaba esta inseguridad de saber si actuaba de manera correcta o no, y unicamente una persona podía consolarlo. Ya ansiaba ver a Itachi de nuevo, solo junto a él podría sentirse capaz de recuperar su humanidad.

Estaba muy cerca de poder partir, quedaban un par de asuntos más por arreglar.

- Boruto, hay solo dos cosas en este mundo que de verdad valoro. Una es mi familia de sangre y otra es mi aldea, cometí tantos errores que es imposible tener ambas. No puedo quedarme aquí y la única forma en que me vaya es sabiendo que la Roca está en buenas manos, no tengo duda de que puedes con el cargo de Tsuchikage. Lo mereces, frente a todos sigues siendo mi descendiente y nadie lo cuestionará. También tendrás la guía de Kurotsuchi, escúchala, es más sabia que todos. -Sonrió con amargura -Nunca fue de mi agrado pensar que un Uchiha se quedaría en mi lugar pero de primera mano sé que dentro de ese clan también existen las excepciones, eres una de ellas.

- Papá -se atrevió a llamarlo así una vez más- ¿por qué no te quedas? Aquí también está tu familia, no acaso me enseñaste que los aldeanos son hijos del Tsuchikage. ¿Cuál es el gran problema si ya has derrotado al clan Uchiha? No sería mejor que gobernaras con ese mérito.

- De ninguna forma es un mérito, no es una medalla que quiera ir presumiendo porque siempre estará cargado de un motivo personal que no puede ni debería ser perdonado para ningún Kage. ¿Te imaginas lo que dirán las otras aldeas cuando se enteren de la verdad tras esa masacre?

- ¡No tienen porqué! Mi boca es una tumba, hasta donde sé Sasuke ya estaba muerto cuando llegué -Boruto estaba muy dispuesto a mentir con tal de retener al rubio.

- Sigues siendo muy noble e idealista. La Hoja no se quedará de brazos cruzados a pesar de que les ayudamos a eliminar esa amenaza y tarde o temprano el mundo se enterará que me he involucrado. No hay otra persona que posea los secretos de esa técnica, sería muy tonto de mi parte imaginar que el Hokage simplemente me perdonará.

- Es posible, estabas aquí ese día. ¿Qué otra coartada necesitas? -Deidara rio amargo, este niño se esforzaba demasiado y solo le empezaba a causar molestia.

- Escúchame Boruto, no me quedaré por más que ruegues o incluso si me amenazas porque mi vida está allá afuera.

- ¡Pero papá! -lo tomó por las manos y con honestidad lo miró a punto de abrir su corazón para mostrarle toda su tristeza y necesidad. -No puedes irte así...

- Shhh -le puso la mano sobre los labios -no digas nada Boruto. Te crié cuando eras un recién nacido y por muchos años fuiste la única esperanza que encontré en esta torre; sin embargo, nada de eso era real, lo supe cuando encontré la verdadera felicidad y no es aquí. Eres demasiado joven como para entenderlo. Quiero regresar a Akatsuki, los únicos que nunca me dieron la espalda, y con mi familia.

- Padre no me hagas esto -El joven ya no sabía qué temía más, si la responsabilidad, el abandono o tal vez la incertidumbre. Miró directamente a los ojos del otro esperando que su dolor le provocara cambiar de opinión.

- Desde lo lejos estaré para la aldea y no dejaré de cuidarlos. Ahora no merezco nada de la Roca. Si no aceptas este cargo lo que estarás logrando es una revuelta y entonces sí no podría perdonártelo. Ve y dile al concejo que estoy abdicando, si se busca a un culpable por la muerte de los Uchiha soy yo y solo yo. La Hoja no te atacará porque en este momento tú tienes un mejor ejército y si no llegase a ser suficiente Akatsuki te apoyará.

- Pero si te vas así de la nada y sin dar mayor explicación te podrían acusar de conspiración.

- No es importante, ya tenía contemplado ese riesgo. Te lo digo en serio, no soy digno de quedarme aquí porque mis motivos para actuar fueron personales; incluso si todo apuntaba a que el plan de Sasuke era benéfico para la Roca no me arrepiento de lo que hice y lo haría de nuevo. Boruto, actué porque estaba muy seguro de que serías mi respaldo y que con el tiempo esta acción pasaría a segundo plano cuando todos vieran que lograste regresar a la aldea a sus antiguos días de gloria pero si tanto lo dudas buscaré otra opción.

- ¡De acuerdo, lo haré! -era un favor que le pedía Deidara y no quería fallarle porque aunque no hubiera nacido de este doncel era al único al que reconocía como su padre. -Pero a cambio déjame protegerte.

- ¿De qué? Estaré bien, mírame he sobrevivido todo este tiempo y lo seguiré haciendo.

- Lo sé pero nunca sabemos qué podría pasar, así que solamente permíteme velar por tu bien. Aunque estés lejos quiero saber de ti. -En realidad el Uchiha no creía que el doncel estuviera desprotegido, lo que quería era una promesa que los uniera, una garantía de que lo volvería a ver.

- Claro, si es solo eso se puede hacer. -Boruto lo abrazó y Deidara rodó los ojos, le estaba pidiendo algo realmente simple así que aceptaría para que le dejara ir con la relativa tranquilidad de dejar la aldea con personas de confianza. Sin embargo, no le permitiría a este Uchiha ser cercano, no lo sentía adecuado.

 

Deidara no era un cobarde y en cuanto se pidió una audiencia frente a los consejeros y altos mandos no puso ningún pretexto para abstenerse de acudir. ¿Qué le reclamarían que él no se hubiera reclamado antes? ya sabía que los había abandonado por años. Eso lo aceptaba.

¿Y ellos? No se detuvo de señalar directamente a las personas que vieron como Sasuke los llevaba a la ruina y no dijeron nada. No importaba si estaban bajo amenaza; si tenían la valentía de echarle en cara sus errores también debieron tener el valor de proteger primero a su aldea y no a sí mismos, esta falsa indignación le enojaba. Pero como él no tenía nada que perder y estaba dentro de sus planes, le fue muy fácil quitarles su puesto y auto castigarse renunciando frente a todos a su cargo de Tsuchikage.

 

 

 

Boruto estaba desconcertado en el interior, de un día a otro tuvo toda la responsabilidad y poder sobre la aldea que lo vio nacer. Lo ofuscado no se quitaba después de tantos meses, nunca creyó vivir una crisis de esta magnitud; era muy extraño sentir la injusticia en este escenario. Todos dirían que salió ganando de esta tragedia, lo cierto era que se sentía como el perpetrador de un crimen contra la verdadera dinastía del Tsuchikage.

Si no fuese porque a Deidara le concedería cualquier petición jamás hubiese aceptado esta imposición, también debía ser honesto al reconocer que en aquel momento creyó que asumiendo el poder eventualmente encontraría la forma de mantener al doncel a su lado.

Todavía recordaba aquella mañana en que le anunciaron que Deidara había huido de la Roca y todos los rumores que esa acción contrajo diciendo que se había vuelto loco. Nada más lejos de la realidad. Quería disipar esa creencia aunque eso trajera más problemas, se controló para mantener la realidad a raya y ocultar la verdadera vida que persiguió Deidara hasta que inevitablemente se reveló por sí misma.

Lo dicho por el doncel rubio resultó ser verdad, la Hoja dio con su pasado e hicieron un gran alboroto para capturarlo. Fue muy tarde y todo el esfuerzo resultó en vano cuando Pain se negó a quitarle la protección y claro que la Roca también rechazó la idea de darle la espalda y aunque la Arena pudo aprovechar la oportunidad para hacerse de un buen aliado no podía cegarse ante el hecho de que quedaría en la mira de poderosos enemigos así que se mantuvo neutral.

Akatsuki nunca se negaría a iniciar un conflicto de ser necesario, después de todo pudieron acabar con los Uchiha y por mucho que la Hoja reuniera a otras aldeas ese ejercito no sería de temer, aun así, el impertinente Hokage se atrevió a iniciar un ataque con todas las de perder.

La Hoja tuvo que rebajar el orgullo del que tanto se jactaron por años y pedir la ayuda del nuevo Tsuchikage para que interviniera como enviado de paz ante Akatsuki. Esto para Boruto resultó en la excusa perfecta para ver a Deidara una vez más e insistió fervientemente a Pain para pactar una reunión con él.

El corazón del joven latía muy fuerte de entusiasmo por el reencuentro, apenas habían pasado un par de años pero ya se sentían como una eternidad. Llegó al punto neutro donde se mediaría un acuerdo conveniente para las aldeas participes del conflicto.

Abrieron la puerta de la carpa para darle paso al Tsuchikage y ahí de frente tenía nada más y nada menos que al líder de Akatsuki que no pudo ignorar el sentimiento de decepción en los ojos azules. Boruto se recompuso rápido y tomó asiento.

Ambos sabían que esta reunión era necesaria solo para conveniencia de la Hoja y sus aliados y no seguir hiriendo su honra. Akatsuki no tenía intención de ponerse en contra de la Roca y que se unieran al Hokage por la simple razón de que no se enemistaría con Deidara y por consiguiente con Itachi, hubiera resultado irónico que que la Hoja le rogara a uno de sus desterrados que regresara a ayudarles. La Roca estaba en la misma posición, no se enfrentaría a Akatsuki porque la defensa de sus aliados resultaría en el ataque a Deidara y eso era imposible de pensar para Kurotsuchi y Boruto.

- Pain, sabemos que esto es mera formalidad. Terminemos pronto, solo te pido que detengas tus ataques a la Hoja declarando una tregua y no una victoria. No pueden continuar y el daño colateral será en parte para mi aldea y entonces tendré que intervenir en tu contra.

- No creas que ese es un buen argumento. Si nos declaras la guerra, guerra tendrás.

- ¿Qué es lo que quieres? Dímelo ahora y lo tendrás, sabes que el atacarnos sería una pérdida de tiempo y recursos.

- Akatsuki no inició el conflicto, fue la Hoja. No sé qué pretendía lograr además de quedar como la víctima. No me importa de qué manera ni el pretexto que den, pero quiero que reconozcan a los Uchiha como traidores, es decir, que acepten la realidad. Que retiren las amenazas contra mis hombres y entonces estaremos a mano. -Boruto coincidía en ello, así Deidara tendría la libertad de andar por donde quisiera sin ser señalado.

- De acuerdo. Hablaré con el Hokage.

- Bien -Pain sonrió satisfecho, en este momento nadie era más poderoso que Akatsuki y Boruto algún día se daría cuenta que un hombre engreído y acostumbrado a dar el punto final como el Hokage no accedería de manera honesta a la petición y fraguaría un nuevo plan para recuperar su reputación. Esta tregua solo significaba más tiempo para prepararse. Incluso si la Hoja de verdad no atacaba, Akatsuki no se detendría para siempre y seguiría extendiendo su territorio. El pelinaranja se levantó dando la reunión por terminada.

- ¡Espera! -le detuvo Boruto -¿Cómo está Deidara? -su curiosidad podía más qué el recato.

- ¿Quieres saber cómo está o lo que de verdad te preguntas es por qué no ha venido? -Boruto se avergonzó, quería saber ambas cosas pero se inclinaba a escuchar la razón por la que ahora rechazaba encontrarse con él.

- No se encuentra en posición de viajar, mucho menos de exponerse a un ataque. -Pain se tocó el corazón y en un acto de piedad rompería la esperanza del joven. -Pronto tendrá a su hijo por eso no ha acudido.

Boruto estaba sorprendido, su anhelo se desgajó ante la noticia e incluso así no podía tener ningún resentimiento contra Deidara aunque estas palabras le dejaba en claro que ya jamás le consideraría como su familia. Pain no dijo nada más y se fue, esa noticia al menos alivió su gran incertidumbre. Deidara estaba bien y continuaba andado con el mundo.

 

 

 

 

F I N



 

 

 

 

 

 

*Breath in, breath out*

Ah, qué emoción. Por fin está completa esta historia que empecé en 2018 jajaja. Dios, gracias por iluminarme a decidir no publicar hasta terminar de escribir, me conozco, soy flojilla.

 

Yo sé, yo sé, a algunas personas no les gustará que aquí acabe, tal vez estarán poquillo decepcionadxs o con ganas de más. La neta no sé ustedes, pero a mí me encantó la historia incluso con los errores, falta de coherencia y mal cierre. Fue un buen acercamiento a escribir algo que no sean correos corporativos 😂

 

Bueno, como no sé cuándo parar hay unos humildes extras. Pero no hay más historia, todos terminan en este punto. Así que, si no eres fan del SaiGaa o ZabuHaku igual y no te van a gustar. Al final solo vendrá una pequeñita apoteosis de la pareja principal 😚 aunque hay que esperar un poco, no los voy a publicar de inmediato.

 

Solo me queda decir:

¡Gracias a las personas que se tomaron el tiempo de leer todo! Las TQM ❤️




Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).