Frío.
Es ese lugar había mucho frío, se encontraba solo y confundido.
"Otro sueño" pensó un poco irritado pero atento a todo.
Estaba en medio de un bosque y estaba nevando, la nieve se había acumulado bajo sus pies y copos de nieve caían en todos lados.
-Hola? -preguntó sin obtener respuesta, vio su aliento salir de su boca convertido en humo debido al frío. Espero un rato, esperaba escuchar esa voz tan relajante que siempre estaba ahí. Pero no llegó.
Un copo se desvió de su camino y quedó flotando frente a él, de un momento a otro empezó a brillar dejándolo ciego por un momento.
El copo se había transformado en la figura de una persona y una voz diferente a la que estaba acostumbrado se escuchó.
-Las agujas del reloj están por moverse, no puedo detenerlas, ya he cumplido mi papel. El destino está en tus manos... Natsume. -eso fue lo último que escuchó, su nombre.
Todo acabó al sentir un golpe horrible en su espalda y luego en el codo por caer de la cama.
- ¡Levántate ya basura! -su padre le gritaba mientras sostenía un cinturón en su mano derecha.
Natsume, lanzó un suspiro de cansancio. "Otro maldito día más"
Se levantó con dificultad y fue al baño escuchado a su padre maldecirlo.
Recordó el sueño que tuvo.
"¿Qué significa?".
Al salir del baño (luego de ducharse y examinar el moretón que le había dejado su padre en la espalda) fue a su habitación y agarró su mochila, bajo las escaleras y miró a su madrastra comiendo, como odiaba a esa bruja, en realidad, los odiaba a
todos, odiaba a su padre, odiaba a su madrastra. Siempre se preguntó por qué había nacido, ¿por qué sí iba a tener esa vida?.
Suspiró y salió sin decir nada, a ellos no les importaba nada de él, así como a él no le importaba nada de ellos. Camino por las calles de Tokio, rumbo a su colegio, pero se detuvo. En realidad no quería ir a ninguna parte, dio la vuelta y fue al parque más cercano.
Al llegar se sentó en uno de los columpios, colocó sus manos en las cadenas... Estaban frías, después de todo era invierno.
Invierno...
Recordó el sueño que tuvo. "Las agujas del reloj..." las palabras de esa figura con forma de persona eran raras. Miró al cielo con los ojos cerrados y los abrió cuando sintió algo frío caer en su mejilla. Estaba nevando... Nieve, para él un nombre tan solitario.
De la nada una luz se poso en frente se él, no era una luciérnaga por lo que la miró extrañado, era de color azul oscuro.
Sentía que esa luz lo atraía, y lentamente, sintiendo su corazón latir desenfrenado contra su pecho, y su respiración acelerarse. En el momento en que poso su mano sobre ella...
Sólo vio oscuridad.
¿Dónde estoy?... ¿Quién eres?... Mi nombre es... ¿Cazadores, demonios?... ¡Estoy asustado!... Estarás bien... Lo prometo. Próximo Capítulo: Despertar. Frase: " La vida es un sueño, el despertar es lo que nos mata."