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REGRESION por Kalixta Bell

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Notas del fanfic:

Es un universo alterno, donde Milo y Camus estan casados, ambos tienen 38 años, y tienen 3 hijos. Odysseus es un reconocido psiquiatra que pretende ayudar a Camus a superar sus problemas que lo han llevado a sufrir problemas de salud tanto física como mental.

Los invito a pasar y leer este fic que estaré actualizando semana a semana, espero y les guste.  

Notas del capitulo:

A pedido de su pareja, Camus va a una cita con un afamado psicologo a quien le cuenta sus mas intimos secretos y una verdad que lo carcome

Estaba nervioso, ya me había anunciado con la secretaria y ahora estaba sentado en aquella sala de espera que, a pesar de su impecable pulcritud, no aportaba ningún tipo de tranquilidad, más aún cuando el viejo reloj de pie invadía con su tic tac la estancia y mi incomodidad crecía, aunque mi rostro siguiera incólume.

Al cabo de diez minutos de espera, empecé a recordar la verdadera razón que me llevó a estar ahí, sabía perfectamente que dentro de mi tenía vergüenza, tanto con mi pareja como con mis hijos y conmigo mismo, pero aquello debía terminar de alguna manera.

Ese tormento me había llevado por épocas de gritos en la madrugada y clamar en mi mente por aquel ser que me perseguía en sueños.  Se lo debía a mi esposo, que había tenido mucha paciencia en todos esos años, pero conforme llegaron los niños, había sido más difícil ocultar las crisis más aún cuando mi asma me termina enviando al hospital por un par de días.

Mis pequeños se preocupaban cada vez que tenía una de esas crisis, más las de asma que era la más evidente y sobre todo la que se había vuelto más constante… Al igual que aquellas pesadillas.

La gran solución llegó por medio de mi pareja, aunque no comentaba nada en su trabajo de lo que ocurría en su hogar, escuchó sin querer una conversación de sus compañeros en que recomendaban a un psiquiatra que había ayudado a un familiar a superar sus crisis de salud, mediante cesiones de hipnosis y regresiones…

_ “Pueda ser una buena opción, amor” _ Dijo mi esposo, lleno de esperanza en su rostro, ya habíamos intentado otras opciones, una más a la lista no iba a ser problema.  Bueno, eso era lo que pensaba, antes de llegar hasta aquel consultorio que ponía en blanco mi mente, ya que independientemente hacia donde volteara a ver… Todo era blanco… Tanta blancura me estaba desesperando.

Por fin escuché mi nombre, al tiempo que salía un hombre muy alto, delgado, aunque dejaba entrever un cuerpo fuerte, de largo cabello plateado que lo amarraba en una cola a la altura del cuello, pero lo más impactante eran sus ojos que llegó a descolocarme por completo, eran como si mirara un crepúsculo carmesí.

Después de despertar del letargo que me dio profundizar en aquellos ojos, cuando volví a tener razón, me percaté que estaba acostado en un diván blanco inmaculado, mientras que mis zapatos habían quedado en el suelo sin recordar siquiera en qué momento me los había quitado.

Su voz resonó dentro del consultorio, era ronca, estremecedora, podría decirse que, hasta sexy, pero a la vez me llenaba de una tranquilidad suprema que no había experimentado desde hace mucho tiempo.

_ “…Sucedió hace más de veinte años…” _ dijo mi voz apagada inundada de esa blancura que me relajaba y me ayudaba a hablar, algo que no era muy común en mi _ “Fue cuando lo conocí a “el” …”

_ ¿Quién es él? _ preguntó el psiquiatra sin saber que esa voz suya me estaba haciendo temblar las piernas, algo de lo que me sentí muy avergonzado.  Fue ahí que me percaté que ya me había hecho el test familiar inicial pues ya había pasado varias páginas de un cuestionario.

_ Fue una de las primeras personas que conocí cuando llegué ahí _ Dije rememorando cuando lo conocí _ Aunque ya no laboramos para el mismo departamento, siempre pertenecemos a la misma entidad pública.

_ ¿Tuvieron alguna relación?

_ En ese momento no _ dije _ Esa época “él” ni tan siquiera sabía que existía, en ese entonces tenía sobrepeso, además que tuve la oportunidad de trasladarme a otra dependencia y dejé de verlo por un par de años.

_ ¿El sobrepeso te hizo tener baja autoestima?

_ Mucho, por mucho tiempo, siempre me enamoraba de alguien imposible e inalcanzable, hasta que tome la decisión de entrar a un gimnasio y todo cambió, pero antes de eso tuve un sueño que hasta el día de hoy lo recuerdo con total claridad, como si lo hubiese soñado anoche, ese sueño se quedó en mi mente.

_ Cuéntame de que trata el sueño _ dijo el psiquiatra con paciencia.

_ Caminábamos por una calzada antigua, recuerdo que usaba falda ajustada y larga al punto que apenas daba el paso, “él” me llevaba del brazo ayudándome a caminar porque los zapatos eran incómodos y con el otro brazo llevaba un niño.  Cuando desperté estaba bastante confundido, hacía mucho tiempo que no sabía nada él.  Con el tiempo, me di cuenta que usaba vestido típico de japonesa y “el” usaba un traje para hombre de estilo japonés, por lo que creo que él y yo nos encontramos en una vida pasada en Japón.

_ ¿Crees en la reencarnación? _ Preguntó mirándome a los ojos profundamente.

_ Sí y creo que estuvimos juntos en Japón en algún siglo pasado, por el vestuario que usábamos.

_ ¿A raíz de ese sueño te hiciste a la idea de que tú y esa persona, tuvieron un romance en una vida pasada?

_ Le contaré la historia completa… _ Le dije al doctor, para después relatar toda aquella historia y mis razones que me llevaron a pensar en mis vidas pasadas.

 

 

Cuando volví a casa ya era de noche, por lo general siempre soy el primero en llegar, pero debido a la cita médica esta vez mi esposo y los niños habían llegado primero, así que tenía la esperanza que mi marido tuviese hecha la cena…

Milo no se caracteriza por ser un excelente cocinero, aunque no me agrada para nada cuando lo hace todo “más fácil” comprando comida rápida a los niños, cuando algo que procuro es que coman saludablemente y aunque le iba a hacer un reclamo, la verdad fue que ese día me sentía totalmente cansado, incluso mentalmente como para iniciar una discusión.

Los niños estaban felices comiendo esa comida chatarra que tanto me desagrada, pero, en fin, me senté a la mesa con ellos y tomé un trozo de pizza, total, tampoco quería cocinar solo para mí, además el abrazo de Milo me hizo recordar que somos una familia y eso a esas alturas del día me sabía a gloria.

Tal vez, lo más difícil fue hablar de mis hijos, Hyoga de 16 años que es un adolescente rebelde, Shoko de 12 años que es una linda princesa y Yakoff de 6 años, mi pequeño travieso. Ellos son mi razón de vivir, pero a la vez es parte de esta tortura que llevo callando dentro de mí, sin embargo, tengo que seguir dando un buen ejemplo, una buena imagen a mis hijos, aunque de vez en cuando me tomo algún trago, algo que se ha vuelto muy común.

Por supuesto, a Milo no le conté todo lo que sucedió con el psiquiatra, solo le conté del tratamiento médico que recibiría y la próxima cita, era mejor hacerlo así, amaba demasiado a mi esposo como para decirle la verdad de mi sufrimiento…

Las sábanas blancas arropaban nuestros cuerpos, tan solo pocos minutos antes, Milo había poseído mi cuerpo y me había hecho olvidar mi dolor por un rato, sin embargo, al cerrar mis ojos lo veo a “el” esperándome en la soledad de la noche.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, cualquien duda no duden dejarla en un reviews, y si han llegado hasta aqui, les agradezco un monton y espero que sigan apoyando a todos los que escribímos en esta página.


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