Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Stagnant por Kunay_dlz

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

jueves 3, febrero 2022.

Stangant

IX

Lagunas    

 

 

Parpadeé tratando de recordar, ¿estaba despierto o era un sueño? Miro hacia abajo y en mis manos hay una taza de té, al lado hay un plato con varios postres y un florero con una extraña flor azul. Estaba a la mesa en una plaza: frente a mí estaba un lugar abierto concurrido por mucha gente, en el centro había una fuente con peces de cuyas bocas brotaba el agua, había un mimo y un señor con globos de colores. Miré hacia mi persona y vi que tenía puesto un traje similar a los que usan los Guardianes de Tsuna aunque mi camisa es color verde obscuro no como el verde del Guardián del Rayo. Quizá sí es un sueño. Se supone que estaba en la sala de Tsuna donde Reborn contestaba mis dudas y Tsuna suspiraba demasiado a punto de darle un algo.  

--Es raro que se tarde, pronto estará aquí así que Potter, pórtate bien. --dijo alguien sentado a mi lado.   

Parpadee nuevamente, él es Blaise Zabini, el Enlace con el Ministerio de Magia. Y estamos en un lugar muy distinto... ¿acaso me hechizó?   

Bebí del té que estaba en mis manos, debía mantener la calma y no darle a saber que ya no estaba bajo ningún hechizo.  

--Sin duda el Décimo Volgola va matarme o el Arcobaleno del Sol, aunque prefiero una muerte a sus manos que estar tras el mal humor de Mi Señor. --murmuraba. --Ahí está. --se puso de pie mientras alguien se acercaba desde mi izquierda, sus pasos eran deliberadamente ruidosos, seguí bebiendo té y noté que Zabini hizo una reverencia hacia el recién llegado.    

--Mi Señor, este es Potter, en cuanto pude lo saqué de donde lo encontré. --decía Zabini con voz clara. Algo debió señalar el recién llegado pues Zabini continuó --He enmascarado su presencia para que no pueda ser localizado por medios mágicos, es un ligero Imperio bajo el que hace lo que yo le pida, Mi Señor, si gusta puede colocar un nuevo hechizo sobre el mío para que esté bajo sus órdenes o puedo hacer permanente el mío con varias compulsiones.  

Imperio, ese es un hechizo prohibido: inhibe la voluntad de la persona a la que se le realiza. Es una pena capital. Y Zabini lo ha usado en mí. Y lo hizo cuando estaba con personas en las que confiaba... espero que no los haya lastimado. Mi corazón tamborileaba desmesurado, furia comenzaba a llenar cada parte de mi cuerpo. ¿cómo se atrevió a robarme mi voluntad así como así? Se supone que era confiable.  

--Espero que no hayas dañado a las personas con las que estaba. --dijo una voz conocida, el calor de la firio en mis venas se enfrió en un segundo.  

--No, habría sido suicida de mi parte engancharlos en una pelea. Con Magia solo pude haber durado unos minutos, solo convencí a Potter de acercarse a mí y usé un traslador, coloqué el hechizo en él y le envié el mensaje, Mi Señor. --reportaba Zabini.  

--Ya has escuchado, Potter, el señor Zabini no dañó a nadie, así que por favor, escúchame y después podrás irte sin temor a ser hechizado. --aclaraba el recién llegado.  

Por las palabras poco congruentes de Zabini no se había dado cuenta que en efecto, yo ya no estaba a su merced. Intentó decir algo más, incluso acercarse y tensé todo mi cuerpo para escapar o atacarle, el recién llegado se interpuso entre los dos y le ordenó retirarse. Todo en mí seguía alerta. Esa extraña calma antes de un ataque, los pocos a los que he estado expuesto (de manera consciente), aquel dueño de la voz a la que pensé no volvería a escuchar o ver inició a hablar mientras intentaba parecer lo menos peligroso posible a mi vista.  

--Desde que desapareciste he estado buscando algún indicio de tu paradero. Te vi en el Torneo de los Tres Magos y en verdad creí que debía conocerte, me contaron sobre ti, que eras un buen alumno, que vivías en la biblioteca, que no te llevabas bien con los de tu Casa y que eras muy reservado. --dijo el hombre ya sentado frente a mí --En ese entonces no pude presentarme, tampoco pude ofrecerte mi amistad, esperé tantos años para poder decir lo siguiente ante ti. Mi nombre es Tom Marvolo Gaunt, heredero de la Antigua y Noble familia Slytherin y actual Ministro de Magia de Gran Bretaña. Tengo negocios en el mundo muggle, suelo visitar Hogsmade para ver los cuadros que en algún tiempo realizaste en la tienda de pergaminos, mantengo tratos con la familia Potter y realmente me gustaría conocerte.  

Le miré por unos instantes, este Lord Gaunt no se parecía al que conocí ayer, hasta parecía agradable. Pero entonces, ¿esta es otra de sus máscaras? Ayer le conocí dos, la que usó para reclamarme y la que usó cuando llegó Tsuna y Xanxus a mi rescate. Sin embargo, hay algo que quiero saber. Rogué mi voz no delatara lo que sucedía en mi interior.  

--¿A qué cuadros se refiere? --pregunté bajito. Lo escuché suspirar.  

--Los cuadros colgados en la tienda de pergaminos y tinta, de los señores White. Cada que ofrezco alguna cantidad para que me sean vendidos solo recibo negativas y amenazas sobre volver a intentarlo. Aunque la hija me ha prometido venderlos cuando sus padres ya no estén para impedirlo. --dijo un con un tono de gracia.  

Ahogué el nudo en mi garganta, no era el momento ni el lugar para pensar que el señor White sigue casado, él y la señora White tienen una hija... que no tiene apego a mis... pinturas... aunque la manera que lo dijo esta persona. No, no es el momento.  

--Yo no tengo trato con la Antigua y Honorable Familia Potter. --le dije, salvo lo ocurrido en Varia, no había hablado con ellos en mucho tiempo sin contar el tiempo con la maldición.  

--Tengo entendido que eres el hijo menor del matrimonio Potter. --dijo el Lord alzando una ceja. ¿alguien podía verse elegante haciendo ese gesto?  

--No sé si conozcas los diferentes conceptos de Familia, Gaunt, no todas son felices con sus integrantes. --dijo alguien más tomando asiento a mi lado. Sentí que al fin mi corazón pararía de tratar de salir a través de mis costillas a pesar de la falsa calma a la que mi cuerpo entero se aferra.  

--Arcobaleno del Sol. --masculló Lord Gaunt.  

--Reborn. --dije en un suspiro de alivio.  

--Chaos. --exclamó mientras hacía eso con su fedora, un saludo disfrazado de un simple gesto que podría ser tan solo el acto de acomodarla para cubrir bien sus ojos de la claridad.   

Al instante la tensión dejó mi cuerpo, me sentí a salvo, pensé en Tsuna y en su promesa. Pensé que Reborn cumpliría un poco con la promesa de protección. Pensé que, aunque me vi perdido de mi propia voluntad, alguien vendrá por mi. Se me aguaron los ojos. Ahogué un sollozo y llevé mis manos a mi cara, retiré los lentes, sin duda Reborn vería mi reacción como una debilidad, me vería como un niño como ya lo dijo.  

--Oye... --inició Reborn, lo interrumpí. No deseaba ser reprendido tan abiertamente.  

--Lo sé, lo siento, yo... siento mi debilidad pero, estoy tan aliviado. --susurré, sentí que tomaban mi barbilla y que retiraban mis manos de mi rostro, era Reborn quien con cuidado secó mis lágrimas.  

--Tranquilo Harry, recuerda, Tsuna te hizo una promesa y Vongola con todos sus aliados va a cumplirla. --dijo tan tranquilo y seguro de sus palabras. Asentí y respiré profundo. Limpié todo rastro de lágrimas y tras una última mirada hacia Reborn me volví hacia el Lord. Su rostro era inescrutable, parecía hecho de mármol.  

--¿Qué esperabas, Gaunt? Harry nunca te conoció, y la primera impresión que tiene de ti es que alguien lo hechizó, privándolo de su voluntad, con tal de estar aquí frente a ti. --dijo Reborn con seriedad --De ahora en adelante, aquello que quieras decir o proyectar se verá opacado con este único primer recuerdo. Harry siempre tendrá dudas acerca de tus intensiones, acerca de sus propias decisiones entorno a ti pues seguramente, en algún punto, volverá a ser hechizado con tal de estar en tu gracia. --terminó de hablar para tomar el té que dejé olvidado en la mesa --Incluso este té, es una poción calmante si mi memoria no falla.  

Miré otra vez el té, vi otra vez los postres, bajé mis manos de la mesa sin querer tocarla. La furia que sentí en mi interior no explotó por temor sino porque algo impedía fuera liberada. Cerré los ojos y respiré profundo. Era mi segundo día como "Harry" y ya me siento cansado y temeroso de mi alrededor.  

--Fue un error, lo admito, el que el señor Zabini usara un hechizo en Potter y el uso de pociones en su comida. Sin embargo, sí me gustaría hablar con él, conocerlo mejor. --decía como todo un caballero.  

--Te das cuenta que siendo el Ministro o el Titiritero del Ministro de Magia de Gran Bretaña en la actualidad no te libra de usar hechozos en la gente así nadamas, ¿verdad? --reprendía Reborn --Harry acaba de salir de una maldición, a penas se está acostumbrando al mundo que le rodea, y esta primera impresión que has dejado no es algo que pueda tomar a la ligera.  

--En ese caso, lo mejor sería que regrese al mundo Mágico, en Londres, tal vez regresar a Hogwarts a terminar su educación como mago; estar dodeado de su familia sería lo mejor para su salud mental. --dijo el Lord. Ministro. La persona que está frente a mí, hablado como si yo no estuviera presente.  

--Absolutamente no. --dijo Reborn tajante --Tal vez no estés tan bien enterado de la vida de Harry como te gusta pensar; Harry ni siquiera usa el apellido de la que llamas su familia, te aseguro que esas personas estarían felicies si Harry jamás les dirige la pabra. Espera, hace unas horas estuvieron buscándolo para que le donara un órgano a Lady Potter, aunque no nos dijeron qué órgano o la enfermedad que ella tiene, además de eso... imagina todo lo que quieras menos el escenario de una familia amorosa hacia Harry. En cuanto al colegio, no, sabrás que nunca pudiste hablar con él porque lo hecharon de su propio dormitorio, en su propia Casa nunca fue bienvenido y se aislo de todos. Sí, necesitará terminar sus estudios pero no en Hogwarts.  

--Howgarts es derecho de todo mago británico, lo mejor para cada ciudadano. --dijo el Lord con convicción.  

--Aquí no hay público, Gaunt, no hay gente impresionable a la que puedas conquistar con palabras bonitas. Harry está bajo la protección de Vongola, sus aliados y de los Arcobaleno. --las palabras de Reborn sonaban fuerte, cargadas de una seguridad amenazante --Si alguien, algún lacayo o ciudadano del mundo mágico, se acerca a Harry: para hechizarlo, transportarlo, amenazarlo con ir a tu lado; entonces tendrás que reunir a todos tus aliados porque iremos con todo. Somos Mafia, tenemos aliados en todos lados, incluso en tu preciada isla donde tus pasos son venerados.  

Se puso de pie y de inmediato lo seguí, avanzó hacia la plaza y con pies pesados me acerqué a sus pasos.    

 

.".".".".".".    

 

Abrí los ojos de golpe, todo estaba obscuro, frío y húmedo. Mi respiración se aceleró al verme en un lugar totalmente desconocido y obscuro. Moví mi cabeza, poco a poco empecé a sentir mi cuerpo sobre piedra fría, mi brazo derecho amortiguaba mi cabeza y cuello de algo húmedo bajo todo mi cuerpo. Estaba desorientado. No recuerdo... no recuerdo... no otra vez. ¿cómo llegué aquí? ¿dónde está Reborn? ¿Tsuna? Me inundaron ganas de llorar. ¿es que de verdad no puedo cuidar de mí mismo?  

Solté un sollozo.  

--¿Harry? --alguien preguntó --¿estás bien, Harry?  

--¿Quién... quién eres? --medio pregunté. Con lo bajo que salió mi voz no me sorprendería si no me escucharan.  

--Estás consciente, eso es bueno. Verás, fuimos por ti junto con Reborn, rodeamos la plaza con tal medida de no dejar a Lord Gaunt alguna ventaja de llevarte con él, sin embargo, justo al lado de la fuente aparecieron otros Magos, junto con los Potter, el mayor usó un hechizo prohibido como Cabeza de Familia y prácticamente te obligó a ir con él. --suspiró --Reborn le disparó a algunos, Lord Gaunt se interpuso entre esos magos y tú pero el hechizo era muy poderoso. Lanzaste al Lord por los aires, Reborn logró sujetarte pero uno de los Potter lanzó otra maldición y él quedó fuera de combate. Tratamos de acercarnos, solo algunos pudimos por ser Squibs y yo logré sujetar a uno de los magos antes de activar un Traslador a este lugar. Supongo que esto es un calabozo.  

Terminó de narrar el desconocido. No me gusta esta sensación, perder mi voluntad a causa de otros, ¿será solo cosa mía? ¿si fuera Skull podría haberlo evitado? ¿no va ni un día y ya he perdido mi voluntad dos veces? ¿tan débil soy?  

--Tranquilo Harry, en verdad lamento que estemos en esta situación pero recuerda que el Décimo vendrá a buscarnos. El décimo no descansará hasta que nos encuentre. --trataba de consolar.  

--¿Su nombre? --dije un poco más fuerte. Quería ser escuchado.  

--Cierto, yo soy Basil, soy el Director de CEDEF, Es un organización independiente de Vongola pero nuestro principal objetivo es procurar el... ¿Harry? --susurró mi nombre.  

--¿Si? --susurré.  

--Alguien viene, finge dormir, gana tiempo. Tsunayoshi vendrá por nosotros. --instruyó en voz baja.  

Cerré los ojos y volví a la posición que creí tuve desde el principio. Abrieron una puerta, se escuchaban pasos y se notaba que era dos personas, discutían y se acercaban y traté de no revelar mi respiración agitada.  

--¿Lo despertamos? --uno dijo.  

--No. No necesitamos un berrinche. Lo necesitamos en buen estado para la operación. --dijo el otro.  

--¿Cómo haremos para convencerlo de donar voluntariamente su corazón a nuestra madre? --dijo el primero.   

--Sencillo. Imperio.   

Susurró. Hechizó. Mi mente se siente... ligera... nada me duele...   

Levántate, ven con nosotros, darás tu consentimiento para entregar tu corazón a nuestra madre.  

Tal vez me levanté. Caminé con esos hombres. Debo entregar mi corazón a su madre.  

--¿De verdad este es nuestro hermano?-- decía uno de ellos. Su voz se escuchaba casi ronca, seguro le gusta fumar mucho.  

--No imagino ¿qué clase de magia obscura habrá realizado para no envejecer? --decía el otro con desprecio en su voz.          

Levántate, ven con nosotros, darás tu consentimiento para entregar tu corazón a nuestra madre.  

--Ni recordaba su existencia, siendo francos. --dijo el primero, el de la voz ronca.  

--¿Por qué tendrías que hacerlo? Nunca fue más que un inconveniente para nuestra familia. Solo padre tuvo que recordarlo cada vez que el Ministro venía a casa a cenar. --dijo el segundo mago, tal vez era mayor que el fumador.  

Levántate, ven con nosotros, darás tu consentimiento para entregar tu corazón a nuestra madre.  

--Todo está listo. Coloquen... ¿qué le hicieron? --alguien más preguntó, se escuchaba lejano, seguro estaba más lejos.  

--Nada que importe. --dijo el que tenía desprecio en su voz --Apresúrate a sacarle el corazón. Lord Gaunt podría buscarlo nuevamente.  

--¿Están seguros...? --iba a hablar el dueño de la tercera voz pero fue interrumpido.  

--No estás aquí para cuestionar nuestras acciones, haz lo que tienes que hacer y podrás regresar a tu casa con tu familia. --dijo el de la voz ronca.  

Levántate, ven con nosotros, darás tu consentimiento para entregar tu corazón a nuestra madre.   

--Acuéstenlo en esta camilla, traeré a Lady Potter... --fue interrumpido otra vez.  

--¿Para qué traerías a madre? Solo saque el corazón a este y luego vamos con madre, no tiene que estas ambos en el mismo lugar. --dijo el que no solo mostraba desprecio sino también furia en su voz.  

--En un transplante tan delicado como este, y sin ayuda de enfermeras u otro médico, todo sería más efectivo si el donador y receptor se encuentran cerca. --decía el que realizaría todo.  

Levántate, ven con nosotros, darás tu consentimiento para entregar tu corazón a nuestra madre.  

--No tiene que estar despierta, revise el material, acerque todo lo que necesite, si hay algún error durante este procedimiento lo pagará caro. --dijo el de voz ronca.  

...había algo extraño... podía escuchar, podía ver, las cosas que había al rededor...  

Levántate, ven con nosotros, darás tu consentimiento para entregar tu corazón a nuestra madre.  

...había ruidos metálicos... una mascarilla ya cubría mi nariz y boca... lo ligero de mi cabeza se estaba mezclando con algo que me hacía flotar... ¿estaba hecho de gelatina?... ¿me he convertido en una pluma?  

--Oh. --exclamaron.  

--¿Qué sucede? ¿Por qué se detiene? --exigía el de desprecio en su voz.  

--Este chico, es, es, ¿parte de alguna organización? --decía con nerviosismo el que ahora estaba muy cerca.  

--No. Tal vez. No lo sé, ¿eso qué tiene que ver conque detenga el procedimiento? --dijo el de la voz ronca.  

--Tiene un tatuaje en su pecho. Dice "Vongola".  

Levántate, ven con nosotros, darás tu consentimiento para entregar tu corazón a nuestra madre.  

Vongola  

Levántate, ven con nosotros, darás tu consentimiento para entregar tu corazón a nuestra madre.

Vongola  

Levántate, ven con nosotros, darás tu consentimiento para entregar tu corazón a nuestra madre.
 

Décimo Vongola  

Levántate, ven con nosotros, darás tu consentimiento para entregar tu corazón a nuestra madre.

Tsuna  

Levántate, ven con nosotros, darás tu consentimiento para entregar tu corazón a nuestra madre.
 

Tsuna vendrá por nosotros.  

Levántate, ven con nosotros, darás tu consentimiento para entregar tu corazón a nuestra madre.  

Tsuna vendrá por nosotros.  

Tsuna vendrá...  

Abrí mis ojos y vi de frente a un hombre, médico con todo su equipo de cirujano, un bisturí en su mano que cortaba mi pecho. Nos observamos tan solo un segundo antes de ver solo llamas violetas.    

 

.".".".".".".
 

 

Abrí los ojos con lentitud. Me sentía cansado a pesar de estar en cama. ¿esta es mi cama? ¿en el castillo de Varia? Miré al rededor, todo me era conocido. Me solté a llorar. Abracé la almohada e intenté cubrirme con la cobija. Sentí que alguien tocaban mi espalda con suaves palmadas, era un intento por calmar mis lágrimas, lo sabía, podía reconocer el gesto pero... simplemente reaccioné, digo, mi cuerpo se tensó y detuve mi respiración por completo.  

--Tranquilo Harry, ya estás a salvo. --dijo una voz que tanto añoré escuchar.  

Esa voz firme y llena de cariño. La voz de alguien que me ofreció cobijo, de alguien me deseó un feliz cumpleaños a parte del Señor y la Señora White; la voz de alguien amable.  

--¿Tsuna? --llamé.  

--¿Qué sucede, Harry? ¿Necesitas algo? --decía atento el jefe de la Mafia que me ofreció su amistad.  

Había muchas cosas por preguntar. Acerca de cómo me encontraron, cosas sobre cuánto tiempo ha pasado, quizá preguntar por el Señor Basil o lo que significa el nombre de la compañía a la que pertenece. Quizá debería preguntar acerca de mi recuerdo de las llamas violetas o de lo que mis llamas pudieron hacer a los que estaban cerca de mí... pero, sinceramente, estaba muy asustado de las respuestas. Hice una pregunta, sí, una pregunta que tenía en mi mente unas horas después que desperté en este mismo sitio. 

--Tsuna... ¿todo estaría mejor... si Skull siguiera en mi lugar? Ya sabes, si fuera el Skull que todos conocieron. --pienso que Skull tendría varias reacciones ante ataques, incluso si fueran ataques mágicos, sobrevivió todo este tiempo y fue aceptado por un grupo de personas en la Mafia que son considerados los más fuertes del mundo.  

--¿Por qué preguntas eso Harry? --preguntó suavemente.  

--A diferencia de los años de experiencia que tiene Skull, las cosas que vivió, yo solo soy un niño como dijo Reborn. No sé defenderme. No sé pelear. No sé usar mi propia magia para defenderme. No va ni tres días y ya causé problemas; algunos magos han descubierto la base de Varia, el enlace con el Ministerio de Gran Bretaña no volverá por temor a su vida, soy débil contra los hechizos de la familia Potter... y tengo miedo de esos hechizos que me quitan mi propia voluntad. --tembló mi voz.  

--Oh, Harry... --exclamó Tsuna.  

--Sé que prometiste protegerme, aún así, tengo en cuenta que no puedo estar a tu lado todo el tiempo por varias razones, incluso estando cerca la magia con la que- el hechizo de- no, no vi o sentí cuando el Señor Zabini me hechizó justo en una de las salas más seguras de este lugar. --traté de no sollozar --tengo miedo, Tsuna...  

--Harry ¿tienes miedo de la mafia, del Mundo Mágico o del peligro de estar en situaciones peligrosas? --preguntó sin dejar de acariciar mi espalda.  

--Tengo miedo... de mi propia debilidad. Tengo miedo de actuar otra vez como un niño, distraerlos y que alguno de tu familia o tú mismo salgan heridos por mi culpa. Tengo miedo de no recordar mi vida nuevamente, olvidar lo que fue de Skull; quizá un día despertar otra vez como Skull y olvidar que dejé una vida en el mundo mágico atrás, olvidar que abandoné Hogwarts, que desperté en otro castillo, que conocí a la persona más dulce del mundo y que me ofreció su amistad y me hizo sentir seguro pero que el pasado de mi corta vida es lo que te ha causado problemas... no quiero herirte, Tsuna. --salí de mi escondite para mirar los ojos de Tsuna, debía decirle de lo ya me había convencido --Yo no sé hacer nada, pero Skull... él ya fue parte de tu familia, quizá puedan encontrar una manera de traerlo de vuelta. Así en caso de más ataques, Skull sabría qué hacer.            

 

 

 

···Continuará...    

 

 

Notas finales:

 

 

Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).