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Memory of the wind por Kunay_dlz

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Notas del fanfic:

Un one-shot algo repentino, me gusta la idea pero no pudo avanzar más que esto.

Los personajes de Kuroko no Basuke pertenecen a Tadatoshi Fujimaki, hago uso de sus personajes por pura diversión sin fines de lucro.

Notas del capitulo:

sábado 26, junio 2021.

Memory of the wind
 
 
Desde que tuve uso de razón recuerdo lo que más me encantaba era la música, bailar, cantar y expresar mi alegría en ese entonces. Mis padres me apoyaron, con ayuda de mi abuela asistí a clases profesionales, decían que tenía el talento, decían que tenía la chispa de una estrella... debuté como artista antes de mis ocho años. Eran canciones infantiles siempre llenas de color, acertijos, nuevas palabras y de cómo comportarse con la familia y amigos. Era divertido estar de escenario en escenario, era super genial cantar y ser coreado de muchos otros niños... era una estrella brillando en lo alto. Crecí a la par de otros niños, cambiaron las letras de mis canciones y la complejidad de los bailes, las entrevistas podía contestarlas solo y esta vez asistí a diferentes premiaciones y eventos fuera de Japón.
 
Mi base de fans creció, había muchas peticiones y la presión subió: me decían que había cosas que no les gustaba de los nuevos sencillos o del álbum en general... empezaron a decir que me seguía viendo muy pequeño para las letras que cantaba, me decían que mi cara era demasiado redonda, que mis pies eran muy cortos, que la coreografía y la música no coordinaban.
 
El público dejó de corear conmigo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Desarrollé ansiedad y pánico escénico. 
 
Mis padres y abuela concordaron que para mi paz mental yo debía dejar el mundo de la farándula, tener una vida más tranquila, disfrutar de la música como un pasatiempo y concentrarme en mis estudios, en algún deporte o mis bastos libros con tal de calmar mi mente y los ruidos en ella.
 
Mis padres me daban libros, mi abuela me dio un balón de básquet. Justo el primer día que pude salir de casa, un niño que conocí en el parque me enseñó a jugar con este balón naranja, aprendí las reglas, en la escuela a la que al fin asistí me dediqué más al deporte, conocí a varios chicos que tanto amaban este juego y dejé la música de lado. 
 
En mi nueva escuela nadie me reconoció como artista y sin tantas luces y ojos sobre mí hasta llegué a pensar que era invisible. Era maravilloso. Fueron dos años los que estuve con el club de básquet hasta que logré ser titular del equipo oficial, asistí a campeonatos y jugué en ellos; juntos reclamamos victorias, nos volvimos tan buenos que nos apodaron la Generación de los Milagros. Sin ninguna derrota, con la victoria más que asegurada ya sin esfuerzos... todo cambió. 
 
Mis amigos resultaron ser prodigios por sí mismos, se tomaron muy en serio el lema de la escuela donde ganar lo era todo, cambiaron demasiado en actitud y a mí me dolió tanto la indiferencia ante los oponentes y más que nada ante su amor al básquet que volvió mi ansiedad... no, jamás les conté de lo que atormentaba mi corazón, jamás les conté de mi pasado como artista, seguí en batalla silenciosa con mi mente donde poco a poco fui sucumbiendo.
 
Mi propia voluntad flaqueaba, palabras clave acabaron mi resistencia y tras un mal partido en el que perdí la concentración yendo directo a la enfermería, me ahogaba en al saber que no podría jugar contra ese amigo que me enseñó a querer el básquet y de un momento a otro quedé destrozado luego de ver y escuchar a mis amigos ante la destrucción de sus oponentes; el equipo de mi amigo, llegué tarde a la cancha, llegué solo a verlo tan roto y falto de voluntad ante su deporte favorito, ante la vida misma que perdí el sentido, no por una herida previa sino por el impacto de lo que como equipo hemos estado haciendo a nuestros contrincantes.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Lo admito, también me alejé del deporte. Mi salud mentar estaba a punto se quiebre. No tenía el valor de enfrentarlos. A penas y recordaba cómo respirar.
 
Pareciera que no podía hacer más que huir de aquello con lo que no puedo lidiar.
 
Me alejé de la música porque no pude soportar ser la luz de alguien más, no supe con todas las sombras que provocaba. Me alejo del deporte porque al ser tan solo una sombra no supe contener la luz de mis amigos... y muchos resultaron dañados. Ni siquiera puedo sostener ese balón naranja sin que tiemble todo mi ser, se agite mi respiración, sin suda frío y que un ruido sordo de apodere de mis sentidos.
 
¿Qué hacía ahora? Profundizar mis estudios tal vez. Pedir estudiar en el extranjero quizá. Perderme entre mis libros olvidándome de todo. Buscar un pasatiempo, una pasión, que no llegue a romper mi mente.
 
Escapando de mis demonios salí de casa sin avisar a nadie, llegué un parque donde a plena noche sintiéndome más perdido que nunca. Mi ansiedad aumentaba... alguien que iba pasando por la calle se apiadó de mi sufrimiento y me ayudó a centrarme. Era un extraño que seguro nunca volvería a ver por lo que hablamos largo rato, expuse mis inseguridades, fui escuchado y sus palabras de consuelo y regaño me ayudaron a desenredar algunas las voces que atormentaban mi mente.
 
No todo puede ser sólo felicidad con las cosas que amas, dijo, tendrá que haber momentos malos que te hagan apreciar lo buenos, va a doler claro que sí, puede haber miedo después de fallar tantas veces pero, lo que sigue con eso que tanto amas depende siempre de lo que decidas hacer después del dolor y del miedo.
 
También dijo que jamás minimizara mis temores, pues aunque pequeños o sin importancia le puedan parecer a alguien más o compararlos con los de alguien más no quiere decir que sean menos importantes, siguen siendo miedos y también deben tratarse.
 
Le agradecí sus consejos, regresé a casa y hablé con mis padres, al siguiente día mi abuela me acompañó con un psicólogo a quien visité no tan regularmente pero que me ayudó a poner en orden mi mente y sus tormentos. 
 
Me llevó todas las vacaciones de verano llegar a una resolución, volver a tocar el balón... y hacer una nueva canción.
 
When the wind blows
and shakes up my heart
I think of the past times
and close my two eyes
 
The silen trembling
that passes me by
at that small sound
I open my ears
 
The grown pieces of life
that breathe inside of me 
when they bump against and pass me by
I will look over there
 
 
Con estas letras pude gritar mi sentir, mi psicóloga me ayudó con algunas letras y a darle un mejor sentido a lo que necesitaba expresar. Cada vez que la canté en mi cuarto, en la ducha, en algún paseo por el parque terminaba más cansado por el tremendo esfuerzo vocal... mamá me convenció de grabarla, para escuchar y por temor que dañara mi voz aunque ya no de cantante profesional sí necesaria para la comunicación humana.
 
 
Our belief, our love
those eternal promises
if I remember those promises
I can walk forward strongly
 
Our meets, our separation
those faded memories
if I loved those times,
I can have a smile on my face
 
 
Como era de esperarse mi canción salió del estudio en que la grabé, se espació por muchos lugares y algunos lograron identificar mi voz, pedían que regresara, fans se reunieron dejando mensajes vistosos donde se disculpaban por su anterior comportamiento o falta de acción para evitar que llegaran a mí los malos comentarios o al verme tal presionado... lo curioso es nunca nadie me vio ni aunque pasara cerca de ellos.
 
 
The unfinished memories of life 
that are inside me
when they bump against and pass me by
I will look over there
 
 
Me inscribí en una secundaria casi recién abierta, me uní al club de básquet y volví a disfrutar del deporte, eran muy pocos los que conformaban el equipo oficial y sus requisitos un tanto extremos... me encantaba, su pasión era genuina, yo esperaba encontrar la mía. Encontré amigos. Encontré diversión. Encontré una mascota. Encontré a uno de los Milagros, del que fui mentor, también junto con Seirin lo derroté. Encontré todo esto aunque no en ese orden. Fue fantástico. Uno a uno fuimos derrotando a los milagros; también fuimos derrotados y tras un tiempo en el que decidimos practicar más en lugar de hundirnos en la derrota además que estuve a punto de perder la fe en el deporte por un comentario no tan bien dado, seguimos derrotando a los Milagros.
 
 
Our belief, our love 
those eternal promises
if I remember those promises
I can walk forward strongly
 
Our meets, our separation
those faded memories
if I loved those times,
I can have a smile on my face
 
 
El último partido fue tan difícil que en la tarde no pudimos caminar, al fin mis compañeros aprendieron lo que era la derrota y por ende aprendieron a apreciar el esfuerzo de cada partido, de cada entrenamiento y lo que más me agradaba era verlos sonreír en cada juego. Aprendí a volver a disfrutar de este juego y a dejar ir poco a poco mis miedos... me presenté en programas de radio a cantar mi canción, evité salir en televisión y con mi baja presencia logré pasar de largo a las fans que acampaban fuera de las estaciones.
 
Grabé más canciones, algunos decían que eran adecuadas para quienes tenían el corazón roto... aún tenía sentimientos guardados y dejándolos salir con mi música el mal recuerdo era como poco a poco el mal sabor de boca iba desapareciendo... aunque sonaran a canciones de despecho. 
 
Al terminar mi tiempo en Seirin y elegir una carrera a la cual dedicarme mi equipo, antiguos compañeros y los Milagros se sorprendieron el que no hubiese elegido jugar profesional o algo relacionado a la literatura como otros intuían y todos cayeron impresionados cuando les conté que de hecho, mi carrera la tenía en pausa, volvería a la música como compositor, estudiaría lo de producción y de vez en cuando sería yo quien cantara mis canciones.
 
 
 
 
 
 
 
Fin.
Notas finales:

Gracias por leer.


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