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Princesa por Liss83

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Londres tiene un sinfín de lugares que visitar, solo, en familia, con amigos o… alguien especial. Todo depende del presupuesto con el que se conste.

Blaise condujo hacia las a fueras de la centro de la ciudad, y se internó en los suburbios del lado oeste. Puso música suave y miraba de reojo a Arthur que evitaba mirarlo mientras se hundía en sus propios pensamientos.

A los quince años había descubierto su verdadera naturaleza, cuando había tenido un sueño bastante raro con Rodolphus Lestrange, uno de sus compañeros de colegio, después de que esa tarde lo había seguido hasta una casa abandonada,  donde lo esperaban su pandilla. Estos tenían amarrado a Fabian Prewett, hermano de Molly. Rodolphus le bajo los pantalones de un jalón y sin contemplaciones lo penetro mientras sus amigos golpeaban a Fabian. Cuando Rodolphus termino fue el turno de Scabior, luego Tom Riddle y finalmente Greyback. Uno por uno fueron tomándolo Cada vez que uno lo penetraba los otro lo golpeaban. Lo extraño era Fabian no se quejaba. Por el contrario gemía pidiendo más. Cuando terminaron lo desamarraron para dejarlo tirado en suelo. Le arrojaron unos billetes y se largaron.   

Fabian estuvo tirado cerca de media hora en el suelo. Totalmente inmóvil. Incluso Arthur llego a pensar que estaba muerto. Cuando iba ir a pedir ayuda, Fabian se giró para quedar de espalda mientras dejaba salir un suspiro profundo y alcanzo a verlo sonreír. Se vistió lentamente y se puso de pie. Guardo el dinero que le habían arrojado y se acomodó el pelo

 

 

 

-          Como amo cuando un hombre me toma así. Hasta gratis dejaría que me lo hagan - dijo con una carcajada -. Maldición. Gideon me debe estar esperando - y haciendo muecas de dolor se puso de pie para irse lo más rápido que pudo

 

 

 

A partir de ese día se volvieron recurrentes los sueños donde tomaba el lugar de Fabian, y tanto Rodolphus como sus amigos lo tomaban a la fuerza. Era excitante. Mágico. Liberador. Sin embargo para su desgracia hablaba mucho en dormido, y una noche su madre lo había escuchado.

El castigo fue horrendo. Por poco y lo matan. Lo enviaron a psicólogos, psiquiatras, lo internaron en hospitales especializados. Lo sometieron a tortura inimaginables para corregir su desviación, incluso su padre lo ingreso al seminario. Pero después que lo habían descubierto contemplando a unos de sus superiores, había sido expulsado del seminario, y por consiguiente de su familia

Una mano sobre su muslo lo devolvió a la realidad

 

 

 

-          ¿Estás bien? - pregunto Blaise y Arthur asintió - si no te sientes cómodo…

-          Es solo una cena - contesto esto - ¿no?

-          Por supuesto - dijo Blaise y Arthur sonrió antes de volver a mirar por la ventana - Cuando te dije que eras hermoso - dijo Blaise - lo dije realmente

-          Gracias - dijo sonrojado

 

 

 

Cinco minutos después llegaban a un lugar apartado, en el cual había un remolque con algunas mesas afuera. Blaise estaciono y le indico a su acompañante que lo esperara un momento. Se acercó al remolque e intercambio unas palabras con la persona encargada y regreso al auto. Le abrió la puerta y le ofreció su mano para ayudarlo a bajar

 

 

 

-          Yo sé que todo mundo espera que alguien como yo invite a la persona que le interesa a los restaurantes más caros y lujosos - dijo Blaise - pero yo quiero mostrarte algo que no ha cualquiera invito a ver

-          ¿Qué cosa? - pregunto Arthur

-          Acompáñeme - pidió Blaise ofreciéndole el brazo

-          ¿Va a tratarme siempre como…? - pregunto Arthur

-          Te propongo un trato - dijo Blaise -. Pongámonos un plazo. En ese tiempo serás tú mismo. Yo intentare llegar, no a tu cuerpo sino a tu corazón. Si en ese plazo no lo logro, desapareceré de tu vida. Volveremos a hace quince días.

-          No es correcto - dijo Arthur - las personas como yo somos una aberración de la naturaleza

-          ¿Quién te dijo eso? - pregunto Blaise sorprendido

-          Mis padres, los sacerdotes que me hicieron exorcismos - dijo Arthur -, todos

-          Arthur - dijo tomándolo suavemente del rostro - apenas te conozco y ya vi que eres un ser extraordinario. Único. Tal vez tú no te des cuenta de lo increíble que eres, pero yo si lo veo. Ya te lo dije. Tengo un don para ver a las personas como tú, que nacieron para ser la mujer de alguien - y le acomodo el cabello hacia atrás - y quiero, te suplico que dejes abierta la posibilidad de ser la mía

-          Pero yo quiero… - dijo Arthur

-          Solo así - dijo y sonriendo abrió los brazos - si no quieres que pase nada, no pasara

 

 

 

Arthur  miro hacia atrás, el camino por donde habían llegado y se mordió el labio  inferior. Las palabras de Molly la noche anterior llegaron hasta su memoria “No me interesa que hagas, solo asegúrate de traer dinero”

 

 

 

-          ¿Cuál es el menú? - pregunto sonriendo mientras se colgaba del brazo de su jefe

 

 

 

Sin lugar a duda fue una noche divertida. Se contaron partes de sus vidas. Como Blaise había recorrido el mundo conociendo culturas, gente. Arthur hacia mucho no viajaba, su mundo era su trabajo y su casa, hundiéndose día a día un poco más en su miseria. Como había soñado estudiar administración de empresa y hacer cambio radicales en las de su familia. A medida que se relajaba dejaba salir a ese Arthur que había reprimido a los quince años. Ese al cual habían señalado simplemente por ser diferente

Blaise no podía dejar de mirar sus sonrisas serenas. Sus movimientos frágiles. Arthur había aceptado mostrarse tal cual y Blaise lo único que deseaba era asesinar aquellos que habían lastimado a aquel ángel que tenía en frente. En un determinado momento alguien puso música suave y el multimillonario se puso de pie para con una venia pedirle que bailara con él. Arthur sonrió sonrojado pero tomo la mano.

Se puso de pie y un brazo rodeo su cintura, por instinto se apegó al cuello del hombre  y el aroma de su colonia inundo sus fosas nasales. Cerró los ojos y se dejó llevar por el momento. En algún momento apoyo su cabeza en el hombro ajeno y un suspiro escapo  de sus labios

 

 

 

________________________

 

 

 

La siguiente semana recibió un mensaje en su celular diciéndole que lo esperaba a dos cuadras de la fábrica. Y que era libre de asistir o no, ya que no habrían represalias. ¿Qué hacer? ¿Qué era lo correcto? Estaba casado con una mujer, si, pero no era feliz. La vida le ofrecía explorar su verdadera naturaleza, salir de aquella duda que lo había atormentado durante más de quince años. Pero… ¿Y si a pesar de todo no le gustaba?  ¿Qué hacer?

 

 

 

Camino por el pasillo y llego a la puerta de salida de la empresa y miro como todos se dispersaban en diferentes direcciones. Miro hacia la derecha y metiendo las manos en los bolsillos camino hacia su izquierda. Avanzo tres cuadras y cruzo la calle. Doblo la esquina y avanzo, al final de la calle. Respiro hondo para acompasar los latidos de su corazón

A medida que se acercaba al otro extremo diviso un automóvil estacionado cerca de la esquina y un hombre apoyado en la movilidad

 

 

 

-          Buenas tardes - dijo Arthur

-          ¿Lista para tomar su transporte, princesa? - pregunto Blaise tomándole la mano para besársela

-          ¿Cómo estuvo tu semana? - pregunto Arthur

-          Pensando en ti - dijo Blaise y el pelirrojo miro hacia otro lado sonriendo

-          ¿Dónde iremos? - pregunto Arthur mientras le abría la puerta de automóvil

-          Solo con verte - dijo Blaise - ya estoy en el paraíso - y Arthur sonrió entrando en el vehículo

 

 

 

A veces iban al cine, otras veces al teatro, otras solo caminaban uno al lado del otro, en algunas ocasiones iban a un parque cerca de la fábrica y se sentaban en silencio a ver las estrellas.

Con el paso de las semanas, las citas no solo eran los viernes, sino también los martes, luego incluyeron los lunes y jueves. Al cabo de seis meses se veían de lunes a viernes y mensajeaban sábado y domingo. Cenas, teatros, caminatas,  conciertos, todo servía de excusa.

Varias veces Blaise le había querido robar un beso, pero Arthur lo había esquivado elegantemente y el moreno sonreía, diciéndose a si mismo que el pelirroj0 no era como lo hambres que antaño llevaba a su cama. Su Arthur era, ante todo, una dama

 

 

 

-          Veo que te subieron el sueldo - dijo Molly arrojándole el boleto de la película que el día anterior había ido al cine - ¿con quién fuiste? ¿Quién es la malparida con la que te estás revolcando? Pero ¿Qué digo?

-          Cállate Molly - exigió el hombre

-          Eres tan pusilánime que ni para eso sirves - continuo gritando la mujer -. Regalas nuestro dinero, mi dinero, y apuesto que ni siquiera le has abierto las piernas. Es que ni siquiera para eso sirves

-          Dije que te callaras - grito Arthur levantándole la mano

-          Vamos, pégame - desafío Molly - pégame. Por fin te salió lo hombre. ¡Pégame! - pero su marido solo se alejó - hasta para eso te faltan… - pero Arthur salió corriendo

 

 

 

__________________________________

 

 

 

Blaise trabajaba en el despacho de su casa cuando su celular sonó. Miro su pantalla y sonrió

 

 

 

-          Hola hermoso - dijo con voz suave - ¿Cómo va tu fin de semana?

-          Blaise - dijo sollozando

-          Arthur - dijo este poniéndose de pie - ¿Qué paso?

-          Dijiste que me podías liberar - dijo Arthur llorando - dijiste que podía ser yo mismo para siempre. Ayúdame

 


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