Sentado en el suelo de una cabina telefónica en los límites de Ottery St. Catchpol. Ya no tenía lágrimas para llorar, pero seguía allí, igual que el dolor en su pecho. ¿Por qué era así? ¿Por qué Dios lo había castigado siendo…? Tal vez se había apresurado a llamar al Blaise
Las luces de un automóvil se acercaban a toda velocidad cuando él se puso de pie. Estaba temblando. No había vuelta de hoja.
- ¡Arthur! - dijo Blaise bajando del automóvil - ¡Arthur! - pero este corrió a abrazarse a él desesperadamente - hermoso ¿estás bien? - pero este solo lloraba - ¿Qué paso? Arthur cálmate por favor - y suavemente se separó de él y le levanto la cabeza - explícame que sucedió. Estas temblando
- Quiero hacerlo - dijo el pelirrojo -, sin importar lo que pase mañana quiero llegar hasta el final. Si quieres que sea por dinero o por lo que tú quieras, pero libérame por favor…
- No, no, no - interrumpió Blaise - ya dijimos que el dinero quedaba fuera de esta relación
- ¿Tenemos una relación? - pregunto Arthur mirándolo
- ¿te gustaría que la tuviéramos, mi princesa? - pregunto Blaise
- Lo que yo quiero… - dijo Arthur y se aferró a él cerrando los ojos
- Solo dímelo - dijo el empresario
- Esta noche no quiero ser precisamente… una princesa - dijo el pelirrojo - quiero…
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La luz del lugar se prendió y Blaise bajo lentamente las escaleras mientras guiaba a Arthur, que iba con los ojos vendados
- ¿estás seguro de esto, princesa? - preguntó Blaise
- Si - contesto el pelirrojo con una sonrisa - quiero llegar hasta el final
- Ya lo hablamos, hermosa - dijo Blaise mientras se fijaba por donde iban -. Cuidado con el escalón. Nunca has estado con un hombre. Tenemos que ir con calma
- Pero mi cuerpo… - dijo Arthur
- Tu cuerpo si - dijo Blaise - pero tu mente no. Si lo hacemos como tú quieres, puede que te lastime. Normalmente los gestantes masculinos son un poco más estrechos que las mujeres, por lo que se deben preparar un par de veces antes de sus primeras experiencias, pero en tu caso es peor aún. Le enseñaron a tu subconsciente que esto es malo. Así que debemos educarlo de nuevo
- Pero… - protesto su jefe cuando le quito la venda de los ojos
- Arthur - dijo Blaise - será solo una antesala, pero te prometo que lo disfrutaras de principio a fin.
- ¿Pero y tú? - dijo Arthur
- Concéntrate en ti - dijo Blaise - yo me encargo del resto.
- Esta bien - dijo el pelirrojo cuando llegaban al centro de la sala
- Antes de empezar - dijo Blaise - necesitamos establecer una palabra de seguridad
- Contigo nada malo me puede pasar - dijo Arthur
- Son las reglas - dijo Blaise -. Una vez empiece solo esa palabra me va detener
- Pero dijiste… - dijo Arthur
- Necesito una palabra, por si hago algo que no te guste - dijo Blaise
- Amo - dijo el pelirrojo - la palabra será amo - y Blaise sonrió
- No quiero escuchar que de tus labios salga ni un quejido - ordeno Blaise - o sentirás verdadero dolor. Acabo de darme cuenta de algo - dijo Blaise acariciándole los labios por lo que Arthur busco mayor contacto pero la mano se alejó - por desgracia no estamos aquí para eso
Sintió como lentamente le desabotonaban la camisa y se la quitaban. El frio del lugar lo hizo respira profundo mientras un pequeño espasmo recorría su cuerpo. Un dedo se posesiono en su frente y bajo por su nariz. Pasó por su boca y descendió por su cuello. Siguió por su pecho desnudo. Bajo por su costado derecho y llego hasta el borde su pantalón.
Abrieron el botón y bajaron la cremallera. Tanto la prenda de afuera como la interior bajaron un poco liberando su miembro, mientras un suspiro se escapaba de sus labios. Lo siguiente que sintió fue como una bofetada le cruzaba el rostro
- Te di una orden - dijo Blaise -. No quiero escuchar absolutamente nada
Arthur sintió como un hilo de sangre escurría desde su labio. Se lo habían partido. De un empujón cayó al suelo sin contemplaciones y tuvo que morderse los labios para no quejarse, aunque su entrepierna agradecía el golpe. Su pantalón fue arrancado junto con los zapatos. Le abrió las piernas y tomo su miembro
- Pequeño. Manuable - dijo Blaise -. Inservible. Pero no te preocupes. No es esta parte de tu anatomía la que me dará lo que quiero
Algo frio rodeó su miembro viril, y a continuación escucho un clic que apretó el órgano que ya estaba hinchado. Lo hizo girar sobre si y una palmada en el trasero lo hizo respingar
- Te dije que los mordería - dijo Blaise y un dolor agudo sintió en sus glúteos -. Saben cómo se ven, deliciosos.- Arthur hizo una mueca de dolor que se convirtió en una de placer - apóyate sobre rodillas y manos y avanza - ordeno jalándolo de los cabellos - pareces una perrita - dijo Blaise - la perrita Arthura - coloca tu cuello aquí y tus brazos… aquí - y sintió una especie de tablas debajo de esa parte y luego algo pesado enzima - ahora… - y lo mismo le paso a su cintura. Quiso levantarse y no pudo - ¡En verdad me encantan! - y un le dio unas nalgadas nuevamente antes introducir su lengua en su ano - eres toda una tentación. Pero… debemos hacer las cosas como se deben. Ahora si… puedes gemir. Pero solo eso y por lo bajo
Arthur sintió que le abrían los glúteos y algo delgado empezó a entrar en él. Era suave y se movía en forma circular. No aguanto y gimió por lo bajo mientras escuchaba la risa de Blaise. Pero algo llamo su atención, la cosa empezó a hacer movimientos circulares mientras gemía. Después de unos minutos empezó a ensancharse. Escucho un clic y al ver el espejo vio a Blaise tomándole varias fotografías
Su jefe camino hacia adelante y dejo la cámara a un lado. Se paró frente a él y se abrió el cierre de pantalón. Arthur siguió su propio instinto y se relamió los labios. Blaise se bajó los pantalones junto con su ropa íntima.
El pelirrojo saco la lengua y paso la punta sobre el órgano viril, desde la punta hasta la base. Cerró los ojos para concentrarse pero las emociones lo sobrepasaban. Abrió la boca y se tragó el miembro mientras clavaba los ojos en los de su jefe. Lo que habían introducido en su trasero empezó a vibrar mientras Blaise le marca un ritmo que torturaba su entrepierna atormentada. Las sesiones lo desconectaron de todo. Sus gemidos ahogados inundaban el lugar cuando un látigo se estrelló en su espalda, que lejos de asustarlo solo lo excitaban mucho más. Una. Dos. Tres. Cuatro. Y los latigazos continuaron pero él no recordaba que numero seguía
Sonrisas y gemidos era todo lo que salía de sus labios. Estaba en el cielo definidamente y no pensaba regresar pronto. La semilla Blaise inundo su boca justo cuando su miembro fue liberado. Jamás se había sentido tan vivo. Tan pleno ¿Por qué se había negado a eso por tanto tiempo? Sin embargo, cualquier línea de pensamiento murió cuando todo estallo en colores
- ¡Oh por Dios! - grito Blaise echando la cabeza hacia atrás
Se alejó de Arthur y se limpió rápidamente para después quitarle el consolador y limpiar a su pareja que perdió la conciencia cuando lo tomo en brazos. Se veía tan tranquilo. En paz
- Vamos hermoso - dijo Blaise besándole la frente - hoy dormirás en los brazos de un hombre de verdad - y lentamente se llevó a su amenté de ese lugar
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Arthur despertó abrazado a un abdomen plano y firme mientras le acariciaban suavemente el cabello. Sonrió mientras respiraba hondo cerrando los ojos y aferrándose a su jefe
- Buen día - dijo Blaise pero nadie contesto - sé que estas despierto
- Sigo dormido - dijo Arthur sin abrir l0s ojos
- ¿quieres desayunar aquí? - pregunto Blaise besándole el cabello
- ¿desayunar? - miro hacia la ventana - ¿Qué hora es? - dijo levantándose pero le dolió todo el cuerpo
- Despacio - dijo Blaise - fue tu introducción y te va doler
- Tengo que irme - dijo Arthur
- Te dejare cerca de tu casa - dijo Blaise
- No es necesario - dijo Arthur - además debo ir a la fabrica
- Hable con tu jefe y tienes el día libre - dijo Blaise y Arthur sonrió - además le dije que debía devolverte un favor y eso iba tomar tiempo
- ¿aja? - preguntó Arthur mientras Blaise giraba sobre él para acostarse sobre él y acomodarse entre sus piernas - ¿y cómo me vas a devolver el favor?
- Bueno, tengo algunas ideas - dijo Blaise empezando a besarle el cuello y el pelirrojo le dio más acceso mientras sonreía - pero nos tomaría todo el día - y los besos bajaron por su pecho - pero tengo una reunión a las diez
- Pero le dijiste a mi jefe… - protesto Arthur
- Iras a tu casa y descansaras - dijo Blaise - nos veremos donde siempre a las siete. Te invito a cenar
- ¿Iremos donde el otro día? - pregunto Arthur
- ¿te gusto? - pregunto Blaise sonriendo
- Es lindo - dijo Arthur sonriendo
- Otro día iremos - dijo Blaise -. Hoy te daré un regalo
- No hace falta - dijo Arthur
- Yo creo que si - dijo Blaise sonriendo - ahora a levantarse princesa
- Blaise - dijo Arthur y este giro a verlo - gracias
Una hora después la pareja salía de la casa entre risas y abrazos. Blaise le abrió la puerta y lo ayudo a subir. Así era justo como Arthur quería pasar su vida, aunque pareciera doloroso. Blaise había dicho que eso era una pequeñísima parte de lo que viviría a su lado. Casi no podía esperar por el resto
Blaise lo dejo a una cuadra de su casa. Antes de bajar el millonario le acaricio el rostro y le beso la frente
- Detesto la idea de que vuelvas con ella - dijo Blaise
- Entre ella y yo no pasa nada ya - dijo Arthur - y después de hoy nunca podría estar con ninguna mujer
- Cuando acabe contigo - dijo Blaise - no podrás estar con ninguna mujer ni hombre. Vas a ser solo mío - y Arthur sonrió respiro hondo cerrando los ojos