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Seducción Indirecta por mfernandasadiklover

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Notas del capitulo:

 hola ;) bueno aquí estoy trayendo la continuación, no siento que sea un capítulo triste, ni muy animado, pero me gusto como quedo, siento que da paso a muchas alternativas.

Espero a ustedes tambien les guste. Lamento si hay algunos errores de todo tipo por ahí, esta recien terminado y siempre cometo errores. nos leemos en las notas finales.

Draco comenzó la mañana con un suspiro cansado, ha pasado un mes y sigue despertando con la sensación de tener a Harry a su lado besando su cabello. Con su voz que le llama con ternura, sus manos ásperas acariciando su cuello hasta que despierta por las cosquillas que le provoca.

Dejando de lado su nostalgia se levantó para comenzar el día, Scorpius debe tener a su padre y uno que parezca feliz de estar vivo, tiene que esforzarse por él. Por eso camina lejos de la cama, aunque quiere volver a sumergirse en la bonita sensación de soñar con Potter.

Su vida en Francia es mucho más sencilla, puede salir de casa sin ser señalado, incluso ir al parque con Scorpius de la mano sin temor a que lo ataquen. Ir a lugares a comprar pociones, materiales y libros.

Se mira en el espejo, ligeras ojeras estropean su piel, no logra dormir por los tormentosos recuerdos, cada experiencia con Potter siendo reproducida para alimentar su afligida mente. Casi desea poder borrar su memoria, pero rechaza ese pensamiento, no quiere olvidarlo después de todo. Adora soñar con él, aunque luego le duela.

Sus manos tocan su cuello que está al descubierto, su cabello ya no alcanza para cubrirlo, lo corto cuando comenzó una nueva vida, de todas formas, ya no tenía quien adorara los largos mechones, cierra los ojos. Lentamente inundó su mente con la forma en que los dedos de Harry le acariciaron durando tanto tiempo.

La forma tan suave en que trenza su cabello porque Malfoy tiene las manos ocupadas sosteniendo a Scorpius recién nacido, ahora que lo piensa desde el inicio Harry siempre amo su cabellera, le dedica largos momentos para jugar con ella inundándose de su aroma.

Mueve la cabeza pasa sus dedos por sus cortos mechones, no puede seguir así, viviendo de recuerdos agridulces. Escucha a Scorpius llamarlo, vuelve a la habitación que comparte con su hijo, en la mesa de noche, está apoyado el regalo sin abrir que Harry le dio, ya fue Navidad, pero sigue sin atreverse a abrirlo. No resistiría hacerlo porque sabe que tomara el celular que tiene guardado y lo llamará.

Debió deshacerse de eso, pero ahí tiene fotos y videos del tiempo más feliz de su vida y no es fácil querer eliminar todo.

“Draco hijo, buenos días”. Dijo la voz de su madre cuando apareció con Scorpius en el comedor, al admirar la lujosa mesa y la distancia en la que están sentados sus padres deseo con todas sus fuerzas volver a la cocina donde desayuno cada mañana con Harry con las rodillas rozándose.

“Buenos días”. Respondió sin ganas, amaba a sus padres, pero seguía enojado con la actitud que tomaron cuando él decidió casarse con Astoria a la cual consideraron poco digna por no seguir la idea de la supremacía de los magos de sangre pura.

Ni siquiera al funeral asistieron, tal vez por eso jamás pensó en irse a vivir con ellos incluso cuando estaba desesperado por no saber atender a un bebé recién nacido. Seguía furioso y triste que sinceramente solo esperaba encontrar un buen lugar y marcharse.

Si no aceptaron a esa estupenda mujer como iban a aceptar a Harry Potter, pensó dejando al descubierto una cara horrorizada por la idea de sus padres enterándose lo que había estado haciendo con el joven mago.

De solo pensar en que supieran que pasó horas siendo amado por el otro chico, o como había ensuciado las camas en la mansión al permitir que Harry durmiera allí. Tal vez le contaría la vez en que jugaron arrojándose comida y las preciosas paredes quedarán con manchas que no se fueron.

Cada lugar de esa mansión tan horrible fue llenado con la presencia del chico de oro. Draco recordaba las tardes en que se sentaron frente a la chimenea solamente disfrutando del silencio, o platicaban sobre todo y nada, las formas en que Harry le decía lo mucho que disfrutaba de su compañía. En el tiempo cuando recién eran amigos, donde jamás pensó que el Gryffindor sintiera hacia él más que lástima.

Sintió un apretón en el pecho, Harry lo amaba, ¿por qué lo hace en primer lugar?, Potter no parecía del tipo de hombre que le atrae solamente el físico.

¿O fue una ilusión?, un malentendido, ¿si no era amor lo que ambos sentían?, es un poco tarde para pensar en todo eso Draco, se dijo reprochándose. No vale la pena llenar tu cabeza de inseguridades y preguntas, menos cuando el león no está para contestar ninguna.

Es mejor concentrarse en enfrentar las miradas de sus padres, que seguían sin poder aceptar que el hijo que tuvieron es ahora su hija también. O la mitad de ambos, seguía con la duda si había logrado crear un útero en su cuerpo debido al tiempo que consumió la poción, pero no es como si fuera capaz de embarazarse, así que no debía pensar en eso de todos modos.

Bueno ya no importaba nada de eso, porque pronto su exterior volvería al de un hombre nuevamente y solo su pareja sabría sobre el pequeño detalle entre sus piernas, la cual no sería Potter recalcó su mente.

Cuando sus padres lo vieron llegar a Francia, de inmediato pudo notar la mirada de decepción de su padre al entender que por su ignorancia había destruido su cuerpo. Ahora la atención de ellos estaba enfocada en su nieto que era un retoño fresco, no un fracaso como él.

Suspiro fuertemente había perdido el apetito. Por suerte su pequeño compañero movía la boca emocionada por la comida deliciosa, sus padres se miraron entre sí, estaban preocupados por el estado de su hijo, lamentaban mucho sus decisiones el no apoyarlo cuando los necesitó.

Ahora su niño sufría nuevamente, pero no les permitía entender su dolor, sino que actuaba justo como su padre siempre quiso, un espejo de frialdad e indiferencia.

Inesperadamente los días pasaron con facilidad, su vida al no estar atada ahora por las cargas de su pasado, se dedicó largamente a estudiar. Quería un trabajo y poder ser libre del dinero de sus padres.

Scorpius sollozo un poco en los brazos de su abuela, pero la mujer era incapaz de calmar al pequeño. Draco estaba muy ocupado con su trabajo de alquimia. Narcisa había convencido a su hijo que se concentrará en sus estudios y que ella podía cuidar al niño unas horas al día.

Lucius miró a su nieto sobre el diario que leía, comenzó a molestarle como el pequeño lloraba por la falta de su progenitor.

Era obvio que Draco no lo educaba como correspondía, el niño estaba mimado y fácilmente sería absorbido por la ignorancia de las masas, incluso podría volverse un bobo que admirara al estúpido de Harry Potter, sin modales y tonto.

Chasqueo la lengua, y arrojó el diario enojado al observar su fotografía, no quiso seguir leyendo las estupideces que decía.

“Papi”. Chillo Scorpius cuando vio la foto del diario. Narcisa lo sostuvo de sus intentos de bajarse de sus piernas.

“¡es suficiente!, Draco no fue un niño tan difícil, era tranquilo y muy educado, sabía guardar silencio frente a los mayores, Narcisa educaremos a nuestro nieto para que sea digno de portar el apellido Malfoy”. Agitado trato de recuperar el aliento, no había hablado tanto en mucho tiempo.

Su esposa le miraba preocupada, no pensaba que todo fuera como él decía respecto a la educación, además no creía que Draco deseara eso, pero si algo se le metía en la cabeza a Lucius no pararía. Mejor sería vigilar que no actuara impulsivamente y que molestara a su hijo logrando que se marchará nuevamente.

Miró al pequeño que agitaba los brazos, observo la fotografía, la familia Potter estaba ahí, se veían preciosos juntos, caminando de la mano con sus hijos. Seguramente iban a ser compañeros de Scorpius si Draco regresaba a Inglaterra.

“Papi”. Murmuró el niño en un susurro ahogado, estaba nuevamente comenzando a lagrimear. Ella le beso el cabello, se parecía a Draco, amaba mucho eso.

“Tu padre ya vendrá”. Le dijo suavemente, tal vez Lucius tenía razón y el niño estaba demasiado apegado al solo tener a Draco, de ser así su hijo no podría trabajar porque su bebé lo impediría.

Por otro lado, Draco no necesitaba trabajar, suspiro al no entender del todo a su joven hijo. No se dio cuenta de lo mucho que Scorpius quería el periódico.

Draco salió del estudio al sentir que tocaban la puerta, en unos meses debía presentarse frente a expertos y mostrar sus capacidades con la alquimia, deseaba encontrar soluciones a problemas mágicos. Como lo que le sucedió a él. Quería que Scorpius se sintiera orgulloso de su padre al crecer.

Vio la mirada fría de su padre al abrir la puerta, Scorpius estaba llorando en sus brazos, su madre detrás de su marido le miraba preocupada.

“¿Qué sucede?” preguntó confundido, su padre dio un leve bufido como respuesta.

“Quiero comenzar la educación de Scorpius, para que al entrar al colegio pueda tener gran conocimiento y poner en alto el apellido”. Draco lo miró sin expresión unos breves segundos, sabía que era un hombre inteligente, pero si lo educaba como hizo con él, entonces no tenía nada que enseñar.

“Está por cumplir tres años, ¿qué conocimientos puede enseñarle a un niño de esa edad padre?” preguntó curioso de la respuesta, el hombre parpadeó confundido, ¿su hijo estaba… cuestionándolo?, su boca se abrió levemente. ¡Hasta se comportaba como una mujer! Pensó reprochando la actitud de Draco.

“Ir al baño, comer sin ensuciarse, tal vez iniciar con palabras más avanzadas”. Dice su madre interrumpiendo. Draco la miró y sonrió, bueno eso sería útil, Potter le dedicaba tiempo a enseñarle hablar mientras él preparaba la cena, deja de pensar en Harry se dijo enojado.

Asintió conforme con la idea, además así Scorpius se acostumbraría a la presencia de sus abuelos. Ellos se marcharon con su hijo que lo llamaba, le dolió un poco el corazón al cerrar la puerta, pero sabía que era lo mejor para ambos.

Cuando ya era muy tarde salió de su estudio, sus padres cenaban en esa mesa enorme que a él no le gustaba. Scorpius estaba sentado en un asiento especial, lejos de Draco, al verlo llegar movió los brazos para recibirlo emocionado, quiso ir por él, sentarlo en sus piernas abrazarlo y besarle las mejillas rojas.

“No lograrás que se despegue de ti actuando tan blando”. Le hablo Lucius con rudeza, se sintió nuevamente como un niño al que regañan por su poca capacidad de obedecer. Restringido y atrapado en lo que cuyo padre desea de él.

Draco suspiró, quería volver a casa. Estar solamente con Scorpius, Harry y ser libre nuevamente, amado y comprendido, ser sumergido en la felicidad simple y sencilla que experimento cada día.

Para distraerse tomo el diario del día, el hacerlo destruyo sus fantasías, Potter siguió con su vida. Arrugo el papel enojado, se veían como una familia feliz, sin preocupación alguna. Debo seguir adelante pensó furioso, aunque sea arrastrando mi corazón.

Esa noche arrojó a la basura sin abrir el regalo, enojado de su propia debilidad, cerca de la madrugada sin poder dormir por lo que había hecho, se levantó y lo recogió, se sentía como un tonto por añorar tanto a alguien que ya lo estaba olvidando.

Abrió el regalo que Harry le había dado. Dejó caer su rostro sobre las almohadas al mirar el bonito cuadro con una fotografía mágica.

Harry estaba sentado y tenía a sus hijos entre sus piernas con Malfoy a su lado junto a Scorpius, la mirada verde se movía desde los niños hasta la de Draco, se miraban y sonreían. Parecían una familia y en el momento en que tomaron esa fotografía también se sentían como una.

Recordaba la brisa que se filtraba, la forma en que Harry comía aún peor que los niños, las risas. Luego la mirada del chico que provocaba a Draco, que torpemente tocaba su brazo apegándose deseoso de sentir su calor y su aroma salvaje.

La intimidad entre ellos se volvió en una línea delgada, luego simplemente no notaron lo complicada que se había vuelto su relación.

Tragó saliva al recordar como pasaba largos momentos embelleciendo su piel para que el otro lo mirara con los ojos bañados de lujuria. Siempre que estaban juntos lo hacía sentir muy hermoso, deseable y encantador.

Tal vez desde el inicio si planeo algo, estaba en su naturaleza provocar positiva o negativamente a Potter, solo pensó que jamás lo vería con ojos cegados de amor.

La forma en que Harry le miraba le hizo aguantar las ganas de llorar, podía distinguir el amor en la mirada, en cómo la sonrisa del chico de cabello rebelde se agrandaba cuando sus hombros se rozaban.

Lloro un poco esa noche al saber que todo eso ahora sería de Ginny nuevamente, mañana sería mucho mejor, tenía que empezar los preparativos para el cumpleaños de su hijo. Planeaba tener una fiesta pequeña y reservada, pero que fuera estupenda para Scorpius.

 

Harry despertó con un fuerte dolor de cabeza, había dormido en su estudio y la saliva empapaba la mitad de su mejilla. El trabajo lo mantenía agotado, faltaba personal en el ministerio y no lograban avanzar en las investigaciones.

Suspiró nuevamente, salió de la ducha que había en su habitación, al mirarse en el espejo, incluso con los lentes se podía saber que tenía problemas con el sueño, no lograba dormir porque Malfoy lo atormentaba.

Su carita de felicidad, deseo, amor, luego su rostro lloroso, todo se volvía contra él, y solo quedaba su voz fría. Recordaba lo que dijo y aunque no le creía, no podía evitar tener dudas e inseguridades sobre lo que escucho.

Escucho a los niños correr emocionados, era su día libre y había prometido ir a la madriguera y jugar con ellos, están saliendo de casa cuando las fotos comienzan. Suspira agotado.

Los niños gritan y juegan con sus primos, Harry se siente como un cadáver que actúa en modo automático, es feliz si sus hijos lo son, pero no puede evitar desear estar ahora junto a Malfoy y el pequeño Scorpius. Todos juntos divirtiéndose mientras recorren el gran jardín o ven películas muggles.

La forma que Malfoy sonríe feliz cuando come dulces, en su hablar con los pequeños como si fueran sus mini esclavos y Harry se odia por reírse al observar a los niños formándose en una fila ofreciendo sus golosinas para el rubio mayor que finge llorar.

Harry trata de sonreír, realmente lo se esfuerza, los Weasley siempre han sido su familia, no quiere decepcionarlos con su apagada actitud, pero cada vez es más difícil solo fingir que nada paso.

Que no tiene el corazón herido y que la llaga no cierra porque está infectada y se niega cicatrizar.

“¿Sucede algo Harry?” le pregunta Ron al acercarse. No sabe por qué su amigo cada día se ve más apagado, desde que Malfoy se fue se dice brevemente preocupado.

Tal vez el hurón se alejó sin avisarle, siempre fue un hombre desconsiderado, aun así, no cree que sea eso, incluso su hermana está fingiendo que nada anda mal que todo es perfecto, pero Ronald no es tonto, sabe que hay algo que están ocultando.

“No es nada Ron”. Responde avergonzado de ser tan fácil de leer. Quiere alejarse al notar que Hermione se acerca, a ella no podrá engañarla ni dar respuestas vagas.

Ginny le mira fijamente cuando entra a la habitación donde está ella, ve la ira en su rostro, guarda silencio por qué no hay nada que quiera decirle. Fingen que no se vieron y eso es bueno para Harry.

Por la noche se marcha a su estudio, trabaja hasta que logra finalizar, sabe que cuando llegue al ministerio tendrá nuevas tareas. Deja escapar un suspiro, a esta hora Malfoy estaría distrayéndole, haciendo que el trabajo fuera más entretenido comentado sus ideas sobre los reportes, tiene una mente malévola y le es fácil entender todo rápidamente.

“Piensa en esto Potter fue asesinado por dinero, claramente”. Le dice una noche mientras hablan por celular, Harry sonríe al escucharlo.

“Malfoy concéntrate, eso fue en una película”. Replica suavemente, escucha al chico dar una risita leve, está adormilado, claramente cansado pero decidido a permanecer acompañando al Gryffindor.

“Todo sería más fácil si pudiéramos darle vida a la cama donde murió para que nos diga”. Dice suavemente, Harry se ríe.

“No me gustaría que los calcetines delaten a mis pantalones”. Agrega burlándose del chico rubio que da un bostezo.

“Con el olor a pies bañados en el mar muerto seguramente fueron silenciados hace mucho tiempo”. Responde Malfoy con una voz pesada el sueño se lo está llevando y Harry lamenta no poder seguir hablando con él.

Recuerda que a Malfoy se le olvidó cortar la llamada, Harry se queda terminando los informes con la suave respiración de su hurón en el oído, se siente como un degenerado, pero no se niega el placer de estar con Draco un poco más.

Mira a ambos Malfoy, es una fotografía que no se mueve, retira la foto, tomándola y acariciando con sus dedos, Draco está sonriendo con un bebé casi recién nacido que abre la boca sin dientes.

Desvía sus ojos de la foto y mira el cuadro vació. Suspira entristecido, Malfoy todavía no abre su regalo.

Esa misma noche mientras revisa documentos, desvía su vista como es costumbre y ve que el cuadro que, en realidad en un espejo mágico, se ilumina al ser sacado de la oscuridad finalmente.

Malfoy está al otro lado, Harry observa su carita llorosa, siente que el pecho se contrae furiosamente por la angustia. No puede creer que lo primero que vea de Draco sea su rostro herido, es como si el tiempo no hubiese pasado para él tampoco, mira sus ojitos que se tornan amorosos parece que la foto que cubre el espejo es un buen obsequio.

“Te cortaste el cabello”. Dice en un susurro, pasa las yemas por el reflejo. Le sienta bien, desea pasar los dedos por los cortos mechones y poner su mano en el cuello que está al descubierto, acariciar la piel y besarle suavemente. “Realmente hermoso”. Vuelve a decir, besa el espejo con delicadeza.

Desea desesperadamente tocarlo directamente, sus pálidas mejillas, la forma en levantar la nariz al enojarse, o cuando entrecierra los ojos molestos porque Potter tiene algo que él no. Chico envidioso piensa sonriendo levemente.

Es como cuando era un adolescente y lo vigilaba con el mapa, un acosador, pero no puede detenerse. Es imposible solo dejarlo ir tan fácilmente, lo ama y quiere que el otro siga amándolo, incluso si es de manera egoísta, no quiero que lo olvide. Por eso no se siente culpable de mirarlo, aunque Draco no sabe que lo hace, de violar la privacidad del chico y que si se entera va a matarlo imitando a los muggles que usan hachas y cuchillos, tal vez una guadaña.

Prometió no verlo, admirar su reflejo no es mirarlo directamente se dice para sentirse mejor consigo mismo. Va a cuidarlo desde las sombras.

Los meses transcurren con una rapidez que le revuelve el estómago, Malfoy es hermoso, sabe que pronto comenzará a atraer a sujetos que deseen conocer los lugares secretos que solo Harry conoce.

No lo piensa mucho cuando ve que el primer sujeto llega, simplemente sus ojos en la foto se mueven y un hechizo susurrado es lanzado sobre el estúpido que entró en la habitación de Malfoy.

Lo ve marcharse corriendo, sabe que no volverá porque cada vez que pise la casa una poderosa diarrea lo echará, a menos que desea quedarse en los huesos eso sí.

Ve Malfoy llevarse la mano a la nariz apretándola para resistir el olor mientras se ríe apoyándose contra la puerta cerrada, Harry sonríe no te lo haré fácil piensa, feliz de que no parezca desilusionado.

 

Draco lleva sus estudios lo mejor que puede se siente orgulloso que los viejos magos le digan que es el más brillante del curso, esto lo logro porque tuvo un buen profesor como Severus Snape, no por dinero o estatus.

Scorpius va a crecer sabiendo sintiéndose orgulloso de su padre que logro grandes cosas, aunque no sea un Harry Potter, ni una Hermione Granger, bueno o un Ron gracias a merlín.

Regresa tarde por la noche a la mansión, debido a las pruebas deben ser vigiladas le toma varios días irse de casa para completarlas. Scorpius duerme en los brazos de su abuela, Draco se le acerca, está recostada con el niño cerca del fuego.

Desea tomarlo en brazos para irse a acostar, pero su madre niega, le dice que es hora que comience a dormir solo. Draco tiene sentimientos encontrados, quiere a su niño, sabe que pronto tendrá que comenzar a alejarse aún más de casa y decide que es lo mejor para el bebé es separarse un poco. Aunque sea doloroso para ambos.

Suspira mientras se siente en la cama, está cansado, el estudio de la alquimia es complicado y pocos magos logras llegar al final.

Toma entre sus manos la foto de Potter y los niños, sonríe levemente, tiene las mejillas rojas porque lleva meses contándole los avances de su vida a un Harry falso.

Pero no puede evitar recostarse con el retrato sobre su pecho plano y comenzar a decirle todo lo que había hecho en el día. Lo divertido que era transformar la roca en oro, las cosas malas como el constante acoso de las personas que piensan que está desesperado por una pareja, incluso lo infeliz que es alejándose de Scorpius.

“Sabes”. Le dice suavemente acariciando el marco de madera. “No debo traer a Scorpius aquí, pero si nadie lo sabe, entonces jamás pasó”. Murmura con una sonrisa mientras planea secuestrar a su hijo, extraña sentir el tibio calorcito que le proporciona el cuerpo regordete del niño.

Se levanta con pasos rápidos, camina por los fríos pasillos y llega a la habitación del niño que le mira de inmediato.

“Papi”. Dice de inmediato, se levanta y eleva sus brazos para ser levantado, Draco se acerca rápido, lo toma dejándolo en su pecho y le besa repetidamente el cabello rubio. El olor a vainilla le llena de tranquilidad.

Lo extraño tanto, no verlo cada segundo de su vida es insoportable, lo saca de la congelada habitación, no es que esté fría, solo no hay nada que le diga que Scorpius sea dueño de esto.

Llegan a la habitación de Draco, es adornada con las cosas que trajo de la mansión en Inglaterra. Los regalos que Potter le dio durante todo el tiempo. Sabe que sus padres estarían horrorizados por cómo está decorada así que la mantiene firmemente cerrada con hechizos avanzados que el león le enseñó.

Se recuestan entre risitas Scorpius le besa el rostro feliz de verlo, Draco lo acomodo en su pecho y le acaricia la espalda para hacerlo dormir.

Malfoy toma el regalo de Potter nuevamente. Observa los ojos que se mueven para mirar la cámara y luego al Draco de la foto, por unos breves momentos piensa que lo está mirando.

Decide que está muy cansado, lo suficiente como para pensar en estupideces.

Hay un chico que estudia junto a él, lleva semanas diciéndole lo hermoso e inteligente que es.

“No tienes creatividad”. Le dice enojado, porque Harry se las dijo demasiadas veces como para aburrirse. Además, que Potter el salvador del mundo mágico se lo diga eleva bastante los cumplidos que da.

“No eres para nada fácil de complacer”. Le dice el chico con una sonrisa encantadora, el dragón suspira, evidentemente solo un héroe tiene derecho a un Draco Malfoy. “Eso es bueno”. Agrega con los ojos brillantes ante un reto.

Pasan semanas con el chico insistiendo tener una cita, le trae flores y dulces. Draco no come ninguno, no son chocolates finos, Potter siempre le compro de los más caros, de marcas que utilizan ingredientes raros y deliciosos, el ramo lo elimina porque no son rosas silvestres que le gustan, sino un arreglo muy común. Harry le compraba semillas que luego plantaban en su jardín.

Con tierra hasta los codos el chico de lentes le sonríe emocionado porque saber que crecería, Malfoy apartaba el cabello de la sudorosa frente mientras le daba una sonrisa.

“Mi jardinero personal”. Le decía mientras Harry se acomodaba los lentes cubriendo su cara de tierra. Malfoy estiraba su mano y limpiaba la suciedad del rostro, las mejillas morenas se tornaban levemente más oscuras por el sonrojo.

“Por ti sería Voldemort”. Le responde aguantando la risa. Malfoy grita cuando las manos de Harry le ensucian el cabello y comienzan a jugar entre la tierra como niños.

Es atrapado y besado suavemente en las mejillas, siente que el corazón va a salir de su pecho al sentir los brazos de Harry rodearlo.

“Scorpius me puede estar llamando”. Le dice jadeando tratando de recuperar la respiración después de la carrera. Harry separa los labios y sus alientos chocan. Su pecho se mueve rápidamente, tiene miedo que se note lo mucho que le afecta la cercanía.

“Scorpius no puede hablar todavía, hurón mentiroso”. Le responde Harry, el dragón siente la sangre llenar su cabeza, quiere besarlo, impactar los labios en esa boca atractiva.

El hambre le destroza un poco, logra notar el deseo en los ojos verdes, me desea piensa halagado, se quedan quietos solo mirándose.

Mueve la cabeza para disipar sus recuerdos, las flores de su jardín son hermosas porque Potter lo hizo para él, ¿y este chico piensa que va a conformarse con un ramo de tres tulipanes de una florería cualquiera?, debe ser un chiste.

Harry es mucho mejor, aunque tenga miles de defectos incluido el anillo en el dedo, siempre le gana la mirada que le da, como si fuera lo único en el mundo, este chico que tanto insiste solo lo mira con deseo de satisfacer su ego al ser Draco un desafío.

“Realmente no logro agradarte ni un poco”. Dice el desconocido por qué no le interesa saber su nombre, Draco sacó su vista del pesado libro que tenía que leer, miró a los ojos claros del hombre.

“No considero que estés a la altura de un salvador del mundo, pero sabes, acepto esa cita”. Cierra con fuerza el libro enojado de medir a sus pretendientes con las acciones de Potter. Nadie podría ganarle, se quedaría solo por el resto de su vida y eso no era una opción.

Draco suspiró aburrido, aceptó con la condición de que sea en casa, sabe que de esa forma no se arriesga a nada. Si aparece un chico o chica que le guste aceptara llevarlo a algún lugar lejos de la mansión o precisamente de sus progenitores.

Se siente un poco culpable utilizar a sus padres para espantar a sus pretendientes, pero es tan divertido observar la cara de Lucius ponerse de todos colores al distinguir que el chico no un mago de sangre pura.

“Debo ir al baño”. Dice el hombre angustiado por el rechazo evidente, Draco se siente ligeramente mal que sea tratado de esa forma solo por ser nacido mestizo, pero si el chico era honesto con todo lo que había dicho tendría que soportar a los clasistas de sus padres, aunque sea una vez.

Preocupado lo sigue, lo encuentra perdido en su habitación y nota espantado que la dejo abierta por lo estresado que estaba por preparar la visita del hombre, que no le gustara no quitaba que no se arreglaría.

Pasa por su lado corriendo, un olor repulsivo dejado atrás, se lleva la mano a la nariz mientras se ríe, ¡por merlín que acaba de pasar!, exclama divertido, se apoya contra la puerta, deja escapar una risa que escapa sin poder evitarlo.

Ve al falso Harry mirarlo, mira la cámara le dice su mente aclarando. Se acerca y tomó el objeto, se siente repentinamente ligero, hace mucho que no se reía.

“Después de todo solo me conformo con el héroe del mundo”. Murmura dejando un beso en el vidrio. Sigue amando al idiota.

Sale de la habitación, ya que la reunión se fue por el retrete al igual que el acompañante, es mejor pasar el tiempo con Scorpius y jugar con él, ya que tiene la noche libre.

 

Harry sonríe mientras prepara su cena, los niños duermen y él trata de ser lo más silencioso posible, está muy contento con saber lo que piensa Malfoy. No hay nada como una travesura que sale bien, todavía puede distinguir en su mente los labios rojos posarse suavemente en el espejo.

“Pareces feliz, Harry”. La voz de Ginny le sobresalta, gira su cabeza es la primera vez en días que le habla estando solos.

“Así es”. Dice sin especificar y continúa cocinando. La mujer pelirroja se cruza de brazos, Harry suspira, lo único que hacen cuando están solos es discutir, pero no puede quejarse porque es lo que decidió.

“Al menos uno de nosotros puede ser feliz, el otro debe conformarse con migajas de ese sentimiento”. Le dice enojada, todavía la ira arde con pasión, más al intentar ser amable con él y ser rechazada sin piedad. La única vez en que Harry le mira es cuando ofende a la serpiente de Malfoy.

Odia usar al mortífago para causar algún sentimiento en la cáscara que es su esposo, pero simplemente no puede evitarlo, se siente tan sola, agotada de todo esto. De lo que significa la carga emocional de vivir con un hombre que no la ama.

Se aleja antes de que llore nuevamente, se siente en su cama matrimonial que es ahora solo suya. Mira a los niños que ahí duermen, están creciendo tan maravillosamente, son como un reloj de arena piensa asustada.

Harry sigue sin olvidar ni un solo día a Malfoy, puede saberlo con tal claridad como sabe que por las noches lo llama entre pesadillas.

Es demasiado pronto para rendirme se dice, ama todavía a Harry así que comprende lo que el otro siente. Solo es tiempo, cuando olviden puede que logren volver a ser lo que eran, un hermoso matrimonio.

 

Dos años después de su separación Malfoy se da cuenta de que tal vez conseguir pareja es más difícil que lo pensó, decide alejarse de sus padres porque están echando a perder tanto sus relaciones como a su hijo.

Aún no puede perdonarle a su padre que le enseñara a odiar a Harry, el pequeño Scorpius es gracias a merlín un niño muy dulce y no le hace mucho caso. Además, Draco ya termino sus estudios y cree conveniente que es hora de alejarse y comenzar a vivir como desea hacerlo.

Posee un trabajo en el ministerio francés solucionando problemas mágicos, inevitablemente siente que Potter está detrás de eso, fue llamado directamente a pesar de su pasado, pero no es posible porque no ha sabido nada de él desde que bloqueo la entrada de diarios que tengan su nombre.

Seguramente no sabe ni que estuvo estudiando o como crece Scorpius, Harry no forma parte de tu vida se dice, olvídate de él porque ya no te ofrecerá ningún apoyo ni te mirará con ojos llenos de amor.

Aun así, es extraño, pensó que tardaría años antes de comenzar a trabajar y que tendría que hacerlo desde abajo con un mal salario y pésimo trato.

Se sentó en la cama mirando el retrato que lo acompañó en cada momento de su nueva vida.

“Hoy jugaré con el rojo para celebrar” murmura juguetonamente pasando su uña por el vidrio que protege el rostro de Potter.

Ya que no puede conseguir una pareja que no sea espantada por estúpidas razones, la masturbación con el Harry falso es hecha cada noche sin falta.

¿Qué estará haciendo Harry ahora?, seguramente siendo muy feliz con su vida. Una donde no hay espacio para un Draco Malfoy.

Harry a través del espejo sonríe, ha estado eliminando la competencia laboral y sentimental de Draco, tal vez si hace un buen trabajo en el ministerio sea llamado para trabajar en Inglaterra, ya casi puede saborear el regreso del dragón. Incluso si no puede verlo directamente tiene varias ideas de cómo mantener al chico ocupado todo el tiempo que necesite.

Notas finales:

¿qué les pareció?, sinceramente no sé cómo sentirme respecto a esto xD
así que como siempre si quieren dejar una opinión es bien recibida, cualquier duda o sugerencia también.
espero les haya gustado, nos leemos en la actualización.


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