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Seducción Indirecta por mfernandasadiklover

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Notas del capitulo:

hola chic@s, primero quiero disculparme por mi demora, sé que nunca dije cuando publicaba, pero jamás paso tanto tiempo como este entre capítulos.

paso que el capítulo estuvo listo hace mucho, pero cuando quise enviarlo a mi celular noté que el archivo estaba vacío. Me quise morir porque me había gustado como quedo y lo había perdido todo.

tuve que escribir todo nuevamente y no sé si logré plasmar lo que quería o si corregí correctamente, espero si ven algún error me lo hagan saber. 

bueno además de eso, muchas gracias a las personas que se toman el tiempo de comentar, sinceramente pensé en ustedes cuando me dije, ánimo tienes que reescribir todo rápidamente.

En fin, sin más que decir espero disfruten lo que leen y nos leemos en las notas finales.

Han pasado tres años de la separación y uno desde que se alejó de su familia, Draco esa mañana abre los ojos con pesar, no puede creer que sus sueños no le pertenezcan. Su primer pensamiento coherente del día es; no creo que logré olvidar mi tonto enamoramiento por Potter.

Draco se levanta de la cama, debe despejar sus pensamientos poco alegres. No debería preocuparse por alguien que no lo busca, Potter lo olvido, en todos estos años, ni una sola vez lo busco, nunca ninguna señal de que aún hay espacio para él en el corazón del otro hombre. Claramente disfruta de la vida que escogió, de su esposa comprensiva y de sus adorables hijos ingenuos.

Una vida donde Draco Malfoy no existe y avanza sin preocupaciones. En cambio, él está en el mismo punto, esperando todos los días que se transforman en semanas, luego en años y lo único que no cambia es que sigue atado a la telaraña que tejió el salvador del mundo mágico. Porque jamás sabe nada más de él, aparte de las fotos del diario que se le clavan en el hígado y que fuerzan la bilis por su garganta.

Espero te pudras le dice, maldiciéndolo a él y a su yo incapaz de dejarlo ir, casi se quiere reír de sí mismo, de su estupidez y terquedad. Cuando alguien toca la puerta de su nueva casa, piensa de inmediato en Potter, la lechuza en la ventana también es él, las cartas que recibe pueden ser de él, por eso, aunque odia revisar su correo cada día lo hace.

Pero está cansado de eso, cada vez más, añorando a alguien que ya no lo ama, solo viviendo de recuerdos que no lo llevan a nada, casi enloqueciendo porque no comprende cómo es posible que siga amándolo. 

Sigue soñando todas las noches, se entrega a él en sus fantasías, cada día se dice, no lo haré nunca más y tira el cuadro a la basura, lo recoge porque falla, siempre lo hace.

Suspirando agotado vuelve a cerrar los ojos, la luz le da en la cara para su desgracia y le impide volver a dormir, eso y que Scorpius está mordiendo su brazo indicando que ya quiere desayunar.

“Es hora de comer”. Le dice divertido, el chico rubio le mira con los ojos centelleantes felices de comenzar el día. Su pijama con decoraciones de snitch le hace sonreír porque sabe que es el favorito del niño que ya no es su bebé.

Mientras se levanta siente una almohada en su espalda, se gira para mirarlo y solo logra que otra le dé en la cara, divertido comienza el día con una lucha entre risas.

Camina por la pequeña cocina, una caja de ratón como la llamó su madre al verla, su padre omitió comentario eso es lo suficientemente bueno para Draco. Vive en una casa normal, la escogió porque le queda cerca del ministerio y del parque para que Scorpius juegue.

Hubo un tiempo cuando el pequeño no sonreía, no quería jugar ni siquiera hablar. La relación entre Draco y su padre se volvía cada vez más tensa, el joven mago trató de marcharse de la mansión una vez al mes debido a eso. Ahora le parece divertido, pero en su momento todo era insoportable.

Su padre no parecía entender que no quería que dañara a Scorpius con sus ideas anticuadas y poco amigables. El niño era demasiado inocente como para reconocer la maldad bajo las palabras de enseñanza de su abuelo, por eso sin intención cuando Draco preguntaba cómo había ido el estudio acusaba a Lucius sin darse cuenta.

“No somos iguales, algunos nacemos sobre otros, tú eres uno de ellos”. Scorpius no logra entender qué significa eso, él no cree ser mejor que el elfo Kreacher solo porque tiene dinero. Por eso le pregunta a su padre, se arrepiente de hacerlo cuando escucha los gritos, su abuela lo consuela. No es tu culpa le dice, pero el niño no piensa que sea verdad.

Su padre parece agotado al llegar a casa, Scorpius solo quiere estar junto él, no es posible porque su progenitor debe ingresar de inmediato a su estudio y comenzar a trabajar para poder graduarse. El niño lo comprende, realmente a su corta edad lo hace, pero eso no quita lo doloroso que es no tenerlo cerca.

Su abuelo está ahí para él, le enseña magia simple, las escobas, pociones, los animales mágicos, pero también lo hace sobre la jerarquía mágica, y como los magos nobles deben comportarse. Scorpius simplemente perdió las ganas de reír.

“Creo que hice algo mal”. Le dice Lucius una noche a su esposa que está a su lado en la cama. Ella le dirige una mirada comprensiva. El hombre suspira, siente a Narcisa abrazarlo suavemente. Tal vez se equivocó como actúo, solo quería que el niño fuera fuerte y que el mundo no supiera cuando lo lastima, que pudiera mantenerse erguido y que nada se metiera dentro de la coraza de perfección.

Lo entendió cuando todos se sentaron a cenar y el silencio fue tan abrumador que él mismo quiso empezar una conversación, su hijo y su nieto lo miraron, ambos con los ojos llenos de sombras e infelicidad. Una respuesta escueta y luego un prolongado suspiro agotado. Estaba perdiendo a su familia se dijo, nuevamente por su estupidez.

“Draco no pide mucho, no exige que seas un hombre cariñoso con Scorpius, debes aceptar que endurecer al pequeño hará que no logre disfrutar de las cosas más simples de ser niño”. Él la abraza levemente, en silencio piensa que ella siempre tiene razón, tratara de comportarse porque no quiere que se marche nuevamente.

Luego de eso la relación mejoró, Draco llegaba a la mansión y encontraba a Scorpius arropado mientras el abuelo lee un cuento para él. Las discusiones acaban, las miradas y los gestos también, su niño puede correr por los pasillos y charlar con los elfos.

Lo ve correr mientras los abuelos lo persiguen con una mano en la espalda, ya que no son lo suficientemente jóvenes para tales actividades y Draco escoge quedarse por un tiempo, porque ama a sus padres y quiere que Scorpius los ame también.

Además, la compañía ayuda bastante a que la mente esté ocupada lejos de los recuerdos, ya solo supéralo se dice enojado. Es de noche y despertó sollozando porque es atormentando por Potter, debería poder sentirse mejor por el paso del tiempo, pero no es así. Ese bastardo está metido en el fondo de su ser, clava los dientes en la herida para que Draco deje un camino de sangre que puede seguir. No tiene escapatoria de sus sentimientos.

Siente que la herida está cicatrizando solo por los bordes, dejando un hoyo en su pecho, no lograra olvidar así, necesita sacar a Potter de su sistema, decide ser más amable y sonriente. Cambiar su comportamiento para agradar al resto.

Tiene citas dos veces a la semana y solo logra desanimarse, todos son buenos, las mujeres son dulces y los hombres tiernos. Pero no son Harry con su humor de Gryffindor, ni con su terquedad, ni con los ojos verdes y sobre todo no están desesperados por Draco.

Lo hacía sentir especial, lo volvió adicto a esa sensación, ahora sufría por eso, porque nadie le miraba con tanto amor como Harry.

“Estúpido Potter”. Murmura enojado al darse cuenta de que no logra mirar a nadie porque sigue comparándolos con Harry y su desbordante afecto obsesivo. ¡No puede evitarlo! ese hombre lo trataba al igual que un tesoro, lo miraba cómo si Draco fuera la estrella más caliente del universo.

“¿tú también piensas eso de Harry Potter?” sobresaltado se sienta en la cama, Scorpius estaba mirándolo desde la puerta de la habitación, el niño se acerca y Draco lo abraza para acomodarse y dormir.

“No lo pienso, ¿por qué dices eso?” le pregunta curioso, el cabello del pequeño le hace cerrar los ojos dejándose inundar por la tranquilidad.

“El abuelo dice, que es un idiota que desprecia a la familia y a ti, habla sobre cómo te peleabas con él”. Draco suspira, su padre parece no entender que debe dejar ir el pasado.

“Potter es un idiota sí, pero no por las cosas que piensa el abuelo, ¿sabes por qué conservo una imagen de él en la mesita?” el niño niega suavemente y Draco le besa la frente. “Él te conoció cuando naciste y nos ayudó a pesar de que nadie más quiso, te escucho decir tu primera palabra, te dio de comer y cambió tus pañales”. Malfoy dejó escapar un suspiro tembloroso, no era justo que el corazón se inundará de sentimientos solo por conversar sobre ese hombre.

La herida sigue abierta se dice, debe cerrarla, avanzar, pero es más fácil decirlo que hacerlo, sabe que al cerrar los ojos soñara con el chico de mirada verde y sonríe levemente porque ama eso, aunque duela.

“¿Por qué ya no lo vemos?” le pregunta suavemente el niño al sentir el pecho de su padre subir y bajar con rapidez. “¿nos dejó como mami?” murmura bajito. Draco deja escapar una risa leve, tratando de controlar el dolor que escuchar eso le provocaba.

“No, Potter tiene su propia familia a la que cuidar, sus propios bebés, pequeños y adorables, aunque no tan lindos, no se lo digas a nadie, pero ese chico siempre me dijo que eras el bebé más tierno que vio alguna vez”. Scorpius dejó escapar una risa, conocía a los hijos del héroe, los había visto en fotos, eran niños muy bonitos. “Tu abuelo lo odia porque Harry no es tan sutil como yo para hacerlo callar, solo es eso, no te preocupes, ahora a dormir”. El niño se quedó pensando en eso, era la primera vez que conversaban de esa manera, pensaba que odiaba al salvador del mundo mágico, al parecer era al contrario pensó antes de dormir.

Pero Draco no pudo conciliar el sueño esa noche, pensar en Potter, hablar de él hizo que las mariposas le provocarán náuseas. Maldiciendo su propia estupidez tomó el cuadro, luego de verificar que Scorpius dormía, se levantó.

En la cocina con una copa de vino, miró el rostro sonriente del hombre, era atractivo, siempre lo fue, desde niño con esa cara boba. Ahora en la actualidad se le podía notar una barba de varios días, el diario especulaba sobre sus actividades nocturnas lo que provocaba que Draco arrancará las páginas y las arrojará al fuego. Pero la foto la conservaba para poder mirarlo, era tan guapo con esa expresión de cansancio, tan caliente pensó y dejó de beber porque mañana tenía que madrugar y Scorpius estaba en su cama.

“Te odio, cara rajada, topo con lentes, San Potter del demonio”. Murmuro apretando los dientes con la respiración tensa y apretada en sus pulmones, dejó el cuadro en la basura. Por la mañana lo recogería y lo lavaría para que no tuviera manchas, ya después le daría un beso de disculpas a las demás personas que estaban en la foto, pero Harry podía irse al inferno.

Conversando con Scorpius entendió que para no arruinar la imagen de sus abuelos era mejor mantener una sana distancia, su padre no parecía listo para dejar ir el pasado, pero tampoco era tan malo para el niño, por eso podría jugar cuantas veces quisiera con su nieto.

Vuelve al presente por qué siente un ligero ardor en su dedo, el desayuno podría quemarse ante su descuido, hoy debe ser un buen día y necesita concentrarse en eso.

“No entiendo por qué no puedo salir solo”. Le dice Scorpius sentado en la mesa. Draco lo mira con una ceja alzada. “Tengo siete años, no soy un bebé”. Su padre lo sabe, lo supo cuando ya no necesito que lo acompañara al baño.

“La abuela vendrá por ti, así que come rápido”. El niño hizo un puchero, pero obedeció, sabía por qué su padre estaba tan ansioso.

Draco se miró a través del espejo del baño, arreglo su cabello, debía estar deslumbrante, tenía una cita y nada iba a arruinarla. No sus padres, no su personalidad y no Potter, no pensaría en él ni un solo segundo. Comenzando desde ahora.

Bueno después de ahora se dijo al mirar el cuadro apoyado nuevamente en su mesa de noche, lo tomó y lo puso boca abajo, no hoy Potter recalcó. Fue al baño a terminar de alistarse, miró el labial y lo ocupo por si el chico se animaba a besarlo.

Lo conoció en una cafetería muggle cerca del ministerio, era un hombre medianamente atractivo, parecía interesa en la cultura de los no mágicos y eso le pareció lo suficientemente bueno para que Draco conversara con él dos días a la semana cuando iba por su café. Los ojos grandes y verdes no tenían un peso extra al haber tomado su decisión.

“Harry Potter también sabe mucho de los Muggles, era entretenido escucharlo hablar”. Le dice un día sin darse cuenta. El hombre le mira sorprendido, Malfoy se avergüenza de inmediato, debe pensar que es un mentiroso porque ¿cómo podría un mortífago conversar con el héroe?, se siente incomodo y desea irse.

Siente que ha revelado algo que no le gustaría, que dejó saber a través de su voz lo mucho que le gusta el salvador del mundo mágico. El hombre le toma la mano para calmarlo.

“dicen que me parezco él, ya saben para burlarse de mí, por ser la copia barata y francesa del héroe”. El chico se ríe, Draco lo hace también, uno de ellos piensa que el chiste fue un éxito, el otro solo porque es lo más ridículo que ha escuchado. Potter para bien o mal, no tiene comparación.

Era agradable y no parecía desesperado por entrar entre las piernas de Malfoy, lo cual era bastante bueno, porque siendo sincero sabía que no solo a Potter podía parecerle atractivo su cuerpo, pero también lograba entender que habría sujetos que no le agradaría su condición. Por eso ponía barreras para sentirse seguro de ellos, quería a un hombre que lo aceptara por lo que era, debía conocer a alguien que no esparciera el rumor a los medios como venganza por su pasado.

El chico parecía ser bueno y decente, ligeramente gracioso y no superficial, por eso luego de tres meses había decido ir a esa cita, lo recogerían en casa e irían al museo, tal vez a cenar y si Draco estaba de humor para aceptar un beso, entonces pasaría.

No lo amaba, ni le gustaba mucho, pero su relación era amigable y eso era lo máximo que se podía conseguir con un corazón que seguía ocupado. Miró su ropa, se pondría algo ¿sensual?, lo descarto tal vez más elegante, tenían un clima caluroso así que escogió una camisa delgada de color verde. Hizo una mueca al verla.

“¿Qué piensas Scorpius?” le pregunto, el niño giro su cabeza, con los ojos grandes que poseía, tenía las manos en sus cremas perfumadas, porque le gustaban los olores exóticos de algunas de ellas.

“Te verías bien padre, es tu color favorito después de todo”. Tenía razón en eso, el verde era lo suyo, por ser Slytherin aclaro para sí mismo, no por el nuevo señor innombrable. Miró la prenda, era demasiado delgada, tendría que usar algo sobre ella, aunque hiciera calor, de otra forma se notaría el pequeño brasier que usaba, su cuerpo había cambiado en todos esos años.

Ya no tenía los voluminosos pechos, pero conservaba pequeñas montañitas de carne, rodeadas de cicatrices blancas que son la prueba de su cambio. No solo eso, sus pezones no volvieron a su estado natural, quedaron deformados por amamantar a un niño durante tanto tiempo y la mayoría de las veces eran notorios a través de la ropa. No quería sentirse avergonzado por eso, tal vez a Potter tampoco le agradaría su cuerpo, deshizo la idea, no es momento de pensar en ese. Prometió no hacerlo.

Termina de vestirse y suena el timbre de la casa, su madre le cerró un ojo cuando vino por su niño y se marchó rápidamente para darle espacio mientras se reía levemente. Parecía feliz de que Draco quisiera rehacer su vida.

Draco mira el reloj y deja escapar un suspiro, diez minutos tardes, se sentó en el sofá esperando, la primera hora se había cumplido, fue al baño a quitarse el leve maquillaje, no habría besos hoy, no para el estúpido ese.

Dos horas después, decidió que las citas no eran lo suyo, ¿en qué falló esta vez?, se había comportado, incluso fingiendo ser quien no era para que fuera más fácil llegar a él. Aun así, terminaba sentado con una copa en la mano y la autoestima en el suelo.

Lo peor era su mente que parecía nuevamente llevarlo a Potter. No es un hombre perfecto, pero era suficientemente bueno para Draco, tal vez era porque estaba enamorado que no lograba observar sus errores, aun así, el salvador se esforzaba en cumplir con sus exigencias.

En hacerlo sentir especial, como su padre nunca pudo, su esposa o su madre pudieron, la tristeza se acumula en su vientre, pensó que le gustaba a Potter y este chico, no se parecen en nada solo tal vez en desaparecer su vida.

Este bastardo lo dejaba plantado cuando al fin Draco le había concedido la cita que tanto pidió. Esperaba que ambos se fueran al infierno.

Escucha el timbre, pero no se mueve, luego es la voz del chico que suena. Draco hace una mueca ante el escándalo.

“¡Malfoy por favor déjame darte una explicación!”. Draco se mira las uñas, no tiene planes de aceptar al tonto que lo dejo horas esperando.

“¡si no te marchas, traeré a la policía muggle para que la conozcas!” le grita de vuelta, los golpes se detienen. Draco no pensó que la amenaza fuera tan efectiva, quería que siguiera rogándole un poco más, se nota que no es perseverante como su Harry.

No es su Harry y no puede seguir pensando en él, basta, ya detente. Se levantó del sofá, pone su mano en la puerta. Jamás encontrará alguien que le guste tanto como el bastardo ausente y no debe continuar por ese camino.

“Por favor mírame, entenderás todo al verme, dame una oportunidad”. No fue la voz susurrante, ni la forma desesperada en la que habló, fue porque sin darse cuenta pensó en Harry cuando se peleaban y Draco se quedaba al otro lado de la puerta sonriendo mientras el salvador sufría. Tengo que alejar esos pensamientos de una vez por todas.

Lo hace porque se resigna, simplemente está cansado de seguir en la red de Potter, el chico le mira con los ojos verdes y se arrepiente de abrir la puerta cuando el olor inunda su casa. ¿Qué diablos le paso?, estaba cubierto de caca de pájaro.

Mueve el vino de su copa, el chico sale de la ducha y Draco pasea los ojos por su torso musculoso y mojado. El hombre le sonríe pensando que está siendo evaluado, el sonrojo de Malfoy lo hace creer que le gusta lo que ve.

Pero no es así, Draco prefiere mirar el torso desnudo a los ojos verdes, porque se siente culpable de pensar en otro cuando lo mira.

“Pensé que era mejor venir contigo y que vieras lo que pasó a ir a casa y ducharme”. Tiene un punto en lo que dice, no le hubiese creído si no le muestra pruebas.

Pero ya no importa, se equivocó nuevamente, está jugando con ese hombre, no lo ama, ni lo desea, no piensa en él, por la noche, no se emociona al escuchar su voz, solo son sus ojos, quiere eso de él y eso no es justo para Samuel.

Ni siquiera son iguales, los de Harry son esmeraldas brillantes y los de este hombre son solo verde opaco, no cree que sea justo hacerle pasar por esto a un chico que no le ha hecho nada.

Por eso le dará una copa de vino y lo mandará lejos, no quiere seguir viéndolo porque solo le recuerda su propia incapacidad para distinguir la realidad de la fantasía.

“Me pregunto quién habrá sido el bromista, fue sorprendente la forma en que los pájaros me rodearon”. El hombre se mueve cerca de Draco sin darse cuenta de lo que el chico rubio piensa. Malfoy se aleja al verlo acercarse, hay algo en el ambiente que le avisa sobre las intenciones del sujeto en avanzar en su relación.

Tal vez no era tan bueno como le hacía creer a Draco, ya que le atacaban a plena luz del día. Le extendió una copa de vino al hombre que la bebió rápidamente.

Luego lo echó de la casa y de su vida, la mirada del hombre fue sorprendida, confundida, después vio el enojo en ella, Draco no se inmutó cuando le tomó los brazos exigiendo respuestas. Kreacher estaba en la casa y atacaría si veía al amo en peligro, por eso Malfoy solo lo dejó liberar un poco la ira proveniente del rechazo.

“Vete”. Repitió con la voz apagada, el chico lo miró largamente, pero no se marchó ni lo dejó libre. Si no que le dijo lo hermoso que era y le besó con fuerza.

Pero Draco no sintió nada, absolutamente ninguna emoción, no la calidez en los labios, ni el sonrojo en las mejillas, no hubo sobresalto en su corazón.

Luego algo lo hace estremecerse fuegos artificiales a su alrededor, su piel se vuelve sensible y el calor sofocante, reconoce la sensación. Se separa del hombre y le mira hincharse, su cabeza al igual que el cuerpo que comienza a flotar mientras grita aterrado.

Y los gritos se unen al coro de risas que da Malfoy porque sabe quién está detrás de todo esto. Se ríe al no aguantar la felicidad que le trae la comprensión y se siente tan feliz y amado nuevamente que no le importa lidiar con el sujeto volador.

Las flores que rodeaban sus heridas florecen y la sensación es tan espléndida que ríe y grita casi en un ataque frenético de euforia. Potter lo ama, todavía lo hace.

Y todo se transforma en éxtasis puro, al saber que Potter sigue sin olvidarlo tan atado por la telaraña como Malfoy. No hay nada más honesto que la ira provocada por los celos, el lado malo de Harry saliendo sin control que demuestra que lo extraña todavía, y eso mucho mejor que una carta con promesas.

Es la esperanza de que no ha terminado, que aún pueden estar juntos, aunque tarde. Este es Harry marcando territorio de una forma enfermiza y eso para él es suficiente por el momento.

 

Harry despertó esa mañana, con un claro dolor en el pecho, su vida se reducía a soñar con Draco, trabajar, sus niños y volver a dormir para poder sumergirse en sus recuerdos.

Al final del día lo único que lo hace sonreír son sus hijos que felices lejos del sufrimiento de sus padres y eso basta, verlos reír y crecer, comenzar a explorar en la magia, escucharlos tener largas conversaciones sobre que dragón es mejor.

Eso hace que todo valga la pena, por otro lado, está el espejo que tenía oculto. Los segundos se transformaron en minutos y esos en largas horas, solo mirando como Malfoy parece olvidarlo. El objeto cada vez más en la oscuridad siendo olvidado.

Le duele, demasiado para ser capaz de describirlo y por otro lado suspira aliviado. No le gusta saber que Malfoy es infeliz, una parte malvada de sí mismo disfruta corriendo a hombres y mujeres poco dignas del amor de su hurón, pero también está su yo el que ve que tampoco lo merece.

El sentimiento que tiene hacia Draco parece ser interminable, pequeñas mariposas anidan en las heridas que la soledad le provocan y cada una de ellas revolotea trayendo consigo un recuerdo de los momentos que pasó al lado del hombre.

Los celos con lo mismo, larvas que no se transforman en mariposas y en su lugar son gusanos que infectan su corazón, producen infecciones en su mente y no logra pensar correctamente porque le duele hacerlo.

Por eso sigue una y otra vez espantando a todo lo que considere peligroso de la vida del chico, aunque ya no tenga derecho hacerlo.

Las mariposas se niegan a irse y los gusanos se multiplican, es un espiral de locura que lo hace peligroso y se odia así mismo cada vez más, debe terminar esto se dice.

Debe seguir adelante, ya que Malfoy también lo está haciendo, días sin mirarlo, trata de hundirse en otras cosas. Casi como un adicto en rehabilitación recorre de su casa al trabajo y luego se duerme porque es libre en sus sueños y puede soñar con las pálidas mejillas y la boca rosa. Con los ojos grises y su olor a manzanas que derriten las barreras de su mente y las mariposas se duplican nuevamente. Brotando de sus heridas abiertas y sonríe, ama verlo incluso si solo es un espejismo provocado por su desesperación.

El día es lindo, sus hijos lo son mientras se montan en una escoba para principiantes, pero no logra concentrarse, todo está impregnado de Malfoy.

El olor a madera, le recuerda él, a sus brazos tímidos rodeándolo y el fuego calentando sus espaldas, el pasto lo hace también, lo ve en el campo de Quidditch mientras luchan infinidad de veces, en el cielo gris que lo obliga a regresar a casa.

Sigue tan enamorado y no logra entender por qué, solamente lo hace y es aterrador, el tiempo no cura heridas, solo te acostumbras a ellas y eso no es suficiente para las mariposas y los gusanos que claman por alimentarse de su amor por Draco Malfoy.

Llega a casa enfermo por verlo nuevamente, no hay nada, solo oscuridad, se desespera, hunde su cara en sus manos, conoce lo que eso significa, es Malfoy tratando de alejarse de él.

Desaparece, simplemente está en su despacho y luego en Francia buscando al hurón. Lo ve con un hombre sentado riéndose en una cafetería. Lo espía, ese día y el siguiente.

Llega a casa y llora por su egoísmo después de hacerlo, el hombre parece un buen sujeto, alguien que podría amar a Draco completamente. Lo odia por eso, con una profundidad e irracionalidad que le desconciertan.

No lo piensa mucho cuando descubre que está invitado a la casa. Lo sigue, lo ve comprar flores, decirle al vendedor que hoy va a ser un día fantástico.

El corazón se le rompe, decide por amor a Draco dejarlo marchar, pero no va a dejar al bastardo ese irse tan fácil después de escuchar como proclama su noche de sexo. Los pájaros lo rodean y Harry se ríe unos momentos, luego solloza sin poder evitarlo mientras se va porque ya no seguirá arruinando la vida de su serpiente.

Entra a una cafetería, se sienta y deja escapar un suspiro todo terminó, está transformado y nadie ve más que solo un hombre normal, se permite ser libre de las apariencias y llorar. Lo atienden y mientras bebe un café salado por sus lágrimas lo escucha.

“Samuel ganará la apuesta parece”. Reconoce el nombre, pero no cree que hablen de él. “Va a encontrarse con el chico raro”.

“¿te refieres al chico que parece mujer?” Harry entrecierra los ojos y gira la cabeza mirar los dueños de las voces, dos hombres, los ha visto, Draco visita esta cafetería por eso lo sabe.

“Aposto que ese chico, chica, tiene un pene, pero todos sabemos que vimos ese par de tetas pequeñas, ganaré esa moneda de oro”. La tasa se rompe, él se levanta y la sangre estalla en su mano herida. ¿Está vendiendo a Draco por tan poco?, burlándose de él, de su corazón, de su confianza ¿por una pequeña e insignificante apuesta?, oh hurón, piensa con los ojos ardiendo por las lágrimas, no puedo permitir que eso pase.

Prefiero pensar que me odias por arruinar tu felicidad a que sepas lo que querían hacerte.

Lo observa besarlo a través de la ventana, lanza el hechizo, lo ve hincharse de la misma forma en que esa vieja muchísimos años atrás lo hizo. Pero no es suficiente, va a arruinar cada aspecto de ese hombre hasta que el mismo decida acabar con su vida.

Contrario a lo que pensó que sucedería, los ojos de Malfoy parecen perlas brillantes, lo ve reírse, está tan lleno de vida en ese momento y Harry siente que nuevamente se enamoró de su chico burlón. No tiene esperanza en dejar de amarlo, solamente le queda resignarse al olvido.

Ginny inicia su día, y es exactamente igual al anterior, le duele las mejillas después de tanto fingir una sonrisa.

“Mami, ¿por qué tú y papi no duermen en la misma cama?” James es pequeño aún, pero con ocho años ya es capaz de comprender, ella le acaricia la cabeza, el niño la mira fijamente.

“Papi y mami, ya no desean dormir en la misma cama”. El niño no lo entiende, su madre le sonríe, y solo por maldad, porque la situación no era algo que ella provocó manda a su hijo con Harry que está encerrado en el despacho, seguramente transformando el trabajo en un salvavidas.

El niño se marcha y ella sigue preparando la maleta que siempre tiene bajo la cama, luego la desarma, para volver a armarla. Y el tiempo pasa, segundos que se transforman en minutos y eso en horas, que se vuelven días y en meses y vienen los años.

Y luego antes de darse cuenta piensa en que ya no lo ama, y eso está bien. Es lo suficientemente bueno para reír y llorar a la vez.

Porque la tortura termina un poco, pero no todavía.

Es bastante sencillo, Harry lo hizo en su momento y ella lo hará ahora, debe esperar, sabe que la carga de los medios no tendrá fin, comprende que sus hijos son demasiados pequeños para ser abordados cada vez que salgan de casa para recordarles que sus padres no se aman.

No podrían soportar la confusión de no entender y el acoso de los demás, pero cuando vayan a Hogwarts y queden apartados del exterior, Harry y ella hablaran con ellos, todos podrán respirar y tener un momento para poder pensar sin que el mundo este sobre ti.

Duerme bien como nunca antes esa noche. No sabe si lo que piensa se hará realidad, pero por lo menos ya tiene un plan, y eso es bastante mejor que estar a la deriva en la oscuridad.

Scorpius llega a casa y su padre le besa, lo abraza mientras tararea una canción y es tal felicidad que el niño la siente vibrar en sus huesos. Su abuela no lo entiende, pero no le importa entenderlo, porque no ha visto nunca tal expresión en el rostro infeliz de su chico.

“¿pasa algo?” le pregunta, los ojos grises se giran para mirarla.

“No madre, no ha pasado nada que sea digno de mención”. Ella se ríe ante lo que escucha, la actitud de su hijo es tan rara, como si la felicidad lo sacara del molde que Lucius construyó para él.

“¿de verdad?” insiste Scorpius y su padre sonríe, su boca se mueve y hace una mueca ladeada, una sonrisa sarcástica y llena de travesuras. Una que jamás ha visto en el rostro de su progenitor.

“Nada realmente interesante le pasa a tu viejo padre”. Le responde, no sabe si Potter está escuchándolo, y no desea que se sienta alerta, no cuando planea hacerlo sufrir por lo que hizo, muerde su mejilla, oh Harry piensa emocionado, voy a herirte tanto que jamás nunca volverás a despegar tus ojos de mí, siempre seré esa espina en tu garganta que, aunque duela no desearas sacar.

Estará listo cuando regrese a Inglaterra, la perfecta definición de rencor.

Cuando Scorpius cumple nueve años vuelve, será ayudante en la oficina de Aurores por falta de personal en Inglaterra y piden ayuda a la francesa, un alquimista sirve para el trabajo de investigación.

O eso dicen, esta seguro que Harry a estado manipulando las cosas desde las sombras y eso es perfecto.

Notas finales:

¿bueno que les pareció? siento que el capítulo anterior era sobre la relación al recién separarse, y este es como la confirmación que aún se aman a la distancia, como una parte dos del anterior... creo ajajaja adelanto que el próximo es el reencuentro y luego de eso ya veo el final.

como siempre digo, si tienen alguna duda, sugerencia, son bienvenidas a decirme, espero sinceramente que les haya gustado, y que hagan saber su opinión.

nuevamente me disculpo por los errores que puedo tener.

nos leemos en la actualización <3


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