Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Seducción Indirecta por mfernandasadiklover

[Reviews - 37]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Ginny comenzó el día escuchando maldiciones ir y venir de su marido. Llevaba días con un pésimo humor, ella pensaba que se debía a su repentina experiencia, Harry no había logrado mantener una erección.

Él le dirigió una mirada avergonzada y se marchó rápidamente, ella pudo apreciar su espalda desaparecer. Se sentía nerviosa y asustada, solo suponer que ya no le atraía era bastante angustiante, luego opinó que eso no era posible, ciertamente Harry ya no le decía lo mucho que la deseaba, pero se lo demostraba por la desesperada manera de hacerle el amor.

Claro, antes del nuevo problema.

Tenía que intentar algo, simplemente no entendía cómo fue que el deseo sexual de su esposo se evaporó tan rápidamente, tal vez demasiada presión en el trabajo. Lo que Harry necesitaba era despejar su mente.

 

El león dio un suspiro cansado cuando llegó al trabajo, todo estaba mal, desde que comenzó a comparar el cuerpo de su esposa con el de Draco se vio incapaz de tocarla. Pensó que pasaría, que no volvería a ocurrir, pero recordaba perfectamente como la imagen de Malfoy se confundía con la de Ginny cada vez que trataba de acercarse.

El color de cabello, sus aromas, la suavidad de la piel, la forma en que sus bocas lo llamaban, cada pequeña diferencia era tan visible que la erección se desvanecía. Le daba tanta vergüenza y culpa, se acomodó los lentes, estaba muy angustiado, no podía mirar a Ginny al rostro sabiendo que cuando se le acercaba deseaba a otro.

Malfoy no ayudaba, cada noche antes de dormir, mandaba una de sus famosas fotos. Algunas de ellas tiernas, casi siempre con Scorpius, otras, sin embargo, eran todo lo contrario, su cuello, sus delgados hombros, las curvas de sus pechos, su ombligo, las perfectas líneas de su pelvis, lo peor era mirar su cuerpo y no poder tocarlo, en especial sus largas piernas.

Esa serpiente tenía unas excelentes piernas y se las mostraba cada que podía, pero lo curioso era esa boca, como había odiado esa parte de Draco en su juventud, ahora deseaba tanto poder besarla, chupar sus labios y dedicarles horas de atención.

No ayudaba el tener grabada la imagen de Malfoy en la retina de sus ojos. Le gustaba ese bastardo, tanto que lo odiaba por hacerle esto.



Draco despertó esa mañana con un fuerte e inesperado deseo de conversar con Potter, no era algo extraño. Se había acostumbrado a la presencia del salvador del mundo mágico.

Miró a su hijo que aún dormía y decidió llamar a Harry, después de todo, sabía que al pelinegro le encantaba su voz y que le llamara para darle los buenos días.

       —Sé que la mañana mejora al escucharme, no me agradezcas. —Se acomodó en las almohadas, con el celular en el oído se relajó y saboreó mentalmente la voz masculina de Potter.

       —Malfoy, siento ser el que te dé la mala noticia, pero tu voz es comparable al llanto de una mandrágora. Lo único bueno que tienes, es cuando te quedas en silencio. —Draco emitió una risa divertida por el comentario.

Luego notó que había algo raro en la voz del Gryffindor. ¿Una nota de cansancio tal vez? No podía saberlo con claridad.

       —¿Sucede algo malo? —preguntó con timidez, se mordió el labio inferior nervioso de la respuesta que Harry podía darle.

       —No es nada, solamente estoy cansando, no pude dormir bien anoche. —Lo escuchó dar un bostezo, hizo una mueca ante el comentario, no tendría problemas de ese tipo si accediera a beber leche mágica.

       —¿Sabes cuál es la solución verdad? —dijo, escuchó a Potter emitir una maldición baja. Algo en su interior se agitó, de cierta forma amaba cuando el niño que vivió decía malas palabras.

       —Malfoy no estoy de humor, sinceramente me siento agotado. —Draco tragó saliva, estaba sorprendido, esta era una de las pocas veces en la que Harry le hablaba con tal seriedad. Se quedó callado, nervioso, tal vez un silencio más prolongado de lo que pensó porque escuchó un suspiro a través de la línea—. Dragón, no es tu culpa, lo siento, únicamente pasé una muy mala noche. Nos vemos mañana.

       —De acuerdo... Harry si hay algo que necesites estoy aquí. —Mañana tenía que ir al ministerio, pero se encontró incapaz de esperar.

Tal vez le hiciera una visita rápida. Esperaba que eso aliviará algo de las preocupaciones del elegido, iría con una sorpresa.


Los panecillos de chocolate fueron puestos en la mesa con tanta brusquedad que solo pudo mirar los papeles esparciéndose por el piso ante la repentina acción.

Al levantar la vista, vio unas mejillas rojas y a un malhumorado dragón ¿qué estaba haciendo aquí? Se levantó del asiento confundido, miraba atento a Malfoy que respiraba agitado, no lo había escuchado entrar.

       —¿Huroncito, que haces aquí? —preguntó extrañado. Se veía listo para comenzar una rabieta, y eso no era bueno para la mente de Harry por dos simples razones, la primera, terminarían discutiendo o la segunda, abrazados, ambas eran muy malas alternativas para mantener su cordura.

       —Esa estúpida que tienes de secretaria, me comunicó que no podía pasar a verte, le dije que entrara a preguntarte, ¿y sabes que me dice? —Harry abrió la boca para contestar. Pero al percibir que no era una pregunta que necesitaba respuesta la cerró de inmediato por miedo a que la ira se transfiera de víctima—. ¡Me dijo que estabas en una reunión! ¡Hizo mucho énfasis en el hecho de que hoy no es mi día de visita! ¡No necesito un permiso para estar contigo!

Potter se acercó y le acarició los hombros dando leves caricias, sus manos subieron hasta atrapar las regordetas mejillas con firmeza. El Slytherin le miró aún enfadado, pero no se veía tan temible, no para el chico de oro que estaba encantado con el contraste de pieles, y el calor que brotaba del sonrojo.

       —Hablaré con ella, pero primero cálmate, estás todo esponjoso —dijo Harry con suavidad y lo liberó al notar las claras intenciones de Malfoy, el chico astuto estaba por clavar los dientes en la bronceada carne de Potter.

       —Dile que soy importantísimo, que tengo libre acceso a todo y, por último, que sé cuándo me mienten. —Potter miraba a Malfoy enumerar sus condiciones con esos elegantes dedos. 

Tan exigente, caprichoso y demandante, era tan notorio que fue criado como si fuera el centro del mundo, no había cambiado mucho, era Harry el que cambio, lo veía tan amorosamente y le daba tanta ternura tenerlo ahí, exigiendo su atención, reclamando el derecho de estar en sus prioridades. Realmente ese chico lo tenía embrujado.

Asintió solo para que el hurón se relajara, luego decidió que si se quedaba mucho tiempo cerca comenzaría a marearse con el tenue olor a manzanas que desprendía y eso no era para nada bueno. Así que trató de despejar su mente encantando su oficina para que volviera a estar ordenada.

       —Pero dragón, realmente podría estar en una reunión, ¿qué hubieses hecho entonces? —Draco le miró levantando una ceja, claramente ofendido que se le tratara como un niño caprichoso e ignorante.

       —Potter, conozco tu agenda, sé cuándo tienes reuniones y a qué hora, obviamente no haría un escándalo como los magos vulgares. —Harry le miró curioso, claramente confundido, ni siquiera Ginny sabía su horario.

       —¿Cómo sabes eso? —preguntó interesado, sonrió cuando las cejas de Malfoy se juntaron tratando de detener la vergüenza con ira.

       —Puede que haya revisado tus cosas, es decir, las vi por accidente, no eres muy ordenado cuando vas a la mansión. —Harry lo atrajo hacia su cuerpo, jamás había huido de algo peligroso, las manos de Malfoy apoyándose en su pecho mientras lo miraba ansioso, con las mejillas rojas y mordisqueando su labio inferior nervioso de haberse delatado.

       —¿Accidentalmente eh?, qué curioso, entonces fue un accidente que tus patitas de hurón llegaran a mis cosas, que tus ojitos brillantes y astutos sin querer hayan visto mi agenda, esa que guardo muy bien. —Harry le observó sonrojarse hasta las orejas, Draco abrió la boca y la cerró, finalmente hizo un puchero sin saber qué decir.

Sintió tanta ternura que no resistió y se acercó con cuidado, tímidamente acarició la nariz con la suya, frotando suavemente mientras sonreían, ambos cerraron los ojos disfrutando del contacto tan tierno.

Harry le dio un beso en el párpado, luego sus labios tocaron la punta de la nariz a manera de costumbre. Malfoy se quedó quieto, sabía que el salvador se comportaba como un animal asustado, cualquier movimiento y huiría.

Sin embargo, no pudo evitar dejar escapar un suspiro gustoso con la sensación de los brazos de Harry rodeándolo, estaba muy sensible últimamente cualquier toque sobre su cuerpo le colapsaba sus sentidos. Potter debió sentirlo porque dio un carraspeo y se alejó.

Malfoy solo pudo mirarlo mientras se sentaba y fingía que no había pasado nada. Se acercó, el hurón no estaba dispuesto a negarse el placer que le producía la sensación de las manos del Gryffindor.

El chico de cabello rebelde le miró avergonzado, pero el Slytherin estaba demasiado a gusto como para avergonzarse de su descaro. Si alguien entra a la oficina verían al antiguo mortífago sentado cómodamente en las piernas del salvador del mundo mágico.

Harry carraspeó, miró de reojo al chico rubio, este le dio una mirada divertida, no estaba ni un poco avergonzado, parecía esperar que el Gryffindor se quejara para él llevar la situación a donde más le favorece.

       —Eres un adulto, compórtate —reclamó Harry.

Escuchó una risa y luego sintió como el cuerpo contrario se acomodaba mejor, sus nalgas firmemente apretadas en las piernas del pelinegro, su calor filtrándose a través de la ropa, su aroma a manzanas acarameladas rodeándolo. 

Esto es malo pensó el Gryffindor y cerró los ojos para tratar de calmarse, piensa en cosas desagradables se repitió con fuerza.

La cabeza del chico rubio se recostó en el pecho, cerró los ojos ante el acelerado sonido del corazón, Potter estaba muy nervioso y eso lo avergonzó, comportándose como un niño que le falta cariño pensó Draco, pero luego se le olvidó al sentir que el salvador se relajaba.

Harry le dejó descansar ahí, se vio siendo incapaz de decirle que tomara distancia, se sentía un hipócrita al pedirle que se alejara. Amaba esto, le tomó muchos meses que Malfoy confiara en él.

Al inicio, Potter recordaba cómo se le quedaba mirando cuando lo tocaba, luego fue Draco quien decidió acortar distancias. Tímidamente, como si no fuera algo que él hiciera comúnmente, le miraba de reojo, igual que un animal asustado, al entender que el león era confiable perdió hasta el pudor, el descarado.

El Gryffindor le acarició la oreja que estaba ardiendo, sonriendo se movió para que Malfoy levantara el rostro, tenía la cara enrojecida. ¿Quién puede entender a este descarado y a la vez tímido hurón? Su mano se aferró a la ropa de Potter claramente decidido a no ser sacado de su cómodo asiento.

Harry le pellizcó la carne de las costillas, el hombre rubio dio un grito y se removió por las cosquillas. Potter le besó la cabeza repetidamente solo para calmar a la bestia huraña que le mordía la mano como venganza. 

El león se reía confundido y curioso, ¿desde cuándo Draco era tan salvaje? ¿Su instinto animal estaba despertado? Tranquilizar a la fiera no le tomó mucho tiempo, lo miró burlonamente cuando se quedó tranquilito en sus brazos.

       —Al parecer alguien es cosquilloso, creo que descubrí un punto débil de cierto príncipe de Slytherin —comentó divertido. Draco le miró alzando una ceja, su boca firmemente aferrada al borde de la mano varonil del Gryffindor.

Harry le sonrió de lado, movió su mano y los dientes se apretaron para no dejarlo ir, claramente extasiado con sentir la boquita caliente sobre su piel jugueteo con el hurón salvaje, no le gustó mucho cuando lo liberó.

       —Oh, Potter, si yo supiera tu debilidad no dudaría en usarla —advirtió con calma, aun así, la coquetería en su voz fue clarísima. Harry lo rodeó con el brazo para mantenerlo en su sitio, de tanto moverse podía caerse.

       —No dudo eso, por lo mismo, utilizaré tu debilidad tanto como pueda —dijo antes de comenzar el ataque.

Draco se removió con brusquedad debido al ataque, Harry empleaba bastante fuerza en mantenerlo atrapado entre sus brazos, las piernas largas de Malfoy agitándose para escapar de las cosquillas, facilitaba las cosas que el hurón se aferrara a su ropa para contener la histérica risa. Sus dedos recorrían toda la carne disponible en las costillas moviéndose velozmente por la espalda.

Lamentablemente, para Harry, tocó ese punto sensible en la base de la espalda, Malfoy gimió sorprendido y ambos se quedaron quietos. Sin poder soportar la vergüenza el chico rubio hundió la cara en el pecho del Gryffindor, realmente todo su cuerpo ardiendo de deseo, es como si estuviera en celo pensó mortificado.

Potter, por otro lado, no pudo esconderse así que paseó la vista por su oficina, luego vio los panecillos y se sintió tentado de inmediato.

Cómo sabía que Malfoy tardaría un rato en reponerse de su agitado estado y él realmente necesitaba despejar su cabeza de esos jadeos ahogados que daba esa boca bonita, tomó uno, gimió embelesado por el sabor.

       —No comas sobre mi cabeza, cara rajada sin modales. —Harry puso su mano libre en el cabello para protegerlo. Todo sea para proteger esa sedosa cabellera de hurón.

       —Entonces bájate —respondió, sabía que el otro chico lo miraría. Tal como creyó, Malfoy le dio una mirada malhumorada, claramente ofendido de ser expulsado de lo que era su asiento personal.

       —Es curioso que comas algo que preparé con mis bonitas manos. —Harry dejó de masticar solamente para poder prestarle toda su atención a la serpiente que seguía aferrada a él.

       —No le pusiste veneno, estoy casi seguro de eso, con un porcentaje, de cincuenta a cien. —Malfoy sonrió y acercó su rostro al postre dando una ligera mordida. Harry tragó saliva al verlo. Era un hombre estúpidamente presumido, comió rápidamente para tratar de mantener la boca cerrada.

No te tientes, no observes como mastica y gime porque el sabor le gusta, la forma en que sus pestañas revolotean y sus perlas grises brillan seductoramente. Cierra los ojos y no pienses en lo mucho que deseas besarlo.


Unos minutos después, Draco levantó la vista al escuchar un ronquido, sonriendo opinó lo efectivo que había sido. Ahora que repondría el sueño perdido tal vez estaría de mejor humor.

Para él, porque obviamente no era para que otros disfrutaran.

Potter dormía profundamente sin notar como había dejado libre una víbora realmente peligrosa sin vigilancia. Draco se movió de donde estaba y aseguró la puerta, no quería que nadie le interrumpiera.

Rebusco en los bolsillos de la ropa del elegido y sonrió victorioso cuando encontró el celular, el tonto de Potter lo tenía sin seguridad, por el momento eso le ayudaba mucho en lo que iba a intentar.

 

Harry despertó debido al ruido que lo sobresalta, ¿en qué momento se durmió? ¡Ese bastardo si le había puesto algo a la comida! ¡Iba a matarlo! La puerta volvió a sonar y el salvador parpadeo para enfocar la vista donde provenía el sonido.

       —¿Harry estás ahí? Necesito hablar contigo. —Ginny volvió a intentar abrir la puerta, pero no fue posible, miró impaciente a la chica que Potter tenía de asistente y ella no supo qué decirle. 

El jefe no había salido, y aunque quiso comentarle que se encerró como dos horas con el indeseable mortífago debía conservar su trabajo, así que se guardó los comentarios, después de todo fue su culpa por dejar la oficina sin vigilancia.

 

Al escuchar a quién pertenecía la voz, terminó por salir del sueño. ¡Hay que esconder a Draco! Pensó angustiado, luego más despierto noto que el chico descarado y traidor ya se había marchado.

Abrió la puerta con un ligero movimiento de mano, su esposa entró enfadada, seguramente llevaba minutos intentando entrar, Harry le miró cansado, no tenía mucha energía para discutir, ella se relajó después de suspirar unos momentos.

       —Sé que has estado muy cansado últimamente, por eso, junto a tus amigos decidimos que deberíamos ir a un buen bar muggle a beber algo, ¿qué opinas? —Harry trató de fingir que no le interesaba a quien había mandado invitación—. Y si, Malfoy ya envió su respuesta, no necesitas mirarme así.

El Gryffindor suspiró pesadamente, no era un buen actor. Sinceramente, no tenía ganas de salir, pero si Malfoy planeaba asistir obviamente iba a ir.

 

***

Para desgracia de Harry el fin de semana llegó rápidamente, luego de meditar la salida entre amigos, no le parecía muy buena idea, es decir, alcohol y Malfoy no era muy buen escenario.

Por otro lado, se había sentido tan relajado que cada gota de cansancio se esfumó, seguramente era obra de Malfoy, ¿pero ¿cómo podría culpar a su huroncito? El Slytherin lo hizo porque creyó que era lo mejor.

Si iba a reclamarle algo, sería por su pequeña broma. Releyó la carta que tenía en manos. Malfoy no encontró nada mejor que ponerle clave de seguridad a su celular. Esa serpiente traicionera, que maldad estaba planeando.

 

 

Querido San Potter

Si quieres recuperar la clave,

la primera letra está en mi muñeca derecha

con amor

Draco Malfoy



 

Dando un suspiro cansado, se levantó y comenzó a prepararse para salir, estaba tan nervioso por lo que iba a pasar que olvidó totalmente esconderlo, lo dejó en uno de los bolsillos de sus pantalones.

Ginny lo escuchó duchándose cuando entró a la habitación que compartían, se sintió tentada de entrar con él, y no dudó en intentar, Harry al escuchar la puerta giró la cabeza.

       —¿Hay espacio para mí? —preguntó ella sonriendo mientras desabrochaba su blusa, Harry parpadeó, no podía verla muy bien, pero reconoció la coquetería en la voz de su esposa, se quedó paralizado sin saber que decir, abrió y cerró la boca.

       —Eh, claro, yo ya terminé de ducharme, pasa. —Ginny no supo cómo sentirse en ese momento. Trato de relajarse, él no tiene los lentes puestos pensó, imagina la diversión que tendrán en el bar. Así que se marcha desilusionada, se sienta en la cama y nota con cansancio que Harry dejó toda la ropa tirada.

Los recogió y sintió un peso en uno de los bolsillos, al revisarlo vio un aparato que no reconoció. Al agitarlo la pantalla se prendió y miró maravillada como el pequeño objeto muggle le mostraba la foto de Harry y sus hijos acompañado del hijo de Malfoy, ¿qué significaba esto? Lo dejó donde estaba a pesar de su curiosidad. 

Su marido casi no recordaba cómo había invadido su oficina y ella sentía mucha vergüenza de haberlo hecho, prefería que no se acordara de ese detalle. Pero algo en su mente se resistió a olvidar ese pequeño aparato muggle, menos cuando sabía que eso contenía información sobre los cambios de Harry. 

La curiosidad la llevó a volver a tomarlo, presionó todo lo que encontró, pero cuando volvió a encenderse no pudo pasar de la pantalla principal. Fastidiada lo dejó donde estaba, tendría una larga charla con su padre sobre que podía ser ese invento muggle tan curioso.

Ginny le detuvo cuando Harry ya preparado estaba por marcharse, ella llevaba un hermoso vestido corto, que resaltaba sus mejores atributos, lo había escogido solamente para su marido. Pero este ni siquiera lo noto, como si eso no fuera suficiente, el hombre le dijo que recogería a Malfoy y que irían directo al bar junto a él.

Ella no pudo ni siquiera decirle algo por qué había desaparecido tan rápidamente. Enojada y frustrada por la poca atención que le dio Harry, fue al bar, esto no iba a quedarse así.

 

El salvador llegó a la mansión en un parpadeo, completamente cegado con el deseo de estar junto a su hurón, no fue tan inteligente para notar lo mucho que Ginny aborrecía su relación con Malfoy y los problemas que eso traería, es que simplemente no era capaz de evitarlo. La carta lo estaba enloqueciendo, ¿muñeca derecha? ¿Letra? No sabía bien que esperaba la serpiente con esto, pero ya tenía absolutamente toda su atención.

El Slytherin está de espaldas a él, no lo había notado llegar por estar pendiente de su reflejo en el espejo, lo estaba esperando listo para salir. Lo primero que le llamó la atención a Harry fue que el cabello de Malfoy caía largamente por su espalda en una cascada dorada. 


Luego la vista de Harry se desvió abruptamente hasta los pies, trato de evitar los ojos de Malfoy que le miraban a través del espejo, ¿cómo es que ese hombre podía pararse sobre unos zapatos con tacón de aguja? Una serpiente dorada rodeando sus bonitos tobillos que estaban descubiertos.

Harry sintió que el rubor se le subía al rostro al distinguir como tenía una letra en esa zona, una pequeña P, alzó la mirada y vio a los ojos a la atractiva serpiente que se acercó con un caminar elegante.

Debería ser modelo pensó Harry al observar la belleza que tenía al frente. Estaba usando una ajustada minifalda negra, que dejaba mucho a la vista, el negro le queda espectacular le dijo una vocecita en su cabeza. Cuando estuvo cerca, el Gryffindor sintió que le faltaba oxígeno, abrió la boca y la cerró compulsivamente.

       —No te cortes con los cumplidos, Pottah. —Malfoy dio una risa con su propio comentario, estaba bastante excitado con la reacción de Potter, podía observar el deseo arder en los ojos verdes.

       —Estás hermoso, no había visto este lado tuyo —dijo Potter tímidamente, no era muy bueno con los cumplidos y no quería decir algo incorrecto que lastimara o enfadara a su acompañante, Malfoy se acercó y le ajustó los lentes. Harry tragó saliva, su bonito rostro tan cerca.

       —Así puedes verme mejor —susurró Draco y puso las manos de Harry en sus generosas caderas, la vista verde se desvió a la gordura de los pechos.

Era un problema ese corsé de cuero negro que apretaba el cuerpo dejando una estilizada cintura, era tan revelador que destacaba lo bonito de sus hombros, cuello y esos pechos voluptuosos, un poco más abajo y sus pezones quedarían a la vista.

Se veía sensual, por otro lado, este chico seductor le puso tan nervioso que extraño al Malfoy que usaba ropa desaliñada o al elegante, incluso al que decía que no se pondría nada que no mostrara que él era un mago de alta categoría.

       —También puedo oírte mejor —murmuró Harry sin poder concentrarse en lo que quería decir, estaba demasiado pendiente grabando cada parte de la belleza de Malfoy.

       —También puedes tocarme mejor —ronroneó Draco de forma sugerente, Harry alzó la vista para mirarle a los ojos, estos lo miraban coquetos, Malfoy levantó una ceja rubia y le sonrió.

Potter tragó saliva, luego vio la burla y se sintió menos asustado, por un momento pensó que le estaba coqueteando de manera real y eso no le haría nada bien a su corazón.

       —Así puedo devorarte mejor —dijo entre risas y le mordió el hombro. Malfoy chillo y sus brazos se enredaron en el cuello contrario para no perder el equilibrio por las cosquillas.

       —¿Potter, lo viste no es así? —Harry se separó del cuerpo caliente para mirar desconcertado al hurón. Malfoy rodó los ojos y señaló su tobillo.

       —Oh —dijo Harry torpemente y le tomó la muñeca derecha, había una pequeña M de color negro. Era tinta mágica, lo noto de inmediato porque al tocarla la letra se levantó de la piel de Malfoy y flotó hasta la cocina, Potter asombrado le sostuvo la mano y caminó con él, siguiendo la primera pista.

La letra se metió en un pergamino que estaba cerrado, Harry miró divertido a Malfoy y este le sonrió.

       —Aún quedan muchísimas letras, deberías comenzar a buscar si quieres que te dé la clave esta noche. —resignado Harry negó con la cabeza, este chico era su tortura personal.

Lo obligó a sentarse y Malfoy jadeo asombrado cuando se vio forzado a levantar una pierna para que el salvador tocara la mancha negra que estaba en el tobillo. Luego Harry depositó un beso en el lugar, curiosamente había encontrado un lunar muy pequeño. Ya tenía dos letras.

Miró a Draco y su rostro solo mostraba diversión, pero tenía las orejas rojas. Esa parte de su cuerpo siempre lo delataba.

Si alguien más lo observa seguramente caería enamorado de inmediato. Luego de pensar en eso, cayó en cuenta de cosas muy importantes.

       —¡Sobre mi cadáver iras con esa ropa a un bar! —Malfoy dejó escapar una fuerte carcajada. El bobo de Potter se había tardado en notarlo.

       —¿Por qué no? ¿Acaso me veo mal? —Harry le miró enojado, no estaba para los chistes, le soltó la pierna y caminó con grandes pasos lejos de Malfoy en dirección de la recámara donde la serpiente tenía la ropa—. ¿Dónde vas Potter? —gritó Draco ya no tan entretenido de enojar al chico de oro.

Lo encontró en la habitación con todos los muebles abiertos, miró curioso al chico de pelo negro que murmuraba cosas que no lograba entender.

       —Malfoy quítate la ropa. —El chico rubio se apoyó en la puerta con los brazos cruzados. Tenía una mirada calmada, solo él sabía cómo amaba poner al otro histérico, eso no había cambiado en todos esos años, desde niño siempre quiso la atención del famoso Harry Potter, ahora la poseía totalmente, se mordió los labios al escuchar el tono demandante.

       —Únicamente hago eso a la cuarta cita Potter —comentó burlonamente. El otro se le acercó con una camisa blanca en la mano. Malfoy se enderezó al notar que el león venía por su presa.

       —Hazlo, o te la arranco del cuerpo. —Harry le extendió la prenda que tenía en la mano, el Slytherin se la arrebató y la tiró al suelo.

       —Aquí te espero, si te crees tan valiente, poderoso Gryffindor salvador del mundo —dijo cargando cada palabra de sarcasmo. Harry no estaba para bromas.

Malfoy gritó cuando el león lo levantó dejándolo en su hombro y lo tiró sin delicadeza sobre la cama. Su cabello se esparció por los alrededores y su rostro, el chico rubio se sentó rápidamente y lo acomodó, pero las manos de Harry ya estaban en sus zapatos tratando de quitarlos, chillo espantado al verlos ser lanzados al otro lado de la habitación.

Lo miró preocupado, no quería que destrozara la ropa que le había costado conseguir, luego vio como Potter aguantaba la risa, el maldito estaba jugando con él.

Dio un suspiro aliviado, que maldito, enojado lo observó reírse.

       —¿Te asustaste no es así? Deberías mirar tu cara, fue graciosísimo, no trates de provocarme. —Malfoy cabreado le lanzó un golpe con el pie, pero Harry lo sostuvo fuertemente, dio una sonrisa burlona mientras daba un besito en el tobillo.

       —Eres un idiota —dijo Malfoy y se dejó caer sobre la cama, liberó un suspiro de alivio, por un momento le pareció que vio la misma actitud que tenía cuando asesino a Voldemort tantos años atrás, una furia ciega que hacía crepitar su magia. Le dio un poco de miedo, sería mejor no provocarle celos a ese hombre.

Harry se dejó caer a su lado, Malfoy giró la cabeza para mirarlo, sus ojos verdes eran hermosos. Con cuidado estiró la mano hasta ponerla en la mejilla de Potter.

       —Tus manos son muy suaves —dijo el Gryffindor con calma, se movió para tomar la mano de Malfoy que estaba en su mejilla y le dejó un suave beso en ella.

       —¿Realmente era una broma? —preguntó curioso, sus ojos plata chocaron contra los verdes y luego la mirada del león cambió.

       —No era una broma en lo absoluto. Malfoy, no podría concentrarme contigo vestido así, mataría a cualquiera que intente acercarse. —El chico de ojos verdes le mordió juguetonamente, Draco se lo permitió.

Miró su mano y vio como la mordida le dejó una marca que se coloreó rápidamente de un rojo suave, una letra flotando sobre la cabeza de ambos, desapareció dejando un leve sonido. Harry había encontrado la tercera pista era una elegante E.

       —Bueno, si quieres que me cambie, el cierre está justo ahí sobre mi pecho, ábrelo tú mismo. —Malfoy miró el techo de la habitación, completamente indefenso para que el pelinegro actuará como deseara. 

Harry se acomodó entre sus piernas, tuvo cuidado de no apoyar su pene contra Draco, la minifalda se había levantado hasta los muslos y pudo notar que dejó al descubierto un signo de interrogación junto a la ropa interior.

Este repitió el proceso de las demás, floto y desapareció ante la mirada de Harry,

Estaba tocando por primera vez todo lo que había soñado.

Se acomodó mejor entre sus piernas, levemente deseoso de frotarse contra la entrepierna del chico rubio, luego vio el cierre en el centro del pecho, estaba en medio de la ropa, si lo abre le dejaría desnudo de inmediato.

Curiosamente, cuando se trata de Malfoy siempre está dudando, debatiendo si es correcto o no, pero, no esta noche, tal vez la leche mágica seguía haciendo efecto, aunque él sabía que eso no era verdad.

Los pechos rebotaron cuando fueron liberados, admiro lo hermoso que eran, los observó unos segundos antes de mirar a Malfoy. Este se había cubierto los ojos con el brazo, le dejaba a Harry libre acceso a su cuerpo.

El Gryffindor tentativamente llevó su mano hasta la letra O que rodeaba uno de los pezones, solo una serpiente como Malfoy pone un símbolo ahí, siempre supo que ambos terminarían de esa forma. 

Armándose de valor lo rozó levemente, la letra para su sorpresa no se movió, volvió a tocar, pero esta vez con más fuerza, la carne se hundió con la presión de su dedo, era tan suavecito, se retiró rápidamente al escuchar un suave ruido provenir de la boca del hurón.

       —¿Por qué no se mueve? —preguntó confundido y nervioso de lo que estaba haciendo, Malfoy sonrió, pero no sacó su brazo que cubría sus ojos.

       —Porque no pruebas con otra cosa —susurró Draco y su voz sonó tan suave en los oídos de Harry, quien observó al pezón que estaba endurecido, se veía tan apetitoso.

¡Por merlín! Pensó angustiado, ese chico no le ponía la vida sencilla, no es la primera vez que lo hago dijo una voz que sonaba como Malfoy, es demasiado persuasivo, respondió otra, respiró profundo y bajó la cabeza, la tentación siempre era más fuerte que la razón.

Primero le dio un beso suave al carnoso botón, la letra floto de inmediato para su desgracia, miró a Malfoy sin despegar la boca, el chico tenía los labios apretados, no lo miraba y Harry estaba demasiado intoxicado como para detenerse ahora.

Sacó la lengua y dio una lamida tentadora, sintió a Malfoy mover la pelvis, Harry tragó saliva ansiosamente, abrió la boca para tragar ese pezón, apretando los labios contra el botoncito chupo suavemente, contrario a lo que creyó, la leche no salió. 

Chupo con fuerza y pudo sentir el líquido inundar su boca. Su miembro se presionó contra Malfoy y el contacto por muy placentero que fuera le asustó por lo que se alejó de inmediato.

Lo observó con los ojos desenfocados. Tenía el pene endurecido y el corazón palpitaba tan fuerte que sentía que podría tener un ataque cardíaco en cualquier momento.

Malfoy le miró confundido y luego dio un suspiro tembloroso, entristecido. Harry lo observó preocupado, pero entonces las manos de Draco se movieron hasta sus pechos.

       —Deje las pociones para amamantar, se han vuelto más pequeñas ¿lo notas? —preguntó con calma, no parecía importarle que Harry estuviera todo excitado sobre él. Estudio los pechos y para su vergüenza lo noto, se supone que no debería ser capaz de eso, pero las fotos seguían en su memoria—. Se harán pequeños hasta desaparecer, deberías aprovechar y despedirte, San Potter.

Harry le miró confundido, agradece que Malfoy cambiara de tema, porque de esa forma su erección tendría espacio a desaparecer. Eso fue hasta que las manos de la serpiente bajaron hacia su ombligo, el león tuvo que mirar dos veces antes de caer en cuenta que dentro de ese diminuto agujero debía haber otra letra.

Se bajó de la cama, tomó de las piernas de Malfoy hasta acomodarlo para poder mirar mejor la parte inferior de su cuerpo.

       —¿También debo usar mi lengua? —preguntó Harry, Malfoy sonrió y desabrochó totalmente el corsé que usaba para dejar a la vista su cuerpo completamente.

       —Tendrás que probar. —Fue la respuesta, Harry miró la piel curtida de cicatrices y luego a Malfoy, su mano recorrió su abdomen hasta el pequeño ombligo, la letra floto revelando su figura, una R.

       —¿No me darás una pista? —preguntó curioso, hasta el momento no lograba saber cuál era la clave. Draco se levantó y Harry se movió para no caerse de lo rápido que el chico rubio había actuado.

       —Solo si prometes que la próxima letra no serás un aburrido y utilizas la lengua. —Harry se acomodó los lentes, sabía que prometerle algo a Malfoy era igual que aceptar un contrato inquebrantable.

       —Lo prometo —dijo con miedo, Malfoy le sonrió y se sacó la minifalda que quedó atrapada en sus tobillos, luego se sentó en la cama inocentemente y observó a Harry para que terminara el trabajo.

¿Cómo podía verse tan adorable cuando estaba prácticamente seduciendo a otro?

Sabía que planeaba algo, aun así, cayó, se agachó y retiró la prenda del cuerpo. Su ropa interior era tan reveladora como el resto del conjunto, las piernas de Malfoy se separan mostrando sin vergüenza su zona más íntima, Harry miró espantado a Draco que le miraba con burla. 

Este chico va a matarme profetizó su mente.

       —La siguiente letra es la segunda en el orden, aunque no creo que logres adivinar, porque eres un tonto que solo piensa con el pene... sigue así, pensando con tu otra cabeza no me agradas mucho. —Harry apretó la boca tragándose el insulto, no servía de nada fingir resistencia.

Observó los pequeños hilos que rodeaban la cadera y servían para mantener la pequeña prenda en su sitio. Tragó saliva cuando con su dedo se enganchó en las bragas y jalo hacia abajo para exponer más piel. Hasta el momento no había letra a la vista, solamente el inicio del vello púbico perfectamente recortado.

Draco no haría nada tan absurdo como poner una letra en esa parte de su anatomía ¿o sí? Temeroso miró por los alrededores, pero no logró verla, eso quería decir que realmente estaba escondida bajo la delgada tela negra. Sin reflexionar mucho puso sus manos en el pecho de Malfoy y lo empujó obligando que se recostara.

Que el mundo lo perdone, pero no iba a detenerse, no cuando Malfoy estaba ahí, todo dispuesto a ser suyo. ¡Lamentaba ser tan caliente! Sin embargo, tiene a un Draco juguetón que espera obedientemente, no puede parar ahora.

Estúpido no es.

Chupo su dedo medio, Malfoy entendió de inmediato y le miró frustrado, haciendo pucheros separó sus piernas para que tuviera pleno acceso, el Gryffindor había prometido su lengua.

Harry metió la mano por el costado de la ropa interior, estaba ardiendo, el miembro de Malfoy fue lo primero que tocó, usando sus dedos mojados para acariciar, su chico sensible tembló cuando retiró la piel que cubría su glande. 

¡Oh Merlín! ¡Estoy tocando su pene! Tragó saliva, respiró profundo y se concentró en el suave gemido que el chico sexy emitió cuando sus dedos palparon la punta de su polla. Era mejor que pensar.

Harry le apretó un pecho con su mano libre, una vaga excusa de que era para mantenerlo quieto, estaba llegando más lejos que antes, haciendo esto solo para obtener placer sexual, rompiendo todos los límites sin dudar, pero no podía parar. No ahora.

Lo había deseado tanto, por un largo tiempo que nada podría pararlo.

Siguió su proceso de reconocimiento, sus dedos recorrieron el tronco levemente endurecido, donde debían estar sus testículos, ahí comenzaba la grieta, se paseó suavemente utilizando sola yema del dedo para delinear los pliegues sin querer meterse dentro de ellos, se detuvo, no había señal de la letra.

Estaba tocando su coño, la piel era tan caliente y el sudor comenzaba a mojarla, Harry sintió su erección crecer al caer en cuenta de que al fin podía tocarlo. Malfoy tampoco seguía en mejores condiciones, temblaba y no paraba de mover su cadera para incrementar el contacto.

Harry pensó un momento, ya no le importaba el juego, ni su celular, ni la opinión de Malfoy, solamente quería meter sus dedos dentro de él. Tocarlo donde nadie lo había hecho.

Sin detener ese pensamiento, usó su dedo medio para presionar entre los labios y meterse en la zona más caliente del cuerpo, se le hizo un poco difícil.

La humedad era insuficiente y el canal era demasiado estrecho, debí utilizar la lengua como prometí alcanzó a reflexionar antes de meter la primera falange de su dedo, estoy dentro.

¡Estoy dentro! Dio una risa nerviosa, la vagina se apretaba contra su dedo y el calor parecía querer derretirlo, para su mala suerte, la letra se deslizó por la ropa hasta desaparecer. 

Quedándose infelizmente insatisfecho retiró su dedo. Su mente y su cuerpo pidiendo más, ¿eso era todo? No podía creerlo, ni siquiera se metió por completo, pero también se sentía aliviado. Se estaba dejando consumir por el deseo.

¿Pero y luego? ¿Qué diría Draco? Si Harry lo follaba y su relación se quebraba, si su hurón veía que todo era un error y se alejaba de él, no podía permitir eso.

       —Otra, E, ¿no sabes el abecedario? —preguntó con burla para calmar un poco la excitante situación, aún podía detenerse, dar media vuelta y decir que el juego se salió de control, pero Malfoy no respondió.

Sus ojos cubiertos dejando a la vista su boca que se abría para dejar escapar pequeños ruidos que estimulaban al hombre que los escuchaba. Tenía sus piernas dobladas y podía mirar sus muslos temblorosos, además movía la cadera ligeramente en círculos para tratar de calmar su adolorida zona que seguía exigiendo contacto.

Su ropa también está mojada, es evidente que el agujero estrecho comenzó a lubricarse para recibir un pene.

Él quiere correrse pensó Harry, Draco está deseoso por más, su mente no lo engañaba lo podía confirmar por la erección que tenía. No era el único que quería continuar.

Draco era su chico especial, no podía verlo tan necesitado y fingir que no deseaba tocarlo, estaba a punto de abrir la boca y preguntarle si quería llegar un poco más lejos cuando llegó Kreacher.

—Amo Malfoy, la señora Potter está buscando al señor Potter.

No de nuevo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).