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El Canto Del Lobo por yukihime200

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Notas del fanfic:

Actualización irregular. 

Notas del capitulo:

Sin notas porque ajá. 

Espero que les guste ^^

Aullido 1

La música comenzó a sonar en la capilla llena de personas, todos de pie anticipando la aparición de otra más. Ahí está él, Stiles, atravesando las puertas y comenzando a recorrer el pasillo cubierto de una fina alfombra roja a paso lento junto a la marcha nupcial, colgado del brazo de su padre.

 

Su hermosa cara refleja una gran sonrisa y unas mejillas rosas por la timidez que realzaban su eterna belleza. Entre toda esa blancura que le viste, sus ojos de caramelo resaltan con un brillo especial. Me mira, y puedo escuchar como sus latidos se vuelven más rápidos a causa de la emoción mientras le sonrío devuelta. Los nervios me presionan el estómago, porque nunca lo había visto tan radiante.

 

Y veo como paso a paso comienza a subir los escasos peldaños. Su olor se intensifica, y ahora va acompañado del aroma del amor. Nada puede ser más delicioso que eso.

 

Es en este momento en que las lágrimas comienzan a acumularse en mis ojos, y estoy seguro que toda la manada puede saberlo, pero no el por qué. No pude aguantarlo, una rebelde escapó por una esquina, porque Stiles levantó una mano y los dedos se entrelazaron, y él temblaba de emoción.

 

La realidad me golpea duro, porque no soy yo con quién Stiles está a punto de casarse. Porque no soy yo a quién está dirigiendo la sonrisa más maravillosa del mundo. Porque no soy yo a quién está amando.

 

—…Que hable ahora o que calle para siempre —frunzo mis cejas en un gesto confundido. ¿Cuánto tiempo me había quedado mirando sin prestar real atención? Rápido. Dilo. Di que te opones y que tú puedes hacerlo más feliz. Pero las palabras no abandonan mi boca. Porque lo amo, y es por esa razón que no me puedo permitir arruinar su mundo.

 

Todos aplaudimos cuando después de ponerse sus sortijas de oro se besan de manera tierna y luego frotan sus narices sonriendo como si nadie más existiera en su pequeño mundo.

 

Ellos se toman de las manos y se dan vuelta a mirarnos de frente dándonos las gracias por asistir. Luego bajan del altar y se dirigen a los invitados repartiendo besos y abrazos.

 

La pequeña fiesta sería aquí mismo, es por eso que entre todos nos trasladamos a la segunda sala que ya tenía dispuesto el pequeño coctel.

 

No sé por cuánto tiempo más podré mantener esta sonrisa. Me estoy quemando por dentro.

 

Me siento junto a la manada rodeando una pequeña mesa. Puedo sentir cómo me miran mientras los recién casados bailan su primer vals, pero no quiero observarlos devuelta.

 

El amor de mi vida se mueve grácil, casi flotando, como si nunca hubiese existido ese jovencito torpe del que me enamoré.

 

No puedo soportarlo. Solo una última vez.

 

Cuando la música al fin se detiene veo como su esposo se dirige a otras personas para invitarlos a bailar, y yo me tomo el atrevimiento de acercarme a Stiles. Él me mira feliz y yo le sonrío mientras tomo su cuerpo y me acomodo sobre sus hombros; ni siquiera seguimos el ritmo de la música.

 

—¿Qué sucede, Derek? —su aliento toca suavemente mi oído, como hace tantos años no lo hacía. No puedo evitar apretarlo más fuerte. Solo una última vez.

 

—Estoy muy feliz por ti, Stiles —mi voz sale casi como un susurro, pero puedo oler su felicidad, por lo tanto sé que me escuchó.

 

—Gracias.

 

Nos quedamos así un par de canciones más. Sé que me estoy aprovechando un poco, pero aún no quiero dejarlo ir.

 

—¿Me permites? —la voz de su padre rompió nuestra burbuja, o al menos la que yo creo que estábamos. Me separo con cuidado y le doy el paso al sheriff ¿Cómo podría negarle un baile en la boda de su hijo?

 

Es aquí cuando veo mi salida. Ya está, no hay nada que pueda hacer.

 

Deposito un beso en su frente, repitiéndole lo mucho que espero que sea feliz toda su vida, porque no hay nada más importante que su felicidad.

 

Atravieso bailarines por todos lados, y desde la puerta le dedico mi última mirada mientras lo escucho reír con su cantarina voz, esa que antes le decía que era muy molesta, esa que en realidad nunca lo fue.

 

A medida que continúo saliendo del recinto la música se hace más débil. Tomo las llaves de mi auto, y antes de ponerlas en el cerrojo puedo notar cómo mis dedos tiemblan. No llores. Él es feliz, nada más importa.

 

Emprendo el rumbo hasta la reserva, ahí donde todos podemos correr en paz.

 

Transformado en totalidad como lobo emprendo el rumbo hasta el peñasco más alto, y desvío mis ojos a la gran luna.

 

—Luna. Luna, oh, Luna. Te cantaré todas las noches, lo juro. Solo déjame amarlo para siempre. Solo deja que me ame alguna vez, de la forma que sea.

 

Sé que como animal mis lagrimales no funcionan de la misma manera que como humano, y agradezco mucho eso. Pero eso no evita que todo mi dolor salga, salga como un aullido lastimero, este con el que le dedico mi primer canto. Se lo dedico a la Luna, y te lo dedico a ti, Stiles. Solo espero que lo escuches.


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