Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Canto Del Lobo por yukihime200

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Aullido 2


Volví al loft con el ánimo por los suelos. Es extraño, pero siento que el lugar es más amplio que antes. Supongo que el enorme vacío que siento en estos momentos me hace sentir pequeño ante todo. Subo los peldaños de la escalera metálica de caracol sintiendo cada pisada más pesada que la anterior. Mi cuerpo entra en contacto con la cama, y las sábanas frías se ríen de mi soledad. Espero que la ropa que no me quité me dé el calor que necesito para vivir y mantenga la esencia de Stiles conmigo, al menos un poco más. Solo un poco más.


Y mientras le ruego a la Luna otra vez, mis ojos se van cerrando. Porque es solo en estos momentos cuando me puedo permitir soñar una vida contigo a mi lado.


***


Tuve una mala noche, pésima noche, pero todas lo son porque no estás conmigo. Mi cuerpo duele, como si no hubiese dormido en mi cama de suave colchón.


Abro los ojos para enfrentar la luz del día. El aroma a madera quemada y bosque llenan mi nariz. No puedo creerlo ¿A caso soy sonámbulo ahora? Pero eso no puede ser, porque Peter y yo habíamos comenzado la reconstrucción de la mansión.


Tomo asiento en el duro suelo. Mi antigua casa en ruinas me da la bienvenida. No es posible, no puedo creerlo. Observo con cuidado todo, incluso a mí. Los pantalones negros y la chaqueta de cuero están puestas en mi cuerpo, es la misma que la de esa vez ¿Lo recuerdas Stiles? Sí, son las mismas de nuestro primer encuentro. Me río de esto, porque claramente es un sueño, un sueño que se siente muy real, incluso puedo sentir el inhalador blanco de tapa azul en mi mano, justo como el que le devolví esa vez a Scott.


Mis ojos se abren muy grandes al reaccionar a esto. Demonios, no es un sueño. ¿Cómo fue que pasó? ¿Por qué tengo veintidós otra vez?


Me pongo de pie con rapidez, porque recuerdo esto con claridad. Peter mordió a tu mejor amigo y ahora vienen aquí, buscando su inhalador aunque ya no lo necesita más.


Trato de poner en orden mis pensamientos, y mis sentimientos, porque voy a verte otra vez, pese a que ya te vi anoche. Pero no puedo evitarlo, Stiles, siempre que pienso en verte todo se remueve dentro de mí, de la manera más hermosa posible.


Me pongo en camino a través del bosque, siguiendo el olor de ambos que ya puedo sentir desde la distancia.


Ahí estás, junto a tu amigo, en medio de esos árboles secos que rodean las cercanías de mi hogar calcinado. Ahí estás, con tu playera oscura y ese cabello rapado, como hace tantos años no te veía.


Estás nervioso, puedo olerlo. Scott en cambio me mira un poco extrañado, es natural, no me conoce.


—¿Qué hacen aquí? —igual que entonces pasas una mano por tu cabeza, buscando de seguro alguna excusa tonta que inventar—. Esto es propiedad privada —balbuceas un segundo, qué adorable, eso causa que las molestas termitas –porque me niego a llamarlas mariposas– se remuevan más furiosas que antes. Qué bueno que sé manejar muy bien mi rostro, sino ¿Cómo es que pude fingir tan bien ante todos que cada segundo a tu lado no me moría por ti?


—Lo siento, no sabíamos —está bien, puedo perdonarte todo.


—Sí, solo, buscábamos algo…olvídalo —sabía lo que era, así que le lancé el inhalador a Scott sabiendo que con sus nuevos reflejos sería capaz de atraparlo muy bien.


Te dedico una última mirada y me doy vuelta con lentitud. Sé que no puedo acercarme a ti tan de prisa, no quiero asustarte. Sin embargo, no me alejo lo suficiente como para dejar se oír lo que dicen estando aún ahí.


—Stiles, ¿Ese sujeto acaba de coquetearte? —¿Qué?


—¿Qué? Claro que no.


—¿Acaso no viste la sonrisa que te dio antes de irse? —¿Sonrisa? ¿Le sonreí? Llevo mi mano derecha a mi boca para cubrirla, pese a saber que nadie me está observando.


—Claro que no Scotty, ese era Derek Hale ¿Sabes? —me duele un poco que lo digas así, como si nunca pudiera sonreírle a alguien, pero no puedo culparte— ¿Lo recuerdas? Es como cinco o seis años más grande que nosotros. Toda su familia murió quemada en un incendio.


—¿Y por qué volvió?


—No lo sé —es increíble, porque yo tampoco sé, al menos no la razón del por qué al parecer regresé en el tiempo.


Ambos olvidan el asunto y se marchan entre conversaciones bobas y más especulaciones que de seguro debes hacerle sobre su nueva vida. En cambio yo, me dirijo devuelta a la mansión, a sentarme otra vez cerca de lo que queda de Laura.


Me tomo mi tiempo, de todas formas sé que ustedes no llegarán hasta mucho después, sospechando que fui yo.


***


Hoy es luna llena. Sé que Scott tiene una cita con esta chica, la Argent, y sé también que aún no puede controlarse, pero que tú intentaste ayudarlo por todos los medios, como siempre hacías con todos.


Me dirijo hacia esa ridícula fiesta, aún no puedo entender por qué le gustan tanto a los adolescentes, yo nunca disfruté de una.


Sé que ya no está en el lugar, no puedo olerlo, de seguro la luna ya comenzó a hacerle efecto. Es por eso que me acerco a la muchacha que tiene su olor y me ofrezco a llevarla a su hogar, segura.


Sé que me viste salir con ella, tú le avisaste que yo me llevé a la chica en la que está interesado. Mucho tiempo después puedo escuchar su rugido por el bosque. Qué estúpido, acaba de alertar a los cazadores.


Me lo encuentro en el bosque, desesperado por el abrigo de Argent colgado de una rama. No le doy explicaciones, simplemente lo arrastro conmigo.


—Corre.


Puedo sentir algo de forcejeo de su parte, pero decide obedecerme cuando una flecha golpea un tronco de árbol. Supongo que no fui lo suficientemente rápido, pero sí para que esta vez la saeta no diera en su brazo. Salimos ilesos.


—¿Quiénes son? —puedo escuchar lo alterado que está.


—Cazadores. Nos han perseguido durante siglos —su expresión me dice que no puede creer nada de lo que digo, pero que está obligado a hacerlo por lo que acaba de suceder.


—¿A nosotros? ¡A ti, tú me hiciste esto! —sé que con mis años tengo más paciencia que antes, pero no estoy dispuesto a repetir todos los diálogos del pasado.


—No fui yo, Scott. Lo juro.


—No te creo —Dios, olvido lo exasperante que pueden ser los adolescentes.


—Mira mis ojos, Scott. Si fuera el que te mordió serían de color rojo.


Tu amigo me mira atento, escaneando, igual que yo mientras escucho su respiración y corazón calmarse. El asiente con cuidado, pero sé que en el fondo no me cree.


—Vete a casa ahora, con cuidado. Pero recuerda, me necesitarás si quieres controlarlo.


***


Sé que no todo irá como espero, es por eso que esta vez adelanto mi visita a tu casa. Como siempre, entro por la ventana ¿Es que nunca piensas en la seguridad? Cruzo mis brazos y me reclino sobre ella para demostrarte que saldré en cualquier momento que lo pidas. Puedo escuchar tus pasos hasta que te paras frente a la puerta. Hola, Stiles.


—¡Por Dios!


—Hola.


—¡¿Hola?! —te asustas un poco cuando levantas la voz, preocupado porque tu padre escuche. Pero él no está esta noche, como en muchas otras.


—¿Debería decir algo diferente? —trato de no reír con la situación, pero me es imposible. Estoy muy feliz de verte.


—Sí, no. Es decir ¿Qué haces aquí? —estás nervioso, mucho, ya sabes, el tú de estos tiempos. Quiero que este Stiles se sienta cómo conmigo, y para eso debo cambiar todo el inicio de nuestra relación.


—¿Puedo sentarme? —pregunto cordial indicando la silla de su escritorio.


—Seguro —es un poco gracioso ver como no puede dejar quietas las manos. Camino con cuidado a sentarme bajo su atenta mirada mientras él se dirige a su cama.


—Puedo apostar a que tu amigo te dijo que yo lo mordí, o al menos eso piensa —Stiles asiente de manera lenta sin quitarme la vista de encima, como si temiera que en cualquier momento lo atacaría para morder su cuello, cosa que no niego que sí me gustaría en otro tipo de situación.


—Sí. También me dijo que tú le dijiste que no fuiste tú, y que tenía que ver tus ojos, y también me contó que los perseguían los cazadores. Espera, eso me lo contó antes de contarme lo de tus ojos, ¿Cómo funciona lo de los ojos? Espera, ni siquiera debería estar hablando contigo tan calmado, ¿Por qué estoy hablando contigo tan calmado? —lo miro relajado mientras espero que su verborrea termine y se calme, ¿Cómo fue que antes pensaba que era desesperante?


—¿Ya puedo explicarte? —veo como él abre su boca, como un pez fuera del agua, mueve las manos sobre sus piernas y estas golpean el suelo un par de veces hasta que se tranquiliza— ¿Qué quieres que te explique primero?


—¿De verdad no lo mordiste tú?


—Lo juro. No fui yo —observo como la sospecha en sus ojos disminuyó en un gran porcentaje, también su olor se volvió menos agrio y pasó a ser más calmante, como siempre me gustó.


—Bien. Entonces ¿Quién fue? ¿Lo sabes?


—Lo sé. Fue mi tío, Peter.


—¿Por qué lo hizo?


—Para tener poder, supongo.


—¿Supones?


—Los hombres lobo somos mucho más fuerte en manada. Peter está tratando de hacer la suya —me encojo de hombros, como si no fuera la gran cosa—. Escucha, Stiles. Debes decirle a tu amigo que tenga cuidado, Peter buscará por todos los medios tener a Scott de su lado —. Me mira atento, analizando cada palabra con su rápido cerebro.


—¿Podemos detenerlo? —me pregunta esperanzado.


—No estoy seguro. Peter no es estable psicológicamente en estos momentos.


—Entonces debemos crear un plan.


Las termitas hacen de las suyas otra vez. No puedo creer que me esté sonriendo tan pronto. Las yemas de mis dedos pican, tengo tantas ganas de estirar mi mano y acariciar tu mejilla, pero no lo haré, no quiero asustarte. A cambio te dedico una pequeña sonrisa, y no quiero emocionarme, pero escucho como tu corazón late más deprisa, Stiles.


—Vendré mañana otra vez. Debes dormir —me levanto con lentitud del asiento, no quiero hacer ningún movimiento que pueda perturbarlo.


—¿Seguro? Digo, aún no es muy tarde —no estás invitándome a que me quede más tiempo, cariño. No lo hagas, porque no es bueno para mi corazón.


—Mañana tienes escuela, Stiles. Debes dormir —puedo observar un poco de decepción en tu mirada, pero no voy a hacerme ilusiones, no todavía. Asiente dándome la razón y yo me propongo a marcharme por su ventana, como un amante prófugo. Antes de salir recuerdo algo importante—. Por cierto, tu amigo encontró algo en las cercanías de mi hogar.


—¿A qué te refieres? —su cabeza se mueve hacia un costado en un gesto inconsciente producido por la duda. Es adorable.


—Mi hermana, Laura, está enterrada ahí. Peter la asesinó —mi mirada baja hasta el piso, como si fuera lo más interesante del mundo. Aún es doloroso, pese a que habían pasado más de diez años.


—Lo lamento —me sobresalto un poco. Jamás esperé un abrazo de tu parte, pero me hace sentir tan bien, como si fuera ese joven otra vez.


—Solo —hago una mueca mientras decido bien mis palabras—, solo no me envíes a la policía.


—De acuerdo —la sonrisa en su rostro me vuelve la persona más feliz. Y dándonos un último vistazo me dirigí corriendo a la reserva.


***


A medida que me adentraba más al bosque sentí algo extraño. Mis huesos estaban cambiando. Eso no era lo anormal, sino el hecho de que no puedo controlarlo y que además en estos tiempos yo aún no había evolucionado.


No pude terminar de averiguar por qué, el cambio ya estaba hecho. Simplemente tomé mis ropas con el hocico y me dediqué a correr por el bosque.


En un acto inconsciente miré hacia el cielo, la gran luna estaba ahí, se sentía como si esperara algo. Entonces lo recuerdo, aquella promesa que le hice. Ella está cobrando su pago.


Corriendo con rapidez me dirijo al sitio más alto que puedo encontrar, y sin importarme a quién pudiera alertar suelto un largo aullido. Este es mi siguiente canto para ustedes.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).