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Außerordentlicht por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

Así que, ya terminé de escribir este fic y estaré subiendo la historia de corrido. 
Aclaro que es mi primer omegaverse, así que me emociona mucho haber trabajado en este proyecto para este aniversario ^u^

El sonido de sus pasos apurados se replicaba por el pasillo en un suave eco. ¿Cómo podía ser posible? No había ni una sola persona en toda el ala, ¿de verdad? Taemin bufó, dando vuelta en el pasillo a la derecha. Estaba irritado, y ciertamente algo asustado. No sólo se le hacía tarde para su cita con el consulado, sino que se había dado cuenta que alguien lo había estado siguiendo desde hacía rato.

Si tan sólo hubiese tomado el elevador, en vez de decidir tomar las escaleras, no habría esquivado a quienes bajaban, y así tal vez no se hubiera topado con…Ni siquiera había volteado a ver quién le seguía. Su piel se había erizado de inmediato al pasar a su lado, había sentido toda clase de emoción activarse dentro de sí, y su primer instinto fue salir corriendo, huir. Así que había terminado de correr el último tramo de las escaleras, hasta el piso al que debía llegar.

Ahora se encontraba apretando el paso cada que podía, sintiéndose en un laberinto, porque la maldita oficina a la que debía presentar sus papeles estaba en lo más recóndito de todo el maldito edificio. Y sus instintos estaban gritando, en llamas, que quien oía seguirle estaba al acecho.

Su respiración se cortó al sentir que le tomaban por el brazo y pegaban contra la pared. ¿Qué rayos? Dejó de respirar, quizás por miedo, quizás por la sorpresa. No podía ver nada más excepto ese par de ojos enormes, agresivos, profundos. El aliento que sostenía casi se le escapó cuando aquel desconocido se acercó, olfateándole el cuello, buscando algo que el mismo Taemin sabía no estaba ahí. Era imposible. Así que con todas las fuerzas que tenía, sostuvo la respiración, negándose a oler lo que sea que ese extraño hombre estaba oliendo.

Sólo debía soportarlo un segundo más, sólo eso necesitaba para idear algún plan de escape. Sólo un poco de debilidad…El hombre se vio súbitamente consternado, deteniéndose, para fruncir el ceño y alejarse un poco de Taemin. Lo seguía manteniendo agarrado, pero la confusión en su rostro le hizo no verle tan terrible. ¿Acaso tendría algún problema mental? Esa sería una buena explicación para Taemin, sólo así lo entendería.

En cuanto sintió que el hombre aflojó su agarre, sus instintos golpearon. Le empujó, corriendo lo más rápido que pudo. Una vuelta a la izquierda, otra a la derecha. Logró atisbar el signo de baño a lo lejos, haciéndole suplicar a los antiguos ancestros que los baños fueran para omegas. Las puertas una vez cerradas eran mucho más resistentes precisamente para evitar alguna clase de agresión. Exhaló con alivio al ver la marca, eran un par de baños de omegas.

Sus manos temblaban al abrir la puerta y cerrarla con seguro, aguantando la respiración con pánico. ¿Cómo terminó envuelto en esta situación? Con cuidado, y muy vacilante pegó la oreja a la puerta, sólo para asegurarse. De un brinco se despegó, podía oírlo, pasos apresurados que corrían hacia su dirección.

Gritó, mientras la puerta era golpeada. Fue mucho menos violento de lo que lo imaginó, por supuesto, pero su grito había puesto sobre aviso a quien estaba buscándole. Corrió al primer cubículo en el baño, cerrando la puerta con el pestillo. Tal vez si dejaba de hacer ruido ese hombre de afuera se cansaría y se iría.

Su celular sonó. Maldita sea. Exhaló, todavía tembloroso. Entre más sonaba esa melodía odiosa, más fuertes eran los golpes a la puerta. Lo entendía, estaba intentando entrar. ¿Por qué? ¿Por qué justo hoy? No olía en lo absoluto, ¿acaso eso había despertado su violencia? ¿Su falta de aroma?

Tratando de ser cuidadoso, respondió la llamada, apenas atisbando de quién era. Escuchar la voz de su primo preguntándole dónde rayos estaba le alivió por un segundo, sabiendo que la puerta exterior cedería en cualquier instante. Nunca había visto a alguien tan fuerte en toda su vida, iba a poder abrir esa puerta.

-Hyung, estoy ya aquí... En los baños, si…No, estoy atrapado, necesito ayuda, y por el amor de todo lo sagrado, no vengas solo…

Exhaló aterrado, colgando rápidamente cuando escuchó cómo la puerta terminó de ceder y dejó entrar a aquel desconocido. Se escondió lo más que pudo dentro del cubículo, esperando que nada ocurriera hasta que Donghae llegara con ayuda.

Entonces la puerta cedió, haciendo un pesado ruido seco al ser golpeada de par en par. Sostuvo el aliento, cubriéndose la boca para no emitir ningún ruido. No podía creer que esto fuera a sucederle, no cuando toda la vida fue protegido hasta el grado de creer ilusamente que era poco probable ser atacado por un alfa.

Porque lo sabía, ese hombre era un alfa. Lo supo desde el momento en que sintió aquel escalofrío recorrerle la espalda cuando notó que alguien le estaba siguiendo. Quizás por eso había contenido la respiración. Con temor había decidido no descubrir qué estaba sintiendo el alfa a través de su aroma.

Se mordió la lengua, ahogando un gemido al escuchar como las paredes eran rasgadas.

-Puedo olerte, sólo no lo entiendo…- Aquel alfa gruñó entre dientes, provocando que Taemin se arrinconara más. ¿Cómo podía olerle? Eso simplemente era imposible.

Otro golpe fuerte, Taemin esta vez no pudo contener el grito. Sabía perfectamente cómo sonaban ese tipo de golpes. Era la manera en que su primo solía llamar la atención cuando quería meterse en problemas.

-¡Hey tú, idiota! ¿Qué crees que estás haciendo metido en un baño de omegas?- Donghae nunca se mordía la lengua cuando se trataba de meterse en problemas, y esta vez Taemin estaba genuinamente asustado de que tal vez no pudiera ayudarle.

Un gruñido, bajo, gutural, resonando en cada rincón de aquel pequeño lugar. Taemin sintió la imperiosa necesidad de responder a él, de salir de su escondite y mostrar el cuello. Eso le asustó todavía más. Apretó ambas manos sobre su boca y nariz, asegurándose de no respirar nada de aquel aroma.

-Sólo quiero olerlo…- De nuevo una respuesta gruñida entre dientes.

La curiosidad despertó en Taemin cuando no hubo más respuestas. Dio un brinco hacia atrás cuando la puerta del cubículo fue llamada, tranquilizándose un poco al escuchar la voz de Donghae.

-Sal Taemin, soy yo.- No sonaba precisamente aliviado, pero había algo en su tono que definitivamente decía “tenemos que resolver esto”.

-¿Está él afuera?- Susurró entre los dedos de sus manos, esperando un poco antes de destrabar la puerta.

-Lo está, pero no te preocupes por él.- Donghae asintió.

Eso definitivamente desconcertó a Taemin. Pero si sabía hacer algo, era confiar en su primo. Después de todo, también era su mejor amigo en el mundo. Bajó las manos de su boca, tomándose un segundo para respirar adecuadamente. La piel de sus manos picaba, sus pulmones empezaron a arder con una sensación tan desconocida. Era incómodo, y a la vez se sentía bien sentirse así de incómodo. Tragó saliva, peleando contra la traba de la puerta.

Afuera, Donghae se encontraba parado frente a la puerta del cubículo, sirviendo de pared divisora, para que aquel alfa no pudiera ver a Taemin. Eso le hizo sentir algo de seguridad, asomándose sobre el hombro de su primo. Podía ver cómo aquel alfa se encontraba totalmente desconcertado, contra la pared. ¿Cómo es que su primo había logrado eso?

-¿P-por qué te detuviste?- Se decidió por preguntar, miedo atrás. La curiosidad le quemaba tanto como la sensación de querer brincar fuera de su propia piel.

-No…lastimo…omegas…- Gruñó el alfa, abrazándose como si estuviera sorprendido de su propia actitud. -No lo hago.

-¿Entonces por qué estabas acosándolo?- Donghae sin embargo gruñó, sin una pizca de temor de estarle gruñendo a un alfa. -¿Quién crees que eres?

-Yo no…- Gimió entre dientes. -Su aroma está mal, necesito olerlo para saber qué está mal.- Arrastró cada palabra como si le doliera el hecho de que Taemin no oliera adecuadamente.

Lo cual era totalmente sorprendente. Donghae volvió a gruñir, como advertencia ante el alfa. Sólo miró sobre su hombro hacia Taemin, olisqueando el aire.

-Pero no hueles…- Le tomó un segundo entender. -Estás usando supresores…¿cierto?

Taemin asintió, masticando el interior de su labio inferior. Rápidamente miró al alfa, que se aferraba a sí mismo con desesperación. ¿Podía olerlo? Su celo, había iniciado esa mañana, así que tomó supresores para eliminar todo rastro de evidencia de eso. ¿Cómo podía olerlo?

-No es posible…- Donghae exhaló más alto de lo que quizás Taemin hubiese preferido. ¿Qué había descubierto y por qué no lo decía de inmediato? -Tú puedes olerlo a pesar de estar suprimiendo su olor. Es lo que te molesta, la medicina suprimiéndolo.

El alfa gruño, exhalando su mantra por lo bajo <<no lastimo omegas>>. Parecía ser algo en lo que realmente creía, y estaba más que consternado por estar actuando de este modo tan salvaje. Taemin quiso alcanzarlo para poder tranquilizarlo, pero al alzar la mano Donghae le detuvo.

-¿Quién eres tú?- El alfa volvió a gruñir al ver que Donghae le tomaba.

-Su tutor.- Aclaró. Los omegas necesitaban un tutor en caso de no estar emparejados.

-Pero eres un omega.

Taemin escondió una risita, suponiendo que eso era algo realmente sorprendente para cualquiera, pero no para ellos. Donghae era bastante aguerrido cuando se lo proponía.

-Lo soy, alfa.- Escupió cada palabra. -¿Quieres descubrir cómo conseguí ser su tutor?- Le retó abiertamente, mostrando los dientes de manera amenazadora.

-No, yo no…No lastimo omegas.- Se repitió, y una vez más Taemin sintió que su piel picaba, ahora con la necesidad de ir hacia él y tranquilizarlo. Aquel alfa tenía una piel radiante, de color dorada, incluso olía como debería oler el sol, la sal del mar y la brisa del verano. Taemin se preguntó cómo podía oler de ese modo, y por qué le llamaba tanto. Su miedo había desaparecido, despertando esta extraña curiosidad.

-Puedo verlo.- Donghae le concedió un tiempo fuera, dejando de gruñirle abiertamente. -¿No tienes idea de lo que te ocurre cierto?

-No…

-Ustedes dos…- Se talló la cara. -No es común, sólo lo había oído como leyenda. Algo que ocurre cada diez vidas, y para descubrir cuántas vidas has vivido, es prácticamente imposible. Ustedes dos, son pareja. Tienen un lazo más que único, es más profundo que lo usual. Lo has podido oler incluso con supresores, eso no pasa normalmente.- Entonces se giró hacia Taemin, mirándole adorar al alfa desconocido. -Estás usando supresores, supongo que porque tus sentidos están disminuidos no respondiste de la misma manera, pero estarás igual que él en cuanto el medicamento pase.

Taemin tragó saliva, negando con la cabeza.

-Lo pude sentir, no sabía qué sentía.- Dudó en agregar lo de negarse a olerle, pero sintió la necesidad de ser sincero. -Me asustó, así que no respiré. No te quise oler.

La mirada adolorida que el alfa le dio, y su gruñido terminado en gemido adolorido hizo que Taemin se soltara de su primo, dando un paso hacia adelante para acercarse al alfa.

-No.- Le detuvo, alejándose un par de centímetros. -Lo entiendo, estás en celo. Temiste por tu vida, yo entiendo…- Parecía contenerse con cada gramo de su fuerza de voluntad. -No quiero acercarme a ti cuando sé que estás tan vulnerable.- Cada palabra la exhaló con esfuerzo. -¿Cómo te llamas?

-Lee Taemin.- Exhaló, un paso más cerca, un paso que aquel alfa buscó alejarse. Empezó a sentirse adolorido por ese rechazo, así que entendió la manera en que el alfa se había estado sintiendo en el momento en que huyó. Deseaba tanto que no fuera así.

-Lee Taemin, es bonito.- Dejó escapar una sonrisa. -Yo soy Choi Minho. Te buscaré, lo prometo.- Entonces se arrastró a lo largo de la pared, saliendo del baño con pasos pesados.

Taemin gimió, reprimiendo un lloriqueo. No podía evitarlo, quería seguirlo. Estuvo apunto de seguirlo, y suplicarle que se quedara un poco más, pero fue detenido una vez más por su primo. Había olvidado por completo que él seguía ahí.

-Entiendo que quieras seguirlo Taemin, pero no debes de hacerlo. Él te dijo que te buscará, debes confiar en tu alfa.

Entonces sintió el peso de la realidad hundirse en su estómago. Ahora tenía un alfa.


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