Sin saber que ese día una herida del pasado sería abierta de nuevo, Kakashi abrió la puerta de su casa.
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"¡Hola! Muy buenos días... ¿Señor Hatake Kakashi?".
"Hola, muy buenos días. Soy yo, ¿Necesita algo?".
"Oh si. Tengo una carta para usted, es de hace tiempo, exactamente de hace unos diez años".
"¿Disculpa?".
"Sí. Verá, antes, mi Padre también era cartero. Mientras limpiaba la casa encontré esta carta, le pregunté a mi Padre acerca de eso y me dijo que en una mañana normal, un joven corrió a él y le suplicó que no entregará esta carta, que era el la había escrito, pero que se arrepentía de enviarla; mi Padre le dijo que si se la devolvía pero él lo único que le dijo fue que la desechará. Aún así la conservó por si el chico cambiaba de opinión, algo que era muy común. Mi Padre es un hombre muy comprometido con su trabajo, por lo que nunca hurgo en el correo de los demás, incluida esta carta. Realmente no sé el motivo, pero ahora que la encontré me gustaría entregartela, se que es algo tonto, pero, me gusta mi trabajo y quiero que cada carta pueda llegar a su destinatario, solo investigue si seguías por la ciudad y al ver que tú casa estaba por mi recorrido habitual, decidí pasar". Explico mientras le extendía la dichosa carta, la cual ya se encontraba algo arrugada y desgastada por el paso de los años.
"Eh... De verdad lo agradezco, no debiste de tomarte las molestias, pero si esa persona se arrepintió a último momento, no creo que deba de recibirla". Dijo mientras miraba con curiosidad la hoja de papel envuelta en algunas etiquetas, ¿De hace 10 años? Eso debía de ser una locura.
"Lo sé, pero, por favor, tómala, no te obligó a leerla, solo tómala y haz lo que quieras con ella, pero acéptala, puede que esa persona quería decirte algo muy importante y luego simplemente no pudo y se arrepiente de esa decisión, ¡Por favor!". El joven hizo una reverencia implorando que el de cabello plateado accediera a recibir la carta.
"O-Oye, está bien, no tienes porque hacer eso". Dijo mientras tomaba la carta y le sonreía al muchacho de ojos azules. "Te agradezco en verdad que vinieras aquí a entregármela".
"No hay de qué señor, solo hago mi trabajo. ¡Que tenga un excelente día!". Se despidió el simpático chico de cabello rubio mientras se daba media vuelta, saliendo del lugar con una sonrisa satisfecha.
Hatake entró a su casa, algo confundido de lo que sucedía, ¿Una carta de hace poco más de 10 años? Eso sí que era un hecho interesante en su vida, dejó la carta por encima de la mesa, la leería luego de acabar su desayuno.
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El día pasó demasiado rápido, había ansiado abrir esa carta durante todo el día pero sus deberes no lo permitían, tampoco su instinto, el cual le decía que no leyera el contenido. Sin esperar más, rompió el sobre cuidadosamente, no quería hacerle daño, algo en su interior le gritaba que cuidara el objeto como si su vida dependiera de ello, no entendía ese sentimiento, hacía mucho no experimentaba ese sentir, no desde que... Sus manos temblaron por un momento, no debía de estar pensando en eso ahora, disipó sus pensamientos y siguió con su tarea.
Una vez removió el sobre, se encontró con una carta muy linda y formal. Se veía de cierta forma muy infantil a su vez que bastante seria, así como... ¡No! ¿Por qué su mente tenía que relacionarlo todo con él?
Desdobló la carta y sus ojos se agrandaron al verla. Era su misma letra, era la misma horrible pero perfecta caligrafía de Obito. Era la misma margen que hacía cuando realizaban proyectos juntos. Eran los mismos adornos con plumones que él le había regalado al Uchiha hacía ya tantos años.
Dejó caer la carta en la mesa, ¿Qué debía hacer? Su psicólogo nunca le advirtió de una carta que podría arruinar todos los años de esfuerzo y terapia que realizo para superar ese trauma... Era una carta de Obito, era una carta de quién fue alguna vez su mejor amigo, la carta de quién fue el amor de su vida, con quién compartió tantos momentos, quien lo desbordó de amor. Quien después de tantas cosas que pasaron lo llamó estorbo, inútil, y demasiados insultos que le dolían recordar.
De Obito, quien ya estaba muerto.
¿Qué era lo correcto? Sin dudas lo correcto era no leerlo, lo correcto sería olvidarla, como si nunca la hubiera recibido, pero... Pero no podía, no podía ignorarlo así como así, no después de saber quién la escribió, era una carta del Uchiha antes de morir. Fuera lo que fuera, si lo arruinaba más de lo que ya estaba, no importaba, eran palabras que Obito quería transmitirle a él.
Abrió con temor la carta y sus ojos simplemente se dejaron llevar por el deslizar de las palabras en tinta negra. Admirando cada detalle que había olvidado, y cada confesión que le lastimaba el corazón.
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"Te amé. Te amé. Te amé tanto y te perdí.
Simplemente no puedo seguir con esto, porque siempre termino haciéndote daño, no quiero ser el villano, nunca lo he querido ser. Pero si para mantenerte a salvo debo de serlo, lo haré.
Porque te amo, porque quiero que estés bien. No puedo escapar de aquí, no quiero arrastrarte, quiero que sigas tu camino, como si nunca nos hubiéramos conocido.
Por favor, si me amas tanto, déjame. Estoy arruinado desde que nací. Quiero tener la oportunidad de poder decir adiós, antes de que la cera fría sea pintada con mi sangre. Antes de que tus lindos ojos, como el mercurio, me miren desde arriba sin poder creerlo una y otra vez.
Si decido dejarte, es porque te amo, es porque quiero despedirme, antes de que me mires sin vida.
Morir solo es lo que elijo, ya que sé que si no te suelto, caerás a mi lado.
Quiero tomar tu mano, quiero abrazarte, quiero besarte, quiero estar ahí para ti y cumplir cada una de las promesas que hicimos bajo la lluvia, pero la fría arma que apunta a mi cabeza no me lo permite.
No quiero ver tu sangre junto a la mía, no quiero mirar tu cuerpo inerte junto al mío, no quiero perder lo más puro de mi corazón.
Por favor, abandoname y sigue por los dos. Yo siempre mantendré una sonrisa al saber que estás bien, no puedo mirar atrás y afrontarte, no puedo mirar tus ojos juzgando la elección que he elegido por mi mismo una y otra vez.
No puedo quedarme, no puedo seguir contigo, no puedo mirar como tus lágrimas recorren tus bellas mejillas, no puedo mirar el desastre que dejó en tu vida.
Me preguntó si... ¿Es esto un sacrificio por lo arruinado? Por toda la sangre que cargo, por mi deseo de sobrevivir; alguien tan puro como tú no debe estar con alguien como yo. No puedo manchar tu futuro con las manos de un criminal, cariño. No puedo brindarte caricias con las manos de un asesino.
Quiero que sepas que siempre te he amado, que quiero abandonarte porque no quiero que sufras. Pero no puedo, no quiero crear una herida más grande en tu corazón.
Se que nunca leerás esta carta, porque me conozco y sé que no seré capaz de entregártela, supongo que solo la escribo para expresar todo lo que realmente me gustaría decirte.
Te amo Kakashi, siempre lo haré, en este y en el otro mundo.
ATTE: Uchiha Obito."
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Termino de leer la carta y sus lágrimas se desbordaron, prometió no volver a llorar por Obito, se prometió así mismo que superaría al grandísimo idiota que no valoró su esfuerzo por sacarlo de ahí, por que estuvieran juntos, por preocuparse; quien simplemente en una noche lo insulto y le lanzó diez mil maldiciones. Se prometió que no dejaría que Obito lo hiriera una vez más, no como cuando al día siguiente pudo ver en las noticias: "Se halla el cuerpo del estudiante Uchiha Obito, quien se vio vuelto en una balacera entre las dos grandes bandas de narcotraficantes del país, se investigó y se encontró que el mismo era el subcomandante de una de ellas, identificado con el nombre de "Tomoe-Sharingan" y siendo el líder de la mafia con el nombre de "Akatsuki", falleció a los 18 años por una bala al corazón a las 04:15 a.m."
Le costó bastante recuperarse de eso, el solo quería ir por Obito, no le importaba si tenía que arrastrarse o buscarlo sin fin por el mundo entero. Quería estar a su lado. Pero esa noticia fue suficiente para matar toda esperanza de alguna vida juntos, de algún futuro juntos, fue lo único que hizo que su vida se hundiera.
Solo quería creer en esas promesas de que todo estaría bien, que lo solucionarían, quería creer en cada mentira que Obito le dijo, quería creer que saldrían ilesos. ¿El resultado? Una mierda.
Sus sollozos pronto comenzaron a ahogarlo en su propia miseria, salían como gritos, gritos que exigían lo que se le arrebató hace tantos años, tan desgarradores. Pronto se escuchó como alguien entraba a la casa y miraba a Kakashi preocupado.
"¿¡Kakashi?! Qué- ¿Qué sucede? ¿Qué te pasó?". El chico de cabello castaño dirigió su mirada a su pareja, quien se encontraba aferrada al piso y se abrazaba con toda su fuerza, su mirada fue a parar a la mesa de centro y entendió todo.
Llevaba años conociendo al hermoso chico delante suyo, escuchó cada una de sus fantasías desde que conoció al Uchiha, cada carta que él le enviaba con amor o cada pequeño mensaje que le entregaba, claramente distinguió su letra.
"Ese maldito... ¿Incluso muerto no puede dejarte en paz?". Hatake negó con su cabeza y le señaló la carta, dándole a entender que la leyera, Tenzo, muy confundido, la tomó entre sus manos y la leyó. Su expresión cambió radicalmente al leer cada línea escrita; odiaba a Obito por todo el daño que le había hecho al peliplata, pero ahora sabían los motivos del porque lo insultó aquella noche, dónde Kakashi llegó llorando a sus brazos contándole todo lo que pasó.
"Kakashi... Se que esta es... Una noticia muy impactante para tí. Pero no obstante, no puedes caer otra vez, te tomó mucho recupérarte de su muerte, él mismo dijo que sería feliz si tú lo eras. Esta fue su decisión, ni de nadie más ni de nadie menos. Yo estoy aquí para ti, lo sabes ¿Cierto, amor? Superaremos esto juntos, como lo hemos hecho todos estos años, solo... Solo déjame sanarte". Se arrodilló junto al menor y lo abrazó, ya había perdido la cuenta de cuántas veces en el pasado había repitió la misma acción cada noche, pero, siempre esperaría a Kakashi y estaría a su lado, sin importar qué.
"Gracias... Gracias Tenzo, en serio". Agradeció Hatake, mientras lloraba de nuevo en su hombro, por el mismo hombre del cual su corazón esperaba un regreso.
"Shhh... No hay porque agradecer cariño, para eso estoy, para ti". Dijo mientras acariciaba levemente toda su columna vertebral en una manera de intentar darle consuelo o calmarlo un poco.
[...]
Kakashi era tan dulce, no merecía llorar por alguien como Obito, sino por alguien como él, alguien que si lo cuidaba y lo sabía valorar.
Kakashi no debía enterarse de que él fue el verdugo de Obito en esa noche.
Su hermoso ángel no podía saber que lo había distanciado del horrible demonio que quería aprovecharse de él. Que él armó todo el disturbio de las bandas y se unió a la banda contrincante para simplemente jalar el gatillo e insertar una bala entre la cien del azabache.
Que él lo amenazó de asesinar al de hebras plateadas si se atrevía a dejar el "Negocio Familiar", quien le recomendó de manera sutil alejarlo con insultos. Que Obito vino a él una hora antes del encuentro para pedirle que cuidara de su lindo novio y luego asesinar a sangre fría al Uchiha.
Kakashi no debía saber que él era la manzana de la discordia de todo lo que le había sucedido.
Kakashi no debía enterarse, y nunca lo haría, sería su pequeño secreto que nunca saldría a la luz, después de todo, en todas las relaciones hay secretos ¿No?
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