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Capítulo 1: Visita inesperada: El atractivo chico del amor y el destino.
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Era una tranquila noche en la ciudad de Tokio… cuando de pronto un escuadrón de helicópteros color negro invadió el cielo en lo que parecía un ataque militar. Los altamente modernos helicópteros estaban cargados de armamento súper explosivo y parecían listos para atacar…
–Objetivo a la vista –murmuró un hombre envuelto con un casco color verde oscuro con lentes negros (Tipo militar), consultando su radar y avisando a todos.
–¡De prisa prepárense para saltar! –confirmó otro moviendo la palanca del helicóptero para fijara el curso.
–La vía está libre. ¡Salten todos!–¡Salten todos! –Se repitió la orden por toda la flota. Varios hombres vestidos con traje negro, gafas negras y sombreros negros fueron lanzados desde los helicópteros en paracaídas. Al final fue lanzado un elemento más con traje rojo y casco, con un par de propulsores en sus botas y volando a toda velocidad se dirigió a algún punto de la ciudad.
Mientras tanto... En un departamento dos chicos: Uno de cabellos en dos tonos: grises y negros, de ojos amatistas y otro de cabellos castaños y ojos café, veían por la ventana.
–Nii-san (1) –Dijo el castaño mirando atentamente hacia el cielo nocturno– ¿Qué es eso?
El peligris con el rostro grave miró por la ventana.
–¿Eso…? –Exclamó– ¡Eso! –Dijo en secuencia muy sorprendido al ver que algo se acercaba a gran velocidad hacia la ventana. Era una locura, pero…
–¡Se está acercando! –Exclamó el chico de ojos café que era el menor de edad, comenzando a alejarse de la ventana y el mayor con él tratando de huir.
De improviso, uno de los paracaidistas que bajara de los helicópteros se estrelló contra la ventana, rompiendo el cristal y con el vapor de sus propulsores mandando a volar, mesas y sillones y demás cosas de la sala, mientras que los dos pobres chicos asustados corrieron lo más que pudieron antes del impacto quedando los dos en el suelo junto con restos de vidrios y de cortina de lo que antes era la ventana de su departamento. Una nube de polvo y de vapor cubrió toda la estancia, los tosidos de ambos chicos se escucharon…
–Wyatt, ¿estas bien? –Se escucho la voz del mayor aclarándose la estancia poco a poco y dejando ver como el peligris sostenía al chico de cabellos castaños ayudándolo a ponerse de pie. Pero antes de que Wyatt contestara se escuchó una tercera voz…
–Eres Hiwatari Kai-sama, ¿verdad?
Al escuchar eso los dos voltearon desconcertados topándose con un chico de brillantes cabellos azul oscuro, ojos color carmín y vestido con una Yukata (2) roja con rayas amarillas, acompañado con unos zapatos de madera.
–Imposible… –murmuró el peligris mirando a aquel– tiene una Yukata…
–¿Bajo un traje de paracaidista? –preguntó el castaño confundido.
El recién llegado se inclino en el suelo.
–Siento el desorden –se disculpó– espero que no te lleves una mala imagen de mi.
El ojilila lo miró muy confundido y sorprendido, mientras que el otro se alzaba del suelo sentándose.
–Perdón, he olvidado presentarme, me llamo Kinomiya Takao. Soy el prometido de Kai-sama.
Kai que era el nombre del peligris parpadeó varias veces tratando de asimilar eso… acaso había dicho… ¿P-R-O-M-E-T-I-D-O?
–¿Cómo? –Expresó mirando al susodicho entremedio del desastre, que ahora era su casa, la ventana rota, los vidrios esparcidos por el suelo, la alfombra desarreglada, los sillones volteados… “¿Una mala impresión de él?” ¡Pero si había entrado por la ventana! Eso debía ser una broma y una de muy mal gusto, Kai no iba a dejar que se burlaran así de él, se puso de pie y mirando a ese tal Takao dijo: ¡Fuera de aquí!
Takao sonrió algo nervioso y rascándose la mejilla agregó sentado todavía en el suelo.
–¿he?, pero… si acabo de llegar.
–¡Eso no me importa! ¡No sé quien diablos eres! Primero destruyes nuestra casa y después sales con el cuento de que… eres… ¡Mi prometido! –Esto ultimo pareció alterarlo más– ¡ESTAS LOCO! ¡Lárgate de aquí ahora mismo!
Wyatt se sorprendió, nunca había visto a Kai tan molesto, se levantó al fin del piso y fue hasta él.
–Nii-san cálmate –dijo poniendo una mano en el hombro del otro.
Kai se calmó un poco mirando al menor.
–Pero… Wyatt.
–¡Bajaste la guardia! –Expresó Takao con voz triunfante y juguetona sacando algo de una de las bolsas de su Yukata y poniéndoselo en la cabeza a Kai.
Este volteó sin comprender…
–¿Qué es…? –No terminó la frase cuando se percató de que lo que le había puesto era una tierna diadema con orejas de conejito.
Takao sonrió y con las manos tras su espalda y dando tres pasos atrás dijo con una amplia sonrisa.
–Kai-sama, eres muy bueno con Wyatt-sama, eso es muy lindo.
Kai lo miró con fastidio, llevándose una mano a la cabeza para quitarse esa estúpida diadema.
–No te lo aconsejo –lo evitó Takao con una expresión muy tranquila– si intentas quitártelo explotará.
Wyatt se preocupó al escuchar eso.
–¡E… Explotará! –Replicó asustado.
–¡No digas tonte…! –Exclamó Kai sin creerse nada e iba a quitarse la diadema, pero…
–¡Nii-san, no! –Wyatt lo evitó deteniéndole el brazo.
–Wyatt…
–¿Y si explota en verdad? –Lo miró preocupado.
Takao sonrió con los ojos cerrados.
–Hazle caso a Wyatt-sama. Y escuchen al menos mi explicación.
Kai y Wyatt lo voltearon a ver sin saber lo que ese chico se proponía.
–… /¿Quien demonios es este loco? ¿Qué es lo que quiere?.../ –pensaba Kai sintiéndose indefenso ante la situación.
Takao alzó su mano derecha y tronó sus dedos…al instante la puerta se abrió y varios hombres con trajes negros, sombreros negros, lentes negros… (N/A: Ya comprendieron ¿no? n.nU) los mismos que bajaran de los helicópteros entraron corriendo a la casa.
–¿He? –Exclamó Wyatt algo asustado.
En menos de un minuto todo el departamento estaba invadido de esos tipos. Con escobas, plumeros, recogedores y aspiradores comenzaron a mover la habitación.
–¿Quién rayos son ustedes? –Preguntó Kai de mal modo– ¿Qué le hacen en mi casa?
Los hombres de negro se detuvieron para mirarlos y un centelló pasó por sus gafas.
–¡Silencio! –Dijeron al mismo tiempo con voz fría y tenebrosa.
Eso puso más nervioso a Wyatt aferrándose al brazo de Kai. Después continuaron con su labor recogiendo todo y poniéndolo en su lugar, al mismo tiempo que instalaban un sistema visual, altamente moderno con pantalla de noventa pulgadas, bocinas dobles, y además habían arreglado la ventana y quitado todos los vidrios rotos. Todo quedó tan impecable que cualquiera juraría que ahí no había pasado nada.
–Asombroso –comentó el castaño de ojos café.
–… –Kai no dijo nada.
–Por cierto Kai-sama –Habló Takao para llamar su atención en él de nueva cuenta, mientras que dos de los hombres de negro lo cubría con una cortina, y unos segundos después de retirarla, apareció Takao ya sin aquella formal Yukata y ahora llevaba puestos unos jeans gris oscuro, una playera amarilla, una chamarra roja y una gorra roja en su mano derecha, y continuó hablando– Por favor, que todo lo que vean a partir de este momento quede entre nosotros– dijo sonriendo y acomodándose la gorra en la cabeza– ¡ENTENDIDO! –Refirió con una mirada fría y tras el todos los hombres de negro.
Wyatt se asustó esta vez agarrándose del brazo de Kai más fuertemente mientras que éste solo los miró con suspicacia.
–¡Bien! –Exclamó borrando esa expresión de su rostro– preparemos eeeel… ¡video! –Sacó un control de la bolsa de su chamarra y dio varios giros con él y finalmente lo oprimió.
La pantalla que los hombres de negro instalaron se encendió mostrando una imagen satelital del océano pacífico, con una música muy misteriosa y sería, una ciudad… un rascacielos, un semáforo cambiando al verde… y varias personas cruzando por una avenida.
–La ciudad parece tranquila –Comenzó a narrar una voz grave– ¿Pero sabía usted que este país camina rumbo a la perdición… debido al exceso de natalidad? –Esta vez aparecen imágenes de una tierra erosionada y unos árboles secos con colores alarmantes. Kai y Wyatt estaban muy atentos mirando la pantalla. De pronto una mujer camina frente a una escuela, pero la imagen se acelera y comienza a hablar como ardilla… tanto Wyatt como Kai voltean a ver al peliazul.
–Es largo, así que mejor lo adelanto…
Caída al estilo anime de Wyatt… y Kai explota.
–¡Ya déjate de tonterías!
El chico no se afectó en lo más mínimo con la reacción de Kai y detiene el video en un fondo blanco con tres grandes letras que dicen: R.T.P y avanza frente a la pantalla quedando por consiguiente frente a los dos chicos.
–De todas formas –reanuda– para arreglar el problema de la sobrepoblación, el congreso ha establecido la comisión R.T.P, que es un plan de matrimonios concentrados a nivel nacional puesto en marcha.
Wyatt y Kai se quedan atónitos.
–¿A… a nivel nacional? –Replicó Wyatt con los ojos trémulos.
–¿Matrimonios concentrados? –fueron lo que repitieron las airadas palabras de Kai.
–Si –confirmó con los ojos cerrados– el gobierno ha seleccionado a un grupo de gente soltera de determinada edad y luego les ha pedido que se casen con una persona del mismo sexo designada por ellos.
–¿Y me obligarán a hacer eso…? –Dijo con el ceño fruncido.
–No lo veas como una obligación –sonrió Takao avergonzado poniendo su mano en su mejilla– tan solo es un deber más como ciudadano.
–¡Y lo dices tan tranquilo! –perdió la paciencia ante aquello.
Wyatt miró al peligris y muy preocupado preguntó.
–¿Y que pasa si no obedecen esa orden?
–Sin ninguna duda… –Cerró los ojos sonriendo– irás a prisión –soltó con naturalidad.
–¿Qué? –Gritó Kai de nuevo– ¿Voy a ser un criminal solo por negarme a participar en algo tan ridículo?
Takao miró hacia él algo sorprendido.
–Kai-sama atrás de ti.El peligris volteó mirando como Wyatt se tambaleaba dispuesto a desmayarse.
–¡Wyatt! –Lo sostuvo preocupado antes de que tocara el suelo.
–Por tanto –reanudó Takao después de eso– como es un tema muy escabroso decidieron probar el programa de inmediato.
Kai lo miró con enojo junto a Wyatt, en el suelo y poniendo una rodilla en este.
–…Así que… es eso… –dijo con los dientes apretados y apretando su puño derecho.
–¡Sip! –dijo Takao algo juguetón– el mejor ordenador de mundo (CPU, computadora, etc, etc) te seleccionó como el más adecuado para ser mi esposo –concluyó juntando sus manos e imaginándose a Kai y a él abrazados.
Con el rostro sombrío Kai alzó su mano apuntando hacia la puerta del departamento. Wyatt lo miró muy sorprendido; mientras que los hombres de negro y Takao solo lo miraron sin comprender.
–Fu-e-ra –Silabeó con dureza.
Takao se dejó caer al suelo haciendo drama de chico en desgracia.
–Kai-sama, eres muy malo; después de lo mucho que me he esforzado para explicártelo todo.
–¡Basta ya! ¡Ahora que sé la razón, odio más todo esto! –Exclamó muy molesto, tomando la diadema, que aun llevaba en la cabeza, de una orejita y arrojándola al suelo, las orejitas rebotaron en el suelo y comenzaron a hacer corto.
Takao se preocupó.
–¡Cuidado, Kai-sama! –Saltó empujando a Kai y a Wyatt a tiempo mientras que varios hombres de negro sofocaban la explosión… con una tina (N/A: …).
Kai se incorporó desconcertado y molesto.
–¡Idiota! ¿Acaso intentas matarme?
–¿Incluso después de salvarte la vida llamas a tu prometido idiota? –murmuró Takao con tristeza, mientras que Kai se daba cuenta de que Takao estaba sobre él y eso… no le agradó.
–¡YA! –Se levantó quitándoselo de encima– ¡Escúchame bien, puede que a ti te parezca bien, pero yo me niego rotundamente a que me obliguen a casarme contigo! –gritó haciendo que los cabellos y la gorra de Takao se agitaran, luego lo apuntó con su dedo –Además no sé nada de ti y en primer lugar… ¡eres un hombre!
Takao sonrió tiernamente y alzando su mano juntó su dedo con el de Kai.
–Por eso no hay problema, desde ahora podemos comenzar a conocernos y ser primero amigos.Kai apartó su mano.
–¡No tengo ninguna intención de conocerte mejor! –Dijo y cruzando sus brazos le dio la espalda.
–Que necio eres…–Dijo Takao con algo de mortificación– aunque eso tambien…resulta muy atractivo –reafirmó cerrando los ojos, poniendo sus manos en sus mejillas y ruborizándose levemente.
Wyatt sonrió algo nervioso bajándole una gotita de sudor por su sien (N/A: De estas n.nU), mientras que Kai se iba de lado…
–Solo tengo diecisiete años, no puedo casarme –replicó Kai de nuevo.
–Lo sé –le contestó Takao con tranquilidad– yo estoy en noveno curso, tengo quince años (o sea en tercero de secundaria).
A Wyatt le llamó la atención eso.
–Igual que yo.
Luego de escuchar eso Kai se volvió a Takao.
–Eso significa que no podemos casarnos.
–Por eso por ahora solo estaremos comprometidos –sonrió el peliazul con tranquilidad, aunque… –se levantó– puedo proponer un nuevo código civil.
Kai lo miró y tuvo el presentimiento de que ese loco frente a él era capaz de eso y más.
–No quiero eso… –espetó con poca energía, es que no se podría quitar a ese loco de encima– D-de todas formas… esto es absurdo, no tiene sentido, ¿por qué tú..? –Kai estaba abrumado ya ni sabía que decir.
El peliazul se sonrió y contestó esa pregunta.–Ah, pues por que soy una maravillosa opción y el compañero idóneo para toda tu vida, además la gente me ha dicho que soy de buen ver y tambien tengo un cuerpo bien proporcionado y atractivo –concluyó con mucha seguridad.
–… –Kai lo miró de arriba a bajo sin poder decir nada.
–La verdad es que si –comentó Wyatt después de rato de permanecer callado.
El peligris reaccionó de inmediato apartando cualquier idea rara en su cabeza.
–Pues eso no me importa, además tu forma de ser es lo peor, eres un maldito insoportable –soltó desviando su rostro hacia otro lado con los ojos cerrados.
–No pasa nada –agregó con una linda sonrisa– eso no es visible.
Kai no pudo hacer más que mirar su “maldita sonrisa exasperante” (N/A: esa es la opinión de Kai, ¿ne? n.nU).
–Ya he dicho que me niego –Se giró cruzando sus brazos.
–Oh, no –se inclinó Takao con los brazos tras su espalda y de esta posición buscando el rostro de Kai– por favor, deja que me quede un rato. Vamos a vivir juntos y a conocernos mejor, después decides que hacer conmigo –sugirió.
–He dicho que no –determinó en la misma posición indiferente.
–No digas eso –se acercó más esta vez encontrando el rostro de Kai, pero este lo evitó volteándose de nuevo– soy tu único prometido en el mundo.
–Como si quisiera tener más… –dijo con displicencia inclinando un poco el rostro con los ojos cerrados– en cualquier caso, yo…
–Además no tienes que preocuparte por dónde voy a dormir hoy, –le interrumpió– he traído mi propio saco para dormir –dijo con él en la mano– y puedo usar la sala.
–No cambies el tema –reclamó la interrupción.
Takao desvió la vista con un gesto tímido.
–Aunque… si quieres, puedo dormir en la misma cama que tú…
Kai reaccionó.
–¡DE NINGUNA MANERA!
Takao juntó sus manos.
–¡Oh! Eres tan tímido.
–¡No se trata de eso!
–También me puedes dejar todas las tareas de la casa, se hacerlas.
–¡Tampoco se trata de eso! –Gritó exasperado– ¡ES QUE NO ENTIENDES! ¡Lo que quiero es que te vayas de aquí y dejes de molestar! –Se vio el departamento desde fuera escuchándose la voz de Kai retumbar en el silencio de la noche.
–¡Ni hablar! –Le secundó la voz de Takao.
La siguiente escena era de un Takao muy digno cruzando los brazos y desviando el rostro mientras que Kai se hallaba medio agachado respirando agitado, eso lo estaba cansando demasiado.
Wyatt lo miró preocupado.
–Nii-san…
–Wyatt… –Kai se incorporó llamando al castaño– toma el teléfono y marca al uno-uno-cero (uno-uno-cero, el número de emergencias en Japón que equivale al nueve-uno-uno de E.U y en México… no tengo idea, me avisan si alguien sabe n.nU).
El chico de ojos café se sorprendió.–Informa de esto a la policía –ante la orden del mayor el castaño se fue.
Takao miró a Kai con tristeza y con los ojos trémulos.
–Kai-sama…
El peligris de ojos amatistas sonrió por vez primera con seguridad.
–Tu bromita acaba aquí, tendrás que largarte a menos que quieras ser arrestado.
–Nii-san –Regresó Wyatt con el teléfono en la mano.
Kai se volvió.
–¿Qué pasa?
–No puedo llamar –dijo Wyatt muy preocupado.
–¿Qué? –Exclamó Kai desconcertado tomando el teléfono y…
–No hay conexión, por favor verificar el número–
–¿Qué está pasando? –volvió a marcar, pero la operadora volvió a decir lo mismo.
–Oh, vaya problema Kai-sama–El aludido se quedó atónito al oir la voz del peliazul por el auricular y al voltear, vió a Takao con un teléfono en la mano– ya te lo dije muchas veces –replicó, apareciendo su imagen también en la pantalla, de algún modo el chico de ojos rojos estaba interceptando la línea del teléfono– Esto es un proyecto Nacional y tiene que quedar entre nosotros, ¿entendido? Wyatt y Kai no lo podían creer, definitivamente ese tal Takao ahora tenía control sobre ellos y al voltear a ver a los hombres de negro estos se reían de modo macabro.
–¿Hasta dónde piensas llegar? –Expresó Kai con cansancio.
Takao se volvió a todos los hombres de negro.
–Muy bien, ya pueden retirarse.
Todos los tipos hicieron una leve reverencia y comenzaron a salir del departamento. Kai condujo a Wyatt a la mesa y este recibió la orden implícita tomando asiento en torno de esta y el peligris se sentó junto a él. Takao como si nada los alcanzó hasta allí y se sentó con ellos.
–Bien, ya hice que todos los hombres de negro se retiraran. Acepta la situación y sonríe. –Dijo con mucha simpleza… demasiada, para la poca paciencia que le quedaba a Kai. En eso el oji-amatista se levantó con el rostro sombrío.
–De acuerdo…Wyatt no supo que decir al ver así al peligris.Takao se rió alegremente.
–¡Genial!Kai caminó hasta él quedando justo tras él. El peliazul lo siguió con la mirada y con una sonrisa feliz.
–¿Entonces, Kai-sama…?
El peligris se inclinó y pasando un brazo por su cuello dijo con voz grave.
–Levántate.
El otro chico lo hizo y sonrió.
–Ah, entonces no eres tan tímido –rió tiñéndose sus mejillas de un leve color escarlata– eres de los que prefieren actuar en lugar de hablar, pero… vas muy deprisa, aun no estoy listo…
Ante tales palabras Kai se ruborizó, aquel chico era todo un caso, él no tenía más intención que sacarlo de allí, el le estaba aplicando un candado… no otra cosa…
–¡Cómo crees! ¡Yo voy a echarte de aquí, aunque sea a la fuerza! –espetó entre avergonzado y furioso.
–¿He? –Takao reaccionó.
Wyatt se alarmó.
–¡Nii-san!
–No tengo otra opción, Wyatt –le contestó.
Takao tomó el brazo de Kai y lo miró desde esa posición.
–Lo siento, pero yo tambien tendré que usar la fuerza…
–¿…? –Kai se confundió, pero no tuvo tiempo de decir nada cuando de pronto sintió como ese chico se soltaba de él librando su cabeza y sin soltar su brazo lo arrojó al suelo, el sorprendido Kai que no se esperaba eso cayó contra el suelo quedando inconsciente. Wyatt se paró preocupado.
–¡Nii-san! –Exclamó el castaño preocupado sin saber que hacer y lo siguió llamando, pero Kai no reaccionaba.
Takao sonrió.
–Deseo lo mejor para los días que nos esperan, Kai-sama –dijo y agachándose le dio un beso a Kai en la mejilla.
POV Takao.
Mientras perdía la conciencia Kai-sama sintió una calida sensación en su mejilla. Y así es como empezaron los días de amor y problemas para Kai-sama.
TZU ZU KU… (Continuará…)
(1) Nii-san: palabra que expresa mucho respeto para tu hermano mayor.
(2) Yukata: Es como el Kimono, pero el Yukata es para hombre y el Kimono para mujer.