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Sirena busca pareja ¿algún interesado? por mfernandasadiklover

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Notas del fanfic:

¡hola! debo decir que esto salió directamente de un cerebro con insomnio, me iré al infierno por esto. Los invito a irse conmigo.

Advierto que como todo lo que logró escribir es medio extraño sino completamente, quedan advertidos. Bueno espero les agrade lo que leen y me dejen saber qué les pareció. Nos leemos en los comentarios.

 

Notas del capitulo:

Perdón por adelantado por las faltas de ortografía o cualquier error que pueda tener, siempre hay algo que se me escapa, son bienvenidas a decirme si ven algún error que arreglar por ahí.

Sin mas que decir espero lo disfruten.

“Es tiempo de aparearse con otros seres, no tenemos alternativa”. Fugaku miró largamente a las criaturas que pertenecían al reino de las sirenas. Este era tal vez la peor desgracia de todos los tiempos para la especie acuática.

Los problemas de natalidad en la especie, estaba amenazando con el exterminio, no sobrevivirían los próximos años.

“¿Estás seguro de que esa es la solución?”. Dijo Mikoto, Fugaku no lo estaba, pero mirando las caras angustiadas de su clan, pensó que era lo mejor.

“Buscaremos machos y hembras que estén en la edad reproductiva, tenemos que salvarnos, incluso si eso significa manchar la sangre de nuestra especie con otros seres marinos”.

Sasuke nado sin preocuparse por alejarse de la seguridad del clan, solo tenía una misión en su mente, capturar una presa.

No iba a defraudar a su padre, era uno de los pocos machos jóvenes, tenía que por fuerza dejar su descendencia. Ya había fallado no debe volver a cometer el mismo error.

Las hembras del clan no creían que Sasuke tuviera fuerza en sus genitales, había tratado de fecundar los huevos, pero ninguno de ellos logró formarse, la humillación le hizo salir fuera del límite establecido para buscar a alguien más fértil.

De que servía que la especie tuviera ambos sexos si moriría por la baja natalidad, sus cuerpos no podían generar tantos huevos, tampoco fecundar con demasiada eficacia, de diez crías solo nacían tres y de ellos uno llegaba a la adultez.

Trato de aparearse con un pulpo hembra llamada Karin, pero los tentáculos se le pegaban a la cola y estorbaban lo que le fue imposible hacerlo, además no le gustó mucho que las ventosas le succionaran la piel de forma tan violenta.

En su viaje conoció a un tiburón, su nombre era Suigetsu, pero tenía el pene corto y blando, dijo que pronto maduraría y que se volvería el mejor miembro que haya encontrado mientras sonreía con los dientes afilados. Salió huyendo de ahí, no le interesaba algo inmaduro.

En aguas muy frías encontró a una gran orca. El chico era agradable su nombre era Juugo, pero cuando trataron de reproducirse casi fue aplastado por el enorme cuerpo. No, gracias, ese macho aplastará los huevos antes de que logre ponerlos.

Menos cuando parecía ser del tipo de pez que se estresa y se come a los pequeños huevos. Necesitaba a alguien más optimista.

Resignado pensó que el problema era él, no las criaturas marinas, tal vez las especies de la tierra fueran más cooperativas.

Así que agitando la cola de escamas negras azuladas marchó rumbo a la superficie, el sol le acaricio la piel azulada del rostro, sus grandes ojos negros le dolieron ante el mar brillante sobre su cabeza.

Pidiendo indicaciones a una anguila, siguió el camino indicado para encontrar lo que llamaban la tierra firme.

Orochimaru como se presentó la anguila, dijo que en ese lugar encontraría algo que tenía por nombre, ser humano.

“Tengo la teoría que provienen de las sirenas”. Le comento el hombre, se hacía llamar así mismo científico de la evolución, Sasuke le miró sin interés.

“Lo que sea, ¿cuándo me soltaras la cola?”. Le preguntó asqueado al sentir la mucosidad de la aleta sexual de la anguila. No tenía interés en aparearse con un animal tan viejo y tan escalofriante.

“Es la costumbre”. Le dijo riendo y se alejó un poco. “Después de todo si me apareo con mi especie moriré”. Sasuke le miró confundido. Sin querer pensar en ello porque tenía sus propios problemas. Además, le daba asco saber cómo diablos se apareaban las lombrices negras.

Llegó a un punto donde el mar terminaba, las aguas estaban oscuras sobre su cabeza y había miles de peces brillantes, sintió las vibraciones del mar, pero no detecto nada peligroso.

Durmió esa noche bajo las estrellas como le comento que se llamaban Orochimaru.

“¿por qué estás siguiéndome?”, le pregunta enojado, no le gusta como la vieja lombriz le dice que daría lo que fuera por tener su piel.

Lo primero que vio fue la playa, arena dorada extendiéndose hasta un montón de piedras que separaban el hábitat de los humanos.

Sintiéndose avergonzado, comenzó a emitir un pequeño canto de apareamiento para atraer a su presa. Eran pocas veces que tenía que cantar, ya que en su clan no era necesario.

La anguila pareció encontrarlo fascinante, ya que pocas criaturas marinas emiten ese tipo de llamado, no parecía afectar a los seres humanos quiso comentar, pero sabía que la sirena no quería su opinión.

El primer día fue un fracaso. Infelizmente seguía sin descubrir a ningún humano, así que se entretuvo pescando por esas aguas.

El segundo día también fue un fracaso, pero, por lo contrario, vio a muchos seres humanos, de todos colores y formas. Seguía sin entender por qué les gustaba tostarse al sol como carne seca. Seguían llegando, comenzaron a dolerle los oídos internos por la cantidad de ondas sonoras que transmitían a través del mar.

Eran tantos que tuvo que esconderse, pero luego comienzan a entrar al mar más profundo, cubiertos con una piel negra y extraños aparatos que se movían sobre las aguas.

Asustado se hundió en las aguas turbulentas sabía que nadie entraba en ellas por lo peligrosas que eran, no creía que un humano pudiera hacerlo.

Sin embargo, subestimó la fuerza que tenían y fue arrastrado por la corriente.

Despertó al sentir ligeros toques en su cuerpo, parpadeo abruptamente para tratar de enfocar su vista.

“¡está despertando!” escucha que dicen, siente un ligero golpe en la cola, al abrir los ojos, se encuentra rodeado de delfines que le miran curiosos.

“¿Dónde estoy?” pregunta desconcertado, le duele el cuerpo y no es agradable que los delfines le miren como si fuera un pez globo.

“Bueno, te encontramos en las rocas cerca de los humanos, es peligroso estar con ellos, ¿sirena que haces tan lejos de tu hogar?”. Le pregunta uno de los delfines.

“Busco una especie que sea muy fértil, las sirenas nos estamos muriendo”. El delfín mueve las aletas, Sasuke no sabe si hay un clan de delfines cambiantes, no le pregunta por qué eso muchas veces ofende a las criaturas. No es agradable preguntar si tus ancestros se aparearon con los seres de la superficie como le explico Orochimaru.

El cual por fin había desaparecido, ese viejo era más que solo extraño. Ojalá no lo vuelva a encontrar.

El delfín pareció pensar en algo, luego movió la cola emocionada. Eran tan amables cuando no estaban drogándose o forzando a las hembras a la reproducción. Aún no estrenó mi zona vaginal y estos parecen ser muy agresivos en el apareamiento. Es mejor si me alejo rápido de ellos pensó asustado.

“Hay un cambiante de pez luna por las costas, te llevaré con él”. Le dice el viejo delfín, Sasuke duda de ir con él, sin embargo, ignorando su instinto lo sigue.

Pésima idea se dice mientras grita para espantar al delfín que quiso intentar algo con él. Lo golpea repetidamente con la cola, su poderosa extremidad jamás le ha decepcionado en una lucha.

“¡Eres realmente tonto si pensaste que un viejo como tú podría dominarme, a mí que soy una criatura de aguas profundas!” el delfín que estaba recostado en la arena movió la cola en forma de rendición.

“¡impresionante Sasuke!” le dice esa criatura increíblemente molesta, esa anguila no planea dejarlo en paz. El delfín parece reconocer la voz y Orochimaru huye lejos al verlo.

Aún recuerda cuando fue capturado por el delfín, le agradan los jovencitos no ese viejo verde.

Molesto con esas criaturas tan raras y perder el tiempo, está por marcharse cuando escucha una voz a sus espaldas. Al mirarlo se encuentra un humano, luego le ve las aletas moverse y reconoce que es el cambiante que vive en estas aguas.

“Solo mira como dejaste al viejo pervertido”. Le dice el hombre mientras el delfín corretea con la anguila. Sasuke se queda en su sitio, endurece sus dedos listos para la batalla si es que el macho quiere vengarse por lo que hizo.

Pero nada de eso sucede, el cambiante de pez luna le mira con los ojos blanco brillante, un pequeño punto negro dentro de ellos, su cabello blanquecino del mismo color que la piel le ponen nervioso.

Es un cambiante enorme, tiene brazos y piernas grandes, es la primera vez que ve uno como él, todo es de un purísimo blanco.

“Creí que las leyendas eran mentira”. Le dice el hombre nadando cerca de él, como no se muestra amenazante Sasuke se relaja.

“¿Qué leyendas?”. Le dice Sasuke en voz baja, se cruza de brazos, está nervioso por la inspección que le están dando. El gran cuerpo del extraño se mueve a su alrededor, logra admirar que en su espalda hay una enorme aleta dorsal.

“Nunca había visto una sirena”. Vuelve a decir ignorando la pregunta. Su cara se acerca a la suya. Sasuke le muestra sus dientes filosos como amenaza, luego lo piensa mejor, no debería asustar al padre de sus hijos.

“Estoy aquí, buscando a la criatura más fértil de estas aguas”. Tal vez así el hombre entienda la indirecta, pero el chico ladea su cabeza claramente confundido.

“¿Quieres que lo busque en internet?” dice el joven con una sonrisa. Sasuke abre la boca y luego la cierra, se lleva la mano a su frente pensativamente.

“¿Qué es internet?” le pregunta confundido. El otro se ríe como si la sirena hubiese dicho algo muy gracioso.

Nuevamente sin escuchar ese sentido que poseen los animales para su supervivencia, sigue al chico pez luna, fuera del agua. Será más grande, pero parece ser inofensivo.

Lo ve entrar en una cueva submarina y lo sigue pasando por la angosta entrada. Por suerte el pasaje se va agrandando.

El otro chico desaparece del agua al pasar la roca enorme, la luz entra a través de las grietas, a Sasuke le recuerda a su hogar.

Luego al levantar la vista, se traga el grito que lucha por escapar. ¿Quién es este?, piensa con furia, es claro que el pez luna lo engañó, muestra los colmillos y se sumerge en el agua esperando que el humano desconocido entre para poder matarlo.

Solo la cabeza de él se sumerge en el agua, su cabello rubio vuelve a ser blanco, y sus ojos azules que fueron lo que espantaron a la sirena, vuelven a perder el color.

“No te asustes, soy yo”. Le dice mostrando una gran sonrisa. Con el corazón golpeando su pecho frenéticamente toma la mano que le ofrece y lo sigue para salir del agua.

“Es increíble”. Murmura para sí mismo y mueve lo que el chico llama pies. Luego sigue mirado sus alargadas piernas y grita asustado por primera vez en su vida.

“¡¿qué sucede?!” le dice preocupado el chico pez. Pero Sasuke es incapaz de responder, no cuando no tiene palabras para describir como uno de sus genitales se fueron, del terror que le produce la transformación se desmaya.

Cuando recobra la conciencia, está recostado en lo más suave y cómodo que ha sentido en su vida. Parpadea y se mira las manos que cambiaron de aspecto, ya no tiene las garras ni las membranas entre los dedos, incluso su piel había cambiado de color.

“Sirena, ¿quieres comer algo?” escucha que le dicen, se levanta y toca la suavidad en la que está recostado, luego el ligero aroma que hay en ella le obliga a pegar la nariz. Huele a sudor y olores que no logra identificar, pero eso no es lo que le interesa, el olor a feromonas, a semen desperdiciado. Este es el nido de apareamiento piensa satisfecho, pensaba que el macho no había entendido lo que Sasuke quería.

Su cuerpo se siente arder ante el deseo, luego cae en cuenta que perdió su aparato femenino y que el otro también es un pez masculino. Maldiciendo entre dientes mira al chico que le devuelve la mirada, mientras come de manera grotesca.

“Me llamo Sasuke”. Dice suavemente, el deseo apagándose al notar el poco interés del hombre por realizar un cortejo.

El muchacho asiente con las mejillas llena de comida, es un ser tan extraño.

“Soy Naruto, ¿quieres comer ramen?”. Sasuke le miró con una ceja alzada, quería cubrirse no le gustaba la nueva piel, se sentía desprotegido. Además, no le apetecía lo que el otro comía, se veía muy poco sano esas lombrices blancas, aunque olían bien.

“Tengo frío”. Respondió, el otro muchacho rápidamente dejó lo que hacía para buscar algo con que vestirlo.

Naruto llevaba mucho tiempo solo, no tenía un clan al que pertenecer, su madre fue un pez luna especial y había muerto después de darle a luz en su forma humana, su padre por otro lado, murió de tristeza.

Por eso, aunque podría pertenecer a ambos mundos, no importaba donde fuera siempre la soledad iba con él. La sirena parecía entender ese sentimiento al cargar el peso de su raza.

Tomó ropa limpia, oliendo antes de entregarla, no le apetecía pasarle algo sucio. El chico luchó un poco sin saber cómo usarla, Naruto lo ayudó con calma. Si podía ayudar a alguien lo haría sin dudar.

Buscar información fue bastante fácil, lo difícil fue decirle a la sirenita que él era un buen partido para tener crías pensó, sonrojándose de las orejas a las mejillas, lo vio durmiendo sobre la cama, arropado hasta la nariz porque seguía sin acostumbrarse a estar en la tierra.

Pasó días en cama hasta que se acostumbró a sus nuevas extremidades. El chico rubio le atendió lo suficientemente bien, comida, cobija, protección.

“¿Cuándo nos apareamos?” le pregunto a Naruto, esté al escucharlo tosió compulsivamente, estaba pensando en lo mismo, pero oírlo de los labios de un chico tan bonito que le miraba con esos ojos grandes y brillantes le tomó por sorpresa.

“¿estás seguro de querer hacerlo conmigo?”. Le dijo curioso, Naruto quería saber que tal vez podrían llegar a algo más que solo ser el donante, que no se marcharía luego de usarlo, el chico de cabello negro extendió la mano para tomar la suya.

“Creí que habías iniciado el cortejo cuando me ofreciste de comer”. Le respondió dudoso, Naruto le sonrió nervioso, como explicarle que eso era una conducta natural en los humanos. Mejor no le dice nada.

“Sí bueno, claro eso hice”. Dijo encogiéndose de hombros. Estaba aliviado de que el chico no mostrará rechazo en sus pequeños avances.

En la mañana cuando el sol sale, ambos van a la playa. Le toma de la mano tímidamente, Sasuke le mira confundido, ¿por qué lo toca si no se están apareando? Naruto tiene la cara roja, mirando el mar caminan por la arena con las manos fuertemente apretadas. La sirena ve al chico de cabello sol, una mirada fija en él. Simplemente no entiende su comportamiento.

El otro le sonríe y siente la cara arder, trata de lanzarse al mar por qué piensa que el sol lo está quemando. Ambos terminan nadando sin rumbo jugando entre ellos.

Sasuke siente un ligero dolor en el abdomen unas semanas después, sabe que el cuerpo comienza a crear pequeños huevos para el proceso de fecundación. Debe regresar al mar, no cree que un recipiente tan débil pueda resistir tantas crías.

El agua al tocarlos los cambia, Sasuke mira sus manos y ve emocionado que sus feroces garras han vuelto, agita la cola, sus aletas negras se agitan y la sirena deja escapar burbujas de aire feliz. Todo eso siendo observado bajo los atentos ojos del pez blanco. Es muy hermosa la forma en que mueve su cuerpo con esa libertad.

Siente que se enamora un poquito de Sasuke, tragó saliva cuando los ojos negros le miran y sonríe, más que un poco piensa alarmado.

Sasuke busca un buen lugar donde dejar los huevecillos, no quiere que haya peligro alguno cerca de ellos, debe volver a su clan con muchas sirenas recién nacidas.

¿Solo con sus hijos? Se pregunta levemente, se gira para poder mirar al macho que trae en sus manos pesadas rocas para camuflar el nido. Es tan grande y poderoso, pero no hay ni una pizca de agresividad en él.

Sasuke tendría que buscar las presas, no tiene problema de eso, pero su progenitor no lo aprobaría, al mirarlo se da cuenta de que está agradecido que el chico acepté ser el padre de sus criaturas. No quiere a otro macho que él. Soy una sirena territorial piensa satisfecho con su propia naturaleza.

Las rocas y las ramas cubren las algas donde depositará sus huevos, son más grande que los peces normales y se demoran el doble de tiempo en nacer. Los hace blancos fáciles para los depredadores, por eso en su clan todos son buenos luchadores, criaturas furiosas que cuidan las crías para que nazcan sin peligro por los alrededores.

Naruto rodea el nido vigilando mientras Sasuke comienza el proceso, las aguas son oscuras y no logra vigilar muy bien, pero la sirena acostumbrada a la oscuridad no parece preocupada.

La escucha gritar y mueve las aletas que tiene en los pies para poder nadar más rápido. Cuando llega a su lado, ve el primer huevo salir, es una pequeña esfera suave, es la primera vez que ve algo como eso. Siente que bajo el agua le arde la cara de todas formas.

Sasuke está con la espalda apoyada contra las rocas del nido, sus dedos están abriendo su vulva para agrandar el orificio por donde salen los pequeños huevos, Naruto los toma con las manos al notar que la corriente los quiere llevar, son demasiado frágiles.

Son calientes y sabe que son solo el recipiente para que el bebé sea depositado. Los deja en las algas que puso como cama para ellos, las cuales junto a las rocas evitan que la corriente los lleve. Las piedras enormes los protegerán de los predadores.

“Estoy cansado”. Dice Sasuke bajito, está agotado, Naruto le extiende un pez que atrapó para alimentarlo.

Mueve la cabeza al oler la sangre en el ambiente, le acaricia el vientre al chico que come despacio, sabe que las sirenas no están preparadas para guardar tantos huevos y que debe ser difícil poner tanta fuerza cuando no tiene el cuerpo preparado para eso.

“Eres muy fuerte”. Le dice y le besa un ojito aprovechando que la sirena está agotada para defenderse, el chico de ojos negros alarga los brazos, quiere más alimento. Naruto lo consiente todo lo que puede.

Mira enternecido que hay diez de ellos, mientras Sasuke se alimenta, él se acerca para poder fecundar los huevos y terminar el trabajo.

La semana es toda igual, los huevos siguen saliendo y él los fecunda para que comiencen a desarrollarse. Sasuke parece agotado, pero muy feliz, ha estado comiéndose el semen de Naruto en su forma humana para poder estimular y obligar su cuerpo a un cambio más profundo.

Naruto no conoce el organismo de una sirena, pero si él cree que eso es posible no va a negarse, tan bobo no es.

Veinte de ellos son puestos esa primavera, Sasuke los acomoda para que ninguno quede lejos de la protección, el hombre nada a su lado, se acerca lo suficiente al rostro de la sirena, puede admirar que Naruto tiene cicatrices en la mejilla.

Le besa las heridas como recompensa, la sangre que dejaba salir de su vagina había atraído a un tiburón, pensó que ambos morirían, pero junto a Naruto habían luchado de forma brutal. Ceno carne deliciosa ese día y tuvo la fuerza necesaria para poder finalizar el proceso.

Ahora deben proteger los huevos hasta que nazcan, meses de lucha intensa con las demás criaturas que se verán tentadas. No pueden despistarse hay muchos peces en el mar.

Naruto no puede creer que sea padre de tantos niños, mira Sasuke que vigila sobre el nido, traga saliva, ese chico es increíble piensa. Se recuesta en la arena, es fría como todo en el lugar. Pero no debe moverlos, los huevos de sirena son débiles ante el sol.

Sasuke se recuesta sobre su brazo, Naruto le mira sonriendo. Parece que se acostumbró a la cercanía del rubio.

“¿Cómo es tu clan?”. Le pregunta, la sirena sonríe un poco, recordando seguramente con nostalgia todo eso.

“Mi padre es el líder, aunque es mi madre quien le aconseja muchas veces, pero mi hermano es el mejor de todas las sirenas, es por él que muchos siguen con vida, los tiburones no son precisamente pocos”. Naruto le beso los labios, demasiado tentado como para evitar no hacerlo.

“Me gusta escucharte hablar de tu familia de esa forma tan cariñosa, ya no eres tan gruñón”. Le dice un poco triste porque él no puede pensar con ese cariño cuando no conoce a sus padres.

“Mi familia también será la tuya, después de todo mis crías ya lo son”. Le dice Sasuke adivinando los pensamientos del chico grande. Espera que sus palabras den un poco de alivio a su corazón.

Naruto quiere preguntarle si se quedaría a su lado, pero sabe que es pronto para eso, que Sasuke posee una responsabilidad, además tiene que volver a tierra, su cuerpo en el agua no está preparado para los depredadores que la sirena enfrenta cada día.

Es su destino alejarse luego del nacimiento de las crías.

Las semanas comienzan a pasar y Sasuke comienza a notarse cada vez más estresado, le desespera tener que esperar tanto y sin la protección de su clan.

“Ven aquí”. Le dice Naruto cuando lo ve rodear el nido en círculos. Necesita calmarlo. “Todo saldrá bien, come algo”. Sasuke le mira ceñudo, luego parece tranquilizarse. Agita su maravillosa cola que es tal vez lo más brillante que ha visto en las aguas oscuras.

“¿crees que logren nacer?”. Le pregunta tímidamente, se siente asustado de perderlos. Naruto nada lentamente hacia él. Le toma de las manos, están flotando dejándose llevar por la tranquilidad que sienten al estar juntos.

“De todas formas tengo mucho semen para dar”. Le responde. Sasuke suspira lentamente, luego sonríe y lo sigue para darle caza.

Esa noche cuando están acurrucados junto al nido, se dan un beso suave, Naruto es demasiado afectuoso para su gusto, pero no le molesta sentir las manos del chico sobre su cuerpo, le acaricia el vientre que sigue un poco hinchado. Le duele ligeramente, no tiene a su madre cerca para explicarle el proceso luego de poner las ovas.

Deja que el chico juegue con su boca sobre la suya, le gusta besar, incluso si a veces Sasuke se pone modo bestia y muerde su lengua con esos dientes afilados.

Frotan sus cuerpos jugando entre ellos, Naruto tiene miedo de lastimarlo por eso no fuerza una penetración, se entretiene explorando el cuerpo de la sirena que hace lo mismo. Enredando sus extremidades mientras recibe mordidas por parte del salvaje chico de cabello negro.

Un mes después, las antes pequeñas esferas siguen creciendo, son demasiado grandes para seguir en el mismo lugar. Necesita sus dos manos para sostener a uno, está tan emocionado al verlos crecer.

“Debemos moverlos, ¿enterrarlos en la arena tal vez?” se lleva la mano a su mandíbula pensativamente, mira a Naruto que sigue moviendo a las pequeñas esferas rosas, si hubiese un poco de sol, podrían admirar la forma del pequeño que está ahí dentro.

“¿cómo lo hacen las demás sirenas?” pregunta Naruto acercándose con su descendencia en sus brazos. Parece muy feliz, Sasuke también lo está.

“Ellas los dejan en un centro de piedra, mientras centinelas resguardan el nido. O cuevas submarinas que rodean nuestro hogar”. Sasuke acomoda a su hijo cerca de los hermanos, no conoce el lugar y aunque se movió buscando no encontró nada parecido.

“Le preguntaré a Jiraiya”. Le dice Naruto con una enorme sonrisa, luego esa misma decae al darse cuenta de que tiene que alejarse mucho de Sasuke para llegar a aguas poco profundas.

“Solo ve, puedo cuidar de ellos por mí mismo”. Sinceramente piensa eso, pero, por otro lado, sabe que sentirá mucha presión de estar solo con los niños desprotegidos y fácilmente alcanzables.

Luego recuerda que el grito sonoro que dio el delfín pudo detectarlo, aunque casi lo mata por el dolor. Bueno no puede salir muy mal, nada lejos de las crías y de Naruto para llamar al viejo pervertido.

Deja escapar un suspiro cuando lo ve llegar en compañía de la anguila. No sabe que se traen esos dos, pero pareces que ya no sentirá ninguna aleta sexual pegada a la cola.

Naruto les cuenta todo, ya que Sasuke prefiere cuidar de sus hijos. Su mano los acaricia, algo raro en él, ya que no es un ser muy cariñoso, debe ser que el chico pez lo contagio.

Descubren que lejos de donde están ellos, hay una cueva poco profunda pero lo suficientemente segura como para cobijar a los pequeños. El problema es llevar los huevos hasta allí.

“Que tal en redes humanas, hay muchas tiradas por ahí”. Dice el delfín preocupado por la situación del muchacho que ayudó a criar.

“Eso parece una buena idea”. Murmura la anguila y se marcha junto a su compañero para buscar algunas.

Sasuke los ve marcharse y se frota el vientre, le duele un poco. Deben ser los nervios se dice y se apega a Naruto porque el otro lo calma con su presencia.

Se atan las redes al pecho creando una especie de cuna, ponen huevos en ellas, tiene cuidado de no dejarlos caer al nadar, todos repite sus acciones y comienzan a moverse. No deben dejar que la luz toque a los bebés, ya que no tienen una piel creada para soportar el leve calor que puedan recibir.

El viaje comienza de forma fácil, la anguila es la encargada de ir marcando el camino para evitar conflictos con otras especies que pueda encontrar.

Desde la distancia el tiburón anguila los observa, Danzo lleva siguiendolos porque percibió la sangre en el cuerpo de la sirena cuando dio a luz, ha esperado todo este tiempo pacientemente para poder tener una oportunidad.

Con ayuda de sus secuaces decide que es mejor separar al grupo que nada sin percatarse de su presencia.

Sasuke siente que las aletas pequeñas que tiene por oídos se agitan, es lo suficientemente rápido, para moverse y esquivar el ataque. No puede gritar porque el sonido afectaría al delfín que nada lejos para alejarse con las crías.

Naruto está siendo rodeado de otros tiburones, Sasuke le grita que se marche, debe huir. La sirena coloca sus brazos protectoramente para sostener la red para que ningún huevo se dañe de las furiosas embestidas del tiburón anguila.

Abre las fauces llenas de colmillos, completamente decidido a comerse a esas nutritivas crías o a la madre de ellas. Sasuke hubiese podido matarlo fácilmente si no fuera porque uno de sus brazos está protegiendo la esperanza de su gente.

La lucha sigue y cada vez está más herido, perdió el brazo con el que protegía la red, ya que lo mantenía quieto sobre su cuerpo, los afilados dientes se clavan en la piel y la desgarra. Se aprovecha de eso y rasguña los ojos de la bestia furiosa que se niega a soltarlo, sus hijos mueren en el forcejeo al igual que el tiburón.

Grita llamando a cualquiera que pueda escucharlo, nada furioso antes de que la herida le quite la fuerza, no siente que haya ganado aunque siga con vida.

Va en la dirección en la que Naruto se fue huyendo junto a los demás, ve que los tiburones luchan comiéndose al delfín, sus crías seguramente ya han muerto devoradas. No tiene tiempo de llorar todavía.

No se acerca a esa zona, sigue sin encontrar a Naruto, debe hallarlo antes de que las bestias noten su presencia, ya que enloquecerán por la sangre.

Encuentra al chico acurrucado en la arena, el hombre abre los ojos levemente, llora al verlo, está tan herido como el propio Sasuke por su incapacidad de defender las crías.

Puede notar como los huesos del brazo están al descubierto en el cuerpo de muchacho, tiene ambos brazos heridos al igual que Sasuke porque esa zona era el punto débil de ellos dos, deben huir de ahí, ya que pronto la sangre llegara a la nariz de los tiburones.

No pueden nadar muy lejos, pero por suerte son encontrados por los delfines que vienen en ayuda al escuchar los gritos de Sasuke.

Salen del agua y son rescatados por los humanos cuando se derriban en la arena.

Sasuke se niega a verlo cuando Naruto pregunta por él. No es que lo odie, es la culpa que le impide darle la cara, no solo fallo siendo un compañero, sino que también como madre. Vio a sus hijos ser devorados y no pudo evitar que eso pasara.

Lloro desconsoladamente cuando supo que Sasuke perdió el brazo, los humanos los miran entristecidos creen que la pareja fue atacada por un tiburón, no están tan lejos de la verdad.

Sasuke es el primero en curarse, posee aún heridas en el cuerpo y mente, sabe que poco puede hacerse ante la crudeza de la naturaleza. Aun así, no logra evitar quedarse en silencio porque no tiene fuerzas para soportar nada de esto.

Pregunta por Sasuke, pero este sigue sin desear verlo. Está sumido en la desesperanza, de no haber logrado salvar a su raza y de perder todo tan rápido.

Se escabulle de la sala donde lo dejaron está decidido a verlo, lo encuentra de espalda a la puerta, su cabello negro despeinado le da una sensación de tranquilidad porque le recuerda los días que pasaron juntos en casa.

Se sube a la cama y el otro chico se gira asombrado, su mirada negra se vuelve brillante por las lágrimas. Naruto también siente que le arden los ojos, tiene demasiadas heridas que sangran y duelen que necesita llorar.

“Lo siento”. Dice Sasuke con la voz quebrada, Naruto parece sorprendido, estira su brazo menos herido y toca la mejilla de la sirenita.

“Perdóname a mí, todos murieron, nuestros niños se fueron, porque no fue lo suficientemente fuerte para salvarlos”. Sasuke niega, no es culpa de él, aparta su mano, no puede vivir sabiendo que todo se fue.

“¡no es nuestra culpa!”. Grita Naruto sin poder resistir al observar que el chico está destruyéndose.

Sasuke le mira con furia, qué sabe él de perderlo todo. Quiere restregar eso en su cara, pero se calma, eso no es cierto. En su lugar solloza y permite que el otro le abrace para consolarse mutuamente.

“Mis hijos”. Dice llorando cuando se rinde al dolor, Naruto llora junto a él. Porque no hay nada que pueda decir o intentar para aliviar la angustia de su compañero.

Decide pasar la noche junto a él, Sasuke se duerme a su lado tranquilo, ninguno de ellos ha dormido mucho. Esperan que mañana sea un mejor día.

El día siguiente cumple una semana desde que están en el hospital, la enfermera los encuentra dormidos cuando visita a Naruto.

“¡tengo una noticia excelente que dar!” dice emocionada, los chicos la miran sin mucho interés, están cansados y solo quieren dormir. “Oh vamos, pensé que saber que pueden irse a casa les alegraría un poco”. Continúa con fingida tristeza.

“Di lo otro Sakura”. Le interrumpe la doctora Tsunade que mira a los jóvenes con una sonrisa.

“Estás embarazada”. Dice la muchacha sin detener la emoción.

Naruto ladea su cabeza confundido, ¿escucho bien?, ¿la enfermera está en estado? Se pregunta mentalmente.

“¿tú?” pregunta el despacio. La joven se ríe negando, luego apunta con un gesto a Sasuke. Naruto gira la cabeza rápidamente.

Y bajo la atenta mirada de las mujeres levanta las sábanas que los cubre para verificar por sí mismo, se mueve mientras obliga a que Sasuke se baje los pantalones que lleva. Grita cuando logra su cometido, la sirena le golpea para que se calme, aunque también está sorprendido.

Su cuerpo había estado cambiando para tener un bebé como un humano por eso tenía molestias, porque uno de los huevecillos quedó en su interior y fue fecundado por permitir que Naruto se restregara contra él. Poseía ambos géneros al salir del agua cambió al sexo que podría permitirle mantener al niño a salvo.

Se permite llorar un poco, Naruto le acaricia el cabello, le mira con ojos amorosos cuando lo besa suavemente. Las mujeres se marchan para darle privacidad, quedará en secreto que Sasuke no tiene identidad humana, todo sea por un favor a su autoproclamado nieto.

Naruto es sometido a una operación para que no pierda el brazo, así que visita el hospital cada semana para que revisen su progreso. Teme dejar solo a Sasuke, pero este es inteligente y está familiarizándose con la casa y la tecnología.

Sasuke sin desear volver al mar por el peligro, se queda en la casa de su pareja aprendiendo las costumbres humanas, el bebé que tiene es muy pequeño todavía y según la doctora tardará siete meses en nacer. Siente un poco de pena al pensar que la familia lo considera muerto, los visitara cuando su hijo sea mayor para viajar.

Cuando nace Tsunade es la primera en verlo, es un niño grande y fuerte. Naruto lo sostiene en brazos y se enamora perdidamente de él.

Tiene tres años cuando se atreven a volver al mar solo para saber si el niño nació como sirena o pez luna. Naruto desea que sea igual a Sasuke porque sinceramente su raza es muy fea.

Moviendo la cola para jugar con la pequeña sirenita que le sigue decide que es el mejor día de su vida. Su hijo es más pequeño que los niños de su especie para su edad, pero es fuerte de otras formas como Naruto.

Los ve de lejos jugando con su padre en las aguas cristalinas, se parecen mucho, soy muy feliz piensa. Desea que el clan conozca a su hijo, pero sigue siendo demasiado pequeño para un viaje tan largo.

“¡pero mira lo que trajeron las olas!” Sasuke gira al escuchar esa voz tan curiosa, la anguila se mueve lentamente

“¡creí que habías muerto!” le dice Sasuke al mirar asombrado a Orochimaru.

“Ellos también pensaron eso”. Le responde, luego parece meditar. “Jiraiya, ayudó a esconderme y los niños bajo la arena”.

Sasuke medita las palabras quedándose en silencio, no se atreve a preguntar qué significa. Naruto cargando a su hijo llega a su lado y le mira preocupado.

“¿Qué pasó?” le pregunta finalmente para salir de dudas, quiere saber cómo murieron sus hijos para poder recordarles para siempre sin olvidar a ninguno.

“Los entregué a la familia, soy demasiado joven para cuidar de ellos”. Naruto dejó escapar un jadeo sorprendido.

“¿Qué?” pregunta entre gritos Sasuke, el bebé en brazos de Naruto se mueve lloroso para que noten su presencia, baja la voz mirando a la anguila para que continúe.

“Los delfines me ayudaron con los huevos, pero no eran un transporte muy eficiente, así que le pedí ayuda mis sirvientes. Karin, Suigetsu y Juugo para que me ayudaran, conocí a tu hermano en el viaje, estaba buscándote a pesar de que no puede dejar el clan al ser el protector, les entregue las crías en buen estado”.

“Él te dijo algo sobre mí”. Pregunto Sasuke entre sollozos. Naruto le sostuvo el hombro para calmarlo, está al borde de las lágrimas.

“Dijo que fueras feliz en la superficie, que él cuidara bien de los niños y de todos”. Orochimaru hace una mueca parecida a una sonrisa al recordar como Itachi había agregado su opinión sobre la pareja que escogió su hermanito.

Naruto le besa cuando regresan a casa, Sasuke le responde con timidez, sigue siendo un poco frío con el tema del contacto, pero no le molesta que el otro sea tan afectuoso.

“¿te quedarías conmigo?” le pregunta mientras sus manos agarran la de Sasuke. Este le mira unos breves instantes.

“Ya que no tengo opción”. Le dice riéndose de la cara de Naruto. Se besan mientras el niño pequeño juguetea entre sus piernas corriendo lleno de energía.

Años después Sasuke y su hijo van a viajar de vuelta al clan, es hora que el adolescente conozca a su familia.

Naruto se queda en la playa viéndolos ir, sabe que Sasuke regresara con él. Después de todo le dejo a cargo de la pequeña niña que juguetea en el agua sin cambiar.

Escenas extra

“¿estás seguro de esto?” le pregunta Naruto dudoso, no le apetecía perder el pene por un mordisco, incluso si la sirena ya no tenía dientes filosos, aunque era realmente una tentación mirar esos labios rosas y regordetes y no pensar en poner su miembro ahí.

“Haz lo que digo”. Le dijo demandante, arrugando el entrecejo al recordar un pene humano. Los miembros que ven en el mar son increíblemente enormes, ojalá el chico que escogió para aparearse no lo decepcione.

Bueno pensó Naruto resignándose, de algo hay que morir. Luego de bajarse los pantalones se arrepintió de hacerlo.

“Solo olvídalo”. Le dijo Sasuke, Naruto gruño enojado y se dio la vuelta en la cama, la sirena como iba a saber que los hombres humanos se enojan por ofender su masculinidad.

“Tú también lo tienes pequeño y yo igual lo metí a mi boca, sirena malagradecida”. Murmura bajo para que el otro chico no lo escuche.

Sasuke suspiro, bueno si el otro no cooperaba tendría que hacerlo solo. Se acomodó bajo las sábanas, sus ojos humanos no estaban acostumbrados a la oscuridad así que no pudo verlo, pero le gustó mucho palpar todos los músculos de la pierna hasta llegar a su destino.

Toqueteo raspando con sus uñas el vello púbico que tenía el chico rubio, dio un ligero ruido satisfecho al sentirlo temblar cuando quito su ropa interior. Pegó su nariz a la extensa carne que estaba blanda todavía, dejó que el aroma entrara en sus fosas nasales y disfruto de esa esencia, no sabría como describirlo, puesto que en el mar todos tenían el mismo olor.

Parecía un gusano gordo, con sus dedos le rodeo la base, el miembro aun flácido se dobló, Sasuke capturó el glande que era la parte deliciosa de ese trozo de carne. Chupo levemente solo para recubrir de saliva, al meter la cabeza dentro de su boca la dejo cómodamente apoyado en la mejilla mientras su lengua se movía para lubricarlo.

Se salió de su boca bruscamente, gimió enojado, estaba tan cómodo chupando la puntita del miembro para exprimir el líquido que salía. Sus dedos no pudieron seguir sosteniendo la base, porque la dureza del pene le obligó a poner su mano para poder mantenerlo apretado.

Era más grande que al inicio, estaba demasiado caliente también. La luz le molesto un poco, Naruto había quitado las mantas que lo cubrían.

“No me muerdas o juro que arrancaré el tuyo de la misma manera”. Sasuke asintió tragando un poco más de piel.

Que buena vista pensó agradecido con el mar por esto, los labios rodeaban sensualmente la mitad de su miembro, el chico parecía estar en límite, porque tenía las mejillas rojas y lagrimitas en los ojos. Naruto le puso el cabello detrás de las orejas.

“¿cierto que no es pequeño?” recalcó mientras le miraba ahogarse, Sasuke retiró su boca, giró los ojos el otro seguía molesto por lo que dijo, el miembro cálido perfectamente apoyado en la piel de su mejilla.

Usó su mano para mantenerlo afirmado mientras él chupaba los apretados testículos, necesitaba estimular la eyaculación del otro. Naruto se relajó contra las almohadas, yo también quiero chuparlo pensó.

Sasuke gimió gustoso cuando el otro hundió la lengua en su agujero trasero, como recompensa usó la suya para delinear el pequeño orificio que tenía el glande. Sabía que Naruto disfrutaba mucho de esa acción.

La carne sensible de la arrugada rosa le impidió un poco el trabajo, los dedos y la lengua que expandían el dilatado agujero, comenzaban a desconcentrarlo. Solo quería mover la cadera para sentir el ardor expandirse, debo concentrarme en mi tarea pensó malhumorado y decidió chupar con demasiada fuerza las bolsas de semen que tenía su compañero.

Su cuerpo estaba sobre Naruto y el calor comenzaba a marearlo, aún no se acostumbraba a cambios de temperaturas. Debo terminar pensó hundiendo lo más que podía el miembro en su boca, escuchó un jadeo y luego el sonido de una bofetada, le tomó unos segundos entender el ardor en su nalga.

Clavó los dientes en la carne.

No se hablaron por el resto de la noche.

Escena extra

Nado un poco por diversión, Naruto preparaba el nido y Sasuke que aún no comenzaba a formar huevos, se puso inesperadamente nervioso, ya que no tenía experiencia como hembra tal vez necesitaba estimular las hormonas y todo para comenzar el proceso.

Convencido de eso busco al macho, lo encontró moviendo rocas, con esos brazos enormes que tenía, como podía ser tan fuerte y tan débil al mismo tiempo. Rareza del universo pensó negando.

“¿estás seguro de esto?”. Pregunto nuevamente. La sirena le golpeó con la cola, ya estaba avergonzado no había necesidad de repetir.

“¿la meterás o no?”. le dijo bruscamente, Naruto se llevó la mano a la cabeza despeinando su cabello. Este chico sí que sabía ponerlo de los nervios.

Se acercó a la zona inferior de Sasuke que le miraba curioso, movió los ojos sobre la extensión de escamas negras, primero vio su miembro, era una cosa rarísima, ancho en la base y se volvía delgado conforme avanzaba.

Además de eso era de un tono rosa pálido que contrastaba demasiado. Cuando no tenía una erección se mantenía guardado dentro de su cuerpo, más que un pene parece un clítoris grande, ya que bajo él estaba el orificio vaginal conectado.

Separó los labios mayores y menores, para enterrar la lengua en el orificio, escuchó un jadeo, al alzar la vista vio que Sasuke le miraba con los ojos dilatados, parecía deseoso porque Naruto diera otra probada.

Sin poder resistirse lo hizo, ya que la lengua no era lo suficiente larga, metió los dedos para estimular por dentro mientras él devoraba el miembro del chico. Dejándose llevar por el agua, Sasuke disfruto del tratamiento que recibía.

Araño la espalda del chico cuando esté lo abrazo para meter su esperma dentro, Naruto gimió fuerte al notar que el estrecho orificio se apretaba succionando con fuerza. Sasuke se movió ligeramente para enterrarlo profundamente.

Las burbujas flotaron hasta la superficie, mientras ellos giraban impulsados por las embestidas, Naruto no se atrevía a moverse, ya que Sasuke estaba llevando el ritmo que ya era lo bastante devastador.

Estoy siendo usado como un consolador pensó semi enojado, agarró el cuello de la sirena que detuvo los movimientos pélvicos, mirándolo con esos enormes ojos negros.

Sabía que era peligroso acercar su boca, pero no pudo resistir la tentación y le beso, los dientes filosos milagrosamente no le lastimaron la lengua, comenzó a moverse levemente, tenía que usar bastante fuerza porque ese chico poseía una succión increíble ahí abajo.

Llegar al clímax no le costó mucho cuando lo ordeñan de esa forma, dejó escapar su semen profundamente, Sasuke emitió ruidos mostrando lo satisfecho que estaba.

“Sabía que este pene gordo serviría de algo”. Dijo satisfecho la sirena, le dolía su entrada, pero no tenía la mínima intención de dejarlo salir, menos cuando ese gusano ya estaba duro nuevamente para poder seguir jugando.

“Ese es mi muchacho”. Dijo el delfín, Naruto apretó su cuerpo contra Sasuke para que el otro no asesinara al mirón.

Notas finales:

Escena extra como disculpa por olvidar que mate a jiraiya por accidente ajajja cosas que pasan, espero les haya gustado y que me dejen saber que les pareció.

dudas, sugerencia cualquier cosa que quieran decir es bienvenida. 

nos leemos!


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