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Cuando más me necesites, allí estaré por lady_chibineko

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Título: Cuando más me necesites, allí estaré

Autor: Lady chibineko
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)

Disclaimer: Los diversos personajes del MCU (Marvel Cinematic Universe) pertenecen a Marvel, Disney y sus respectivos creadores, productores, directores y demás involucrados en este amplio universo.

Advertencia: Este es un fic slash, lo que quiere decir relación chico-chico; si no es de su agrado este tipo de lectura por favor no sigan.

Nota 1: Este fic participa en el evento 'SamBucky Halloween 2021 Bingo' auspiciado por THE SAMBUCKY LIBRARY en tumblr, con el prompt: Free Space (espacio libre) (Tarjeta 2, espacio medio medio).

Nota 2: La enfermedad mal de Kisher es un invento mío, no existe.

~.~.~.~.~.~

Bucky se despidió una última vez con un movimiento de brazo mientras el Quinjet que llevaba a Sam a DC se alejaba de su vista.

Estaba en la azotea de su edificio, así que sin mucha prisa comenzó el camino al interior del mismo, y luego hasta el penúltimo piso que era donde se encontraba su departamento.

La misión había sido un poco larga, pero sencilla. Y excepto por unos cuantos golpes y pequeñas heridas y cortes por aquí y por allá que ya estaban sanando, la verdad es que más allá de tomar una ducha decente y pedir algo de comer, no tenía muchos más planes.

Tal vez algo de comida tailandesa del restaurante que estaba a un par de calles. Pedía de allí de manera regular, sobre todo cuando Sam lo visitaba, así que los del delivery conocían bien su dirección, además de no hacer dramas por quien era.

De manera involuntaria sonrió de lado al pensar en Sam.

Le hubiese gustado que el Cap se quedase con él en New York unos días, pero como líder de los nuevos Vengadores, Sam estaba casi obligado a dar un informe de lo ocurrido a los que estaban arriba en la cadena de mando, y desgraciadamente no era algo que se pudiese posponer para que ambos pasasen un tiempo extra juntos.

Juntos... parecía a veces difícil de procesar para Bucky, pero de alguna manera él y Sam estaban 'juntos'.

O por lo menos en proceso de estarlo.

Descubrir sus sentimientos por Sam había sido una verdadera sorpresa. Descubrir que Sam sentía lo mismo, casi había hecho su cabeza estallar.

Y a pesar de la ligera reticencia del súper soldado a la idea de dejar entrar a alguien a su vida, Sam traspasó todas sus barreras respecto al tema con la misma facilidad de siempre.

¿Por qué esperar o negarse? Le había preguntado el nativo de Louisiana con el ceño fruncido, argumentando que ambos eran dos malditos adultos, y que en lugar de perder el tiempo deberían más bien de aprovechar cada segundo.

A pesar de todo, Bucky no encontró motivos para protestar ante aquella lógica, y fue así como durante los últimos casi 5 meses comenzaron 'algo'. Besos por aquí, caricias por allá. Algunas largas noches de pasión cuando era posible, sexo rápido si no había tiempo para más. Pizza, comida china o tailandesa, o quizás comida hecha en casa mientras veían alguna película o serie que Sam consideraba que Bucky no podía dejar de ver, una salida rápida a comer o tomar algo en un bar... No importaba si era en New York o Washington DC, si tenían aunque fuesen 5 minutos solo para ellos dos entonces realmente trataban de aprovecharlos.

Y la verdad es que Bucky hasta estaba, realmente, sopesando la idea de proponerle a Sam algo un poco más 'estable', algo más 'formal', sobretodo porque aunque no lo había dicho aún, estaba bastante seguro de que lo que sentía por Sam era verdadero amor.

- Espero no asustarlo demasiado con eso.- farfulló el hombre para sí mismo, mientras buscaba sus llaves con la idea de abrir la puerta.

Excepto que de pronto sintió aquella presencia extraña a su derecha, y en lugar de la llave lo que sacó fue uno de sus cuchillos, listo para defenderse.

Sin embargo, de entre todo lo que esperaba, una jovencita de no más de 20 y tantos, cargando un bebé dormido en brazos, no cruzó su mente ni por error.

La joven, una mujer afroamericana, jadeó ligeramente ante la visión del cuchillo en la mano del otro, pero no retrocedió ni se amedrentó por ello.

- ¿James Buchanan Barnes?- preguntó con voz firme.

Extrañado, Bucky relajó un poco su postura y asintió.

La joven suspiró.

- Mi nombre es Aniyah Johnson, y este es mi hijo Dijon... Su tataranieto.

Bucky abrió los ojos como platos.

- ¿Qué?- preguntó antes de que el cuchillo alguna vez firmemente sujeto en su mano, cayese al suelo.

La mujer suspiró, visiblemente cansada.

- Si me da la oportunidad, se lo explicaré todo.

En algún momento, luego de asentir lentamente, Bucky abrió la puerta, hizo algo de café y comenzó a escuchar la historia de Aniyah; y cuanto más escuchaba, más convencido estaba de que la mujer estaba diciendo la verdad.

Y aquello no estaba nada bien.

Todo se remontaba a inicios de 1944, cuando los Comandos Aulladores pasaron por Francia, y en una noche de diversión, copas y la latente posibilidad de no salir vivo, Bucky decidió pasar la noche con la bella Sophie.

1944... Con Steve y los Comandos Aulladores. Eso quería decir luego de que Zola le administrase la primera versión del suero del súper soldado desarrollada por HYDRA, aún si el sargento o cualquier otra persona no era consciente de ese hecho.

Hasta el momento Bucky no había tenido ni idea de lo que había pasado con Sophie. En realidad, hasta Bucarest ni siquiera la recordaba.

Aniyah estaba llenando esos espacios en blanco.

La noche de diversión y desenfreno había dejado algo más permanente que un recuerdo para Sophie, quien sola y con un niño en brazos, había decidido ir a probar suerte a los Estados Unidos luego de terminada la guerra.

Por supuesto habían sido años difíciles, pero la mujer se las arregló para llegar a América, sobrevivir y criar a su hijo, el cual a su vez tuvo dos hijos y una hija, de los que uno de los varones tuvo un hijo que resultó ser el novio de Aniyah y padre de Dijon.

Alex era un buen chico por lo que describía Aniyah, alegre y trabajador. Ella y Alex se habían conocido allí en New York, y Alex le había contado a Aniyah como su nana Sophie le había dicho, cuando él era apenas un niño muy pequeño y ella ya una anciana de 90 y tantos años, la historia de como había conocido a James, el mejor amigo del Capitán América, quien tenía una exposición en el Smithsonian; y como a pesar de que nana murió poco después, Alex nunca olvidó aquellas palabras.

Y que fue gracias a eso, cuando una década atrás se reveló la existencia del Soldado de Invierno y de paso la identidad de éste, de pronto muchas situaciones sin explicación encontraron de la nada mucho sentido. Como el hecho dee que Alex podía sanar casi de inmediato ante cualquier accidente, o el que nunca se enfermase, ni siquiera de niño.

Aquello fue un alivio cuando Aniyah descubrió el mismo día que el doctor le anunciaba su embarazo, lo enferma que se encontraba.

Mal de Kisher, una enfermedad degenerativa que no tenía cura. No había más de un par de docenas de casos confirmados en el mundo en los últimos 70 años y desgraciadamente Aniyah era uno de ellos.

Alex le juró que no la dejaría, que trabajaría el doble o hasta el triple y que nunca permitiría que le faltase algo ni a ella ni al bebé de ambos. Y cumplió. Desde ese momento hasta hacía menos de una semana atrás, Alex les dio todo lo que pudo.

Por desgracia sin importar lo rápido que pudiese curarse, una bala perdida impactada directamente en el corazón del hombre que amaba fue el final del mismo, y era algo que ni todas las lágrimas ni todos los ruegos de Aniyah pudieron cambiar.

Y ahora allí estaba ella, pidiéndole al Soldado de Invierno en persona, el bisabuelo de Alex y el tatarabuelo de Dijon, ayuda. Y no porque quisiese dinero o ayuda para un tratamiento, sino porque Aniyah le suplicaba que por favor cuidase de Dijon cuando ella ya no pudiese hacerlo.

Su diagnóstico aún le daba poco más de un año de vida, pero no era tanto el tiempo por el cual aún sería capaz de cuidar a su bebé. En realidad, era solo por fuerza de voluntad que aun podía, porque el dolor era cada día mayor y ella se sentía cada día más lenta y débil.

- Dijon salió negativo para Kisher aunque las posibilidades de haber heredado la enfermedad eran altas; pero aparentemente Alex le heredó más que la buena apariencia a nuestro bebé, si entiende lo que quiero decir.- trató de bromear la joven, pero la inamovilidad de Bucky y la manera fija y aterrorizada al mirar a la mujer, hicieron que esta finalmente suspirase derrotada- Mire, sé que es mucho para digerir de un momento a otro, y que lo que le pido va más allá de lo que cualquiera estaría dispuesto a dar; pero por favor, no tengo a nadie más. Y luego de todo lo que supe que usted ha pasado no quiero que ningún gobierno o algo peor aun se apodere de la vida de mi hijo.

Bucky sintió como si un golpe al estómago le hubiese robado todo el aire tras escuchar esas palabras.

Parpadeó.

- Y... ¿Tú familia?

Ella negó.

- Ninguno de ellos es una opción. Conocí a Alex justo cuando me escapé de casa. Yo tenía 15, ahora tengo 23. Nunca miré hacia atrás.

Bucky asintió.

- Y... ¿Y la de Alex?- y aquella fue una pregunta difícil de hacer, pues se suponía que estaba hablando de ¿sus nietos? ¿Bisnietos?

Aniyah suspiró.

- Es... complicado. El papá de Alex no toleraba la idea de que él estuviese conmigo por... mi pasado, mi color de piel, mi tatuaje.- enumeró finalmente señalando el tatuaje de mariposa que tenía en el cuello y que Bucky había considerado bastante bonito en realidad, y luego hizo un movimiento como para decir que los motivos seguían y seguían- Alex pensó que todo eso era una tontería, y la verdad lo mismo pensé yo; así que un día decidió tan solo alejarse de ellos y cortó toda comunicación. Nos teníamos el uno al otro, y la verdad era suficiente... y aunque ahora ya no es suficiente, no los quiero cerca a mi hijo. Apenas y me conocieron decidieron hacer mi vida miserable, y ni siquiera vivía con ellos o los veía todos los días, no quiero ni imaginar lo que mi niño tendría que vivir. Tampoco son una opción.

Bucky asintió lentamente. Abrió la boca para decir algo pero ningún sonido salió, así que volvió a cerrarla mientras continuaba observando tanto a la madre como al hijo.

La joven volvió a suspirar.

- Será mejor que me retire... Podría... ¿Podría dejarle mi número?

Bucky parpadeó.

- No.

El rostro de la joven decayó.

- ¡Es decir!... Er, es tarde. Sería mejor que se quedasen.- trató de arreglar Bucky sus ideas- Brooklyn no es exactamente lo más seguro a esta hora.- y era cierto, eran casi las 10 de la noche.

De acuerdo, no era tan tarde, pero Bucky simplemente no quería que se fuesen.

- ¡Oh! No quiero imponerme más de lo que-

- Quédense. Solo... quédense. Puedes usar la habitación y la cama, de todas formas casi nunca la uso. Y... er ¿Tai está bien?

La joven asintió y ambos miraron al niño que poco a poco comenzaba a despertar.

- ¿Necesitas algo para...?

- Tengo todo lo necesario en el maletín ¿Podría calentar un biberón para Dijon en su cocina?

- ¡Si! Claro, claro. Esto... una cosa más. Si me escuchas gritar, no trates de despertarme o tocarme ¿De acuerdo? Es por tu propia seguridad.

Con tan solo ver a la mujer mirarlo con ojos grandes y asustados, Bucky comenzó a replantearse todo, pero antes de decir algo más de lo que pudiese arrepentirse sacó el teléfono móvil y marcó el número del restaurante de comida tailandesa, ordenando lo necesario en apenas unos minutos.

Al alzar la vista de nuevo, vio a Aniyah frente a la estufa calentando la botella de leche en baño de María, tras lo cual volvió a ver su teléfono. Estaba asustado y se sentía solo y abrumado por lo que le estaba pasando. Necesitaba de alguien que le dijese que todo iba a estar bien.

*No importa ni cuando, ni donde. Cuando más me necesites, allí estaré a una llamada o mensaje de distancia. Estoy contigo, Buck.*

Las palabras de Sam salieron directo de sus recuerdos, y sin poderlo evitar buscó el contacto de su compañero.

Pero ¿Exactamente de que le serviría llamarlo? ¿Acaso Steve no prometió estar a su lado hasta la línea final una y otra vez, solo para dejarlo apenas se presentó la oportunidad de volver a un tiempo donde todo era más simple?

Bucky mordió el interior de su mejilla hasta que sintió el sabor metálico de la sangre.

Ya sabía cómo iba a terminar esto... Iba a perder a Sam. Pero no podía hacer nada al respecto.

Un tataranieto ¡Tenía un tataranieto! Y en pocos meses sería su único sostén, pero todo era tan complicado que Bucky no sabía ni por donde comenzar.

- No vale la pena alargarlo...- se dijo a sí mismo antes de arrepentirse, presionando el contacto de Sam.

Una, dos timbradas.

- ¿Buck?- sonó la voz apenas coherente de Sam.

Bucky gruñó. Por supuesto que Sam estaría durmiendo.

- ¿Bucky, eres tú? ¿Buck? ¡Contesta, hombre!

- Sam... Yo... Lo siento, es solo que no sé que hacer, con quien hablar.

- ¡Hombre, me estás asustando! ¿Qué paso?

Bucky volvió a ver a la joven. Ella probaba la temperatura de la botella.

- No importa, ve a dormir Sam. Siento haberte despertado.

Pasaron apenas unos segundos de silencio, antes de,

- Estoy buscando un vuelo ahora mismo. Estaré allí apenas pueda. Sea lo que sea, no estás solo ¿Me oyes, Bucky?

Bucky quiso decir que no era necesario, que había sido un error tonto llamar. Pero realmente necesitaba a Sam.

Respiró hondo.

- Sí, sí, te escucho. Te escucho... Gracias.

~.~.~.~.~.~

Eran casi las 3 de la mañana cuando unos golpes sonaron en la puerta, lo cual era entendible porque Bucky no tenía un timbre, y además cualquiera podía acceder al edificio.

Miró con aprehensión hacia la habitación principal y se apuró a abrir la puerta, encontrándose a un preocupado Sam.

- ¡Rayos, hombre! ¡Te ves terrible! ¿Has dormido algo?

Bucky suspiró y negó. La verdad era que si bien Aniyah y el bebé habían ido a dormir poco después de que éste terminó el biberón y fue cambiado, y se suponía que Bucky haría lo mismo; todo lo que el soldado hizo fue buscar información sobre la enfermedad de Kisher y sobre Alex. Lo que encontró sobre el primer tema solo lo hizo sentirse peor, pues cada artículo científico era más deprimente que el anterior. Lo que encontró sobre Alex lo hizo soltar algunas lágrimas: una foto de graduación, una hoja de vida para buscar trabajos, algunas fotos más en un par de redes sociales. Lo peor de todo es que más que verse a sí mismo en el chico, a quien veía con extrema claridad era a su hermana Becca. Entre una y otra cosa llevaba más de 4 horas frente a la pantalla, y simplemente no podía parar aunque se le apretase el corazón.

- No.- respondió Bucky con sinceridad- No realmente.

Sam asintió.

- Muy bien, si me dejar pasar prepararé algo caliente y podrás contarme todo.- dijo intentando justamente hacer eso.

Bucky miró a Sam perplejo, antes de empujar al hombre hacia afuera, salir él mismo y cerrar la puerta.

- No, no adentro. Vamos a la azotea o los vamos a despertar.

- ¡Buck, son las 3 de la mañana! ¿Y quieres ir a la azotea? ¿Y a quién demonios se supone que vamos a despertar?

Pero Bucky solo empujó hasta que Sam aceptó ser guiado hacia arriba.

Una larga explicación después (casi las 4:30 a.m.)

- Tataranieto.- repitió Sam despacio, con un aire de absoluta incredulidad.

Bucky asintió, sintiéndose cada vez más perdido y miserable.

- Tengo descendientes allí afuera Sam, pero aunque yo o ellos quisieramos conocernos, lo cual al parecer no es así; no sería un escenario ideal. Los pondría como blanco para lo que queda de HYDRA, personajes como el Power Broker, terroristas... gobiernos ¡No lo sé! Incluso si solo fue una primera versión del suero del súper soldado de HYDRA lo que corría por mis venas en ese momento, al parecer fue suficiente para que mis descendientes aún presenten características básicas de alguien como yo, como regeneración de tejidos o inmunidad a enfermedades por patógenos externos o hereditarias y todo eso. Los cazarían sin piedad, Sam.

Sam aspiró aire profundamente.

Era cierto, lo había leído él mismo cuando Natasha les pasó aquél informe sobre el Soldado de Invierno. Tras ser recapturado por HYDRA, Bucky fue el sujeto de prueba de casi una docena más de versiones del suero, algunas de las cuales hubiesen matado fácilmente a cualquier otro sujeto de prueba, pero que al final hicieron que algo como una bala directa al corazón no fuese lo suficiente para matar a Bucky. Una docena de balas, tal vez; pero no una sola bala. Y tal y como Bucky decía, ese conocimiento pondría a todos sus descendientes en la mira, pues con la fórmula de ese primer suero se podrían obtener sujetos de prueba para justamente probar nuevas versiones del suero del súper soldado en la actualidad; y tras el debacle de los Flag Smashers, Sam no tenía realmente ningún deseo de pasar una vez más por lo mismo.

Bucky gruñó.

- Solo necesito que me ayudes a pensar en algo que hacer, solo eso. Sé que es un asunto enorme, y entiendo que esto cambie las cosas, así que solo te pido que me ayudes a pensar ¡No tengo idea de cuáles son los procedimientos actuales o las leyes o nada para que se me permita adoptar al niño!... O si siquiera tengo una oportunidad siendo quien soy.- finalizó Bucky con aire derrotado y abatido- No estoy seguro de nada.- dijo finalmente cerrando los ojos mientras sus hombros caían.

Sam frunció el entrecejo. No le gustaba para nada como había sonado eso.

- ¡Un momento! ¡Un momento! ¡Alto allí, Buck!... ¿Estás rompiendo conmigo o es tan solo mi imaginación jugándome una muy mala broma!

Bucky apenas alzó un poco la mirada tras abrir los ojos con esa última pregunta.

- Tenemos que ser realistas, Sam. No es justo que de pronto tengas que cargar con este peso por mi. Sin dramas, sin malos entendidos, te dejo libre. Mereces algo mejor.

- ¡¿Qué?! ¡No! ¡No, hombre! ¡No tienes derecho a decidir nada de eso por mi!- reclamó Sam aireado- ¡Tú y yo estamos juntos en esto! ¿Escuchas? ¿Y sabes por qué? Porque YO decidí que eres el indicado para mi. Lo hice mucho antes de que me vengas con nietos y tataranietos y lo mantengo.

Bucky miró a Sam de manera atormentada.

- Realmente no es necesario que hagas esto Sam.

- ¿No me crees? Dame un minuto.- exigió el Capitán mientras abría el maletin que había traído consigo y buscaba de manera furiosa, hasta sacar una pequeña bolsa de terciopelo que ya antes Bucky había visto unas semanas atrás.

Sam le presentó la bolsita a Bucky.

- ¿Sabes cuál es el asunto? El asunto, Buck, es que compré esto hace 2 meses y lo he estado llevando conmigo de un lado para el otro, listo para hacer la pregunta. Pero entonces recordaba una y otra vez que no tenemos una relación realmente seria, y me decía 'Sam, es el momento, habla con Bucky y di que quieres algo más serio'. Pero entonces me daba cuenta que el momento era perfecto tal y como estaba, sea abrazados viendo alguna serie, o comiendo algo, o teniendo todo ese fantástico sexo y lo posponía ¿Pero sabes qué? Ya no más.- Sam abrió la bolsita y extrajo un aro.

Bucky tendría que ser un verdadero idiota para no reconocer un aro de compromiso ¡Oh, Dios! Sam quería casarse con él y ni siquiera eran una pareja formal.

Bucky perdió el aliento.

- ¡Oh, Sam!...

- Esto va en serio, compañero. No voy a dejar que ni me saques de tu vida, ni que te escapes de la mia. Así que ¿Quieres pasar de mi amigo con derecho exclusivo a ser mi prometido?- preguntó Sam nervioso.

No que Bucky estuviese mejor.

El nativo de Brooklyn sintió sus ojos humedecerse mientras tragaba el nudo en su garganta. Él que se había preparado para perder a Sam, y el idiota que le sale con esto.

James Buchanan Barnes asintió.

- Sí.- dijo casi sin aliento- Sí...

- Gracias al cielo, de verdad me habían preocupado.- añadió el moreno mientras tomaba la izquierda de Bucky y trataba de pensar en una manera para que el anillo entrase en el anular de la mano de vibranio.

Bucky bufó liberando su mano del agarre de Sam para sacarse la cadena con sus placas de identificación del ejército, esas que Steve le había devuelto en algún momento y que significaban tanto para él, incluso si eran solo una copia de las originales. Abrió la cadena y la presentó a Sam, quien entendiendo lo que Bucky quería decir, deslizó el anillo por uno de los extremos.

Bucky volvió a cerrar la cadena y se la puso, tomando finalmente placas y anillo en una mano y aspirando hondo ante la visión.

- Wow, esto es...- Bucky cerró la diestra sobre las placas y el anillo.

- También para mí, cariño.- respondió Sam- Ahora ven aquí y déjame abrazar a mi prometido, mientras pensamos juntos como salir bien librados de este embrollo ¿De acuerdo?

Bucky hizo lo que se le pidió, y Sam aprovechó para besarlo, tras lo cual ambos se acurrucaron para protegerse el uno al otro del frío de la madrugada.

Faltaban apenas unos minutos para el amanecer.

~.~.~.~.~.~

Cuando Bucky y Sam entraron al departamento, el sol ya estaba en lo alto y Aniyah se encontraba en la cocina dándole el desayuno al niño.

- Buenos días, pero que no le moleste que haya vuelto a usar la estufa.- dijo la mujer sin levantar la vista del niño.

- Buenos días Aniyah, no hay problema. Trajimos el desayuno.

Ante aquél 'trajimos', la aludida levantó la mirada solo para encontrar no solo a uno, sino a dos conocidos héroes frente a ella.

- ¡Oh! Hola.- saludó de manera torpe al Capitán América.

- Que tal.- respondió Sam con una sonrisa fácil.

- Espero que no te moleste que lo haya llamado.- medio se disculpó Bucky- pero es una decisión grande y no podía tomarla yo solo.

Para reforzar sus palabras, Bucky entrelazó su mano derecha con la izquierda de Sam.

- ¿Ustedes? ¡Oh! ¡Felicidades!- respondió la joven ante la inusitada noticia- No tenía idea...

- Sí, gracias. Y es algo que solo sabe la familia más cercana, así que agradeceríamos si por ahora no se lo mencionas a nadie.

- ¡Por supuesto! Claro que no se lo diré a nadie.- Aniyah le retiró el biberón vacío de los labios a Dijon, y colocó al niño en posición para sacarle el aire mientras se paraba.

Sam colocó los vasos descartables con café caliente y los bollos sobre la mesa.

- Sírvete lo que quieras.

La joven agradeció justo cuando el niño eructaba. Con un suspiro cansado volvió a acomodarlo entre sus brazos. Se podía ver el cansancio y desgaste en su rostro, y tal vez algo de incomodidad.

- ¿Quieres un poco de ayuda?- ofreció Sam de pronto- Así te das tiempo de comer tranquila.

- ¿Seguro?

- ¡Por supuesto! Nada que no haya hecho antes mientras ayudaba a mi hermana. Tal vez han pasado unos años, pero creo recordar cómo mantener entretenido a un bebé.

Aniyah aceptó agradecida y luego de entregar a Dijon, se acomodó en la mesa una vez más; seguida de Bucky y por supuesto de Sam, ahora con el bebé sobre las piernas.

Bucky tomó la palabra.

- ¿Entonces ¿No te molesta? ¿El que Sam y yo seamos pareja?- preguntó algo nervioso.

- ¡Por supuesto que no! Me parece estupendo que sea una pareja la que... Eso asumiendo que al final acepte, ya sabe...

- Acerca de eso, la respuesta es sí.

Aniyah contuvo la respiración.

- ¿S-sí?

- Sin lugar a dudas.- fue Sam el que respondió- La familia es siempre lo primero.

Motivo por el cual despertaron a Sarah antes de su hora normal para despertar, para darle la noticia de su compromiso, lo cual les mereció gritos y felicitaciones por partes iguales... y también una sugerencia bastante razonable cuando le contaron sobre Aniyah y Dijon a grandes rasgos.

Lo que llevó a una segunda llamada esa noche, aunque la verdad era que en éste segundo lugar era prácticamente media mañana, y el resultado fue lo que empujó a Bucky a continuar con,

- Pero tenemos un pedido a cambio.

Aniyah los miró un poco confundida y otro poco preocupada.

- ¿Pedido?

Sam y Bucky se miraron y luego miraron a la joven.

- Queremos que consideres que te revise el equipo médico de Wakanda.

Aniyah perdió el aliento.

- ¿Qué?- preguntó con la voz en un hilo.

Bucky carraspeó.

- Hablamos con la princesa Shuri de Wakanda, para saber si conocían de algun tratamiento o cura, pero nunca se han topado con el mal de Kisher por allá, así que no tienen nada. Sim embargo está dispuesta a tratar de encontrar algo que pueda ayudarte, incluso si es para darte solo un poco más de tiempo, y también una mejor calidad de vida. Siempre que estés de acuerdo, por supuesto ¿Lo estarías?

Lágrimas corrían libres por las mejillas de la joven.

- ¿Harían eso por mi?

Bucky esbozó una sonrisa pequeña.

- Por supuesto.

Aniyah asintió.

- Sí, por favor... me gustaría mucho.- tomó aire de manera profunda- A él le hubiese gustado tanto estar aquí ahora.

- ¿A él?- preguntó Bucky.

- Alex. Teníamos todos estos planes de buscarlo cuando se conoció la historia del soldado... Bueno, ya le conté eso antes. Estuvimos esperando por años la oportunidad, él en verdad quería volver a escuchar las historias que escuchó de su nana Sophie, aunque fuesen desde otra perspectiva. Pero para cuando usted volvió del BLIP y le dieron el perdón, él tenía 3 trabajos y trataba de mantenernos a los dos, además de prepararse para la llegada de Dijon... y luego poder cuidar de mi hasta... que ya no fuese necesario. Pero las cosas no siempre salen como uno lo desea o lo planea ¿Cierto? Es la historia de mi vida después de todo.

El silencio inundó el ambiente, e inseguro Bucky extendió la mano derecha sobre la mesa.

De manera tímida, Aniyah la tomó.

De alguna manera, iban a hacer que todo esto funcionase lo mejor que se pudiese. Lo iban a lograr.

~.~.~.~.~.~

5 años después

- ¡Pops! ¡Apúrate!- la voz infantil exigió una vez más.

- ¡Ya casi! ¡Ahora termino!- respondió Bucky, dándole los últimos retoques a su disfraz.

Esa noche de Halloween y luego de ver dos meses atrás 'El Mago de Oz' de 1939 junto a su pops y a su papá, Dijon había decidido que sí o sí debían de ir disfrazados de personajes de su nueva película favorita (que coincidentemente era una de las películas favoritas de su pops), siendo él mismo una pequeña versión del Mago con todo y el traje de tres piezas, el sombrero, el bastón y hasta la pajarita. Su pops sería el hombre de hojalata (para gran diversión de su papá, que el día en que el niño hizo su anuncio había reído casi todo el día), su papá sería el espantapájaros, y su mami la bruja buena del Sur; lo cual tenía sentido ya que la bruja buena era tan bonita como su mami y al igual que ella era un ser de luz que venía desde el cielo.

Papá y pops le habían señalado unas estrellas en el cielo y le habían dicho que mami y papi lo cuidaban desde arriba, mientras que ellos lo cuidaban aquí abajo en la Tierra, así que definitivamente mami era la bruja buena del Sur. Esperaba que papi captara la idea y se disfrazase del león allí arriba en el cielo.

- ¡Pops!- volvió a exigir el niño, a lo cual Bucky por fin llegó a donde su hijo y esposo lo esperaban.

- Te tomaste tu tiempo, hojalata.- fastidió Sam con una sonrisa.

Bucky solo gruñó, y en lugar de contestar alguna cosa solo extendió el brazo para permitir que Dijon se aferrase a su mano.

Sam le sonrió antes de abrir la puerta, dejar salir a su familia, cerrar y unirse a ellos.

En esos años varias cosas habían cambiado, aunque otras continuasen igual.

Sam y Bucky se habían casado un año después de la inusual propuesta de matrimonio, cuando las cosas por fin llegaron a estar más calmadas para ellos dos, luego de que aquellos que decidieron protestar por la relación entre el Capitán América y el otrora Soldado de Invierno por fin entendiesen que no tenían ningún efecto en la relación de la pareja. Además que fue más o menos durante ese tiempo que Aniyah por fin logró una mejoría.

Si bien Shuri fue bastante sincera al decir que era prácticamente imposible conseguir una cura en un estado tan avanzado de una enfermedad como esa, sí lograron mejorar la vida de la mujer, disminuyendo el dolor y dándole más estabilidad en su motricidad, logrando al final que ese último año que le diagnosticaron de vida del cual posiblemente pasaría la mayor parte postrada en una cama, se transformaran en 4 años de una vida decente, creando recuerdos que su hijo tendría para toda una vida, y un final sereno y que dejó tranquilos a todos los involucrados aun cuando la tristeza los abrazó con fuerza.

Lo que sí no había dejado tranquilo o sereno a Bucky fue el hecho de que tras estudios realizados por la princesa de Wakanda, el resultado obtenido fue que a partir de muestras de Dijon y del mismo Bucky podría ser posible reproducir ese primer suero administrado a un joven soldado James Barnes en 1943. La sola idea era terrorífica y solo reforzaba el impedir que alguien más se enterase de su verdadera relación con el pequeño.

Shuri decidió continuar con los estudios sobre la enfermedad de Kisher, y Sam y Bucky continuaron con sus vidas como héroes y como una pareja en Washington al lado de Dijon, que era donde la familia se había instalado una vez que todos, incluyendo Aniyah, habían comenzado a vivir juntos.

La vida puede darte retos inesperados. Algunos puedes vencerlos, otros seguramente no; pero mientras tengas junto a ti a las personas adecuadas cuando más lo necesites, sin importar el resultado, lo más seguro es que puedas hacerle frente a esos retos.

Bucky podía dar fe de eso, allí en ese momento junto a las dos personas más especiales en el mundo para él. Mientras los tuviese a su lado seguiría el camino, a donde sea que éste lo fuese a llevar.


The End


Notas de la autora:

Bueno, esta era una de las ideas que tenía desde antes de meterme a este bingo, así que aproveché para usarla en el espacio libre donde puedes escribir lo que quieras. Y sucedió que me salió un poco más largo y con mucho más angst de lo que pensé que saldría.

Pero seamos sinceros, al Buck lo veo como un casanova en serio antes de caer por segunda vez en las manos de HYDRA, y todos sabemos que luego de Azzano nuestro James ya tenía por lo menos un suero dentro... Y bueno, tal vez Bucky haya servido en el ejército y no en la marina, pero dudo mucho de que lo de una novia en cada puerto sea exclusivo; sobre todo con un rompecorazones como él. Así que ¿Una conquista en cada ciudad? Me imagino que tal vez no en cada cuidad per se, pero si varias chicas y alguno que otro chico por aquí y por allí. Por su paso por Francia, la conquista fue Sophie, y el resultado ya lo leyeron; y si bien el Bucky del siglo XXI no es el mismo que cayó del tren en los 40's, nadie puede borrar del resto del mundo lo bailado y vivido, incluso si él no lo recuerda del todo gracias a HYDRA.

¿Creen que tiene sentido la trama?

Espero que sí. Y muchas gracias por leer mis desvaríos hasta aquí.

Un kiss gatuno para todos.

chibineko chan
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)

~.~.~.~.~.~

Campaña de NO AL PLAGIO

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