Weisser Schnee por Yakinori
Notas del capitulo:¡Laliho mina! ¡FELIZ AÑOOO! Como no empezar el año a buen pie con un nuevo capitulo de Yakinori jajaja que creída yo jaja de seguro me estaréis echando maldiciones por haber tardado tanto jaja ¡no les culpo eh! De verdad que espero no tardar tanto para el siguiente pero si es así, les pido disculpa *reverencia* intento tenerlo lo antes posible. Ahora si, espero que les guste el nuevo capitulo lleno de…..ya lo verán jaja ¡¡Disfruten!!
Solo había pasado un día desde el nacimiento del sucesor de los Kuran, y la princesa Kuran aunque aun estaba algo débil y le faltaban fuerzas decidió partir cuanto antes de ese lugar, como había prometido le dio a Kaname lo que quería y ahora le tocaba al sangre pura cumplir con su parte y dejarla vivir su vida junto a su amado Aidou. Pero el mayor no se espero que se fuera de esta manera.
Contemplando desde el piso superior como su princesa estaba apunto de salir de lo que fue una mansión construida por y para ella, con la intención de hacer crecer el amor que le sentía, pero ella tan solo se digno a mirar sobre su hombro sin sentimientos a su hermano, quedando un instante quieta para seguido volver a tomar su camino a un nuevo porvenir, saliendo por ultima vez de esa mansión que era hasta ahora su casa, cerrando la puerta Aidou Hanabusa pero no sin antes mirar una vez mas con desprecio al rey sangre pura.
Kaname no pudo hacer nada, este era el trato, pero dolía mas de lo que se pensaba. Un pequeño cuerpo que se empezó a mover en sus brazos lo saco de sus pensamientos, miro a la pequeña criatura que se encontraba refugiado en sus brazos. Ahí lo tenia, a su sucesor, su segundo hijo, su pequeño Haruka Kuran, desde que lo sostuvo por primera vez no tenia duda ninguna en cual seria su nombre, llevaba tiempo pensando en ello y de seguro que Yuuki estaría mas que de acuerdo, pero esa conversación ahora nunca llegaría.
Cuidar de un bebe recién nacido no era tarea fácil, el cuarto de Kaname fue adaptado para la nueva vida, una cuna, cambiador y el resto de la casa también se lleno de utensilios y muebles específicos para el cuidado del pequeño príncipe, tenia de todo pero parecía que lo que mas necesita ahora el pequeño era alguien con experiencia. Lloraba por las noches, lloraba por el día, Kaname lo intentaba porque si, el quiso ocuparse solo del niño, podía ser por remordimiento, por lo de Yuuki, por perderse los primeros años de Eita, pero tenia que reconocer que era mas difícil de lo que pensaba.
Zero estaba en un punto donde ya no aguantaba el llanto del pequeño y su instinto de madre estaba apunto de explotar, de verdad que quería respetar la decisión del sangre pura de cuidarlo solo pero ya no aguantaba mas.
La puerta del cuarto de Kuran se abrió sin ser llamado y un furioso ojos amatista entro.
-Lo siento Kuran, no puedo mas…déjamelo- sin esperar una respuesta ya le quito al chiquitín de sus brazos, balanceándolo al instante con mucha practica.
Kaname no se esperaba esto en absoluto y por dentro hasta estaba aliviado porque el pelo plateado parecía haber escuchado su voz interior pidiendo ayuda, así que no dijo nada, solo se digno a contemplar ahora a un Zero que nunca antes había visto, se le notaba que tenia experiencia al solo ver el suave balanceo que dejo al niño enseguida en un profundo sueño, se imagino a Zero con Eita en brazos y le dio pena haberse perdido esos momentos.
Zero se dio cuenta que el mayor lo observaba en silencio y se sonrojo ligeramente,- no tienes que hacerlo todo tu solo- dijo mirando ahora al bebe, -no te hace menos padre pedir ayuda-
Kaname se quedo pensativo un instante,-…..gracias- dijo mirando al pequeño,-…creo que voy a necesitar ayuda en esto- se rindió ante su testarudez.
Zero ahora sonrió,- estaré mas que encantado de ayudar-
Y con esto empezó la nueva rutina en la mansión.
El pequeño Eita que recién fue dejado en la puerta del colegio empezó a caminar rumbo a su aula, ya estaba mas que acostumbrado a los pasillos de la academia preescolar, dentro del aula tomo su habitual asiento saludando algún compañero que otro, ya tenia algunos amigos como los hermanos Shindou, Izuki y Kai, dos hermanos gemelos también vampiros de los que enseguida hiso buenas migas.
-Eita-chan…¿ya has escuchado?- comento Izuki que tenia el pelo color granate acercándose a Kuran.
Eita lo miro curioso.
-¡hay un nuevo alumno!- dijo emocionado el niño de ojos color verde oliva.
-Izuki, no se porque te emocionas tanto- decía ahora Kai que se parecía mucho a su hermano pero con gafas.
Eita quiso contestar pero ya entro el profesor haciendo que todos los alumnos se sentaran en sus pupitres.
Murmullos se escucharon en el aula al ver entrar a un niño detrás del profesor pero el mas sorprendido sin duda era Eita al reconocer enseguida al nuevo alumno.
-Buenos días clase, quiero presentarles a vuestro nuevo alumno- dijo apuntando con la mano al pequeño, -¿te nos presentas por favor?-
-Mi nombre es Siro Kuga,- la fría mirada enseguida se poso en Eita.
-Bueno Siro-kun, mucho gusto, todos, espero que se lleven bien con él- un gran “Siii” se escucho en la clase,- te puedes sentar en el pupitre que esta vació detrás de Eita por favor- le sonrió el profesor indicándole el camino con la mano.
Como dicho el niño fue caminando, sentándose en su nuevo lugar.
Eita se giro un poco para mirarlo y saludarlo con la mano con una sonrisa.
Siro simplemente le asintió en saludo, empezando así su primer día de clase en la academia del gran Kuran Kaname.
No entendía como a Kuran se le había ocurrido la idea de cuidar él solo de un recién nacido con todo el trabajo que tenia todos los días y mas en ciertas fechas como estas que faltaba un mes para el fin de clases y el comienzo de las vacaciones de verano. La nueva rutina de Zero, que nunca se había imaginado cuidar de otro bebe consistía ahora en ser prácticamente el reemplazado de su verdadera madre, pero no es que le molestaba, todo lo contrarío, desde que la criatura le agarro su dedo se había enamorado de nuevo.
De camino a recoger a su pequeño príncipe del colegio, tenia colocado a su nueva lindura que recién se había dormido en la mochila portabebés, Kaname que llevaba desde antes reunido no podía hacerse cargo del pequeño en ese momento, pero como dicho, al pelo plateado le molestaba bien poco. Sonrió al ver la cara dormida al pequeño Haruka mientras esperaba ahora en su habitual puesto delante del portón del colegio.
Ahí se encontró con dos de sus madres favoritas y es que Zero hiso hasta amigos entre tantos padres, pero sobre todo con estas dos chicas, la familia Shindou era muy peculiar, dos mujeres vampiresas, si amigas vampiresas, quien lo diría, ellas se enamoraron y tuvieron a sus gemelos después de muchos altos y bajos.
-Mira a quien tenemos aquí...ya no lo sueltas eeeh- rio una de las mujeres al encontrarse con Zero.
-Buenas tardes Lily, Mei,- sonrio Zero,-como para soltarlo, esta para comérselo…- dijo orgulloso al ver a las mamas Shindou, las dos sabían un pequeña parte de su historia y es que ya se tenían hasta confianza, hasta el punto de quedar después de clases para que sus hijos jueguen juntos y ellos charlar.
-Buenas tardes su majestad…-interrumpió una voz muy familiar.
Zero extrañado giro hacia la persona o mejor dicho sanguijuela, las mamas también miraron al intruso,- Buenas tardes señor Kuga- dijo lo mas amable pero indiferente posible pero por dentro bufo, al final Kuran tenia que ceder y aceptar a tal personaje en su academia. Le caía muy mal. Las dos madres por otra parte si que resoplaron con asco.
-Gracias por aceptarnos en su prodigiosa academia, espero ver buenos resultados en mi primogénito- su habitual falsa sonrisa era parte de ese hombre,-Me gustaría que llegaran cuanto antes mis mas sinceras felicidades al señor Kuran y a la princesa- empezó mirando el bulto que dormía plácidamente en el pecho del pelo plateado,-este nacimiento es en nuestro caso una gran bendición para nuestra raza-
Zero puso su brazo alrededor del chiquitín para esconderlo lo mas posible, como odiaba tener que fingir, sobre todo ante hipócritas como ese, pero tenia que mantener su faceta por el bien de la paz.
-Muchas gracias, le hare llegar sus bendiciones cuanto antes- sonrió ahora el ojos amatistas cuando ya fue abierto el portón haciendo que los pequeños corrieran a los brazos de sus padres que esperaban pacientes, un momento perfecto.
-Si me disculpa alteza,- dijo con una ligera reverencia el ojos azul hielo, retirándose, para encontrarse con su hijo.
-Que demonio el que tenemos que aguantar- refunfuño Mei.
-Ya…le aseguro que a nadie le hace gracia, para disgusto de todos había que aceptarlo- suspiro Kiryuu.
-¡Papa!- grito su pequeño corriendo dándole con cuidado un abrazo para no dañar a su hermano, -¿a que no sabes que paso hoy?- dijo emocionado.
-¡Hay un nuevo alumno!- salto ya Izuki sin esperar por Eita.
-¡Si! ¡Y yo ya lo conocía, le enseñamos el colegio!- rio Eita.
Zero suspiro con una sonrisa, eran solo niños y no tenían culpa, tenia que aceptar al nuevo alumno por muy poco que le guste -Eso esta muy bien, sois unos grandes compañeros- a los tres pequeños se les formo una gran sonrisa.
Un día duro de trabajo o así es como lo sentía Kaname, ya era entrando la noche cuando por fin pudo terminar, caminando ya a su merecido descanso hacia su habitación. Al llegar a ella no le sorprendía ya encontrarla media abierta, se paro en el marco apreciando aquella imagen que se producía en su cuarto, el ojos amatista que acunaba a su pequeño retoño mientras le susurraba una suave nana. Tuvo que sonreír. Le quedaba demasiado bien.
El pelo plateado que se encontraba delante de la cuna que estaba a un lado de la cama le sonrió a la ternura que tenia entre sus brazos que ahora dormía plácidamente, le deposito un suave beso en la frente y con cuidado lo acostó en su camita, contento se giro despacito encontrándose a un pura sangre que lo miraba desde el marco de la puerta, se sonrojo al instante ¿desde cuando llevaba ahí?
-…Gracias…ya sabes que no tienes que hacer todo esto- dijo suavemente el pelo castaño.
-Ya te dije que lo hago porque quiero…- decía aun ruborizado en silencio para no despertar el bebé.
-Al menos podrías dormir aquí,- proponía el sangre pura no por primera vez,- seria mas fácil para ti,-.
-Eita también me necesita,- decía excusándose.
-Eita ya duerme en su propio cuarto- tumbo así la escusa.
-Da igual, ya te dije que lo hago porque quiero y porque le tengo cariño a Haruka- se volvió a ruborizar,-se parece mucho a Eita- dijo casi susurrando lo ultimo.
Kaname acercándose ahora al pelo plateado, colocando una mano en ese suave pelo para acariciarlo,- lo que daría por haber estado ahí- sonrió.
Zero enseguida se aparto,- esto ya lo hemos hablado mas de la cuenta, dejemos el pasado en el pasado, si me disculpas, me voy a descansar- no pudo evitar el nervio en su tono de voz, saliendo de la habitación con rapidez. ¿Qué estaba pasando con Kaname? Últimamente se le acercaba mas de la cuenta, le tocaba o le acariciaba como en esta ocasión, no sabia que pensar, le estaba poniendo nervioso, aunque no lo quería admitir, le estaba empezando a agradar la cercanía del sangre pura. Zero se sonrojo sin parar de caminar.
Una suave brisa entraba por la ventana de un vehiculó que pasaba por la carretera llena de árboles frutales y que rodeaba a alguien en especial de nostalgia. Kiryuu Ichiru que se encontraba con su pareja Takuma y su lindo sobrino Eita de camino a uno de los tantos recados que tenia el rey de los vampiros para el rubio pero esta vez con la particular rareza que era cerca del pueblo de nacimiento de Eita, como era tan cerca Takuma le había prometido a Eita que una vez que terminaba con los asuntos oficiales se podías quedar unos días en el pueblo ya que habían comenzado las vacaciones de verano. Estaban emocionados, sobre todo el pequeño. Sus padres y su hermano vendrían también pero una vez llegado el fin de semana por el trabajo del sangre pura, así que dentro de dos días. No podía estar mas feliz.
El pueblito no había cambiado nada, aunque solo había pasado poco mas de un año desde que se fueron, pasaron cerca de la panadería y cerca de su antigua frutería, que curiosamente estaba abierta. Sonrió, se alegro de ver a su pueblo sin cambio. Condujeron hasta su pequeña casita. Al salir del coche no pudo evitar inspirar profundamente el aroma. Como lo echo de menos.
-¡Vamos!- sonrió el pelo plateado caminando hacia su casita.
Eita salió corriendo colina abajo hacia donde se encontraba la casa en donde nació,-¡¡Vamos tío Ichiru!!-
Takuma sonrió, que precioso lugar.
Entraron en la casita que no había cambiado nada pero le hacia falta un repaso, había bastante polvo.
Ichiru dejo las maletas y se remango su camisa,-vamos pequeña amiga…te vamos a dar un buen lavadito- rio refiriéndose a la casa dispuesto a ponerse manos a la obra.
Que grande fue el reencuentro con todos, se pasaron todo el día abrazando a conocidos y amigos, conocieron a la nueva dueña de la frutería que no era otra que la señora Fuchida, estaba muy contento de que su frutería pasara a manos de una buena persona. Pero de todas las personas que volvieron a ver al que mas echaron de menos era a su medico Hajima, el mismo lanzo por los aires a Ichiru en un abrazo y Eita casi se lo come de la emoción. Le presentaron a Takuma, que se divirtió mucho con el recibimiento de los dos, ya entendía porque lo llamaban el loco medico.
El medico se rio a lo alto al conocer que Ichiru ahora era vampiro,-Me vas a dejar pobre al ya no tenerme que comprar medicina- se burlo el doctor esquivando una almohada voladora de parte de Ichiru.
Cenaron en la casa del medico y Eita insistió en quedarse esa noche en la casa de Hajima y su mujer.
De vuelta a la cabaña Ichiru entro riendo de felicidad, que gran día.
Takuma sonrió, que feliz era ver contento a sus seres queridos.
Ichiru antes de que se diera cuenta le había abrazado de forma tierna.
Takuma se sorprendió solo un instante y paso sus brazos ahora por la espalda del pelo plateado, fundiéndose en un precioso abrazo.
-Gracias Takuma- susurro contento.
-De nada mi pequeño- le beso en la frente.
El ojo amatista alzo su cabeza mirando ahora feliz a su querido, este poso una mano en la nuca del menor acortando la distancia y depositando un suave beso en los sabrosos labios del pelo plateado. Ichiru no pudo mas que suspirar en el beso.
El mayor de los dos no dudo en agarrar por los muslo a su vampiro y levantarlo para que pase sus piernas alrededor de su propia cintura. Intensificando el beso al introducir deliciosamente la lengua en aquella cavidad que tanto quería.
El pelo plateado al ser levantado en peso se agarro fuertemente del cuello del mayor agarrándose como animal.
Takuma aprovechando la cercanía de sus cuerpos y aun teniendo bien agarrada la cintura del ojos amatista le hiso sentir al menor lo mucho que lo deseaba. Caminando hacia la mesa que se encontraba en la cocina a poco metros de la entrada, acostando al menor sin apartarse ni un centímetro de él, entrelazando ahora sus manos cerca de la cabeza del ojos amatista, apresándolo contra la mesa. Sus lengua parecían bailar y un suave gemido salió de la boca del chico atrapado.
Takuma se separo un poco terminando así el beso para perderse en esos preciosos ojos amatistas que lo miraban con deseo.
-Eres precioso…- le susurro el rubio.
Ichiru se sonrojo inmensamente apartando la mirada de la timidez.
Takuma se rio, pero aprovechó que el joven apartara la mirada para pasar su lengua por el apetecible cuello que tenia ante el.
Ichiru se estremeció,-T-takuma…- suspiro.
-¿Si?- le pregunto sin dejar lo que estaba haciendo mordisqueando con sus colmillos el blanco cuello pero sin perforar la piel.
-….porfavor…¡muer-muérdeme!- le pidió tembloroso.
Y Takuma sin esperarlo mas hundió sus blancos colmillos para llegar al delicioso néctar de la vida.
Ichiru tembló en éxtasis arañando como pudo la madera de la mesa, gimiendo en el acto.
El rubio aprovecho el momento para quitarle el pantalón en varios tirones mientras pasaba ahora la lengua por los orificios recién creados. Levantando la mirada para observar al joven con deseo mientras se pasaba la lengua por la boca, limpiando sus labios manchados de sangre.
Ichiru no dudo en jalarlo de la camisa para volver a juntar sus labios esta vez probando el sabor de su propia sangre.
Takuma se desabrocho su propio pantalón, para luego erguirse frotando su prominencia contra la del menor.
Se mordió el labio,-Ichiru, lo siento, hoy no tengo mucha paciencia- le salió en un suspiro dando suaves estocadas, mojando dos de sus dedos para posicionarlos en la sonrosada entrada del pelo plateado, introduciéndolos despacio.
Ichiru suspiro al notar los dedos invadirle,-Takuma..estoy bien, quiero…sentirte- dijo en deseo.
Haciendo caso al menor y ya sin aguantando mas de lo excitado que estaba saco sus dedos, lubricando con saliva su hinchado miembro.
Se posicionó en la palpitante entrada, deslizando cual experto su impaciente pene con cuidado en él, agarrando las cintura del ojos amatistas y tembló al sentir toda su longitud dentro del cuerpo de su amado. Estaba hoy demasiado extasiado. Abrió sus ojos para mirar al pelo plateado que gimió por lo bajo al sentirse totalmente invadido. Sincronizando sus agitadas respiraciones, empezando el rubio a dar suaves pero profundos movimientos de cadera.
Gotas de sudor se formaron en la tersa piel de los dos, agitadas respiraciones que calentaba el cálido aire del verano y suaves gemidos que escapaban entre estremecimiento con cada embestida.
-¡Takuma…ngh!- quejidos de placer salían de su boca, su mente se nublaba mientras lo penetraban de forma mas suave en un principio hasta volverse cada vez mas profundos. Mirando con deseo al hombre que lo tenia doblegado encima de él que gemía suavemente con cada choque de cadera, -Ichiru…no puedo…- lo sintió, sintió como el pene del rubio se hinchaba en su interior haciendo que la sensación de plenitud fuera mayor.
Una ola de placer lo recorrió, llegando el rubio a su fin con un quejido, soltando toda la blanca semilla en el interior del pelo plateado con varias estocadas, miro exhausto a su pequeño bajo él y tomo el miembro expuesto del ojos amatista que aun buscaba ser complacido, dando firmes pero suaves movimientos con la mano. Ichiru arqueo la espalda, sentir el caliente semen en su interior y las suaves manos encima de su ansioso pene fue suficiente para llevarlo al borde del abismo, -Takuma!...me vengo hng!- su cuerpo tembló y una espesa sustancia salió mojando la mano de su amante que lo miraba satisfecho desde arriba.
Les tomo un momento regular sus agitadas respiraciones mientras se miraban complacidos, Takuma se agacho para depositar otro suave beso en los labios de su querido al que se le formo una sonrisa enamorada, Ichiru cerro los ojos tranquilos y Takuma se volvió a incorporar queriéndose retirar del interior del menor con una sonrisa hasta que noto como la mano de Ichiru estaba acariciando su propio abdomen justo en el punto donde los dos estaban conectados mientras tenia los ojos cerrados. Takuma no pudo evitar mirar a su querido con pena, sabia lo mucho que quería un hijo, no le decía nada, pero sus acciones lo delataban. Suspiro, retirándose del interior de su amado lo que hiso que Ichiru volviera a abrir sus ojos para mirar al rubio, -Vamos a darnos un baño y nos tomamos un buen té delante de la chimenea ¿Qué te parece mi pequeño?- le sonrió Takuma tomando su mano sentando al pelo plateado para depositarle otro beso en la frente.
Ichiru ahora también le sonrió,- creo que primero tenemos que limpiar este desastre- dijo haciendo reír a los dos.
-Tienes razón- se rasgo la cabeza Takuma mirando el desastre.
Como había añorado todo esto, el color verde de los prados, la gente que trabajaba en el campo, el olor a naturaleza. El mayor de los Kiryuu que se encontraba en el coche de camino hacia su pueblo, al lugar que realmente llamaba hogar, estaba inmerso en sensaciones.
Suspiro feliz, pero un movimiento cerca de él lo saco de su trance, Haruka que se encontraba en su sillita de bebe se estaba empezando a despertar un poco, abriendo los ojos en un instante para luego volver a cerrarlo y seguir con su placido sueño, tuvo que sonreír, ¿Qué era tan hipnotizante en el movimiento del coche que dejaba a los bebes dormidos nada mas salir de casa?
De pronto Zero se sintió observado, alzando la vista hacia el espejo retrovisor donde vio la mirada penetrante de Kuran que estaba conduciendo.
-¿No puedes mirar hacia la carretera?- dijo avergonzado Zero intentando aparentar indiferencia,-recuerda que hay cargo frágil-.
Kuran sonrió,-Solo me aseguraba que ese cargo frágil se encuentra bien-
Zero volvió a mirar hacia los prados, seria una semana algo incomoda con el sangre pura ahí, pero Kuran se lo prometió a Eita y el pelo plateado tampoco se quería separar de Haruka, para él era ya como un hijo mas, así que no les quedo otra que salir de viaje con su enemigo, si es que aun lo podía llamar así. Sus ojos se volvieron a fijar con disimulo en el retrovisor en el que se reflejaban los ojos color granate del sangre pura, algo había cambiado en esa mirada, como decirlo…le parecía mas cálida, menos cansada y con mas vitalidad. Le llamaba la atención el cambio de carácter del mayor. Desde que se fue Yuki era como si se hubiera calmado, como si un peso sobre sus hombros se había aliviado, era triste decirlo, pero daba la sensación que era justo lo que necesitaba el sangre pura, liberarse de lo que mas le tenia preocupado, solo esperaba que Yuki estuviera igual.
Aparcaron cerca del coche de Takuma, saliendo ya se encontraron con Eita que venia corriendo hacia ellos. Se lanzo a los brazos del ojos amatista,-¡Eita cariño!- dijo Zero achuchando a su retoño.
-¡los eche de menos!- dijo con una cara sonriente.
Kaname que sacaba a Haruka del coche, se giro, - bonito lugar, no lo recordaba así,-
-Normal, estabas tan enfocado en otras cosas cuando entonces,- le bufo Zero sobre el hombro.
Kuran no podía negar que el ojos amatista tenia razón, -tendré que ver este lugar con otra perspectiva,-
Así empezaron las mini vacaciones de esta extraña “familia”.
-¡Pero que ven mis ojos!—dijo el pelo ondulado de nombre Hajima, -¡Nuestro Zero esta de vuelta!- río al ver de camino al pelo plateado al que estaba a punto de abrazar.
-¡Hajima, que gusto volver a verte!- sonrió Zero al llegar junto a toda la pandilla y un pequeñín que se encontraba en los brazos del ojos amatistas se fijo intensamente en el doctor.
El doctor se fijo en la pequeña criatura, -Vaya Zero, veo que no perdiste el tiempo haha- se rio exageradamente.
Zero se puso bien rojo, -¡NO ES MÍO!- dijo avergonzado.
-Pero si con solo verlo se parece mucho a Eita hahaha- seguía riendo el mayor.
Kaname que contemplaba la escena desde un lado no pudo evitar que le saliera una pequeña risa.
El doctor ahora se dirigió al sangre pura,-creo que la ultima vez no pudimos presentarnos debidamente- le sonrió,-Hajima Shoga- Le tendió la mano.
Kaname la tomo con gusto, -Kuran Kaname- dijo sonriendo,- no tuve la ocasión la ultima vez, pero le quiero agradecer el cuidado de todos estos años hacia mi familia-
-Con mucho gusto- le respondió el doctor,- Bueno, vamos a dentro, que nos espera una buena cena preparado por mi mujer- les dijo abriendo paso para que todos entraran.
No paraba de sonreír, paz, serenidad, tranquilidad, amor, eran algunas palabras que podrían describir la escena, risas y anécdotas volaban en esa noche y por primera vez pudo sentir lo que seria tener una familia de verdad.
Kaname que esa noche era mas un espectador se sentía en armonía, escuchando historias de los años que pasaron su hijo en el pueblo y por primera vez pudo escuchar con todo detalle como vino al mundo su pequeño, mientras Hajima relataba, Zero no le paraban de subir los colores de la vergüenza, lo que le hacia gracia.
-Hajima…tengo una pregunta- empezó, aprovechando que Eita y Haruka estaban en la sala jugando con su tío Ichiru y Takuma, quedando solo Zero, Kaname y el medico en la mesa, mientras su mujer recogía la cocina,- hace poco Eita nos confeso que sabia que era medio sangre pura y parece que tienes algo que ver-
-Haha veo que me pillaron- dijo colocando en alto las manos en forma graciosa, - veo que el pequeño Eita me escucha cuando le hablo haha ¿Quieren saber como se que Eita es medio vampiro?-
-No solo eso, también como le enseño ocultar su presencia,- se entrometió Kaname.
El medico se recostó en el respaldar pensativo hasta que miro algo melancólico en dirección del salón donde se encontraban Ichiru y los niños juagando entre risas, un largo silencio se hiso presente hasta que le salió una sonrisa al medico,- Juri-san estaría muy orgullosa de sus nietos…aunque de seguro que te hubiera tirado mas de una vez por la oreja- decía mirando ahora directamente al sangre pura.
Kaname abrió sorprendido los ojos, -como conoces a mi…-
-Seguro que no me recuerdas porque eras solo un crio y yo un recién adolescente, pero mi padre Hajima Toru, medico también por cierto, era muy amigo de tu padre.-
Zero miro con curiosidad a los dos por las tornas que tomo esta conversación.
Kaname se quedo un instante en silencio,- tengo que decir que estoy bastante sorprendido…recuerdo a Cross-san pero no a otra persona que pasaba tiempo en casa con mis padres-
-Los detalles de su amistad no me la se,- dijo el medico suspirando,- y por desgracia ya no podemos preguntarles, solo me acuerdo de pasar bastantes días en la casa Kuran hasta que tus padres fallecieran y perdimos el rastro de ti y de Yuuki y al poco tiempo nos mudamos-.
Otro largo silencio se formo, el pelo plateado se mantuvo al margen, pero la sorpresa en su cara no se lo quitaba nadie.
-A la pregunta que me hicieron de como le enseñe a Eita ocultar su presencia es muy fácil, observaba a tu padre Haruka al enseñarte a ti y a Yuuki, desde que tengo recuerdos siempre me han fascinado los vampiros, sobre todo los sangre puras.- se rio,- pero es solo eso lo que le pude enseñar, no pude ser mucho mas de ayuda- se rasco la cabeza.
-A contrario, fue un gran paso y lo agradezco- le dijo Kaname aun si salir de su asombro.
-¿Como sabias que Kaname era el padre de Eita?- se entrometió ahora Zero en la conversación.
Al medico se le formo una gran sonrisa,-fácil, porque tu e Ichiru no paraban de hablar de él hahaha- se río ahora por lo alto haciendo que los colores le subieran como un tomate a Zero.
-¡eso…no es verdad!- grito avergonzado.
Kaname miro al pelo plateado de forma burlona, - quien diría que me extrañabas tanto-
-¡tu calla¡- el mayor de los Kiryuu no sabia donde meterse, -¡te aseguro lo poco que hablamos de ti no era muy positivo!- refunfuño.
¿Qué era eso? ¿Unos cachetes inflando? Kaname no pudo evitar reír, se veía tan adorable.
-Por supuesto la primera vez que escuche el nombre de Kuran sabía quien era y te aseguro que me quede mas que sorprendido con la noticia- le volvió a salir una risilla al medico, carraspeando posteriormente para volverse algo mas serio- siento no haberte dicho que sabia que Eita era vampiro,- miro apenado a Zero- y haberle enseñado alguna cosa detrás de tu espalda, quise esperar a que me lo dijeras en persona, pero ese día nunca llego y Eita con su curiosidad me absorbió,-
Zero suspiró, -lo ideal hubiera sido que me lo dijeras, pero por otra parte estoy aliviado que salieran las cosas así ya que en ese momento de seguro no hubiera aceptado que le hablaras a Eita de los vampiros,- admitió el pelo plateado su propio ego,- así que gracias Hajima- le sonrió.
-No hay de que muchacho- una gran sonrisa se le formo al medico.
La noche termino dándole todos las gracias al medico favorito del pueblo y su mujer, Eita una noche mas insistió en quedarse ahí y resignado aceptaron sus padres, entendían que el pequeño quería pasar el máximo tiempo posible con Hajima ya que pronto volverían.
Había un problema en el que el peli plateado no pensó hasta que ya fue demasiado tarde, una situación bastante comprometedora que ahora lo tenía metido en un buen lío. Desde que llegaron de vuelta a la pequeña cabaña su hermano y Takuma se retiraron a su respectiva habitación y al mayor de los Kiryuu le entro el sudor frio al darse cuenta que la pequeña cabaña solo tenia dos habitaciones, ¿Por qué no había caído antes en eso? Se maldijo mentalmente, así le había giñado el ojos su hermano antes de desaparecer en su habitación. Kaname que se auto invito en la habitación de Zero porque claro, en el suelo no se quedaría, ya se había puesto hasta cómodo, retirándose la camisa que llevaba puesta esa noche dejando al descubierto su bien formado torso nada mas entrar, Zero de la vergüenza tuvo que apartar la mirada acurrucando al pequeño Haruka contra su pecho de los nervios que le entro, cuando el sangre pura ya se le fue acercando peligrosamente al menor que ahora lo miraba nervioso, cuando ya se encontraba a pocos centímetro se quedo así unos segundos contemplando al peli plateado ante él, acercando sus manos para tomar sin que se lo esperaba Zero al retoño que tenia entre las manos.
-Hoy lo acuesto yo- le sonrió de lo mas normal a un Zero estático.
Tuvo que tragar, ¿Por qué estaba tan nervioso? -yo…me voy a cambiar- agarro la primera cosa cómoda que encontró y se fue al baño esperando poder tranquilizarse.
Y ahí estaba, acostado en su cama con una imagen demasiado sugerente que se proyectaba a no muy poco de él, después de volver del baño se acostó lo mas rápido posible en la cama tapándose con la manta hasta arriba pero no pudo con su curiosidad sacando sus ojos debajo de la manta para mirar la preciosa y también tentadora escena de un Kaname acunando a su hijo a pecho descubierto delante de la cuna de viaje.
Kaname por supuesto notaba esa mirada encima de él y por dentro no pudo mas que sonreír. Dejo pasar un ratito mas ya que Haruka se había dormido hace un rato, recostándolo ahora en su cuñita improvisada, tapando al chiquitín para que pudiera dormir plácidamente. Se incorporo, mirando ahora a la bola de nervio que había bajo la manta, camino hasta ella no si antes desabrocharse el pantalón, dejándolo caer sin remordimiento al suelo. Zero sin esperar mas se dio la vuelta mirando a la pared con las mejillas teñidas en un color carmesí.
-Espero que no te importe que duerma así, hace bastante calor- dijo como si nada.
Zero se tapo mas en el acto, -Como si me importara lo que haces- bufo.
Ya noto como un peso se fue subiendo en la cama y la manta fue levantada para entrar el sangre pura, acomodándose.
Zero pudo oír su propio corazón latir inquieto y esperaba que el pelo castaño no lo escuchara.
De pronto sintió como una mano lo agarro de la cintura y el cálido cuerpo del mayor se le pego peligrosamente a la espalda, -¡Ka-Kaname…no!- el pelo plateado se quiso zafar del peligro.
-Shh…no voy hacer nada… tranquilo,- le susurro calmado, abrazando al menor, -solo quiero dormir-
Zero se quedo alerta un momento pensando si zafarse del abrazo del mayor, del calor de ese cuerpo que lo tenia atrapado o de esa respiración cálida que levantaban cada bello de su nuca, quiso zafarse pero había algo tranquilizador que lo detenía, una paz que conocía muy poco, estuvo en modo supervivencia un rato mas pero poco a poco se le relajó el cuerpo, hasta que sus ojos empezaron a parpadear suavemente hasta cerrarse por completo cayendo en manos de Morfeo.
Kaname deposito un suave beso en esa nuca delante de él, cerrando los ojos suspirando en calma, hoy había sido un gran día.
Kaname empezaba a entender el porque le gustaba tanto el pueblo a su hijo y los hermanos Kiryuu, sus nuevas mañanas comenzaban con un paseo y comprar el pan para el desayuno, algunas veces lo acompañaba Haruka en su mochila portabebés si se despertaba mas temprano o alguna vez lo acompañaba Zero, las personas en el pueblo ya hasta le saludaban, se paraban a hablar con él o querían ver al pequeño Haruka, de paso buscaba a su hijo Eita de la casa del medico y tomaba un café con Hajima, no estaba acostumbrado a esta nueva rutina pero le agradaba, por las tardes paseaba con sus hijos, los hermano Kiryuu y Takuma junto al río o algún sendero cercano o simplemente se quedaban en la pequeña cabaña tomando té, como en ese momento que se encontraba sentado en el porche delantero de la casita mirando el atardecer, respiro hondo, escuchando el sonido de la naturaleza, las cigalas cantar y la suave brisa que hacían mover su pelo castaño…. si, era sin duda paz, escucho risas y miro hacia el rio donde se encontraban los hermanos Kiryuu con su hijo Eita jugando a tirar piedras al agua, riéndose mientras Haruka dormía su siesta en la casa, suspiro tranquilo.
Sintió una presencia a su lado que se apoyo en la baranda del porche mirando la misma escena que él, sonriendo, -Que amigo…me parece que es justo esto lo que necesitábamos- dijo Takuma inspirando,- y no me refiero a estas vacaciones- le dijo mirando a su amigo.
El sangre pura volvió a mirar a la escena que se producía a una distancia de él, Eita mojando a su padre con agua del río mientras Zero e Ichiru reían, -creo que llevo mucho tiempo ciego-
-Bueno…nunca es tarde para arreglar las cosas- volvió a mirar Takuma hacía el río.
Una de sus cosas favoritas de estos días pasaba de noche, cuando ya todos dormían y él se acurrucaba junto a Zero, que según pasaban los días se había relajado o mas bien acostumbrado a su presencia en la cama y él todas las noches aprovechaba la cercanía del pelo plateado para hacer algo a lo que estaba poco acostumbrado pero que anhelaba toda su vida, tener a alguien para abrazar, sentir el calor, sentir con tranquilidad la respiración del otro, sin llegar a mas, solo sentirse hasta caer dormidos, y es que sé tenia que aprovechar de la situación ya que esto terminaría mas pronto de lo que quería, tenia que partir mañana, no le quedaba otra que volver a casa, por lo menos él porque tenia reuniones que atender, pero Zero y los demás se podían quedar un ratito mas.
-creo que voy hacer de esto mi lugar de escape- dijo escondiendo su cara en el suave pelo plateado delante de él inspirando su aroma, -no tengo muchas ganas de irme-
-Entenderás ahora nuestro enfado al irnos de aquí aquella vez- dijo Zero mirando hacia la cuñita sintiendo el abrazo del mayor.
-Ahora puedo entender la mirada asesina de tu hermano en ese momento- rio un poco haciendo reír también al menor al recordarlo.
-No me debería dar gracia, pero si miradas mataran ya estarías echo añicos-
-Zero…gracias- se aferro mas al cuerpo del ojos amatista.
Zero se ruborizo, -no…no se porque deberías dármelas- menos mal que no le podía ver la cara.
-Hay muchas razones pero sobre todo porque…me estas cambiando la vida- le dijo casi en un susurro respirando tranquilo.
-Creo que estas confundiendo las cosas-le contesto esperando una respuesta pero ya sintió una respiración regular a su espalda, se giro en ese abrazo para mirar la cara dormida y relajada del sangre pura, no pudo evitar sonreír, nunca se espero ver al sangre pura en su lado mas indefenso y esto le hacia sentir que podría llegar a ser uno de sus mayores apoyos, verlo le hacia relajarse y cuando se dio cuenta ya se había dejado dormir también.
Un jardín, risas, niños jugando, el calor del sol….armonía que le invadía y una mano que lo sostenía, la miro, quiso saber quién lo tenia tomado de la mano, pero al levantar la mirada no lo pudo distinguir, solo una sonrisa cálida que le calentaba su corazón, lo quiso alcanzar con la otra mano, tocarle la cara para poder conocerlo pero por mucho que se esforzaba era inalcanzable.
Abrió los ojos de golpe, teniendo que pestañear algunas veces para acostumbrarse a la ligera claridad que entraba por la ventana avisando de que ya era de mañana, cuando ya recobro el control sobre sus sentidos de lo primero que se dio cuenta era de la presencia que tenia acostado en su cama...¿que era ese sueño? Recordó esa sonrisa del sueño y no pudo evitar contemplar al pelo castaño que tenia delante, esto era una de las pocas o últimas ocasiones donde pudo mirar mas detenidamente esa facciones de aquel ser, sus parpados relajados, esas hebras de pelo castaño que le caían sutilmente en la cara que lo hacían ver de lo mas atractivo y esos labios…alzo la mano, por alguna razón quiso tocarlos pero se detuvo a pocos centímetros, se sentía prohibido y se mordió sus propios labios por la curiosidad que sentía y se lamento mentalmente la atracción que sentía por el mayor, le estaba costando mucho ocultarlo, sobre todo estos días, tenia que reconocer de que era un ser muy tentador, pero ya no era solo el físico lo que le agradaba, ahora era su personalidad lo que le estaba empezando a parecer absorbente, no se había dado cuenta lo cerca que estaba del sangre pura y del error que casi comete hasta que unos ojos delante de él se abrieron de golpe.
Zero se quedo estático, esos ojos carmesí que lo absorbían le dejaron en un encantamiento, no pudo evitar sentir escalofrió ante su mirada y un rubor le subió del calor que de repente desprendía su cuerpo.
Kaname que ya en sueños noto la presencia de pelo plateado no se espero la imagen que en verdad se reproducía ante él, un cazador de vampiros con una mirada que pedía a gritos que lo devoraran, el deseo que nunca se espero y simplemente parecía lo mas correcto acortar la poca distancia que lo separaba de esos dedos que lo querían tocar en sueño.
Cuando el menor toco con la punta de sus dedos por fin esa suave piel que recubrían los labios del sangre pura solo pudo suspirar, se sentían tersos, delicados pero a la vez firmes y atrayentes, tan atrayentes que poco a poco se fue acortando esa distancia que los separaban y cuando volvió alzar la mirada para ver esos ojos se dio cuenta lo cerca que tenia al mayor, la poca distancia que le quedaba para encontrarse con esos labios y como de un sueño se tratase, cerro los ojos, para por fin ser besado de la forma mas gentil. Fue un beso tímido pero lleno de anhelo y segundos que parecían minutos pasaron y de un suave beso broto el deseo. La mano del mayor se poso gentilmente en la nuca del peli plateado, profundizando el beso y las manos del menor pasaron cerca de los oídos del mayor hasta aferrarse al suave pelo del sangre pura, dejando claro que quería esto mas de lo que se imaginaba.
-ngh…- un delicado gemido que no pudo evitar salió de la boca del ojos amatista al notar una dulce lengua repasar sus sonrosados labios, pidiéndole ser besado de la manera mas profunda y él lo concedió, dos lenguas chocaron y una sensación electrizante paso por la espalda del mas joven y otro suave quejido salió, un sonido que para el sangre pura lo llenaba de ansia.
Kaname aprovecho el acercamiento mas profundo para apoyar su codo cerca del peli plateado quedando el cazador semi atrapado debajo de él, sin separarse intensifico el beso, dejando al margen su lado mas delicado, dejo bailar sus lenguas, probándose, explorándose hasta separarse un instante para mirarse con deseo para volver a besarse como si no hubiera un mañana, no supo en que momento había colocado todo su cuerpo encima del peli plateado y en que momento sentía los brazos del ojos amatista alrededor de su cuello, sintiendo como de vez en cuando sus uñas se clavaran en su hombro y suaves gemidos salieron por la boca del mayor de los Kiryuu. Se separo una vez mas de esos labios, quiso ver la cara del peli plateado, ver esos ojos nublados en deseo, ver el rubor en esas mejillas mientras respiraba agitado debajo de él. Estaba excitado, y se lo dejo notar dando un firme movimiento de cadera haciendo frotar su dureza contra la de menor.
Los ojos del Zero se abrieron en shock, mirando hacia sus entrepiernas, apretando en un impulso el pecho del mayor para quitárselo de encima sin conseguir moverlo un milímetro, -¡nnhg…!- tembló, pero no de miedo, por primera vez tembló de excitación.
Kaname se tuvo que morder los labios, la reacción del peli plateado era demasiado sugerente, suspiro en placer y suaves movimiento de cadera que cada vez se volvían mas largos lo hacían estremecer, apretaba suavemente sus durezas…soltaba un momento para de nuevo volver a apretar deliciosamente, y cada vez que apretaba un fuerte gemido salía de la boca del menor que le volvían loco.
El cuerpo del peli plateado se empezó a agitar, era tanto torturador como excitante y en una de las veces que el roce se intensifico perdió el juicio, tembló bajo él, -¡K-kaname…!- gimió mientras hundía sus uñas en lo hombros del sangre pura y lo miraba extasiado, una chispa se encendió y el peli castaño atrapo esos temblorosos labios bajo él, hundiendo una de sus manos en el pelo de Zero mientras la otra viajo por la espalda del menor hasta llegar al bóxer que llevaba puesto y sin dudarlo introdujo su mano apretando con delicia su nalga para volver a frotar sus prominencias, -…nha- Zero solo le salían quejidos de placer mientras su lengua fue devorada por el mayor y su cuerpo tiritaba en placer.
De repente Kaname se quedo quieto, separando el beso, mirando ahora al peli plateado atento. Zero que respiraba agitado no supo primero que paso y porque había parado el sangre pura hasta que escucho voces, le puso mas atención, venían de fuera, parecía de Ichiru, Eita y…¿Hajima? de repente la realidad lo envolvió ¿Qué estaba haciendo? Le puso otra vez atención al sangre pura encima de el que aun como él tenia la respiración agitada y se ruborizo profundamente, le puso las manos en el pecho del vampiro y lo empujo con fuerza quitándolo de encima, sentándose en el borde de la cama agarrando la manta para intentar taparse avergonzado. Miro hacia la pequeña cuna cerca de la cama donde yacía el pequeño Haruka aun profundamente dormido. ¿Qué estaba apunto de hacer? Su mente estaba a mil.
Kaname que se tranquilizo se quedo un momento en silencio pensativo, -Zero…-
Zero se tapo mas con la manta al escuchar su nombre, -no…no se que esta pasando, pero yo…no soy Yuuki- no se atrevía a mirarlo, -no se cual es la razón por la que me tocas y…el porqué no me defiendo pero…- su voz tembló, -no soy ningún reemplazo-
No supo que decir, no sabía que responderle.
Zero miro sobre su hombro para verlo y al no escuchar respuesta se levanto, vistiéndose un poco mas acorde para salir, -voy a ver que tal esta Eita…- y con eso salió del cuarto.
Kaname suspiró maldiciéndose mentalmente, mirando ahora hacia la cuna donde Haruka comenzaba a moverse recién despierto.
-¡Papa! ¡Nos vemos en unos días!- le abrazo Eita a su padre.
-Disfruten todo lo que puedan y cuida de tu hermano Eita- le sonrió.
-¡Lo haré!- río el pequeño.
Kaname dejo a su hijo mayor en el suelo y se acerco a Zero que lo miro con un nudo en la garganta. El sangre pura lo contemplo un momento hasta que bajo para depositar un beso en la frente de Haruka en brazos del ojos amatista, alzando seguido otra vez la cara para mirar a Zero, -…cuídense…nos vemos pronto- y con eso se dio la vuelta.
Zero se espero que arreglaran las cosas antes de que partiera el rey de los vampiros, pero se imaginaba que el sangre pura como él necesitaba algo de tiempo para sortear sus emociones.
Ichiru desde una distancia suspiro y una gota resbalo por la sien del rubio, -son un par de testarudos- rio Takuma.
Habían risas en los pasillos de la mansión Kuran, Kaname que se dirigía a su despacho con documentos en las manos tuvo que esquivar a su hijo que casi se choca contra él entre risas escapando de alguien, -woo…cuidado hijo- dijo apenas esquivando al pequeño.
-¡¡Perdon papa!!- reía el joven Kuran sin parar de correr.
Kaname lo siguió con la mirada negando con la cara con una sonrisa, -este pequeño-.
Cuando ya otros tres niños también casi chochan contra el rey de los vampiros, Kaname los miro desde arriba.
-Esto….lo siento señor Kuran- dijo uno de los niños nervioso siguiendo posterior con su carrera para atrapar a Eita seguido por los otros dos.
Kaname río, siguiendo su camino.
Los días volvieron a la normalidad en la gran mansión Kuran desde que volvieron todos a ella, aun quedaban unas pocas semanas para que empezara de nuevo el colegio, así que aprovecharon al máximo los días de vacaciones. Los amigos de Eita, los hermanos Shindou le visitaron para jugar con él, mientras sus madres aprovecharon para tomar un té con Zero e Ichiru en el jardín junto al buen clima con un Haruka que balbuceaba en su hamaca.
Las risas de los niños corriendo por todas partes hacían sentir viva la mansión. Pero había un niño en particular que le sorprendió a Zero con su llegada y no era otro que el pequeño Siro Kuga. Eita y los hermanos Shindou estaban eufóricos de verlo y contentos de jugar con él ya que en clase se hicieron buenos amigos. Al mirar hacia la entrado vio a Kaname seguido del gran idiota Hioshi Kuga dirigirse hacia el interior de la mansión, seguramente hacia el despacho para algún asunto de los que tanto reclamaba el pelo azabache.
-Mira que es cansino…- resoplo Mía la madre de los gemelos mientras tomaba un dulce de la mesa.
-Es bastante…tedioso- suspiro Zero, -y pesado con su forma de hablar tan mezquina-
Los niños desde que vieron a su amigo empezaron a jugar por toda la casa.
-Venga, ¡vamos a jugar al escondite!- grito emocionado Izuki, -¡con lo grande que es este palacio seguro que nadie nos encontrara ha ha!-
Eita río, -Vale, empiezo a contar yo porque conozco mejor la casa y seguro que los encuentro muuy rápido-
Los demás solo asintieron y desde que sonó el primer uno por parte de Eita salieron despavoridos por todas partes. Kai se metió enseguida en la cocina buscando el mejor lugar, los otros dos salieron corriendo a la planta superior, separándose, Izuki entrando a un cuarto y Siro a otro.
Siro quiso esconderse debajo de la cama chocando sin querer con la mesita de noche lo que abrió ligeramente el cajón de la mesita y un brillo metálico le llamo la atención, su curiosidad pudo con el y con cuidado abrió por completo el cajón para mirar sorprendido su interior, bajo su pequeña mano queriendo delinear con cuidado la pieza metálica, pero algo le decía que le quemaba si la tocaba, contemplo mas detenidamente el bordado, lo que parecía una cruz y un nombre, lo miro con mas atención intentando leer las palabras,-bloody…rose-
Notas finales:¡Peligro, peligro! ¡Niño curioso a la vista! ¿Qué les ha parecido? ¿Se esperaban tantos acercamientos en este capitulo? Ya salió el lado mas amable de Kaname ¿Caerá por fin Zero ante sus pies? No estoy segura porque son unos testarudos, orgullosos, sin comunicación jaja haber si se sientan por fin a hablar con fundamento ¿pasara pronto? ¿Tendrá Ichiru lo que desea? ¿Es Hajima un loco por los vampiros? ¿Se comprara Kaname ahora una casa en el pueblo? Esto y mas en el siguiente capitulo, gracias por elegir Yakinori *reverencia*