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They don't know about us. por Breeze_18

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Nadie podía entender esa relación.

En Seirin, todos sabían que Izuki era alguien popular entre las chicas. Más de una vez, alguna muchacha se acercó al gimnasio dispuesta a declararse al base titular. Muchas veces ni siquiera llegaba a rechazarlas, ya que se ponía nervioso y comenzaba a decir juegos de palabras absurdos, espantándola en el proceso.

Pero salió con chicos, mayormente que tomaban la iniciativa y no huían de sus chistes, como Takao de Shuutoku o Moriyama de Kaijo. Podían notar que a Shun le atraían las personas demostrativas.

Por eso no entendían por qué comenzó a salir con Himuro Tatsuya.

Conocían al hermano de Kagami. Todos podían describirlo como un chico hermoso y con un talento increíble para el básquet. Pero sacando eso…

Notaban que era increíblemente seco con el ojo de águila.

― ¡Himuro! Vamos a tener un partido de práctica el viernes.

Izuki había llamado a Himuro luego de salir de la ducha de la práctica matutina. Emocionado de poder ver a su pareja antes de lo previsto, ya que no se verían hasta dentro de dos semanas.

―Ah, aún no me dijeron nada.

Fue la monótona contestación que recibió. Shun sonrió al escucharlo y continuó hablando acerca de las cosas que podrían hacer si se quedaba el fin de semana, recibiendo respuestas como “”, “claro” y “bien”.

―Ya me tengo que ir, Shun. ―habló Tatsuya luego de un rato.

―Oh, yo también. Nos vemos el viernes, no hibernes. ―se despidió, alejándose el celular en cuanto el contrario cortó.

Se notaba muy feliz por ello. Y eso lo notaron sus compañeros.

―Se ve muy emocionado. ―mencionó Riko durante el entrenamiento de la tarde, viendo como Izuki se notaba más motivado de lo usual.

― ¿Sí? Yo lo veo igual que siempre. ―Hyuuga se secó el rostro con su toalla de mano, observando al base.

―Necesitas lentes nuevos. ―negó con la cabeza― ¿No lo notas? Está muy enamorado.

A pesar de que Junpei no era el más avispado en esos temas, también podía notar que su amigo estaba diferente. No lo había visto así antes.

Desde secundaria pensaba que era una persona extraña. No en el mal sentido, le parecía curiosa su peculiar forma de ver la vida, a pesar de que lo exasperaba el noventa por ciento del tiempo.

Por eso se sentía intranquilo con esa relación.

No creía que Himuro fuera un mal chico, pero tampoco le parecía adecuado para Izuki. No sintió lo mismo con Takao o Moriyama, aunque tener a esos dos rondando por el gimnasio lo puso de los nervios, pero al menos tenía la certeza de que no lastimarían a su amigo.

Con Tatsuya no pasaba lo mismo.

Cuando jugaron contra Yosen pudo ver que era un jugador increíble, un hábil tirador de tres. Pero cuando vio que golpeó a Murasakibara…, sí, no tenía una buena impresión de él. Además, venía de otro país, con otras vivencias y otras costumbres.

Pero, si su amigo era feliz, no iba a inmiscuirse. Al menos no aún.

El día viernes llegó más rápido de lo que cualquiera esperaba, y con ello, el equipo de Yosen arribó en la preparatoria Seirin.

Hyuuga se acercó a saludar a Himuro, ya que sabía que él era el actual capitán. Se estrecharon las manos con firmeza mientras los demás se saludaban entre ellos.

―Hola, Himuro. ―se acercó Shun, con una sonrisa.

―Hey, Shun. ―Tatsuya, en cambio, cambió su rostro amable por uno más serio.

Riko notó la mirada de ilusión de su compañero. No quería meterse, pero incluso a ella le molestaba la indiferencia del contrario. Izuki era el más alegre de su equipo, y no quería que eso cambiara por su actual pareja.

― ¿Vamos al gimnasio? ―preguntó el capitán de Yosen, desviando la mirada de su pareja.

Se dirigieron hacia los vestuarios, donde primero se cambiaron los invitados, ya que no entraban todos. Una vez que ellos y los jugadores de Seirin estuvieron listos, la práctica comenzó.

La práctica fue amena, bajo las indicaciones de Riko y Masako, ambos equipos acabaron casi agotados luego del partido en donde Yosen resultó el vencedor.

Nuevamente, bajo la indicación de Aida, los de la escuela en Akita fueron los primeros en ir a las duchas.

―Izuki, ¿estás bien? ―Hyuuga se acercó a su amigo, quién se quedó haciendo tiros al aro.

― ¿Eh? Claro, ¿por qué preguntas? ―inquirió, dejando de jugar para prestarle atención.

Junpei no se caracterizaba por tener tacto. Además de ser alto despistado en algunas cosas. No quería entrometerse, pero creía que era su deber como amigo y capitán hablar con Izuki.

Solo que no sabía cómo hacerlo.

Salieron del gimnasio para que sus compañeros no escucharan.

En ese momento, extrañaba a Kiyoshi. Él tampoco tenía mucho tacto, pero al menos sería más amable, probablemente.

― ¿Estás seguro de tu relación con Himuro? ―soltó sin más, bajo la mirada sorprendida del ojo de águila.

―Seguro, canguro. ¿Por qué?

Hyuuga iba a matarlo si volvía a escuchar uno de esos chistes cuando trataba de hablar en serio con él, y al parecer su rostro se lo transmitió.

―Casi no te habla, y siempre eres tú quién lo busca. ¿Cómo estás tan seguro que no juega contigo?

Shun se quedó callado, probablemente no esperaba eso. El capitán sabía que de haber estado Riko en la escena, probablemente lo hubiera golpeado con ese abanico gigante que Izuki había hecho en primero.

―Vamos a las duchas, ya deben haber salido.

El base solo asintió y fueron hacia los vestuarios a ducharse. No habló hasta que se despidió de todos. Él era el último en irse, ya que ese día tenía que cerrar el gimnasio.

¿Cómo estás tan seguro que no juega contigo?”, esas palabras continuaban rondando su mente. Y la verdad era que no tenía una respuesta.

Él no era estúpido. Sabía que, a simple vista, parecía que era una relación unilateral. Él, al principio, pensó lo mismo, incluso quiso terminar con Himuro, pero no pudo.

Izuki estaba harto. Cuando comenzó a salir con Himuro, supuso que parecerían una pareja, quizás no como fue con Moriyama o Takao, pero sí que tendrían citas, o que hablarían más. Pero eso no sucedió.

Llevaban un mes y medio siendo una “pareja”, y pudo notar que apenas le respondía los mensajes de Whatsapp. Sabía que tener una relación a distancia sería difícil, pero pensó que Tatsuya pondría de su parte.

Quizás se había apresurado a pedírselo.

Ese fin de semana se despertó temprano y tomó el primer tren a Akita que encontró. En el camino fue pensando en formas para decirlo sin llorar. En verdad sentía algo muy fuerte por él.

Cuando se paró frente al departamento de su novio, golpeó la puerta con suavidad. Poco tardó en oír un perezoso “voy” desde adentro, y su corazón comenzó a latir.

― ¿Shun? ¿Qué haces aquí tan temprano? No me avisaste que vendrías.

Se lo notaba sorprendido, y Shun solo podía verlo, queriendo memorizar su rostro adormecido, quiso abalanzarse y besarlo, pero no podía. Quería acabar ya con todo eso.

―Pasa, hace frío. ―se hizo a un lado, dejándolo pasar.

Era sábado a las ocho de la mañana. Tatsuya quería aprovechar su día libre para dormir, pero su lindo novio lo despertó.

― ¿Te pasó algo?

―Himuro, ¿yo te importo?

Se quiso abofetear al haberlo dicho de esa manera, se sentía tan patético. La cara de sorpresa del contrario lo hizo darse cuenta de lo que le preguntó, y se sintió más avergonzado.

―Por supuesto que sí, Shun.

―Pero pareciera que no te importo.

Sus ojos se aguaron, y Himuro se tensó. No esperaba aquello.

Izuki se sentía fatal. Quería llorar de rabia consigo mismo. Odiaba haberse convertido en el tipo de pareja que monta una escena de nada. Él no era así.

El escolta suspiró. Esperaba que algo así pasaría. No era la primera vez que le sucedía, muchas chicas le pidieron ser su novia, y cuando se daban cuenta de lo terriblemente frío que era, iban llorando a su departamento pidiendo una explicación.

A pesar de eso, era la primera vez que se sentía tan mal.

Lo abrazó con fuerza, buscando confortarlo. No quería verlo llorar.

―No quiero lastimarte. En verdad me importas, Shun.

El nombrado correspondió con la misma intensidad, quería creerle, necesitaba hacerlo.

―No sé ser una pareja, pero quiero serlo para ti.

Y desde ese día, Tatsuya se volvió un poco más demostrativo. A su manera.

― ¿Ya nos podemos ir? ―inquirió el capitán de Yosen, en la entrada de la escuela.

―Sí, ya devolví la llave. ¿Hay que comprar algo para la cena?

―No, ya fui a comprar todo mientras tú te duchabas. También compré para hacer gelatina de café.

―Mi favorita, visita.

Y lentamente, comenzaron a caminar hacia la casa de Shun, y que ni sus padres ni sus hermanas estarían por el fin de semana. Y él quería aprovechar la otra temperatura de su novio. Lo antes posible.

Notas finales:

Si llegaste hasta aquí, ¡muchas gracias por leer!


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