Después de que organizaron las habitaciones, la fiesta comenzó. Era difícil poder hablar sin gritarnos los unos a los otros.
- ¡No puedo creerlo! -Los ojos de Chat estaban brillantes. - ¡El atractivo y genial Adrien Agreste compartirá conmigo habitación! - Bailaba de un lado a otro, moviéndose con agilidad y gracia. - ¿Saben lo que eso significa?
- ¿Qué? - Todos volteamos a ver sorprendidos a Takeru; para algunos temas era bastante maduro, pero para algunos seguía siendo muy inocente.
- ¿Cómo que "qué? - Le pregunté molesto. - Es el momento de aprovecharnos y pasar una noche candente con ellos. - Los chicos me miraban sorprendidos. - Es el momento perfecto para hacer realidad nuestras más locas fantasías. - Comencé a hablar más rápido. - Ya saben, con los mismos disfraces; o quizá con comida; o quizá en la regadera, o quizá con un baile; o probar posiciones como el sesen...
- ¡Ya entendimos! - Gritaron los tres.
- Taichi, - me dijo tranquilamente Kouichi, - definitivamente te hace falta tener pareja.
- O quizás dos al mismo tiempo. - Terció Chat. A ambos les mostré mi puño lo más cerca de sus rostros.
- Tú solo piensas en sexo, Taichi. Dudo mucho que mi hermano se entregue en la primera noche con el primer tonto que comparta su habitación. - Lo miré. Me parecía un buen chico. Hasta podría decir que me gustaba casi tanto como su hermano. Pero había ocasiones en que su honestidad me molestaba sobremanera.
- Oigan y a todo esto ¿en dónde está Naruto? - Chat comenzó a estirar su cabeza buscando a nuestro amigo afanosamente.
- Dijo que iba a arreglar un asunto. - Kouichi dirigió la mirada hacía las bebidas. Justo en ese momento vio que su hermano se encontraba allí, rodeado de otros chicos. - Ahora regreso.
- Ese chico tiene un complejo de hermano bastante grave. - Dijo Takeru.
- Yo creo que está enamorado de Kouji. - Le dije. Takeru me miró sin entender. Chat intervino.
- Si, pero como hombre. No como su hermano.
- No digan tonterías. - Nos miró furioso. Hablar con él de amor entre familiares era un tema tabú. Estaba a punto de agregar algo cuando un torbellino naranja llegó de repente y se abalanzó sobre Takeru.
- ¡Takeru-chan! - Naruto gritaba desesperadamente. Chat y yo solo nos volteamos a ver. Mi amigo se encogió de hombros y se dirigió con calma al piso superior ya que "mamá" Ladybug le estaba haciendo señas frenéticas.
- ¿Qué te pasa, Naruto? - Le preguntó mientras se giraba un poco tratando de salir. Al verlo así me pareció tan vulnerable... ¡No, no, no! Es mi amigo. No puedo verlo de esa forma.
- ¡Ayúdame, por favor! - Naruto era el rey del drama. - ¡Necesito que me hagas un favor!
- Y yo necesito que te quites de encima de mí. - Naruto se puso de pie con facilidad. En cambio, Takeru tardaba un poco más, por el peso y lo incomodo de su traje. Le di la mano y lo jalé hacía mí. Levantó su rostro a unos escasos centímetros del mío y pude ver de cerca sus delgados labios pintados de morado. Sentí una corriente eléctrica en mi espina dorsal. Creó que él también la sintió, ya que me soltó de inmediato y giró su rostro avergonzado, mientras musitaba un débil "gracias". Mi rostro también se sonrojó. Naruto le tomó la mano sin haberse percatado de nada.
- ¡Ayúdame en esta ocasión y haré lo que tú quieras! - Lo miraba con sus ojos vidriosos.
- ¿De veras? - Le preguntó malicioso.
- ¡De veras! - Se estrecharon la mano. El trato estaba hecho. - ¡Por favor, dame tu habitación para compartirla con Sasuke!
- ¿Qué? - Gritamos los dos.
- A Sasuke le tocó compartirla contigo y con Ken, pero pueden salirse y yo me quedó solo con él.
- ¿Y a dónde vamos a dormir nosotros? - Le preguntó inquieto.
- Pues se van los dos a mi habitación con Daisuke. - Naruto resolvía todo rápidamente. Muy práctico.
- ¡Mira! podrías cumplir la fantasía de tu primer trio. - El rostro de Takeru se volvió escarlata. Tomó impulso y estrelló con fuerza su puño en mi brazo. - ¡Au!
- ¡Cállate, Taichi! - Me miraba furioso.
- Bueno, bueno. Piensa que es como una pijamada con sus disfraces de Dejimon o no sé qué.
- ¡Digimon! - Gritamos Takeru y yo. Naruto solo se encogió de hombros.
- Ok, ok. Lo que sea. - Volvió a tomar las dos manos de Takeru. - Entonces, ¿sí?
- Pues ya que, pero tú le dirás a Ken y... - Naruto lo besó en la mejilla y se echó a correr. Mucho antes de que Takeru terminará de decir su frase.
- ¡Gracias, Takeru-chan! - Se dirigió hacía la casa. Seguro que iría directo a ocupar la habitación junto con Sasuke.
Abandonados por nuestros tres amigos, Takeru y yo nos quedamos durante las siguientes dos horas sin movernos de ese lugar. De tanto en tanto veíamos escenas bastantes "subidas de tono" que provocaban que Takeru se sonrojara cada vez un poco más. Jamás lo había visto tan adorable. Generalmente actuaba sarcástico, y calculador, pero yo sabía que internamente era muy inocente y tierno.
- No sé ni para que vine. - Se quejó. Solo me limité a observarlo. - Sabía que era mala idea. Por algo Sora-san me lo advirtió.
- Oye, no te sientas mal. Piensa que estas cerca de tu primera exp...
- No - colocó su mano sobre mi boca - no lo digas. Te digo que tú solo piensas en sexo, Taichi. En la vida hay cosas más importantes. - Tomé su mano y la retiré de mis labios, aunque no la solté.
- Cuando tengas mi edad y no hayas probado ni una sola vez de esa magnifica experiencia, me vas a comprender.
- Lo dudo. - Me dijo serio.
- ¡Hey, chicos! - Gritaron al unísono dos chicos, un moreno de cabello marrón y uno con tez tan pálida como un fantasma y cabello azul. Daisuke y Ken. Le di un suave codazo y el rostro de mi amigo comenzó a arder.
- ¡Hey! - Saludamos los dos.
- Qué bueno que te encontramos Takeru-san, nos gustaría pedirte un favor y... - Ken hablaba demasiado formal.
- ¿Crees que nos puedas dejar la habitación para nosotros dos solos? - Daisuke Intervino de prisa. Era bastante hiperactivo.
- ¿Qué? ¿Por qué? - En serio Takeru se pasaba de ingenuo.
- Bueno, es que... ya sabes... - Ken estaba rojísimo a más no poder.
- ¡Queremos tener sexo toda la noche! - Gritó Daisuke como un imbécil. Me arrepiento de las veces en que yo lo hice. Ahora me daba cuenta de lo patético que te ves haciendo eso.
- ¡Daisuke! - Gritaron los dos. Ken avergonzado a más no poder y Takeru entre molesto y ofendido.
- ¿Qué? No creo que Takeru quiera estar presente, ¿o sí? - Miré a mi amigo esperando una respuesta, pero solo permanecía mudo de asombro. Pude notar que sus ojos brillaban como dos enormes zafiros. Pero estaban tristes. Llevaba años decidiendo cuál de los dos chicos le gustaba más, así que jamás se atrevió a decirles nada a ninguno de los dos. Y ahora al parecer jamás tendría una oportunidad. No lo dejaría pasar por la vergüenza de que esos dos tipos lo vieran llorar.
- ¡Qué va! - Me acerqué a él y lo abracé de la cintura, justo como Kouichi lo hacía con Chat. Takeru me miró asustado. - De hecho, es perfecto porque Takeru y yo íbamos a compartir mi habitación así que no hay problema.
- Taichi... - susurró.
- ¡Que bueno! - Dijeron los dos al mismo tiempo. Ambos se veían bastante relajados.
- Pues... Muchas felicidades a ambos y gracias por el favor. - Dijo Ken mientras Daisuke lo abrazaba de cintura.
- Si gracias, Takeru. Te debo una. - Y ambos se alejaron entre la multitud. Cuando ya iban un poco más lejos, pudimos ver a Ken susurrarle algo al oído de Daisuke, quien después de unos momentos, lo soltó de la cintura y le tomó el rostro. Comenzó a besarlo una y otra vez.
- ¡Vaya par de idiotas! - Le dije molesto.
- Quizá... - Se quedó callado unos minutos. - Taichi... - Me susurró después.
- ¿Qué? - Le pregunté mientras seguía observando la escena.
- ¿Me puedes soltar, por favor? - Un ligero sonrojo en sus mejillas. - Ya no es necesario.
- Ah, sí. - Lo solté de inmediato. - Lo siento, Takeru.
- No te preocupes. - Suspiró. - Y gracias. - No necesitaba preguntarle de que.
De pronto escuchamos por el micrófono. La zona de las habitaciones ya estaba disponible. Desde el piso superior, Chat nos hizo una seña de triunfo que de inmediato le correspondimos. A lo lejos vimos a Naruto y Sasuke, caminado juntos, pero no tan juntos. Como queriendo aparentar. Kouichi y Kouji también aparecieron cerca de la puerta. Ambos iban tomados de la mano.
-Un comentario y te mato. - Dijo Takeru con furia.
- Me hubiera gustado que se quedara con Chat... - Dije. Takeru asintió.
- ¡Hey, que bueno que los veo a los dos! - Yamato nos saludó con entusiasmo. A ambos nos besó la mejilla, como si fuéramos los mejores amigos. - Takeru necesito...
- ¿No me digas que quieres un favor? - Takeru estaba harto, se lo concedía.
- Ahora que lo mencionas... si. ¿Te vas a quedar a dormir aquí en la fiesta?
- ¿Qué? ¿por qué? - Volvió a preguntar inocentemente.
- ¿Tú no te vas a quedar, Yamato? - Inquirí. No era buena señal.
- No, de hecho, por eso quería verlos juntos. ¿Crees que puedas darle posada a mi hermanito? Sé que quedaría en buenas manos. - Yamato estaba siendo inusualmente amable conmigo. Algo no encajaba.
- Pe.…pero... - Takeru no tenía ni idea de que decir, por lo que Yamato se colgó de su brazo.
- Por favor, hermanito. Déjame la casa a mí solo esta noche.
- ¿Para qué?
- Quiero tener una noche romántica con Luka. - Repuso rápidamente.
- ¿Luka? - Preguntamos los dos.
- ¿Me llamaban? - Detrás de nosotros apareció un joven alto y de piel morena; su cabello azul con negro tenía un corte parecido al de Yamato. De hecho, con esa apariencia era como el doble de Yamato. Seguramente sería un músico.
- Chicos, - Yamato se acercó y lo abrazó brevemente de la cintura, - él es Luka Couffaine. - Lo miró por un momento y le sonrió. El chico correspondió al gesto mientras tomaba su mano. - Es mi novio. - Su novio, ¡oh, Dios mío!
- ¿Eres el nuevo guitarrista de la banda? - Preguntó Takeru. Como siempre no prestó atención a lo más importante.
- Así es. - Y comenzaron a platicar por un momento. Yo me sentía bastante incómodo. Quería esconderme debajo de la mesa y llorar como una niña. Eso nos pasa por no decidirnos. Ni Takeru ni yo logramos quedarnos con nuestros crush. ¿De verdad fui tan imbécil como para creer que me podría quedar con Yamato y con Koushiro al mismo tiempo? Después de un rato se despidieron. Yamato nos agradeció a los dos la oportunidad, con todo y beso incluido. Bueno, al menos podría decir que logré que me besara el chico que me había gustado durante cinco años. En la mejilla, pero algo es algo.
- Pues... - dije después de que se marcharon.
- Pues... - dijo Takeru. Se acercó a la mesa de las bebidas, pero ya no encontró nada. - Mejor nos vamos a dormir.
- Si... - Le dije bastante desanimado.
La fiesta había resultado un fracaso, - para nosotros, porque en realidad estaba en todo su apogeo. Con camisetas mojadas y mesas de baile. Con calma, comenzamos a caminar hacia la casa. Sería una larga noche.