Fiestas de diciembre, un par de semanas en que los estudiantes de Samezuka podían dejar la escuela y estar con sus familias, descansar de sus tareas y de sus entrenamientos.
Momotarou pasaba mucho tiempo solo en casa, sus padres tenían muchos amigos y casi diario llegaban tarde por que iban a cenar con unos u otros, después de todo era época de fiestas. Y Seijuro e Izusu llegarían en un par de días.
Y bueno, cuando el gato sale los ratones hacen fiesta.
El timbre sonó y se apresuró a abrir, encontrándome con la enorme figura de Sousuke.
—¡Sousuke-senpai! ¡Pase, pase! —exclamó emocionado haciéndose a un lado— Espero que no tuviera problemas para llegar.
—Ninguno —Sousuke pasó quitándose los zapatos y cerrando la puerta—. Rin fue de compras con Gou así que no me buscará.
Momotarou sólo sonrió, no le gustaba mucho verse a escondidas pero por ahora era lo que había, de todos modos no podía considerarse algo demasiado serio si no se habían visto en meses.
Aún así se acercó a él haciendo pucheros.
—Te extrañé…
Sousuke sonrió y acarició sus cabellos.
—Y yo a ti —se inclinó y suavemente le dio un dulce beso en la frente, luego bajó y unió sus labios delicadamente. Momotarou hizo un ruidito emocionado, respondiendo con cariño.
Sin embargo poco a poco el beso fue subiendo de tono, hasta que Momotarou lo terminó.
—Quiero mostrarte mi habitación…
—Me encantaría conocer tu habitación…
Con un jadeo emocionado Momotarou lo jaló de la mano y se adentraron en la casa a la habitación del chico, que era como Sousuke la había imaginado: con cosas de bichos por todos lados. Aunque no tuvo mucha oportunidad de mirar en realidad ya que Momotarou no se detuvo hasta que llegaron a la cama.
—Uhm, pareces ansioso —pero el menor no se dejó avergonzar.
—Pues claro, han sido meses sin nada de nada.
La respuesta le calentó el pecho.
—Entonces hagamos de todo ¿cuánto tiempo tenemos?
—Mis padres volverán como a las once, así que como tres horas.
—Perfecto…
Volvieron a besarse y poco a poco la ropa de ambos fue desapareciendo, Momotarou soltó un gritito cuando sintió la dureza de Sousuke pegándosele así que dejó de besuquearlo para mirar bien.
Sousuke era el chico mejor dotado de Samezuka actualmente y de sólo verlo empezó a salivar. El mayor sonrió con suficiencia al ver su expresión.
—¿También lo extrañaste? —Momotarou no tuvo pena en asentir, sí que lo había extrañado— Entonces dale la bienvenida como se debe.
El menor tragó duro pero se puso de rodillas entre las piernas de Sousuke, que se sentó en la cama, y tomó el impresionante miembro con una mano empezando a repartirle lamidas y besos.
—Uhm sí, muy bien… —Sousuke lo alentaba y acariciaba sus cabellos.
Después de un rato así Momotarou abrió grande la boca y se tragó todo lo que pudo. Sousuke gruñó gustosamente.
—Momo… extrañaba tu boquita…
Con una mueca que pretendía ser una sonrisa el joven empezó a mover la cabeza, chupando y usando la lengua tanto como podía, es cierto que no hacía esto hacía meses pero no había perdido el toque y poco a poco la habitación se llenó de sonidos de succión y los gemidos de Sousuke.
—Momo… voy a venirme —avisó y el chico forzó aquella cosa hasta su garganta, hasta que su nariz quedó pegada al vientre de Sousuke y podía sentir los testículos en su barbilla.
Sousuke podía sentir como su pene abría la garganta de Momotarou y con eso llegó al orgasmo, mirando los ojos bizcos del joven y oyéndolo gemir.
Ninguna gota se desperdició, todó cayó directo por la garganta hasta el estómago. Momotarou se alejó dejando que el miembro se deslizara fuera de su boca, jadeando con la lengua colgándole.
—Lo hiciste muy bien Momo —con un rápido movimiento prácticamente lo cargó y lo sentó en su regazo, podía ver como el joven tenía su propia erección pero no tenían prisas, se dedicó a besarlo mientras recuperaba fuerzas para llenar el otro agujero.