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Sucio e inmoral (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Era viernes, así que la ciudad estaba llena de oficinistas que iban a beber y gente que disfrutaba de una tarde de compras. Normalmente, verificaba si Yoichi le seguía el paso, y si iba muy atrás, entonces esperaba de pie hasta que llegaba a su lado. Esta vez, Jungo caminaba sin preocuparse por la existencia de Yoichi. Lo protegió frente a Kudo, pero al parecer todavía estaba bastante enojado con él. 

"Cuñado... No, Jungo-san..."

Fue abandonado por Jungo. 

Temiendo que ya no quisiera verlo nunca más, Yoichi aprovechó el impulso de una ola de gente y corrió hasta toparse con su brazo. Jungo finalmente se detuvo. Sin embargo, no se hizo cargo de Yoichi sino que volteó para otra dirección y cuando tomó el taxi que venía en el carril contrario, solo ordenó en voz baja:

"Sube". 

No sabía a dónde iban, así que solo se acomodó silenciosamente en el asiento trasero. Jungo, que había entrado por la puerta de al lado, le dijo al conductor que el destino era un hotel extranjero ubicado en Ginza. Luego miró al frente y cerró la boca otra vez. Yoichi comenzó a sentirlo terriblemente lejos a pesar de que estaba al alcance de sus dedos si extendía la mano.

Llegaron al hotel sin conversar.

El portero se despidió, el taxi se detuvo en la puerta principal, y Jungo se dirigió directamente a la recepción sin decir absolutamente nada. Cuando tomó la llave de tarjeta, rechazó la guía del personal del hotel e instó silenciosamente a Yoichi a subir al ascensor a su lado. Jungo finalmente se dignó a hablar después de llegar a la habitación de invitados, en el piso 12. 

"¿Por qué no me dijiste?"

Jungo, quien puso un pie en la habitación antes que él, miró al hombre que lo venía siguiendo como si fuera un cachorrito. Sus ojos eran más pronunciados que su tono así que Yoichi solo respiró con fuerza. La habitación era tipo "junior suite", con un juego de sofás, minibar y una sala de estar que tenía un rincón para las conferencias. Incluso pareció que la parte de atrás era un dormitorio inmenso separado por una pared. Tenía un ambiente elegante, con muebles a base de marfil y armarios de color marrón oscuro. Desde la ventana, podía ver la vista nocturna de Ginza, pero Yoichi no podía permitirse dar la vuelta para disfrutarlo. Con solo pensar que Jungo estaba enojado, su cabeza pareció dejar de funcionar.

No respondió.

Jungo respiró con cansancio, insertando su dedo índice en el nudo de su corbata para comenzar a aflojarla. Hizo un mizuwari en el minibar y se sentó en el sofá para una persona que estaba precisamente junto a la ventana. En otras ocasiones le hubiera hecho uno para él también, pero hoy ni siquiera preguntó. Dijo:

"Escuché el nombre de Kudo salir de tu boca en el camino de regreso de visitar la tumba. Pensé que podría ser una coincidencia porque es un nombre común, pero le pregunté a una de mis compañías de investigación por si acaso."

Jungo murmuró esto con una voz bastante fría: Kudo lo había amenazado en el pasado utilizando como base su relación tan cercana con Rika.

"Me preocupaba que te pusieras a actuar tan extraño así que incluso empecé a preguntarme si mi papá había hecho algo contigo sin que me enterara... Pero ese no pareció ser el caso. Si yo te encontrara, te castigaría. No serías tan estúpido como para romper tu promesa conmigo."

Recordando el feroz castigo que recibió de Jungo la última vez, Yoichi comenzó a sentir la manera en la que sus mejillas se calentaban. Lamentó haberle dado un sentimiento tan doloroso con el que lidiar.

"Siempre pareces ser obediente, pero no dices nada importante. Fue frustrante sentirme así. ¿Por qué no hablaste?"

"Yo..."

En realidad, cada vez que Yoichi revelaba su cuerpo para él, se veía privado de la razón y su autoestima y se entregaba por completo a él. Si había un secreto que no podía contarle a Jungo, era que en realidad le gustaba mucho. Estaba enamorado de él. Después de darse cuenta de sus sentimientos, abrazó a su cuñado. No para expiar el crimen que causó la muerte de Rika, sino por amor. Ya no era una expiación si no deseo puro. Por eso no podía confesar que había sido amenazado por Kudo y además, no quería que Keisuke y Jungo supieran que Rika había estado saliendo con un hombre como Kudo. Keisuke se sorprendería por la mala conducta de su amada hija, y Jungo podría llegar a pensar que ya no tenía caso estar con él. Sin embargo, al parecer... Ya sabía que Rika estaba saliendo con Kudo. ¿Fue después de haber sido amenazado por Kudo o antes de eso? Quizá, la razón por la que le recomendó a Yoichi que se casara con Rika fue para que rompiera con Kudo. Aun así, no se sintió incómodo ni siquiera trás pensarlo. Era feliz si Rika lo elegía porque eso no quitaba que Keisuke y Jungo fueran su familia. 

"Si estabas siendo amenazado por Kudo con decirnos que tú no querías casarte con ella, deberías haberle dicho que ya me lo habías contado ¿Por qué dejaste que te intimidara?"

Jungo habló mientras mantenía sus ojos en la vista nocturna, sin siquiera mirar a Yoichi ni una sola vez. En menos de una semana, Jungo pidió a una empresa privada que investigara la malversación de Kudo así que no había duda de que estaba MUY molesto por esto.

"Lamento tanto que..."

"Disculparse no es suficiente. Dime la razón por la que actuaste así."

La ira de Jungo se transmitió por su voz, haciendo que de inmediato se arrepintiera de haber hecho algo tan estúpido. 

"... No quería que supieras que había sido amenazado por Kudo".

"Eso no debería ser conmigo". Luego miró a Yoichi con una mirada congelada. "Crees que mataste a Rika, ya me lo dijiste a mi pero no a mí padre. Por eso tenías miedo de que se enterara. Estabas asustado de ser odiado por él."

"..."

Sí, era cierto. Estaba muy asustado. Si ese suegro amable y benévolo conocía sus errores, lo odiaría. Haría que se separa de su familia y también sería expulsado. Más que eso, tenía miedo de que su relación con Jungo terminara rápidamente. Como no podía convertirse en su cuñado, si perdía el propósito de su expiación también perdería su conexión con él. Sin embargo, Yoichi no podía responder a la pregunta de Jungo o tan siquiera decir que tenía miedo de perderlo. Si descubría que había llegado a tener sentimientos por él, se enojaría y lo dejaría. Jungo lo tocaba para expiar el crimen que causó la muerte de Rika después de todo. Kudo dijo que Yoichi no era el responsable, pero probablemente fue debido al calor del momento.

Jungo de repente frunció el ceño. Mirando hacia atrás en la vista nocturna, cambió de tema y habló sobre Rika:

"Sabía que estaba saliendo con Kudo. Mi padre también. Entendí que no era el tipo de mujer que yo pensaba y por eso te pedí que te quedaras con ella. Te atrapé para convertirte en mi hermano en ley. ¿Pero no decidiste casarte con Rika por un propósito egoísta también?"

Mientras miraba el perfil de Jungo, Yoichi sintió que los latidos de su corazón se aceleraban. ¿Descubrió la verdadera razón por la que decidió casarse con Rika? 

"Creo que es porque perdiste a tu padre antes de tiempo, así que por eso eres vulnerable a las personas que te muestran un lado paterno. Por otra parte, has sido criado por una madre educada y disciplinada y sus valores seguramente te hicieron sentir estresado. Debiste haber reprimido tu verdadero yo todo el tiempo."

Su verdadero yo.

Había un miedo profundo al ver como se revelaban los secretos que habían sido empujados en lo más profundo de su corazón. Quería decirle que se detuviera, pero su garganta se cerró y ya no pudo decir nada. 

"No puedes amar a una mujer, porque existe el miedo a la maternidad que se traga con avidez a la otra persona en nombre del amor y lo controla".

"..."

Siendo fácilmente leído, tomó un pequeño respiro. Era justo como había dicho Jungo. Había un miedo instintivo más que una aversión a las mujeres. Casarse y tener una familia era un valor que su madre había impreso en él pero no era la esperanza de Yoichi. Fue un profesor de secundaria del quien se enamoró por primera vez. Era un buen hombre. Pudo haber visto la sombra de su padre sobre él, quien estaba a cargo de la ciencia, y tuvo puntos adicionales al ver que también era asesor del departamento astronómico que tanto amaba Yoichi. Sin embargo, en ese momento no se dio cuenta de que era su primer amor. Pensó que solo lo estaba añorando como sustituto de su padre. Pero después de eso, descubrió que le gustaban todos los profesores y los aprendices de la escuela intensiva, pero se dijo a si mismo que esto era más casual que un sentimiento romántico y comenzó a intentar reprimir la sensación de sentirse atraído por las personas de su mismo sexo. Lo mismo había ocurrido con Jungo. No pensó que fuera un sentimiento romántico, solo algo que se guiaba en su admiración y respeto.

Hasta que tomó su cuerpo como parte de la expiación.

Porque quería ser decente, cuando era estudiante de secundaria, una chica de su clase se le confesó y de hecho salió con ella. Sin embargo, no pudo ir más allá de los besos. Nunca había tenido ningún deseo. Quizá no podía amar a las mujeres. Era un poco consciente de que podría sentirse atraído solo por personas del mismo sexo pero, frente a su madre, que respetaba las normas sociales y tenía una estricta idea moral, nunca diría una palabra sucia como homosexualidad. Entonces, frente a alguien así pareció no tengo más remedio que reprimirse. Saber que su hijo solo podía tener sentimientos románticos con alguien del mismo sexo podía ser indignante.

Por eso, cuando murió su madre, hubo una sensación de liberación impresionante dentro de él. Como si se hubiera quitado un peso de encima Por otro lado, pareció no poder salir de la jaula en la que estaba metido incluso después de ya no tenerla más.

"Fue fácil domesticarte. Me aceptaste porque estaba actuando como un hombre mayor comprensivo y cariñoso. Te pusiste muy lindo. Tu mirada me seguía donde quiera que estuviera. Como si fueras un perro obediente".

Jungo sonrió. La verdad era que desde hace mucho tiempo, Jungo fue el centro del mundo de Yoichi. No sabía que era un sentimiento romántico, pero estaba feliz de que a Jungo le importara y estaba deprimido solo por escuchar los rumores de que estaba saliendo con alguien más. 

"Yoichi".

Le ordenaron que fuera hasta allí, así que lo hizo.

"¡Hmm…!"

Pero de repente lo agarró y tiró de su muñeca en su dirección. Fue tan fuerte, que casi se cayó por completo en el pecho de Jungo. Cuando levantó la cara, observó sus ojos:

"¿Te gusto?"

La pregunta la hizo en un tono confiado. Era como estarlo confirmando ¿Cuándo lo supo? Jungo, tenía una excelente visión así que quizá incluso había detectado las emociones que no conocía. 

"Por eso decidiste casarte con Rika ¿No es verdad? No dijiste que Kudo te amenazó porque tenías miedo de romper el contrato. Necesitabas una indulgencia de expiación para ser abrazado por mí. Es decir, de no ser por la expiación, nunca habrías pensado que te acostarías con el hermano de tu prometida. Menos cuando pareces estar tan atado por la ética y la moral plantadas por tu madre."

De nuevo hubo silencio. La verdadera razón para intentar casarse con Rika, el modo en que obedeció la amenaza de Kudo, todo fue para seguir con Jungo. 

"¿Me equivoco?"

Yoichi bajó los ojos y negó un poco con la cabeza. No había nada como eso. Incluso las emociones que el propio Yoichi solo notó recientemente, se vieron con claridad ahora.

"Pero cuando te miro, a veces pienso que pudo haber sido mi propia imaginación." La mano de Jungo, sujetando su muñeca, estaba llena de poder. "Tal vez te guste mi padre más que yo."


Jungo se mostró seriamente escéptico de sus sentimientos y celoso por su padre.

"Eso es..."

"¿Puedes decir que no?"

Fue interrumpido en el camino así que Yoichi se tragó sus palabras. Keisuke era un "padre" que brindaba la calidez y el alivio de una familia, y era increíblemente diferente a Jungo. No sabía si tenía los mismos sentimientos románticos por él y... Era verdad ¿Los sentimientos que tenía por Keisuke eran solo de respeto, anhelo y admiración por su suegro? El día que salió a comer con Keisuke, el dulce calorcito que sintió en el taxi, tal vez si era un sentimiento diferente al anhelo de la paternidad perdida. ¿Podía decir que nunca había imaginado que los brazos de Keisuke lo abrazaban o que él era quien le hacía el amor? Si Keisuke le ordenara expiar sus pecados de la misma manera que Jungo, ¿Podría negarse? Cuanto más lo pensaba, menos entendía. Era difícil comprender que sentimientos tenía, probablemente porque no había reconocido su orientación sexual hasta ahora. Lo único que entendía bien era que quería ser una familia con Keisuke y Jungo. Había un codicioso deseo de ser protegido y amado por los dos.

"¿Te gusta mi padre?"

"..."

Era casi afirmativo no negarlo. Jungo tiró de su brazo con fuerza y esta vez realmente cayó sobre su pecho. Luego, su barbilla quedó atrapada por sus manos y sus labios se bloquearon al recibir sus dientes. No podía hacer ninguna voz, ni siquiera aunque quisiera decir que fue un malentendido. 

"Ummm."

Sus labios se abrieron con fuerza, y la lengua que lo penetró comenzó a devorarlo con el impulso de quitar incluso su respiración. Ya fueran celos o ira, pareció un beso bastante violento. Algo que no había hecho antes. La saliva goteó del borde de sus labios, su boca fue completamente invadida y la base de su lengua fue atrapada y succionada con tanta fuerza que casi se hinchó hasta el centro mismo de su cabeza. Para Jungo, Yoichi era una salida para sus deseos, como un juguete que podía tratar a su gusto... Pero eso no significaba que su piel no pudiera zumbar de alegría por él. El beso se soltó con la misma brusquedad que cuando comenzó y Jungo, que se levantó del sofá, entonces lo agarró del brazo y lo llevó casi arrastrando con él.

Fue al baño, no el dormitorio. Y los azulejos blancos de ese lugar comenzaron a verse muy deslumbrantes. 

"Hmm ..."

Yoichi se horrorizó cuando miró su aparición en el espejo de la pared. Sus Mejillas estaban rojas, sus ojos humedecidos. Era insoportable ver algo tan lujurioso y saber que se lo estaba mostrando por completo a él. 

"Desnúdate."

Yoichi se puso duro al pensar que sería tratado sin piedad de nuevo. Pero mientras dudaba, Jungo se quitó la corbata y se desabotonó el traje también.

"¿Qué estás esperando?"

Le ordenó nuevamente a Yoichi, así que se quitó la ropa, temblando de ansiedad y vergüenza. 


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