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Sucio e inmoral (Traducción finalizada) por yuniwalker

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No pudo ver las estrellas esta noche. Es decir, debería poder apreciar las constelaciones otoñales como Pegaso y Andrómeda, pero solamente había nubes en el cielo. Ni siquiera logró encontrar la Estrella del Norte así que Yoichi caminó por la calle, desde la estación de trenes, con la sensación de estar honestamente perdido.

Cuando llegó a casa y encendió las luces, apareció una habitación vacía. Ya habían pasado aproximadamente tres años después de la muerte de su madre así que en realidad ya se había acostumbrado a vivir solo. Hoy en día se sentía más cómodo con la soledad y sin embargo, esta noche fue atacado por una sensación indescriptible que le hizo pensar que incluso el silencio era pesado.

Era costumbre suya ponerse a rezar frente a los restos de sus padres antes de ir a trabajar por la mañana y cuando llegaba a casa por la noche, pero hoy ni siquiera tenía fuerzas para ir a la sala. Tal vez Jungo se había rendido con él. Tras hablar con Yamano antes, no pudo evitar pensar que las cosas había terminado entre los dos. Después de todo, fue Jungo quien miró a través del fondo del corazón de Yoichi para revelar sus secretos. Tal vez no quería que su padre supiera que Yoichi había matado a Rika y estaba harto de su estupidez tras la amenaza de Kudo. ¿Por qué tenía la ilusión de que había una conexión con él? ¿Por qué pensó que podía ser más que solo un castigo? Sin embargo, recientemente, el sentimiento de culpa hacia Rika había comenzado a desvanecerse debido a la relación con Jungo. Incluso, hasta su corazón había sanado...

Pero Jungo podía tirarlo todo con chasquear.

Ahora que estaba en una habitación tranquila, la posibilidad finalmente vino a su corazón y lo atacó con la verdad: No deseaba que lo tiraran a la basura. No soportaba la idea de perder a Jungo. No tenía ese derecho, pero no quería que de pronto solo... Se alejara de él. Aferrándose de inmediato a Jungo, sintió la necesidad de buscarlo. Sintió que incluso podría postrarse y suplicar perdón o suplicar que continuara con su expiación. Si Jungo lo tocaba, podría ser para castigar sus pecados o sus deseos e incluso podía decir que era solo una represalia por matar a su hermana. Ya no importaba nada de eso.
Hasta ahora, estaba atrapado en su sentido común y en las ideas morales que le había inculcado su madre así que no podía admitir que se había enamorado de alguien de su mismo sexo. Para ser tan "bueno" como quería su mamá, había reprimido los sentimientos de amor que tenía por los hombres y se apartó de la existencia del deseo.

Si Jungo no le hubiera pedido que expiara sus pecados, no habría notado sus sentimientos por él. En ese sentido, se podía decir que Jungo era un benefactor que había liberado a Yoichi de la jaula en la que estaba atrapado. No podía volver a lo que solía ser y la verdad era que no deseaba hacerlo. En Yoichi estaba viviendo una bestia lasciva que era motivada por los deseos de ser amado por los hombres y que temblaba con la alegría del sexo. Eso es lo que le reveló la existencia entera de su cuñado y como evidencia, incluso el intercambio del otro día, que fue un castigo, le trajo un placer aterrador que no podía olvidar ni siquiera al intentarlo. Hasta podía decirse que con solo recordar ese momento, un fuego agradable iluminaba el centro de su cuerpo y lo hacía sentir mejor.

El lugar que le había afeitado ahora tenía vello que creció disparejo hasta verse terriblemente feo. Pensó en arreglarlo él mismo para hacer que se viera más ordenado, pero creyó que seguramente Jungo se enojaría. Sin embargo, tal vez Jungo ya no iba a volver a estar a su lado para empezar.

Cuando su pecho se apretó de dolor, escuchó el sonido del teléfono móvil vibrando en el bolsillo de un traje que ya había comenzado a quitarse ¿Quizá era Jungo? Jungo era la única persona que le vino a la cabeza en eso momento así que incluso los latidos de su corazón parecieron volverse más rápidos mientras se regañaba a si mismo por las elevadas expectativas que surgían de su encuentro, incluso cuando había pensado que sería mejor darse por vencido.

Debido a su prisa, tocó el ícono sin mirar el nombre de la persona:

"Hola, Yoichi-kun."

La voz que escuchó no era la de Jungo. 

"... Suegro".

Al escuchar la voz de Keisuke, llena de compasión y preocupación, la decepción y la alegría se mezclaron por completo dentro de él. Estaba decepcionado de que no fuera Jungo, pero estaba feliz de que Keisuke lo hubiese llamado justo ahora. Estaba sintiendo como si una pequeña luz brillara entre su miedo. No había hablado con su suegro desde el fin de semana pasado, cuando fue a visitar la tumba de Rika.

"¿Cómo estás? No te he visto recientemente, así que me pregunté por lo que estarías haciendo y antes de darme cuenta, te llamé."

"Sí. Lamento no haberme comunicado."

Nada había cambiado con él. Keisuke seguramente no sabría sobre Kudo porque Jungo no lo había dicho.

"Has estado ocupado últimamente. ¿Verdad? Escuché eso de Jungo. Traté de invitarte a comer con nosotros, pero me dijo que debería parar con eso porque tenías demasiados pendientes."

Jungo, como a Yamano, le dijo a Keisuke que Yoichi no podía reunirse con ellos porque estaba muy ocupado. La actitud de Jungo de tratar de evitarlo, incluso mintiendo, le hizo sentir que la sangre en su cuerpo estaba congelándose. Y es que ¿Qué significaba eso? ¿Lo odiaban tanto que no quería ver su rostro? 

"Lamento eso. En realidad no estoy tan ocupado, pero me alegra que Jungo se preocupe por mi."

Mientras estaba fingiendo no estar terriblemente enojado, el hecho de que lo mantenía alejado continuó perforando su pecho hasta que realmente se volvió difícil de aguantar.

"Yoichi es serio y cuidadoso, por lo que de seguro te enfocas demasiado en las cosas. Eso es bueno porque a la larga, los demás no solo confiaran en ti por la manera en la que hablabas, sino por la forma en que resolvías problemas de tu propia mano. Eres un humano excelente y tu trabajo es digno de confianza. Te felicito."

" ... Gracias."

Tuvo que tener cuidado de no hacer temblar su voz. ¡Keisuke lo había felicitado! Y era extraño que mientras se sentía desesperado, unas palabras tan cálidas como esas pudieran golpear su corazón hasta sacarlo de su trance.

"¿Por qué no vienes a verme mañana? Jungo no está porque se fue a un viaje de negocios, así que no lo dudes."

Keisuke lo había invitado con una actitud muy natural, pero Yoichi dudó en responder. A Yoichi se le había ordenado no encontrarse con Keisuke sin permiso. Tal vez, debería informarle a Jungo para obtener su aprobación o simplemente rechazarlo. Pero a Jungo tal vez no le iba a importar si salía con Keisuke o incluso lo que fuera que hiciera sin él. Si Jungo estaba ausente en un viaje de negocios, no había necesidad de preocuparse por eso porque, a menos que Yoichi lo dijera, no sabría que había ido a visitar su casa.

"Entiendo, fue repentino ¿Verdad? Es viernes así que de seguro tienes otros planes."

Desafortunadamente, Keisuke pareció haber notado una señal de rechazo en su actitud amortiguada. Era extraño negarse porque en realidad no tenía algo que hacer ahora y era muy malo mintiendo como para poner una excusa.

"Está bien, solo pensaba si no era muy molesto para mi suegro".

"¿Molesto? Estaré solo y sería feliz si pudieras venir conmigo a hacerme compañía."

La voz vivaz de Keisuke regresó, y su pecho comenzó a doler terriblemente en consecuencia. Podía ser una traición contra Jungo, sin embargo, sintió que no podía rechazarlo más. No solo eso, también estaba en él la alegría de estar a su lado por un momento. 

"Yo..."

"Estoy pensando en hacer algo que te guste, pero ¿Que sería bueno?"

"No puedo pensar en una comida que quiera..." Apartó la mirada e ignoró el dolor. ¡Estaba feliz solo porque Keisuke le dijo que haría algo que le gustara! Además, se sintió agradecido desde el fondo de su corazón por ser tratado como si fuera parte importante de él. "Todo lo que hace mi suegro, es delicioso."

"Yo sé que solamente lo dices para no romper mi espíritu, Yoichi-kun. Voy a tener que hacer mi mejor esfuerzo."

"Oh, eso no es lo que quise decir..."

Cuando lo dijo tan apresuradamente, Keisuke se rió y comenzó a decir que lo sabía. Su voz se sintió más amorosa de lo habitual así que, inevitablemente, se emocionó.

"Creo que ya lo sabes, pero lo diré de nuevo." Dijo Keisuke después de decidir la hora de su cita: "Está bien trabajar duro, pero no te arrastres demasiado. No exageres y cuida de ti mismo."

Yoichi sintió que estaba soñando y finalmente, tras unas cuentas despedidas cortas, miró el teléfono oscurecido y suspiró:

"¿Qué tengo que hacer?"

Las palpitaciones, que se volvieron más rápidas, no desaparecieron fácilmente. Era muy desaconsejable tratar de seguir a Keisuke solo porque podría haber sido cortado por Jungo y como ni siquiera había confesado sus pecados con él, casi se sintió como estarlo engañando. Después de todo, no sabía si era un sentimiento romántico o un amor familiar por su suegro. Más aún porque los sentimientos por Jungo no habían desaparecido para nada. Tal vez solo deseaba escapar de la ansiedad de que Jungo lo hubiese abandonado. Y sí, la situación no cambiaría cuando fuera con él, al contrario, podría empeorar. 

Aunque estaba lamentándose por su debilidad, el dulce barítono de Keisuke no abandonó los oídos de Yoichi por toda la noche.


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