"… Es asombroso."
Al día siguiente, Yoichi, quien visitó a la familia Takanashi por primera vez en mucho tiempo, miró los distintos platos alineados en la mesa del comedor. Había ensalada de salmón ahumado y calabacín, saurio marinado, jamón rollitos de pera, berenjena a la plancha y tomate con queso. El plato principal era un estofado de ternera que Keisuke había guisado desde anoche.
"Hoy terminé mi trabajo un poco antes, así que traté de hacer varias cosas. Sin embargo, como siempre, son platillos simples".
Keisuke pareció sentirse tímido ante el elogio que Yoichi filtró involuntariamente de su boca. No importaba lo amable que fuera ni lo íntimos que se sintieran, seguramente le habría llevado mucho tiempo hacer una cantidad tan grande de platillos. Además, no todo pareció ser tan simple como dijo Keisuke.
"¿No es exagerado?"
"Nada es exagerado cuando se trata de comida. Aunque tengo que admitir que le pregunté a algunos de los trabajadores si había un plato recomendado para el otoño que fuera fácil de hacer."
Sin embargo, Keisuke se rió y reveló que algunos de los elementos del menú fueron enseñados por sus subordinados, que eran buenos en la cocina y en los quehaceres del hogar. Luego, se quitó su delantal favorito y le pidió que se sentara. Al parecer incluso tuvo tiempo de cambiarse de ropa cuando llegó a casa, por lo que llevaba una camisa negra y pantalones de algodón.
"Todo se ve delicioso, estoy deseando tanto probarlo."
"Jajaja, puede que solo lo parezca."
El corcho de una champaña fue sacado fácilmente, y luego Keisuke se encargó de vertirla en las copas de cada uno. Era una marca que también le gustaba mucho a Rika, por lo que pensó que tal vez hasta estaba reservado para ella.
Habían pasado aproximadamente dos meses desde que Rika murió, pero su existencia seguía viva aquí y allá en la familia Takanashi. Incluso si miraba un poco a su alrededor, podía decir que sabía que ella había comprado los marcos de las fotos del aparador y los objetos y los jarrones de vidrio veneciano que estaban en la mesa. Escuchó que fue ella quien eligió las cortinas y el tapiz del sofá. Y en una casa donde permanecía el signo de Rika, pareció un poco difícil enfrentarse a su suegro como antes. También era un hecho que había una especie de "alegría distorsionada" cuando sentía que esto era como traicionar a Jungo a pesar de que él estuviera enojado desde hace un tiempo.
"Deberías venir más a menudo."
"Lo haré."
El vaso de Keisuke y el vaso de Jungo se tocaron para hacer un brindis. Unieron sus manos para rezar y luego Yoichi comenzó con el rollo de jamón de pera que había sido recomendado por Keisuke.
"El jamón prosciutto va bien con las peras. Aunque no puedo decir si es el sabor correcto porque es la primera vez que lo hago."
El dulzor suave, peculiar de las peras, y el ligero sabor salado del jamón prosciutto, era más delicioso que la combinación de jamón y melón que era tan popular en Japón.
"Es sorprendente que se pueda cocinar algo salado con frutas."
"También hice una pasta de hígado e higos ¿Por qué no la pruebas?"
Era una fruta que no le gustaba en absoluto. Sin embargo, no podía negarse a una recomendación tan específica de Keisuke por lo que tomó una decisión: La tomó, la untó en una barra de pan y le dio un mordisco.
"… Ah, está delicioso."
Realmente era fácil de comer porque tenía un sabor a vino único que quedaba muy bien combinado con el suave olircito de los higos. Todo estaba en armonía entre si, así que no tuvo ninguna sensación desagradable en su boca.
"Me alegro. Conseguí un hígado de pollo fresco, creo que eso ayudó a mezclar todo".
"¿No es difícil hacer pasta?"
"Si tienes ayuda de un experto, puedes hacerlo fácilmente. En la oficina también pregunté por la manera de preparar correctamente el hígado."
Keisuke dijo que raspó la grasa del hígado y que luego lo limpió con agua salada. Yoichi temía que se esforzara tanto en preparar la comida solamente por él.
"Lo siento, siempre estás haciendo un montón de cosas por mí."
"Vale la pena esforzarse por una comida para ti, Yoichi-kun. Mi objetivo inmediato es devolverte tu peso original."
Todos los demás platos estuvieron deliciosos. En particular, el estofado de ternera era tan excelente que pensó que Keisuke debió especializarse solamente en eso. Es decir, era comparable con el estofado de ternera en los mejores restaurantes del mundo. Keisuke no solo tenía buen gusto, sino que también tenía muy, muy buena mano al cocinar. Gracias a la formación de su madre, Yoichi también podía hacer todo tipo de cosas, pero solo porque reconocía que cocinar era una habilidad de las tareas del hogar necesaria para la vida diaria, lo cual era una gran diferencia. Él en realidad no era muy exigente con la comida.
Aunque habían estado juntos en cenas de la empresa, era la primera vez en mucho tiempo que rodeaba la mesa del comedor de Keisuke en privado. Con el paso de los días, sin contacto con Jungo, había perdido el apetito tan significativamente que no había comido nada decente ni para cenar. Incluso le había estado preocupando no poder comer mucho hoy. Pero gracias al delicado cuidado de Keisuke y los abundantes temas de conversación que siempre sacaba de la manga, la comida continuó de un modo tranquilo. En un momento, incluso se olvidó de Jungo.
"Por favor déjame limpiar."
Después de comer, le dijo a Keisuke que él se haría cargo. Se levantó, lavó a Jenni las ollas y vasos que no cabían en el lavavajillas e incluso pasó un trapo por la estufa. Era doloroso hacerlo cocinar y tener un festín sin regresarle nada.
"¿Qué te parece si tomamos esto como el postre?"
Después de limpiar, Keisuke lo invitó a beber un poco más y a comer algo dulce. Yoichi había traído chocolate belga porque sorprendentemente, tanto a Keisuke como a Jungo les gustaban mucho los dulces. Incluso Keisuke solía decir todo el tiempo que le encantaba el sabor de esas cajas, por lo que no fue difícil al momento de elegir el regalo.
"¿Quieres que te prepare una bebida?"
Después de responder que sí, se dio cuenta de que el whisky favorito de Jungo fue seleccionado del aparador. Al parecer, si veía esa botella, era inevitable que las noches con el hombre pasaran por su mente. Esa noche cuando confesó sus pecados, cuando abrió su cuerpo, cuando firmó el contrato de expiación y todas las otras veces también.
La mano de Keisuke haciendo mizuwari era muy similar a la de Jungo así que Yoichi no pudo evitar estar molesto por eso. Además, era el mismo sabor y también el mismo aroma, algo que estaba profundamente ligado a su cuñado y a sus propios sentimientos.
"Aquí tienes."
"Gracias".
Entregó el mizuwari y luego Keisuke se sentó al lado del sofá. La distancia con Keisuke estaba considerablemente más reducida que cuando estaban uno frente al otro en la mesa, y tenía que confesar que estaba sintiéndose muy emocionado por eso. El sentimiento de un dulce enamoramiento era una emoción que podía considerarse demasiado ridícula para ser dirigida a su suegro. También, podía tacharse de extraño.
"¿Sabes? Hace mucho tiempo, Rika me suplicó que intentara hacer un pastel, pero cometí un gran error con la masa. Luego lo intenté varias veces, pero me rendí porque no se veía como esperaba."
"¿En serio? Pensé que mi suegro podía hacer cualquier cosa?"
"Tengo algunas fortalezas y debilidades."
Keisuke inclinó el vaso mientras le contaba sobre la infancia de Jungo y Rika y los recientes acontecimientos familiares. En realidad, él era de los que decían muchas cosas. Y las curiosas historias de Keisuke resultaron ser un buen estímulo para Yoichi, quien tendía a estrechar sus horizontes debido al trabajo tan pesado que llevaba.
Ya había bebido champán durante la comida, así que pensó que debía mantenerlo moderado esta vez para no embriagarse... Pero la historia de Keisuke era interesante y la combinación de whisky y chocolate era tan exquisita que vacío el vaso en un segundo. No podía negarse porque después de todo, ya era fin de semana.
"Me pregunto si te peleaste con Jungo."
Cuando le entregó la segunda taza y le habló sobre eso, casi se le cayó el vaso. Hasta ahora, Keisuke no había mencionado su relación con Jungo ni una vez, por lo que estaba completamente desprevenido.
"¿Pensaste que no me había dado cuenta? Vamos, sé sobre la relación entre Jungo y tú y sé que desde que Rika murió, tú fuiste amenazado por Kudo-kun."
"..."
La relación con Jungo era conocida. Por supuesto, estaba sorprendido de que supiera también que Kudo lo había amenazado. Todo este tiempo, él tenía conocimiento del pecado de Yoichi. Su corazón se congeló y hasta se sintió como si no pudiera respirar bien. Para Keisuke, Yoichi debió parecer descarado porque traicionó su amabilidad, confianza, mató a su hija e incluso tuvo una relación con su hijo. Pensó que tenía que disculparse, pero no pudo hacer una voz y en su lugar, solo miró a su lado, moviendo el cuello torpemente como una máquina que se había quedado sin aceite. Keisuke tenía una sonrisa suave en su rostro y también la misma expresión que antes. Y al recibir la mirada de Yoichi, que era una mezcla de asombro y miedo, simplemente se echó a reír.
"No tienes que ponerte así..."
En un abrir y cerrar de ojos, Keisuke, que redujo la distancia, agarró su barbilla y puso sus labios encima de los suyos para darle un beso. Por supuesto que no supo qué pasó por un momento. ¿Por qué Keisuke estaba haciendo eso? ¿Lo quería? ¿O pretendía hacerlo expiar de la misma manera que Jungo? Mientras estaba confundido, dejó que siguiera devorando sus labios y trazando el contorno con la punta de su lengua. Estaba completamente sorprendido por el toque tan fresco así que su rostro estaba fijo y ni siquiera pareció capaz de pestañear.
"Oh..."
La voz que salió ante el impresionante golpe de calor, fue sellada por los labios del hombre. La lengua buscó por toda su boca e incluso cada vez que le pinchaba la mandíbula superior o las encías, le provocaba sacudir su cuerpo y reaccionar como si fuera un pedazo de gelatina entre sus manos.
"Ah..."
Antes de darse cuenta, el dedo que sostenía su barbilla se separó, pero igual pareció no poder apartar la cara de él. Después de todo, tanto Keisuke como Jungo eran terriblemente hábiles para besar. Su suegro sabía a malta pura y a chocolate y mientras lo devoraba, el centro de su cabeza comenzó a derretirse hasta que dejó de pensar en sus intenciones o en hacer lo que le había pedido Jungo para no hacerlo enojar. Había tratado de resistirse al principio, pero su cuerpo no era lo suficientemente fuerte y gradualmente comenzó a perderse en él. No era como si pudiera confundirse con Keisuke y Jungo porque eran mis diferentes y sin embargo, la sensación y la calidez de los brazos que lo habían sujetado eran muy parecidos. Daba justo en el clavo de las emociones de Yoichi y despertaba en él el deseo por amar.
Ahora que tenía ansiedad de que Jungo lo tuviera abandonado, quería aferrarse al consuelo tan fino de Keisuke.
"Hmm..."
Los labios del hombre se arrastraron desde la barbilla hasta su nuca, mezclándose con la saliva que había goteado del borde de sus labios hasta hacer un sonido aterrador. Su piel se estremeció de placer y una voz dulce y húmeda se filtró para decirle:
"Eres increíblemente hermoso..."
Luego, sus dedos comenzaron a recorrer la base de su estómago para poder bajar....
"Voy a amarte mucho hoy."
"Espera, detente..."
La cremallera se abrió...
Yoichi sabía que el lugar que había sido afeitado por Jungo estaba terriblemente feo y sin embargo, no pudo resistir a sus toques porque era imposible competir con su físico y su fuerza. Además, todo su cuerpo pareció estar marchito por el bendito beso.
"No seas tímido. No voy a hacer que te duela."
"Detente, por favor. No mires ..."
Le quitó el cinturón y comenzó a bajar lentamente los pantalones y la ropa interior de Yoichi.
Se deslizó hacia abajo...
Incluso si se alejaba de su rostro, podía sentir la señal de que Keisuke estaba mirando. ¡Era vergonzoso! Quería morirse. La situación era justo como se la había imaginado así que Yoichi sufrió una intensa vergüenza y arrepentimiento. Es decir, lo soñó, pero no esperaba que se hiciera realidad.
"No pasa nada. ¿Quién te hizo esto?"
El vello a medio crecer fue acariciado hasta el punto en que todo su cuerpo se sorprendió. Aunque avergonzado de contestar, el deseo expuesto a la mirada de Keisuke se volvió aún más difícil:
"Mi cuñado ..."
Pero no respondió que fue por tomar la amenaza de Kudo sin consultar con él.
"Es común para Jungo. Él hace eso para demostrar que le perteneces".
"Ah..."
Keisuke sonrió como si no pudiera evitarlo y envolvió el tallo de su pene utilizando sus enormes dedos.
Su querido suegro, era fantástico haciendo eso. Solo sentir la temperatura corporal de Keisuke le hizo sentir como si pudiera morir.
"No... No es correcto."
No quería cometer un error con Jungo siguiendo a Keisuke. Intentó deshacerse de la mano de su suegro, pero él lo agarró de la muñeca derecha y lo dejó atrapado entre el sofá. Keisuke era tan bueno como su hijo en descubrir la conciencia de Yoichi y sin embargo, el sentido de inmoralidad lo invitaba tanto a ponerse duro que pensaba honestamente que estaba en problemas.
"¿Es por Jungo? Pero si no funcionan las cosas entre los dos, no deberías sentirte así de mal".
"No... Um, de verdad, no..."
No era conveniente ser tocado cuando lo deseaba tanto. Con solo frotar una parte de él, comenzó a crecer la sensación de que ya estaba goteando.
"¿O estás fingiendo que no te agrado para tentarme? Eres un chico malo, Yoichi-kun."
La parte posterior de su cuerpo se puso increíblemente caliente. Como un reflejo, incluso el lugar más oculto de su ano comenzó a apretar con la esperanza de que fuera invadida por ese hombre. ¿Qué tenía que hacer para pelear contra esto? No tenía ni idea.
Dejando de lado un corazón que estaba terriblemente confundido, era un hecho que su cuerpo deseaba a Keisuke y que se había puesto en celo gracias a él. Era una carne que había madurado porque Jungo le enseñó el amor sexual. Y ahora estaba en abstinencia.
"Incluso si dices que no, ya hay algo pegajoso saliendo de tu verga. Mira, mira como estás resbalando de mis dedos."
"Ah, ah, no..."
Keisuke frotó sus dos dedos, que limpiaron su semen, frente a Yoichi, y comenzó a hacer un sonido obsceno mientras dibujaba hilos con él:
"¿Te sentiste así cuando Jungo te afeitó? ¿Te da vergüenza estar de esta manera frente a mi incluso cuando me deseas tanto? Eres como un niño..."
"Ah, lo siento. Lo siento..."
Y mientras jadeaba, volvió a mojar los dedos en su semen hasta provocar un sonido desagradable que solo pareció incrementar en intensidad.
Su suegro lo manipulaba suavemente hacia arriba y hacia abajo y le frotaba también en las bolas. El pene que tenía completamente erguido derramó semen y comenzó a retorcerse con dolor como si ya quisiera reventarse. Y luego, un deseo, como un bulto de calor, se precipitó y empujó sus caderas hacia arriba al ritmo de sus manos. Sin embargo, antes de que pudiera satisfacerse, Keisuke apretó la raíz con un anillo de dedos y bloqueó la inyección.
"¿Qué pasa, cariño?"
La voz de Keisuke era tan dulce que pareció fundirse en su cerebro.
"Oh, ya ¿Quieres correrte?"
"Ah, sí..."
La punta de su pene, donde tenía que brotar el semen, fue apretado por las yemas de sus dedos. El dolor de la impaciencia y la alegría de ser tratado así, había logrado que todo se mezclara hasta hacer que su cabeza se paralizara completamente.
"Si quieres correrte, suplica. Dime exactamente lo mismo que le dices a Jung
Eran palabras que no podía decir fácilmente frente a él.
"... Por favor, por favor." El semen comenzó a gotear de los genitales que estaban a punto de estallar. "Déjame venirme como la puta que soy."
"¿Qué?"
"Déjame venirme... Ah, como la puta que soy."
Pero cuando las palabras enseñadas por Jungo fueron devueltas a su suegro, la puerta de la sala se abrió sin previo aviso.
"¿Qué estás haciendo, papá?"
Yoichi miró a Jungo mientras entraba a la sala de estar. ¿No se había ido de viaje de negocios? Quizá porque estaba absorto jugando con Keisuke, no pudo escuchar el sonido de la puerta principal abriéndose o sus pasos caminando por el pasillo.