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Sucio e inmoral (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Quería pensar que era un mal sueño.

La mente de Yoichi estaba trastornada por la molestia de que Jungo tuviera que presenciar la escena de la traición y el autodesprecio de si mismo al ser barrido por el placer así de fácil.

"¿Qué? ¿Ya volviste?"

Keisuke estaba tranquilo, como si hubiera predicho la aparición de Jungo en la casa. Él conocía la relación entre su hijo y Yoichi y aunque había sido participe en una escena de "infidelidad", pareció divertirse en lugar de sentirse culpable o increíblemente incómodo. 

"Es natural que lo hiciera porque me enviaste un correo electrónico."

Respondió Jungo en un tono frío. Respiró hondo, como para deshacerse de su enojo, y empujó el puente de sus lentes hacia arriba. Aparentemente, Jungo regresó por un correo electrónico de parte de Keisuke. Cuando le preguntó con la mirada, el hombre sonrió para tranquilizar a Yoichi. 

"Le envié un correo electrónico diciendo que te había invitado a comer."

"Eso no es todo. Utilizaste las palabras adecuadas para provocarme."

Jungo lo miró, con unos ojos terriblemente enojados. Keisuke le contestó con una gran sonrisa.

"Tenía que mostrarte lo malvado que eres al dejar desprotegido a un niño tan bueno como él..."

"Umm...."

Keisuke lo besó en la oreja hasta hacerlo jadear un poco. La mirada de Jungo, mirándole, se volvió aún más aguda. 

"Yoichi". Lo llamó con una voz fuerte, como un latigazo. Se acercó al sofá y quitó el brazo de Keisuke, que lo seguía sosteniendo por el hombro. "¿Qué estás haciendo? Te dije que no te encontraras con mi padre sin mi permiso".

"... Lo siento". 

Las palabras de Jungo, que denunciaban la traición, le atravesaron el pecho profundamente.

"Debido a que rompiste tu promesa, supongo que significa que eliges a mi padre antes que a mí."

"Eso no es…"

Miró a Jungo y negó con la cabeza. No había elegido a Keisuke antes que a él pero, aún así, no podía negar que estaba infinitamente atraído por su suegro. Jungo entrecerró los ojos como si hubiera visto a través de los sentimientos de Yoichi. 

"Estoy decepcionado de ti, Yoichi. No me comuniqué contigo por solo dos semanas y ¿Qué haces? Vas y me cambias por mi papá."

La garganta de Yoichi hizo un ruido terrible cuando tragó saliva. Su piel estaba agitada por el miedo y el frente de sus ojos se había vuelto nublado. 

"En este caso, de ahora en adelante..."

"¡No me dejes!"

Tenía miedo de escuchar esas palabras decisivas, así que se levantó. Se arrojó a los pies de Jungo y lo tomó de los talones. Sus piernas rígidas, apenas envueltas en sus pantalones, temblaban tanto como para transmitir toda su tensión. 

"Lo siento, lo siento ¡No me dejes!"

Jungo no dijo nada. Yoichi puso más fuerza en los brazos que se aferraban a él y repitió "lo siento."

"Por favor, perdóname... Haré cualquier cosa".

Pero tal vez no fuera perdonado esta vez. Y eso, para Yoichi, significaba la pérdida de su mundo. Más aterrador que morir. 

"Está bien, Jungo." Keisuke, quien estaba observando en silencio a Yoichi, abrió la boca y dijo: "Solo estaba tratando de interactuar con Yoichi-kun como su suegro. ¿Qué es lo malo en eso?"

"Bueno, escuché palabras que no parecían apropiadas para la interacción entre un hombre y su suegro."

A pesar de que Jungo se lo enseñó, no debió haber dicho esa palabra frente a él. Ahora se estaba sintiendo avergonzado y muy arrepentido. 

"Quítate la ropa y enséñame dónde te tocó mi padre."

Jungo dio una orden despiadada con una voz fría. Estaba preocupado por la existencia de Keisuke en la misma habitación, pero no pudo evitar obedecer para disipar su ira. Cuando miró a su suegro, él negó con la cabeza y se volvió hacia el otro lado como para darle el espacio que tanto estaba buscando para actuar. Entonces Yoichi finalmente se quitó la camisa, agradeciendo a Keisuke por fingir no verlo. Intentó sacudirse el miedo y comenzó a bajarse los pantalones que se había aflojado con el cinturón y la ropa interior. 

"No te ves más avergonzado que cuando te afeité. Es terrible. No esperaba que le mostraras a mi padre una figura tan fea".

"... Lo siento. Lo siento."

Y eso simplemente enfureció más a Jungo. Su corazón pareció estar desgarrado por la ansiedad de ser abandonado pero, cuando miro sus ojos, descubrió lo excitado que estaba en realidad. Además, estaba enojado porque seguía amando a Yoichi, incluso si su orgullo estaba herido. Que aceptara la invitación de Keisuke pudo haber sido debido a que quería ser castigado por Jungo. Así como confesó sus pecados y deseó someterse a la expiación, tal vez ahora deseaba exponerse a su ira para que no tuviera más opción que regresar por él.

"Ah."

Jungo lo agarró del hombro y lo empujó sobre la alfombra. Se paró entre sus piernas, que se abrieron involuntariamente para él, y volvió a preguntar: 

"Enséñame donde te tocó ¿Es este el único lugar?"

"Yo..."

Jungo pisó la base de ambas piernas con sus pantuflas. No fue tan fuerte, pero provocó que no pudiera moverse por el impacto. 

"¿Yoichi?"

Jungo habló con un tono perturbador en su voz y después, muy suavemente, comenzó a aplicar fuerza a sus dedos de los pies hasta subirlos y presionarlos contra sus genitales.

Asfixiado con el miedo a ser herido, una sensación extraña comenzó a surgir dentro de Yoichi. Ser consciente de que estaba expuesto mientras lo pisoteaba, provocaba que su cuerpo se calentara aún más. Era como un perro o un gato que estaba feliz de ser acariciado.

"Hmm."

Murmuró Jungo en un tono complacido, y se alejó de inmediato de los genitales de Yoichi para tomar otra posición. Aunque se sintió aliviado de ya no sentir dolor, también había una parte dentro de él que esperaba ser humillado y maltratado así que estaba confundido por los sentimientos pervertidos que solamente aumentaban muy dentro de él.

"Ponte de rodillas y abre las piernas".

Luego, Jungo le acomodó las manos detrás de la espalda y le levantó las caderas en una postura que pareció ser horriblemente incomoda. Aunque fingió no verlo antes, Keisuke también estaba en la misma habitación y sí, tenía la cabeza apuntando para su lado.

"¿Papá te tocó aquí?"

"… No."

Sus nalgas temblaron como si las hubieran masajeado directamente. 

"Si es así, ¿Por qué te ves de esa manera? ¿Es porque te tocó o porque lo deseabas?"

"... No sé"

Si Jungo no hubiera aparecido, podría haber ido al punto en que llegaría a permitir ser penetrado por Keisuke. No podía negarlo, así que trató de escapar diciendo que no entendía la pregunta. Jungo no podía perdonarlo.

"Que maleducado."

"Oh, lo siento, lo siento…"

Su pie apretó su espalda. Dijo "Tengo que castigarte."

"Tienes que hacerlo con más cuidado, Jungo. Además, no lo había tocado todavía."

"Todavía".

Jungo resopló. Además de eso, pareció estar dudoso sobre si las palabras de Keisuke eran ciertas o no.

"Creo que te estás divirtiendo mucho con esto."

"Creo que es tu culpa. No importa la razón, hiciste sentir mal al pobre Yoichi-kun."

Keisuke se volvió en su dirección para lanzarle una mirada molesta. Jungo lo pensó por un momento y después chasqueó la lengua. 

"De todos modos, tengo que disciplinarlo". Y murmurando con una voz que reprimió sus emociones a la perfección, se agachó y recogió la barbilla de Yoichi con los dedos "¿Sabes cómo pedirme perdón?"

Sus labios fueron acariciados con el pulgar así que de inmediato entendió la acción que le estaba pidiendo.
Yoichi asintió, arrastrándose sobre el suelo hasta acercarse a Jungo, que se había sentado en el sofá de un solo asiento que estaba más cerca de la puerta. Seguramente su imagen era completamente lamentable a los ojos de Keisuke. Sin embargo, no se atrevió a intentar deshacerse de su mirada cubriéndose o huyendo del lugar. Después de todo, Jungo le dio la oportunidad de disculparse.

Arrodillándose entre las piernas de su cuñado, comenzó a bajarle el pantalón y la ropa interior. Envolvió con ambas manos su pene y besó con reverencia justo en su punta. El olor y el calor de Jungo, que no había sentido en mucho tiempo, eran tan buenos que sacó la lengua para comenzar a comprobar su forma. 

"Hmm..."

Con la intención de disculparse, arrastró cuidadosamente su lengua, la puso en la base para chuparlo y luego lo metió a profundidad dentro de su boca. Lo dejó descansando en la membrana mucosa de su mejilla y luego lo sirvió con todas las técnicas que se le vinieron a la mente. Sus venas se hicieron más fuertes debido al eco de los latidos de su corazón. Y tenía que decir que le alegraba demasiado que Jungo sintiera sus caricias con tanta claridad. La fuerza con la que tocaba sus sensibles membranas mucosas le hizo sentir como si le golpeara el centro mismo de su cuerpo. 

"Mira como mueve las caderas. Es igual a una perra". 

Parece que estaba sacudiendo sus caderas con la esperanza de ser perforado por el fuerte pene de Jungo.

Cuando miró hacia arriba, solo un poco, descubrió que los ojos de su cuñado estaban sobre él. Y tan pronto como reconoció el color del desprecio, lo atravesó también una dulce sensación de excitación que hizo agitar su columna vertebral como si fuera un pescado. Sintió adormecido el cerebro debido al intenso deseo sexual e inmediatamente después pareció comenzar a tragar la creciente "bola" que estaba creciendo en la parte posterior de su garganta. No importaba si la saliva se derramaba por el borde de sus labios o si la cabeza se le movía hacia adelante y hacia atrás mientras sostenía a Jungo. Sus emociones eran más intensas que todo eso.

"..."

Luego, sintió que alguien le estaba acariciando el trasero. Mirando detrás de él, notó que Keisuke pareció estar aburrido de ser un simple espectador. 

"No hagas nada raro, papá"

"Pero Yoichi lo quiere. Sería terrible dejar que un niño que quiere sentirse amado se quede con las ganas".

Jungo negó con la cabeza. Sin embargo, era evidente que no tenía la intención de rechazar a su padre por la fuerza.

Keisuke agarró la cintura de Yoichi y comenzó a acariciarlo, quizá porque había leído el entendimiento implícito de la actitud de su hijo. 

"Hmm..."

Mientras chupaba el pene de Jungo, Keisuke empujó a Yoichi para abrirlo. Los pliegues, que estaban calientes, comenzaron a repasarse con un dedo mojado y después, pareció como si el aroma del whisky comenzara a surgir de la nada. Cuando se preguntó que estaba pasando y miró hacia atrás otra vez, notó que Keisuke estaba sumergiendo sus dedos en un vaso de alcohol antes de metérselos a él. En realidad, eran muy similares a los de Jungo tanto en longitud como en forma y el ano, que había estado hambriento de estímulos durante mucho tiempo, se tragó con gusto la mano de su suegro hasta que los suaves pliegues comenzaron a pedir por más. Una fiebre entumecedora se extendió por todo su cuerpo, haciendo que incluso sus pulmones de hincharan.

"Wow, dentro de Yoichi-kun es muy suave. Pero está apretando."

"Um..."

La membrana mucosa de Yoichi apretó el dedo que ya estaba hundido hasta la raíz. Aunque era su cuerpo, no podía hacer nada por su hambre.

"Yoichi, aquí mi amor".

Jungo le tocó las mejillas para que se concentrara así que paulatinamente recuperó la conciencia que se le había ido rumbo a la caricia de Keisuke. El hombre, que estaba enojado por esto, empujó sus caderas hacia arriba en una estocada que se sintió bastante brutal dentro de su boca. Es decir, fue un movimiento que hizo que su cavidad doliera y que las lágrimas se desbordaran por el dolor de presionar su garganta. Sin embargo, podía sentir fuertemente que estaba sirviendo al placer de Jungo, y eso hizo que incluso el sufrimiento condujera al placer.

"Hmm..."

Durante ese tiempo, las caricias de Keisuke continuaron. El whisky que había untado con sus dedos fue absorbido por su cuerpo hasta hacerlo sentir intoxicado, las debilidades de su interior fueron exprimidas y una voz sorda se escapó de una boca que estaba intentado mantener cerrada. El tallo de su verga, que se balanceaba entre ambas piernas, desbordó su semen. Y cuando eso lo sorprendió, Jungo lo agarró del cabello y de repente lo arrancó de su pubis. 

"¡Ah!"

El semen cayó sobre su flequillo y rostro, haciendo que Yoichi también se corriera mientras temblaba con la alegría de ser profanado por su cuñado. Por supuesto, el trasero que sostenía el dedo de Keisuke tampoco dejaba de rebotar. No pudo hacer una voz por un rato e incluso se cayó sobre la alfombra de la sala mientras exhalaba un fuerte suspiro. La cintura sostenida por su suegro comenzó a balancearse en el resplandor de un clímax. 

"Tiene un ajuste tremendo".Murmuró Keisuke, como si estuviera impresionado. Apretó los suaves pliegues que estaba tratando de estimular y finalmente sacó su dedo. "No puedo creer que se pusiera así solo dándote una mamada."

"Es el resultado de la disciplina."

La voz de Jungo, respondiendo a Keisuke, era de alguna manera orgullosa.

Y mientras estaba escuchando la conversación entre estas dos personas, lo agarraron por la barbilla y lo sacudieron por la espalda otra vez.


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