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Sucio e inmoral (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Decidió quedarse con la familia Takanashi esa noche. 

Sin embargo, incluso después de que Keisuke, quien dijo que tenía que irse temprano porque había un programa de televisión en la mañana, le mostró su habitación, pasó un rato considerable hablando con Jungo en la sala de estar. Conversaron sobre sus recuerdos de los días en que eran universitarios, de historias de colegas en corporaciones de auditoría, consejos laborales y de vez en cuando, todo se convirtió en un tema sobre Rika. Aunque por supuesto que Jungo fingió no tomarle mucha importancia para evitar una atmósfera pesada o terriblemente triste ¿Y estaba bien que le tuviera tanta consideración para empezar? No lo creía.

Se bañó y se acostó en la cama de la habitación de invitados del segundo piso, pero no pudo dormir. Para ser claros, no lo había hecho correctamente desde que Rika murió y cuando parecía estarlo consiguiendo... Resultaba que comenzaba a tener tantas pesadillas que terminaba levantándose de un salto. Rika solía salir en sus sueño más de una vez y decirle: "Es tu culpa que yo muriera".  Y por supuesto, darse la vuelta para intentar pensar en algo más no parecía ser precisamente una idea maestra.

Había pasado aproximadamente una hora desde que se fue a la cama, pero ni siquiera sintió que hubiera descansado una sola vez. Incluso si cerraba los ojos para dormir aunque fuera por un momento, la conversación con Rika el último día en que la vio y los eventos del funeral y de sus amigos reprochando, corrían por su cabeza hasta volverlo realmente duro. ¿Por qué ese hombre dijo tal cosa? ¿Cuánto sabía? El rostro del tipo ya estaba borroso, pero su voz y sus ojos enojados estaban muy claros. Si supiera sobre su interacción del último día con Rika, sería seguro que le informaría a Keisuke y a Jungo en cualquier momento así que sería mejor confesarse en lugar de ser manchado por la boca de alguien más.

Pero mientras pensaba sobre esto, no pudo dormir.

Keisuke seguramente ya estaría bien dormido y no podía escuchar ningún ruido proveniente de la habitación de Jungo porque estaba considerablemente más apartado que los demás.

Yoichi se levantó de la cama para dirigirse al baño. Cuando se lavó las manos y miró por la ventana, la luna era tan grande que sintió curiosidad y abrió suavemente la ventana francesa que conducía a la terraza. Afuera soplaba una brisa refrescante y el calor del día parecía evaporarse como si nunca hubiese existido para empezar. Había pequeñas estrellas brillando justo encima de su cabeza así que recordó que, cuando era niño, su padre lo había llevado al planetario para enseñarle las constelaciones y los mitos relacionados con ellas. Era uno de los pocos recuerdos que tenía con su padre porque murió antes de que pudiera asimilarlo. Pero era algo feliz.
Ahora, aunque solía ser un niño lo suficientemente interesado en la galaxia como para recordar los nombres de las constelaciones y tener su propio libro de imágenes sobre el cielo, ni siquiera había mirado un anochecer desde hace muchísimo más tiempo del que le hubiera gustado admitir. 

"¿No puedes dormir?"

Debido a que estaba pensando en otra cosa, no pudo notar los pasos de Jungo acercándose a él. Cuando se dio la vuelta, su cuñado, en ropa de dormir, estaba de pie con los brazos completamente cruzados contra el pecho. La pijama que le había pedido prestada era grande, pero se notaba que era perfecta para su cuerpo. 

"Lo siento. ¿Te desperté?"

"No. Todavía estaba despierto."

Tenía miedo de haberle despertado, pero Jungo negó con la cabeza de inmediato y le dijo que todo estaba bien. Debido a que se había lavado el cabello, la figura de sus pequeños pelitos bajando por su cara le daba una impresión salvaje que le hacía lucir mucho mejor de lo que lo hacía cuando se arreglaba para ir a la oficina.

"Si no puedes dormir, ¿Quieres venir a mi habitación a tomar un trago?"

"¿Está bien a esta hora…?"

Yoichi vaciló porque era una molestia que Jungo lo siguiera cuidado tanto incluso tan tarde. 

"Tengo trabajo que terminar, así que beber me ayuda a concentrarme. Ven".

Y lo instó, colocando la mano sobre su hombro.

Jungo no lo había forzado, pero sabía muy bien como hacer que Yoichi aceptara cualquier cosa que le pidiera. En realidad, podía decir que nunca se había negado ante él en todo el tiempo que tenía de conocerlo.

La habitación de Jungo, que tenía unos 10 tatamis, estaba llena de una atmósfera tranquila gracias a las paredes pintadas en azul oscuro. La selección de muebles era de un diseño sencillo y algunos electrodomésticos acomodados en las esquinas enfatizaban la parte racional que había en él.

"Vamos, ponte cómodo."

Le señaló un sofá y sacó el whisky escocés de malta Highlands que a Jungo le encantaba beber los fines de semana. Por supuesto, pareció que Yoichi no tuvo ninguna objeción al respecto. Tenía un pequeño refrigerador instalado en el centro y siempre había hielo y agua mineral disponibles para él. Jungo hizo un mizuwari para Yoichi y en las rocas para si mismo con un movimiento de la mano bastante bien organizado.

"Gracias".

Jungo se sentó junto al sofá y le tendió la bebida como si fuera algo natural para él. El hielo del interior hizo un ruido claro y tan pronto como colocó los labios en el vaso, un aroma único se elevó suavemente hasta hacerle cosquillas en la punta de la nariz. Como el whisky se había envejecido en barriles de jerez, tenía un aroma dulce y hermoso pero muy fuerte. Incluso podía decir que se sentía como si este aroma y Jungo estuvieran completamente conectados.

Inclinó el vaso otra vez, mientras era consciente de la existencia de Jungo todavía a su derecha y sí, tenía que admitir que le gustaba este tipo de tiempo que pasaba a su lado. Algo cómodo, sin conversación. ¿Cuándo dejó de temerle al silencio de Jungo? Cuando lo conoció por primera vez, estaba nervioso. Lo había visto en un círculo para la preparación del examen de contador certificado al que ingresó después de entrar a la universidad. Era del tipo que trataba a todos de manera justa y que además, hablaba de todo lo que pensara con la mente bien clara. Tenía una apariencia pulcra que era un tanto intimidante, pero era muy, muy gentil cuando llegabas a conocerlo mejor. Jungo era el representante del círculo, era muy popular y estaba rodeado de una gran cantidad de seguidores en esa época. Pero aunque el círculo y la facultad estaban en el mismo lado, seguía siendo imposible que alguien como él se acercara a un simple alumno de primer grado. En ese momento, Yoichi simplemente decidió apartar la mirada que lo anhelaba tanto y darse la vuelta mientras pensaba en lo injusto que era que existieran tantas personas bendecidas en el mundo. Y debido a que el único punto de contacto con Jungo era el círculo, si no hubiera tomado un curso avanzado, habría terminado como uno de los juniors y pasado sin pena ni gloria.

Intentaba ser un contador certificado así que asistió a la famosa "Semana Dorada" un mes después de ingresar a la universidad. Sin embargo, tuvo un resfriado el día de su participación y de repente empeoró durante las horas de las conferencias más importantes. Pensaba que si dejaba el centro de convenciones en un estado tan deprimente solo sería una molestia así que, cuando dormía en la habitación del hotel que pertenecía a la facultad, Jungo lo visitó por la noche y le preguntó:

"¿Te resfriaste? ¿Estás bien?"

Y tal vez había sido por un sentido de responsabilidad como representante del círculo, pero igual le había sorprendido que el hombre se colara en su recamara cuando estaba tan ocupado. No recordaba lo que había respondido porque tenía fiebre, pero si recordaba que Jungo lo había cuidado de una forma bastante gentil. Colocó un paño mojado en su frente y preparó algo que fuera apetecible, como helado, gelatina y muchas frutas. Fue Jungo quien lo llevó al hospital más cercano al día siguiente y también fue él quien lo mandó a casa. Como era un estudiante universitario y todavía no tenía amigos en el círculo, sintió una bondad que nunca había imaginado poder recibir alguna vez. Especialmente, porque Jungo era una especie de deidad para todos.

Después del incidente en el centro de convenciones, Jungo comenzó a llamar a Yoichi todo el tiempo. Y cuando comenzaron las vacaciones de verano, fue completamente reconocido como el "favorito del mayor de los Takanashi". Es más, hasta sus compañeros de clase lo fastidiaban y las mujeres comenzaban a burlarse de él: "Hanamura-kun tiene una apariencia hermosa, así que lo está aprovechando para conseguir favores". Pero a él no le importaba en absoluto. Además, también fue por esta época que lo invitó a su casa y fue gracias a él que conoció a Rika.

Jungo era tan reservado que trazaba una línea definida con los demás. Saber que solo un número limitado de personas podían ingresar a un espacio privado como su hogar, le hacía muy feliz.

Yoichi eligió ser contador certificado debido a la influencia de Jungo y Keisuke. Después de todo, el aliento de Jungo y la historia del trabajo que escuchaba de su padre en cada comida, fueron los factores decisivos para elegir un curso definitivo en su vida diaria. Gracias a ellos pudo superar el riguroso estudio para los exámenes de ingreso y después de eso, incluso ya que Jungo se había graduado de la universidad, fue debido a su amabilidad que la relación continuó hasta el presente.

Decidió casarse con Rika porque sintió que era un proceso natural. Había estado con ella desde que era una estudiante de preparatoria pero comenzaron a salir con un enfoque más formal hace solamente dos años. Jungo y Keisuke les habían dicho que sería una unión bendecida así que el propio Yoichi, que tenía el sentido del deber de tener una familia, comenzó a creerlo.

De verdad deseaba un lugar al que pertenecer.

Su madre era maestra de secundaria y, sobre todo, fue una mujer que valoraba mucho el sentido de la unión. Le estaba agradecido eternamente por criarlo siendo solamente ella, pero sería una mentira decir que la había pasado bien. Incluso si pasara en el décimo lugar en la prueba regular, si aprobara para la universidad que tenía como su primera opción o si conseguía a la novia más bonita de la tierra, el cariño de su madre siempre fue muy pequeño. Por esa razón, tenía envidia de la familia Takanashi, que tenía un ambiente cálido y un estilo libre que respetaba los espacios de cada quien. Pensaba en lo mucho que deseaba poder convertirse en miembro de esta casa y en lo mucho que quería un hermano mayor como Jungo y un padre como Keisuke. 

Pero debido a que pensó en algo tan codicioso, cometió un error irreparable. 

"Parece que te sientes mal."

Jungo abrió la boca de repente y notó que Yoichi se estaba entregando a sus pensamientos sin siquiera darse cuenta de que lo hacía. Jungo lo miraba seriamente:

"Rika se ha convertido en ese tipo de cosas que son difíciles de hablar, y creo que no es de extrañar que estés deprimido por ella. Pero cuando te miro, no creo que sea lo único. Si tienes algún problema, ¿Podrías hablar conmigo?"

"Cuñado..."

Estaba agradecido por los sentimientos de preocupación de Jungo, y también lo lamentaba. ¿No era una buena oportunidad para confiarle la conversación que había tenido con Rika antes de morir? No podía engañar a Jungo diciéndole una mentira improvisada. Además, se lo tenía que contar algún día. Era difícil ser odiado por Jungo, pero era más difícil seguir sintiéndose culpable de ahora en adelante. Aunque hubo algunas dudas y vacilaciones, en lugar de confesarle a Jungo y Keisuke a la vez, estaba un poco más cómodo de esta manera. Apretó su mano en su muslo y abrió la boca:

"Es mi culpa que Rika muriera."

"¿Qué quieres decir? Era Rika quien conducía el auto, no tú."

Jungo trató de mantener la calma, pero miró a Yoichi con una expresión bastante sospechosa:

"Estuve con Rika-san antes de que pensara en irse a Karuizawa ese día... Hablamos sobre el futuro".

Pero se detuvo. Si revelaba la verdad, podía ser maldecido por él. Su corazón estaba a punto de encogerse.

"Como sabes, estuve hablando con Rika sobre tener una boda a principios del próximo año. Pero, le dije que no".

Jungo colocó el vaso en la mesa.

"¿Eso significa que querías romper tu compromiso?"

"¡No...!"

Ni siquiera quería dejar su matrimonio. Sin embargo, deseaba más tiempo para pensar en ello.

"No estaba seguro de poder hacerla feliz. Puedo manejar mi trabajo a la perfección y sin embargo, todavía soy inmaduro como ser humano. Quería un poco de tiempo".

Mientras elegía las palabras adecuadas para explicarle a Jungo, se culpó en su corazón por ser así. Estaba realmente preocupado. ¿De verdad iba a casarse con Rika? Se dio cuenta de que la razón por la que decidió casarse era demasiado impura. 

"Parece ser que eras serio."

Pero la reacción de Jungo fue completamente diferente de lo que Yoichi esperaba. En lugar de ser maldecido, le devolvió una suave sonrisa amarga

"Hanamura-kun, todavía tienes veintiséis... Y tal vez ella tenía prisa. Lo que pasó es mi responsabilidad y la responsabilidad de mi padre. Especialmente, entiendo que tienes una personalidad cautelosa y seria. Tenías derecho a no querer y nosotros los forzamos."

"No es culpa de ustedes."

Jungo intentó asumir la responsabilidad en lugar de seguir dándole todo a Yoichi. Pero él negó con un tono fuerte: "Me comprometí con Rika, no porque mis superiores me apuraran, sino porque quería casarme con ella".

Pero la razón por la que deseaba casarse con Rika era un error.

"Pero hoy en día... La verdad es que tengo miedo de tener una familia. Me pregunto si podré casarme. Esa historia enfureció a Rika. Me preguntaba si era porque le daba vergüenza estar con ella y dijo que no podía posponer nada porque ya le había contado a sus amigos sobre la ceremonia. Que sería en primavera."

Rika manipuló a Yoichi en un tono feroz, diciendo que era una tonta por tratar de casarse con un hombre tan aburrido como él. Ella dijo... "Querías casarte conmigo porque tengo un hermano mayor y un padre y tú no. Si te casas conmigo, puedes formar una familia con ellos. Yoichi quiere a esas dos personas, no a mí". Y ahora que lo pensaba, se preguntaba por qué no lo había negado. Debería haber dicho que decidió casarse porque le gustaba Rika aunque fuera una mentira. Y mientras Yoichi no podía decir nada, Rika, que tenía mal genio, gritó diciendo: "Eres un hombre sin moral" y salió. Parece que condujo su coche a Karuizawa porque allí había una villa que era propiedad de la familia Takanashi. Nunca pensó que Rika iría sola a Karuizawa de noche. Estaba oscuro, llovía y la calzada estaba en mal estado. Además, la policía descubrió que Rika iba muy rápido. Incapaz de doblar la curva cerca de la villa, su auto chocó contra una barandilla y quedó destrozado. Conducía violentamente porque la enfurecía al proclamar el aplazamiento de su matrimonio.

"Si no hubiera dicho que quería posponer mi matrimonio, es posible que Rika no hubiera muerto. Yo maté a Rika ..."

Tenía miedo de comprobar la reacción de Jungo, así que siguió mirando hacia abajo: 

"Cometí un error irreparable. No creo que sea suficiente pedir disculpas. Lo siento... Realmente lo siento."

Jungo se quedó en silencio.

El silencio se extendió pesadamente sobre su cabeza profundamente agachada.

"No sé cómo compensarlo, pero... Si hay algo que pueda hacer, haré cualquier cosa. Haré lo que quieras por ti, incluso morir".

Después de todo ¿No era la única forma de compensar la responsabilidad? Desde que murió, las emociones que se habían acumulado en su pecho de repente se desbordaron. Si Jungo decía que muriera para que con eso hicieran las paces, estaba bien morir. No, sería mejor si lo matara. Traicionar la confianza de Jungo y Keisuke, quienes los trataron como una familia, era aterrador. No podrían volver a la relación íntima y cálida que tenían antes.

"... Es ridículo" .

¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Fueron unas pocas decenas de segundos o unos minutos? Jungo murmuró con una voz muy fría en el momento en que Yoichi tampoco pareció poder soportar el pesado silencio. 

"Morir es una autosatisfacción unilateral por parte del perpetrador. Rika no va a regresar cuando lo hagas".

"..."

Como decía Jungo, quería sentirse cómodo mientras decía que expiaría sus pecados. Quería escapar de la culpa y reducir la carga en su mente, aunque solo fuera un poco. Y debido a que estaba pensando solo en su satisfacción, se enfrentó a la tristeza y el resentimiento de Jungo, que perdió a su hermana. A Jungo le robaron a su amada hermanita sin previo aviso y seguro el dolor y la tristeza eran inconmensurables. Rika no habría pensado que moriría a la altura de las flores que disfrutaba en vida o que lo haría sola. Rika nunca se molestó en decir algo malo de él y nunca fue malvada hasta que la lastimó. Cuando cometía un error en el trabajo y estaba deprimido, ella decía que había pensado demasiado y lo animaba a vivir más cómodamente. Si Rika estuviera viva, se habría casado y formado una familia pero, esa oportunidad se había perdido para siempre.

Ella había desaparecido de su vida.

"Lo siento ..."

Desde que escuchó el obituario de Rika, el bulto que había bloqueado la parte posterior de su pecho se derritió y se desbordó en lágrimas. Cayo sobre unas rodillas que se alinearon en el piso y dijo: 

"Lo siento."

"Si amaba a mi hermana. Mi padre también. Creo que lo hacíamos tanto que se volvió una niña ridículamente egoísta y consentida".

Como Jungo y Keisuke amaban a Rika, era natural que creciera sintiéndose tan inalcanzable como ellos la pintaban. Él lo sabía bien porque había vivido juntos.

"Si quieres hacer las paces... Bueno, yo te mostraré como puedes hacerlo". 

Tal vez iba a golpearlo.

Cerró los ojos de inmediato, pero la conmoción no llegó como esperaba y, en cambio, algo suave tocó sus labios segundos después... No sabía lo que estaba pasando y cuando finalmente abrió los ojos, se encontró con que el rostro de Jungo era lo único que tenía de frente.

¿Y ese era un beso? 

¿Por qué su cuñado lo estaba...?

Los suspiros que golpeaban sus mejillas y el calor que tocaban sus labios, pertenecían completamente a Jungo. Sin embargo, incluso si lo miraba, no podía entender por qué lo estaba besando así. ¿Qué significaba eso? Jungo, quien soltó sus labios, le sonrió a Yoichi, quien estaba asombrado. 

"Cierra los ojos."

Cuando Yoichi, quien tenía el hábito de seguir a Jungo en cada pequeña cosa, cerró los ojos por reflejo, sus labios cayeron de nuevo contra él.

Al contrario de su expresión fría de siempre, los labios de Jungo estaban muy calientes. Intentó apartar la cara, pero su dedo, que sostenía su barbilla, lo presionó de nuevo y lo mantuvo en su lugar.

"Um..."

Sus labios fueron acariciados con el pulgar para pedirle que abriera la boca y cuando dudó en si hacerlo o no, sacó su lengua y la deslizó completamente hacia adentro...

El hombre tenía un ligero sabor y aroma a malta.

Era algo completamente diferente a los besos con Rika o con otras chicas, casi parecido a la primera vez de un niño. Fue un beso hábil que supo encontrar la sensualidad en un segundo. 

"... Hmm."

Su lengua fue succionada con tanta fuerza que la base se le adormeció y el interior de su cabeza se volvió poco a poco caliente y muy borroso. Lo golpeó la desafortunada sensación de que no sabía si estaba subiendo o bajando y se aferró a la ancha espalda de Jungo igual a si temiera que fuera a caer. En el momento en que tragó la saliva y entrelazó la lengua con la suya en respuesta al hombre, incluso el centro de su cuerpo comenzó a calentarse hasta hacer erupción.

"... Ah".

Una voz lamentable se derramó de la boca de Yoichi hasta llegar a la de Jungo.

"Jungo..."

"Llámame "cuñado". Hacer esto conmigo mientras recuerdas que soy el hermano de tu prometida, es la expiación que voy a darte." 

Los pensamientos de Yoichi habían dejado de moverse por completo.


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