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Nunca juzgues a un libro por su portada, por su cubierta... o por su sobrecubierta por lady_chibineko

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Título: Nunca juzgues a un libro por su portada, por su cubierta... o por su sobrecubierta

Autor: Lady chibineko
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)

Disclaimer: Los diversos personajes del MCU (Marvel Cinematic Universe) pertenecen a Marvel, Disney y sus respectivos creadores, productores, directores y demás involucrados en este amplio universo.

Advertencia: Este es un fic slash, lo que quiere decir relación chico-chico; si no es de su agrado este tipo de lectura por favor no sigan.

Nota: Este fic participa en el evento 'SamBucky Halloween 2021 Bingo' auspiciado por THE SAMBUCKY LIBRARY en tumblr, con el prompt: Cemeteries (Cementerios) (Tarjeta 2, espacio medio derecho).

~.~.~.~.~.~

Wong observó con desazón los cuerpos sin vida de los 2 monjes que habían sido encargados para cuidar al niño, y luego volteó la cabeza para mirar a Strange, quien tenía una expresión que estaba seguro igualaba a la suya.

- No es reciente.- murmuró el hombre son seguridad- Nos llevan por lo menos un par de horas de ventaja.- Wong miró el reloj en una de las paredes de la habitación donde estaban, eran casi las 7 de la noche- Y son apenas unas horas las que tenemos antes de la media noche.

Strange volteó la cabeza para mirar ahora a Wong, quien continuó hablando.

- Según los últimos reportes, tienen un maldito ejercito de mercenarios trabajando para ellos, y estoy seguro que esos mercenarios son la razón de esto.- Wong gruñó mientras señalaba los dos cuerpos sin vida- ¡Necesitaremos un ejército propio para recuperarlo! ¡Y no hay tiempo de conseguir uno, ni recursos! ¡¿Qué vamos a hacer ahora?!

Stephen Strange miró unos segundos más a Wong, luego volteó la vista hacia sus hermanos caídos, y finalmente suspiró.

- Usar un ejército propio, supongo.- exclamó con voz distante y algo de resignación.

Wong alzó una ceja y preguntó con voz claramente sarcástica.

- ¿Y sabes dónde conseguir uno ahora mismo?

Strange volvió a suspirar.

- Algo así...- dijo antes de volver la mirada a su compañero.

Lo que mostraba el rostro de Wong ante la respuesta dada, no era exactamente reconfortante. Pero estaba bien, Strange no había intentado confortar a nadie.

~.~.~.~.~.~

Sam volvió a mirar de reojo a Bucky y no pudo evitar la sonrisa que, por enésima vez, adornó sus labios.

31 de octubre, 10:12 de la noche, y él se encontraba tranquilo en el departamento que tanto él como el sargento compartían en New York; luego de una tarde completa de repartir dulces y elogiar a los pequeños que llegaron disfrazados hasta su puerta. Desde seres mitológicos a personajes de la pantalla tanto chica como grande, de héroes a villanos, y de pequeños profesionales a incluso un mini vagabundo. Había sido una tarde divertida e interesante hasta ya entrada la noche, y ahora tocaba hacer algo que pocas veces había tenido el lujo de hacer durante los últimos años: Tomarse una noche de Halloween para disfrutar al lado de su ahora novio de 109 años, quien de momento se encontraba intercambiando historias de terror con un AJ pre adolescente por medio de una video llamada bajo la divertida mirada de Sarah, con Bucky adorablemente ataviado con su pijama especial para la fecha: Un pantalón de franela color negro con esqueletos bailarines y la parte superior también de franela, de color naranja con líneas negras y el cuello verde, representando una calabaza tallada con el rostro en la parte de adelante.

Era parte de un juego de 7 pijamas destinados para algunas de las celebraciones del año: Año Nuevo, San Valentín, Pascua, 4 de Julio, Halloween, Acción de Gracias y Navidad; y siendo sinceros al ser para adultos era más que nada un regalo de broma, pero AJ no lo había visto así. Según Sarah, ni bien vio el paquete de pijamas AJ había asegurado que era el regalo perfecto para su 'tío Bucky' y no se equivocó, porque cuando Bucky abrió el paquete la mañana de Navidad del año anterior, bajo la atenta mirada del resto de la familia (y hay que decirlo, una mirada un poco preocupada por parte de Sarah) Bucky prácticamente había rebotado sobre su sitio de la emoción, y había ido a cambiarse de inmediato con el apropiado para la fecha.

- ¡Sam! ¡Sam! ¡Tienes que tocarlo! ¡Es tan suave y cómodo, Sam! ¡Nunca había tenido algo tan cómodo!- exclamó el súper soldado con la misma emoción que mostraba AJ mientras lucía el pijama de pantalón verde navidad con bastones de caramelo dispersados por todos lados, y la parte superior con el rostro de Rudolph el reno de la nariz roja en el pecho, junto a pequeños rostros de Santa, regalos, arbolitos y duendes estampados por doquier.

Había sido genial ver a Bucky así de feliz... lo no tan genial fue que en algún momento entre que Bucky entró a la habitación de nuevo con el pijama ya puesto, y la exclamación acerca de la suavidad del pijama; el cuerpo de Sam había comenzado a reaccionar como si el mismo Bucky fuese el próximo regalo a ser abierto.

Afortunadamente la única en notarlo fue Sarah. Desgraciadamente Sarah lo notó y le mando su peor mirada de reprimenda.

Cuando llegó el Año Nuevo y Bucky se transformó en la ilusión de fuegos artificiales andantes gracias al siguiente par de pijamas, Sam se dio cuenta que los pijamas eran algo así como un problema para él, porque su cerebro comenzó a gritarle que la mejor manera de comenzar el año sería quitarle a Bucky la pijama con los dientes y hacerle ver fuegos artificiales de todos los colores a continuación.

El problema número 1 ante esa línea de pensamiento era que seguían en casa de la familia. El segundo fue que Sarah lo regañó por querer deshonrar de esa manera el regalo que AJ había elegido con tanto cariño para su tío Bucky.

Así que Sam se regañó a sí mismo también y aguantó con estoicismo hasta que llegó la noche del día antes de Pascua, día para el cual el pijama en cuestión no solo constaba de un pantalón color celeste claro con pequeños conejitos adorables por todos lados, y una parte superior amarillo bebé con una explosión de huevos decorados; sino que el pantalón de pijama también tenía como detalle adicional una colita esponjosa en forma de pompón que Bucky no dudó en ir a mostrarle a Sam, junto a un bailecito al mejor estilo de los cartoons de Betty Boop que daban en la década de los 30's y que Sam estaba más que seguro que Bucky había visto en los cines en su momento.

Y algo hizo 'BUM' dentro de la cabeza del actual Capitán América, lo cual aparentemente fue notado por Bucky, quien de pronto lo miró preocupado.

- ¿Sam? ¿Estás bien?- preguntó el súper soldado.

Sam le pidió perdón a Sarah y a AJ en su mente por su falta de fuerza de voluntad, aspiró hondo y procedió a taclear a Bucky sobre el sofá que estaba cerca.

Bucky pasó de un '¡Uf!' a un ataque de risa que pronto se convirtió en un montón de gemidos, suspiros y frases inentendibles, mientras Sam se dedicaba a venerar el cuerpo del hombre que amaba, en tanto que al mismo tiempo profanaba el pijama.

En fin, Sarah no tenía por qué enterarse ¿Cierto?

Los siguientes pijamas corrieron una suerte similar, y de momento Sam esperaba que AJ y Bucky terminasen con lo suyo para tener su celebración privada en cualquier momento, así que ¡Por supuesto!.... Algo tenía que suceder.

Un portal se abrió justo frente a Sam y detrás de Bucky, por lo que el grito asustado de AJ y Sarah al otro lado de la pantalla era de esperarse; aunque ni Sam ni Bucky se moviesen, pues una sola mirada era suficiente para reconocer la magia de los hechiceros.

Pero el reconocer los portales no era sinónimo de estar felices de verlos.

Sam suspiró y Bucky gruñó con fuerza.

- ¿James?- Sam pudo escuchar la voz preocupada de Sarah.

- No pasa nada Sarah.- respondió Bucky tratando de serenarse, antes de dirigirse a AJ- ¿Qué tal si terminamos la historia mañana? Tendrás un día extra de historias de miedo de esa manera.

AJ miró hacia el portal a través de la pantalla, luego a su mamá y finalmente asintió al devolver su mirada sobre Bucky. Poco después la llamada era cortada, al mismo tiempo que Strange y Wong entraban a la sala del departamento.

Bucky no se contuvo a la hora de lanzar su mirada más molesta ni bien los tuvo enfrente.

- Saludos Capitán, Sargento Barnes.- inició Strange de una manera demasiado sonriente y zalamera para el gusto de Sam.

Wong no parecía estar en la misma página, porque en lugar de mostrarse igual de afable y sonriente, más bien observaba a Bucky de manera incrédula.

- Strange, necesitamos un guerrero, no un peluche sobre dimensionado para la noche de brujas.- dijo el otro en un susurro para nada discreto.

- Wong...- lanzó el Hechicero Supremo en un tono de contenida advertencia.

Pero el aludido no pareció darse por enterado.

- Necesitamos enfrentar un ejército, Strange; alguien suavizado por la vida civil no nos sirve, incluso si es un súper soldado ¡Míralo! ¡Tiene puesta una calabaza!

Bien, los comentarios de Wong no eran de mucha ayuda, por lo menos al parecer no lo eran para la causa de Strange, quien finalmente suspiró con aire derrotado.

Pero Sam no culpaba a Wong por las conclusiones que había sacado, y estaba seguro que Bucky tampoco se lo estaba tomando tan a pecho a pesar de la mirada fija y molesta que mantenía sobre los dos recién llegados.

Después de todo, era cierto que Bucky estaba prácticamente 'retirado' del servicio activo... bueno, era más un 'semi retiro' pero como que el mundo no estaba enterado, pues aunque aún ayudaba a Sam y a Joaquín con sus misiones, lo hacía sin anuncios ni fanfarria; y aparte de eso y de una que otra pelea dentro de New York en las que Bucky (y también muchas veces Sam) se había visto envuelto por casualidad, pues Bucky llevaba ya mucho más de un año viviendo una 'vida civil', y Sam no podía sentirse más feliz por ello.

- Wong, el hecho de que el sargento tenga puesta una calabaza es el único motivo por el cual no estas inconsciente en el suelo ahora mismo... Pero si sigues hablando, eso fácilmente podría cambiar.- señaló finalmente Strange con la paciencia al límite.

Soltando un gruñido, Wong se cruzó de brazos y cerró la boca con una mueca.

- Gracias.- dijo Strange ante el hecho de que su compañero por fin guardase silencio.

- Supongo que necesitan nuestra ayuda.- Sam decidió acortar el discurso que estaba seguro que Strange iba a dar a continuación.

El hechicero hizo una mueca mientras apretaba los labios antes de asentir.

- Magia contra magia, en ese terreno podemos ganar con facilidad. Magia contra un ejército armado, esa es otra historia. Podemos contra eso, pero no con la misma rapidez ni eficiencia, y por desgracia tiempo es un lujo con el cual no contamos en este momento. Necesitamos rescatar a uno de los nuestros antes de que sea usado en un rito a la media noche.

Sam y Bucky se miraron un segundo, como preguntándose si en realidad querían meterse en un asunto que involucraba magia, cuando Strange añadió.

- Tiene 6 años. Es uno de nuestros miembros más jóvenes, y con uno de los mayores potenciales, con excepción de mi persona y otros cuantos más en la orden.

Y... de acuerdo. Sam había comenzado a moverse ante la mención de la edad del pequeño secuestrado, seguido al segundo por Bucky.

Menos mal que la tecnología de nanobots de Wakanda ayudaba a tener el traje puesto en tan solo unos minutos, además de que Bucky ayudó a Sam a colocarse la armadura y las alas, motivo por el cual Sam salió primero y pidió detalles sin perder más tiempo, mientras sacaba el escudo del pequeño armario al lado de la puerta de entrada.

Strange no tardó en darle la información que tenía a la mano.

Un par de minutos después, era Bucky quien hacía acto de aparición, esta vez con sus jeans, botas y polo puestos; y con la chamarra de cuero en la mano, dirigiéndose hacia el librero de la sala. Y como salido de una película de ciencia ficción, lo movió sin esfuerzo dejando al descubierto una puerta secreta que no tardó en abrir.

Strange miró con interés la presencia de armamento suficiente para suplir a ese pequeño ejército que tanta falta les hacía: varios revólveres de diferentes calibres, un par de metralletas, cuchillos de todos los tamaños, granadas, silenciadores, cables de acero del grosor de un cabello que seguramente podían decapitar a un hombre adulto con la misma facilidad con el que un cuchillo tibio atravesaba una barra de mantequilla, docenas de cartuchos de munición, algunos cientos de balas e incluso una lanza con punta de vibranium.

Y como si nada, Bucky comenzó a hacer desaparecer cuchillos pequeños, municiones y revólveres, así como dos granadas en bolsillos y otros compartimentos de su vestimenta. Para cuando un cuchillo del tamaño del antebrazo del mismo soldado fue acomodado sin problemas en la funda que Bucky había asegurado en su espalda, justo antes de ponerse la chamarra de cuero y tomar una de las metralletas como toque final, la garganta de Wong terminó emitiendo un sonido estrangulado de pura incredulidad.

- ¿Sucede algo, amigo?- preguntó Strange en un tono de voz un tanto divertido.

El otro no pareció notarlo, mientras comentaba.

- He visto menos balas en películas de Rambo que las que ese sujeto lleva encima.

El comentario se ganó risas mal disimuladas por parte del Hechicero Supremo y del Capitán América, y una mirada bastante molesta por parte del sujeto al cual se había hecho alusión.

- Es hora de irnos, caballeros. El tiempo es crucial.- cortó Strange el momento, tras lo cual un portal hacia aparición para llevarlos a su siguiente destino.

Aunque antes de cruzarlo, ambos hechiceros escucharon al sargento preguntar.

- Sam ¿Qué o quién es Rambo?

~.~.~.~.~.~

- ¡Urgh! ¿Un cementerio? ¿A las 11 de la noche del día de Halloween? ¿Es en serio?- preguntó Sam con una mueca en su rostro difícil de interpretar, pero que a la vez enmarcaba el pensamiento de ¿Qué demonios está mal con esta gente? a la perfección.

- Lugares que emanan fuerzas místicas en momento determinados dentro de un ciclo, son usualmente la elección adecuada para llevar a cabo rituales. Y me temo que este lugar cumple todos los requisitos, Capitán.- fue la respuesta distraída de Strange, mientras el hombre parecía concentrar esfuerzos en la creación y funcionamiento de una especie de brújula compuesta por varios sellos mágicos de luz.

Finalmente el rostro de Strange dio indicio de haber encontrado algo, y efectivamente el hombre levantó una mano enguantada.

- Por allí... creo.- señaló uno de los senderos, cuando un contingente de unos veninte hombres armados con enormes metralletas hicieron su aparición.

Los 2 hechiceros, así como los 2 soldados entraron en modo de batalla de inmediato, y si bien tanto Sam como Strange y Wong dieron cuenta fácilmente de 2 o 3 mercenarios cada uno en cuestión de minutos, el remanente fue pronto reducido por un Bucky que apenas y se esforzó. Balas puestas de manera precisa de una en una en el cuerpo de sus oponentes para abatirlos, cuchillos lanzados con una precisión pasmosa y golpes repartidos a una velocidad que apenas y era distinguible para el humano promedio.

- Rayos...- exclamó Wong si poder evitarlo, solo para encontrar en el rostro de Strange un claro 'Te lo dije'- Sí, sí; de acuerdo, tenías razón. El sujeto es un ejército de una persona.- murmuró casi ofendido mientras Barnes daba cuenta de los últimos tres atacantes en pie.

Pero dejó al último no solo vivo, sino también consciente; y pronto lo tenía atrapado contra una de las estatuas del cementerio.

- El niño.- lo escucharon los otros tres decir, y no a manera de pregunta exactamente; mientras le quitaba el casco y lentes infrarrojos a su prisionero.

El sujeto miraba al súper soldado de manera desesperada, sus ojos yendo de un lugar a otro bajo la atenta y fría mirada del que alguna vez fuese el Soldado de Invierno.

No pasaron ni 2 minutos antes de que de un golpe, Bucky dejase a su temporal prisionero en el suelo.

- Por aquí.- señaló el hombre, reafirmando la dirección que previamente había señalado Strange.

- El mercenario no dijo nada.- dijo sin embargo Wong con el ceño fruncido.

- No fue necesario.- fue la respuesta escueta del otro, antes de que el grupo retomase la búsqueda.

Los siguientes 30 minutos fueron más de lo mismo, con gran cantidad de mercenarios armados hasta los dientes apareciendo desde cada sombra, hueco y de detrás de cada árbol y lápida del lugar.

Era absolutamente enervante y tanto Wong como Sam estaban bastante cerca de perder la cordura, en tanto que Strange parecía demasiado concentrado buscando con sus símbolos místicos y Bucky tenía su atención completamente puesta en la tarea de acabar con cualquier oponente que se le pusiese delante.

Y Sam sabía que lo que impulsaba a Bucky era el hecho de que el rehén fuese un niño. Sam no conocía a nadie que tuviese más instinto paterno que Bucky, no solo porque sabía cómo tratarlos y caía de inmediato en modo de guardián ante la presencia de cualquier ser humano menor de 15 años frente a él, sino que también estaba el hecho de que los niños básicamente adoraban a James Buchanan 'Bucky' Barnes... era amor a primera vista.

El cómo alguien como James terminó como prisionero de HYDRA por tanta décadas, siendo obligado a hacer las cosas que hizo, no era nada más que una horrible y cruel broma del destino, una maldita injusticia. Y Sam pensaba dedicarse el resto de sus días a compensar a Bucky por ello. Quería darle a Bucky estabilidad, tranquilidad, amor, un hogar... una casa a nombre de los dos, quizás un perro y un gato o tal vez dos, y quien sabe más adelante un pequeño o una pequeña podría ser el lazo dorado en el futuro de ambos. Sam quería darle a Bucky todo eso, y de ser posible incluso mucho más.

- Realmente eras bueno en esto, Barnes ¿Por qué no eres parte activa de los nuevos Vengadores?- las palabras de Wong cortaron los pensamientos de Sam y de paso, lo hicieron fruncir el entrecejo.

Pero Bucky no pareció molestarse en absoluto por la pregunta, y tan solo respondió casual.

- No me enlisté para la guerra, fui reclutado; y no le pedí a HYDRA ser su peón, fui capturado. Y en ambas ocasiones fui puesto a luchar batallas que no eran mías. Ahora tengo la opción de decidir, y he decidido luchar solo cuando no pueda evitarlo, porque la verdad es que detesto hacerlo. Nunca me gustó pelear, el idealista era Steve, no yo. Yo solo quiero sentarme junto al hombre que amo, con un libro en una mano y una manta sobre los dos y dejar la vida pasar ¿Responde eso tu pregunta? Porque, tal vez tras todo lo que mis manos han causado, no sea algo que merezca... tranquilidad; pero igual voy a seguir tratando de obtenerla, y eso significa que no voy a ser parte activa de nada, aunque eso te cause una desilusión.

Un breve pero pesado silencio cayó sobre Wong, antes de que el hombre finalmente asintiese con un escueto 'Ya veo'.

Aunque, como habrán de suponer, el momento no duró demasiado teniendo en cuenta que estaban donde estaban, por lo que segundos después los cuatro se encontraban nuevamente en plena pelea contra un nuevo escuadrón de mercenarios.

- ¿De dónde demonios salen tantos?- gruñó Sam con frustración tras dejar inconsciente al último de los oponentes del momento, aunque sin dejar de admirar, incluso si era por unos segundos, la fuerza desplegada por su Buck mientras éste se impulsaba en una lápida para dar un salto y caer con suficiente fuerza sobre otros dos mercenarios, los cuales terminaron noqueados. De acuerdo, eso merecía un 'grrrrr'.

- ¡El tiempo se acaba!- dijo de pronto Strange con un aire de premura.

Y como si todos se hubiesen puesto de acuerdo, comenzaron a correr con la esperanza de llegar a tiempo a lo que fuese que tuviesen que llegar.

¡Y lo hicieron!

Sobre un monumento lo suficientemente amplio como para atar al niño, como sacado de una mala película de terror, se encontraba el pequeño ¿aprendiz de hechicero? Strange y Wong no lo habían especificado del todo; pero allí estaba el niño con este mal chiste de villano prácticamente encima, ataviado con una túnica con capucha, armado con una daga justo sobre el corazón del niño y recitando cánticos en quien sabía que idioma.

Wong gruñó, Sam se horrorizó, Strange invocó sus sellos místicos, y Bucky... Bucky vio todo rojo en ese momento y mandando al demonio cualquier plan de Strange y del villano de turno, se lanzó sobre éste último, cortando definitivamente cualquier cosa que el sujeto estuviese haciendo, y comenzó a golpearlo sin contenerse.

- Bueno, es una manera de detenerlo.- señaló Strange mientras sus sellos desaparecían en la noche... hasta que un nuevo contingente de mercenarios apareció.

En serio ¿De dónde salían tantos?

De todas maneras la lucha no duró mucho, y para cuando el Capitán América y los 2 hechiceros terminaron con sus enemigos, Bucky ya tenía en brazos al asustado niño, que se aferraba al soldado como si fuese su única protección en el mundo.

Por supuesto aquello no era problema para Barnes, pues de nuevo, a él le iban bien los niños, y a los niños les agradaba el súper soldado; quien no dudó en colocar la metralleta a su espalda y abrazar con ternura al pequeño, murmurando palabras tranquilizadoras mientras lo mecía con suavidad, logrando en minutos que el asustando niño finalmente se durmiese.

- Se te dan bien los niños.- señaló Wong al ver como de nuevo la imagen de James 'Bucky' Barnes volvía a dar un giro de 180° frente a sus ojos.

- Soy el mayor de cuatro.- respondió el aludido encogiéndose ligeramente de hombros, como si fuese la respuesta más lógica del mundo.

Tal vez lo era, tal vez no; pero para Bucky era una respuesta que tenía sentido y con eso bastaba.

- Supongo que me apresuré al juzgarte.- murmuró el hombre antes de que Strange interrumpiese el tren de sus pensamientos al ponerle una mano en el hombro.

- Creo que es momento de irnos de aquí.

~.~.~.~.~.~

Pasaban de la una de la mañana cuando Sam y Bucky cruzaron el portal que los devolvió a su departamento.

- Vaya noche.- señaló Sam mientras se sacaba los googles y dejaba el escudo contra uno de los lados del sofá.

- Mmmm.- fue el sonido que salió de la garganta de Bucky mientras abría el compartimento y devolvía los cuchillos, metralleta, granadas y municiones que no habían sido utilizadas.

Sam miró la hora de nuevo y suspiró. Allí iba su oportunidad de 'estrenar' el pijama de Halloween.

Unos brazos rodearon su cintura.

- ¿Y ese suspiro?

Sam se encogió de hombros.

- Tonterías mías ¿Una ducha y a dormir?- preguntó lo más casual que pudo.

Bucky le sostuvo la mirada por un largo momento, antes de asentir.

- Claro, solo... dame un momento ¿Si? Tengo que hacer algo primero.

- No hay problema, me iré sacando el traje. Ya mañana lo limpio y guardo de manera apropiada.

Y justo eso hizo Sam. Se sacó pieza por pieza del traje y fue dejando todo al lado del escudo. Luego hizo que el traje interior se retrajese gracias a la tecnología de nanobots de Wakanda; y terminado aquello Sam estiró como pudo los brazos y los músculos de la espalda, listo para tomar esa ducha e ir a la cama.

Se dio media vuelta.

Quedó paralizado sobre su propio sitio.

Allí estaba Bucky ataviado con el pijama de Halloween, y mostrando una actitud traviesa.

Sam sonrió antes de gruñir y rugir de manera juguetona, y salir corriendo en pos de Bucky quien entre risitas corrió en dirección a la alcoba.

Y fue así, como esa noche de Halloween, Sam y Bucky lo tuvieron todo.


The End


Notas de la autora:

Oh, creí que no iba a poder pasar este en limpio... pero terminar un informe para un curso resultó ser de mayor prioridad (aunque mi demonio interior me decía lo contrario ¡Condenada conciencia!).

En fin, espero que esta entrega les haya gustado. Si soy sincera, solo quería escribir un fic con Bucky siendo adorable y mortal a la vez (más adorable y más mortal que en los fics anteriores de este reto, si es que eso es posible y tiene algún sentido) y creo que estoy satisfecha con el resultado. Y el Wong que vive en mi cabeza va a pensarlo dos veces antes de volver a juzgar a las personas por como se ven en el exterior (cualquiera diría que aprendió luego de Strange unos años atrás... pero bueno, así son las personas a veces).

Anyway, solo falta un fic people, y ya está en mi cabeza. Solo tengo que sacar esas ideas y plasmarlas antes del 31 ¡Deséenme suerte! El hombre lobo Bucky y el vampiro Sam volverán una última vez.

Un kiss gatuno para todos.

chibineko chan
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)

~.~.~.~.~.~

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