Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Música por DanyNeko

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

"No hay nada más bonito y aterrador que la inocencia"

 

Después de casi cinco mil años esperando para actuar, Bakura recordaba muy pocas cosas de su vida además de su meta y los planes que había diseñado para conseguirla.

Por supuesto, había estado 'durmiendo' durante siglos a intervalos, a lo largo de todo ese tiempo… que pudieron haber sido más largos si algunos idiotas prepotentes no hubieran tratado de usar su sortija como si fueran dignos de ella.
Al fragmento del demonio que coexistía con su alma podría haberle gustado cuando sucedía, atormentar a esos idiotas hasta finalmente robar su energía vital. A Bakura no podía importarle menos, todos esos idiotas hacían que su existencia en la sortija se sintiera tan fría y desagradable.

No eran dignos.

No eran como Ryou.

Había sido casi lo mismo cuando el padre de su hikari había tratado de obtener la sortija. Se sentía frío e incorrecto. Solo que, en ese momento, podía sentir una fuente de calidez, luz y energía incomparables con nada más que haya visto o sentido en todos sus milenios.
Era una sensación seductora, casi parecía llamarlo como el canto de una sirena, como la llama que atrae a las polillas.
Bakura simplemente tenía que ir con esa magnífica criatura, lo estaba llamando, le estaba rogando que se unieran. Bakura necesitaba que esa hermosa y perfecta criatura usara la sortija.

Y así fue.

Su pequeño hikari era perfecto.

Cálido, cómodo, una luz brillante que nunca se apagaba y que lo llenaba de energía con una facilidad que ni él ni el demonio habían experimentado nunca.

Puede que Bakura nunca supiera cómo se sentía que su alma pasara a los campos de Aaru, pero para él, que Ryou llevara la sortija, debía ser incluso mejor.

Estando con Ryou, incluso la influencia del demonio retrocedía, permitiéndole ser él mismo y tener sus propios pensamientos y deseos, aparte de esa abismal oscuridad del ser siniestro.

 

-

 

Una cosa que Bakura recordaba bien, era como la música solo se escuchaba en los templos, en aquella época (a excepción de la coronación del tonto faraoncete). Era algo casi exclusivo para dirigirse a los dioses.

Ahora, aparentemente, la música era algo del común. Del día a día.

Y Ryou era un artista.

Aunque no en la música, al menos, no se dedicaba a ello. Algo parecido a la escultura. Bakura no estaba seguro de cómo nombrar su arte, después de todo, no interactuaba mucho con su yadonushi.

De cualquier modo, Ryou era un artista. Y apreciaba el arte.

En casa, había artefactos que emitían música. Ryou solía activarlos cuando hacía las tareas de la casa o cuando se dedicaba a crear sus figurillas.

A Bakura, sin embargo, le gustaba más escucharlo del propio niño.

Cuando Ryou se distraía, tarareaba. A veces, cantaba en su mente.

Había algo satisfactorio y posesivo en Bakura al saber que era la única audiencia de esos momentos.

Ryou tenía una voz magnífica. No solía proyectarla mucho, pero como casi todo en él, era suave y delicada, precisa y encantadora

 

-

 

Por mucho tiempo, Bakura pensó que llevaba las riendas, y tenía el control en su accidentada y extraña relación con su yadonushi.

Al principio, de hecho, era así. Sin embargo, eso no tardó mucho en cambiar… no es que ninguno de ellos se diera cuenta muy pronto.

Bakura pensaba que mantenía a distancia a su luz, siempre sin darle ninguna esperanza de tener una relación simbiótica y emotiva como la del faraoncete y su enano.
Ryou ciertamente llegó a sentirlo así. Las cosas entre ellos, sin embargo, cambiaron a medida que se fue acostumbrando a su yami. Ni Ryou se dio cuenta, ni Bakura iba a admitirlo.

Más pronto que tarde, era el propio Ryou quien llevaba las riendas de su relación.

Entre más tiempo pasaban juntos, unidos por la sortija del milenio, más primaba la inherente atracción entre luz y oscuridad por encima de la influencia del demonio.
Bakura se halló absurdamente débil ante el encanto natural de su hikari. Y Ryou se encontró siendo posesivo respecto a su yami, queriéndolo lejos de la influencia de esa siniestra criatura que aún se refugiaba en la sortija, a pesar de estar debilitado por la luz del albino.

Bakura se encontró cada vez más cediendo a deseos privados que no quería reconocer. Observando a Ryou, cuando antes habría estado repasando detalles de sus planes; aprendiendo hasta los más pequeños detalles de su luz no solo para imitarlo frente a sus amigos sin levantar sospechas; deseando estar en su presencia incluso si no había ninguna necesidad de ello.

Ryou no sabía cuánto poder tenía sobre Bakura, pero ciertamente actuaba como si lo hiciera, atrayéndolo y encantándolo con las más pequeñas e inocentes acciones.
La música era una de ellas. Llegó un punto en que Ryou solo necesitaba empezar a tararear para que Bakura se manifestara fuera de la sortija y pusiera toda su atención en él.

 

 

There's a place you can go
Where your heart is free
(Hay un lugar al que puedes ir
Dónde tu corazón es libre)

Bakura se animó instantáneamente cuando Ryou empezó a cantar, esa noche mientras se preparaba para la cama, peinando distraídamente sus dedos mechones blancos.
Cada vez que Ryou cantaba, Bakura podía sentir un tenue y confortable calor extenderse en su ser. Era casi como si Ryou deliberadamente lo acariciara con su aura… pero eso no podía ser, era un pensamiento ridículo. Ryou simplemente se había resignado a su presencia; Ryou no lo quería como suyo.. ¿cierto?

There's a rhythm that's right
For your soul
(Hay un ritmo adecuado
Para tu alma)

Ryou se estiró perezosamente, como si fuera ignorante de la mirada de su espíritu desde el alféizar de la ventana. Se arrastró por las suaves sábanas de su cama, acariciando distraídamente el material con la palma de sus manos, mientras su cuerpo se relajaba.

Take a breath,
Find your coraurage
And make the leap
(Respira profundo
Reúne tu valentía
Y da el salto)

 'Cause your feet always know
Where to go.
(Porque tus pies siempre saben
A dónde ir)

Se detuvo un momento mientras saltaba fuera de la cama, dejando su cepillo en la mesita de noche y caminando hacia él interruptor en la pared.

And you dancing and dancing an endless flow
In the grace of a perfect desing
(Y bailas y bailas en una corriente infinita
En la gracia de un diseño perfecto)

Presionó el interruptor y la habitación quedó a oscuras, con excepción de la luna lunar que resplandecía levemente a través de la ventana, permitiéndole ver aún al espíritu sentado en el alféizar.

Stepping out of the dark
and into the glow.
(Saliendo de la oscuridad
Y hacia la luz)

Una vez más, se deslizó por su cama, reposando la cabeza entre las mullidas almohadas con un suspiro de satisfacción, mientras los músculos de su cuerpo se relajaban lentamente.

No pudo evitar una sonrisa cuando sintió a Bakura dejar su lugar junto a la ventana y sentarse en la cama. No lo suficientemente cerca para tocarse, pero estaba ahí, cerca de él, atento a él.

A Ryou le gustaba esa sensación.

And the whole world will see when you shine
You can shine.
(Y el mundo entero te verá brillar.
Puedes brillar)

Ryou se volvió despacio hacia él, sintiendo como se tensaba inmediatamente, pero había mantenido los ojos cerrados, así que la tensión desapareció pronto.
Suspiró mientras se acomodaba en la cama.

And we dance and we dance in an endless flow
In the grace of a perfect desing
Stepping out of the dark
and into the glow.
The whole world will see when we shine
We will shine.
(Y bailamos y bailamos en una corriente infinita
En la gracia de un diseño perfecto
Saliendo de la oscuridad
Y hacia la luz
El mundo entero nos verá brillar.
Vamos a brillar)

El adolescente se quedó allí, relajado y cómodo en su cama, repitiendo la canción en tararos espaciados, sintiéndose tranquilo y feliz con la presencia de su yami a un lado en su cama.

A Ryou nunca le molestaba cantar si eso hacía, de algún modo, feliz a Bakura.

Notas finales:

*Campos de Aaru: es como el paraiso en las antiguas creencias egipcias.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).