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Daddy Issues por mfernandasadiklover

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Notas del capitulo:

¡Comencemos con la toxicidad! 

Bueno como siempre digo si ven algún error por ahí, no olviden mencionarlo para poder corregir.

como mencione, Draco será muy caprichoso ojo con eso.

en fin sin saber que más decir, espero les guste el capítulo.

nos leemos en las notas finales.

“¡Draco maldito, es un pedazo de hombre!” ella mira las fotos emocionadas, Malfoy no mucho, tiene una cita y no desea ir. No porque Harry le desagrade, es únicamente, ya que, la condición para ganar es besarlo y no quiere ni pensar en eso.

“¿iras conmigo cierto?” le pregunta y mira la ropa que usará. Nada muy revelador, ni muy anticuado, menos que crea que está desesperado por ir a motel barato.

“Claramente, esto no voy a perdérmelo, además. ¿Quién supones tomará la foto?” asiente ligeramente menos tenso, si algo sale mal ella puede venir y ayudar a esconder el cadáver.

Utiliza unos pantalones negros ajustados y una sudadera gris porque no tiene opción, Pansy dice que debe mantener el perfil creado, un lindo chico sumiso en busca de una figura dominante.

Llega al restaurante mitad bar en que citó al hombre, lo ve sentado en la mesa puntual, tal vez los nervios lo devoraron y llegó horas, no es una suposición, simplemente lo escucho de la mesera que se lo comenta a su compañera.

“Lleva una hora ahí, su cita no vendrá”. Mencionan entre risas. “No está mal, yo podría hacerle compañía”. Ambas se ríen y miran al hombre de cabello desordenado.

Eso no chica reflexiona Draco de inmediato, es mi pez dorado no voy a dejarlo ir. Camina y mira su reloj, puntual como todo Malfoy.

“Hola, Harry”. Murmura y el viejo se sobresalta de inmediato, le mira detrás de esas gafas anticuadas. Su piel ligeramente morena no le impide a Draco que repare en su sonrojo. ¿Un hombre dominante? Había declarado Pansy. Ridículo.

“Realmente viniste”. Su voz suena incrédula, Draco eleva una ceja y una sonrisa ladeada se extiende, definitivamente un hombre atractivo, y sería mucho más si le pusiera un poco de esfuerzo a la ropa, pero por otro lado le gusta la sencillez que tiene.

Mentira, lo que le gusta es que debajo de esa camisa a cuadros horrible que lleva se le puede apreciar un reloj de una marca carísima. Este tipo tiene dinero piensa Draco, eleva los ojos y la mirada verde está fija en su rostro, parece avergonzado de haber sido capturado mirando así que aleja la vista concentrándola en el menú.

“Draco, eres mucho más…” su voz se pierde antes de terminar el cumplido, a Malfoy no le importa está más interesado en comer lo que pidió como para ponerle atención al hombre. “¿adorable?” murmuró Harry y parece arrepentirse de inmediato.

Draco quiere reírse cuando lo ve agitar los brazos y derramar su bebida. Es un hombre torpe, tímido e inesperadamente aburrido.

Creyó que, por ser de la fuerza del país, tendría historias que contar, una confianza absoluta, un ego inflado y un carácter que exudaba poder y orgullo. Está sinceramente deseoso de terminar la cita con el hombre.

Lo observa limpiarse apresuradamente la camisa, porque no basto la bebida, sino que comió y derramó todo como un cavernícola. Draco no lo soporta, se disculpa y se dirige al baño.

Se moja el rostro, ese hombre es un completo desastre opina frente al espejo. Pero el problema de todo no es solo eso.

“El baño de señoritas es al otro lado”. Draco gira su mirada y comprueba que hay un hombre parado detrás. Típico abusón de taberna de películas.

“¿entonces qué diablos haces aquí?” le preguntó girándose. El hombre hace una mueca seguramente no esperaba que Draco por lejos más pequeño y delgado le plantara cara.

Draco camina cuando siente un punzante dolor en el brazo, gira su cabeza el hombre le sonríe. Luego el puño de Malfoy cae directamente en el mentón del sujeto aprovechando la sorpresa huye rápidamente.

No es tan tonto para ponerse a pelear con un trol de montaña.

Harry está ahí, le mira nervioso y un ligero sudor cubre su rostro, es un desperdicio que un hombre tan varonil como ese sea una gallina que es intimidaba por la presencia de un chico el doble más joven.

Ya no le importa caminar por el bar gay en tacones, pasa por la mesa y se marcha sin despedirse. Harry le sigue llamándolo.

Le toma la mano y Draco la aparta, no solo tuvo que soportar una velada llena de miradas extrañas, si lo sabe, lo miraban como un bicho raro, una sanguijuela que quiere comerse el dinero del hombre mayor y estúpido. Se reían de ellos seguramente pensando que es una prostituta y Harry no fue capaz de decirle que se fueran a otro lado lejos de los extraños.

Luego se topa a un bastardo homofóbico en el baño para terminar la noche, debe irse antes de que lo encuentre y le dé una paliza.

“Lo siento”. Declara Harry en un susurro, están en el callejón detrás del restaurante. Draco mira para todos los lados, la oscuridad los protege reflexiona ligeramente aliviado.

“No es tu culpa ser un viejo aburrido”. Responde sin piedad. Se cruza de brazos. El hombre se acomoda los lentes, lo ha hecho tantas veces en la noche que sabe que significa que está nervioso.

“Es difícil para mí, no he tenido una cita en años y menos con… un chico que parece un ser sobrenatural”. Draco arrugó la nariz, está avergonzado, le gustan los cumplidos, no de hombres, pero puede soportar uno tierno como ese. 

Abre la boca para disculparse por su actitud, estaba sacando su mal humor con él, la noche no había sido mala por su culpa, sinceramente si hubiesen estado ellos dos solos no se habría puesto tan enojado e incómodo.

“Así que la princesita tiene a su caballero”. Abre los ojos, gira la cabeza para observar al sujeto del baño. Él y su amigo, sorprendentemente Harry se pone rápidamente al frente de Draco, quien le mira sorprendido de su acción.

Luego de eso Draco se queda muy quieto, recuerda como Harry avanza sin responder a los insultos, solo moviéndose rápidamente y en silencio. Uno de los grandullones está en el piso, sus manos grandes cubren su rostro, pero Malfoy sabe que el puñetazo en la nariz seguramente le quebró algo.

El otro es enorme, no obstante, es más fácil de derribar, el hurón chilló como una niña cuando lo ve caer cerca de sus pies. Harry le mira jadeante, se acerca y extiende su mano, Draco la toma, le observa embobado y una sonrisa grande se refleja en su rostro.

Harry es fuerte, puede ser todo lo que Draco pensó, sin embargo, decidió ser dulce con él. Malfoy emocionado y excitado le toma las mejillas y le besa, siente los brazos rodear su cintura y ser apretado.

Draco jamás ha besado a un hombre, aun así, cuando siente la lengua caliente moverse en su boca no es del todo desagradable. Sus manos fuertemente agarradas a las mejillas de Harry las liberan para poder rodear su cuello con los brazos.

Algo los ilumina y se separan ligeramente, los ojos grises están brillante al igual que sus labios. Harry le mira atentamente buscando alguna señal en el rostro juvenil del chico.

“¿Por qué?” le pregunta y Draco se abraza un poco más contra el cuerpo del otro.

“¿una princesita no puede besar a su caballero?” dice y Harry se ríe.

Meses después de eso, mira su ropa nueva en el closet y decide que usará los pantalones que le gustan a Harry.

Ira a verlo a su casa, puede ir y venir incluso si el hombre no está, al parecer a Harry no le molesta tener a un borracho acostado en la habitación de invitados.

Posterior a ese beso, siguieron conversando, Draco le contó la verdad. El hombre meditó mucho sobre el engaño, pero no pareció enojado. Se hicieron amigos, unos muy raros, aunque ya eso no importa.

“Draco otra vez con el viejo”. El hombre rubio gruñó enojado, odiaba que lo llamaran así, solo él podía hacerlo. Pansy levantó las manos en señal de rendición. “Últimamente, quieres estar todo el día junto él, no tienes tiempo para tus amigos”. Ella le abrazó y Malfoy se detuvo, estaba haciendo su maleta porque se iría un fin de semana con Harry a la casa de campo de este.

“Él es mi amigo también, y es mucho más agradable que tú”. Ella hace un puchero al escucharlo hablar.

“Claro, porque te sientas en las piernas de tu amigo y le pides que te compre cositas por ahí, solamente admite que es tu billetera”. Es el turno de Draco de inflar las mejillas, es cierto lo que ella dice, pero Harry también le compra cosas que no pide. 

Y si, a veces cuando ven alguna película, se sienta en las piernas del hombre y descansa la cabeza en su cuello mientras le acarician la espalda y con esa voz que tiene Harry le dice que un huroncito mimado.

Sin embargo, eso por nada del mundo debe saberlo Pansy. Menos que hay ocasiones en que permite que el hombre le dé masajes en el cuello, que ya tiene una habitación en la casa de Harry exclusivamente para él, y que algunas noches duermen juntos abrazados.

Siente que le arden las mejillas nada más acordarse. La forma en que Harry le mira es ambigua, no logra saber mucho, tampoco rompe los límites, si Draco quiere algo de afecto debe ser el primero en dar el paso, lo cual es bueno y también un poco insatisfactorio porque no le deja entender qué piensa Potter.

Harry lo espera en auto de color rojo, Draco cierra la puerta y le sonríe, es la primera vez que saldrá en un viaje con él. Se acerca y juguetonamente pone su mejilla para que sea besada.

Escucha una risita y luego el sonido suave de un besito, rueda los ojos y pelliza malvadamente la pierna del hombre. Recibe un montón de besos en la cara, jamás se besan en la boca. Draco no quiere ese tipo de caricias.

Tal vez además de estrujar la billetera del viejo, también quiere un poco sentir ese afecto de hombre mayor, aunque no sexual, Draco no logra mirarlo y observar a alguien que le destrozara el trasero, menos ser el que destroce el culo de Harry.

Así cómo están ahora le gusta mucho. El viaje es animado, Draco es casi perfecto, es la opinión de sí mismo y es bastante acertada según él también. Pero el canto se le da fatal.

Harry se ríe todo el camino escuchándolo cantar y eso es para Draco divertido porque sus amigos lo mandan a callar de inmediato.

“¿quieres comer algo?” le pregunta Harry, Draco niega, quiere ir al baño. Por suerte los árboles son de gran ayuda. El auto se detiene y cada uno se separa para poder tener privacidad.

Draco mira su mano alrededor de su pene y siente náuseas. Horrible, tan pálido y arrugado, un gusano asqueroso.

Busca a Harry y por accidente lo observa orinar. Siente que le arden las mejillas y se esconde rápidamente detrás de un árbol, asoma la cabeza y lo ve sacudir su miembro, es grande piensa, mucha más que el suyo.

Es grueso, cabezón y por lejos mucho más excitante que mirar su propio miembro, nervioso huye rápidamente. Se muerde los labios cuando está en el auto, el corazón late y su pecho se aprieta al notar que Harry acaba de llegar.

“¿huroncito pasa algo?” le pregunta mientras enciende el motor para seguir su camino.

Draco no quiere ni recordar lo que contempló, menos en lo que opinó al verlo, ¿encontró un pene atractivo? ¡Algo es muy extraño! Y anda muy mal con su mente últimamente.

“Nada”.  Le responde pegando el rostro en vidrio de la ventana. Se muerde su dedo pulgar para que el dolor disipe la imagen que está grabada en su mente.

La casa es adorable reflexiona, es tal vez un buen distractor, deja que Harry arregle los bolsos solo, quiere explorar. O esa era la idea, su cintura es sujetada con fuerza para que no escape. Gira la cabeza y le mira con sus ojos grandes y con el labio inferior estirado suplicante para que le deje ir.

“Tienes que ayudarme, chico perezoso”. Le dice Harry y pasea su boca por la frente de Draco. El Hurón gira su cuerpo completamente y le rodea el cuello con sus brazos, no puede creer que en tan poco tiempo haya conseguido acostumbrarse al tacto de otro hombre.

“Por favor, ordenar es aburrido”. Gimotea suplicante, Harry pega sus pechos y sus caderas, mueve a Draco de izquierda a derecha juguetonamente, parece pensarlo, pero sabe que aceptara. Siempre lo hace.

Harry le permite hacer lo que quiera, Draco puede saltar con los zapatos sucios sobre la cama recién arreglada y Potter le tomaría una foto para guardarlo en el álbum que sabe guarda en el celular.

Soy su bebé opina satisfecho, es horrible se contradice rápidamente al darse cuenta, se separa asustado de estar confundiendo su relación. Harry le mira sin entender, Draco sabe que jamás se aleja cuando han comenzado una ronda de abrazos y cosquillas.

Se muerde los labios y se arroja sus brazos ahogando los pensamientos que comienzan a atormentarlo, tal vez Pansy tiene razón y necesita pasar tiempo con personas de su edad. Está casi adicto a la sensación que Harry le produce.

Seguridad.

Pasea su nariz por el cuello de hombre, oliendo su aroma. Abre los ojos al sentir las manos de Harry acariciar su cabello.

Es tan relajante que vuelve a cerrar los ojos, abrazándose fuertemente.

“Harry”. Dice en un susurro amortiguado por la ropa. “Cárgame, quiero dormir”. Sabe que está comportándose como un niño, pero el hombre de ojos verdes le besa suavemente el cabello antes de tomarlo del trasero y alzarlo sin problema alguno.

Sus piernas rodean la cadera del pelinegro y se ríe cuando lo dejan caer en el sofá. No lo deja ir, lo obliga a estar semi recostado sobre su cuerpo.

“Quiero una cama”. Exige y sus brazos obligan a Harry a bajar su cabeza para que Draco pueda morder la nariz morena.

“No están arregladas”. Le responde el hombre entre risas. Trata de zafarse del agarre de serpiente, Malfoy aprieta aún más sus piernas en la cadera para no dejarlo ir.

“¡Harry!”. Grita con su voz chillona por su leve ataque de histeria. Quiere algo, aunque no sabe bien que es y eso lo deja ansioso y enojado.

“Mi huroncito”. Le susurra Potter con un suspiro mientras sonríe, parece saber qué es eso que Draco quiere, lo libera porque se le cansaron las piernas, Harry se sienta en el sofá y palmea sus muslos. “Aquí”.

Draco siente que algo pica en su entrepierna, ignora la sensación porque está más interesado en subirse en las piernas del hombre. Lo rodean de inmediato, brazos fuertes apretando su cintura.

Deja que sus pies descansen en el sofá mientras una cantidad de besos le recorren el rostro. Harry usa sus manos para jugar con su cadera porque sabe que a Draco le encanta sentir leves pellizcos.

“Señor Potter”. Murmura y siente los dientes clavarse, ama cuando pasa eso. Le cosquillea el cuerpo y la sensación es tan buena que se relaja y Harry lo sostiene como si sujetara a un bebé.

“Mi niño”. Escucha qué lo llaman, mueve la cabeza, gimiendo bajito. “Draco eres mi bebé preciso, tan adorable, tan lindo, serpiente venenosa”. Se ríe por los apodos, pero no le molestan, le encantan en especial cuando lo llama.

“Chico asqueroso”.

Abre los ojos sudando. Se levanta y ve que está en la cama. Tiene la piel caliente y sabe que la entrepierna es un desastre por qué siente la humedad pegajosa extenderse al moverse.

Se quedó dormido, deja escapar un suspiro y se levanta, quiere que el agua borre su culpa. Estaba teniendo un sueño erótico con un hombre. Que vergonzoso.

Camina con los pies descalzos no le prestó atención porque quería que Harry le ayudará a lavarlos y que le dé leves mordidas en los dedos, para luego ponerle unas mullidas pantuflas suavecitas.

Lo observa cocinando y se muerde el interior de su mejilla emocionado. Adora cuando cocina para él, quiere llegar por la espalda y abrazarse a su cuerpo.

No se resiste porque odia prohibirse cosas. Camina lentamente en silencio, luego advierte que Harry habla por celular.

“Sí, lo sé”. Lo escucha decir, se queda quieto escuchando porque Draco siempre sin importar que edad tenga, es un chico curioso. “Mi niña bonita, yo también te quiero, deseo mucho que vengas de visita”.

Se queda congelado de inmediato, la habitación parece temblar y el piso casi lo siente desaparecer. Le tiembla el labio inferior y antes de saberlo está gritando tan fuerte que asusta a Harry que se voltea a mirarlo espantado.

“¡¿Por qué me haces esto?!” le grita, siente una furia celosa recorrerle el cuerpo y no duda mucho en tomar los platos de la mesa que tan bonitamente estaba decorada para la cena.

Se los arroja con toda intención de golpearlo, Harry es más rápido y los esquiva, lo único que logra es esparcir cristales por el piso y que la rabia aumenté. Grita insultos y palabras incoherentes, pero no le importa parecer un loco con una rabieta.

No cuando Harry usó esa voz amorosa en otra persona que no es Draco, los celos son tan fuertes que desea matarlo por qué siente traicionado, y es irracional porque no mantiene ese tipo de relación con el hombre.

Sin embargo, no le importa sigue arrojando cosas hasta cansarse, luego repara en un charquito de sangre que dejan sus pies y eso lo hace detenerse y llorar un poco más fuerte.

“Huroncito”. Le dicen cuando se acerca, siente los brazos rodearlo. Lo aleja de inmediato.

“¿Cómo pudiste? ¿Ya no me quieres?” le pregunta y lo sujeta de la ropa para que sus ojos se miren fijamente. Las manos morenas del hombre mayor se elevan hasta sus mejillas.

“¿de qué hablas? Deja eso, ven, vamos a curar esos piecitos heridos”. Draco negó rápidamente. Sorbe ruidosamente su nariz, quiere saber quién diablos es la bastarda asquerosa que intenta robarle la atención de su Harry.

“Te odio”. Declara y vuelve a intentar alejarlo, es inútil porque ahora es Harry quien lo mantiene sujeto, lo tiene tomado de las muñecas y le mira con el rostro repentinamente serio.

“No hables así, Draco cariño obedece, curemos esos pies”. Harry lo toma de la cadera y con facilidad lo carga para llevarlo a la habitación que estaba unos minutos antes.

Se deja llevar porque sabe que es inútil luchar contra el hombre. Lo dejan sentado en la cama, y tercamente aleja sus piernas de las manos de Harry para que no pueda curarlo.

“Cerdo asqueroso, mentiroso, ¿la tratas mejor que a mí? ¿Le dices cosas lindas como esas?” las lágrimas nuevamente comienzan a derramarse y se cubre el rostro para tratar de controlarse, pero le es imposible y llora hasta calmarse.

Harry le observa atentamente, ya ha pasado un par de veces, con la joven repartidora, con su exesposa, con el chico que vive al lado, incluso con los animales del parque cuando se le acercan.

Este niño no soporta no ser el centro de atención. Harry suspira, lo ve dejar de temblar, en estos meses lo conoce tan bien que sabe que no escuchara nada cuando entra en esa espiral de auto lamentación agresiva.

“Era mi hija, dragón”. Menciona lentamente, sin embargo, se arrepiente de inmediato, la mirada gris es como dagas.

“La llamaste princesa hermosa”. Harry se ríe levemente, este chico lo iba a volver loco. Sus manos toman las contrarias y las acaricia, dejando leves besos en ellas.

“Huroncito celoso tú sabes que no fue así”. Comenta Potter, Draco se niega a escucharlo.

“¡deberías ser amable y ponerme apodos solo a mí!” pedido irracional de un jovencito completamente cegado por los celos. “Yo soy…” Harry lo observa atento ante el repentino silencio, es la primera vez que se queda callado.

Se queda quieto luego de eso, casi deja salir su mayor deseo, ser más importante para él que todo el mundo, sabe que eso no es posible, que la chica era su hija y Draco solamente un amigo. Odia eso.

Sollozó nuevamente y la mirada de Harry deja sus pies para mirarle el rostro.

“¿duele?” le pregunta Harry con la mirada preocupada. No parece enojado de que la cena se quemara, ni por los platos rotos y los adornos destrozados, ni siquiera está enfadado por el comportamiento abusivo.

“Quiero darme un baño”. Gimotea sin responder a la pregunta. “Contigo”. Agrega estudiando la reacción del hombre. Quiere más de lo que Harry tiene para ofrecer.

Notas finales:

¿Qué les pareció? espero sinceramente les haya gustado. la pregunta es. ¿Cómo Harry lo soporta? ¿O por qué lo hace?

Dudas, sugerencias, criticas todo es apreciado. 

Nos leemos en la actualización

 


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