Al día siguiente, Aki salió del castillo para buscar a los renos que estaban muertos. En esta época del año, era muy común encontrarse con noches polares por lo que el cielo no estaba completamente brillante. Sin embargo, había algunas horas en las que se volvía un poco más claro, como al amanecer o cerca de la tarde.
Aki salió solo, decidido. Sin embargo, allí no había ningún cadáver de reno. Pensaba que seguramente podía ver rastros en el suelo pero, debido a la fuerte nevada que cayó en medio de la noche, incluso eso había desaparecido. Comenzó a imaginar que tal vez, incluso había visto mal.
"Es curioso, ¿A dónde fueron? ¿Se los llevó un oso? No, los osos y los lobos no hacen eso".
Un viento húmedo y frío vino y una ligera niebla comenzó a aparecer en el bosque. Y, dentro de ella... Se podía ver una figura sobre el lago. Algo como en una especie de película antigua:
"¿Qué es eso?"
Pero la figura que caminaba junto al lago desapareció repentinamente cuando se acercó a la pared.
"¿Caín?"
La gente no llegaba fácilmente a este castillo porque se decía que aparecían fantasmas y monstruos. Aki fue a la parte de atrás y comenzó a perseguir esa figura hasta encontrarse con huellas de pisadas sobre la nieve. Por las marcas, era obvio que un hombre había caminado por aquí recientemente. Sin embargo, las huellas desaparecieron frente a un muro. Era igual a si solo se hubiera desvanecido:
"Bueno, ¿Acaso desapareció?"
Solamente había un muro de unos 3 metros frente a él. No tendría que ser posible saltar pero, ¿Entonces por qué había huellas precisamente en esta dirección? Aki entró al castillo mientras lo pensaba. Pero de nuevo, cuando trató de revisar el interior, entonces sintió que una figura humana estaba haciéndose muy pequeña en la parte trasera de la casa, donde estaban las piedras más grandes. Aki nunca había puesto un solo pie en la catedral de este castillo. Quizá hubo un momento en que todo esto había sido gobernado por Rusia porque una cruz ortodoxa estaba grabada frente a la puerta. Adentro, el santuario estaba totalmente vacío y lleno de un montón de telarañas. En la pared había un ícono que fue decolorado por la humedad y las letras "Nadie saldrá vivo" estaban pintadas con grasa negra.
En ese momento, volvió a sentir que había una persona atrás de los pilares:
"¿Caín? ¿Estás ahí?"
Gritó Aki. Sin embargo, no hubo respuesta desde adentro. ¿Era un truco del abuelo? ¿O era realmente una bestia? En el momento después de abrir la puerta del pasillo que conducía a la parte de atrás, Aki estalló en un grito.
"¿¡Qué es....!?"
Había varios cuerpos humanos. Las piernas, los brazos y la parte superior de sus torsos habían sido arrancados y esparcidos por el suelo.
"Que... Cruel".
Aki sacudió todo su cuerpo y revisó los cadáveres uno por uno. Se sintió como si las partes estuvieran arrancadas desde la raíz. Se les exprimió la grasa subcutánea amarilla y quedó completamente embarrada en el suelo. Algunos de ellos tenían los ojos salidos y colgando y las paredes, anteriormente blancas, estaban teñidas con un mar de sangre. Sangre aún fresca. Todos los cuerpos estaban marcados en la nuca, así que supo que eran humanoides... Pero igual Aki estaba temblando por el horror de la imagen.
(¿Podría ser un fantasma?)
Incluso Aki, que no era supersticioso, tenía ese sentimiento extraño.
(Hace tanto frío. Pero esta sangre parece fresca...)
Estos humanoides definitivamente estaban vivos hasta hace muy poco. ¿Acaso los humanoides se mataban entre sí? Era la posibilidad más alta. Pero de todos modos, pensar así provocó que Aki tuviera una mirada deprimida todo el tiempo.
Luego de tomar fotos de evidencia y datos de los cuerpos, decidió quemarlos a todos con el fuego de la chimenea y enterrar los huesos. Si los dejaba aquí, justo como estaban, se echarían a perder y sería un problema todavía más grave. Dijo las palabras que la biblia le enseñó, oró para que sus vidas llegaran a Dios de manera segura y prendió el fuego en la hoguera. Cuando las ramas de abedul fueron arrojadas una tras otra, entonces la llama de la chimenea ardió vigorosamente y envolvió los cuerpos de los humanoides hasta comenzar a reducirlos. El olor a carne quemada se disparó, la grasa derretida del cuerpo se encendió y una pequeña bola de fuego hizo un ruido al arder con fuerza. Frente al cadáver asado en llamas, un globo ocular inmóvil pareció comenzar a mirarlo y luego, empezaron a emerger un montón de huesos negros desde las cenizas.
Por un momento, la idea de que la producción humanoide era muy aterradora pasó por el corazón de Aki... Era un erudito, tenía interés, curiosidad y orgullo por crear cosas desconocidas. Y siendo poseído por esto, decidió hacerse cargo de la investigación de su abuelo. Sin embargo, cuando pensaba en lo que estaba pasando justo ahora, unos fríos sentimientos parecieron cubrir su pecho.
Definitivamente se sintió como si no pudiera continuar.
(Pero...)
Caín ¿Debería también ser destruido? ¿Hacer que durmiera y que se sellara en este castillo para siempre? El acto de crear un ser humano artificial podía ser algo que se desviaba terriblemente de la providencia de Dios y por eso, ahora lo estaban castigando.
Aki, que estaba observando la situación hasta que la llama desapareció, luego recogió sus huesos y los enterró uno al lado del otro en el santuario.