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Inefable por Menma Lightwood-Uzumaki

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Notas del capitulo:

Me encantaría seguir pidiendo misericordia pero sinceramente si yo leyera esto no me la daría xD

¿Listos para quedarse locos con la lírica ultra HD 4K más jodida, señores? OwO

Edmary: Viste que si se cumplir con las fechas!? UwU solo necesito algo de amor de vez en cuando.

Pequeña uva: Esperaré tu shock emocional con ansías OwO


                        XI 

  There's gotta be another way out

I've been stuck in a cage with my doubt

I've tried forever getting out on my own

   But every time I do this my way

I get caught in the lies of the enemy

        I lay my troubles down

        I'm ready for you now


La sensación era indescriptible.

Deidara ciertamente había tenido momentos en los que el entrenamiento era tan intenso que para cuando llegaba el momento de dormir era capaz de pasar todo el día siguiente haciéndolo, sintiendo un nivel de agotamiento que ni siquiera permitía a su cabeza soñar con algo básico. Esta vez era diferente, sin embargo. Se sentía infinitamente más blando y suave que en cualquier otra situación que hubiera estado, sus extremidades, aunque pesadas, no se sentían acalambradas o rígidas. Estaba absolutamente calmado, sumido en un estado de relajación que no podía concebir ningún problema grave en el mundo.

Podía pensar muy coherente también, recordaba sin problemas quién era y lo que le gustaba hacer, siendo sus recuerdos más recientes los únicos que se encontraban un poco borrosos.

Estaba casi flotando... ¿Pero que había hecho antes de eso?

Con calma comenzó a vagar en su memoria, eliminando los nudos que le impedían visualizar sus recuerdos y comenzando a evocar las últimas horas de conciencia que tuvo; Recordaba el encuentro que se había producido entre el fantasma de los Uchiha y la sabandija traicionera de su compañero, también la sensación del viento en su rostro mientras intentaba abarcar la mayor cantidad de distancia posible entre ellos. Sabía que devolverse a Akatsuki no era una opción si de todas formas Madara mandaba allí, así como tampoco lo era el desgastar su adormecido cerebro intentado acordarse de algunos de los escondites de su maestro, por lo que lo único que atinó como plan B fue llegar a la aldea más cercana. Con algo de suerte su rango como criminal le conseguiría una celda y debido al grado de seguridad ambos sujetos deberían detenerse un poco para evaluar la situación. Mucho tiempo seguramente no sería, pero al menos el suficiente como para poder sacarse la sustancia del organismo y encontrar una forma de escaparse, porque sabía que lo haría. Un buen par de explosiones y todo listo.

Lamentablemente para él, la aldea quedaba más lejos que la misma base.

Y como el mismo Tobi lo había dicho, su cuerpo no daba para tanto.

Realmente no había querido bajar la velocidad, es simplemente que a pesar de que su fuerza seguía intacta, su ser ya no podía manejarla como antes. Las piernas se le fueron deteniendo poco a poco hasta que fue obligado a bajarse de los árboles si no quería irse directo al piso y romperse la cabeza.

– Maldición... – O algo así había soltado, sabía que fue una grosería porque se estaba sosteniendo un costado de las costillas mientras arrastraba los pies. Nada le dolía ya, pero tampoco podía sentir los músculos.

Aceptarlo fue un golpe horrible a su orgullo, pero fue apenas una pequeña grieta en el camino lo que le hizo tropezar, y una vez de rodillas, supo que no había forma de que pudiera pararse de nuevo; A último momento lo único que atinó fue a reposar debajo de un árbol lo bastante bajo como para cubrirlo. Detestaba enormemente esconderse, pero ya estaba entrando a la fase donde no solo tenía adormecido el cuerpo, su mente ya se encontraba letargica también, por lo que una vez se hubo terminado de recostar la espalda sobre aquel tronco, no le importó demasiado cerrar los ojos.

La siguiente vez que fue vagamente consiente de algo, una mano le estaba levantando el flequillo del rostro en una especie de curiosa revisión.

– Te dije que no te quejases si te hacía correr – Comentó Madara en un ligero tono de burla, mirando de reojo a un Tobi que estaba algo más lejos.

– No pensé que llegaría tan lejos.

– Yo sí, por algo te dije que no le siguieras.

– De haber seguido mi sugerencia desde un principio no habríamos perdido tanto tiempo.

La voz de Madara se escuchó sarcástica.

– De haber seguido tu sugerencia hace rato que se habría muerto.

A Deidara la conversación realmente no le pareció relevante, lo único que si logró llamar su atención fue lo frío del ambiente y la humedad en la punta de sus dedos. Todo estaba bastante oscuro, por lo que debían ser al rededor de las once de la noche y muy probablemente había llovido con anterioridad, porque también tenía húmedas algunas partes de la capa. El árbol le había cubierto un poco, pero no lo suficiente para resultar ileso.

Sentía mucho frío y su cuerpo temblaba, pero el cansancio era demasiado superior como para preocuparse por ello. No obstante, a alguien más si pareció importarle, porque luego de experimentar un fuerte tirón, se sintió acomodado entre otro cuerpo que también estaba frío, desprovisto del calor natural de la vida. Podía oler el metal de la armadura y sentir el aire de seguridad por la confianza con la que comenzó a trasladarse con él en brazos. Aquel tenía que ser Madara, aunque le resultaba vagamente sorprendente que no le hubiese matado.

Le había dicho que no iba a colaborar y eso seguía en pie a pesar de todo, por lo que si la respuesta era no, lo lógico era que lo matase.

Pero no.

Sabía que estaba bastante vivo porque podía ver muchas cosas, pero le costaba diferenciarlas. Las imágenes y los sueños se le mezclaban una y otra vez, haciéndole imposible distinguir uno de otro. De hecho, lo único que supo que no fue un sueño fue la visión de la entrada a una clase de base subterránea, él había girado la cabeza con pereza para mirarla, y una voz había sonado muy cerca de su cabeza con apagado sarcasmo.

– No hay lugar como el hogar.

Arrugando un poco las cejas, comprendió que aquella era una de las primeras bases que tuvo Akatsuki, apenas había estado una semana allí antes de tener que mudarse, pero si la recordaba.

Agotado, echó la cabeza a un lado y volvió a dormirse.

Estaba seguro que había pasado un largo rato para cuándo volvió a despertar de nuevo, la luz no era natural, pero el ambiente se sentía  mañanero, con la frescura usual que viene con el despertar del día; De lo primero que tuvo control fue de su mano, usándola para tantear su cuerpo en busca de alguna herida grave. No tenía ninguna, tampoco algún vendaje, lo único curioso fue que justo encima de dónde había estado su herida la piel estaba levemente resbalosa, como si le hubiesen aplicado algún ungüento para el dolor, cosa que tenía sentido pues no sentía nada similar.

Se removió un poco y la sensación resultó agradable, estaba sobre algo bastante cómodo y caliente, se sentía tan bien que inconscientemente movió la cabeza de un lado a otro para sentir el suave roce de las sábanas contra su cuello. Ahora sabía que estaba sobre un futón muy grueso y reconfortable, el aire estaba bastante frío pero él se mantenía caliente gracias a un edredón rojo que le cubria hasta el pecho.

Y a pesar de su pesadez, se encontró genuinamente confundido. Se esperaba que le hubieran matado, torturado o en el mejor caso encerrado como un animal, pero al contrario casi parecía como si le estuvieran... cuidando.

– Interesantes técnicas son los Kinjutsus, ¿No crees?

Tras un largo parpadeo, Deidara reparo en la silueta sentada en el suelo de la habitación. Sus piernas estaban cruzadas y el dorso de su mano izquierda sostenía un rostro neutral que escondía una breve sonrisa.

– Me figuro que debes pensar lo mismo – Prosiguió al notar su silencio – Por algo habrás robado el que era de tu aldea.

– No lo robé porque fuera un Kinjutsu... – Seguía sintiéndose ajeno a su propia mente, su cerebro máquinaba las respuestas que quería pero las expresaba muy lento, casi tenía que expulsarlas a la fuerza.

Ignorante de su enredo, Madara se vió interesado en sus palabras.

– No, seguro que no – Concedió con algo de gracia – Tu historial de rebeldía es tan amplio que podría apostar a que ni siquiera te tomaste la molestia de documentarte por completo sobre la técnica antes de robarla.

– Sabía lo necesario – Argumentó sin mucho ánimo, la verdad no estaba entendiendo el porque conversaban sobre ello.

– ¿Que te serviría para explotar cosas y hacer tu arte, no? – Sacudió un poco su cabeza en lo que el flequillo le escondía la media sonrisa – Verás, Deidara, en la búsqueda del hombre por alcanzar el poder, nunca hay que olvidar que el orgullo y la avaricia pueden cegarte de una manera impresionante.

– ¿O sea?

– Debiste informarte más – Dictaminó en tono de voz muy serio que se entremezclaba con algo simpático.

Ni el sedante le obstruyo el mal presentimiento.

– Supongo que tu si lo habrás hecho –  Habló entonces, asumiendo con una calma antinatural el que estuviera metido en problemas por una irresponsabilidad de su parte. Al fin y al cabo no era nada nuevo.

– Por supuesto, y me conviene que seas participe de esa información. Así que comencemos con lo más básico ¿Te parece? – El Uchiha tomó una pose de quien sabe que se viene una larga conversación – ¿Qué crees que hace que una técnica se determine como un Kinjutsu?

De forma algo simpática, Deidara se imaginó de nuevo teniendo doce años y viendo clases en la academia.

– Que esté prohibida.

– Lo peligroso es lo que la hace prohibida – Especificó él – Y es peligrosa porque las técnicas de esa índole son demasiado impredecibles, nunca se sabe con exactitud qué puede suceder si se utilizan. El Edo tensei es un buen ejemplo, no cualquiera podría utilizarlo sin correr un alto riesgo de terminar con un batallón de cadáveres corriendo sin control, o que el mismo usuario se convierta en uno. La muerte y las deformaciones del cuerpo son excesivamente comunes – Entonces, cabeceó a una de sus manos – Me imagino que no naciste con esas, ¿O si?

Economizandose una respuesta obvia, Deidara se limitó a mirarlo para que proseguiera.

– Sin embargo, lo que no muchas personas se dan el tiempo de investigar es que así como cualquier otro Jutsu, un Kinjutsu también puede evolucionar o transformase. Una técnica sencilla puede moldearse para que sea más fuerte y peligrosa con el entrenamiento adecuado, aunque existen raras ocasiones en las que se puede obtener el mismo resultado de manera inconsciente, eso dependiendo el rango de prohibición que el Kinjutsu tenga, y teniendo en cuenta que te exiliaron de tu aldea como a un criminal, me imagino que ya sabrás cuál es tu caso.

– No puedo hacer nada diferente – No era exactamente eso lo que quería decir, había querido expresar que no había desarrollado más habilidades aparte de poder hacer esculturas explosivas, pero todo se le movía muy lento.

Madara se veía cada segundo más simpático.

– No que tú sepas.

– ¿Y por qué tú si? – Por mucho que se escuchara grosero, el hombre frente a él parecía imperturbable a su carácter.

– Tengo ojos y oídos en todas partes, escasamente algo suele escapar de mi conocimiento, y menos si de quién estamos hablando trabaja directamente para mí – Se acomodó un poco mejor sin borrar la expresión de profesionalismo – Pero no nos desviemos del tema, tus habilidades tienen la capacidad de expulsar el chakra de tu sistema e insertarlo en un objeto ajeno a tí – Escucharlo le pareció tonto porque ya lo sabía, pero lo siguiente no se lo vio venir – Al elevarse el Kinjutsu en un rango superior la habilidad que adquiriste fue, curiosamente, lo opuesto.

– No entiendo.

– Puedes absorber chakra.

– Claro... – Se sintió sonreír de forma rara – Jamás le he absorbido el chakra a nadie.

– De hecho si, y por bastante tiempo, además. Es solo que como no tenías conocimiento alguno de ello la habilidad pasa inadvertida a menos que se le ponga especial atención. Pero como las esculturas de arcilla son tu ataque por excelencia, las personas no estarán pendientes de ti sino de ellas. Además tú progreso tampoco fue tan repentino como para generar sospechas, algo bastante interesante si tenemos en cuenta que para lo silencioso que es, te ha proporcionado un nivel de almacenamiento de chakra que hasta un jinchuriki envidiaria.

– Eso no tiene ningún sentido... – Se habría llevado una mano a la frente de haber podido.

Madara alzó una ceja.

– Respóndeme algo, chico ¿Últimamente no te has sentido fuerte? ¿Como si pudieras hacerlo todo? ¿Como si fueras capaz de destruirlo todo?

"Ah, mierda..." Si lo ponía de esa manera entonces muchas cosas tenían sentido, que ahora tuviera la capacidad de absorber energía podría justificar el porque tenía tanto poder salido de la nada que no podía manejar.

– ¿A quien le absorbi el chakra? – Preguntó algo mas consciente gracias a la impresión, a lo que el fantasma de los Uchiha le miró fijamente.

– Bonita vista la que se ve desde esa azotea, ¿No crees?

"Maldito imbécil"  Hacerse a la idea de que supiera ese detalle no resultó tan difícil teniendo en cuenta que acaba de decirle que tenía espías en todos lados. Eso, sin embargo, no le eliminaba la molestia por la enorme falta de privacidad, y se encargó de demostrarlo al mirarlo mal.

– Si lo que querías era el chakra de ese Uchiha ¿Por qué no le convenciste a él que se uniera a tu bando? Te resultaba más fácil que andarme secuestrando.

– Quizás porque convencer a Itachi Uchiha de algo no es necesariamente la misión más sencilla, por mucho que tu pudieras creer lo contrario – La indirecta le pudo haber incomodado en otro momento, pero ahora la confusa frustración era mayor – Aparte, lo que de verdad me interesa obtener es algo más valioso que simple chakra Uchiha – Deidara le miró con interés ya que él no podía concebir los poderes de Itachi como algo "simple"; El hombre se desperezo un poco – Esto, chico, nos devuelve justo donde empezamos, a lo peligrosas e impredecibles que pueden ser esa clase de técnicas. En tu caso, el peligro radicó en la deformación que sufriste al punto de tener bocas en ambas manos, mientras que lo impredecible viene gracias a que no solamente puedes absorber chakra, también puedes utilizarlo a tu antojo, moldearlo con tus sentidos y convertirte en una obra de arte si esa fuera tu intención.

– Si, y también moriría – Añadió ya que la única manera de hacer eso era sacrificando su vida.

– No exactamente, de no haber tenido tanto poder ciertamente ese habría sido el único final posible, pero con tus nuevas capacidades la muerte no sería tu única opción viable. Podrías elegir no hacerlo en ese momento, retener la arcilla dentro de tu cuerpo hasta que necesites utilizarla, algo parecido a una bomba con cronometro que solo tú puedes activar. El truco, así como todo, está en el sentimiento.

– ¿Sentimientos? – Inquirió, alzando leve ambas manos – Estas bocas solo hacen lo que pienso.

– Esas si, pero esa no – Apuntó a esa que tenía fuertemente cocida en el pecho – Esa boca en particular no está conectada a tu cerebro, sino a tu corazón. Es por eso que no puedes obligarla a que escupa la arcilla, es por eso que no puedes manejarla y me imagino que también es por eso que decidiste sellarla. Tiene un uso muy diferente a las otras ya que con ella no puedes crear una escultura, principalmente porque su uso radica en que no necesitas de un objeto, con tu cuerpo es suficiente para crear una bomba de proporciones épicas, transformandote en un arma de destrucción masiva si eso quisieras – Inclinándose un poco hacia adelante, algo más entusiasta le tiñó la expresión – Dime, Deidara ¿En qué pensabas cada vez que subias allá arriba?

Era una interesante pregunta ya que nunca se había detenido a pensar que pasaba por su mente en esos momentos. Por lo general todos sus pensamientos se enfocaban en su acompañante y las diversas sensaciones que podía llegar a experimentar estando juntos, ¿Pero... esculturas? Para nada, apenas y pensaba en explosivos, para empezar por allí.

Torció la boca.

– En nada.

– No pensabas – Asintió él resucitado – Pero sentías, y como solo necesitabas de un sentimiento para hacer que funcione, entonces el Kinjutsu estaba activo. El detalle es ¿Que hacer? No tenías la intención de hacer ningún arma, de modo que el Jutsu estaba funcional pero sin ningún objetivo, ¿Y que crees que pasa cuando se deja a una técnica actuar sin supervisión?

– Se sale de control.

– Como en este caso, solo que en vez de convertirte involuntariamente en una bomba como sería lo natural, tú le añadiste un ingrediente sustancial que transformó la acumulación de chakra en algo diferente.

– ¿Y eso que fue?

– Insisto, la vista debe ser muy buena.

Deidara entrecerró los ojos, una parte de su cabeza entendía sin problemas la indirecta mientras que la otra contenía un grado de ignorancia tan grande que le dificultaba el trabajo a la primera.

– ¿Eso que mierda tiene que ver con...?

– ¿Sabes que es esto? – Le enseñó una fotografia en la que se veía un fragmento de un cementerio. Lo identificó como las tumbas que había encontrado antes – Tu compañero mencionó que lo nombraste un cementerio Uchiha, y eso es más o menos correcto. No es un cementerio para cualquier Uchiha, es uno que yo mismo construi hace muchos años para resguardar de los curiosos los cuerpos de mi familia.

"¿Familia?" El nombre de Izuna Uchiha lo había oído alguna vez, pero no sucedió igual con el resto de inscripciones en las lápidas. Supuso porque muy poco se sabía de la vida de Madara previo a la llegada de Hashirama.

– Por lo mismo no cualquiera puede entrar – Continuó – Al menos no alguien que quisiera robar sus ojos o huesos para algo contra el clan. Apliqué una técnica de sellado para ello antes de morir, y es por eso que solo un grupo específico de personas puede entrar. Es una maniobra bastante práctica y útil, la misma que volví a utilizar en eso – Señaló un punto a la izquierda, allá en donde sus ojos azules pudieron ver encima de una mesa el grueso pergamino que Tobi le había enseñado hace poco – Obito me comentó que te vió con las tumbas, y como eso era casi imposible tome la decisión de investigarte un poco. Una vez planteada mi teoría, decidí salir de dudas con eso.

"¿Obito?" No le sonaba el nombre en ningún lado, y le impresionó un poco que ese fuera el nombre real de su compañero.

– Te dijo lo que verías adentro y en cierto modo no era mentira, un burdo acertijo era lo que otra persona pudo haber visto, pero tú pudiste ver a través de él con una enorme facilidad. Justamente porque cumples con los requisitos para hacerlo, los mismos que se necesitan para ingresar al cementerio de mi familia.

– ¿Requisitos?

– Dime, chico ¿En quien crees que confía un Uchiha? – Algo muy parecido a un tenebroso entusiasmo sobresalía en su voz.

Deidara movió los ojos en todas las direcciones posibles antes de optar por la respuesta más obvia.

– En otro Uchiha.

– Exactamente, en mi caso resultó práctico ya que si tomamos en cuenta la escasez de miembros sería muy difícil que alguien perturbara el lugar, menos cuando Obito trabaja a mi lado, Itachi no se interesa en esos asuntos y Sasuke apenas despega la cabeza de su absurda venganza infantil – Formó un gesto de desdén que fue rápidamente reemplazado por otro más entretenido – Es más simbólico que otra cosa, la sangre de los Uchiha es demasiado valiosa y más en estas épocas, por lo cual jamás hubiera dejado que alguien que no la poseyera colocara un pie en un sitio tan sagrado, así como tampoco hubiera podido leer los números en el pergamino.

– Algo habrás hecho mal, entonces –  Casi como sintiendo que el preámbulo ya era lo suficientemente largo, Madara terminó de inclinarse un poco más antes de ofrecerle una sonrisa de preocupante cinismo.

– Deidara, te lo pondré de esta manera: Si portas sangre Uchiha – Hizo una pausa significativa – Solo que no de la manera que estás imaginando.

El silencio que prosiguió a continuación fue uno de lo más calculado, pues aunque a Madara se le notasen intenciones de agregar algo más, estaba callado, casi como si deseara que lo asimilase primero.

Cosa que no iba a pasar jamás en su putísima vida, por supuesto.

No tenía la mayor idea de cómo logró sentarse, pasando por alto la pesadez gracias al tremendo cortocircuito mental que le sobrecalento el cerebro. Y es que aparte del hecho de que había pasado de estar en una misión cualquiera a acabar literalmente secuestrado con sabría Dios que porquería psicotrópica, ahora querían que realmente se creyese que el motivo de dicho secuestro y tanto preámbulo era para decirle que su acto criminal preadolescente había conseguido que se transformase en el contenedor de los genes del clan que más odia en todo el universo.

Lo peor de caso es que a pesar de los factores obviamente absurdos como aquello que tenía entre las piernas, había mucho que encontraba lógico en esa teoría, en especial el asunto del chakra. Aunque eso, por supuesto, no es como si hiciera el asunto más fácil de digerir. Es especial porque por muy prohibida que hubiera estado esa técnica, era probable que en algún momento fuese necesaria, y estaba bastante seguro que aquel que le hubiera tocado utilizarla le habría encantado saber que entre los efectos secundarios a largo plazo estaba la posibilidad de cargar genes ajenos si por azares de la vida le daba por tener sexo salvaje con alguien.

– ¿Crees que miento? – Cuestionó el Uchiha.

– Lo que creo es que estás demente – Aún estaba como alucinado, y si a eso le sumaba la parálisis mental que estaba sufriendo, lógico que las esquinas de su visión estuvieran algo borrosas.

Unos toques detrás de la pared le sobresaltaron un poco, mientras Madara se levantó de su sitio viéndose muy serio.

– Te dejo para que puedas terminar de recuperarte, pero en lo que tienes un tiempo a solas te recomendaría que en vez de estar dándole vueltas a cosas innecesarias, pregúntate mejor si alguien como yo perdería el tiempo por algo en lo que no estuviera seguro.

A pesar de toda la situación, quedarse solo no fue para nada reconfortante.

Aún estaba demasiado cansado como para darle demasiadas vueltas a la idea sin sufrir un desvanecimiento crítico, pero ya podía sentirse más conectado con su propio chakra, por ello intentó concentrarse en el mismo, en la manera en como corría por todo su sistema. Podía visualizar aquella línea casi traslúcida de un azul llameante correrle por las venas, pero no de la manera en que lo hacía normalmente, todo estaba demasiado borroso, desdibujado. La imagen de sus propios órganos apenas era visible debido al revuelo de nueva energía que se paseaba por todo su sistema, por lo que sencillamente no pudo confirmar ni negar casi nada.

Excepto una cosa.

Efectivamente, el chakra que cargaba no era solo suyo, pues aunque la técnica lo hubiera cubierto lo suficiente para que así pareciera, lo cierto es que en el fondo se podía ver con claridad aquella energía robada, y a que persona en particular le pertenecía.

Comprendiendo que necesitaba más claridad para terminar de comprenderlo, volvió a cerrar los ojos y dejó que el resto de la fórmula desapareciera de su sistema. Le tomó un par de horas, pero para cuándo volvió a abrir los ojos, ya estaba mucho más sobrio que antes.

Lo primero que hizo fue salirse de las sábanas, tocando suelo con inestabilidad pero determinación. Caminar era mas o menos lo mismo que estar ebrio, solo que sin la sensación de estupidez o las ganas de vomitar todo; Ubicarse en el lugar resultó todo un lío, no tenía muchos recuerdos y aparte ni siquiera sabía dónde podría estar Madara, por ello optó por vagar hasta que se topó con la cocina, al fin y al cabo en algún momento irían a buscarlo y esos lugares terminaban siendo la opción obvia.

Sin embargo, al llegar, resultó que el único que faltaba era el.

– Enhorabuena – Exclamó un sarcástico Tobi quien le daba vueltas a un cuenco de ramen.

Madara estaba a un lado sin nada para comer, pero estaba recostado de manera informal sobre la pequeña mesa.

Dió una seca palmada al piso.

– ¿Por qué no te sientas?

Sus intenciones en circunstancias diferentes habrían sido volarle la cabeza, pero seguía necesitando saber demasiadas cosas y solamente ese hombre podría dárselas. Ya podría escaparse o volarlos a todos.

Al tomar asiento, sin embargo, su anterior compañero captó su atención al empujarle el cuenco en su dirección.

– ¿No te dije que te daría algo que te haría sentir mejor? – Se había escuchado tan empalagosamente falso que, tras mirarlo unos segundos sin expresión, Deidara golpeó el recipiente en su dirección con fuerza. Habría golpeado su cara de no haberse vuelto intangible a tiempo – Vaya manera de dar las gracias – Se burló.

– Vete al puto infierno – No sabía cómo se las estaba arreglando para no poner sus manos al rededor de su cuello y ahorcarlo – Eres un maldito traidor.

– ¿Traidor? No lo creo, para ello debería haber traicionado a Akatsuki, y si te fijas con quién trabajo, notarás que no estoy haciendo nada desleal.

– Es suficiente, Obito – Habló el Uchiha adelantándose a una posible pelea y procediendo a mirar al rubio con cortesía – ¿Te apetece algo?

Los ojos azules se vieron fríos.

– Detalles.

– Muy bien – Se irguió un poco más – ¿Que quieres saber?

– Tu copia de mal gusto está demás – Soltó con una cara indiferentemente fría que cualquier Uchiha hubiera admirado.

El enmascarado movió la cabeza a modo de entrever su descontento, pero Madara le despidió con un movimiento de su mano; Se fué con mal ánimo, pero su ausencia fue positiva para un Deidara quien no se dió el lujo de parecer ni un poco nervioso, al contrario, su prioridad fue verse de la misma manera que siempre, y fue con ese mismo aire de orgullo y altanería que comenzó a hablar.

– Tengo entendido que el chakra puede hacer muchas cosas si se sabe como utilizarlo, pero de allí a transformarse en... esto – No encontró una mejor manera de expresarlo – Hay un largo trecho que no termino de entender.

– Lo primero que debes comprender, Deidara, es que tu ya creabas vida desde antes, solamente que de una manera menos drástica. Tus animales de arcilla no son marionetas como las que manejaba tu compañero ni tampoco cadáveres como los que utiliza Pain, lo que tu haces es formar un cuerpo con tus manos y depositar allí la suficiente energía para darle vida, casi como un alma. No son juguetes ni tampoco las armas que la mayoría piensa, son creaciones, seres creados del polvo, justo como la religión habla del inicio del hombre.

– Puede ser – Elevó una ceja – Pero eso no me explica cómo fue que de repente salte a la parte más drástica.

– No es tan sorprendente si lo piensas bien, sobretodo teniendo en cuenta que pusiste todos los ingredientes necesarios para que se dieran las condiciones – El Uchiha se vió entretenido por la forma en la que el rubio le puso una cara de quién no está para indirectas – Intenta imaginarlo de esta forma: Debiste comenzar a absorber chakra aproximadamente un año después que adquiriste la técnica...

"Unos quince años más o menos..." Su mente había pensado que eran los dieciséis, pero se le había olvidado que estuvo en varios grupos terroristas antes de Akatsuki sin contar el tiempo que estuvo solo. Aunandole eso a que estuvo a pocos meses de cumplir los quince cuando desertó, por lo que se podría decir que la fecha más exacta serían los quince años, algo cerca de los dieciséis.

– Tu cuerpo, en especial la boca que tienes en el pecho, reaccionó evolucionando ante tu exigente nivel de entrenamiento y comenzó a absorber el chakra de cualquier persona que estuviera lo suficientemente cerca de ti, sin embargo, teniendo en cuenta que no durabas mucho tiempo en ningún lado, es posible que la fuerza que obtuvieras no fuera tan significativa como para notarla, aparte de que igualmente esa energía robada se gasta como la que ya posees. Siguiendo ese patrón quizás hasta lo tomaste como un progreso por tu esfuerzo.

"Es verdad..." Habían épocas en las que mejoraba más que en otras ocasiones, pero no creyó que la absorción de energía tuviera que ver.

– El problema aquí comienza cuando fuiste obligado a pertenecer a Akatsuki, ya que tu rango de opciones comenzó a limitarse. Y como no tenías control alguno sobre la evolución del Kinjutsu, he de suponer que se limitó a absorber solo a la persona que estuviera constantemente más cerca de ti.

– Ese era Sasori – Mencionarlo le removió un poco los recuerdos, pero su aclaración solamente hizo a Madara sacudir la cabeza.

– El problema, chico, es que tu compañero no era un ser humano normal, su fuerza no fluía de la misma manera que lo haría un ninja cualquiera. El centro de todo su poder estaba enfocado en su pecho, que era lo único de humanidad que tenía, y para que tú lograses absorber algo de allí debías estar más cerca de lo que él te hubiera permitido estar. Por ello nunca pudiste tener ni un poco de su energía, y por lo mismo la técnica comenzó a buscar a otro candidato que si pudiera absorber... – Se detuvo un segundo para entrelazar casualmente los dedos – Es aquí cuando entra quien estás pensando.

"No te creo esa mierda..." Cerró brevemente los ojos, pero por supuesto que tenía que ser él, pasaba más tiempo en ese bendito último piso que en cualquier otro lado. Haciendo eso, el Uchiha se transformaba en la opción predilecta.

– Según Pain, solías perderte por demasiado tiempo a pesar de que entre ustedes no se notaba nada digno de destacar, pero aún si los primeros años no hubo un contacto que fuera excesivamente cercano, con mantenerse en un rango de distancia razonable podías quitarle lentamente su chakra.

– Y entonces se fue acumulando... – Divago unos segundos, sacudiendo un poco la cabeza – ¿Pero por qué se acumuló en primer lugar? ¿Que acaso no debería haberse gastado como las otras veces?

– Si lo hacía, es solo que como en este caso la fuente de donde la sacabas no fue reemplazada, terminabas absorbiendo más de lo que gastabas. En Akatsuki no todo el tiempo habían misiones, y si le agregamos el usual sedentarismo más una cercanía considerable, resultaba lógico que esa acumulación de energía fuera demasiada como para simplemente ser utilizada de soporte. De haberla mantenido de forma superficial pudiste sufrir heridas internas, hasta explotar en contra de tu voluntad – La idea de aquello le dió escalofríos, muy en contraste a la celestial tranquilidad del hombre mayor – Afortunadamente para ti, te centraste en la creación de un ataque bastante inteligente, ese en el que tragabas la arcilla para crear explosiones más letales. El conocimiento inconsciente de aquello le dió pie a que el Kinjutsu hiciera lo mismo con el chakra sobrante, adentrandolo en lo más profundo de tu sistema hasta que llegase la hora de que lo necesitaras.

– Lo que necesitaría sería una bomba – Algo como un desagradable cosquilleo se le paseó por la columna a la vez que una ira frustrada le calentó las venas – Una maldita bomba – Especificó con más dureza – No esta mierda.

– Cierto – Indiferente de su rabia, Madara asintió – Pero como te dije antes, eso lo hiciste posible con un elemento sustancial que agregaste a la mezcla, y es que como me imagino que ya debes saber, se puede sacar energía, memoria genética e incluso chakra de los fragmentos del cuerpo más pequeños. Una gota de sangre o un pedazo de piel es suficiente para replicar el poder de su portador si sabes cómo hacerlo – El Uchiha dirigió una mano al cuello de su armadura, y la dobló la suficiente para dejar ver el inicio de lo que parecía ser una piel más pálida de la cual Deidara podría jurar que le sobresalía una cara humana – Por ejemplo, las células del primer Hokage me ayudaron a mantenerme con vida por muchos años, no fue sencillo pero tampoco imposible. Y cuando ustedes dos decidieron comenzar a utilizar ese último piso para algo más que tomar el té viendo la lluvia, le dieron la oportunidad perfecta a tus habilidades de absorber algo que no habían absorbido antes.

Con los labios fruncidos y la mandíbula tensa, Deidara junto sus cejas.

– ¿Que cosa?

– Material genético – Decir que no se la vio venir habría sido un engaño cruel; El resucitado hizo un gesto con la mano – Por supuesto, era biológicamente imposible que ese material tuviera acceso al centro de la energía porque el pase era y sigue siendo nulo. Por lo menos en lo que al sentido literal de la palabra se refiere. Sin embargo, nunca necesitaste tocar a alguien para tomar su fuerza, de la misma manera que tu poder no necesitó contacto directo con la carga genética, simplemente la absorbió cuando estuvo lo bastante cerca, y para ello la función viene siendo la misma.

– ¿Y ya? – Estaba seguro que su cara demostraba una gracia que no sentía, pero es que todo estaba resultando demasiado hilarante de una forma muy bizarra – ¿Eso es todo?

– Por supuesto que no, ¿No vas a creer que fue tan sencillo, o si? De haber sido así hace tiempo que pudiste haber caído en esta situación.

"Joder, amén que no" Deidara retuvo las ganas de sostenerse el puente de la nariz ya que de joven sus prospectos de amantes fueron un total desastre. Con ellos como referencia Itachi no resultaba una opción tan mala; Aparte, manejar este problema a sus diecinueve era mejor que a los quince, a esa edad se veía suicidándose primero. Al menos ahora podía mantener la cabeza fría.

– Entonces no fue sencillo – Comentó para confirmar, haciendo al otro asentir.

– La cantidad de energía era demasiado superior al material genético que muy posiblemente le aportaste el primer día, por lo que obviamente obtener un resultado positivo hubiera sido imposible los primeros días, incluso los primeros meses, y mucho menos si eran esporádicas las ocasiones ya que la alta condensación de chakra Uchiha ligado al tuyo hubiera incinerado la carga genética nueva. Sin embargo... – Y dejo la frase a medias, observandolo como si pudiera ver todos sus pecados.

No sé lo recriminaba en lo absoluto, estaba demasiado al tanto de lo excesivamente excitados que podían ser ese Uchiha y él con solo respirar el mismo aire, el detalle es que jamás imaginó que eso podía ser un problema; "Maldición, que ni siquiera nos decimos los buenos días" No eran una pareja, mucho menos amigos, simplemente se acostaban porque se gustaban y eso era todo. ¿Que tan malo podría ser repetir un par de veces sin miedo al compromiso?

– También cabe la posibilidad de que alguna que otra vez funcionase en una medida pequeña, algo así como una especie de concepción a medias. No es lo suficientemente estable como para formar algo real, pero sirve como base sólida temporal en caso de que exista una siguiente vez en un corto lapso de tiempo, elevando las posibilidades de un resultado positivo.

Pues bastante malo, al parecer.

Porque verga, tremendo compromiso.

– En resumen, le diste rienda suelta a tu habilidad de creación para hacer lo que quisiera, y teniendo en cuenta que le agregaste material genético, un chakra ajeno completamente compatible con esa genética ya que proviene de la misma persona, un sin número de repetidos intentos y que la procreación es una necesidad primaria que tenemos todos los seres humanos grabado por instinto... digamos que ustedes lo hicieron demasiado fácil.

– Fantástico – Bufó, increíblemente ofendido de no encontrar una objeción a esa teoría tan estúpidamente calculada – ¿Y ahora que? – Soltó un segundo después – ¿En qué tienes que ver tú y tu perro de compañía?

Como feliz de haber llegado al punto que le involucraba, Madara se giro para verlo de frente con la misma cara de negocios que había tenido en un primer momento.

– Es aquí cuando volvemos al trato que te ofrecí al principio.

– Me ofreciste mi libertad con la condición de permanecer un tiempo aquí. Bueno, aquí me tienes, y sin embargo sigo encontrando absurdo que solo pidas eso a cambio – Endureció el semblante al más serio que tenía – Dime de una vez que es lo que estás ocultando.

– No es algo muy complicado, la verdad. Tampoco hace falta demasiada explicación al respecto ahora que lo sabes todo, yo sigo ofreciéndote exactamente eso que quieres, y a cambio yo obtendre un bonus extra que me va a ser de utilidad en esta guerra que se avecina.

Por mucho que Deidara no pudiera considerarse a si mismo un genio, no se le hizo demasiado difícil identificar lo que quería decir con eso. Su cabeza retrocedió un poco, y sintió sus cejas alzarse con lentitud ante el descubrimiento.

– Quieres que te lo venda.

– Si – Sin un apice de duda una sonrisa confiada trepó a su rostro – Puedes verlo como un cambio si te parece mejor, tú me entregas al niño cuando nazca y en recompensa yo te doy tu baja oficial de Akatsuki. Pain estaría al tanto de ello, por lo cual no tendría motivo alguno para buscar represalias en tu contra. Una vez libre, lo que decidas hacer ya es tu asunto.

Deidara estaba sonriendo un poco, no por nada chistoso, más bien lo hacía porque no hallaba la manera de terminar de procesar el hecho de que no habían pasado ni dos minutos de confirmar que era el contenedor de los primeros genes Uchiha gestados en años y ya los estaba negociando.

Bueno, él no. Pero tampoco estaba diciendo nada para negarse.

– La guerra va a llegar en muy pocos años, quizás el siguiente o puede que esté mismo – Entrecerró los ojos – ¿De que te puede servir un mocoso?

– Ya te acabo de explicar lo fascinantes que pueden llegar a ser los genes, si de un pedazo de tejido yo pude escapar de la muerte, imagina lo que podría obtener de una persona viva – Al más joven eso le olía a experimento por todas partes, pero como esperando una respuesta similar, el Uchiha se encogió de hombros – Además, hay muchas cosas que pueden resultar mal durante la planeación de un apocalipsis como este, siempre pueden surgir atrasos, y si se llegase a dar el caso siempre es bueno tener ayuda extra. Un buen guerrero nunca está demás, y si no... – Algo de una retorcida malicia se oyó en su voz – Entonces también podría usarlo para convencer a Sasuke Uchiha de colaborar en nuestra causa, el chico no es que sea un genio, pero es prometedor y parte mi clan. Ese jinchuriki del Kyubi puede llegar a ser muy convincente según me han dicho, pero estoy seguro que no habrá manipulación emocional que consiga poner a Sasuke de su parte después de enterarse que tengo al hijo de su hermano.

Deidara frunció el ceño.

– Sasuke Uchiha desprecia a su hermano.

– Por ahora – Había algo que escondían esos ojos negros relucientes de malicia, y debía ser bastante grande ya que Deidara no veía el porque Sasuke querría al hijo de la persona que asesinó a sus padres, más no indagaria en ese tema.

Suficiente tenía con sus propios asuntos.

– Entonces, las posibilidades son – Deidara levantó una mano y comenzó a enumerar –: Ser la rata blanca de laboratorio, el secuaz de un sociopata para destruir el mundo o el objeto clave para chantajear emocionalmente a un adolescente traumatizado – Ladeó la cabeza para verle con sarcasmo – Vaya futuro.

– Hay destinos peores – Se desentendió el otro – De todas maneras ¿Que te importa? Tu no tendrás que hacer nada.

– Nada, salvo soportar meses aquí encerrado y aparte teniendo que aguantar un minuto más de esta locura – Estaba bastante seguro de que aún no lo había procesado como debería, pero la única respuesta que se le ocurría era bastante firme – Absolutamente no.

Madara le miró con fijeza.

– ¿No aceptas la oferta, entonces?

– No.

– Pero no porque te importe – Ni siquiera se lo estaba preguntando, y eso por alguna razón le molestó.

– ¿Eso que tiene que ver?

– Tiene todo que ver – Escuchándose obvio a la vez que severo – Tu no eres un hombre como cualquier otro, Deidara. Eres arrogante, orgulloso, con un estima tan alto en tus capacidades que no te permite interesarte por nadie más que no seas tu mismo.

– Te equivocas – Interrumpirlo fue justo y necesario. Equivaliendo su severidad a la perfección – Soy orgulloso pero no solo pienso en mi mismo, me importan otras cosas.

– Pero no las suficientes para hacerte cambiar – Aquí algo más cínico relució en sus ojos – ¿Acaso el compromiso de Sasori por Akatsuki te hizo querer quedarte? ¿Acaso el amor de tus compañeros en tu aldea te interesó cuando volaste sus edificios? ¿Acaso el respeto del tercer Tsuchikage calmó tus ansias de poder?... – El Sharingan apareció con silencioso giro, y él sonrió cruel – ¿Acaso tu relación con Itachi Uchiha te quitó las ganas de escapar?

Estático como una roca, Deidara apretó los dientes.

– No.

Relajándose entonces con una mueca de satisfacción, el azabache se giró el cuello de forma distraída.

– Puede que no lo parezca, pero tú y yo no somos tan diferentes. No somos la clase de persona que cambia sus metas por el amor o esos sentimientos débiles que utilizan las personas para manipular a otros. Nuestros ideales son y siempre estarán primero.

– Mis planes no son los mismos que los tuyos.

– Pero si incluyen beneficios que te interesan. Te ofrezco una vida libre con una reputación que evitará que alguien quiera capturarte y la oportunidad de irte de Akatsuki para siempre, eso es justo lo que siempre has querido, ¿Me equivoco? A cambio, solo te pido algo que nunca quisiste y al parecer tampoco te interesa, porque para lo malo que haces ver mis intenciones no te he escuchado mencionar ni una sola palabra sobre tu desafortunado accidente.

El artista torció la boca.

– Acabo de hacerlo.

– No, lo único que dijiste sobre la oferta fue no querer aceptarla porque no quieres llevar esto a termino, no porque de verdad te importe lo que le vaya a pasar en un futuro o te interese conservarlo – Sus ojos miraron muy fijamente los suyos – La verdad, Deidara, es que de haberlo sabido por tu propia cuenta de todas formas lo hubieras desechado. Así que, ¿Cuál es la diferencia? Al menos con mi trato sales ganando algo.

Parte de la ira que le había estado manteniendo de malas mermo un poco, y la razón era sencilla. Él no era la clase de persona que se da el tiempo de pensar a fondo algo, por lo general se limita a escoger aquello que le resulta más obvio, aunque no necesariamente fuese lo más fácil. Por lo tanto, negar que de haberlo sabido estando solo y no hubiera hecho lo que Madara sugería era mentir horrible y miserablemente. El caso probable es que simplemente hubiera pensado en si esto era lo que quería, y como la evidente respuesta era no, entonces la decisión era sencilla.

No le afectaba. Jamás había sido sentimental, no formaba vínculos fuertes con ninguna persona y se sentía bien estando solo con su arte la mayoría del tiempo. Es verdad que tenía cierta estima especial por Itachi, más también era cierto que ni su opinión al respecto o el peso su apellido casi extinto le hubiera hecho cambiar de opinión.

Porque sencillamente él solo tenía una cosa en mente: Libertad; La familia era algo a lo que había renunciado hace demasiado tiempo y ya no formaba parte de su lista de intereses. El descubrimiento que había hecho hoy no cambiaba nada en lo absoluto, seguía añorando su libertad, pero tampoco deseaba conseguirla cumpliendole el capricho a nadie, mucho menos si el precio era atravesar unos meses que para él ya pintaban ser todo un infierno.

Como dando por finalizado todo, el Uchiha existente más viejo en el mundo ninja se levantó con cuidado y le miró desde su altura.

– Me imagino que entiendes que si no me detuvieron cinco naciones para formar una guerra, tu respuesta muchísimo menos.

"Cuando no es una maldita cosa es otra..." Sus puños se apretaron con fuerza ante la inminente realidad que ahora aparentemente esperaban que aguantase, pero que ya estuviera acostumbrado a estar recluido en Akatsuki no significaba que la idea del secuestro le gustara. Menos si le agregaba ese detalle.

– ¿No habías dicho que mi opinión importaba? – Recriminó entonces.

Como si Madara de pronto encontrase algo muy divertido, sacudió su cabeza y dejó salir una sonrisa de orgullo.

– Por supuesto que importa, de ti depende como acaba todo esto.

– ¿Acabar?

– Deidara, solamente tienes dos opciones – Alzó dos dedos con rigidez, para posteriormente bajar uno – Las dos son prácticamente iguales salvo que en una te puedes ir lejos después de que me lo entregues, siempre y cuando jures no volver y hacerte a la idea de que nada de esto sucedió nunca, mientras que yo cumpliría con mi parte y podrías hacer lo que quisieras con tu vida. En la otra, de todas maneras tienes que quedarte hasta el final, pero si te niegas a irte o a tratar de no hacerlo solo, me parece que no hace falta aclararte que no me va a importar en lo absoluto deshacerme de tí.

"Pues fabuloso"  Bufó sin gracia alguna en su cabeza, por lo menos en Akatsuki su vida no tenía fecha de caducidad como si fuera un envase de leche procesado, aquí al parecer sólo contaba con unos meses a lo mucho si optaba por no cooperar, pero bien que podía ser una estafa y de hacerlo Madara igualmente podría tratar de matarlo.

Y lo conseguiría, esa era la peor parte.

– Come algo – Casi demandó el azabache, levantándose finalmente para salir del lugar – Tu estado de salud tiene que ser bueno si no quieres morirte pronto, así que escoge algo y cómetelo. Puedes ir a donde quieras en la base, pero uno de nosotros siempre estará aquí, así que no intentes escaparte.

Lo que faltaba.

No comió nada cuando el Uchiha se fue, primero porque no le daría el gusto, segundo porque no tenía hambre y tercero porque aún tenía mucho sueño y demasiadas cosas que terminar de procesar, de modo que en vez de alimentarse se fue a terminar de sacar esa sustancia de porquería de su sistema. No sé durmió en la habitación que habían acomodado para él, se limitó a hacerlo en una cualquiera como una silenciosa protesta que muy pronto se haría muy grande.

Ese día tuvo su primera pesadilla en mucho tiempo. Soñaba que volaba en su ave y de pronto una minúscula bola de energía surgía de su cuerpo para comenzar a tragarselo lenta y dolorosamente en lo que él se asfixiaba con su propia sangre.

Simpáticamente, si Deidara podía elegir una escena que representase su situación actual, esa sin dudas sería la indicada.



            OoOoOoOoOoOoO



No hubieron pasado ni dos días cuando Deidara se dio cuenta de un detalle de lo más importante, y es que a diferencia de Akatsuki en donde su presencia era necesaria más su vida no es como si tuviera mucha prioridad, aquí era justo al contrario. Su estado físico y mental era tan importante como necesario, y aún si los pequeños detalles no se lo hicieron saber, como una comida casi gourmet que hace décadas no consumía, al agua caliente o la privacidad en una alcoba que ni a Itachi Uchiha hubieran puesto a dormir, si lo hizo ese mismo día cuando finalmente luego de estar en un estado óptimo de energías, salió de la base para ver que estaban justo en medio de un enorme bosque de árboles inmensos. Era difícil identificar en que lugar del planeta estaba exactamente, bien podía ser dentro de los límites de Konoha como puede que no, todo era muy subjetivo.

Tobi había estado sentado en una roca, mientras que Madara lucia indiferente recostado en un árbol. No obstante, cuando su presencia se hizo notoria su ex compañero se puso de pie.

Madara le dió una mirada seca de aburrimiento.

– No lo provoques.

A Deidara seguía dándole algo de gracia como el Uchiha se refería a él como si fuera una bomba andante que explotaria ante el primer disgusto que agarrase, cosa que no era exactamente cierta pero si se le acercaba bastante. Eso lo hacía más chistoso aún.

El artista había mirado de reojo el bosque, y el Sharingan de Madara lo notó.

– ¿Piensas intentarlo? – Su intriga chispeada con algo de humor.

Él se limitó a encogerse de hombros.

– Sería un insulto si no lo hiciera.

– Tiene sentido, posees una terquedad casi tan grande como tu orgullo, que escapases no sería una sorpresa.

– Tal vez – Mascullo él, inspeccionando su rostro con ironía – Además no sería tan complicado, al menos no para mí, ¿O si?

Como encontrando algo bastante divertido, Madara se ubicó de forma más cómoda para observarlo.

– Cierto, tu estado salud es indispensable para mi ahora, por lo tanto, y como de seguro estás pensando, luchar contigo no es una opción.

– Eso te pone en desventaja, ¿No crees? – Su tono de cizaña le hizo sonreír.

– Más o menos, el Genjutsu también desequilibra el flujo de chakra en cierta medida, y considerando que en tí es casi obligatorio que te mantengas en un estado de fluidez constante, usar el Sharingan tampoco viene siendo una buena opción, mucho menos el Mangekyo.

– Es aquí cuando me sacas tú plan de reserva – Le miró con apatía – Porque no veo a ninguno de los dos trayendome aquí sin algo seguro.

– Siempre hay maneras de reducir a alguien sin usar las opciones obvias, al fin y al cabo logramos traerte aquí sin problemas.

– Y si pudimos una vez, te aseguro que lo haremos otra – El hombre que ahora identificaba como Obito dejo caer su cabeza a un lado con falsa inocencia – Pero eres libre de intentarlo si quieres.

Deidara torció la boca, era un hecho innegable que se iba a escapar tarde o temprano, el detalle radicaba en que no podía utilizar las mismas estrategias de siempre, ya que comprendía sin lugar a dudas que si quería salir de esta debía ser prudente e inteligente. Vencer a Uchiha Madara era imposible en sus condiciones normales, pero estas no lo eran, y él tenía mucha ventaja. No podían herirlo de gravedad y mejor aún, tampoco podían utilizar sus ojos, lo cual les restringía una cantidad bastante considerable de sus ventajas sobre otros ninjas.

¿En resumen? Podía ganar, pero debía ser astuto.

Gruñendo con insatisfacción, Deidara se giró un poco para después sentarse en el lado opuesto del lugar con mala cara. Su elección fue obvia, y su resignación también.

Al menos por ahora.

Obito apenas le miró unos segundos para luego seguir revisando sus armas, pero Madara no. Él le continuó mirando de la misma forma que el gato cuando sabe dónde se encuentra escondido ratón, y solo espera a que decida salir; Deidara sabía que le tenía en la mira por si hacia alguna maniobra súbita, pero no se iba a rendir por ello. Y cuando ambos ojos chocaron a través del amplio bosque escondido, un solo pensamiento surgió del fondo de su ser, un amplio y potente grito lanzado desde el centro de su terca e inagotable voluntad.

"Esto es guerra"









Continuará...

Notas finales:

Aclaraciones:

1_ Cuando hablo de que una técnica puede transformarse en otra más letal simplemente me estoy refiriendo a que sube de nivel pero mantiene su forma base. Ejemplo: El Rasengan es una técnica incompleta, pero con entrenamiento Naruto pudo crear el Rasen Shuriken y todos sus derivados, ¿Lo captan?

Aquí básicamente la teoría que expuse fue que consiga el mismo resultado pero sin haberlo propuesto. Esto básicamente decidí sacarlo ya que Naruto en Shippuden de repente sacaba unas variantes del Rasengan super wtf que yo quedaba de Ándale, ¿Y eso de dónde salió? XD Lo que me dió la idea de que a veces el entrenar te puede crear un arsenal de ataques que no hace falta practicarlos para poderlos usar, puesto que básicamente son la misma técnica que utilizan siempre solo que ligeramente diferente. Pues bueno, esto es más o menos lo mismo.

2_ Tengo entendido que como los Kinjutsu ya son de por sí técnicas muy difíciles de manejar no se transforman, sin embargo, tampoco es que hubiera alguien que lo intentase. Además el Eso tensei también es un Kinjutsu super jodido y a el Madara le valió tres kilos de verga pues logró liberarse de él por sus santos cojones, ¿Osea? Todo es posible xD


¡Okey! Hace muchísimo tiempo que quería decir esto, así que aquí va: Me considero una lectora activa de Fanfics Itadei porque sinceramente amo a la parejita, y aunque hay alguna clase de escritos que yo jamás haría porque no son mi estilo, me gusta leerlos y pasarla bien. Cuando son AU puedo comprenderlos, peeero en lo referente al Canon (Y si, ya voy a empezar) la abrumante mayoría de Fanfics que veía con Mpreg era del tipo "Te odio, hablé contigo dos segundos y me gustaste, cogimos, me embarace por obra y gracia del espíritu santo y ahora seremos una family así todo happy" y esta que está aquí se quedaba de ¿QUE? O.o  Sencillamente porque no me parecía lógico que todo pasara tan rápido y encima con una aceptación tan tranquila. Y cuando no lo era, no pasaban ni un capítulo y medio antes de que Deidara soltase un "Pero bueno, es mi bebé así que ya lo quiero"

¡No, señores, no! ¿Alguien más en el público presente le daría un infarto si se enterasen que están embarazadas? A mí sí ¡Joder que si! Y les estoy hablando como alguien que tiene la certificación de que no la echarán a la calle, y si así es súper acojonante ¿Imagínense no contar con ello? Imagínense no solamente no tener lo más básico sino tampoco tener familia, estar exiliado de tu país, que todo el jodido mundo te quiera matar para cobrar el precio que vale tu cabeza, que la única persona que te guste con ganas no te pueda ofrecer un futuro y no porque no quiera, sino porque ya escogió su destino así como tú también escogiste el tuyo, ¿Como creen que sería? ¿Jodido, no?

¿¡Entonces de dónde coño me sacan el "es mi bebé"!?

Para empezar Deidara es hombre, quedar embarazado cuando ni siquiera debería poder ya es suficientemente traumático, entre eso y aunandole todo lo demás, como un carácter directo al grano y un bajo nivel de sensibilidad en cuanto temas familiares, pues lo más lógico para él (Y sinceramente me disculpo con aquellas personas que están totalmente en contra del tema) sería querer abortar. Así de sencillo.

Si, se que hay personas que pasarían de todo esto y estarían felices igual, pero recuerden, no estamos hablando ni de ellas ni de ustedes, esto es sobre Deidara. Y si lo piensan con la cabeza fría, tiene muchísimo sentido.

De modo que para evitar confusiones futuras quiero aclarar lo siguiente: Esta no es una historia en donde voy a romantizar un embarazo en épocas de crisis, no vas a ver a un Deidara brincando de emoción por tener un hijo que ni por el carajo se le ocurrió que podía tener, aquí yo busco ser realista, que el lector pueda sentirse identificado con el personaje porque hey, el embarazo si es bonito, pero también es incómodo, doloroso y a veces hasta desagradable, y si eso es cuando es deseado, imagínense cuando no lo es; No voy a mentir, van a haber muchos momentos pesados emocionalmente, como dudas existenciales y confusión personal, pero también habrá romance, cosas lindas, momentos de ternura y cariño, humor muy a mi estilo y por supuesto que mucho drama. No te puedo prometer que te vas a reír, pero tampoco que vas a llorar, todo depende de cómo se relacionen con los personajes y empaticen con ellos.

Pero si lo que te he dicho no es lo que buscas y prefieres una historia más alegre a pesar de lo ilógico, pues créeme que abundan en otras plataformas y te invito cordialmente a que vayas a leerlas. Mientras que sí compartes al menos un poco de mi opinión o si simplemente deseas quedarte a ver qué tal, entonces bienvenido seas. Te prometo que no todo lo que verás será tristeza. A fin de cuentas no busco ser trágica, busco ser realista, y no por eso la historia debe ser triste.

La vida puede ser una completa perra cuando se lo propone y aún así nos las apañamos para ser felices ¿Por qué la historia no sería igual, eh?

Simplemente disfruten de los capítulos, y si no es tu estilo, arriésgate, ¿Quien quita que termine captando tu interés al final?

Me parece que eso sería todo por el momento, las dudas las respondo sin problemas en los comentarios y los detalles enredados los explico en la curiosidades de los capítulos finales.

Les mando un saludo!

Con cariño, Menma.


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