Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Yo quiero un mundo contigo por Eira Baker

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Al igual que L, yo soy una persona que odia perder (? Y saben? Me di cuenta que no hay muchos fics Meronia :c y además es una pareja que no es popular ;-; y me rehusó a aceptar eso! Yo ansió el segundo lugar! Te falle, Mello, no quiero el primer lugar :'D jsjsjsj es que no me quejo de quienes tienen el primer lugar~ y saben cuál es? Es el LawLight u/u yo amo esa pareja, tuve una fiebre muy alta por ellos hasta que Light la cago :D y quisiera que el Meronia estuviera en segundo lugar ;-; vamos, chicas, si aman esa pareja escriban un fic de ellos siendo felices, en situaciones de pareja, inicio de noviazgo, ellos yendo de viaje, lo que sea, siempre y cuando sea feliz (? Les aseguro que yo no vivo en una burbuja repleta de amor y cosas buenas. Absolutamente no. He vivido tanta mierda que debería ser una chica sombría y andar siempre con cara larga pero no, no lo soy, siempre me gusta ser optimista y ver el lado bueno de las cosas malas, jamás bajar los brazos y seguir adelante pase lo que pase, aunque a veces me desmotivó un poco jsjsjs y en esos momentos leo fics super lindos que me suben el ánimo n.n lo que me hace muy feliz es ver a las personas que amo felices n/n y también me pone muy feliz ver a mis personajes favoritos siendo felices */* pero eso depende de ustedes u.u tampoco es que las vaya a buscar y matar por hacer sufrir a mis personajes favoritos (? Si lo pensaré pero me dará flojera hacerlo (? Ahre no xD es broma jsjsjsjsj una broma muy mala, perdón ;w; un consejo! Si escriben algo, y lo han corregido y puesto todos los detalles que querían, no lo suban todavía, esperen un mes y vuelvan a leerlo, como si no fuera algo suyo, y si les gusta como quedó, entonces subanlo, si no les gusta entonces pueden editarlo n.n pero es mejor que dejen pasar un tiempo, así se olvidan de lo que escribieron y ven si al volverlo a leer les gusta. Cómo yo estoy haciendo una competencia con una chica, no estoy haciendo eso con todo y estoy subiendo a lo bruto ;-; pero gracias a dios ya vamos parejos u.u solo espero que no suba más o que tarde un poco TwT dios, esto es horrible ;-; pobre Mello ;-; a mí no me gustan las competencias T.T pero si he de competir, vas vale ganar! Tatakae! 

Notas del capitulo:

Death note no me pertenece u.u aún (? Bueh, dejen que me haga ilusiones jsjsjsjs no viene al caso pero una vez hablando con una amiga muy querida que tengo sobre el mundo omegaverse, yo le pregunté a qué podría oler Near si fuera omega, y ella dijo: "vinagre :u" les juro que explote a carcajadas jsjsjsjsjs 

 

Yo quiero un mundo contigo.

 

—Near... Eres un omega.

 

Lo que menos esperaba Mello era encontrarse con la imagen de su rival acostado en el suelo, lo cual eso era normal... Lo anormal sería que ese pequeño albino tenía las mejillas sonrojadas, pequeñas gotas de sudor empapando su bello rostro de porcelana, cuerpo tembloroso y labios apretados. Pero lo más llamativo de todo era las intensas feromonas que expulsaba todo el cuerpo de Near. 

  

—N-no te acerques... —un suave quejido escapó de los labios rosados de Near, quien sufría de un espantoso calambre en el estómago, el cual fue el causante de que estuviera en el suelo, encogido por el dolor y el intenso calor que recorría cada parte de su pequeño cuerpo. 

 

Mello percibió que sus holgados pantalones blancos estaban húmedos en la parte trasera y que un potente olor dulce venía de Near.

 

Toda esa habitación estaba cargada de feromonas de celo. 

 

El de ojos azules se encogió levemente, su entrepierna se sentía más apretada y sintió una punzada en ese lugar.

 

—M-Mello... —el rostro de Near estaba ruborizado y su cuerpo temblaba, intentando inútilmente reincorporarse.

 

El niño mayor se mordió el labio inferior muy fuerte hasta el punto de lastimarse, dejando que un fino hilito de sangre se deslizara por su barbilla hasta caer al suelo. El olor tan delicioso de las feromonas de Near lo estaba enloqueciendo. Sentía que si se quedaba más tiempo iba a terminar perdiendo el control y... haría algo de lo que después se arrepentiría. Pero sus pies se negaban a moverse, a obedecer sus órdenes, parecía como si estuvieran clavados al suelo. 

 

Y el suave llamado de Near lo estaba haciendo temblar, flaquear.

 

Quería aparearse con Near. Esa era la única verdad. 

 

Quería marcarlo y que sea suyo.  

 

Si se iba ahora y lo abandonaba así, ¿otra persona podría aprovecharse de Near y ser su dueño?

 

Mierda, no. Él es mío —su alfa interno gruñó furioso ante la simple idea de que alguien más tuviera al albino. 

 

El rubio se acercó a pasos tambaleantes, luciendo mortificado, y tocó con los nervios a flor de piel la mejilla sonrojada de Near. El pequeño jadeo y se acercó más hacia ese toque, ronroneando por la suave caricia, gustándole mucho. 

 

—Estás en celo... —Near solo gimió en respuesta. 

 

Mello tragó saliva, ¿qué debería hacer? ¿llamar a Roger? Era lo más sensato pero, ¿Roger se molestaría si tocaba un poco? Solo por curiosidad...

 

Near gimió en voz baja al sentir las manos del rubio bajando sus pantalones blancos y también deshaciéndose de su ropa interior completamente empapada. Se sintió nervioso y cohibido, una voz advirtiéndole que debía detener a Mello, pararlo, pero Near aplastó esa voz como si fuera un pequeño insecto molesto. Necesitaba esto. 

 

—¿P-puedo tocar? 

 

Near lo miró a través de sus ojos llorosos y débilmente asintió. Tocar no era nada malo, ¿o si? 

 

Mello lo agarró por los tobillos y lo arrastró por el suelo para que estuviera cerca suyo, mientras le abría las piernas y colocaba cada una alrededor de su cintura, exponiendo su suave agujero rosado.

 

Se le aceleró el pulso y sintió una corriente de adrenalina recorrer su cuerpo al ver un líquido ámbar, casi transparente, escurriéndose del rosado y mojado agujero del omega. Su pene latía ansiosamente ante esa erótica vista y por el increíble olor que lo atacó con mayor fuerza al tener más cerca a Near. 

 

El dulce y exquisito aroma del omega estaba causando que Mello no pensará, que solo quisiera seguir adelante. 

 

—Estas muy empapado —Mello tragó saliva y acaricio con su dedo índice el borde del ano de Near, luego dejó que su dedo se deslizara dentro de aquel caliente agujero, siendo fácil por el fluido del menor. 

 

El pequeño albino se estremeció pero no sé apartó, le permitió seguir, liberando algunos dulces sonidos y gimoteos. 

 

El alfa se mordió el labio con fuerza, lastimándose aún más, cuando el cuerpo de Near prácticamente absorbió su dedo, permitiendo que explorará y sintiera el calor y la tensión de sus paredes calientes y apretadas. 

 

Empujó más profundamente su dedo y luego lo saco. Observó como su dígito relucía mojado, y Mello no lo pensó mucho para volver a meter su dedo junto a uno más en ese agujero que palpitaba de necesidad. Sus dedos se clavaron con fuerza dentro de Near, ocasionando que el pequeño omega gritara y arqueara la espalda en un arco provocativo, estremeciéndose. 

 

—¡P-por favor! Mello... detente... —Near agarró la muñeca del rubio, queriendo sacar esos dedos intrusos de su cuerpo —. No te detengas... E-esto no está bien... Te amo y quiero ser tuyo... Para... Márcame.

 

Near estaba enormemente confundido. Sabía que él amaba a Mello, lo supo en el momento en el cual se encontró sonriendo por primera vez en su vida cuando pensaba en el rubio y en su entusiasmo adorable, sus cabellos dorados bailando a causa del suave viento y sus mejillas rosadas por estar tanto tiempo corriendo y jugando bajo el sol. Pero tenía miedo, sabía lo débil que se ponía un alfa ante un omega en celo, ¿estaría forzando a Mello? Él no quería eso. 

 

—No, Mello, déjame... Fue suficiente —suplico con una voz pequeña y aguda, asustado por lo que podría ocurrir.

 

Near intentó desesperadamente alejarse, pero Mello puso su mano libre en la cadera del menor, intentando mantenerlo inmóvil.

 

—Quieto... —ordenó suavemente el rubio, viendo con fascinación como sus dedos se cubrían con el fluido de Near. Su pene se estaba hinchando y palpitaba cada vez más atrapado en su ropa interior. 

 

Al sentir que Near no dejaba de pelear, dejó salir sus feromonas para persuadir al pequeño omega de que se relajara, mareandolo con el olor de un alfa en celo. 

 

—Ngh… —Near se mordió los labios, sintiendo como el olor de Mello lo ponía más húmedo. 

 

El omega llevó una mano entre sus nalgas, tocando ese lugar. Estaba lubricandose aún más. Estaba escurriendo por Mello.

 

—Lo provoqué yo, ¿verdad? —habló suavemente el de ojos azules con voz provocativa. Lo embistió con sus dedos, sacándolos y volviendolos a meter suavemente, acariciando con calma las paredes calientes y mojadas del menor. Near gimió.

 

Mello lo miró embelesado y acarició los labios de Near con su pulgar, estremeciéndose por su suavidad. 

 

—N-no...

 

Mello se quedó mirando a Near de una manera tan intensa que logró ponerlo incómodo y nervioso. El rubio de repente sintió la necesidad de besar a Near y se rindió al sentimiento, inclinándose hacia el pálido joven para capturar sus labios flexibles contra los suyos. 

 

Los labios de Near eran tan suaves y llenos que dejaban a Mello en éxtasis. Una perfecta boquita rosada que lo dejó deseando besarlo hasta el fin de los tiempos. El pequeño mueve los labios por inercia, un gemido ahogado se escucha, y Mello lo disfruta, lamiendo ligeramente el labio inferior de Near y luego atrapandolo entre sus labios, mordiendolo un poco y tirando de él. Near se queja y Mello aprovecha aquella pequeña abertura para deslizar su lengua dentro de esa cavidad caliente. A Near se le escapa un jadeo y cierra los ojos, dejándose llevar y moviendo su lengua para terminar encontrándose con la de Mello, acariciándose mutuamente y enrollándose la una con la otra deseosas. Near lo agarra de su ropa y el alfa se entrega por completo. 

 

Mello continuó besándolo mientras torcía sus dedos con cuidado y agregaba un dedo más, sacándolos y metiéndolos a un ritmo lento, buscando estirarlo, amando como su pálido cuerpo temblaba y se tensaba, apretando más fuerte la prenda entre sus pequeñas manos. 

 

Empujó los dedos más al fondo, siempre extendiendolos para poder estirar el interior de Near y prepararlo para albergar algo más grande.

 

Cada vez que el alfa empujaba sus dedos y los movía, se escuchaban ruidos de succión húmeda. El trasero del omega tan codicioso tragándose los dedos de Mello hasta hacerlos desaparecer en su caliente interior. 

 

Mello soltó su boca con un suave ruido y se incorporó, apoyando sus rodillas en el suelo, con las piernas de Near sobre las suyas.  

 

El alfa vio con deleite como el anillo de músculos de su pequeño niño se estiraba visiblemente cuando separaba sus dedos que ingresaban aún más profundo, logrando acariciar su próstata.

 

Near hizo un pequeño ruido con la garganta y Mello de pronto se sintió caliente por todas partes, la boca se le secó y su cuerpo tembló. 

 

¿Llevaría esto hasta el final?

 

¿Realmente follaría con Near? 

 

Su polla palpitando le decía que lo hiciera. Que no lo pensara más. Que le arrancara la ropa restante y lo hiciera suyo. 

 

Mello apretó los dientes.

 

Realmente quería inmovilizarlo, apresarlo fuertemente entre sus brazos, morder su frágil piel rosada, besarlo, y hacerle el amor tan fuerte hasta hacerlo llorar de placer. Quería correrse una y otra vez en su interior, hasta dejar su vientre hinchado por las miles de corridas que tuvo. 

 

¿Pero estaba bien? 

 

—Aaah, Mello… 

 

El chico mayor lo embistió con sus dedos por última vez, dejándolos ahí, presionando contra su próstata. Las caderas del menor comenzaron a moverse aún si Near no era consciente de eso.

 

Near ondulaba las caderas y lo miró suplicante. Mello acortó la distancia, apoyando sus labios contra los apetecibles del albino, explorando la cálida cavidad de Near, saboreandolo. 

 

Near dejó de luchar hace mucho. Decidió quedarse quieto y dejar que ocurriera. Lo necesitaba. Realmente lo necesitaba. Su cuerpo gritaba por Mello. Solo por él. 

 

—Mello, por favor... —pidió, apegando más su cuerpo al de Mello, besándolo suavemente en los labios —. Necesito... —un pequeño jadeo volvió a salir de sus hinchados labios por el nuevo calambre que sentía en su estómago. 

 

Nuevamente la duda atacó la mente de Mello. 

 

¿Estaría bien hacerlo?

 

¿Estaba bien lo que estaba por hacer con Near? 

 

Ellos iban a copular aquí y ahora dependiendo de la decisión del alfa. 

 

¿Near no se arrepentiría?

 

Los omegas nacieron para este tipo de cosas.

 

No, pero... 

 

Near no nació para simplemente ser usado y luego botado, como si fuera una puta del cual todos se podían aprovechar. 

 

Near era especial para él. Aquel niño de mirada fría, actitud tranquila y calmada, porte serio, pasatiempos infantiles... Amaba cada parte de Near.

 

Y Near merecía más… 

 

Lo haría. Lo haría suyo pero no sería cosa de una sola vez. Near sería su omega y él sería su alfa. Estaría por siempre con Near, amándolo y cuidándolo.

 

Mello se inclinó para besarlo otra vez, suave y dulcemente. 

 

—Near, si lo hago... Serás mi omega y yo seré tu alfa... ¿Estarás bien con esa situación? 

 

—S-si... Mello, si, ah... lo quiero —Near se retorcía en el suelo, desesperado por sentir a Mello dentro suyo, follandolo, haciéndole el amor. 

 

—Entonces voy a satisfacerte… 

 

Lentamente fue sacando sus dedos mojados, miro el tembloroso agujero y agarró las piernas de Near, moviendolas para tener un mejor acceso.

 

—Tu pequeño agujero palpita por mi... —Near desvío la mirada, sonrojándose más con esas palabras —. No, Near… no desvíes tu mirada de mi. 

 

Near lo miró, con sus grandes ojos grises nublados de deseo y con el rostro sonrojado por lo que estaba pasando, completamente afiebrado. 

 

Mello lo beso y se quitó sus propios pantalones, bajandolos lo suficiente para liberar su hinchada erección. 

 

Su sexo estaba latiendo de ansiedad, de completo deseo. 

 

Near se relamió los labios, humedeciendolos porque los sentía secos. Ver el miembro de Mello lo excitó aún más, queriendo sentirlo entre sus dedos, meterselo a la boca, jugar con él con su lengua, chuparlo y probar su esencia. Creía firmemente que el sabor de Mello sería dulce y completamente delicioso. 

 

El pequeño omega lo atrajo a otro beso, presionando sus labios con fuerza mientras iba abriendo sus piernas, separándolas para que Mello pudiera acercarse más. 

 

Mello fue empujándose dentro, aprovechando que Near estaba distraído con el beso, sintiendo el húmedo y resbaladizo interior del pequeño, deslizándose más y más adentro hasta terminar chocando sus testículos contra las nalgas del omega. El cuerpo de Near lo asimiló, apretando los músculos alrededor de su palpitante hombría, succionándola en el calor y la tensión de su apretado y suave interior. 

 

—¡Maldición! —masculló el alfa, apretándose contra Near y jadeando por el intenso placer que atacaba su joven cuerpo.

 

Las uñas de Near se clavaron fuertemente en los hombros de Mello, soltando los labios del alfa para liberar un fuerte grito acalorado. La sensación de tener a Mello dentro suyo era inexplicable. Lo llenaba tan bien que lo dejaba temblando de satisfacción mientras se perdía en esa nueva experiencia. 

 

—¡Mello! ¡Mello!

 

Se sentía tan maravillosamente bien que quería estar eternamente unido a él.

 

Ambos tenían sus corazones agitados mientras iban asimilando lo nuevo con las embriagadoras feromonas excitando aún más sus cuerpos.

 

—No habrá marcha atrás después de esto... —susurro Mello, besando pausadamente la mejilla sonrojada de Near. 

 

—No quiero que haya marcha atrás… —habló entre gemidos, abrazando al rubio. 

 

Mello depositó un suave y dulce beso en los labios de su omega y comenzó a moverse con estocadas lentas y suaves, proporcionando caricias tiernas al interior de Near. 

 

—Aah… ah… —Near ronroneo y se dejó consumir por todo ese placer que sentía, dejándose llevar por las sensaciones placenteras que recorrían su pequeño cuerpo. 

 

Cerró sus ojos y relajó su cuerpo, con sus labios entreabiertos gimiendo dulcemente. Los pequeños movimientos enviaban ondas de placer que dejaban al pequeño albino retorciéndose debajo de su cuerpo.

 

Repentinamente los movimientos de Mello se volvieron más rápidos y bruscos, y más deliciosos para Near que gritó de placer. 

 

Mello observo cada gesto de Near con avidez, hipnotizado con la belleza angelical del omega, tan dulce y encantador debajo suyo, con las mejillas teñidas de un suave rosa, labios regordetes y rojizos por los besos que se dieron, ojos brillosos por las lágrimas que intentaba retener, su piel de porcelana cubierta por una capa de sudor, el dulce olor proveniente del pequeño que nublaba su cabeza. 

 

Near era una belleza sin duda alguna y olía muy bien, un toque a flores, miel y por debajo, un aroma a vainilla. Y era suyo. Ese niño bonito y dulce le pertenecía.

 

Mello continúo empujando, fuerte y rápido dentro de ese húmedo y sonrojado agujero, con Near temblando y retorciéndose debajo de su caliente, pesado y varonil cuerpo. Mello solo se detenía para reajustar la posición y volver a moverse con renovadas energías, no teniendo suficiente. Quería más. 

 

—¡Ah, si! —el cuerpo de Near se estremecía por las duras embestidas contra su frágil cuerpo —. ¡Mhn!

 

Mello movió sus caderas más frenéticamente, embistiendolo duramente, empujando y chocando con fuerza contra su interior, haciendo a Near gritar de placer por el constante golpeteo contra su próstata. 

 

—Si, si... Aaaah... ¡Dios!

 

Mello lamió la piel de su cuello, tocando y acariciando cada parte de su cuerpo por debajo de la camisa. En un arranque de pasión desmedida agarró su camisa y la rompió, haciendo volar algunos botones y quitándole la prenda para dejarlo completamente desnudo. 

 

Near chillo sonrojado y todo su cuerpo tembló cuando Mello jugó con sus rosados pezones, mordiendolos y chupando cada uno. 

 

Mello soltó su pezón y pasó su lengua por el cuello de Near, recorriendo con sus manos el vientre ligeramente abultado del menor, besándolo en sus labios húmedos y rosados en cada oportunidad que tenía, reclamandolos como suyos y deslizando su lengua hacia dentro, explorando la boca de Near y gimiendo de placer cuando su lengua volvía a tocar la contraria.

 

La forma en la cual se movía Mello enloquecía a Near, tocando ese punto nervioso dentro suyo que lo hacía lloriquear de placer. Mello gruñó excitado por los dulces sonidos del omega y se inclinó hacia Near para morder otra vez sus pezones rosados y pequeños. 

 

El rubio se movió más deprisa al sentir las paredes del menor apretarlo más fuerte, golpeando el manojo de nervios del omega con cada empuje, penetrandolo más y más fuerte. Near sollozo por el éxtasis y se abrazó desesperado a Mello. 

 

El alfa lo agarró de sus frágiles caderas y deslizó su pene hasta que solo la punta estaba en Near, luego lo penetró de un solo golpe, chocando duro contra su interior. 

 

—¡AH!

 

Mello comenzó a moverse con más entusiasmo por el orgasmo arremolinándose en su vientre, embistiendolo sin descanso. Embestidas cortas pero poderosas.

 

Un sonoro gemido salió de los labios de Near por el aumento de velocidad, con sus piernas tiritando porque su próstata estaba siendo demasiado estimulada, haciéndole ver estrellas. 

 

—¡Ah!... ¡Ngh!

 

Near lloró por el intenso placer y fue cuando Mello clavó su miembro palpitante profundamente dentro suyo que terminó corriéndose con un sonoro gemido lascivo, echando la cabeza hacia atrás con violencia por la increíble sensación eléctrica que atacó su cuerpo.

 

La increíble sensación se vio ligeramente opacada cuando sintió a Mello crecer dentro suyo. 

 

—¡Argh! —Near jadeo por el dolor al sentir el pene de Mello hinchándose aún más en su interior, estirando sus paredes hasta sus límites. Era espantosamente doloroso. Apretó los dientes, sabía que podría doler según lo que averiguó pero no esperaba que el dolor fuera tan intenso—. ¡D-duele! —se quejó entre lágrimas, tensando su cuerpo. 

 

Mello maldijo entre dientes, envolviendo el pequeño cuerpo de Near entre sus brazos. 

 

—Pasará, Near… Tranquilo… —tranquilizaba Mello besando su delicado hombro y repartiendo besos por su piel hasta lamer su cuello.  

 

Estaba anudando en su omega.

 

—E-es fácil para ti decirlo... —balbuceó Near respirando a bocanadas, intentando relajar su cuerpo. 

 

Near se estremeció violentamente cuando Mello anudó, corriéndose abundantemente en su interior con un ronco gemido. 

 

El omega se sonrojó profundamente cuando la caliente y pegajosa sustancia lo llenó por completo. 

 

Mello fue bajando hacia su cuello, besando la delicada piel y luego, repentinamente, clavó sus dientes ahí, mordiendo el área con fuerza, agresivamente, marcándolo como suyo. La mordida ocasionó que el omega se retorciera y gritará, arqueando su espalda y golpeándose levemente la cabeza contra el suelo.

 

Estuvieron pegados por un tiempo más hasta que Mello terminó de vaciar su espesa carga de esperma en el interior del omega.

 

Near estaba demasiado mareado por lo que sucedió que poco pudo hacer para detener a Mello, quien colocó su débil cuerpo boca abajo, con las piernas separadas, las caderas elevadas y el trasero al aire, poniéndolo a su disposición.  

 

Mello lo agarró de sus suaves mejillas y las extendió, hasta poder ver el hinchado y tembloroso agujero rosado chorreando su semen. La vista fue hermosa. Frotó la cabeza de su sexo contra el mojado agujero de Near, ambos estremeciéndose por el contacto.

 

El alfa fue pasando la punta de su erección por todo el largo del orificio, jugando. 

 

Luego lo tomó de la cadera, clavando sus dedos en la delicada piel y lo embistió de golpe, yendo más y más profundo, totalmente excitado y lascivo.

 

El cuerpo de Near se estremeció adorablemente y grito complacido.

 

Mello deslizó sus manos hasta agarrar el redondo trasero de Near para estirar esas mejillas, saliendo y volviendo a entrar en él, llegando aún más profundo, prosiguiendo con las embestidas furiosas y duras, en un vaivén violento e intenso, y Near solo pudo gemir y chillar, amando cada vez más la sensación del caliente miembro ingresando dentro de él, dejándose llevar, amando la sensación de ese golpeteo de caderas contra su frágil cuerpo. Mello le dió una fuerte palmada en su trasero y le dió la vuelta, volviendolo a acostar en el suelo para reclamar sus labios en un beso demandante.

 

Metió las manos entre sus suaves muslos, separando sus piernas, metiéndose de golpe otra vez en ese adictivo cuerpo, arremetiendo con fuerza dentro de Near. 

 

—¡Ah, Mello! 

 

Mello no paró hasta anudar en su interior una, y otra, y otra vez, llenando su matriz con su ardiente líquido, dejándole nuevas mordidas en el cuello, pecho, estómago y piernas de Near. Besando sus labios sin descanso, mordisqueandolos, chupando su lengua al atraparla entre sus propios labios, tocando cada parte del pequeño cuerpo del albino, jugando con sus rizos húmedos por el sudor, entrelazando sus dedos, tocando el miembro pequeño del omega, masturbandolo, lamiendo la semilla del pequeño y frágil chico de cabellos blancos. Amando su sabor, amando los dulces y tiernos sonidos que hacía Near, amando la presión en su pene, tanto que no podía evitar aumentar la rapidez de sus estocadas.

 

Ambos estaban completamente desnudos, fornicando como posesos y realmente se sintió muy bien. 

 

El olor a sexo desenfrenado inundando el ambiente juntos a las feromonas de celo los hacía perder el control. 

 

En una de esas uniones Near mordió la nuca de Mello, dejando su propia marca en el alfa.

 

A Mello le gustó mucho que lo hiciera.

 

Mello se levantó cargando el cuerpo de Near y lo estrelló contra la pared. Near jadeo y luego gimió sonoramente cuando Mello volvió a apegar sus cuerpos sin delicadeza, eliminando la distancia entre ellos. El niño se estremeció por la sensación de ser empujado por la endurecida carne de Mello con fuerza, nublandole nuevamente la razón. Fue un dolor placenteramente bueno para su cuerpo. Near mantuvo los ojos cerrados, incapaz de enfrentarse a la situación que estaban viviendo. Era mucho. Mello se movió y Near lo abrazó del cuello, aferrándose a él para intentar controlarse y no gritar que amaba estar unido a él, que lo amaba a él. 

 

Continuaron por largas horas, follando como si mañana todo el mundo explotara, uniendo sus cuerpos en uno solo y sintiéndose felices por eso. 

 

Ni siquiera el ingreso brusco de Roger a la habitación los detuvo. 

 

El anciano solo pudo mirarlos con una mueca de horror y espanto, el primer y el segundo sucesor de L uniéndose desenfrenados en la sala común, el alfa follandolo contra una pared y el omega soltando alaridos de placer. Llamó a gritos al personal de Wammy, quienes fueron de inmediato y lo ayudaron a intentar separar sus cuerpos.

 

Melo gruñó y protestó, clavándose con más fuerza dentro de Near, sus embestidas volviéndose más rápidas y frenéticas. El pequeño también se quejó, envolviendo la cintura de Mello con sus delgadas piernas y abrazándolo del cuello con más fuerza, en un intento desesperado para que no lo apartaran de su alfa; negándose a soltarlo y que lo alejen de su calor.

 

Todos los presentes estaban nerviosos, sin saber cómo detenerlos.

 

Fue cuando Mello volvió a llegar al orgasmo luego de unos duros y profundos empujones, mordiendo al pequeño y terminando de anudar una vez más en el interior de Near, con el pequeño atrayéndolo del rostro a sus labios para besarlo, amando la sustancia viscosa y cálida de Mello invadir sus entrañas, llenándolo otra vez. Ambos se besaron de forma entrecortada y su agarre se aflojó, estaban débiles y sensibles por llegar al orgasmo. Mello se mantuvo quieto, intentando recuperarse mientras respiraba con dificultad. Cuando se vio mejor, no tan exhausto, se inclinó hacia Near y sus labios se movieron de la marca de su cuello a su mandíbula, besándolos y luego presionando sus labios juntos, besándolo tiernamente y con amor.

 

Fue en ese momento que los guardias de Wammy pudieron separarlos. Una cuidadora beta envolvió con una sábana el cuerpo desnudo de Near, tapándolo. Near se dejó hacer, estaba débil y sin fuerzas, intentando recuperar el aliento. Al volver en sí, ya con sus sentidos puestos en orden, se sintió terriblemente incómodo de ser visto haciendo el amor con Mello. Peor aún, haber llegado al orgasmo enfrente de muchas personas. Dios, podía morir de la vergüenza justo ahora. 

 

En cambio Mello gruñó furioso y quiso gritar cuando vio manos ajenas a las suyas en Near, no le importó saber qué eran de una chica beta, aún así estaba furioso y quería asesinarla. 

 

Roger agarró fuertemente del brazo a Mello antes de que se abalanzara hacia la beta y lo separó de Near, cubriéndolo con una sábana y con su rostro deformado por el disgusto. Le pidió a una de las cuidadoras del orfanato que se hiciera cargo de Near, mientras él llevó a rastras a Mello hacia su oficina. El rubio apenas y podía seguirle el ritmo. 

 

[...]

 

La noticia se expandió como la pólvora y todos pegaron el grito al cielo al enterarse que los dos sucesores de L habían copulado, peor aún, que Mello había marcado y anudado en Near. 

 

Se intentó evitar el embarazo de Near al obligarlo a bañarse y sacar la semilla de Mello de su interior, pero fue inútil.

 

Near quedó embarazado de Mello. 

 

Ahora Near estaba acostado en su cama, con el ceño levemente fruncido por el dolor en sus caderas. Ya se había bañado y puesto una nueva muda de ropa, y ahora estaba encerrado en su habitación por orden de Roger. Pero no le importaba mucho. 

 

Con cierta duda agarró el borde de su camisa y la arrastró por su vientre, dejando su piel pálida descubierta. Acarició suavemente su plano estómago, haciéndose a la idea de que ahí dentro había una vida creciendo. Un bebé.

 

Un hijo de Mello. 

 

Recién entonces a Near le floreció una amplia sonrisa en su rostro infantil. 

 

Estaba esperando un bebé de Mello. 

 

Near sintió mariposas revoloteando en su estómago y una enorme calidez invadir su pecho, ¡estaba esperando un hijo de Mello! ¿Cómo sería? ¿Tendría sus ojos? ¿El cabello de Mello? Le gustaría tanto que se pareciera a Mello… que tuviera sus intensos orbes azules… su cabello dorado como el sol… su hermosa sonrisa que lo dejaba suspirando de amor. 

 

El rostro de Near ardió de un rojo brillante por la vergüenza al pensar en él. 

 

Aaah, Mello le gustaba tanto. Y pudo probar el sabor de sus labios, de sentirlo, de tenerlo en sus brazos. 

 

De todos los omegas que habían en el orfanato, y que sabía que todos estaban muertos por Mello, él lo eligió. 

 

Mello lo eligió.

 

Near rió suavemente, cerrando sus ojos con paz y alegría. No le importaba los regaños de Roger y del mismísimo Watari, fundador de la casa de Wammy. Tampoco los sermones de L. 

 

Nadie le podía quitar la alegría que sentía en esos momentos. 

 

Near intentó incorporarse de nuevo con cuidado, siendo cauteloso porque su cuerpo aún estaba adolorido y cansado. Hizo una ligera mueca al volver a sentir esa punzada en la parte baja de su cuerpo pero lo ignoro. 

 

Se acercó a su armario y sacó una pequeña caja que tenía oculta ahí. Se acomodó en el suelo y le quitó la tapa con suavidad, colocándola con cuidado a su lado. De la cajita sacó una fotografía, mirándola con detenimiento y esbozando una pequeña sonrisa. Beso esa foto y la apego a su pecho, abrazándola.

 

—Te amo, Mello. 

 

[...]

 

¡Odiaba a Mello! 

 

Habían pasado tres largas semanas en dónde mantuvieron a Mello y a Near en otras habitaciones, separados. Near comprendía que no querían que estuvieran juntos antes de saber que hacer, pero… conocía a Mello, sabía que las reglas a él nunca lo habían detenido. Entonces, ¿por qué no había ido a verlo? Conocía sus capacidades y sabía que lograr ir a verlo no sería difícil para el alfa, pero él no lo hizo. En todo ese tiempo no tuvo ninguna noticia de Mello y sentía como si un enorme agujero se hubiese abierto en su pecho. 

 

La ausencia de Mello le daba a entender que él no quería nada serio, que de seguro todo fue un juego. El pensamiento que más lo invadia era que tal vez Mello solo quería tener sexo y nada más, no buscaba tener una relación seria o al menos no con él. 

 

Y eso era lo que más le dolía. La idea de que en esos momentos Mello debe de estar riéndose de él porque se entregó tan fácilmente, presumiendole a los demás niños que él le abrió las piernas sin poner queja y que además quedó embarazado en su primera vez teniendo relaciones sexuales. 

 

A Near le dolía todo eso. Y mientras Near estaba desolado por lo qué ocurría, Roger continuaba hablando con L, intentando llegar a una solución al problema. Near era todavía un niño, podría ser más inteligente que una multitud de adultos juntos, pero seguía siendo un niño. Un niño de trece años que estaba esperando un bebé. Y el padre de la criatura sólo tenía catorce años. No podían dar ese ejemplo a los demás niños, por lo cual Mello y Near tenían que irse. La pregunta ahora era: ¿irse juntos a otro lugar o separarlos definitivamente? 

 

[...]

 

Mello camino apresurado a la habitación de su omega. Al fin Roger le había quitado su estúpido castigo y podía ir a ver a Near. ¡Fue tan insoportable estar lejos de él! Y podía sentir por su lazo que Near estaba muy molesto… 

 

Que alguien le recuerde a Mello poner laxantes en el café de Roger. Ese bastardo que se atrevió a amenazarlo con enviar lejos a Near si no se quedaba quieto. Lo importante del asunto es que al final todo estaba bien. Y podía ir a contarle las buenas noticias a Near, su amado omega. 

 

Llegó a la habitación del niño albino y tocó suavemente la puerta. 

 

—Near. 

 

La respuesta del omega no se hizo esperar.

 

—Lárgate. 

 

Definitivamente estaba molesto. 

 

—Near, por favor, quiero hablar contigo. 

 

—Ya lo estás haciendo. Di lo que quieras decir y vete. 

 

—Necesitamos hablar de frente. Abre la puerta, Near. 

 

—No quiero ver tu cara. Si no vas a hablar entonces puedes irte. 

 

—Near… 

 

—¡Que te largues!

 

Mello frunció el ceño con dolor, apoyando su frente contra la puerta. 

 

—No me voy a ir, Near… Necesitamos hablar. Necesito contarte sobre–

 

—No quiero saberlo… —le interrumpió Near con su voz sonando quebradiza —. Solo vete…

 

El alfa apretó los puños.

 

—¿¡Por qué no me lo pides de frente!? ¡No me voy a ir hasta que des la cara! ¡No seas cobarde! ¿O es que acaso solo eres un maldito niño mimado que le asusta enfrentarse a sus problemas? Deja de ser tan infantil y abre la maldita puerta. Necesito decirte algo importante. 

 

Near abrió la puerta de un fuerte jalón y se enfrentó a la sorprendida mirada azulada. 

 

—¿Decirme que? —hablo con una voz fría y dolida —. ¿Vienes a regodearte de que me ganaste? ¿A burlarte de que fui un omega fácil y que tú solo te divertiste conmigo? ¿Que el título de L ahora es tuyo? ¿Que…?

 

Near dejó de hablar cuando su voz sonaba entrecortada y las lágrimas comenzaron a bajar de sus ojos cristalinos. El temblor del cuerpo de Near alarmó a Mello y con temor de asustarlo, se fue acercando despacio para envolver sus brazos alrededor de Near, abrazándolo fuertemente pero teniendo cuidado de no lastimarlo. 

 

Near lo empujó.

 

—¡No me toques! ¡No vuelvas a tocarme!

 

—Near… —los ojos de Mello brillaron más dolidos —. No eres alguien fácil… Jamás te consideraría una persona así. Lo que sucedió entre nosotros fue porque ambos lo queríamos… Y eso no fue por simple deseo, ¿verdad?

 

Near desvío la mirada, con su rostro bañado en lágrimas, colocando una mano sobre su vientre. 

 

—Tu... —continuó él ante el silencio de Near —. Tu me amas, ¿no es cierto? —preguntó suavemente el rubio, acercándose a la pequeña figura de Near y levantando su mano para acariciar los cabellos níveos. 

 

—Búrlate si quieres... 

 

—Near, ¿lo haces? 

 

—Si... —acepto bajito, todavía llorando con sus mejillas sonrojadas.

 

Mello sintió su corazón latir fuertemente. ¡Near lo amaba! Joder, sentía tantos deseos de llorar de felicidad y llenarle la carita de besos. 

 

—Lo que sucedió entre nosotros, Near… No fue por lo que soy, sino por lo que siento por ti —hablo Mello con seguridad, pasando sus manos por su cabello, nervioso por lo que iba a decir a continuación —. No voy a aceptar el título de L si no es contigo. 

 

—Por este lazo... —sollozo el menor, limpiándose algunas de sus lágrimas con la manga de su camisa. 

 

—No lo hago por eso, lo hago porque mi corazón me lo dice... Porque mi corazón me lo dijo desde hace mucho —Near lo miró sorprendido y Mello le sonrió de forma sincera —. La verdad es… que te amo —un leve rubor apareció en sus mejillas al decir aquellas palabras —. Y no imagino vivir una vida sin que tú estés a mi lado… Near… ¿Aceptarías ser mi pareja?

 

El omega lo miró y sintió su corazón latir desenfrenado al enfrentarse a los ojos de Mello, viendo que en su mirada azulada había tanto amor y calidez en su expresión. Soltó un pequeño jadeo y se tiró a los brazos del alfa con vehemencia, aferrándose a su pecho con el cuerpo temblando suavemente.

 

—Ya te habías tardado, tonto… —gimoteo Near en el pecho de Mello, sintiendo sus mejillas ponerse extremadamente calientes.

 

Mello se aferró a Near, envolviéndolo en sus brazos y sintiéndose tan dichoso por tenerlo abrazado. 

 

Mello levantó el mentón de Near y se inclinó hacia él. El albino cerró los ojos al sentir los suaves labios de Mello presionandose en el puente de su nariz. 

 

Un color rosa pintó sus mejillas, haciéndolo lucir sumamente tierno y angelical. Hermoso y radiante para Mello.

 

El rubio no lo resistió más y lo atrajo de la cintura, acortó la distancia y lo beso con ganas, casi desesperadamente. Near gimió e intentó seguir el ritmo de aquel beso caliente y rápido, sintiéndose feliz.

 

—M-Mello… —intento hablar en medio del beso —. ¿Qué pasará ahora? 

 

Las manos de Mello acariciaron amorosamente sus sonrojadas mejillas, esbozando una sonrisa tranquila. 

 

—L compró una casa solo para nosotros.

 

Near abrió enormemente sus ojos, luciendo impactado. 

 

—¿Eh?

 

—Buenooo… Necesitamos un hogar solo para nosotros, para tener nuestra privacidad y que podamos… simplemente amarnos. 

 

Near procesó esas palabras y sintió cómo su rostro se ponía rojo. 

 

—Ya veo… 

 

Mello apoyó su frente contra la suya y ambos compartieron una mirada tierna. 

 

—¿Realmente me amas? —preguntó suavemente Near, rozando sus labios con los de Mello. 

 

—Te amo mucho más de lo que piensas, Near —confesó el alfa dando besos cortos y suaves en los labios del omega.

 

Near rió dulcemente. 

 

—He estado esperando el día en que me lo dijeras… 

 

Se besaron un tiempo más, saboreando el sabor del otro y proporcionandose las caricias que tanto necesitaban en el tiempo en el cual estuvieron separados. 

 

—Mmg… —Near gimió cuando Mello lo agarró de sus caderas y junto sus entrepiernas. Su cuerpo tembló de emoción pero no dejó avanzar esa sensación —. N-no… Mello… el bebé —se quejó, empujándolo débilmente.

 

El alfa lo tiró a la cama y se colocó encima, besando su cuello y pasando la lengua por las marcas de su mordida. 

 

—¡Mello! —chillo avergonzado. 

 

—¿Qué? —preguntó tranquilamente, moviéndose ligeramente sobre el omega y reclamando sus labios en un beso hambriento. 

 

—¡M-Mello! —balbuceó Near, apartándose de esos labios abrasivos. 

 

Mello sonrió, enterrando su nariz en la curva del cuello de Near, inhalando el delicioso aroma que emanaba, era completamente relajante.

 

—Lo sé, tenemos que esperar por el bien de nuestro bebé. 

 

Near sonrió tímidamente cuando Mello dijo: "nuestro bebé".

 

Mello giro en la cama, aún manteniendo abrazado al menor, quien quedó encima suyo. Se quedaron acostados ahí, simplemente abrazándose.

 

La respiración de Near se calmó, sonriendo dulcemente, apretando el cuerpo del rubio contra el suyo.

 

—Cuando nuestro bebé nazca… Tendremos que hacerle un hermanito —dijo Near, incorporándose un poco y sumergiéndose una vez más en los labios de su alfa, enlazando sus lenguas húmedas y gimiendo en la boca del otro.

 

Apartaron sus labios y se sonrieron dulcemente. 

 

—Tendremos uno o dos mocosos más, pero no quiero muchos. Me quitarían tu atención. 

 

La sonrisa de Near seguía presente, riéndose tiernamente mientras cerraba sus ojos para apoyar su rostro en el pecho del rubio, escuchando los latidos del corazón de su novio.

 

Mello acarició su esponjoso y suave cabello blanco como algodón que le hacía cosquillas en la nariz. Near soltó una risa dulce, tierna y cariñosa, abrazándose al cuerpo de su alfa.

 

—Yo quiero tener cinco hijos.

 

—Definitivamente no, Near. 

 

—Tendremos tiempo para nosotros, lo sé.

 

—Lo que yo sé es que te amo —Mello lo abrazo más fuerte, besando su cabeza —. Te amo pero no tendremos cinco hijos. 

 

—¡Aw!

 

Entre pláticas y risas, junto a besos cortos y suaves, se quedaron dormidos, Mello acostado de espaldas y Near encima de él, con la cabeza apoyada en el pecho del rubio. 

 

Deseando que aquel momento juntos durase indefinidamente.

 

.

 

El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien, sino en el deseo de dormir junto a alguien.

 

The end.

Notas finales:

Ay, quería decir algo más pero muero de sueño y no tengo cabeza para pensar en que era (? Gracias por leer, los quiero y perdonen mis errores, es que estaba corrigiendo el fic media dormida (? Osea un ojo abierto y el otro cerrado, como los delfines (? 

Sayonara. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).