La pequeña reunión había terminado, el último de sus amigos había partido y nuevamente se encontraban ellos solos. Descansaban sobre el sofá, Rin entre los brazos de Haru mientras jugaba con su mano.
—Fue maravilloso que todos pudieran estar aquí —entrelazó sus dedos presionando suavemente su mano antes de levantar ligeramente su rostro para poder mirarlo—. Incluso tú lograste hacer un espacio en tu agenda.
—No iba a dejarte solo —Haru lo dejaba seguir con lo que hacía antes de apoyar su rostro sobre su hombro cerrando un poco sus ojos.
Estaba cansado, el día había sido pesado y lo único que deseaba en ese momento era descansar y poder pasar un poco más de tiempo con Rin.
—Lo sé —giró un poco para poder mirarlo, disfrutaba la compañía de Haru y más aun luego de tantos pendientes que apenas les habían permitido estar juntos—. Por eso organizaste todo esto —no pudo evitar reír al verlo abrir los ojos y girar ligeramente para evitar su mirada—. Makoto me lo dijo, creyó que no podrías guardar el secreto y me lo habías dicho.
Pudo notar un muy ligero sonrojo formándose en las mejillas de Haru, seguramente había hecho un gran esfuerzo por mantener la fiesta en secreto y sobre todo ocultar que era él quien planeó todo.
Haru era dulce y detallista, aunque por su forma de expresarlo a veces era difícil saber qué lo motivaba a hacer las cosas. Pero luego del tiempo que llevaban juntos había aprendido a reconocer sus muestras de afecto.
—Es importante para ti, y pensé que te gustaría poder compartir este día con las personas que quieres —siguió apoyado sobre su hombro mientras presionaba su mano.
Sabía que ambos habían tenido mucho por hacer, y que a Rin le encantaría tener un día tranquilo al menos por su cumpleaños. Quería verlo sonreír y estar tranquilo luego de los entrenamientos y las competencias.
Rin solo sonrió mientras descansan entre sus brazos. Apenas podía creer todo lo que había pasado entre ellos durante el tiempo que llevaban conociéndose. Sabía que era algo más que amistad lo que sentía por él, pero no imaginaba que en algún momento serían pareja.
Pasaron muchas cosas, algunas buenas, algunas tristes o difíciles, y de una u otra manera habían logrado sobreponerse a cada una. Y cuando sentían que los problemas estaban por rebasarlos se tenían mutuamente para apoyarse.
Siempre que necesitaba encontrar el camino a seguir solo podía pensar en él, incluso luego de todos esos años. A veces ni siquiera era capaz de poner en palabras todo lo que sentía por él y cuanto agradecía los momentos a su lado.
—Estás muy silencioso, eso no es común en ti —a Haru le extrañaba que se mantuviera pensativo durante tanto tiempo, Rin siempre tenía algo por decir y era extraño que no lo hiciera.
—Estoy agradecido por tener a tantas personas que me quieren para celebrar mi cumpleaños y por poder estar con ellos hoy. Todos hicieron un esfuerzo para poder acompañarme, y creo que es fantástico que sea así —jugó con sus dedos mientras miraba un punto fijo en la habitación, necesitaba poner sus pensamientos en orden antes de poder decirle lo que sentía.
—Es extraño que tantas personas quieran a alguien tan ruidoso como tú, pero de alguna manera te has ganado el afecto de cada una de ellas —aun era extraño ver a Rin tan nostálgico, y solo quería aligerar el ambiente.
—Gracias Haru —sonrió ampliamente girando hacia él para poder mirarlo, muchos pensamientos aun pasaban por su mente, pero eso era lo único que podía decir.
—Te lo dije, no iba a dejarte solo porque sé que esto es importante para ti —no creía haber hecho nada extraordinario y tampoco creía que fuera necesario que le agradeciera por ello.
—No me refiero a la fiesta —río un poco mientras acariciaba sus mejillas suavemente—. Quiero decir, me encantó que lo hicieras. Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que en verdad pude celebrar mi cumpleaños que fue realmente especial tener a todos aquí, y mucho más lo hizo que seas tu quien lo planeó.
Pudo notar como nuevamente sus mejillas se teñían de un suave color rosado y desviaba su mirada intentando huir de la forma en que lo observaba. A Haru aun le costaba enfrentar su mirada cuando lo veía con tanta dulzura, pero era algo que no podía controlar.
—De verdad no creo... —no quería que lo avergonzara más, pero Rin no parecía tener intenciones de detenerse y pronto lo interrumpió.
—Hay tantas cosas que quiero agradecerte Haru. Cada uno de los momentos, de las sonrisas, de los llantos, de las alegrías, las tristezas, los enojos, las caricias, los abrazos y los besos que hemos compartido forman parte de lo que soy, y de lo que seremos en el futuro —giró por completo para poder estar frente a él buscando su mirada mientras con sus manos acariciaba sus mejillas—. No me imagino como serían las cosas sin ti, porque siempre que pienso en el futuro lo primero que veo es a ti y la sonrisa que al final tendrás para mí...
Algunas pequeñas lágrimas habían comenzado a formarse en sus ojos y estaban atrapadas en sus pestañas, Haru las limpió cuidadosamente mientras su mirada se clavaba en él atento a cada una de sus palabras y la sinceridad con que hablaba.
—Quiero que sigamos avanzando hacia adelante, juntos, y ser cada día mi mejor versión. Así que gracias por estar aquí para mí.
—Eres tan molesto —en las pestañas de Haru habían quedado atrapadas también algunas lágrimas provocadas por la sinceridad de Rin y no pudo hacer más que recibir el efusivo abrazo que tenía preparado para él —. Soy yo quien agradece haberte conocido, y poder compartir tantas cosas contigo.
—Te quiero Haru —seguía aferrado a él y se sentía incapaz de mirarlo luego de escuchar esas palabras—. Cuida de mí el próximo año también ¿Está bien? —las lágrimas comenzaban a recorrer su rostro y humedecer ligeramente el hombro de Haru.
Un suave "sí" se escuchó como respuesta mientras lo estrechaba entre sus brazos. Haru era dulce y detallista a su modo, e incluso con esa respuesta tan aparentemente sencilla, Rin sabía lo que intentaba expresar con ese gesto.